Cumpliendo con el deber - Otra Mirada del Conflicto

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Cumpliendo con el deber
La reacción del presidente Uribe frente a recientes
decisiones judiciales en contra de ex funcionarios
de su gobierno no sólo es un irrespeto de la
Justicia sino que muestra una peligrosa concepción
de lo que significa el “cumplimiento del deber”. Es
la concepción de que “todo vale” para lograr los
fines.
Frente a la condena al Coronel Plazas Vega por los
desaparecidos del Palacio Justicia, Uribe dijo: “Los
actores criminales, ninguno está en la cárcel, y
ahora veo que condenan a un integrante de las
Fuerzas Armadas de Colombia que simplemente
buscó cumplir con su deber. Duele, da tristeza”. Y
frente a la decisión de encarcelar al ex director de
la Uaif, Mario Aranguren, por el caso de las
chuzaDAS la reacción fue similar: “Es muy grave.
Mario Aranguren no ha robado. Este Gobierno no
roba. Mario Aranguren está en la cárcel por cumplir
el deber”.
En el caso del coronel Plazas Vega, nombrado por
Uribe director de Estupefacientes y quien debió
renunciar por irregularidades en el manejo de
bienes incautados, las declaraciones de Uribe son
engañosas y ofenden las Fuerzas Armadas.
Son engañosas porque insinúan que la condena al
coronel se dio por su papel en la retoma del
Palacio de Justicia, sobre la cual todavía hay
mucho debate por la forma en que se hizo. Pero la
juez que dictó la condena no lo hizo por estos
hechos sino por lo que sucedió después con las
personas que salieron vivas del Palacio y
desaparecieron estando en custodia del Ejército. El
delito que se le imputa al coronel es haber
participado en la desaparición y asesinato de estas
personas.
Decir que el coronel estaba cumpliendo con su
deber es una ofensa contra las Fuerzas Armadas,
porque no es el deber de ningún oficial
desaparecer personas ni es su deber torturar ni
asesinar. El Ejército ha progresado mucho en el
respeto de los derechos humanos para que ahora
venga el Presidente a justificar casos de violación
de los mismos.
El caso de Aranguren es distinto, pero el
Presidente también trata de amedrentar y desviar
la atención. Mario Aranguren es un funcionario
capaz y honesto que ha desempeñado una buena
labor en todos los puestos que ha tenido. Pero a él
no lo están acusando de robar ni de haber
recolectado información de personas sospechosas
de narcotráfico, sino por haber entregado
información reservada a quien no tocaba, y sobre
todo por haberlo hecho sin la indispensable orden
judicial.
El Director de la Uiaf no estaba cumpliendo con su
deber cuando entregó esa información. Estaba
cumpliendo una orden, que es muy distinto porque
la orden puede ser ilegal, así venga del Palacio de
Nariño. Aranguren es sólo un chivo expiatorio y los
que deben estar en la cárcel son los que le dieron
la orden; por eso el Presidente está preocupado y
quiere intimidar a los jueces para que no sigan la
cadena de la investigación hasta los verdaderos
culpables.
Uribe también debe pensar que el ex gobernador
del Valle, Juan Carlos Abadía, estaba cumpliendo
con su deber cuando reunió a los alcaldes del
departamento para apoyar la campaña de Uribito;
según el papá de Abadía fue el mismo Presidente
quien ordenó organizar esta reunión. Por eso
también pensará que fue injusta la decisión del
Procurador de destituir e inhabilitar por diez años a
su aliado y que su partido, el PIN, tiene el derecho
de seguir controlando el departamento.
Para ayudar al Valle, Uribe tenía la posibilidad de
nombrar un gobernador encargado independiente y
ajeno a la politiquería, pero decidió nombrar a uno
sugerido por el mismo Abadía y el encarcelado
senador Martínez. Es su forma de recompensar a
quienes confunden el
presidenciales.
deber con las ordenes
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