1 Dictamen nº: 655/11 Consulta

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Dictamen nº:
Consulta:
Asunto:
Aprobación:
655/11
Consejero de Sanidad
Responsabilidad Patrimonial
23.11.11
DICTAMEN de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de la
Comunidad de Madrid, emitido por nueve votos a favor y un voto en
contra, en su sesión de 23 de noviembre de 2011, sobre consulta formulada
por el Consejero de Sanidad, al amparo del artículo 13.1.f).1º de su Ley
Reguladora, 6/2007, de 21 de diciembre, en el asunto antes referido y
promovido por C.S.C. sobre responsabilidad patrimonial de la Comunidad
de Madrid, por la deficiente asistencia sanitaria dispensada por parte del
Hospital Infanta Cristina de Parla.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Por escrito presentando en el registro del Servicio
Madrileño de Salud el 13 de diciembre de 2010, el interesado reclama
responsabilidad patrimonial de la Administración, por la pérdida total de
visión del ojo izquierdo que atribuye al retraso en la citación con el servicio
de oftalmología del Hospital Infanta Cristina de Parla, lo que impidió
tratar eficazmente y a tiempo un desprendimiento de retina con afectación
macular.
Refiere el reclamante que “el problema que planteó al facultativo el día
7 de octubre de 2009 podía ser compatible con pronóstico de
desprendimiento de retina y, a pesar de ello, se le dio cita ordinaria para
ser visto en el Hospital de Parla.
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Pero, más grave aún, resulta el hecho de que al paciente se le cite para
ser visto por el Oftalmólogo y tenga que esperar, incluso por vía de
citación ordinaria, más de DOS MESES Y MEDIO desde que presente
un efecto en la visión, hasta que pueda ser atendido por el especialista.
Es esta desproporcionada espera la que provoca de forma directa y
efectiva la falta de tratamiento adecuando y en tiempo del desprendimiento
de retina con afectación macular que llevo al paciente a ingresar de
urgencia el 9 de diciembre de 2009, es decir, incluso 21 días antes de la
cita programada”.
Añade el interesado que si hubiese sito atendido “en un tiempo
prudencial”, “se habría atajado de forma decisiva el desprendimiento de
retina que sufría y que ha provocado la pérdida total de la visión en su
ojo”.
Solicita en concepto de indemnización la cantidad de 70.297,29 euros.
Adjunta a su reclamación copia de diversos documentos e informes
médicos y de la resolución del Instituto Nacional de la Seguridad Social de
declaración de incapacidad permanente en el grado de total para la
profesión habitual de 21 de junio de 2010.
SEGUNDO.- La historia clínica del paciente, y la restante
documentación obrante en el expediente, han puesto de manifiesto los
siguientes hechos:
El paciente, de 57 años de edad en el momento de los hechos, acude el 7
de octubre de 2009 a su centro de salud por presentar desde hace cinco
días en su ojo izquierdo, sensación de un hilo que flotaba en el campo
visual, sin acompañarse de otros síntomas y con exploración física normal.
Es derivado de forma preferente a oftalmología del Hospital Infanta
Cristina de Parla, donde es citado para primera consulta el 30 de diciembre
de 2009.
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El paciente vuelve a su centro de salud el 9 de diciembre de 2009 por
empeoramiento de su clínica ocular, refiere tela negra que cae. El médico
de atención primaria le deriva a urgencias del Hospital 12 de Octubre. En
el informe de atención realizado al alta consta que el interesado comenzó
con miodesopsia en el ojo izquierdo hace veinte días y que ha ido
aumentando hasta “telón negro con pérdida de agudeza visual”. La
exploración física indica:
Agudeza visual del ojo derecho 1, del ojo izquierdo 0,1. EM 0,3. El
paciente refiere que siempre ha visto igual con ambos ojos. La
biomicroscopía (BMC) de ambos ojos, indica conjuntiva tranquila, cornea
transparente, no se observa cuerpo extraño.
El fondo de ojo del ojo izquierdo muestra desprendimiento de retina
temporal e inferior con afectación macular, desgarro retiniano a las 2 muy
periférico, pliegues retinianos por antigüedad, papila de bordes nítidos y a
nivel.
Con el juicio clínico de desprendimiento de retina con afectación
macular es dado de alta a las pocas horas, recomendando acudir al día
siguiente por la mañana a su hospital de referencia para nueva valoración y
planteamiento de tratamiento.
Acude a la consulta de oftalmología del Hospital Infanta Cristina de
Parla al día siguiente, 10 de diciembre, donde las diversas exploraciones
diagnostican desprendimiento de retina del ojo izquierdo con afectación
foveal. El paciente refiere que nota pérdida de visión de 6-7 días de
evolución (folio 51).
