Mentalidad del Hijo Vs. Mentalidad del Esclavo Base Bíblica: (Lucas

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Mentalidad del Hijo Vs. Mentalidad del Esclavo
Base Bíblica: (Lucas 15:11-32)
Para mucha gente, incluso para muchos
creyentes el término “Padre” no lleva consigo
sentimientos de amor y aceptación, sino que evoca
sentimientos de temor, miedo, dolor y desilusión.
¿Me he preguntado por qué?
Dios usa muchos medios de gracia para preparar
para nuestra necesidad de Cristo como Salvador,
uno de ellos es la “Gracia Paternal”
El fundamento de las relaciones interpersonales
se pone en los primeros años de la infancia. El
infante aprende un idioma de relaciones antes de
aprender a hablar.
La rápida atención a las
necesidades físicas, la aceptación y el afecto
manifestados mediante abrazos, y acercamiento, las
expresiones faciales, los tonos de la voz en muestra
de aprobación y amor comunican la gracia paternal.
En cambio la privación, el abandono, la
aceptación condicional fundada en la conducta
perfecta, el afecto caprichoso y condicionado, el
rechazo, los rostros que regañan y censuran y las
voces y gritos de enojo comunican “el desprecio
paternal”
El hogar es como unos lentes a través del cual
vemos las primeras imágenes de Dios. Observamos
nuestra primera “sensación de Dios” mediante la
relación con nuestros padres.
Los sentimientos que la gente tiene asociados
con un padre terrenal tienen el potencial de robarle
la seguridad del perdón por el cual el Padre Celestial
se sacrificó profundamente para que ellos lo
experimentaran.
Notemos algunos modelos paternales que
conforman nuestras ideas acerca de Dios1:
 Distante.
El
que
se
comporta
emocionalmente distante o pasivo, expresa su
afecto en forma mínima. Asume que sabes
que el te ama, pero rara vez habla del asunto.
Sin embargo, no sabes si él conoce, ve a
siente tus penas o gozos. Cuando algo
maravilloso o trágico ocurre, el padre pasivo
solo asiente con su cabeza. “Dios es
insensible a mí dolor o angustia”
De la observación que Dios no podía tolerar el
1



Autoritario. Es el que interviene para
detener todo lo que haces. Te da una
lista de lo que debes o no debes hacer.
Te interrumpe y dice no a las cosas que
te son importantes.
Tu corazón se
afecta por ello. El no te da honor como
individuo. No está interesado en tus
deseos
o
metas.
No
desea
compañerismo o intimidad, solo ser
obedecido. “Sólo puedo acercarme a
Dios
cumpliendo
su
ley
a
cabalidad”.
Ausente. Es el padre no conocido, por
muerte u otras causas. No es pasivo que
no comunica. Sino uno que nunca estuvo
allí para comunicarse, para hablar. “La
presencia de Dios es imposible en
mi vida”.
Acusador. Es el que te acusa y juzga
constantemente
en
tus
fracasos.
Constantemente hace la crítica para que
te esfuerces más. Rara vez muestra
afecto o te reafirma.
“Dios me
persigue para acusarme”.
Nuestro Padre Celestial desea tener
comunión con cada uno de nosotros. Él lo
deseó cuando todavía éramos pecadores aún
separados por el cause de la deuda del pecado.
“Mas Dios (el Padre) muestra su amor
para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Ro. 5:8)
La estrategia que asegura nuestro perdón
fue la idea de Dios. Él quiere que seamos
suyos.
Nosotros no somos la primera generación
que luchamos con una idea distorsionada
acerca de Dios y de la actitud de Dios hacia los
pecadores.Los judíos en tiempos de Jesús
tenían la misma idea equivocada.

