Año: 25, Octubre 1983 No. 543 N. D. Eudocio Ravines planteó, poco tiempo después del triunfo de la Revolución Castrista, la existencia de un Plan Estratégico del comunismo internacional para apoderarse de América Latina. En este artículo se plantean las tres etapas diseñadas para tal propósito, el cual es reproducción parcial del trabajo del autor titulado «Estrategia y Táctica Comunista para América Latina». COMUNISMO PARA AMÉRICA LATINA Eudocio Ravines * Simultáneamente, muy a menudo en primer término, serán ubicados en el primer plano, como enemigos fundamentales, lo que comunistas y sus amigos califican con el nombre genérico de oligarquía. Toda oligarquía deberá ser forzosamente entreguista y enemigo del pueblo. Junto con los oligarcas serán catalogados los llamados «sirvientes de la oligarquía» o «agentes del Imperialismo Yanqui». Estos serán todos los que, sin ser afortunados, se muestren partidarios de Estados Unidos y de la causa del mundo libre. ENEMIGOS FUNDAMENTALES LA FINALIDAD estratégica comunista de la Fase Nacional-Revolucionaria consistirá en abatir, mediante la lucha de la liberación nacional, al Enemigo Fundamental de esta etapa. Tal «enemigo» está constituido por tres sectores de fuerzas económicas y políticas. * En primer término, en esta fase, el enemigo fundamental esta constituido por todo lo que pueda ser englobado en el término Imperialismo Yanqui. Enemigo fundamental es así, ante todo, el interamericanismo y las relaciones interamericanas de toda clase. Luego, las empresas norteamericanas establecidas en el país. Las misiones militares, culturales, religiosas, sanitarias o de cualquier otro tipo. Las instituciones o entidades que se ocupan de ayuda mutua o de cooperación, sea que estén mantenidas por el Gobierno o por la iniciativa privada de Estados Unidos. * Otro de los enemigos fundamentales de esta fase nacional-revolucionaria, serán los abanderados, promotores y partidarios del Nacional-reformismo. Condición estratégica de esta fase es la lucha empecinada y sin cuartel contra toda reforma y contra toda corriente reformista. Estimada la reforma democrática como una cimentación del capitalismo y como desarrollo y consolidación del sistema creador de prosperidad por excelencia, ella recibirá la oposición tenaz del comunismo y de los contingentes nacional-revolucionarios manipuladores e influidos por él. La oposición irá desde la contra-propaganda, que acusará a toda reforma de ser insuficiente, mezquina e inútil, hasta la crítica implacable de cada medida y el descrédito ante las masas de toda operación reformadora. Si las directivas extranjeras lo ordenan, se irá hasta el sabotaje y, en caso necesario, se desencadenarán formas terroristas de grados diversos. Estas formas de acción han sido comprobadas en diversos países, en especial, en Cuba, Venezuela y en otros lugares. EL GOLPE PRINCIPAL LA DIRECCION estratégica del «Golpe Principal», en esta primera fase, no estará dirigida en modo alguno contra los capitalistas, industriales o empresarios nacionales. La propiedad privada no será tocada sino cuando ella pertenezca a empresas norteamericanas o a oligarcas nativos ostensiblemente vinculados con Estados Unidos. La oligarquía, en esta primera etapa, quedará como cuerpo elástico indefinido e informe. Una empecinada propaganda la mantendrá en aptitud de recibir los más graves cargos. Y la simple acusación de contrarrevolucionario servirá para liquidar a personajes especialmente señalados como enemigos. La lucha desenfrenada irá contra todo sector que defiende al interamericanismo como política internacional. Todo promotor de relaciones cordiales con Estados Unidos será reducido a silencio, para comenzar. Toda la política será infiltrada de modo tal que sea capaz de crear las condiciones emocionales adecuadas para la movilización de grandes masas. Toda la actividad será concentrada la promoción del ascenso a poder, no de los comunistas ni de sus aliados más cercanos, sino de los sectores más hostiles a Estados Unidos. Todo anti-norteamericano, sea cual fuere su posición social, política o económica, será estimado como un aliado de jerarquía del comunismo en esta primera fase estratégica. Esta dirección estratégica del «Golpe Principal» comunista, corresponde a la explotación ideológica de un nacionalismo exacerbado, cargado de odio y violencia contra Estados Unidos. El comunismo, a través de este lapso, no tendrá ni mucha ni poca necesidad de