Primeros años de vida Heredero de la Corona de Aragón y

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Primeros años de vida
Hijo de Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez, nació por deseo de su
madre en territorio aragonés, ya que se encontraba en Navarra el 26 de octubre de
1459(en las disputas de sucesión entre su hijastro Carlos y su esposo Juan II) y se
desplazó hasta el caserón de la familia Sada, en la villa de Sos, junto a la frontera.
Con solo seis años de edad recibió de su padre Juan II el título de duque de Montblanc y
conde de Ribagorza con el señorío de la ciudad de Balaguer, el 25 de julio de 1458.12
Heredero de la Corona de Aragón y matrimonio con Isabel de Castilla
Estatua de Fernando II de Aragón y V de Castilla, el Católico (1452–1516), en los
Jardines de Sabatini de Madrid (España). Esculpida en piedra blanca por Juan de León
entre 1750 y 1753.
Reconocido heredero de la corona aragonesa a la muerte de su medio hermano, Carlos,
príncipe de Viana (1461), fue coronado como Rey heredero de Aragón en Calatayud;
fue nombrado lugarteniente general de Cataluña (1462) y, en 1468, rey de Sicilia.
Durante la guerra civil catalana (1462 - 1472), en la que tomó parte activa, se
familiarizó con la administración del estado a instancias de su padre.
Al morir su primo, el infante Alfonso de Castilla (1468), y ser reconocida por la mayor
parte de la nobleza la infanta Isabel, su prima segunda y medio hermana de Enrique IV
de Castilla, como heredera de Castilla, su padre Juan II puso su empeño en conseguir el
matrimonio de Fernando con la princesa castellana que se produjo en octubre de 1469
en el Palacio de los Vivero de Valladolid. Sin embargo, a la muerte de Enrique IV
(1474) empezó una guerra civil entre los partidarios de Isabel y los de la hija de
Enrique, Juana de Trastamara, apodada la Beltraneja, apoyada por el rey de Portugal,
Alfonso V el Africano, que pretendía casarse con ella, uniendo las coronas de Castilla y
Portugal. En este contexto de duplicidad monárquica, Fernando de Aragón será
ordenado caballero de la Orden del Toisón de Oro por el duque Carlos el Temerario en
1473, celebrándose la ceremonia de investidura el 24 de mayo de 1474 en la iglesia de
Santa María de la Asunción de Dueñas (Palencia) por el señor de Bièvres (Bélgica),
Jean de Rubempré.
Fernando, tras arduas discusiones con la recelosa nobleza castellana, consiguió ser
proclamado corregente de Castilla con los mismos derechos que Isabel mediante la
Concordia de Segovia (1475). Fernando participó activamente en la dirección militar de
esta guerra, a cuyo resultado contribuyó de una manera definitiva, sobre todo en la
indecisa batalla de Toro (1476),13 14 convertida en victoria estratégica por el genio
político de Fernando, y en la sumisión de ciudades rebeldes. De 1476 a 1477 fue
administrador de la Orden de Santiago.
Rey de Aragón y Castilla
Armas de Fernando II de Aragón y V de Castilla en el Palacio de los Reyes Católicos de
La Aljafería (1488-1492). Se trata de un escudo cuartelado con las armas de Castilla,
León, Aragón y Sicilia timbrado con la cimera del dragón, adoptada por Pedro IV el
Ceremonioso y posteriormente usada como símbolo de dignidad del rey de Aragón.
La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el Tratado de Alcáçovas (1479), Juana
renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de Coímbra,
convirtiéndose Isabel I en reina indiscutida de Castilla. Ese mismo año, (20 de enero de
1479) Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. Pero fue en el año 1475
cuando puede fijarse la unión de ambas coronas según los términos de la Concordia de
Segovia (corroborada más tarde en el Concordia de Calatayud del año 1481) por los
cuales Fernando fue nombrado rey de Castilla como Fernando V, reinando junto con su
mujer la reina Isabel I, uniendo así ambas coronas. Y aún más importante serán las
Cortes de Toledo de 1480, donde en su ley 111 se dice: "Pues por la gracia de Dios los
nuestros Reynos de Castilla y de León y de Aragón son unidos, y tenemos esperanza
que por su piedad de aquí en adelante estarán unidos, y permanecerán en una corona
Real: E así es razón que todos los naturales de ellos traten y comuniquen en sus tratos y
facimientos".
