SEA 48 18/12/07 11:09 Página 1 h t t p ://SEA.AM.UB.ES Las estrellas no suelen nacer aisladas. Ni siquiera las nubes de gas más pequeñas, los glóbulos de Bok, con un tamaño menor a un tercio de año-luz, dan lugar a la formación de una única estrella. Dentro de una galaxia típica con un diámetro de decenas de miles de años-luz, observamos que las estrellas recién nacidas se agrupan en una estructura jerárquica, desde los grandes complejos estelares (con tamaños del orden de tres mil años-luz) a los cúmulos estelares, sistemas múltiples y estrellas triples y dobles, formando una cascada de tamaños a modo de muñecas rusas. Los cúmulos se observan como concentraciones de estrellas bien diferenciadas del campo estelar circundante. Hay cúmulos que contienen sólo unas decenas de estrellas, y otros que tienen masas similares a las de galaxias pequeñas, con más de diez millones de objetos. Sus tamaños también son diversos, pero hay pocos casos que superen la treintena de años-luz de radio. Dado que las estrellas en un cúmulo han nacido de la misma nube molecular y son coetáneas, estos objetos se convierten en laboratorios únicos para el análisis de la formación y evolución estelares. ¿Qué caracteriza a estos objetos dentro del modelo de muñecas rusas de la formación estelar? Los sistemas estelares son el resultado de la batalla entre la atracción gravitatoria, que tiende a mantener unido el sistema estelar, y la velocidad relativa de las estrellas. Si esta velocidad relativa es muy alta decimos que su temperatura cinética es muy elevada, asimilando el sistema a un gas de estrellas, y el conjunto tenderá a dispersarse. La mayoría de los procesos físicos por los que pasa a lo largo de su vida un sistema estelar (encuentros con grandes nubes de gas, pasos de ondas de densidad, explosiones de supernovas, etc.), incrementan su temperatura cinética y tienden a destruirlo. Así, cuando observamos un cúmulo contemplamos el triunfo de la gravitación sobre las fuerzas que tienden a dispersar las estrellas. Pero es una victoria transitoria, su suerte está echada, es sólo cuestión de tiempo. Emilio ALFARO NAVARRO Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) Imagen: NASA/JPL-Caltech/T. Megeath (Harvard-Smithsonian CfA) CÚMULOS DE ESTRELLAS Arriba: Cúmulo joven, con una edad del orden del millón de años, en la constelación de Cefeo. El cúmulo ha sido observado con el telescopio espacial “Spitzer” (infrarrojo) y en la imagen se ve cómo ilumina la nube de gas donde ha nacido. Dada su posición en la Galaxia y su masa, es poco probable que sobreviva más de mil millones de años. Abajo: Cúmulo globular de nuestra Galaxia, con una edad próxima a la edad del Universo (14 mil millones de años). A pesar de estar situado en el halo galáctico, donde la densidad de estrellas y gas es muy baja, ya se han observado indicios de grandes pérdidas de estrellas por efectos de las mareas galácticas. Imagen: Cortesía del proyecto Southern African Large Telescope (SALT) Espacio coordinado por la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ASTRONOMÍA HTTP://SEA.AM.UB.ES