Marxismo-Leninismo. Tampoco le será necesario exhibir las fuerzas, los programas y los verdaderos propósitos comunistas. Todo aparecerá como mera acción nacional-revolucionaria, obra y producto del anhelo de liberación nacional. El empleo de un léxico nacionalista, la utilización de un programa de liberación económica y de paso masiva a la industrialización, prestan servicios excelentes para el camuflaje comunista. El encendido barniz patriótico servirá para deslumbrar a muy vastos sectores sociales. La reivindicación ardorosa de todo lo nativo será una densa anestesia para sectores democráticos que no sienten ninguna simpatía por el Comunismo. En vez de la bandera roja, flameará la bandera nacional de la liberación. En vez de «La Internacional», las masas comenzarán por entonar las estrofas de los himnos patrios. Y en vez de la fraseología marxista se empleará el lenguaje candentemente nacionalista. Se explotará como tema todo lo que explote la emoción patriótica y el orgullo nacional y los más caros sentimientos de amor a la propia tierra. LA ALIANZA NACIONALISTA EN ESTA primera fase, la directiva comunista es: «con los obreros y la clase media radicalizada; con todos los campesinos, pobres, medianos y ricos, con todos los capitalistas progresistas, con todos los intelectuales revolucionarios, con todos los adversarios de Estados Unidos; «contra los imperialistas, contra la oligarquía y los lacayos del imperialismo; «por la liberación nacional y por la emancipación total del yugo imperialista y por la ruptura total con todos los imperialistas». La vastedad de esta alianza comprende a muy amplios sectores que están predestinados, desde ahora, a la liquidación en la Segunda Etapa. Se llama a los capitalistas progresistas como aliados en la primera fase, pero se les tiene destinados a la liquidación completa en la Segunda Fase. Se llama a todos los elementos revolucionarios de la clase media, en la Primera Etapa, bien que en la Segunda, la orientación estratégica estará firmemente dirigida hacia la aniquilación completa de toda la clase media. En esta primera etapa, se llama a todos los campesinos, para luego, en la segunda fase, dividirlos en Campesinos pobres, medianos y ricos. Bajo esta división, se utilizaría a los campesinos pobres como fuerza de choque para liquidar a los campesinos ricos y para hacer desaparecer a los campesinos medios, con la férrea colectivización forzada. opongan a la revolución anti-oligárquica y anti-imperialista. Formarán parte de tal Reserva Indirecta todos los hacendados, todos los empresarios, todos los profesionales que mantengan una posición, si bien no francamente favorable a la revolución misma, si abiertamente adversa a Estados Unidos y a las empresas norteamericanas establecidas en el país. LA DERECHA COMO ALIADO EN ESTA ETAPA, muy especialmente en el proceso de la elaboración de su coyuntura, el comunismo viene encontrando, en América Latina, la cooperación de importantes sectores que no son ni obreros, ni campesinos y ni siquiera de clase media. Son poderosos núcleos formados por grandes propietarios de la tierra, por exportadores de materias primas, por comerciantes y hasta por algunos industriales. Estos cooperan aliados a los contingentes nacional-revolucionarios. Detrás de estas Fuerzas Fundamentales serán movilizadas las Reservas Directas, constituidas por todos los campesinos, pobres, medianos y ricos. Asimismo, toda la clase media poseída de una mentalidad pequeño-burguesa. En todos estos núcleos sociales que se alían eventualmente a las campañas comunistas, predomina un criterio de subestimación del comunismo, de sus poderes, de su estrategia y de su capacidad de infiltración. Se le considera poderosamente eficaz como colaborador y como instrumento y demasiado débil como adversario. Se confía alegremente en la habilidad para utilizar a los comunistas sin ser utilizado por el comunismo. Y a la sombra de este criterio, amparado por una democracia raquítica, abstracta y formulista, se despliegan las acciones en medio de las cuales el proceso de la infiltración y la conquista de posiciones decisivas se desarrolla con potencias extraordinarias. Como Reservas Indirectas de la Primera Fase Estratégica se utilizará a los capitalistas llamados progresistas, o sea a los que no se El aliado más terco y más ciego de los comunistas, en América Latina, está constituido por los sectores de la derecha De esta manera, en la primera fase