Perpetua a Pedraza y castigo a todos los culpables

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OCTUBRE 2012
PRECIO $2
JUSTICIA POR
MARIANO
FERREYRA
Perpetua a Pedraza y castigo
a todos los culpables
Documento firmado por más de doscientas organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y
sociales. Fue leído en Plaza de Mayo el 20 de octubre de 2012, al culminar la multitudinaria
marcha por el segundo aniversario de del crimen de Mariano.
JUSTICIA POR
MARIANO
FERREYRA
Perpetua a Pedraza y castigo
a todos los culpables
Documento firmado por más de doscientas
organizaciones políticas, gremiales,
estudiantiles y sociales. Fue leído en Plaza de
Mayo el 20 de octubre de 2012, al culminar la
multitudinaria marcha por el segundo
aniversario de del crimen de Mariano.
Hoy, 20 de octubre, se cumplen dos años del
asesinato de Mariano Ferreyra y de las gravísimas
heridas que sufrieron Elsa Rodríguez y otros
compañeros a manos de una patota de la Unión
Ferroviaria conducida por José Pedraza.
Hoy, a dos años del crimen de Mariano, nos
hacemos presentes en Plaza de Mayo con esta
movilización, para reclamar condena a José
Pedraza y Juan Carlos Fernández, los responsables
políticos de este crimen contra la clase obrera; para
reclamar condena a Pablo Díaz y a los integrantes de
la patota que ejecutaron el ataque; para reclamar
castigo a los policías que permitieron la concreción
del crimen liberarando la zona, cubrieron la huida de
la patota y destruyeron pruebas fundamentales.
Nos hacemos presentes, también, para exigir el
desmantelamiento de las patotas sindicales de la
Unión Ferroviaria –que han seguido activas en estos
24 meses, como lo prueban los numerosos testigos
que fueron amenazados para que no declarasen
contra Pedraza y su banda criminal.
Ninguna de estas
denunciadas ante la
Tampoco lo ha sido el
estos episodios, el de
Severo.
amenazas –todas ellas
justicia- fue esclarecida.
último y más resonante de
la desaparición de Alfonso
Frente a su desaparición –que puso en vilo a la
población y provocó movilizaciones en todo el paísel gobierno primero hizo correr la versión de que se
trataba de un secuestro fraguado, pero luego pasó a
elogiarlo, sin que mediara ninguna explicación de lo
que realmente ocurrió.
Llegamos a este segundo aniversario, en pleno
desarrollo del juicio contra Pedraza y su banda, y
contra siete policías que fueron parte activa del plan
criminal ejecutado por la patota.
Llegamos a este juicio con Pedraza preso, una
inmensa victoria de la movilización popular que a
veinticuatro horas del crimen, reunió más de 60.000
personas en las calles de la Capital, junto a las
marchas, paros y cortes que recorrieron todo el país
con un reclamo unánime: juicio y castigo a TODOS
los culpables. Esa movilización popular no cesó ni
un instante en estos 24 meses sin Mariano.
Trabajadores, estudiantes, artistas, escritores,
periodistas, agrupaciones y organizaciones
populares de toda la Argentina e incluso del exterior
refrendaron en millares de iniciativas el
compromiso, la determinación y el clamor de que el
crimen de Mariano y el ataque a los compañeros no
quede impune. Ese es el reclamo que hoy, a dos
años de su asesinato, traemos a esta Plaza de Mayo.
Nos movilizamos porque queremos llegar hasta el
final en la cadena de responsabilidades por este
crimen político y para que nunca más un crimen
contra el pueblo quede impune.
El crimen de Mariano sacó a la luz el infame régimen
de las tercerizaciones que rige en el ferrocarril y en
todos los gremios, por el cual miles de trabajadores
perciben un salario inferior al que les corresponde
por la misma tarea que realizan los compañeros
bajo convenio.
En el caso del ferrocarril, quienes lucraban con esta
precarización –además de los empresarios- eran
los jefes de la Unión Ferroviaria. ¡Los dirigentes
sindicales eran propietarios de varias de las
cooperativas truchas que empleaban trabajadores
en condiciones indignas! De esa manera amasaron
verdaderas fortunas. Pedraza, el jefe máximo de la
burocracia sindical ferroviaria, fue detenido en
Puerto Madero en un piso de su propiedad valuado
en un millón de dólares.
