factores personales y sociales que influyen en la sexualidad

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Revista Salud, Sexualidad y Sociedad 3(1), 2010
FACTORES PERSONALES Y SOCIALES QUE INFLUYEN EN LA SEXUALIDAD DEL
ADULTO MAYOR DEL CENTRO ADULTO MAYOR DE ESSALUD DE VITARTE
PERSONAL AND SOCIAL FACTORS AFFECTING THE SEX OF THE CENTER FOR OLDER ADULTS OVER THE VITARTE
ESSALUD.
Nilovna Leila Santos Castillo de la Cruz 1
RESUMEN
Se realizó una investigación con la finalidad de identificar los factores que influyen en la sexualidad del adulto mayor del centro
adulto mayor de Essalud de Vitarte, para ello se realizó un trabajo de tipo explicativa y multivariado de diseño multifactorial en
una muestra representativa de 53 adultos mayores, pero se decidió trabajar con la totalidad de la población equivalente a 73.
Los resultados reportan que uno de los factores personales que influyen en la actividad sexual de la tercera edad es el sexo, los
factores sociales que se asocian a la sexualidad del adulto mayor son el tipo de unión, la violencia domestica.
Palabras Claves: Factores, Sexualidad, Adulto Mayor.
ABSTRACT
An investigation with the purpose of identifying the factors that influence Vitarte's sexuality of the older adult of Essalud's adult
bigger center, for it came true explanatory and multi-varied a job of type came true of design multi-factorial in 53 adult elders's
representative sign, but he decided to be worked up with the totality of the equivalent population to 73.
The results yield that one of the personal equations that influence the sexual activity of the third age is sex, the social factors that
are correlated to the older adult's sexuality are the kind of union, the domestic violence.
Key words: Factors, Sex, Senior.
INTRODUCCIÓN
Habitamos en un mundo donde las personas viven
cada vez más años y con mejor estado de salud. Sin
embargo, aunque la atención del adulto mayor ha
alcanzado logros notables, en el tratamiento de la
sexualidad en la tercera edad persisten actitudes
retrógadas que son similares a las existentes desde
siglos anteriores, y que tienden a rechazar o burlarse, y
en el mejor de los casos ignorar, la existencia de
necesidades sexuales en el adulto mayor.
A mucha gente se les hace difícil pensar que los
hombres y mujeres de la tercer edad tengan todavía
sentimientos, necesidades y relaciones de tipo sexual,
y esto viene dado por los estereotipos sexuales
existentes. En muchos casos o circunstancias, tales
como trastornos de la salud, pérdida del cónyuge, etc,
se crea una base física y social real que justifica la
inexistencia de actividad sexual, pero no quiere decir
que en estas personas no continúe la existencia del
interés sexual (1).
Los profesionales de la salud no estamos exentos de
estos prejuicios socioculturales respecto a la sexualidad
del adulto mayor, y hemos hecho poco por esclarecer
y/o resolver los problemas que surgen en cuanto a la
sexualidad de este grupo etáreo. La incorrecta actitud
que niega la sexualidad en el adulto mayor puede tener
2 explicaciones (2):
La incorrecta asociación que se ha establecido entre la
sexualidad y reproducción, mediante la cual se
considera solo normal la actividad sexual en época
reproductiva, y por tanto, los ancianos no tienen por
qué practicarla.
La existencia del prejuicio viejo es igual a enfermo, y
que es tan fuerte, que se instala en todos e incluso en
el personal médico que atiende a los ancianos (3).
Hay numerosos reportes acerca de que en la tercera
edad se mantiene actividad sexual en un porcentaje
elevado de personas, y que se mantiene vivo el interés
en el sexo, todo lo cual nos hace pensar que la
sexualidad en esta época de la vida no es solo una
utopía (9). La actividad sexual del anciano puede estar
influida por un grupo de factores que incluso pueden
hacerla desaparecer, entre que se encuentran:
La falta de pareja. Esta es la causa que más provoca
abstinencia sexual, sobre todo en la mujer (recordar
que los hombres mueren 7 años antes como promedio
que la mujer), y la sociedad actual no aprueba que ella
trate de buscar una nueva pareja, por lo que el entorno
social las coloca fuera del juego.
La monotonía de las relaciones sexuales (hacer
siempre lo mismo y de la misma manera). Los
problemas de comunicación (solo se tratan problemas
de la casa, el trabajo y la subsistencia), y no se
1. Médico. Maestro en Salud Pública. Médico Nivel II Hospital de Huaycan. Dirección de Salud IV Lima Este.
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conversa sobre los temas íntimos que puedan hacer
resurgir la intimidad de la pareja. La salud física es otro
factor importante, pues pueden ser innumerables las
enfermedades y los tratamientos médicos que
mediaticen las posibilidades sexuales. Según haya sido
la vida sexual cuando joven, así será la sexualidad del
adulto mayor (si era poco dado a la sexualidad, ahora
será un anciano sin ella) (4).