Sin embargo, la reina Isabel I de Castilla no pudo ser nombrada de iure reina de Aragón,
ya que al existir un varón legítimo (su esposo), ese sería el rey y por tanto Isabel sería
reina consorte. Es antihistórico hablar de una ley sálica como la francesa en la Corona
de Aragón, absolutamente inexistente en Código legal alguno en cualesquiera de los
territorios de la Corona. El sistema de nombramiento era consuetudinario, entronando al
varón legítimo de mayor edad, y el documento esencial era el testamento del rey. En
cambio existía el llamado "ius uxoris" o "jure uxoris" por el cual el varón consorte de la
reina se convertía en rey por el imprescindible hecho del mando militar. Tampoco
existió ley sálica en Castilla y León, como lo prueban Urraca y Berenguela.
Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (a partir de 1480
extendió la figura del corregidor; en 1481 se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona
a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en 1481
la conquista del Reino nazarí de Granada. A través de las dificultades de esta guerra
(1481 - 1492), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes
diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el 2 de enero
de 1492. La conquista del último reducto musulmán en la península otorgó a los reyes
un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de
Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la
concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los
remensas catalanes mediante la abolición de los malos usos y la consolidación de los
contratos de enfiteusis (sentencia arbitral de Guadalupe, 1486). Introdujo en Castilla las
instituciones aragonesas de los consulados (como el Consulado del Mar, de Burgos) y
los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano,
especialmente el comercio de la lana.
En el aspecto religioso, creó la Inquisición Española en 1478 (no directamente heredera
de la que existió en la Corona de Aragón desde 1249), decretó la expulsión de los judíos
el 3 de marzo de 1492 (salvo bautismo) y la Pragmática de 14 de febrero de 1502 que
ordenaba la conversión o expulsión de todos los musulmanes del reino de Granada. Esta
Pragmática supuso un quebrantamiento de los compromisos firmados por los Reyes
Católicos con el rey Boabdil en las Capitulaciones para la entrega de Granada, en las
que los vencedores garantizaban a los musulmanes granadinos la preservación de su
lengua, religión y costumbres.
En Italia
Armas adoptadas por Fernando II de Aragón como rey de Nápoles en 1504 y que fueron
usadas hasta 1512, cuando se incorporó el blasón de Navarra. En el segundo cuartel
puede observarse, junto a las Barras de Aragón, el escudo del reino de Nápoles formado
por los blasones de los reinos de Jerusalén y de Hungría.15
A partir de 1492, Fernando centró su actividad en la tradicional expansión aragonesa
hacia Oriente, a través del Mar Mediterráneo, principalmente hacia Italia y el norte de
África. Mediante el tratado de Barcelona (1493), recuperó el Rosellón y la Cerdaña
(ocupados desde 1463 por Francia). En Italia, para oponerse al intento francés de
anexionarse el Reino de Nápoles y Sicilia, organiza la Liga Santa (1495), su primer gran
éxito diplomático internacional. Los éxitos en las campañas militares (en las que el
ejército del rey era dirigido por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán) y la
astucia del rey permitieron expulsar a la dinastía reinante del Reino de Nápoles y Sicilia
y, en 1504, a los franceses, con lo que Nápoles se sumó a las posesiones de la corona. El
papa Alejandro VI, que a pesar de ser originario de los territorios de la Corona de
Aragón, no tenía buenas relaciones con él porque temía que en sus afanes territoriales
quisiera incluir parte de los estados pontificios, les concedió el título de Reyes Católicos
a Fernando y a su mujer, la reina Isabel I de Castilla mediante la bula papal Si Convenit
del 19 de diciembre de 1496.
Otro de sus frentes diplomáticos contra Francia reposó en una sabia política de alianzas
matrimoniales, mediante la cual los reyes quisieron establecer alianzas con otros países
europeos (matrimonio de sus hijas Isabel y, a la muerte de ésta, María, con el rey
Manuel I de Portugal; de Juan, con Margarita de Austria; de Juana con Felipe el
Hermoso, y de Catalina con Arturo, príncipe de Gales y, tras la temprana muerte de
éste, con su hermano, el futuro Enrique VIII de Inglaterra), aislando a Francia, a la cual
hizo fracasar reiteradamente en sus intervenciones en Italia.