Los ferroviarios tercerizados y quienes los
acompañaban se pusieron de pie contra ese
negociado y la burocracia sindical lo defendió a
sangre y fuego: el crimen de Mariano pretendió ser
un castigo ejemplar contra los tercerizados que
luchaban por pasar al convenio y contra quienes los
apoyaban.
Contra lo que pretendieron afirmar –y siguieron
afirmando- voceros oficiales, como el Ministro
Tomada, en el crimen de Mariano no hubo
“enfrentamiento” alguno: los tercerizados y los
militantes que los apoyaban fueron emboscados por
la patota de Pedraza cuando ya se retiraban de la
zona de las estaciones ferroviarias. Esto ha sido
ratificado por decenas de testimonios en el juicio
oral; no sólo en boca de los tercerizados y militantes
que se movilizaron en su apoyo, sino también por
parte de trabajadores de la zona, transeúntes que
ocasionalmente se encontraban en el lugar,
periodistas e incluso algunos policías.
Como lo denunciáramos tantas veces en estos 24
meses, ese ataque fue el resultado de un plan
criminal orquestado por Pedraza y la cúpula
dirigente de la Unión Ferroviaria con la complicidad
de los empresarios de Ugofe y de los funcionarios de
la Secretaría de Transporte; un plan que no hubiera
sido posible sin la activa colaboración de la Policía
Federal.
Después del crimen de Mariano, el gobierno y las
privatizadas rechazaron una y otra vez la
incorporación de los tercerizados a la planta. Las
sucesivas medidas de lucha de los ferroviarios
fueron objeto de ataques políticos e incluso
represivos contra el movimiento de lucha de los
tercerizados y las fuerzas que los apoyaban.
También fueron objeto de ataques los trabajadores
ferroviarios que sistemáticamente denunciaron el
mal estado del sistema y el peligro que eso
entrañaba para usuarios y empleados. Se llegó al
extremo –en diciembre del 2010, cuando aún
Pedraza estaba en libertad- de que un juez amigo
del gobierno resuelva la detención de los luchadores
ferroviarios Hospital y Merino, ambos compañeros
de Mariano Ferreyra, bajo la acusación de cortar
vías, mientras la ministra Garré los acusaba de
´desestabilización´. Fue la movilización popular
unitaria a Plaza de Mayo la que desbarató estas
maniobras, que de haber prosperado, hubiesen
posibilitado la impunidad para Pedraza.
Por eso, hoy volvemos a manifestar que entre el
crimen de Mariano y la masacre de Once existe un
hilo de continuidad: la misma trama de intereses
que reúne a empresarios, funcionarios y burócratas
sindicales en torno al negociado de los subsidios
estatales.
A lo largo de una década, el presupuesto público
sirvió para enriquecer a un puñado de parásitos y
poner en pie el régimen que derivó en el crimen de
Mariano primero y en la masacre de la estación
Once –con sus 51 muertos y más de 700 heridostiempo después. Los protagonistas son los mismos:
tras la masacre de Once, los socios de TBA en Ugofe
fueron premiados con la gestión de los ramales
Sarmiento y Mitre tras la salida de Cirigliano. Los
grandes ausentes en el juicio que se está
desarrollando en estos momentos, son los
empresarios y los funcionarios políticos
responsables por estos crímenes contra el pueblo.
QUEREMOS EL CASTIGO
A TODOS LOS CULPABLES
Reclamamos que se investigue a los empresarios de
Ugofe que concedieron las licencias laborales para
formar la patota; reclamamos que se investigue al
ex secretario de transporte, Juan Pablo Schiavi quien se encontraba junto a Pedraza y Fernández al
momento de producirse el ataque- y al ex
subsecretario de transporte ferroviario Antonio
Luna. Reclamamos que los policías sean juzgados
por su participación necesaria en la emboscada
criminal, y no como espectadores pasivos del
ataque.
NO A LA IMPUNIDAD
El juicio oral contra Pedraza y su patota estuvo
precedido por todo tipo de tentativas para
postergarlo y así lograr que la Cámara de Casación
les conceda la excarcelación de los detenidos.