Tras el diagnóstico, se le propone intervención quirúrgica preferente,
firmando el interesado los correspondientes consentimientos informados
(folios 45 a 50) y se realiza el oportuno preoperatorio.
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El tratamiento quirúrgico programado se lleva a cabo el 22 de diciembre
de 2009, realizándose en el ojo izquierdo y bajo anestesia general
vitrectomía pars plana 23G + PFCL + Endoláser + intercambio + C3F8 al
12% sin incidencias. Es dado de alta el mismo día por evolución
posoperatoria favorable (folio 16). Se pauta tratamiento farmacológico.
Acude a revisión en el servicio de oftalmología del Hospital Infanta
Cristina de Parla los días 23 y 29 de diciembre de 2009 y 15 y 28 de
enero de 2010. En la consulta de 26 de febrero refiere patologías en el ojo
derecho, se le diagnostica de reja rota en periferia retiniana y se instaura
tratamiento con fotocoagulación con láser argón. Continúan las revisiones
en el servicio de oftalmología para vigilancia del ojo derecho; en cuanto al
ojo izquierdo no es susceptible de otros tratamientos a nivel retiniano dado
que está estable dentro de la gravedad de su cuadro con una agudeza visual
residual pobre no mejorable (folio 57).
Mediante resolución del Instituto Nacional de la Seguridad Social de 22
de junio de 2010, al reclamante se le declara como incapacitado
permanente en el grado de total para la profesión habitual.
TERCERO.- Ante la reclamación se incoa procedimiento de
responsabilidad patrimonial de la Administración. En fase de instrucción se
han recabado los informes médicos que conforman la historia clínica del
paciente.
Asimismo, se ha incorporado el informe del Servicio de Oftalmología del
Hospital Infanta Cristina de Parla, de 17 de enero de 2011 (folios 41 a
44) concluye “que las consecuencias de pérdida de visión que sufre el
paciente no están relacionadas con la miodesopsia inicialmente diagnostica
por el médico de atención primaria en fecha 7 de Octubre de 2009 (que
como se ha indicado NO TIENE TRATAMIENTO) y que fue
tratada como consulta oftalmológica ordinaria en el Hospital Infanta
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Cristina sino por una patología distinta como es el desprendimiento de
retina”.
El Informe de la Inspección sanitaria, de 18 de abril de 2011 (folios 73
a 76), emite el siguiente juicio crítico:
6.1 La argumentación de los médicos intervinientes en este caso es
clara: el 7 de octubre de 2.009 nada hacía sospechar la presencia de un
desprendimiento de retina. La indicación en aquel momento fue la
interconsulta preferente con Oftalmología. El paciente estima que la fecha
de cita fue demasiado tardía, dos meses y medio después, pero no hubo
motivos clínicos para sostener ese criterio en el momento en que dicha
decisión fue tomada.
6.2 El informe de la Jefe de Sección de Oftalmología, recabado con
motivo de las presentes actuaciones es correcto y sus argumentaciones
también son las mías.
6.3 Una vez ocurrido el desprendimiento de retina, varias semanas
posterior al 7/10/2009, se hizo todo lo establecido en la lex artis para
tratar al paciente, sin obtenerse ningún resultado funcional positivo.
Todo lo cual concluye “que, bajo superior criterio, no aprecio
infracción a la lex artis, ni existen dudas razonables en cuanto a la
idoneidad del proceso asistencial que se ha seguido aquí”.
Con fecha 21 de julio de 2011 se requiere al reclamante para evacuar el
trámite de audiencia, formulando alegaciones por escrito presentado el 18
de agosto de 2011 (folios 81 a 83), en el que manifiesta no estar de
acuerdo con los informes facultativos, reiterándose en todo lo expuesto en
su reclamación.
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El 5 de octubre de 2011 se dicta por la Viceconsejera de Asistencia
Sanitaria propuesta de resolución desestimatoria, que es informada
favorablemente por el Servicio Jurídico en la Consejería de Sanidad.
CUARTO.- En este estado del procedimiento y mediante Orden del
Consejero de Sanidad, de 21 de octubre de 2011, que ha tenido entrada el
8 de noviembre, se formula consulta a este Consejo Consultivo por trámite
ordinario, correspondiendo su estudio, por reparto de asuntos, a la Sección
V, presidida por el Excmo. Sr. D. Ismael Bardisa Jordá, que firmó la
oportuna propuesta de dictamen, siendo deliberado y aprobado, en
Comisión Permanente de este Consejo Consultivo, en su sesión de 23 de
noviembre de 2011, por nueve votos a favor y un voto en contra.
