La Bohème: la popular ópera de los artistas pobres de París llega al

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LATERCERA Viernes 2 de septiembre de 2016
FOTO: SINFONICA DE VENEZUELA.
Sociedad
Cultura
RR La escenografía es la clásica de Nicola Benois, ambientada a mediados del siglo XIX en París. FOTO: TEATRO MUNICIPAL
RR El tenor Aquiles Machado es Rodolfo.
La Bohème: la popular ópera
de los artistas pobres de París
llega al Teatro Municipal
R La obra más conocida de Giacomo
Claudia Ramírez
Cuando el escritor francés
Henri Murger (1822-1861)
plasmó sus vivencias en Escenas de la vida bohemia
(1851), quizás no pensó que
trascendería en el tiempo
gracias al arte lírico. Convertido en un best seller, el
romance llegó al teatro y fue
ahí donde los compositores
Ruggiero Leoncavallo y Giacomo Puccini se embelesaron y escribieron sobre ella,
pero ha sido la del último la
más difundida.
Sin embargo, no estuvo
exenta de polémicas. Leoncavallo reclamó tener prioridad sobre la obra y el diario La Stampa publicó, tras
su estreno en 1896 en el Teatro Regio de Turín, que “no
dejará huella alguna en la
historia”. Craso error. La
ópera de Puccini cruzó fronteras y se popularizó. Así,
tras ocho años, regresa al
Teatro Municipal de Santiago liderada por Aquiles Machado, Eri Nakamura, Vittorio Prato, Catalina Bertucci, Oleg Budaratsky y
Andrey Zhilikhovs. Y en la
versión estelar, con José
Azócar, Paulina González,
Patricio Sabaté, Yaritza Véliz, Sergio Gallardo y Javier
CERCANIA AL PUBLICO
“De alguna manera La
bohème de Puccini es
la mejor manera de
ingresar al mundo de
la ópera”.
José Luis Domínguez
director de La bohème
Weibel. Ambos elencos, bajo
la batuta de José Luis Domínguez; la dirección escénica de Patrizia Frini, y la
conocida puesta en escena
de Nicola Benois, estrenada
en Chile en 1982.
Las aventuras y desventuras, alegrías y sinsabores, y
amores y desamores de cuatro amigos artistas que viven
en la pobreza en una buhardilla parisina es un tema
atractivo que presenta situaciones cotidianas y realistas. Su atracción es tal que
otros también han sido se-
ducidos por ella, ya sea en
zarzuela (Bohemios de Vives), en musical (Rent de
Larson) o más lejanamente
en cine (Moulin Rouge!)
Con una partitura que rodea a los personajes y emana de ellos, “La bohème tiene una vigencia increíble
porque se conecta con lo humano, de decir que el señor
de la butaca, el de la esquina, etc, vive entre esas cuatro paredes y donde lo cotidiano se vuelve protagonista”, explica el tenor
venezolano Aquiles Macha-
Un auténtico “hit” lírico
RR El director de orquesta
José Luis Domínguez, quien
acaba de lanzar un disco en el
sello Naxos, está de vuelta en
Chile para dirigir una de sus
óperas predilectas. “Una de las
razones de la inmortalidad de
La bohème radica en su historia, con personajes simples,
humanos y reales, sin ninguna connotación épica ni sobrenatural. Nada de dioses, ni
princesas ni unicornios. Al
mismo tiempo es una trama
atemporal, la de aquellos ar-
tistas que viven en pobreza y
que sólo se preocupan del pan
cuando sienten demasiada
hambre. Es la llamada bohemia que describe el título de la
ópera: poetas, pintores, escritores y filósofos, pero sin fama,
ni genio ni glamour”, explica.
Sobre la música, agrega: “La
utilización que Puccini hace
de la orquestación, el leitmotiv (motivo central) y la melodía está entre lo mejor de la
historia. Entonces, si unimos
un argumento así con música
de este nivel tenemos un auténtico hit, una ópera inmortal. Aunque La traviata también tiene a una protagonista que sucumbe a la
enfermedad, aborda un mundo donde las clases están muy
marcadas. La bohème, por
otro lado, posee estos personajes más cercanos a la gente. De
alguna manera La bohème es
la mejor manera de ingresar al
mundo de la ópera. Si alguien
quiere ir por primera vez lo
mejor es La bohème”.
Puccini se estrena el miércoles en
el coliseo santiaguino.
R La historia de los poetas y pintores
parisinos es cantada por Aquiles
Machado y Eri Nakamura.
do. “Además, con su música, de una belleza estremecedora, es muy transgresora, porque el arte hoy está
muy abocado a la simple
apreciación estética de los
hechos. Puccini no ofrece
refugio ante ese tipo de relación y da una vuelta de tuerca, va directo a la sensibilidad humana. Se vincula con
el sudor, las lágrimas, con los
sentimientos más primitivos”, añade.
La trama, con guión de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa,
gira en torno a la relación de
amor entre el impulsivo
poeta Rodolfo y la coqueta,
pero mortalmente enferma
modista Mimí. Aquiles Machado, quien ha cantado Rodolfo en innumerables versiones de La bohème, reconoce que aún queda
“atónito”, y que sigue no
sólo conmoviéndose con el
último acto, sino que también encontrándole siempre
alguna dificultad: “A medida que más lo hago me fijo
más en la partitura, porque
voy descubriendo la gran
cantidad de cosas que hay
entrelíneas. He pasado por
un enamorado, un ingenuo,
un irresponsable, un egoísta, pero hoy para mí tiene
una enorme capacidad de
sacrificio y sabe que va a ser
eternamente perseguido por
la decisión que tome. Es un
personaje complicado, porque más allá de la dificultad
vocal, lo difícil es que ésta se
transforme en verdadera comunicación; ahí está el punto de humanidad de Puccini”.
En el marco de la tradicional propuesta de Benois trabaja la directora de escena
italiana Patrizia Frini, quien
dice: “Sin querer ser feminista, me interesan las dos
mujeres. Mimí no es una
monja, no es pasiva, sino
muy astuta. Musetta es más
libre, un poco superficial,
pero de una gran corazón,
más bondadosa que Mimí”.
Todo esto, explica, funciona
dentro de la escenografía de
Benois. “No importa tener
un escenario antiguo, porque la modernidad está en
buscar las relaciones, en el
recitar. En este momento no
tiene mucho sentido hacer
nuevas cosas. Hay que hacer
arqueología del teatro: hubo
espectáculos memorables de
Strehler, Visconti o Chéreau.
Por qué tienen que proponer
algo distinto si puedes hacer
un trabajo de arqueología. Se
debe recuperar la máquina
escenográfica”.b
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