Las condiciones de la vivienda. Nuestra sociedad es
filocéntrica, es decir, educa a sus miembros en el
pensamiento de que todo debe supeditarse en función
de los hijos. En el caso del adulto de la tercera edad
esta obligación se duplica, pues debe ocuparse de hijos
y nietos, y en nuestras casas por lo general coinciden 3
generaciones, en las que los adultos mayores
generalmente comparten sus habitaciones con otras
personas, pues no se piensa necesiten privacidad, lo
cual no es lógico.
Existe una inquietante tendencia a equiparar la
actividad sexual con la coital, mientras que las
necesidades emocionales del individuo de la tercera
edad pueden cubrise completamente mediante una
actividad sexual que no siempre lleva al coito. La
necesidad de relacionarse con otras personas, de
expresar sentimientos, de recibir afecto de la otra
persona no se pierde por más viejos que seamos. Por
ello Colombino (5), refiere que la tercera edad es la
edad del erotismo, significando con esta expresión que
al desaparecer los intereses o las preocupaciones
reproductoras, la sexualidad en esta etapa de la vida
tiene como único fin recibir y dar placer. Para disfrutar
de una vida sexual plena en la tercera edad solo hay
que cumplir 3 condiciones: Tener un estado de salud
razonablemente bueno, estar interesado en la
sexualidad y
tener una pareja que le resulte
interesante.
Ser una persona de la tercera edad no significa estar
oprimida sexualmente. La conducta sexual en esta
época, aunque no imposible fisiológicamente ni
despreciable emocionalmente, está definitivamente
restringida por la cultura de la sociedad actual. Debe
propagarse la idea de que la sexualidad en la tercera
edad es algo bueno y necesario si se desea (5).
Cutipa y Schneider realizaron una investigación con la
finalidad de identificar el tipo, la frecuencia y la calidad
de las relaciones sexuales del adulto mayor. Para tal
efecto se contó con una población de estudio
conformada por 45 adultos mayores, pertenecientes a
la "Asociación Geriátrica Señor de los Milagros" de la
localidad de Cerro Salaverry, distrito de Socabaya, en
la provincia de Arequipa. Todos ellos pertenecientes a
un nivel socioeconómico bajo. El instrumento de
medición que utilizado fue una encuesta
semiestructurada elaborada por el Centro de Salud
Pública de la Universidad Católica de Santiago de Chile
y que se adaptó al medio. Por medio del estudio se
comprueba que la mayoría de los adultos mayores
consideran indiferente el mantener una vida sexual
activa, por lo que optan por no tener relaciones
sexuales en esta edad.
Entre los motivos que llevan a esta decisión están el
pensar que no está bien tener sexo a su edad, que las
relaciones sexuales son algo exclusivo de los jóvenes y
que son para gente enferma. En el caso de los que
mantienen relaciones sexuales, predominan aquellas
que se realizan con penetración y con una frecuencia
de más de una vez al mes, siendo en su mayoría de
veces satisfactorias y espontáneas (6). .
Es por esta razones que no planteamos investigar
¿Cuáles son los factores que influyen en la sexualidad
del adulto mayor del centro adulto mayor de essalud de
vitarte?.
Figura 1: Foto de adultos mayores
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MATERIAL Y MÉTODOS
significativamente la proporción de la presencia o
ausencia de cada indicador.
En la presente investigación es de tipo explicativa y
multivariada. Según el reporte mensual del área de
estadística, la población en el Centro del Adulto Mayor,
entre Enero y Abril del 2008 estuvo constituida por 72
usuarios del servicio de lo cual se calcula una
proyección de usuarios similares en el período de
nuestro estudio y se obtiene una muestra de 53 adultos
mayores a ser entrevistados.
RESULTADOS
Factores Personales
En cuanto a la relación entre el sexo y la vida sexual en
la tercera edad se pudo encontrar que del total de los
que tuvieron vida sexual activa el 58 por ciento eran
hombres y el complemento mujeres, mientras que de
los que no tuvieron vida sexual activa el 19 eran
hombres y el 81 de mujeres. Lo que podemos observar
es que los varones tienen mayor vida sexual que las
mujeres y el sexo es una variable que se asocia
significativamente a la sexualidad de la tercera edad, al
encontrarse diferencias estadísticamente significativas.