Pretendían que Pedraza sea juzgado en libertad
para sortear el cumplimiento efectivo de una
eventual condena, pero fracasaron.
Los defensores de Pedraza también presentaron un
pedido de juicio político contra los miembros del
tribunal que lo está juzgando, ante el cual el Consejo
de la Magistratura -en lugar de rechazarlo en el
acto-, ordenó la instrucción de un expediente.
Alertamos a toda la población que acompaña esta
lucha, que eso significa una espada de Damocles
sobre las cabezas de los jueces que juzgarán a
Pedraza, ya que el Consejo de la Magistratura – en el
que el oficialismo tiene mayoría - puede vetar al
tribunal en el transcurso del juicio, o dar por nulo el
proceso si no se ajustara a sus intenciones políticas.
No podemos dejar de señalar que Pedraza se sumó
desde la cárcel de Ezeiza al bando de la burocracia
sindical que apoyó el gobierno en la crisis de la CGT,
lo cual fue avalado por el Ministerio de Trabajo.
Detrás del voto de Pedraza, existe una activa
negociación política con el Estado para lograr su
absolución o la atenuación de una eventual pena.
Advertimos también por los intentos de aislar este
juicio y despojarlo de sus connotaciones políticas.
Nos referimos la demora de las causas conexas a la
que investiga el crimen de Mariano: la del intento de
coimas a la cámara de Casación, en la que están
involucrados jueces y agentes de inteligencia; la del
desvío de fondos que denunció un ex gerente de
Ugofe y la del perito de parte Roberto Loclés por
alterar la bala que mató a Mariano. Todas ellas
conectan los intereses y circunstancias que rodean
el crimen de Mariano. A este operativo de rescate de
la burocracia pedracista se suma Ugofe, que acaba
de sancionar a dos de los dirigentes de la oposición
antiburocrática a Pedraza en el ferrocarril Roca,
Jorge Hospital y Flavio Bustillo, sobre la base de
acusaciones infames.
Las pruebas contra Pedraza y los demás acusados
se acumulan audiencia tras audiencia. Los
testimonios que se están vertiendo en la sala de
audiencias, dan cuenta del carácter artero y criminal
de la agresión de la patota, y de la existencia de
varios tiradores; del escandaloso negociado
montado en el ferrocarril sobre la base de los
subsidios estatales, en el que están asociados
empresarios, sindicalistas y funcionarios; de la
completa descomposición de la burocracia sindical.
De las declaraciones de los testigos y de las
escuchas judiciales, surgen con claridad el firme
verticalismo que rige en la Unión Ferroviaria,
liquidando la pretensión de colocar a Juan Carlos
Fernández y Pablo Díaz actuando al margen de la del
consentimiento de Pedraza. Reflejan la comunión de
intereses económicos de la burocracia, los
empresarios y los funcionarios del gobierno en la
explotación de las tercerizadas y la connivencia de
Pedraza con la primera línea del Ministerio de
Trabajo, Carlos Tomada y Noemí Rial.
También reflejan la viva preocupación de la
burocracia por mantener el control político del ramal
Roca y bloquear la influencia de las agrupaciones y
corrientes combativas entre los trabajadores. En las
escuchas, consta además el auxilio brindado por la
Unión Ferroviaria a Cristian Favale –el principal
sospechado de ser el autor material del crimen de
Mariano-, la organización de los lock out de la UF y
La Fraternidad en solidaridad con los detenidos y
ubican a Pedraza en el centro de las negociaciones
para sobornar a los miembros de la sala III de la
Cámara de Casación.
Los personeros de la burocracia sindical del
ferrocarril siguen enquistados en sus puestos de
funcionarios. Entre otros, Ángel Stafforini –acusado
de reunir los fondos destinados a sobornar al
tribunal de Casación- y Graciela Coria -esposa de
Pedraza- aun hoy integran el directorio del Belgrano
Cargas, y administran una caja mensual
multimillonaria; Juan Araya, abogado de la Unión
Ferroviaria y organizador de la asistencia a los
patoteros detenidos, continúa revistiendo en la
empresa estatal Sofse. Antonio Luna –de La
Fraternidad- continuó atornillado a su puesto de
subsecretario hasta que su procesamiento por la
masacre de Once parecía más o menos inminente;
pasados varios meses de la masacre de Once
Randazzo recorría con Luna los talleres ferroviarios
de Remedios de Escalada. El lugar elegido no era
casual: en esos talleres se vive una intensa lucha
política entre el activismo antiburocrático y la
patota, que fue reclutada mayormente de esas
dependencias.