Expansionismo y sucesión
En el norte de África, se mostró contrario a ocupaciones a gran escala y restringió sus
acciones a la ocupación de algunas plazas litorales del Mediterráneo, como por ejemplo
Orán (Véase Toma de Orán). Mientras todo esto ocurría en Europa, el descubrimiento
de América y la rápida ocupación y explotación de las tierras americanas iban
fortaleciendo la posición internacional de los Reyes Católicos.16
A la muerte de Isabel (1504), Fernando proclamó reina de Castilla a su hija y tomó las
riendas de la gobernación del reino acogiéndose a la última voluntad de Isabel la
Católica. Pero el marido de Juana, el archiduque Felipe no estaba por la labor de
renunciar al poder y en la concordia de Salamanca (noviembre de 1505) se acordó el
gobierno conjunto de Felipe y la propia Juana, como reyes, actuando Fernando como
gobernador. Previamente, Fernando había neutralizado el apoyo francés a su yerno
Felipe por el Tratado de Blois, y se había casado con Germana de Foix, sobrina del rey
Luis XII.
El 19 de octubre de 1505, a los 18 años de edad, Germana se casó por poderes con
Fernando II de Aragón, de 53 años, viudo de Isabel la Católica desde hacía casi un año,
celebrándose las velaciones de dicho matrimonio en la localidad palentina de Dueñas
(Palencia) el 18 de marzo de 1506, en el palacio de los condes de Buendía, propiedad de
su primo Juan de Acuña, III conde de Buendía. En los pactos, el rey de Francia cedió a
su sobrina los derechos dinásticos del reino de Nápoles y concedió a Fernando el título
de rey de Jerusalén, derechos que retornarían a Francia en caso de que el matrimonio no
tuviese descendencia. A cambio, el Rey Católico se comprometió a nombrar heredero al
posible hijo del matrimonio. El matrimonio levantó las iras de los nobles de Castilla, ya
que lo vieron como una maniobra de Fernando el Católico para impedir que Felipe el
Hermoso y Juana I heredasen la Corona de Aragón. Con ella tuvo, en 1509, otro hijo,
Juan, que de no haber muerto a las pocas horas de nacer, se habría convertido en rey de
Aragón.
En 1506, llegó el matrimonio de Juana y Felipe a la península y pronto se manifestaron
las malas relaciones entre el yerno (apoyado por la nobleza castellana, que formaron el
grupo felipista) y el suegro (apoyado por los representantes de las ciudades, que
formaron el grupo aragonés) de modo que por la Concordia de Villafáfila (1506),
Fernando se retiró a Aragón y Felipe fue proclamado rey de Castilla en las Cortes de
Valladolid, con el nombre de Felipe I. Pero el 25 de septiembre de ese año muere Felipe
I el Hermoso, y ante la incapacidad de la reina Juana, el Cardenal Cisneros tomó
temporalmente la responsabilidad del poder como Presidente del Consejo de Regencia
de Castilla hasta la vuelta de Fernando. Cuando éste regresó, encerró a su hija de por
vida en Tordesillas y gobernó como regente en Castilla, aunque no obstante, se centró
en las cuestiones de Italia (tomando parte en la Liga de Cambrai contra Venecia en
1511) y dejó el gobierno de Castilla al Cardenal Cisneros (Concordia de Burgos de
1507).
Navarra
Escudo posterior a 1512 tras la incorporación de Navarra. Originalmente Fernando el
Católico había previsto agregar Navarra a la Corona de Aragón y ello explica que el
emblema navarro figure partido con los palos de Aragón.17 18
Véanse también: Guerra Civil de Navarra y Conquista de Navarra.