(Tabla 1).
A la información que reporte el estudio se le agrupará
en cuadros y gráficos, haciendo la respectiva
distribución porcentual, de frecuencias y medidas de
tendencia central, para la presentación los datos que
reporte el estudio.
Para la parte analítica se empleará un modelo de chi²
para una sola variable, para determinar
Tabla Nº 1: Relación entre el sexo y la vida sexual en la tercera edad
Usted tiene vida s exual
ac tiva
SI
Sexo
Hombre
Mujer
Total
NO
Total
Nº
21
7
28
%
58,3%
19,4%
38,9%
Nº
15
29
44
%
41,7%
80,6%
61,1%
Nº
36
36
72
%
100,0%
100,0%
100,0%
X² = 11.455
Respecto a la relación entre el uso de terapia de
reemplazo hormonal y la vida sexual en la tercera
edad, se puede encontrar que del total de los que
tienen vida sexual activa el 11 por ciento usaron
terapia de reemplazo hormonal, mientras que del total
de los que no tienen vida sexual activa el 25 por
ciento usaron terapia de reemplazo. Como se ve no
existe relación entre estas dos variables en las que
no se observan diferencias estadísticamente
significativas.
Al analizar la relación entre el consumo de licor y la
vida sexual en la tercera edad, se puede encontrar
que del total de los que tienen vida sexual activa el
33 por ciento beben hasta embriagarse, mientras que
del total de los que no tienen vida sexual activa el 18
por ciento usaron bebieron hasta la embriaguez. No
existe relación entre estas dos variables en las que
no se observan diferencias estadísticamente
significativas.
p = 0.001
Cuando se esturaron los promedios de edad y el
número de parejas sexuales relacionadas a la vida
sexual, se encontró que la edad promedio de los que
tienen vida sexual activa es de 70 años, de la misma
forma la edad promedio de los que no tenían vida
sexual activa fue de 70 años. Respecto a los
números de parejas se pudo encontrar que los que
tuvieron vida sexual activa tuvieron 1.9 parejas
mientras que los que no tienen vida sexual el
promedio de parejas fue 1.4 parejas. No existe
relación entre estas variables en las que no se
observan diferencias estadísticamente significativas.
Factores Sociales
Otra macro-variable factores sociales que influyen en
la sexualidad del adulto mayor, se analizó la relación
entre el trabajo y la vida sexual en la tercera edad, en
el que se puede encontrar que del total de los que
tienen vida sexual activa el 89 trabajaron en alguna
oportunidad, proporción similar se dio en el grupo que
no tuvo vida sexual (83,3%). Tampoco en este caso
existe relación entre estas dos variables en las que
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no se observan
significativas.
diferencias
estadísticamente
casado. A pesar de encontrase algunas diferencias
proporcionales, estas no logran ser estadísticamente
significativas por lo que estas dos variables no se
encuentran relacionadas (Tabla 2).
Respecto al estado civil, se pudo encontrar que del
total de los que tienen vida sexual activa el 64 por
ciento era casado, mientras que del total de los no
tienen vida sexual activa el 53 por ciento también es
.
Tabla Nº 2 Relación entre el tipo de unión y la vida sexual en la tercera edad
Usted tiene vida s ex ual
ac tiva
SI
Tipo de
unión
Es table
Ines table
Total
NO
Total
Nº
31
23
54
%
86,1%
65,7%
76,1%
Nº
5
12
17
%
13,9%
34,3%
23,9%
Nº
36
35
71
%
100,0%
100,0%
100,0%
X² = 4.054
En cuanto a la relación entre la comunicación con la
pareja y la vida sexual en la tercera edad, se pudo
encontrar que del total de los que tienen vida sexual
activa el 44 por ciento tienen un dialogo fluido,
mientras que los que no tienen vida sexual el 34 por
ciento tiene dialogo fluido, no se pueden encontrar
diferencias estadísticamente significativas por lo que
ambas variables no están relacionadas.
Al determinar la relación entre la confianza de de
pareja y la vida sexual en la tercera edad, se pudo
encontrar que del total de los que tienen vida sexual
activa el 50 por ciento tienen buena confianza,
mientras que los que no tienen vida sexual el 48 por
ciento tienen también buena confianza. Al respecto
no se pueden encontrar diferencias estadísticamente
significativas por lo que ambas variables no están
relacionadas.
Al determinar la relación entre el tipo de relación y la
vida sexual en la tercera edad, se pudo encontrar que
del total de los que tienen vida sexual activa el 67 por
ciento tienen unión estable, mientras que los que no
tienen vida sexual el 67 por ciento tienen también
p = 0.04465
unión estable. Al respecto no se pueden encontrar
diferencias estadísticamente significativas por lo que
ambas variables no están vinculadas.
