Tarea No. 4 - Literaturaprepa1

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Tarea 4
Desarrollo de la clase
La Educación por Competencias nos presenta lo que será la educación del
futuro, un futuro en el que el personaje principal de esta historia será el alumno
y en el que el profesor sólo será un facilitador. Dadas las circunstancias de esta
sociedad postmoderna en la que nos movemos, los grandes corporativos
necesitan que los futuros empleados sean capaces de aprender a aprender y
rápido.
Sin duda peligran aquellos docentes pasivos, que sólo repiten lo que viene en
los libros de texto. En un mundo, donde la información se obtiene a un clic de
distancia, cualquier dato “novedoso” que presente el maestro en su clase, es
susceptible de ser encontrado en Internet. Los alumnos, gracias a los
buscadores de información, pueden proveerse de un conocimiento semejante o
superior al de sus profesores. Ya no son “Tabula rasa”. Por otra parte, nuestros
alumnos ahora deberán: aprender a buscar, aprender a cuestionarse, pero
sobre todo aprender a aprender. Nuestros alumnos, con la guía de sus
profesores, y gracias a la Educación por Competencias, serán sus propios
formadores.
Sin embargo, aún hay profesores que no se adaptan del todo a este sistema,
profesores a quienes seduce el poder de la cátedra y que siguen aún con
modelos del pasado. Este último caso es aplicable un poco a la Lic. Gloria
Laura Septién Crespo, a quien di seguimiento en 4 sesiones de su clase de
Empresa y su Entorno.
Gloria Septién es una maestra de gran tradición en el IEST. Cuenta con un
estilo muy atractivo para los alumnos, pero tarde o temprano este estilo la
dejará en el pasado. Ella inicia con un ritual totalmente conductista: toma lista a
todos los presentes. Posteriormente saluda y pregunta brevemente a los
alumnos por su salud. De inmediato pide definiciones de lo visto en la clase
anterior y solicita que éstas sean dichas con sus propias palabras.
Posiblemente en este último punto, podremos hablar de competencias y de un
logro importante. Si lo redactáramos en un plan de clase éste podría decir: “Al
término del capítulo fulano, el alumno será capaz de definir con sus propias
palabras…”, etc.
Gloria no usa ningún recurso tecnológico, es decir, la clase es impartida
completamente en el pizarrón. Escribe definiciones y diagramas, luego explica;
los alumnos copian. Esto último es, sin duda, un rasgo totalmente conductista,
lo que la deja en el pasado. Sin embargo, también hay ocasiones en que
juntos, maestra y alumnos, deducen los diagramas y posteriormente
construyen el conocimiento, a manera de “lluvia de ideas”. Esto ocurre cuando
Gloria les pide que usen su lógica y completen lo que les está explicando. Aquí
sí se podría hablar de Educación por Competencias, pues no les proporciona
información, juntos la deducen.
He de reconocer que sus ejemplos son sumamente actuales, vinculados con
situaciones que son totalmente familiares a los alumnos, lo que contribuye al
aprendizaje significativo. Los alumnos, por su parte, también contribuyen con la
dosis de ejemplos prácticos, un poco azuzados por Gloria. De esta manera, el
conocimiento queda fijado con algo que les es familiar.
Su voz es clara y fuerte, gesticula de manera aceptable (no poco, no
demasiado). Consigue ser empática con los alumnos, se interesa por ellos.
Gloria es de la idea de que uno como profesor debe hablar el lenguaje de los
jóvenes, debe saber qué está pensando cada nueva generación. Ella
continuamente se informa, tanto de lo que ocurre en el mundo empresarial,
como de lo que ocurre en el mundo de los jóvenes.
Si bien es cierto que Gloria Septién promueve la participación entre sus
alumnos, es dinámica, interactúa estupendamente con su grupo, modula su
voz, tiene un lenguaje apropiado para los universitarios, es desenvuelta,
congruente y actualizada, por otra parte no utiliza un solo material didáctico. Tal
vez este sistema le siga funcionando una temporada, pero no para siempre.
En la Educación por Competencias, los alumnos deben tener una participación
más activa en el salón.
Recuerdo algunas clases de Administración que llevé en la universidad, y casi
siempre su problema era que estaban ancladas en la teoría, además de que el
profesor venía a impartir una cátedra fría y aburrida… No es el caso de Gloria,
pero aún así estamos ante una clase teórica, muy dinámica y muy entretenida
tal vez, pero que no logra adaptarse aún a la Educación por Competencias. Yo
en su lugar, además de los ejemplos locales, llevaría a cabo algún proyecto
con los alumnos. Si la materia se llama “Empresa y su entorno”, trataría de que
ellos pusieran en práctica estos conocimientos mediante la creación,
precisamente, de una pequeña empresa.
Gloria tiene en el salón, no sólo alumnos de la División de Ciencias Económico
Administrativas, también hay de Exactas, y detecté que participaban poco, no
sé si inhibidos por los demás. Gloria los hace participar, les pregunta y los
exhorta a que dejen el “paradigma del ingeniero”, pero me parece que no es
suficiente. Sería conveniente que, de acuerdo a lo que propone la Educación
por Competencias, los integrara en equipos de trabajo con los demás alumnos.
En conclusión: las nuevas generaciones demandan un nuevo estilo educativo.
Los profesores no podemos permanecer ajenos a estas demandas, no
podemos quedarnos atrás. Tal vez lo que muchos manejamos sea exitoso en
estos momentos, pero es conveniente que se piense en el futuro.
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