Segundo, este hijo juntó todos sus bienes y
Tomado y modificado de Bickle M., Passion for Jesus, Creation House, Orlando-Florida, 1993.
pecado junto con las normas de los 10
mandamientos, ellos desarrollaron un sistema de
valorar la posición de la gente con Dios, basándose
en el grado de su pecado. Mientras más grande era
el pecado menos aceptable era la persona. A través
del tiempo este pensamiento se desarrolló hasta el
punto donde se “percibe” a Dios “despreciando” a
todos los pecadores.
Además, aquellos que realizaban trabajos que no
les permitía estar ceremonialmente limpios de
acuerdo con la normativa de Levítico, eran
considerados inaceptables.
Los pastores de ovejas, los cobradores de
impuestos, los carniceros estaban incluidos en esta
categoría.
De modo que surgieron dos corrientes en los
judíos: Un grupo (la mayoría) que se sentía como si
Dios nunca los aceptaría porque no podían vivir,
correcta y ceremonialmente vidas limpias; y el otro
grupo, que pensó que su justicia personal era
suficiente para ser aceptables, menospreciando y
rechazando a los pecadores. Este grupo incluía a los
fariseos y escribas.
Para corregir esta ideología o corriente de
pensamientos, Jesucristo dio una serie de
parábolas.
Su motivación era explicar a sus
contemporáneos la actitud de Dios el Padre hacia
los pecadores (Leer Lucas 15:1-2)
Estos líderes religiosos no podían entender por
qué este profeta pasaba tanto tiempo con ellos, si
toda aquella gente era rechazada por Dios.
Las acciones de Cristo no cabían, no cuadraban
con la idea de ellos, acerca de las actitudes de Dios
el Padre hacia los pecadores, por eso Cristo se
propuso corregirlos.
Pero el Señor quiere enseñarnos a nosotros también
a tener una mentalidad de Hijos y entender la
actitud de Dios el Padre hacia nosotros cuando
pecamos.
1. ¿Cómo describe Jesús al hijo menor en la
parábola?

Primero revela su egoísmo, el hijo pidió su parte
de la herencia. Nunca se supo que un hijo
pidiera la herencia, especialmente el menor, y no
tenía derecho a recibirla mientras su padre vivía.
Esto era una falta de respeto muy grande hacia
su padre, y era una causa para desheredarlo.
se fue a una provincia apartada. Los hijos
tenían que estar cerca de sus padres para
darle una sepultura adecuada y velar que
tuvieran lo necesario. Pero este hijo se fue
sin importarle su familia; estaba ansioso de
su independencia.

Tercero, gastó toda su herencia en poco
tiempo. Gastó todo con sus supuestos
amigos, que luego lo dejaron solo. Este hijo
no consideró que su padre había acumulado
esta herencia como producto de un arduo
trabajo y sabía mayordomía; sin embargo, él
lo malgastó en placeres carnales y
superficiales.
El padre tenía todo el
derecho de castigarlo como Haragán, vago y
como una vergüenza para la familia.

Y por último, después que le acabó el dinero
y le atacó el hambre, hizo la cosa más
degradante que podría hacer un judío:
Trabajar criando cerdos, no vacas ni ovejas,
sino “cochinos”.
2. ¿Por qué Jesús presentó al Hijo menor
en forma tan extrema?
Porque quería enseñarnos algo acerca del
perdón. El pecado y las hazañas de aquel
joven eran tal que no quedaba nada en él
que pudiera motivar el perdón del padre.
Pero el padre lo perdonó, porque Jesús
quería revelar el corazón del Padre, él
perdona porque es su naturaleza amar y
perdonar.
Nada que podamos hacer por
nosotros mismos dispone a Dios a
perdonarnos, es su Carácter que lo inspira no
el nuestro.
Ahora bien, cuando el hijo menor describe el
deseo de volver al hogar, ¿se pueden
imaginar los pensamientos y los sentimientos
de los fariseos?
3. ¿Qué habrían hecho los fariseos si tuvieran
un hijo que se portara de tal manera?