La protección del gobierno y del Ministerio de
Trabajo a la patota de Pedraza continúa hasta el día
de hoy. En las elecciones de la Unión Ferroviaria que
se realizarán en el mes de noviembre el ministro
Tomada avaló el estatuto cárcel armado por la
burocracia para impedir la presentación de listas
opositoras a nivel nacional. Incluso varias listas
seccionales presentadas por la oposición fueron
impugnadas con el aval del Ministerio. La defensa
del unicato sindical apunta a salvar al pedracismo,
en momentos que éste sufre su peor crisis como
consecuencia de la detención de su máximo
dirigente.
La permanencia de los hombres de Pedraza en el
ferrocarril es sólo un aspecto de la protección del
poder político sobre la burocracia sindical –que se
expresa también en el amparo oficial sobre ex
buchones comprobados de la dictadura militar
como Gerardo Martínez , de la Uocra, y Julio Sosa, de
la comisión directiva de La Fraternidad. Esa
protección se expresa, todos los días, en la
impunidad con que actúan sus patotas, y en la
propia persecución estatal y judicial sobre los
luchadores, impulsada desde el gobierno: las
patotas de la burocracia sindical constituyen, en
este sentido, una verdadera ´tercerización´ de la
represión. A su turno, la sociedad entre esa
burocracia, los privatizadores y el Estado, continúa
en el vaciamiento de un sistema ferroviario en
ruinas, que todo el tiempo se cobra víctimas fatales.
muerte´ policial, por orden de la patronal de la
fábrica donde trabajaba, por negarse a aceptar un
soborno a cambio de entregar las reivindicaciones
de sus compañeros.
La defensa de la burocracia sindical es una cuestión
de Estado para el gobierno y las patronales. Incluso
buena parte de la llamada oposición política hace
suya la defensa de la burocracia y del unicato
sindical. Comparten el objetivo de imponer –incluso
por la fuerza y las patotas- una regimentación de los
trabajadores que posibilite mantener el 35 % de
trabajo en negro, los salarios promedio de $3.400, la
tercerización que afecta muy especialmente a la
juventud. Terminar con la burocracia sindical y
recuperar los sindicatos para los trabajadores
plantea una lucha política contra el régimen
dominante.
La acción represiva no ha cesado tampoco sobre los
luchadores obreros que desafían a las patronales y a
las burocracias, como ocurre con los compañeros
de Cerro Dragón, Chubut, que protagonizaron una
gran huelga contra la tercerización en los
yacimientos petroleros, y con los vecinos del barrio
Islas Malvinas, de la capital de Jujuy, brutalmente
reprimidos por la policía del gobernador oficialista
Eduardo Fellner. Por otra parte, quedó al desnudo un
régimen de delación y espionaje contra los
luchadores denominado ´Proyecto X´, defendido por
la ministra de seguridad Nilda Garré –la misma que
durante un año suministró defensa gratuita a los
policías imputados en la causa de Mariano y
pretendió procesar a sus compañeros de lucha,
Hospital y Merino. Meses después del crimen de
Mariano, era detenido Rubén “Pollo” Sobrero, del
Cuerpo de Delegados del Ferrocarril Sarmiento, bajo
una imputación falaz públicamente respaldada por
Aníbal Fernández. Más recientemente, fue
sancionada la compañera Estela Dines, activista del
Tren de la Costa.
DESPUÉS DEL CRIMEN DE MARIANO
Después del crimen de Mariano, la movilización
obrera y popular logró el pase a planta de más de mil
quinientos trabajadores ferroviarios, logramos la
prisión preventiva de Pedraza y que los policías sean
juzgados junto a los miembros de la patota.
