el fin de la lámpara incandescente

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EL FIN DE LA LÁMPARA INCANDESCENTE
Por Odón de Buen R *.
Alguna vez leí por allí que “un foco incandescente es un calentador eléctrico que tiene como subproducto la
luz.” Esta característica de un dispositivo tan simple, pero fundamental en nuestra vida cotidiana es la que,
precisamente, va a llevarlo a desaparecer por otras alternativas más eficientes.
Inventada por Thomas Alba Edison, la lámpara incandescente se empezó a comercializar hace cerca de 130
años. Precisamente, la capacidad de convertir la electricidad en luz es lo que impulsó el desarrollo de la
entonces incipiente industria eléctrica y logró que Nueva York y París, poco después de 1880, fueran las
primeras ciudades en contar con plantas eléctricas para alimentar circuitos de alumbrado exterior.
Así, gracias a la luz artificial generada con electricidad mediante el universalmente conocido “foco”, el día
dejó de ser, para crecientes porciones de la humanidad, ese tiempo limitado por la disponibilidad de luz
solar. Con esta lámpara las ciudades adquirieron nuevas dimensiones, transformando la convivencia social y
económica y las costumbres en los hogares.
En nuestros días, la importancia de la iluminación artificial se refleja en la estimación que hace la Agencia
Internacional de Energía (AIE), la cual ubica en 19% la fracción de la generación de energía eléctrica en el
mundo que tiene como fin la iluminación.
Esto es importante en términos de su efecto en el calentamiento global ya que más del 60% de esa
generación se hace en plantas que emiten gases de efecto invernadero. Tan solo que en un hogar
promedio en México se tengan cinco lámparas incandescentes de 60 watts encendidas cinco horas diarias
y durante todos los días del año, en una planta eléctrica se emite cerca de media tonelada de bióxido de
carbono, principal gas de efecto de invernadero (1).
Lo que más asombra es que, en el mundo en general, una fracción muy importante de este consumo se
haga con equipos (las lámparas incandescentes) que consumen cuatro veces más que una lámpara
fluorescente compacta, que ha alcanzado ya una plena presencia en el mercado y cuando estas lámparas
ahorradoras duran hasta ocho veces más que los focos convencionales.
Por lo mismo, la AIE estima que la sustitución de los sistemas de iluminación por unos más eficientes
permitiría un ahorro de 10% del consumo eléctrico mundial, lo que es igual a cerca de ocho veces la
generación total de México en el año 2004 (2).
Pero es también asombroso el hecho de que resulta más barato el kilowatt-hora (kWh) ahorrado al sustituir
una lámpara incandescente por una fluorescente que el kWh comprado a la empresa eléctrica (con o sin
subsidios a la electricidad).
Por ello, no es de extrañar que en Australia, Canadá y la Unión Europea se haya decidido que las lámparas
incandescentes salgan del mercado hacia inicios de la próxima década, con lo que se habrán de convertir
en piezas de colección, como ha ocurrido con muchos otros productos del desarrollo tecnológico.
En México, desde hace ya algunos meses e impulsado por Greenpeace México y diversos actores políticos
y sociales, se está promoviendo que nos pongamos en sintonía con esta tendencia mundial, y se legisle en
el mismo sentido que las naciones antes señaladas. En particular, Greenpeace propone una ley que prohíba
la importación, producción y comercialización de lámparas incandescentes para uso residencial a partir de
2012 en todo el territorio nacional.
Es una iniciativa loable y que merece ser apoyada, pues salvo las empresas que quieran mantener sus muy
antiguas líneas de producción, todos, junto con nuestro planeta y las generaciones futuras, saldremos
ganando.
Notas:
1.- Un refrigerador eficiente de 20 pies cúbicos, vendido en Norteamérica, consume cerca de 500 kWh por año.
2.- BP Statistical Review of World Energy June 2005.
* Odón de Buen Rodríguez es miembro fundador y vocero de la Red por la Transición Energética. Ex director de la Comisión Nacional
para el Ahorro de Energía (CONAE), ex coordinador del Grupo de Expertos en Eficiencia Energética del Grupo de Trabajo de Energía de
Norteamérica
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