No hay duda que se conmovieron, se impactaron
por la forma en que Jesús terminó la parábola.
Después del desengaño, la pobreza y la
degradación, sufridas en la provincia apartada el
pródigo, reflexiona, se arrepiente, “cambia de
mente, de rumbo” y ahora en vez de pedir
“dame” cree que ya no era digno de ser llamado
“Hijo” y decide pedirle a su padre “Hazme como
uno de tus jornaleros”.
“Un Jornalero era alguien que no
tenía relación con la familia,
cumplía un trabajo cuando era
requerido, le pagaban y se iba”
Así que levantándose decide regresar a casa, no
se menciona que se aseara, ni siquiera intentó
hacerse presentable a su padre, salió para el
hogar en la condición más deplorable posible:
hambriento, andrajoso, estropeado y pobre.
Cuando su padre lo vió regresando por el
camino, el pródigo estaba tan fatigado que no
podía correr, pero anciano padre se olvidó de su
edad y dignidad y corrió a recibir al vagabundo;
“Fue movido a misericordia” (Lucas 15:20). Esto
implica que los órganos vitales del padre se
conmovieron, su corazón latió con rapidez.
¿Qué cuadro tenemos aquí del corazón de
Dios?. Con su anhelo de recibir al pecador
arrepentido que vuelve con miedo por el camino
para encontrarse con él:
“Lo Cubrió de besos”, derramó su afecto
sobre el hambriento y sucio cuidador de cerdos,
su hijo que había malgastado su herencia y
avergonzado la familia. No le preocupaba donde
había estado, ni que había hecho, su enfoque
estaba en el hijo que había regresado.
FACETAS DEL DIOS PADRE
1. Su amor ilimitado y su anhelo de expresar su
amor.
“Y cuando aún estaba lejos, lo vió su
padre y fue movido a misericordia y
corrió y se echó sobre su cuello y lo besó”




(Lc.15: 20)
Corrió en público, este detalle tiene que
haber asombrado a los escribas y fariseos.
¿Dios deseando restaurar la comunión con
los pecadores? ¿Cómo podía Jesús ser tan
osado como para presentar al Dios Creador
del Universo corriendo por un pecador y
abrazarlo? Esto no era la idea, a la forma en
que ellos se imaginaban a Dios. Ellos tenían
la imagen de Dios, como uno que se
complacía de castigar a los pecadores.
¿Se da cuenta que Dios está más deseoso
que usted y yo podamos restablecer la
Comunión después que pecamos?
Dios no está sentado en su trono con una
libreta o una computadora y un látigo en una
mano esperando que usted regrese para
leerle la cartilla por todo lo que usted ha
hecho y luego castigarlo. Como el padre de
la parábola, él anhela su regreso para
restaurarlo a su posición de Hijo.
Note el proceso de Dios: (Leer Lucas 15:2223)
Le quitaron los harapos y le dieron “el
mejor vestido”. Esto significa que el hijo era
restablecido a su posición y derecho
originales.
El anillo de sello, símbolo de la unión de
corazón que experimentarán el Padre y el
Hijo fue puesto el dedo del joven.
Las sandalias adornaron sus pies casi
desnudos. Solo los miembros de la familia
calzaban sandalias, los esclavos andaban
descalzos.
Se trajo el “becerro gordo”, aquel que se
engordaba para alguna fiesta de regocijo
especial.
Así pues, estas eran las señales de la
restauración del pródigo a la posición de Hijo.
2. No importa lo que usted haya hecho. Usted
no ha ido más allá del límite de Dios. El amor
de Dios no conoce límites. Su paciencia
amorosa.
No sabemos cuanto tiempo estuvo ausente el
hijo, pero la historia parece indicar que el
padre estaba habituado a mirar el camino por
donde el muchacho se había ido, esperando
verlo regresar. Él estaba dispuesto a restaurar a
su hijo sin importarle cuando regresaría.
