Camboya: Un tribunal militar cita a juicio a un muerto

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ÍNDICE AI: ASA 23/08/98/s
EMBARGADO HASTA LAS 00:01 HORAS GMT DEL MARTES 17 DE MARZO DE 1998
Camboya: Un tribunal militar cita a juicio a un muerto
Amnistía Internacional ha condenado hoy el hecho de que un tribunal militar de
Camboya haya citado al difunto Chao Sambath para que comparezca a un juicio celebrado
esta misma mañana. El general de brigada Chao Sambath fue ejecutado extrajudicialmente
tras ser capturado por miembros de las Reales Fuerzas Armadas Camboyanas el 8 de julio del
pasado año.
Amnistía Internacional ha declarado: «Resulta grotesco que las autoridades de
Camboya lleven ante los tribunales a un difunto, y no a quienes lo mataron. ¿Como puede
nadie tomarse en serio esos procedimientos cuando es de dominio público que Chao Sambath
lleva meses muerto?».
Esta es la segunda vez en quince días que el tribunal militar de Phnom Penh se reúne
para estudiar los cargos contra el príncipe Norodom Ranariddh, primer ministro en el exilio, y
contra otros altos cargos de su partido político, el FUNCINPEC. En la primera vista,
celebrada el 4 de marzo, el príncipe Ranariddh y otros dos acusados fueron declararos
culpables, en un juicio a todas luces injusto y celebrado in absentia, de importar armas
ilegalmente. Un representante de Amnistía Internacional acudió como observador al juicio en
Phnom Penh.
La vista de hoy tiene como objeto examinar las acusaciones presentadas contra el
príncipe Ranariddh, Chao Sambath, Nhek Bun Chhay y Serei Kosal, según las cuales estos
cuatro hombres participaron en delitos contra la seguridad interna del país y organizaron unas
fuerzas armadas ilegales. Los juicios celebrados en Camboya son sistemáticamente injustos, y
en algunos casos políticos la resolución judicial parece decidirse mucho antes de que tenga
lugar la vista.
Demelza Stubbings, que acudió como observadora de Amnistía Internacional al juicio
del 4 de marzo, ha declarado: «El sistema judicial de Camboya es conocido por sus defectos,
pero el citar a un muerto para que comparezca y responda de una serie de cargos es algo
nunca visto, sobre todo teniendo en cuenta que el acusado murió a manos de soldados del
gobierno».
Los procedimientos judiciales que han llevado a la vista de hoy se han desarrollado en
un trasfondo de constantes homicidios políticos, como el asesinato, ampliamente difundido
en los medios de comunicación mundiales, del general de brigada Thach Kim Sang, miembro
del FUNCINPEC, ocurrido en Phnom Penh el 4 de marzo. Amnistía Internacional ha recibido
informes sobre decenas de homicidios políticos cometidos desde el golpe de Estado contra el
príncipe Ranariddh, que tuvo lugar el 5 y 6 de julio; hasta el momento, nadie ha sido
procesado por ninguno de estos homicidios.
La organización ha manifestado: «En Camboya existe una impunidad
institucionalizada para quienes violan los derechos humanos. Ningún responsable de abusos
graves contra estos derechos ha comparecido ante un tribunal, y los juicios que deberían
celebrarse nunca tienen lugar».
El grupo de países Amigos de Camboya advirtió el 6 de marzo que «para que se den
unas condiciones que permitan celebrar elecciones libres, justas y dignas de crédito es preciso
tomar medidas urgentes que garanticen un entorno en el que no se producen abusos contra los
derechos humanos y en el que no existe una intimidación política». Amnistía Internacional
considera que, a menos que se tomen medidas inmediatas para procesar a los responsables de
esos abusos, las elecciones de Camboya tendrán lugar en un ambiente de temor.
INFORMACIÓN GENERAL
Desde que, a principios de julio de 1997, el príncipe Norodom Ranariddh, primer
primer ministro de Camboya, fue expulsado violentamente del poder por Hun Sen, segundo
primer ministro, el respeto por los derechos fundamentales, que ya antes del golpe era
bastante deficiente, ha disminuido aún más. Decenas de simpatizantes del príncipe Ranariddh
han sido ejecutados extrajudicialmente y, en estos momentos, no hay indicios de que la
situación vaya a mejorar antes de las elecciones previstas para julio de 1998.
Los homicidios políticos continúan y los indicios contra las fuerzas de seguridad son
en algunos casos abrumadores. Algunos altos cargos del gobierno han prometido que se
llevarán a cabo investigaciones serias sobre las violaciones de derechos humanos; sin
embargo, sus esfuerzos parecen haber estado más encaminados a desacreditar el trabajo de los
supervisores de dichos derechos que a averiguar la verdad.
Antes del golpe de Estado de julio, el general de brigada Chao Sambath era
subdirector del Departamento de Información y Espionaje, en la Comandancia Suprema de
las Reales Fuerzas Armadas Camboyanas. Tras las luchas que estallaron en Phnom Penh en
julio, Chao Sambath huyó junto con su colega, el general Krauch Yeuam, y un grupo de
subordinados. El 8 de julio de 1997 fueron capturados por miembros de las Reales Fuerzas
Armadas leales a Hun Sen, y los dos generales fueron separados de sus hombres. El cadáver
de Krauch Yeuam fue exhumado por activistas de derechos humanos el 15 de octubre de
1997, y el de Chao Sambath el 28 de ese mismo mes. Chao Sambath parecía haber muerto
como en una ejecución, de un disparo en la nuca.
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