nacionalrevolucionaria, las fuerzas de choque estarán constituidas por contingentes venidos de la clase media, de los obreros, de los empleados, de los estudiantes; de algunos sectores campesinos radicalizados. Todos estos contingentes serán considerados como «Fuerzas Fundamentales» en la lucha. opuesta a una reforma radical amplia y profunda, en los campos económico, social, jurídico y tributario. El encarnizado ataque de los comunistas a las corrientes nacionalreformistas encuentra partidarios decididos entre los grandes propietarios de la tierra menos permeables a la reforma. El vasto campo pre-capitalista, que siente el advenimiento del capitalismo contemporáneo como una amenaza, se presta a colaborar en las campañas anticapitalistas y anti-reformistas del comunismo. Todos los adversarios del régimen del asalariado, los que rehúsan pagar seguros sociales, los que prefieren seguir utilizando el lomo del hombre en vez del motor, se vuelven leales colaboradores de la llamada «liberación nacional» y de las campañas comunistas que la organizan y la promueven. Los exportadores de materias primas, golpeados por las bajas de precios en el mercado exterior, los partidarios del dirigismo económico, del intervencionismo estatal, del control de cambios y de la política inflacionista, encuentran en los comunistas a sus ideólogos, sus magnavoces y sus combatientes mercenarios. Si se comprende que con estos núcleos participan importantes sectores profesionales, estudiantiles y de clase media, se comprenderá la potencia política que el comunismo puede forjar, en una circunstancia dada, en América Latina. Esta potencia es la que lleva una gran carga de peligro a estos movimientos nacionalistas revolucionarios y de liberación nacional. organizaciones auxiliares, se lanzarán a provocar amplias y exasperadas movilizaciones de masa. Huelgas, manifestaciones callejeras, marchas campesinas, ataques contra la propiedad y contra la vida de los llamados contrarrevolucionarios. Gracias a tales movilizaciones exaltadas de masas inciviles, los comunistas dispondrán de un arma contundente. Mediante la desenfrenada presión popular se impondrá sobre el Gobierno una orientación más y más adversa hacia Estados Unidos. La presión crecerá para crear situaciones más y más ásperas y conflictivas, que preparen la ruptura, o sea la llamada «Liberación Nacional». De esta manera se cumplirá la finalidad estratégica de la Segunda Fase Estratégica del comunismo para los Países Atrasados. La esencia, el contenido político, los métodos, de esta Segunda Fase Estratégica, diferirán profundamente de la primera. Cambiarán el argumento, los escenarios y los personajes del drama. Será completamente nueva la caracterización del nuevo «Enemigo Fundamental». Cambiará asimismo la «Dirección del Golpe Principal» y, sobre todo, las Fuentes Ideológicas que alimenten el pensamiento y la acción en el nuevo momento. LA POTENCIA DE MASA Mediante la presión exasperada de las masas se impondrán al Gobierno cambios drásticos, so pena de ser depuesto. En esta hora el poder que en la actualidad existe en las Fuerzas Armadas habrá pasado ya completamente a la movilización de las masas. TAN PRONTO como los aliados de las fuerzas Nacional-revolucionarias hayan conquistado el poder político, aunque fuese en parte, las fuerzas comunistas y sus Variará, por completo, la composición social de las «Fuerzas Fundamentales» de la lucha, tanto como la de las Reservas Directas y la de las Reservas Indirectas. La revolución Nacional-revolucionaria comenzará a ser influida de modo abierto y franco ya, en esta fase, por el comunismo. El primer paso será «No hay enemigos a la izquierda: todos los enemigos quedan a la derecha». Y al mismo tiempo: «La revolución necesita unidad: todo anticomunismo es divisionismo»... E, inmediatamente, se promoverá la gran alianza entre obreros y campesinos exclusivamente, para lanzarlos a la liquidación total de todos los demás sectores sociales. La primera víctima será, históricamente, la clase media. De grandes propietarios, capitalistas, empresarios, industriales, no se dejará ni el rastro. La Fuerza Fundamental no será más la clase media, sino los obreros y los campesinos. El «Enemigo Fundamental» quedará formado por todos los propietarios de la tierra, de los instrumentos de producción, de usufructuarios de cualquier forma de propiedad privada. Las Reservas Directas estarán formadas por los sectores de la clase media