entrev is ta

Anuncio
Toma de Peñalolen
ENTREVISTA
LA RESOLUCIÓN DE LA TOMA DE PEÑALOLÉN,
¿UN EJEMPLO DE CAMBIO EN LAS POLÍTICAS
HABITACIONALES-URBANAS?
Comunidad Ecológica
Fuente: Francisco Sabatini
Gonzalo Cáceres Quiero
Sub Director Académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales
de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Decidir dónde radicar a los pobladores de la Toma de Peñalolén ha sido una negociación compleja. El conflicto llegó a su clímax cuando se tomó la decisión de comprar terrenos de la Comunidad Ecológica de la misma comuna. Según el planificador
urbano Gonzalo Cáceres, instalar a un grupo en la Comunidad es beneficioso. Le
parece que mantener a las familias en la zona podría traer consecuencias positivas
tanto para los pobladores como para los vecinos, siempre que la integración residencial se realice cuidadosamente. Su postura es clara: dejar atrás las radicaciones
en la periferia de la ciudad y entregar una alternativa para que los nuevos pobres se
beneficien de las oportunidades que la ciudad genera.
Por Amalia Torres
ENTREVISTA
VECINO COMUNIDAD
ECOLÓGICA PEÑALOLÉN
En las 150 hectáreas de la Comunidad Ecológica hay 330 familias1.
Si hay en promedio 4 personas por
hogar, cada habitante tiene 1172 m2
para vivir.
Nombre: Alejandro Garros
Edad: 49
Hijos: 5
Actividad: Recicla vagones abandonados
Años en la comuna: 23
Horas al día en auto: 0
Horas al día en micro: 0 (trabaja
en su casa)
Gasto diario en movilización: 0
Personas en la vivienda: 7
Luz eléctrica: Regular
Agua potable: Regular
Alcantarillado: No
Radicar el Campamento
en Peñalolén
Lo bueno: “La gente va a poder
seguir viviendo en el medio donde
creció. Además es bueno porque la
comuna tiene todo un aspecto social
de integración que es único en Santiago”.
Lo malo: “La violencia aumenta por
los grados de hacinamiento y la falta
de oportunidades, y está claro que
ahora eso va a ser mayor”.
1 Los datos de la Comunidad Ecológica
y del terreno de la Toma, fueron extraídos de El Periodista (20/07/03).
10
¿Por qué la decisión de radicar el campamento
Nasur en la misma comuna causó tanta discusión?
Para contextualizar la respuesta vale la pena recordar que
desde su inicio (5 de julio de 1999), la Toma de Peñalolén
concitó gran interés en la opinión pública. La movilización de cientos de personas sin hogar, enarbolando banderas y exigiendo derechos, no pasó desapercibida.
Con el paso de los años, al tiempo que crecía en población, la notoriedad del campamento no decayó. En este
sentido, la exhibición de la telenovela Puertas Adentro, se
constituyó en un virtual y tardío reconocimiento hacia la
capacidad organizativa de los sectores populares urbanos,
que incluía también la lucha de los pobladores nucleados
en el proyecto Esperanza Andina. Resumiendo, previo a
cualquier decisión pública respecto al futuro del campamento, los pobladores de la Toma de Peñalolén, ya contaban con evidente protagonismo local y mediático.
A poco de que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo
decidiera radicar en Peñalolén a los pobladores del campamento (mayo del 2003), se desató el conflicto que la
prensa polarizó en pobladores de la Toma versus vecinos
de la Comunidad Ecológica. En pocas palabras, y junto a
cuestiones de orden ambiental, detrás de los comuneros
había una amplia gama de propietarios para los cuales la
presencia de pobres constituía una amenaza real de inseguridad y desvalorización de sus terrenos. A mi juicio,
esa idea es equivocada, o por lo menos no probada. (Ver
recuadro pág. 13)
Además la controversia que surgió era falsa, porque en
ese tiempo no se sabía cuáles suelos iban a ser los que
el Estado compraría a través de la Cámara Chilena de
la Construcción para instalar a los pobladores. Y está el
hecho que al comprar un predio de la Comunidad, no significa que se vaya a trasladar a todo el campamento. Se
va a dividir en fragmentos más pequeños.
¿Cuál es la forma en que opera el Ministerio para
entregar la vivienda social?