Como hijo de Juan II intervino de forma activa en la Guerra Civil de Navarra, con la
introducción de tropas castellanas en el interior del Reino de Navarra, hasta que en 1512
y en apoyo del bando beamontés realizó de forma abierta la definitiva incorporación o
Conquista de Navarra con tropas vascas y castellanas, al mando del II duque de Alba de
Tormes, Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez. Para controlar el reino y dentro de las
medidas diplomáticas, se reunieron las Cortes de Navarra el 23 de marzo de 1513, en
una asamblea a la que solo acudieron beamonteses, para que le dieran su apoyo, que
consiguió, tras prometer respetar todos los derechos del Reino. Tras ello, los
procuradores le juraron obediencia como «Católico rey don Fernando, rey de Navarra
nuestro señor de aquí en adelante...».19
El 7 de junio de 1515, las Cortes castellanas reunidas en Burgos, sin presencia de
navarros, aceptaron que cuando muriese Fernando II el Católico, entonces rey regente
de Castilla por presunta demencia de su hija la reina Juana I, se incorporase el Reino de
Navarra a los reinos del rey de Castilla y no a los de la Corona de Aragón, lo que les fue
propuesto por el propio rey Fernando.19 20 No obstante, la guerra para controlar el reino
se prolongaría hasta 1524, reinando su nieto, Carlos I.
Testamento y muerte
En su legado, consignó todas sus posesiones a favor de su hija, y en el puesto de ella
debía asumir el gobierno y la regencia de los reinos de Castilla y Aragón, su nieto
Carlos de Gante, futuro Carlos I y, hasta su llegada, nombró a su hijo natural Alonso de
Aragón regente de los reinos de la Corona de Aragón y al Cardenal Cisneros, regente de
Castilla. Murió el 23 de enero1 de 1516 en Madrigalejo (provincia de Cáceres), cuando
iba a asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara en el Monasterio de
Guadalupe.
En su testamento dejó herencias a determinados sirvientes, a su hijo natural Alfonso de
Aragón, a su nieto Fernando y a su esposa Germana de Foix. Expresó asimismo su
voluntad de ser enterrado en la Capilla Real de Granada, junto a su primera esposa,
Isabel de Castilla.21
Su muerte pudiera haber sido originada por haber hecho abuso de cantárida,22 que en
aquellos tiempos se utilizaba como un afrodisiaco, en un intento por lograr un heredero
varón con su esposa Germana de Foix.
Matrimonios y descendencia
“Yn Dey nomine. Amen. Manifiesta cosa sea a los que la presente verán en como en la
muy noble villa de Valladolid jueves dies e ocho días del mes de octubre año del
nasçimiento de nuestro Salvador Ihesuchristo de mil e quatrocientos e sesenta e nuevos
años, e seyendo presentes los muy ilustres e exçellentes señores el muy exçellente e
esclaresçido señor el señor don Fernando, rey de Siçilia, príncipe heredero de los
reynos de Aragón, e la muy exçellente e esclarecida señora la señora doña Ysabel, fija
del muy alto e poderoso señor rrey don Juan de gloriosa memoria, prinçesa heredera
d’estos reynos de Castilla e de León... ellos estaban unanimiter conformes de contraher
matrimonio en uno, segund que manda la Santa Madre Iglesia”.
Su padre negoció en secreto el matrimonio de Fernando con Isabel, recién proclamada
Princesa de Asturias y, por tanto, heredera al trono de Castilla y León. Las
conversaciones fueron secretas debido a que Fernando estaba prometido con la hija de
don Juan Pacheco, favorito del rey castellano Enrique IV.[cita requerida] Isabel quería este
matrimonio, pero había un problema canónico: los contrayentes eran primos (sus
abuelos eran hermanos). Necesitaban, por tanto, una bula papal que autorizara los
esponsales. El Papa, sin embargo, no llegó a firmar este documento, temeroso de las
posibles consecuencias negativas que ese acto podría traerle (al atraerse las antipatías de
los reinos de Castilla, Portugal y Francia, interesados todos ellos en desposar a la
princesa Isabel con otro pretendiente).
Sin embargo, el Papa era proclive a esta unión conyugal, por los beneficios que le podía
traer el estar a bien con la princesa Isabel.[cita requerida] Por ese motivo, ordenó al cardenal
Rodrigo de Borja dirigirse a España como legado papal para facilitar este enlace.
Fernando, Isabel y sus consejeros dudaban en contraer matrimonio sin contar con la
autorización papal. Finalmente, con la connivencia del cardenal Borja, presentaron una
bula falsa, supuestamente emitida en junio de 1464 por el anterior Papa, Pío II, a favor
de Fernando, en el que se le permitía contraer matrimonio con cualquier princesa con la
que le uniera un lazo de consanguinidad de hasta tercer grado.