Al determinar la relación entre la infidelidad y la vida
sexual en la tercera edad, se pudo encontrar que del
total de los que tienen vida sexual activa el 44 por
ciento han pasado por algún problema de infidelidad,
mientras que los que no tienen vida sexual el 60 por
ciento han tenido problemas de infidelidad. Al
respecto no se pueden encontrar diferencias
estadísticamente significativas por lo que ambas
variables no están asociadas.
En cuanto a la relación entre la violencia y la vida
sexual en la tercera edad, se pudo encontrar que del
total de los que tienen vida sexual activa el 19 por
ciento han pasado por algún problema de infidelidad,
mientras que los que no tienen vida sexual el 48 por
ciento han tenido problemas de violencia. Al respecto
se pueden encontrar diferencias muy significativas
por lo que ambas variables se encuentran
relacionadas.
Tabla Nº 3 Relación entre la violencia y la vida sexual en la tercera edad
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Usted tiene vida s exual
ac tiva
SI
Ha habido episodios SI
de v iolencia por parte
de s u pareja
NO
Total
NO
Total
Nº
7
17
24
%
19,4%
48,6%
33,8%
Nº
29
18
47
%
80,6%
51,4%
66,2%
Nº
36
35
71
%
100,0%
100,0%
100,0%
X² = 6.728
Respecto a la relación entre el tipo de violencia y la
vida sexual en la tercera edad, se pudo encontrar que
del total de los que tienen vida sexual activa el 27 por
ciento han tenidos problemas de violencia física,
mientras que los que no tienen vida sexual el 41 por
ciento han tenido problemas de este tipo. Al respecto
no se puede encontrar diferencias significativas por lo
que las variables no se encuentran asociadas.
Al analizar la relación entre el consumo de licor por la
pareja y la vida sexual en la tercera edad, se pudo
encontrar que del total de los que tienen vida sexual
activa el 15 por ciento su pareja bebe licor, mientras
que los que no tienen vida sexual el 27 por ciento han
tenido este tipo de problemas. Al respecto no se
puede encontrar diferencias significativas por lo que
las variables no se están relacionadas.
En cuanto a la relación entre el consumo de licor por
las amistades pareja y la vida sexual en la tercera
edad, se pudo encontrar que del total de los que
tienen vida sexual activa el 54 por ciento bebe licor,
mientras que los que no tienen vida sexual el 44 por
ciento han tenido amigos que se embriagaban. No se
puede encontrar diferencias estadísticamente
significativas por lo que las variables del estudio no
se encuentran relacionadas.
DISCUSIÓN
Existen diversas investigaciones relacionadas al
problema de la sexualidad y desempeño sexual de
las personas de la tercera edad, las cuales
presentamos y ordenamos para discutir y establecer
la base científica del tema de investigación.
Si hablamos de la tercera edad y la sexualidad en
nuestro estudio encontramos la relación entre el sexo
y la vida sexual en la tercera edad. Lo que podemos
observar es que los varones tienen mayor vida sexual
que las mujeres y el sexo es una variable que se
asocia significativamente a la sexualidad de la tercera
p = 0.009
edad, al encontrarse diferencias estadísticamente
significativas (Cuadro 1).
Al respecto González realizó un estudio descriptivo
con el objetivo de caracterizar la sexualidad en los
adultos mayores pertenecientes al área de salud del
Policlínico Comunitario Docente Carlos J Finlayö, de
la provincia de Camagüey, desde junio de 2002 a
abril de 2003. Se escogieron 90 ancianos de 60 años
y más pertenecientes a los círculos de abuelos del
área, se aplicó una encuesta en la que predominó el
grupo de 60-64 años, el 68.9 por ciento interpretó la
necesidad sexual como algo natural, no obstante, el
interés por la misma se mostró menor, un 66 por
ciento mantienen una vida sexual activa, sin
aceptación familiar para la conducta sexual en la
mitad de los encuestados, la mayor influencia
negativa para el disfrute del sexo fue la falta de
privacidad (7).