El MINVU cuenta con muchos programas que tienen un
rendimiento claramente diferenciado si comparamos las
grandes aglomeraciones urbanas con el resto de los asentamientos humanos. En la práctica el Estado proporciona
un subsidio. Las familias tienen que ahorrar y entre el
subsidio y su ahorro se compra el suelo y la vivienda que
es de un metraje bastante modesto. Pero qué es lo que
pasa: el precio del suelo de toda la ciudad de Santiago
se ha ido elevando, entonces si quieres mantener un
metraje de 40 m2 a un precio del suelo al alza, la alternativa que va quedando, es trasladarlos a la periferia.
A Colina, Talagante, Melipilla, porque ahí encuentras un
precio del suelo más barato que permite construir esos
mismos metros cuadrados que soñaban tener en Santiago.
Ahora existen dos nuevos programas: fondos concursables y vivienda social dinámica sin deuda, al tiempo que
nuevos instrumentos para mejorar la focalización. Sin
entrar en detalles, creo que a los nuevos programas se
suma el convencimiento público que del problema de
la vivienda ahora pasamos al problema de la ciudad. Es
decir, el Estado ya internalizó que no estamos frente a
una cuestión puramente cuantitativa, sino que frente a
un fenómeno multidimensional y donde la amenaza del
ghetto generado por la acción pública es una lección de la
cual hay que aprender.
Es una novedad la voluntad política de radicar en la
misma comuna a la gente del campamento, ¿Usted
piensa que esta es una experiencia que se pueda
repetir en otros sectores?
A nosotros como urbanistas nos encantaría que de ahora
en adelante los sectores populares pudieran tener más
opciones para mantenerse dentro de la ciudad. Porque
mantenerse dentro de ella significa opciones de calidad
de vida, de empleos, de proporciones de la fuerza de trabajo infinitamente mejores que ser enviados a una periferia de 60 kilómetros de distancia.
Por eso convertir en política la experiencia de Peñalolén,
es el desafío que ahora debiera preocuparnos. Mirando
las experiencias internacionales –especialmente la francesa– creo que hay que ser muy imaginativo para abrir
alternativas a que los “nuevos pobres” puedan tener más
opciones para mantenerse dentro de la ciudad.
Ahora, ciertamente que eso va a obligar a destinar más
recursos a la política de vivienda, porque es una política
más cara. El subsidio va a tener que ser cada vez mayor.
Estamos hablando de ponerle 300 UF más para seguir
viviendo, no sé si en la misma comuna en la que nació
un poblador, pero al menos en la misma ciudad. Pero ya
trasladarse a Talagante me parece una pésima señal.
¿Por qué una mala señal?
Por la pérdida de redes. Los estudios disponibles son concluyentes respecto a enfatizar la destrucción de vínculos,
confianzas, empleos y esperanzas. Los estudios que hay
al respecto de la gente que fue trasladada del barrio alto a
fines de los setenta y principios de los ochenta, a La Pintana en Santiago, Boca Sur en Concepción y Alto Hospicio
en Iquique, son testimonios tangibles de la deuda histórica que todos tenemos para con los allí erradicados.
Tradicionalmente la política de vivienda ha optado
por trasladar a la gente a la periferia de la
VECINO TOMA
DE PEÑALOLÉN
En las 16,5 hectáreas del campamento ubicado en los terrenos de
Miguel Nasur, viven 1823 familias2.
Si hay en promedio 4 personas por
hogar, cada habitante tiene alrededor de 23 m2 para vivir.
Nombre: René Tapia
Edad: 35
Hijos: 2
Actividad: Obrero
Años en la comuna: 6
Horas al día en auto: 0
Horas al día en micro: 3
Gasto diario en movilización:
$1200
Personas en la vivienda: 4
Luz eléctrica: Irregular
Agua potable: Regular
Alcantarillado: Sí
Radicar el Campamento
en Peñalolén
Lo bueno: “Los niños tienen el colegio a unas cuadras y tengo familia
en la comuna que los cuida mientras
mi señora y yo trabajamos. Además
aquí es bonito y tenemos locomoción para todos lados”.
Lo malo: “Nada. No creo que tengamos problemas con los vecinos. Va
a pasar lo mismo que con el Campamento. Primero la gente se preocupa
por el precio del suelo que puede
bajar, pero después no hay problemas”.
2 Dato extraído del Catastro de Campamentos de la Región Metropolitana
2003, realizado por el CIS, Un Techo
Para Chile.