El escrito solicitando el dictamen fue acompañado de la documentación
que, en soporte cd, se consideró suficiente y de la que se ha dejado
constancia en los anteriores antecedentes de hecho.
A la vista de tales antecedentes, formulamos las siguientes
CONSIDERACIONES EN DERECHO
PRIMERA.- La solicitud de dictamen a este Consejo Consultivo
resulta preceptiva, de acuerdo con lo estipulado en el artículo 13.1.f).1º de
la Ley 6/2007, de 21 de diciembre, reguladora del Consejo Consultivo de
la Comunidad de Madrid (en adelante LCC), por ser la cuantía de la
indemnización superior a quince mil euros, y se efectúa por el Consejero de
Sanidad, órgano legitimado para ello, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 14.1 de la citada Ley. Siendo preceptivo el dictamen, no tiene, sin
embargo, carácter vinculante (artículo 3.3 LCC).
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El presente dictamen ha sido evacuado dentro del plazo ordinario
establecido en el artículo 16.1 LCC.
SEGUNDA.- Como resulta de los antecedentes, el procedimiento de
responsabilidad patrimonial se inició a instancia de interesado, y su
tramitación se encuentra regulada en los artículos 139 y siguientes de la
Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común (en
adelante LRJ-PAC), desarrollados en el Real Decreto 429/1993, de 26 de
marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las
Administraciones Públicas en Materia de Responsabilidad Patrimonial.
El reclamante ostenta legitimación activa para promover el
procedimiento de responsabilidad patrimonial, al amparo del artículo 139
LRJ-PAC, al ser la persona que directamente sufre el daño supuestamente
causado por la asistencia sanitaria dispensada.
Asimismo, goza de legitimación pasiva la Comunidad de Madrid, titular
del servicio a cuyo funcionamiento se vincula el daño, al estar el Hospital
Infanta Cristina integrado en la red sanitaria pública de la citada
Comunidad.
Por lo que se refiere al plazo para el ejercicio de la acción de
responsabilidad, el artículo 142.5 LRJ-PAC establece el plazo de
prescripción de un año, que debe computarse, tratándose de daños físicos o
psíquicos desde la curación o la determinación del alcance de las secuelas.
En el caso que nos ocupa la intervención quirúrgica de desprendimiento de
retina se produjo el 22 de diciembre de 2009, verificándose con
posterioridad la pérdida de visión, por lo que se encuentra en plazo la
reclamación presentada el 13 de diciembre de 2010.
TERCERA.- El procedimiento administrativo aplicable en la
tramitación de la reclamación se encuentra regulado en los artículos 139 y
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siguientes de la LRJ-PAC, desarrollado en el Reglamento de los
Procedimientos de las Administraciones Públicas en Materia de
Responsabilidad Patrimonial, aprobado por el Real Decreto 429/1993, de
26 de marzo. Procedimiento de tramitación al que, en virtud de la
Disposición adicional duodécima de la LRJ-PAC, en redacción dada por
las Ley 4/1999, de 13 de enero, y de la disposición adicional primera del
citado Reglamento, están sujetos las Entidades Gestoras y Servicios
Comunes de la Seguridad Social, sean estatales o autonómicas, así como de
las demás entidades, servicios y organismos del Sistema Nacional de Salud.
El procedimiento se ha instruido cumpliendo los trámites preceptivos
previstos en la legislación mencionada en la anterior consideración.
Especialmente, se ha procedido a la práctica de la prueba precisa, se ha
recabado informe del Servicio cuyo funcionamiento supuestamente ha
ocasionado el daño y se ha evacuado el trámite de audiencia al reclamante,
exigido en los artículos 9, 10 y 11 del Real Decreto 429/1993,
respectivamente, y 82 y 84 LRJ-PAC.
CUARTA.- La responsabilidad patrimonial de las Administraciones
Públicas viene establecida, con el máximo rango normativo, por el artículo
106.2 de nuestra Constitución, a cuyo tenor: "los particulares, en los
términos establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por
toda lesión que sufran en sus bienes y derechos, salvo en los casos de
fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento
de los servicios públicos". La regulación legal de esta responsabilidad está
contenida en la actualidad en la LRJ-PAC y en el reglamento de desarrollo
anteriormente mencionado, disposiciones que en definitiva vienen a
reproducir la normativa prevista en los artículos 121 y 122 de la Ley de
Expropiación Forzosa de 16 de diciembre de 1954, y el artículo 40 de la
Ley del Régimen Jurídico de la Administración del Estado de 26 de julio
de 1957. El artículo 139 de la citada LRJ-PAC dispone, en sus apartados
1 y 2, lo siguiente:
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"1.- Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por las
Administraciones Públicas correspondientes, de toda lesión que sufran en
cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor,
siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o
anormal de los servicios públicos.