3. El enfoque de Dios es el pecador, no el
pecado.
Al regresar el hijo, empezó a recitar su discurso
preparado: “Padre he pecado contra el Cielo y
contra ti y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”
(Lucas 15:21)
Su enfoque como el nuestro era en el pecado, en
su “indignidad”.
Él estaba implorando
misericordia y reconoció el derecho del padre de
rechazar su pedido de misericordia. Él sabía lo
que merecía y estaba dispuesto a aceptar lo que
viniera.
Sin embargo, el padre tenía un enfoque
completamente diferente. Su enfoque era en el
hijo.
¿Pero qué diremos del pecado del hijo? ¿Qué
diremos del dinero que malgastó? ¿Qué diremos
de toda la vergüenza que le hizo pasar a la
familia?
Esto no le interesaba al padre, el sólo tenía
presente una cosa: “...porque éste mi hijo muerto
era y ha revivido, se había perdido es hallado”
(Lucas 15:24)
Dios ha tratado nuestros pecados en la cruz, su
enfoque es usted y no su pecado. Para Dios su
pecado, mi pecado no es un impedimento para
nuestra comunión con él. Es solo un
impedimento mientras que usted o yo permitimos
que la culpa acompañe al pecado no confesado,
nos ciegue al hecho que Dios esté anhelando de
restablecer comunión con nosotros.
4. Dios le da una gozosa bienvenida a los que
regresan a Él.
“Y cuando aún estaba lejos, lo vió su
padre y fue movido a misericordia”
(Lucas 15:20)
Piense en esto, Jesús presentó al Padre de tal
manera que su respuesta inmediata a un
pecador que regresaba fue, compasión y no ira,
ni frustración, ni indignación, sino compasión y
misericordia.
Él se identifica con la desdicha y el dolor de su
hijo y desea aliviarle.
Su propio dolor no le impide identificarse con el
dolor de su hijo.
Él se veía a sí mismo como un esclavo, no como
un hijo, dispuesto a hacer todo lo que sele
El Padre Celestial ya ha solucionado el dolor
personal que le causó su pecado, mi
pecado, en la Cruz, y su enfoque es ahora
en el dolor de usted. Para Dios es un gozo
aliviarle su dolor y tristeza.
“Y comenzaron a regocijarse” (Lc
15:24)
Para el Padre, fue un tiempo de celebración,
e hizo una gran fiesta.
Si es posible asignar emociones al Padre
Celestial, “Él siente” compasión por nosotros
y por lo tanto experimenta gozo por nuestro
regreso.
Él no lucha con sentimientos de dolor y
celos. Él ya solucionó eso de una vez por
todas en la Cruz. Se identifica con nuestro
dolor y frustración y se goza al vernos
libres.
El regocijo de los que estaba en casa, que
simboliza aquellas manifestaciones de
alegría en el corazón de los hijos de Dios,
cuando los pecadores son salvados,
despertó la curiosidad del Hijo mayor a su
regreso del campo.
Él había estado trabajando todo el día en los
campos de cultivos. Cuando volvió a casa,
oyó el sonido ruidoso del baile y de la
música; y molesto le pregunta a su criado.
(Lea Lucas 15: 26-28)
El hijo menor volvió al corazón y
a la casa de su padre con una
mentalidad de hijo. El mayor salió
a la provincia apartada de la
presión vanidosa y del
resentimiento, con una
mentalidad de esclavo y no
sabemos si entró a casa.
Al enterarse que el hijo mayor no estaba
dispuesto a recibir a su hermano, el Padre
salió a rogarle que entrara. Pero
malhumorado se negó a entrar y estalló ante
su padre:
“He aquí tantos años te sirvo, y
jamás
he
desobedecido
tus
ordenara.
Debido a ese concepto deformado, percibía las
palabras de su padre a través de los oídos de un
esclavo.
Cuando el padre le decía “Las cercas necesitan
arreglo”, le hablaba como su hijo y copropietario
de la finca.