Isabel aceptó y se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Cervera, el 5 de marzo
de 1469. Ante el temor de que Enrique IV abortara estos planes, en el mes de mayo de
1469 y con la excusa de visitar la tumba de su hermano Alfonso, que reposaba en Ávila,
Isabel escapó de Ocaña, donde era custodiada estrechamente por don Juan Pacheco. Por
su parte, Fernando atravesó Castilla en secreto, disfrazado de mozo de mula de unos
comerciantes.
Isabel de Aragón, primogénita de los Reyes Católicos y reina de Portugal.
Finalmente el 19 de octubre de 1469, Isabel contrajo matrimonio en el Palacio de los
Vivero de Valladolid con Fernando, rey de Sicilia y Príncipe de Gerona. Esto le valió el
enfrentamiento con su hermanastro, que llegó a paralizar la bula papal de dispensa por
parentesco entre Isabel y Fernando. Finalmente, el 1 de diciembre de 1471, Sixto IV
emitió la bula que dispensaba al matrimonio de sus lazos de consanguinidad.
Casado el 19 de octubre de 1469, con Isabel tuvo 5 hijos:
Anexo completo de la Descendencia de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla
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Isabel de Aragón (1470 - 1498), princesa de Asturias (1497 - 1498), se unió en
matrimonio con el infante Alfonso de Portugal, pero al enviudar contrajo
segundas nupcias con el heredero al trono que se hizo llamar Manuel I de
Portugal —el primo y cuñado del difunto rey portugués Juan II— pero moriría
en el parto de su hijo Miguel de Paz.
Juan (1478 - 1497), príncipe de Asturias (1478 - 1497), contrajo matrimonio
con Margarita de Austria (hija del emperador germánico Maximiliano I de
Habsburgo), murió de tuberculosis.
Juana I de Castilla (6 de noviembre de 1479 – 1555), princesa de Asturias
(1500–1504), reina de Castilla (1504–1555) con el nombre de Juana I. En 1496,
contrajo matrimonio con Felipe el Hermoso de Habsburgo (también hijo del
emperador Maximiliano I). Con él entró una nueva dinastía en España, la de los
Habsburgo, que formaban la Casa de Austria. En 1500, fue por segunda vez
madre de su primer hijo varón, el futuro Carlos I, quien la sucedería y sería
también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V. En
1503, dio a luz a Fernando, sucesor de Carlos en el Sacro Imperio como
Fernando I, y restauró la rama austríaca imperial de la Casa de los Austrias. Tras
la muerte de su marido, su padre Fernando la declaró incapaz mentalmente y la
recluyó en Tordesillas, donde murió cuatro décadas después.
María (1482 - 1517), contrajo matrimonio con el viudo de su hermana Manuel I
de Portugal y fue madre de Juan III y de Enrique I el Cardenal, sin olvidar a la
que sería la futura emperatriz Isabel de Portugal, esposa de su primo Carlos I de
España.
Catalina (1485 - 1536), contrajo matrimonio con el príncipe Arturo de Gales y
tras la muerte de este con su hermano que sería Enrique VIII, por lo tanto se
convirtió en reina de Inglaterra, fue madre de la reina María I Tudor.
Firma de Fernando II de Aragón.
Con su segunda mujer Germana de Foix, sobrina de Luis XII de Francia, casado el 19
de octubre de 1505 en Dueñas (II Tratado de Blois):
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Juan (3 de mayo de 1509 - murió unas horas después de nacer).
Con Aldonza Ruiz de Ivorra, noble catalana de Cervera, tuvo dos hijos bastardos:
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Alonso (o Alfonso) (1470 - 1520) Prelado español, abad del Monasterio de
Montearagón desde 1492 a 1520, arzobispo de Zaragoza y virrey de Aragón.23
Juana (¿? - ¿?), segunda esposa de Bernardino Fernández de Velasco III conde
de Haro y VII condestable de Castilla. Fueron padres de Juliana Ángela de
Velasco y Aragón, casada con su primo hermano, Pedro Fernández de Velasco,
conde de Haro.24
Con Toda de Larrea:
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María, abadesa de Nuestra Señora de Gracia el Real de Madrigal, Ávila.
Con Juana Pereira, una noble portuguesa:
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María Esperanza, abadesa de Nuestra Señora de Gracia el Real de Madrigal,
donde profesó y también fue abadesa su hermana María.25
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