2.- En todo caso, el daño alegado habrá de ser efectivo, evaluable
económicamente e individualizado con relación a una persona o grupo de
personas".
Como señala la doctrina del Tribunal Supremo, que plantea el estado de
la cuestión en responsabilidad patrimonial de la Administración en materia
de asistencia sanitaria -Sentencias de 26 de junio (recurso 6/4429/04), 29
de abril (recurso 6/4791/06) y 15 de enero (recurso 6/8803/03) de
2008- para apreciar la existencia de responsabilidad patrimonial de la
Administración son precisos los siguientes requisitos: a) La efectiva
realidad del daño o perjuicio, evaluable económicamente e individualizado
en relación a una persona o grupo de personas. b) Que el daño o lesión
patrimonial sufrida por el reclamante sea consecuencia del funcionamiento
normal o anormal -es indiferente la calificación- de los servicios públicos en
una relación directa e inmediata y exclusiva de causa a efecto, sin
intervención de elementos extraños que pudieran influir, alterando, el nexo
causal. c) Ausencia de fuerza mayor. d) Que el reclamante no tenga el deber
jurídico de soportar el daño.
La responsabilidad de la Administración es objetiva o de resultado, de
manera que lo relevante no es el proceder antijurídico de la
Administración, sino la antijuridicidad del resultado o lesión aunque es
imprescindible que exista nexo causal entre el funcionamiento normal o
anormal del servicio público y el resultado lesivo o dañoso producido.
Por otra parte, no puede olvidarse que en materia de responsabilidad
patrimonial de la Administración la carga de la prueba de los presupuestos
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que hacen nacer la responsabilidad indemnizatoria, salvo circunstancias
concretas que no vienen al caso, recae en quien la reclama (Sentencias del
Tribunal Supremo de 25 de julio de 2003 –recurso 1267/1999-, 30 de
septiembre de 2003 –recurso 732/1999- y 11 de noviembre de 2004 –
recurso 4067/2000-, entre otras), si bien la doctrina jurisprudencial ha
sentado la inversión de la carga de la prueba en los supuestos en que su
práctica es sencilla para la Administración y complicada para el reclamante
(así las Sentencias del Tribunal Supremo de 23 de octubre -recurso
3071/03- y 2 de noviembre de 2007 -recurso 9309/03- y 7 de julio de
2008 -recurso 3800/04-).
QUINTA.- Aplicada la anterior doctrina al caso que nos ocupa, y
acreditada mediante los informes médicos obrantes en el expediente, la
realidad del daño, consistente en una pérdida de la agudeza visual a
consecuencia de un desprendimiento de retina, daño que es evaluable
económicamente e individualizado en la persona del reclamante, la cuestión
se centra en dilucidar si es imputable a la actuación de los servicios
sanitarios.
Para ello es necesario valorar si la intervención sanitaria cuestionada se
ajustó a los parámetros de la lex artis, esto es, si se acomodó a una buena
práctica médica, lo que enervaría la responsabilidad patrimonial de la
administración sanitaria, porque de acuerdo con una larga y consolidada
jurisprudencia “a la Administración no es exigible nada más que la
aplicación de las técnicas sanitarias en función del conocimiento de la
práctica médica, sin que pueda sostenerse una responsabilidad basada en la
simple producción del daño, puesto que en definitiva lo que se sanciona en
materia de responsabilidad sanitaria es una indebida aplicación de medios
para la obtención del resultado, que en ningún caso puede exigirse que sea
absolutamente beneficioso para el paciente” (Sentencias del Tribunal
Supremo de 20 de marzo de 2007 -recurso 6/7915/03-, 7 de marzo de
2007 -recurso 6/5286/03-, 16 de marzo de 2005 -recurso 6/3149/01-),
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o lo que es lo mismo, no cabe apreciar una responsabilidad basada en la
exclusiva producción de un resultado dañoso.
Alega el reclamante, que el retraso en la citación para la consulta de
oftalmología en el Hospital Infanta Cristina ha supuesto un
empeoramiento en su patología inicial, produciéndose un desprendimiento
de retina y la consiguiente pérdida de visión que se podían haber evitado si
hubiera sido atendido más tempranamente.