Por otro lado Brigeiro, Mauro analiza la sexualidad en
la vejez con base en una revisión crítica de la
literatura gerontologica sobre el particular, con
énfasis en estudios brasileños. Dicho análisis se
articula con datos de una investigación etnográfica
realizada en el Brasil, con hombres viejos. Se
concluye planteando las relaciones mutuamente
determinantes
de
las
concepciones
de
envejecimiento y sexualidad, teniendo en cuenta el
género, generación y la inserción de clase social. Al
mismo tiempo, se señalan relaciones entre vejez,
sexualidad y manifestaciones de virilidad, así como
entre los modelos antagónicos de actividad y
desvinculación por una parte, y sexualidad en la vejez
por otra, advirtiendo cómo dichos modelos se
mantienen cuando se analiza el comportamiento
sexual en la vejez, y su confluencia en dicho análisis
no es independiente del contexto cultural (8).
Orihuela de la Cal aplicó un cuestionario a 93
personas mayores de 60 años procedentes de la
ciudad de Matanzas y atendidas por el Médico y la
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Enfermera de la Familia, para abordar algunos
aspectos importantes sobre la sexualidad. Existen
diversas opiniones sobre la sexualidad, con un
predominio del criterio de que esta debe suceder sin
tener en cuenta la edad, aunque algunos la asocian a
la juventud. La actividad e interés sexual está más
conservada en los hombres, mientras que en las
mujeres sobresale la falta de interés. Entre las
entidades crónicas que padecen, y que han podido
afectar su sexualidad, encontramos la hipertensión
arterial, la artrosis y la diabetes mellitus. Las drogas
que más se ingieren en estas edades son los
sedantes y las antihipertensivas, que son grupos de
medicamentos que pueden también reducir la
actividad sexual. Es vital incrementar la preparación
sobre la sexualidad en esta etapa de la vida, también
al personal de la salud, en función de mejorar la
calidad de vida de estas personas con un enfoque
amplio de criterios y acciones (9).
Giraudo, Nanci refiere que durante la menopausia,
las mujeres demandan mayor atención médica y
existe una clara tendencia a medicalizar sus
problemas. El objetivo general del estudio es
identificar y describir las distintas dificultades que
tienen las mujeres menopáusicas que buscan
asistencia. Los objetivos de estudio fueron identificar
y explorar: 1) rasgos caraterísticos de las mujeres, 2)
¿qué significa estar menopáusica?, 3) malestares
físicos y psíquicos, 4) temores, 5) vivencias de la
sexualidad, 6) ocupación del tiempo libre y 7) la
relación médico-paciente (la relación con sus
médicos). La hipótesis planteada es que si los
médicos mejoraran la escucha, probablemente las
mujeres vivirían esta etapa mucho mejor. Método:
estudio descriptivo basado en la metodología
cualitativa utilizando grupos de discusión y encuestas
semiestructuradas. Procesamiento y análisis de
datos: transcripción a texto, confección del árbol e
identificación de tópicos a través del Nud-ist,
interpretación del discurso e informe final. Se
realizaron 106 encuestas y 72 se incluyeron en el
análisis. Los tópicos identificados fueron: necesidad
de mayor comprensión familiar, social, laboral y
médica; temor a la soledad, invalidez y vejez;
cambios con respecto a su rol social y laboral y la
importancia de la sexualidad en sus vidas. En los
comentarios manifestaron la necesidad de compartir
con sus pares las dificultades que aparecen en la
menopausia. Se concluye que según el discurso de
las mujeres, la palabra médica que reciben no se
relaciona con ¿qué les pasa realmente a las mujeres
menopáusicas? (10).
Pagola Leyva manifiesta que a pesar del
envejecimiento de la población, se conoce poco
acerca de los comportamientos sexuales y la función
sexual de las personas mayores. En este estudio se
hallò que la prevalencia de la actividad sexual
disminuyó con la edad (73% entre los encuestados
eran de 57 a 64 años de edad, el 53% entre los
encuestados que tenían 65 a 74 años de edad, y
26% entre los encuestados que eran de 75 a 85 años
de edad); Las mujeres son significativamente menos
probabilidades que los hombres de todas las edades
que informe de la actividad sexual. Entre los
encuestados que eran sexualmente activos,
alrededor de la mitad de los hombres y las mujeres
informó de al menos un molesto problema sexual.
Los problemas sexuales más frecuentes entre las
mujeres fueron bajo deseo (43%), dificultades con la
lubricación vaginal (39%), y la incapacidad de clímax
(34%). Entre los hombres, los problemas sexuales
más frecuentes fueron dificultad eréctil (37%).