En realidad le estaba diciendo “hijo sería una
sabia inversión en nuestra propiedad si
arreglamos hoy las cercas”.
Pero cuando el hijo mayor escuchaba las
palabras, las interpretaba como una orden:
“Tienes que arreglar las cercas”.
En su opinión estaba haciendo lo mejor como un
esclavo. Siempre había hecho lo que se le
ordenara, pero nunca había entendido el
concepto de una relación de amor en la cual,
como hijo, supiera que era aceptado y amado
por lo que era y como él era.
No conocía tampoco la alegría de amar a su
padre o a su hermano con esa clase de amor.
Nunca hubo un día en que trabajara por puro
amor a su padre, para sostenerlo y al mismo
tiempo con la emoción de ser copropietario de la
finca con él.
Ahora bien, regresando al hogar el hermano
menor que había desobedecido notoriamente y
avergonzado a su padre, y el padre celebra una
fiesta en su hogar, no había palabras para
expresar el desprecio, la amargura del hermano.
Consideraba que su padre era injusto. Por eso
en forma despectiva le dice: “...ese tu hijo”
Su padre feliz le dijo: “tu hermano”. Pero él
pensó en ese momento: “¿hermano este
pródigo que se ha acostado con rameras?
Jamás!!
Sentía como si el hermano menor había perdido
su lugar en la familia por causa de su conducta.
En su mente lo había separado de la familia sin
misericordia, ni perdón alguno.
Lo que el hermano mayor no podía ver (ni los
fariseos a quienes representaba), era que la
aprobación no tenía nada que ver con las
acciones, ni la conducta. Todo tenía que ver con
el amor del padre, y de parte del hijo menor la fe
en ese amor increíble.
mandamientos y nunca me has dado
un cabrito para gozarme con mis
amigos. Pero cuando vino este tu
hijo, que ha consumido tus bienes con
prostitutas, has matado para él el
becerro engordado” (Lucas 15:29-30)En
su enojo mostró la naturaleza de su corazón
a través de los años.
“Te he estado sirviendo y nunca he
desatendido una orden tuya”
El fariseo creía que su diario de actividades y
realizaciones le ganaría el favor de Dios. Al
acercarse a Dios le exhibiría su hoja de
servicios a aquel que percibía como el
capataz, como el amo. Recitaba sus hojas
diciéndole a Dios en voz lastimosa cuan
propenso estaba a fracasar.( Lucas 11: 18)
El Padre quería que su hijo mayor volviera a
recibir al pródigo como “Hermano”, así como
él lo había vuelto a considerar...como “hijo”
en su corazón.
Que conmovedor fue el último ruego del
padre.
En él le insinúo a su hijo mayor que nunca
había entendido el espíritu de su padre, ni la
casa de su padre.
“Hijo, tú siempre estás conmigo y
todas mis cosas son tuyas”(Lucas 15: 31)
En otras palabras, todo lo mío es tuyo.
Su mentalidad de esclavo no le permitió
entrar a su casa y abrigar a su hermano.
La historia de hijo pródigo comienza con el
hijo menor lejos de la casa, mientras que el
mayor se ha quedado en el hogar (aunque
nunca se sintió en su casa), pero al final el
hijo menor está en casa y el mayor se niega
a entrar en ella.
CONCLUSION
Muchos de los que escucharon esta parábola
cambiaron su pensamiento acerca de Dios y su
actitud hacia los pecadores.
Los que rehusaban escuchar, o los que estaban
demasiados abrumados para creer quedaron
esclavos del orgullo y de la desesperación.
¿Y qué diremos de Usted?
¿Desea aceptar la revelación de Cristo,
acerca del Corazón de nuestro Padre
Celestial?
¿Está dispuesto a permitirle a Dios que
derribe las barreras que no permiten
aceptarle tal como es?
