Exposición de Gustavo Torner Nota de prensa Gustavo Torner (Cuenca, 1925) cumple 90 años el próximo mes de julio sin que apenas se perciba las decenas de exposiciones, de obras, de escritos, de monumentos, de diseños, de conferencias, de consejos y de lecciones que ha ido creando y compartiendo desde hace 50 años, justo cuando decidió dejar de dedicarse al oficio para el que había estudiado: ingeniero de montes. En 1953 Torner estaba realizando láminas de botánica para la segunda edición de la monumental Flora Forestal de España; en 1961 participaba en la VI Bienal de Sao Paulo y en 1962 en la XXXI Bienal de Venecia. Más allá de ser quien descubrió Cuenca a Fernando Zóbel -con lo que aquello significó para este país situado al margen del progreso-; y más allá de ser miembro destacado del llamado "grupo de Cuenca", Torner merece nuestro reconocimiento por ser una de aquellas escasas personas que se empeñaron en modernizar y airear una sociedad y un país necesitado de impulsos y de guías. Por lo tanto, esta exposición es, en primer lugar, una muestra de agradecimiento y un tributo a un artista que puede ser considerado como uno de los "padres" del arte contemporáneo español. La exposición que presenta la galería Fernández-Braso recorre los años transcurridos entre 1983 y 2012. Muchas de las pinturas y esculturas que forman parte de la exposición no se habían expuesto nunca y eso se debe, como el propio artista indica, a que simplemente no han tenido su oportunidad, y no porque fueran más o menos interesantes o acertadas que otras. En estos trabajos se reconoce el lenguaje plástico que ha ido elaborando Torner. Obras abstractas de raíz analítica y tendencia geométrica, pero no frías ni distantes. Rigurosas en su planteamiento. Imaginativas en su composición. Rotundas en el color. Delicadas en sus texturas. Pulcras en su ejecución y mínimas en su apariencia final. En ellas parece conjugarse lo material y lo espiritual. Lo natural y lo universal. La ciencia y la artesanía. Quizá el mejor texto que se ha escrito sobre Torner fue el que apareció en el libro Torner, editado por nosotros, por Ediciones Rayuela, en 1978. En ese texto Fernando Zóbel escribió que "… Torner no tiene un estilo de hacer, sino un estilo de pensar. Su hacer es consecuencia de su estilo de pensar, y para ese hacer tiene a su servicio y emplea toda una rica variedad de técnicas, desde las más tradicionales hasta las más originales y sorprendentes. Sus conceptos cambian y con ellos cambian sus técnicas. Lo que no cambia es el proceso mental de Torner (un proceso mental argumentado en términos visuales, por supuesto). Este proceso mental es el estilo de Torner. Es un estilo claro, sutil, agudo, elíptico, atrevido, sensual y extraordinariamente inteligente. Una vez reconocido resulta inconfundible. " En 1967 Alfred H. Barr, fundador del MoMA, estaba en Cuenca visitando el Museo de Arte Abstracto recién inaugurado. No es difícil imaginarle junto a Torner en la terraza de su casa, suspendida sobre las hoces, sobrecogido por la belleza que se desplegaba ante sus ojos, mientras escuchaba a Torner decir que "el arte no existe, no existe como cosa, y creo que ni siquiera como concepto. Lo que existe son las obras de arte. Y las obras de arte son ante todo, o al menos primariamente, objetos físicos". Pues a eso es a lo que se ha dedicado Torner. A realizar objetos físicos. Y a buscar la forma más adecuada de exponerlos, como se verá en esta muestra. La exposición se inaugura el próximo jueves, 12 de marzo. Se clausurará el 30 de abril.