Catorce por ciento de todos los hombres informaron
de la utilización de medicamentos o suplementos
para mejorar la función sexual. Los hombres y las
mujeres que clasificaron su salud por ser pobres
tenían menos probabilidades de ser sexualmente
activos y, entre los encuestados que eran
sexualmente activos, tienen más posibilidades de
problemas sexuales. Un total de 38% de hombres y
22% de las mujeres informaron de que habían
discutido relaciones sexuales con un médico desde la
edad de 50 años. Muchos de los adultos mayores
son sexualmente activos. Las mujeres tienen menos
probabilidades que los hombres de tener una relación
conyugal o de otra relación íntima y de ser
sexualmente activos. Problemas sexuales son
frecuentes entre los adultos mayores, pero estos
problemas se ven con poca frecuencia discutido con
los médicos (11).
Otro hallazgo importante fue el no encontrar relación
entre el uso de terapia de reemplazo hormonal y la
vida sexual en la tercera edad. En el que no existe
relación entre estas dos variables en las que no se
observan diferencias estadísticamente significativas
(Cuadro 2).
A este respecto Alvarez, Miguel Angel y
colaboradores estudiaron 30 sujetos hombres,
voluntarios, con una edad media de 70 años,
seleccionados aleatoriamente de áreas de salud de la
Ciudad de La Habana, para conocer la relación entre
los niveles de testosterona total (Tt) y hormona
luteinizante (Lh), con la actividad sexual en el
envejecimiento. Cada uno de ellos fue entrevistado
acerca de su desempeño sexual, tanto en la
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frecuencia de coito como en la líbido. Los resultados
indicaron que el grupo de mayor frecuencia de coito
presenta niveles medios de 16,17 nm/L que
estadísticamente más elevado (p=0,01), que el de
menor frecuencia (6,23 nm/L). Los niveles de Tt no
presentaron diferencias significativas. En relación con
la líbido ninguna de las dos hormonas presentó
diferencias apreciables. Se realizó un análisis de
regresión múltiple y se encontró que la frecuencia de
coito ajusta la ecuación lineal: frecuencia de
coito=1,16 241ñ0,2 LH, con una R=0,37 para
unap=0,04. Se discuten las hipótesis más problables
que expliquen la relación entre las hormonas
sexuales y la conducta sexual en el anciano (12).
Otro resultado importante de nuestro trabajo fue
identificar la relación entre el consumo de licor y la
vida sexual en la tercera edad, en el que se
demuestra que no existe relación entre estas dos
variables en las que no se observan diferencias
estadísticamente significativas (Cuadro 3).
De forma similar Krassoievitch refiere que en el
transcurso de la senectud, la sexualidad sigue
desempeñando un papel importante, pese a la falta
de oportunidad para ejercerla y la marginación que
sufre la población añosa. Mientras se conserve en
buen estado de salud, no hay motivo alguno para que
el interés y las prácticas sexuales desaparezcan. El
envejecimiento produce algunos cambios en la
fisiología sexual, de los que destacan una mayor
lentitud y una menor intensidad de las respuestas del
ciclo sexual, lo que tampoco constituye un
impedimento para la actividad sexual. Es importante
ubicar a la sexualidad dentro del contexto
comportamental y psicológico de los individuos; de
esta manera se observa que la forma de ejercer la
sexualidad durante la vejez está determinada por la
actitud que el sujeto ha tenido ante el sexo durante
toda su vida. Las diversas investigaciones referentes
a la sexualidad en la tercera edad, han demostrado
que el interés y la actividad sexuales si bien van
disminuyendo con el paso de los años, persisten en
una alta proporción de sujetos añosos. Así, se ha
encontrado que alrededor del 30 por ciento de
personas de ambos sexos, mayores de 65 años,
conservan una actividad sexual regular y que en un
alto porcentaje de individuos persiste el interés
sexual. En la mujer, limita el ejercicio de la
sexualidad, la falta de un compañero sexualmente
activo, en tanto que en el hombre lo hace la
monotonía, las preocupaciones, la fatiga, las
enfermedades, los excesos de alcohol y los alimentos
y el temor de fallar. Existen factores psicológicos y
culturales que inciden negativamente sobre la
sexualidad en la tercera edad, como son la
desinformación y la creencia que la práctica de la
sexualidad es exclusiva de la población joven, y que
desaparece en la senectud. El envejecimiento
plantea problemas específicos en los homosexuales y
las lesbianas como la angustia producida por la
pérdida de la lozanía juvenil en los primeros y los
celos en las segundas. Finalmente, debe ser
subrayado que el modelo del acto sexual como se
práctica en la juventud, no es aplicable tal cual en la
vejez en la que cobra mayor importancia la cercanía y
la intimidad corporal"(13).
Un interesante resultado de nuestro trabajo concluye
que cuando se encuentra que los promedios de edad
y el número de parejas sexuales relacionadas a la
vida sexual, no muestra relación entre estas variables
en las que no se observan diferencias
estadísticamente significativas (Cuadro 4).