Un Padre que ama con amor sin límite. Un Padre
cuya paciencia es inagotable. Un Padre cuyo
enfoque soy yo y mi posición de Hijo y no mi
pecado.
Un Padre que se regocija cuando me arrepiento y
vuelvo de mi pecado.
¿Tiene usted una mentalidad de Hijo
que cree en su Padre Celestial?
¿Tiene una mentalidad de esclavo que
no le permite disfrutar las bendiciones de
Dios el Padre que tiene compasión de los
pecadores?
¿En qué banda se ubica en este
momento?
Un Abba para los huérfanos.
¿Qué mensaje tiene el Evangelio para los
marginales
latinoamericanos
después
de
generaciones de desarraigo, angustia, búsqueda y
abandono paterno?
Ya mencionamos antes, que Jesús encontró una
sociedad caracterizada por diversos tipos de
marginalidad, con sus leprosos, enfermos, pobres,
prostitutas, opresión política, engaño religioso,
sacerdotes limitados y corrompidos en sus
funciones, despreciados y desconfiados por el
pueblo, aristócratas que no podían ocupar el lugar
que querían, siendo sólo marionetas de una
ocupación imperialista que no entendía el
Pensamiento judío , aún soldados y funcionarios
romanos que se encontraban fuera de su país,
lejos de su familia y sus costumbres. Wright
(1992) nos añade:
Encima de todo esto estaba la situación
financiera. El problema de la deuda era agudo:
Jesús habló por parábolas acerca de gente con
deuda de millones, y pensamos que esto es algo
que era familiar para su auditorio. La gente
común estaba cargada con impuestos
exhorbitantes; como resultado, muchos eran
sacados o arrojados fuera de sus tierras...
Es en este contexto como debemos entender la
frase de Jesús sobre el llamado a aquellos en “las
salidas de sus caminos”, en los márgenes de la
sociedad. Gente con extraordinaria necesidad de
un amor especial, como los designa el Salmo
68:5-6, huérfanos, desamparados, solitarios,
viudas, y cautivos, a esos se les ofrece un Padre,
una familia y prosperidad.
Padre de huérfanos y defensor de
viudas es Dios en su santa morada.
Dios hace habitar en familia a los
desamparados; saca a los cautivos a
prosperar...
Esta oferta de amor paternal, cobertura familiar y
prosperidad sigue vigente para un continente
lleno de individuos sin tierra, desarraigado,
migrantes, huérfanos y bastardos, madres
solteras (viudas modernas) y de cautivos de las
ideas fantasiosas y las religiones populares.
La descripción de Jehová como Padre, tal como
aquella que leímos anteriormente en el libro de
Salmos, comenzó a decaer progresivamente en
la mente de los israelitas debido a la obsesión por
el cumplimiento de la ley, hasta el punto de que
esta revelación cayó en desuso. Nótese que
según la concordancia de la Biblia, el número de
veces que aparece la palabra Padre para
designar a Dios en el Antiguo Testamento
completo, es mucho menor que las veces que
Jesús lo utilizó en el Evangelio de Mateo. Es
conveniente comparar este hecho con la
desaparición de la figura de Dios el Padre de la
creencia cristiana popular de América Latina,
habiendo sido suplantada y opacada casi
Es realmente triste que a estos huérfanos, hijos
pródigos y viudas modernas que conforman, la
marginalidad latinoamericana, carentes del amor
paternal y del esposo amoroso, no se le presente la
figura de aquel padre justo, amoroso y perdonador
que es Jehová. Aún muchos cristianos evangélicos,
debido a los traumas producidos por la figura de un
padre tirano, arbitrario, incomprensivo, brutal, se
abstienen a adorar a Dios de esta perspectiva, y
mucho menos las posibilidades sanadoras y
liberadoras que ella representa. Y así la viudez y la
orfandad continúan indetenibles.
Sin embargo, ¿Cuál es la imagen de Dios que va a
ser revelada a la sociedad marginal de la época de
Jesús? ¿Tendrá esta imagen efecto en la América
Latina de fines del siglo XX?