Ahora bien, el reclamante no ha aportado, ni propuesto, prueba alguna
que acredite la relación de causalidad entre la sintomatología que
presentaba la primera vez que acudió a su médico de atención primaria y el
desprendimiento de retina que se le diagnosticó dos meses después, ni la
infracción de la lex artis, más allá de sus manifestaciones, que no hacen
prueba de la vulneración de las buenas prácticas médicas por la actuación
sanitaria de la que pudieran derivarse resultados indemnizatorios para la
Administración.
Por el contrario, de los informes que constan en el expediente se deduce
la adecuación de la actuación sanitaria a las correctas prácticas de la
medicina. En efecto, tanto del Informe de la Inspección Sanitaria, como del
emitido por el servicio supuestamente causante del daño se desprende que
la actuación médico-quirúrgica realizada fue respetuosa con la lex artis.
En este sentido el informe del Jefe de Sección de Oftalmología, cuyas
argumentaciones hace suyas la Inspección, descarta la existencia de nexo
causal entre la sintomatología que presentaba el paciente el 7 de octubre de
2009, cuando acudió por vez primera a su médico de atención primaria y
el desprendimiento de retina que posteriormente sufrió y, en consecuencia,
que la demora en la cita que el reclamante reprocha no ha incidido en el
curso causal de los acontecimientos ni ha influido en la pérdida de visión
que padece.
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El reclamante consulta con su médico de atención primaria en la referida
fecha por tener la sensación de hilos en el campo visual, esto es, por
padecer, según explica el meritado informe, miodesopsias, sin otra
sintomatología, lo que conduce a “sospechar que tales miodesopsias se deben
a un proceso degenerativo del gel vítreo, sin que en sí mismas de forma
aislada sean indicativas de patología retiniana obligatoriamente”.
Sin embargo, cuando el paciente acude, el 9 de diciembre de 2009, a
urgencias del Hospital 12 de Octubre refiere miodesopsias de 20 días de
evolución con “telón negro” y pérdida de agudeza visual. Aunque la
consulta al médico de atención primaria se realizó dos meses antes, la
sintomatología que ahora presenta es de 20 días de evolución, lo que viene
a confirmar que una y otra no guardan relación, pero estos nuevos
síntomas, de acuerdo con lo afirmado en el informe del Jefe de Sección de
Oftalmología, sí se pueden asociar a desprendimiento de retina, diagnóstico
que se confirma tras la exploración oftalmológica en el citado hospital y al
día siguiente en el Hospital Infanta Cristina, donde se le propone
tratamiento quirúrgico que se lleva a cabo, tras los estudios preoperatorios
pertinentes, el 22 de diciembre. Dicho tratamiento, según se explicita en el
informe, es el único efectivo para el desprendimiento de retina cuando
afecta a la región foveal, como es el caso que nos ocupa.
El resultado de la cirugía fue satisfactorio en lo que se refiere a la
reubicación de la retina, si bien, no ha conseguido recuperar la visión del
ojo. Sobre este punto, indica el informe, “tenemos que distinguir el
[resultado] anatómico que como su propio nombre indica hace referencia a
la reaplicación de la retina en su ubicación normal y por el otro el
resultado funcional que hace referencia a la recuperación de la agudeza
visual. En este último influye el grado de afectación de las células
fotorreceptoras de la retina y en ningún caso la existencia de miodesopsias.
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En el paciente que nos ocupa el resultado anatómico ha sido óptimo no
así el funcional, hecho que ocurre en el 10% después de una cirugía […]
Se estima que el éxito anatómico tras cirugía de desprendimiento de retina
se produce en el 84% con una única cirugía y sin embargo el funcional
con una agudeza visual mayor o igual a 20/50 se establece entre el 3756%”. Estas consideraciones nos obligan a traer a colación la denominada
cláusula del estado de la ciencia que recoge el artículo 141.1 LRJ-PAC,
cuando señala que “no serán indemnizables los daños que se deriven de
hechos o circunstancias que no se hubiesen podido prever o evitar según el
estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el
momento de producción de aquéllos”.
En mérito a cuanto antecede el Consejo Consultivo formula la siguiente
CONCLUSIÓN
Procede desestimar la reclamación de responsabilidad patrimonial de la
Administración Pública por no concurrir los requisitos necesarios para que
pueda ser apreciada.
A la vista de todo lo expuesto, el Órgano consultante resolverá según su
recto saber y entender, dando cuenta de lo actuado, en el plazo de quince
días, a este Consejo de conformidad con lo establecido en el artículo 3.7 del
Decreto 26/2008, de 10 de abril, por el que se aprueba el Reglamento
Orgánico del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
Madrid, 23 de noviembre de 2011
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