Al respecto Palacio, M refiere que es posible tener
una vida sexual plena a cualquier edad. En algunas
épocas o circunstancias es necesario trabajar más
para obtener la satisfacción de la vivencia sexual. En
la menopausia y después de ella, además de los
posibles cambios físicos que se pueden operar en
una mujer y ante los cuales se llegan a considerar
diversos abordajes médicos, es indispensable revisar
y desarrollar otras áreas que favorezcan el manejo
integral de esa mujer. En la madurez y la vejez se
van dando paulatinos cambios que llevan a una
identificación de la respuesta sexual y a la necesidad
de acomodación personal y de pareja. Si se ha
transitado positivamente, habrá un aprendizaje de
vida que permita disfrutar muchas cosas en una
dimensión de lo sencillo y des complicado, dando
como resultado que los cambios de la edad pueden
significar que se abren otras facetas para explorar. Si
no se conserva en la menopausia la expresión
sexual, puede ser muy difícil recuperarla más tarde.
En este capítulo desarrollaremos temas como la
importancia de hablar acerca del sexo, con su pareja,
con su médico; situación complicada para muchas
mujeres que crecieron en una época en la que éste
era un tema tabú y el silencio se implantaba
incluyendo a la pareja sexual. Temas prácticos de
gran interés como la conexión entre el sexo, el
ejercicio y la imagen corporal, de máxima relevancia
cuando el cuerpo está cambiando y posiblemente
alejándose de los patrones estéticos considerados de
éxito. Algunas investigaciones han mostrado que
cuando se tienen rutinas de cuidado físico y ejercicio,
la salud sexual presenta mejores posibilidades. La
dieta y el sexo nos muestra una relación entre
problemas con el colesterol alto y dificultades con la
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lubricación. Veremos qué nos dicen los trabajos de
terapia de sustitución hormonal en los cuales se
añade la testosterona para favorecer el deseo sexual
y qué pasa con la histerectomía y la sexualidad.
Revisaremos la sexualidad de la mujer y su
alternativa de la masturbación y, al abordar a la mujer
mayor con pareja aparecen varios aspectos de
interés: cómo aprender a ser pareja mayor, la
importancia de sacar tiempo para el afecto, cómo
enriquecer la sexualidad en la pareja de largo tiempo
y cómo vencer obstáculos a una sexualidad
satisfactoria (14).
Parra Visoso reporta que la última de las etapas que
integran el desarrollo de todo ser humano se refiere a
la vida adulta. La actual situación social y económica
ha ocacionado que las opciones de desarrollo
interpersonal, sexual y laboral con las que cuenta el
adulto, sean cada vez más variadas y que el papel
por desempeñar como hombre o mujer sea menos
rígido e incluya una diversidad de posibilidades.
Señala tres etapas en el período adulto 1.- Adulto
temprano: el adulto joven posee gran vitalidad y
fortaleza física, ahora cuenta con una identidad ya
estructurada y está preparado para establecer
afiliaciones para entregarse a la intimidad. A partir de
este momento su actuación será, a diferencia del
adolescente, en función de sus posibilidades reales, y
podrá mantener constantes negociaciones entre las
demandas sociales y sus propios intereses. 2.- Adulto
medio: el desarrollo de la persona durante este
segundo momento de la etapa adulta es comúnmente
conocido como los años medios que, para un gran
número de autores, corresponde al período óptimo de
desarrollo y madurez del adulto. La persona cuenta
con una mayor capacidad en sus características
laboral, intelectual y emocional. El grado de
desarrollo alcanzado varía según los atributos de
cada individuo y del aprovechamiento de las
alternativas que se le hayan presentado, de acuerdo
a su medio social. Y 3.- Adulto tardío: en esta fase se
enfrenta a una serie de restricciones físicas y sociales
que afectan su autoestima; por un lado, el deterioro
fisiológico es mayor lo que disminuye su capacidad
física y le impide el desarrollo de las actividades que
anteriormente venía realizando, llevándolo a una
cierta dependencia de los demás (15).
Al estudiar los factores sociales que influyen en la
sexualidad del adulto mayor, se analizó la relación
entre el trabajo y la vida sexual en la tercera edad, en
el que se puede encontrar que tampoco en este caso
existe relación entre estas dos variables en las que
no se observan diferencias estadísticamente
significativas (Cuadro 5). Esto quizá significa que
ningún elemento relacionado al aspecto laboral
tendría que ver con la sexualidad, y al ser tan
diversificada las ocupaciones, simplemente no
existen evidencias suficientes para establecer tal
relación.