El Evangelio de Marcos (14:36), en la angustia de
Getsemaní, Jesús clama Abba, Padre desde lo más
profundo de su corazón. Abba es el nombre
arameo, humilde, familiar y tierno para designar al
“papa”. Jesús es el primero en usar ese nombre en
la oración, como una expresión clara de la intima
relación que él ha mantenido con su padre. Pero, el
asunto no se queda allí, él, además, ya había
instruido a sus discípulos en el Sermón del Monte a
continuar llamando “papa” a Dios durante nuestras
oraciones (Mateo 6:9). Observe que el arameo no
era el lenguaje permitido en el templo, pero si era
hablado en la vida común, así que es un privilegio
de confianza con aquel, quien era el Padre de Jesús
y nuestro Padre, su Dios y nuestro Dios (Juan
20:17). Pablo se apropia de este privilegio y en dos
de sus cartas lo recuerda a la iglesias:
“...sino que habéis recibido el espíritu de
adopción, por el cual clamamos ¡Abba, Padre!.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:15-16)
“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a nuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama
¡Abba, Padre!. (Gálatas 4:6)
La imagen de Dios padre mostrada por Jesucristo,
modelo por excelencia del comportamiento paternal,
ha de ser expuesta con la máxima nitidez y debe ser
debidamente contrastada con la de los muchos
padres latinoamericanos que sólo han sabido
producir en sus hijos el síndrome del abandono.
totalmente por la de la “madre “.
Padres que entran y salen, siempre buscando
trabajo o entretenimiento, un día cuando se
casan, simplemente se van. Padres que sólo
proveen dinero, porque la educación corresponde
a las mujeres. Padres que viviendo de su propia
experiencia de abandono, han canalizado todos
sus necesidades afectivas hacia la única vía
disponible, la madre, y para los cuales los hijos
son solo demostración fehaciente de su virilidad
(Moreno,1995). A este respecto, citamos a
Barroso (1992) nuevamente:
El hombre (venezolano) fracasa como esposo y como
padre. El fracaso es más por los modelos defectuosos
que aprendió de pareja y de padre. Quizás ame a su
pareja, ame a sus hijos, pero como pareja busca a
alguien que se parezca a su madre, “alguien que me
comprenda”, es decir, que lo aguante, y como hijo
alguien igual a él, a su imagen y semejanza. En ambos
casos lo que pretende es mantener el control y la
comodidad. El hombre abandona la pareja y a los
hijos porque se siente incompetente, se cansa, no sabe
enfrentarse a sí mismo........... Si el triángulo (padremadre-hijo) se rompe............ El arraigo, la
edificación, la relación y la socialización, los cuatro
procesos de desarrollo y crecimiento de una persona
quedan gravemente afectados..........
Esto quiere decir, hijos con problemas respecto a
sus raíces, su identidad, sus relaciones, su
socialización. Buscando a un padre ausente en
ciclo que parece no detenerse y trasciende las
generaciones. Y si no está ausente, entonces es
distante (incomunicado), autoritario (egoísta),
abusivo (destructor de la vida emocional) o
acusador (sin cariño).
Los programas sociales pueden ayudar a mejorar
las familias. Las escuelas para padres son
necesarias. Los gobiernos pueden ayudar mucho,
sobre todo invirtiendo en educación.
Pero,
¿cuántos guías morales hay en este tiempo que
tengan una imagen clara de la figura paterna en
el forjamiento de la personalidad de hombres? La
obra de restauración es inmensa, necesaria de
mucho más que buenas acciones y deseos.
Requiere unción del Espíritu Santo, y volver al
espíritu de la predicación de Juan el Bautista,
para que la profecía de Malaquías 4:5-6 sea
cumplida en las naciones del mundo afectadas
por la desfiguración de la paternidad. Lucas 1:17.
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