PIE Sujeto a debate

Colegio Parroquial San Marcelo 2008
Nueva Escuela Secundaria
Hacia la construcción del P.I.E
¿De qué hablamos cuando hablamos de evaluación?
R. Tyler fue de los primeros teóricos en dedicarse a la Evaluación
curricular. Para este autor de influencia conductista la evaluación se relacionaba
específicamente con el crecimiento de los estudiantes a la luz de los objetivos
deseados. Es decir que a partir de la selección de objetivos (metas finales) se
esperaban resultados previamente determinados.
A partir de los años ’70 con intención de dejar de lado esta perspectiva,
se empieza a pensar la evaluación como proceso, se valoran métodos cualitativos
por encima de los cuantitativos, se intenta un acercamiento al paradigma de la
interpretación y comienza a comprenderse la evaluación en un sentido
totalizador. Se entiende el hecho educativo como fenómeno complejo en el que
intervienen múltiples determinantes y que en lugar de verificar la consecución
de objetivos (solo en los y las estudiantes) permitirá tomar decisiones respecto a
todo el funcionamiento del Proyecto Educativo.
“La evaluación es un proceso de obtención, producción y distribución de
información, referido al funcionamiento y desarrollo de la actividad cotidiana
en las salas, aulas, clases, y la escuela, a partir de la cual se toman decisiones
que afectarán ese funcionamiento. Más que medir intenta comprender para
poder actuar”1. Entendida así la evaluación siempre implica una
autoevaluación.
implementa
Diferentes
estrategias de
EVALUACIÓN
En función de las cuales
Toma de decisiones
INSTITUCIÓN
(Proyecto Pedagógico)
Permiten analizar el funcionamiento
Es preciso tener en cuenta que la evaluación implica un compromiso
ideológico y ético por lo que es imprescindible que surja de un acuerdo de
criterios entre los distintos actores de la Comunidad Educativa (P.I.E).
Transitando hacia decisiones institucionales
A partir de los aportes realizados por los y las docentes de la Institución
es posible reconocer como instrumentos habituales de evaluación las pruebas
escritas, exposiciones orales, trabajos prácticos individuales o grupales,
correcciones de carpetas, producciones de textos, guía de estudios, trabajos de
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Harf, Ruth
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investigación, papers, monografías e informes. También se han propuesto como
instrumentos alternativos el role play, collages con defensas orales, elegir
canciones, explicarlas y cantarlas (para el caso de lengua extranjera),
investigaciones extras sobre temas trabajados en clase, trabajos sobre
evaluaciones resueltas, análisis críticos de artículos periodísticos, diseños de
juegos de mesa con contenidos de las asignaturas, etc.
En cuanto a los criterios de evaluación en todos los casos las respuestas
docentes señalan una estrecha relación entre los instrumentos diseñados y las
expectativas de logro propuestas para el ciclo en curso. Es decir que predomina
una evaluación de tipo criterial. Sin embargo, sin excepción se reconoce como
habitual la adecuación de los criterios a las particularidades que presentan
algunos alumnos, entendiendo sus progresos en relación a sus dotes y
circunstancias especiales.
La evaluación resulta un componente positivo de la enseñanza que constituye
una experiencia más de aprendizaje.
Algunas pautas específicas
Diversas opiniones fueron vertidas respecto de las ausencias de los
alumnos y alumnas a evaluaciones avisadas. Sin embargo la mayoría de las
respuestas priorizan el valor de la instancia evaluativa. Se propone entonces
que independientemente de las causas que hayan provocado las ausencias de
los y las estudiantes, estos deben ser evaluados. No obstante es explícito
nuestro interés por concientizar sobre el valor del esfuerzo, el compromiso y la
responsabilidad. Entendemos que estas cuestiones se enmarcan en aspectos
actitudinales por lo cual se realizará un seguimiento de las ausencias y los
motivos. Corresponderá a los tutores encargarse de esta tarea.
Por su parte, cada docente consignará las fechas de evaluaciones con
anticipación en una planilla establecida en el libro de temas para tal fin. El día
de las mismas se anotarán allí los alumnos que estuvieron ausentes. Asimismo
el docente dispondrá libremente de nuevas pautas para esa instancia (agregar
un tema adicional, evaluar en el recuperatorio, tomar la misma propuesta de
evaluación, colocar ausente y agregar estos temas en la siguiente evaluación,
evaluar oralmente, etc.) que serán comunicadas a alumnos y familias para dejar
claros los criterios. Entendemos que “Ausente” significa “sin calificar” y
entonces, esta actitud del alumno será evaluada por el docente, y así, influirá o
no en su nota conceptual.
Respecto de la nota conceptual, entendemos que se trata de una
herramienta del docente que no necesariamente debe comunicarse mediante
cuaderno de comunicados. Constituye una calificación que resulta de la
ponderación de la nota trimestral. Aun así, es necesario que cada docente pueda
justificar adecuadamente esta calificación en caso de ser requerida por los
alumnos.
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En cuanto a la posibilidad de fotocopiar evaluaciones (de los períodos
de febrero, agosto y diciembre) la mayoría manifiesta no tener inconvenientes al
respecto siempre que la solicitud se realice una vez finalizado el período de
evaluación. Creemos que deberían solicitarlas los padres y se entregarán para
fotocopiar solo aquellas que no estén aprobadas mientras que las aprobadas
quedarán siempre en poder de los evaluadores.
Respecto de cuestiones de convivencia institucional.
Del Marco Institucional de Convivencia surge que los alumnos y
alumnas que hayan terminado sus evaluaciones deberán permanecer en sus
cursos hasta la finalización de la hora. Se trata de un nivel que cuenta con más
de seiscientos estudiantes, para los cuales solo se dispone de cinco preceptores
con la enorme responsabilidad de realizar tareas administrativas y acompañar a
los alumnos en la convivencia fuera del aula. El único espacio disponible para
quienes no estén con los docentes es el patio compartido con alumnos de los
otros dos niveles. Por otra parte, en períodos de parciales varios cursos son
evaluados simultáneamente y si bien hay un preceptor de patio resulta
imposible evitar que el tránsito por los pasillos, salas de informática, biblioteca,
laboratorio, etc., interrumpa el resto de las actividades.
La evaluación como camino para el perfeccionamiento.
La evaluación no es una instancia destinada solo a los y las alumnas sino
un camino que permite la revisión y el perfeccionamiento constante de todo el
proyecto pedagógico.
Miguel Ángel Santos Guerra sostiene “ (...) hay dos caminos para la
mejora del profesorado. Uno es el que considera al evaluador un mero
aplicador de prescripciones que formulan los administradores de la educación.
Es un modelo desprofesionalizador porque parte de un doble presupuesto: el
profesor no sabe hacerlo por su propia iniciativa y, si lo sabe no tiene la
voluntad de llevar a la práctica ese conocimiento (...) . El otro modelo es el que
considera al profesor un investigador de su práctica. Puede comprender lo que
hace y, desde esa comprensión, toma las decisiones pertinentes de mejora”. 2
Acordando con este último modelo y entendiendo que revisar los
procesos de evaluación nos enriquece y mejora como institución es que creemos
que, como señala Edith Litwin, necesitamos de un acto de humildad para la
autorreflexión y la metaevaluación.
Por último, cabe destacar que el Proyecto Institucional de Evaluación así
como todos los Proyectos Institucionales constituyen instancias dinámicas que
permanentemente serán sometidas a discusión y nuevas toma de decisiones
consensuadas.
Santos Guerra, M.A. “Conferencia de Cierre” en el 4º Congreso Internacional de Educación, Ed.
Santillana
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