11
ENTREVISTA
ciudad, fomentando la creación de nuevos núcleos
de pobreza. Pero quedándose en la misma comuna
surge un nuevo problema con la comunidad. ¿Tendrán que cambiar sus formas de vida para aceptarlos?
Tendremos que aprender a ser más tolerantes a las mezclas sociales. La condición espacialmente excluyente de
los grupos altos chilenos, es una hipótesis discutible.
Francisco Sabatini lidera un proyecto de investigación que
cuestiona dicho argumento y todo lo que de ahí se afirma
como cierto, inamovible y natural.
Es evidente que vamos a necesitar muy buen diseño
urbano para propiciar la integración residencial. El proyecto Elemental conducido desde la Escuela de Arquitectura de la PUC, es una prueba de la importancia que está
retomando la vivienda social vista desde una clave ciudad
antes que un asunto puramente sectorial.
Está en nuestras manos proponer aquellos diseños que
permitan, sin negar el conflicto, propiciar más espacios
de interacción y convivencia entre grupos sociales. Si me
preguntas: ¿podremos vivir juntos? La respuesta es sí.
ambos, y luego que sean adecuadas.
¿Y no hay problemas en separar a los vecinos de la
Toma que ya tienen creadas redes con sus vecinos?
La Toma es un archipiélago de organizaciones sociales.
Es un ente relativamente complejo en su interior, entonces no es extraño fragmentarlo y esparcirlo por toda la
comuna, o por las comunas del sector oriente. Yo creo
que los pobladores no tienen una visión fundamentalista
respecto a eso. Creo que sus preferencias son estar instalados en Peñalolén, en la Florida o en La Reina. Estamos
hablando de conjuntos de 100, 150 familias, es decir lo
suficiente para crear un pequeño barrio. Es cierto que son
mucho menos que las 1900 familias de la Toma, pero es
un tamaño adecuado para la red de confianza y de relaciones que se han ido tejiendo dentro del campamento.
El caso de la Toma de Peñalolén pide soluciones concretas a los urbanistas. ¿Qué propone usted?
Como Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales hicimos algo concreto y simple: convocar a todos los representantes en conflicto a un foro. Aunque no seguimos
el tipo de intervención sugerida desde el modelo “mesa
de concertación”, creo que hicimos lo correcto en un
momento donde los estereotipos y los prejuicios estaban
en alza.
Nuestra hipótesis sigue siendo la misma que el MINVU está
motorizando en otras comunas. Es completamente posible pensar en una convivencia interclasista con vivienda
social incluida, si la intervención dispone de un tamaño
crítico relativamente pequeño. Es imaginable que si uno
traslada un grupo social con ingresos inferiores a los del
área, ese nuevo conjunto no sea grande.
No estamos hablando de grupos de edificios de 4 pisos,
donde hay decenas y hasta cientos de familias en semihacinamiento. Estamos pensando en acupuntura urbana
que incluya desde el arranque, áreas verdes, vías de
acceso razonable y equipamiento comunitario. Si uno
hace intervenciones de esa naturaleza, más ajustadas, yo
creo que se está pavimentando el camino para una convivencia mucho mejor.
De pronto no tienen por qué ser colindantes unos de
otros. Puede haber un parque que los conecte, que haga
como espacio de interacción, simbólico, cultural, patrimonial. Pero hay que cuidar esas cosas, porque si vamos a
parear una vivienda con otra, estamos equivocados en
el camino, creo yo. Hay que buscar unas articulaciones
entre unos y otros, primero que sean negociadas por
12
Vista Comunidad Ecológica
Fuente: Gonzalo Cáceres
¿Cuánto tiempo demora localizar a los diferentes
grupos y concretar la radicación?
Un año es un tiempo suficiente para que las personas
se conozcan y construyan confianzas. Por otro lado, es
fundamental que se produzca un acompañamiento de las
familias para que la reinserción en esas nuevas vecindades sea una inserción positiva para todos. Porque hay
muchos prejuicios que se han levantado, muchos estigmas que son difíciles de dejar atrás. Acompañarlos entonces en crear una imagen horizontal con los vecinos y no
permitir que se produzcan estigmatizaciones posteriores.
Aunque puede parecer poco nítido, soy de aquellos que
le asigna gran importancia a los espacios lúdicos de integración.
¿Cuáles son las repercusiones de la integración
espacial?