encumbrados por la revolución y transformados en los liquidadores de su propia clase. Las Reservas Indirectas estarán constituidas por los remanentes de las clases poseedoras, adaptadas a las nuevas condiciones y transformadas en agentes del nuevo régimen. En esta fase, el «Golpe Principal» será descargado contra todo lo que pueda representar herencia de la Propiedad Privada. La finalidad esencial será el establecimiento de un Capitalismo de Estado, severamente planificado. TERCERA FASE ESTRATÉGICA LA TERCERA FASE de la revolución iniciada como Nacional-revolucionaria significará el ascenso del comunismo al poder político, con facultades totalitarias. Se impondrá el régimen del Partido Único, mediante la liquidación de todos los remanentes de antiguos partidos políticos. La ruptura con el imperialismo se expresará en ruptura con todas las naciones del mundo libre para entregar el país a la dominación hegemónica y totalitaria del mundo comunista. Un régimen severamente policial se instalará, imponiendo la compulsión y el terror y negando todo género de libertad a los ciudadanos. No habrá más órganos de expresión que los que aplaudan al régimen, suprimiéndose, por tanto, la crítica, la censura y la oposición. Todo oposicionista, sea cual fuere su posición, será acusado de contrarrevolucionario y tratado como enemigo del pueblo. Bajo el imperio de un régimen despótico y tiránico se confiscará toda la propiedad rural y urbana y se proclamará la era de la edificación del socialismo. En esta etapa, el «Enemigo Fundamental» será el poseedor de bienes. Los instrumentos y medios de producción serán monopolizados por el Estado. Todas las empresas serán sometidas a la intervención directa del cuerpo burocrático del Gobierno. La Fuerza Fundamental en esta etapa será el Partido Comunista, transformado en amo absoluto del poder político, económico y militar. Las masas obreras y campesinas serán reducidas a la categoría de obediente comparsa sometida por la constricción y el terror. Las Reservas Directas estarán constituidas, en esta tercera fase, por los campesinos sin tierra. Y las Reservas Indirectas por campesinos medios, partidarios de la Revolución y de la Colectivización. Ambas serán obligadas a lanzarse en lucha contra los campesinos ricos, contra todos aquellos que resistan a la colectivización y contra los últimos restos de la clase media en las ciudades. Rotos los vínculos con las naciones pobres, el país sojuzgado policialmente será sometido de modo total a la dominación del bloque comunista. Tanto económica, como política y socialmente, el nuevo país comunista será convertido en auténtica colonia. Su Estado, su economía, su orientación internacional, su producción, sus actividades culturales, serán sometidos al sistema totalitario y comunista. La finalidad esencial de esta fase estratégica será la de obtener el apaciguamiento en relación con los países del mundo libre, fundando una forma cualquiera de «Coexistencia Pacífica» dentro del clima de la Guerra Fría. A la sombra de esta política, el régimen comunista se consolidará y establecerá las bases bélicas que tengan capacidad para ejercer amenazas, para hostilizar mediante el chantaje permanente y para desarrollar una política permanente de intimidación, de provocación y de agresividad. El proceso de la Revolución Cubana ha recorrido aceleradamente, en un lapso abreviado, las tres fases de la Estrategia Comunista. De una revolución típicamente DemoLiberal, Democrático-burguesa, pasó a la etapa Anti-imperialista, Anti-oligárquica, Nacional-Revolucionaria y de Liberación Nacional. De aquí, sin solución de continuidad, el proceso revolucionario se deslizó vertiginosamente, sin que sus mismos testigos se diesen cuenta de ello, rumbo a la era comunista. Hoy, el pueblo cubano ha sido arrastrado al otro lado de la cortina de hierro, por un puñado de aventureros, que fueron influidos por los comunistas y con quistados por la estrategia de Moscú. El Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, fue fundado en 1959. Es una entidad privada, cultural y académica , cuyos fines son sin afan de lucro, apoliticos y no religiosos. Con sus publicaciones contribuye al estudio de los problemas económicosociales y de sus soluciones, y a difundir la filosofia de la libertad. Apto. Postal 652, Guatemala, Guatemala correo electrónico: [email protected] http://www.cees.org.gt Permitida su Reproducción educativos y citando la fuente. con fines