Respecto al estado civil, se pudo encontrar que del
total de los que tienen vida sexual activa el 64 por
ciento era casado, mientras que del total de los no
tienen vida sexual activa el 53 por ciento también es
casado. A pesar de encontrase algunas diferencias
proporcionales, estas no logran ser estadísticamente
significativas por lo que estas dos variables no se
encuentran relacionadas (Cuadro 6).
Alterio Ariola realiza una investigación con el
propósito de determinar las características de la
sexualidad geriátrica y la actitud del anciano hacia su
sexualidad se realizó un estudio descriptivo
trasnversal en una muestra de 50 personas mayores
de 65 años, escogidos por medio de la técnica del
muestreo no probabilístico accidental. En tal sentido,
se implementó un instrumento de recolección de
datos tipo encuesta, validado por expertos en
Psicología e Higiene Mental del Departamento de
Pediatría del Hospital Pediátrico "Dr. Agustín
Zubillaga", que se sustenta en los objetivos de la
investigación. Predominó el grupo etario entre los 65
a 67 años (48 por ciento), el sexo masculino (58 por
ciento), el grupo de los casados (52 por ciento), alto
grado de interés en la actividad sexual (84 por
ciento). De igual manera, el principal inconveniente
de funcionamiento sexual experimentado por los
hombres es la demora en la erección (41 por ciento),
y por las mujeres el dolor durante el acto sexual (44
por ciento). En cuanto al nivel de conocimiento 84 por
ciento posee un nivel BUENO sobre los cambios en
su sexualidad. Finalmente, 80 por ciento Acepta su
sexualidad y 16 por ciento Reconsidera los efectos de
ésta en su vida personal y social. Conclusiones: a
pesar del deterioro físico y orgánico del ser humano
como parte del desarrollo y evolución del hombre, no
se evidencia en los ancianos afección psicológica ni
desequilibrio emocional motivado por estas causas,
aunado a un amplio interés por la actividad sexual
(16).
Los resultados acerca tipo de unión y la vida sexual
en la tercera edad, se encuentra que las diferencias
se mostraron significativas por lo que se encuentran
relacionadas ambas variables, en lo que se puede
inferir que las parejas estables tienen mayor vida
sexual que las inestables (Cuadro 7). Como vemos
tampoco el tipo de unión es un elemento importante,
el disfrute de la sexualidad, simplemente está
Revista Salud, Sexualidad y Sociedad 3(1), 2010
asociado al ser humano en sí, y no a la condición de
estabilidad.
La comunicación con la pareja y la vida sexual en la
tercera edad, no se asocian, ya que no se pueden
encontrar diferencias estadísticamente significativas
por lo que ambas variables no están relacionadas
(Cuadro 8). Tampoco en el casi de la relación entre la
confianza de de pareja y la vida sexual en la tercera
edad, ya que no se pueden encontrar diferencias
estadísticamente significativas por lo que ambas
variables no están relacionadas (Cuadro 9). En el
caso del tipo de relación y la vida sexual en la tercera
edad, no se pueden encontrar diferencias
estadísticamente significativas por lo que ambas
variables no están vinculadas (Cuadro 10). Lo mismo
ocurre para el caso de la infidelidad y la vida sexual
en la tercera edad (Cuadro 11).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
2.
3.
4.
5.
6.
En cuanto a la relación entre la violencia y la vida
sexual en la tercera edad, se pudo encontrar que
ambas variables están relacionadas al encontrar
diferencias muy significativas por lo que ambas
variables se encuentran relacionadas (Cuadro 12).
Esto quiere decir que la violencia en la relación de
pareja de alguna manera se asocia a problemas de la
sexualidad.
7.
Respecto a la relación entre el tipo de violencia y la
vida sexual en la tercera edad, no se pudo encontrar
asolación al no encontrar diferencias significativas por
lo que las variables no se encuentran asociadas
(Cuadro 13).
11.
Al analizar la relación entre el consumo de licor por la
pareja y la vida sexual en la tercera edad, no se pudo
encontrar tampoco relación, al no encontrar
diferencias significativas por lo que las variables no
se están relacionadas (Cuadro 14). En cuanto a la
relación entre el consumo de licor por las amistades
pareja y la vida sexual en la tercera edad tampoco
existió relación (Cuadro 15).
CONCLUSIÓN
 Uno de los factores personales que influyen en la
actividad sexual de la tercera edad es el sexo.
Recibido: 02/03/2010
Los factores sociales que se asocian a la
sexualidad del adulto mayor son el tipo de unión,
la violencia domestica..
8.
9.
10.
12.
13.
14.
15.
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Aceptado: 01/05/2010
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