Hay experiencias internacionales que han demostrado
que la integración residencial pluriclasista, bien conducida, bien monitoreada, tiene buenos resultados. Toda la
gente gana. No sólo los pobres que son relocalizados en
las mismas comunas sin perder sus redes, sino también
los vecinos. Por ejemplo en varios conjuntos de Peñalolén, los guardias de seguridad son gente de la Toma.
Los contratan porque conocen las redes sociales de la
comuna. Porque pueden ser mucho mejores celadores
que contratar a una empresa externa.
no se dan las condiciones básicas de habitabilidad.
Si en una manzana hay 6 bloques de edificios y la distancia entre los bloques es ínfima, y están en una localización periférica, en ese contexto se está a un paso del
ghetto. Y al ghetto sabes cómo entras pero no cómo sales,
porque sacarse el estigma de barrio malo es muy difícil.
¿Cuál es el tamaño que deberían tener las viviendas para poder hablar de un espacio mínimo para
vivir?
Yo tiendo a no simpatizar con la idea que la sociedad se
proyecta en el espacio urbano. Creo que hay más complejidades entre el espacio y la sociedad. Pero ciertamente
hay algo de eso. El urbanismo que nosotros tenemos que
propiciar es un urbanismo que reconozca también el derecho de la gente a ser diferente, siempre y cuando el bien
público esté bien cautelado. Es razonable que algo del
modo de vida de la gente de la Comunidad se preserve.
Ellos lucharon por lo que tienen, entonces la ciudad debería ser capaz de acoger esa diversidad.
Pero también hay que tomar en cuenta de qué pasaría
si todos los santiaguinos tuvieran la chance por un
momento de vivir con densidades tan bajas como las de
la Comunidad Ecológica: Santiago sería una ciudad gigantesca. La gente viviría más allá de Rancagua. Con esas
densidades sería una ciudad súper ineficiente, con gastos
altísimos en transporte. Entonces es bueno mantener algo
de esa utopía de la diferencia social colocada en el espacio, pero siempre que sea suficientemente pensada por
las autoridades para que no termine creándose un monstruo. Hay que escuchar a todos los vecinos: en pocas
palabras un urbanismo territorialmente más equitativo.
Eso es muy variable culturalmente, pero por ejemplo en
Santiago en este momento hay 800 mil personas que
tienen 40 ó menos de 40 m2. Estamos hablando de viviendas construidas en los ochentas y noventas. Esas personas están viviendo muchas veces en condiciones pésimas.
Entrevistas que nosotros hemos realizado, indican que
una familia de 4 miembros, que vive en menos de 40 m2,
es el comienzo de las malas noticias. Hay correlaciones
¿Se podría decir que la ciudad es un reflejo de
lo que somos? Entonces si la Comunidad Ecológica
rechaza a los pobladores, ¿Significa que no queremos la diversidad, que somos una sociedad que nos
aislamos?
EL PRECIO DEL SUELO NO DEBERÍA BAJAR
Pasaje Toma Peñalolén
Fuente: Gonzalo Cáceres
positivas entre ese tipo de habitabilidad y propensión a la
deserción escolar, porque no hay espacios para estudiar,
no hay espacios para la intimidad, hay embarazo adolescente, violencia intrafamiliar, ingreso a la economía de la
droga, etc.
Lamentablemente tenemos una mochila del pasado y
tenemos que pensar qué hacemos con ella. Es muy probable que en poco plazo más tengamos que empezar a
demoler o fusionar departamentos, porque en 38 ó 31 m2
“No hay estudios que demuestren que el precio del
suelo se reduce si se produce una urbanización de
personas de ingreso inferior. Por ejemplo en la misma
comuna de Peñalolén hubo una Toma de terrenos
que se llamaba campamento Esperanza Andina, y que
ahora está instalado al final de Avenida Grecia. Es una
población con viviendas, entiendo de más de 40 m2,
y la evidencia que nosotros tenemos de la comuna
de Peñalolén es que esa población, instalada en ese
lugar, no ha interferido sustancialmente en el incremento progresivo de los precios del suelo.
El sector inmobiliario subraya que es muy probable
que con una población cerca, las expectativas respecto del precio del suelo no van a ser tan rápidas al
alza. Eso es posible. Pero es bien distinto a decir que
el precio inexorable y automáticamente va a caer”.
13
Descargar