Pero también se produjeron gravísimos hechos
contra los luchadores populares, a la escala de todo
el país. Sólo un mes después, en Formosa, dos
dirigentes de la comunidad qom La Primavera Roberto López y Mario López- fueron asesinados
por parte de las fuerzas policiales al mando del
gobernador kirchnerista Gildo Insfrán. Al poco
tiempo, en la Capital, otros tres compañeros Bernardo Salgueiro, Rosemary Chura Puña y Emilio
Canaviri Álvarez- eran asesinados en el Parque
Indoamericano, en medio de la represión que
comandaron la Federal de Aníbal Fernández y la
metropolitana de Mauricio Macri. También se
produjo la sospechosa muerte del dirigente
campesino chaqueño Mártires López, aún no
esclarecida. En el mes de Julio, la lucha por la tierra
se cobró la vida de los compañeros Juan Velázquez,
Félix Reyes y Ariel Farfán en Libertador (Jujuy),
donde la policía de otro gobernador oficial actuó en
defensa del monopolio explotador de los Blaquier.
Poco después, el asesinato de Cristian Ferreyra, y
más recientemente el de Mario Galván, ambos
militante del Mocase, a manos de sicarios de los
latifundistas. En la provincia de Rio Negro, Daniel
Solano, activista sindical del gremio de la Fruta, fue
secuestrado y asesinado por un ´escuadrón de la
Hoy, existen miles de compañeros procesados,
perseguidos o con amenazas de desafuero en todo
el país, entre los que se cuentan delegados obreros
de base, estudiantiles, dirigentes políticos y de
derechos humanos. La acción de las patotas y la
criminalización de los luchadores no cesaron. La
sanción de la llamada ´ley antiterrorista´ a fines de
2011 refuerza esta política represiva, apuntada a las
luchas y movilizaciones obreras y populares. El
militar Sergio Berni, actualmente a cargo de la
conducción de la gendarmería en la represión de las
luchas sociales, debutó desalojando a palazos un
corte de Panamericana protagonizado por
trabajadores desocupados, a los cuales detuvo y
condujo a Campo de Mayo, emblema de los peores
campos de concentración de la dictadura militar. La
política represiva se agudiza, con la mira puesta en
las luchas obreras y populares que se plantean
frente al ajuste que gobierno nacional aplica sobre
salarios y prestaciones sociales.
El de Mariano Ferreyra fue un crimen político.
Porque involucró al estado, a las burocracias
sindicales que le sirven, a sus aparatos de represión
y a los capitalistas que usufructúan el ferrocarril
privatizado -y también porque terminó con la vida de
un militante revolucionario.
En esta lucha también recogemos los nombres de
José Cabezas, de los asesinados en las jornadas del
19 y 20 de diciembre de 2001, de Carlos Fuentealba,
de Jorge Julio López, de Maximiliano Kosteki y Darío
Santillán y de todos los luchadores asesinados bajo
este régimen cuyos responsables políticos
continúan impunes. ¡Nunca más!
Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero,
organizador de la Federación Universitaria de
Buenos Aires en el CBC de Avellaneda, palpitaba
todas y cada una de las luchas obreras de su zona.
Pero también fue un apasionado del teatro, del cine,
de la música, de la amistad y la juventud militante,
que es la que lucha por una sociedad sin
explotadores ni explotados.
Mariano abrazó la causa del socialismo como parte
de una generación obrera y juvenil que hoy, en las
fábricas, colegios y facultades, se pone de pie para
dotar a los sindicatos, federaciones estudiantiles,
organizaciones barriales de una nueva dirección
para sus luchas. Por todos ellos, por Mariano, por
Elsa, por todos los luchadores criminalizados o
perseguidos, decimos:
DE LOS FAMILIARES
Y AMIGOS DE LAS
VICTIMAS DE LA
TRAGEDIA DE ONCE
Los familiares y amigos de las victimas de la tragedia de
Once queremos enviar un fuerte abrazo a todos los
participantes en este acto, a la vez que nos solidarizamos y
compartimos el dolor con la familia Ferreyra.
1
Perpetua a Pedraza y a toda la patota que
asesinó a Mariano Ferreyra e hirió a Elsa y a los
otros compañeros.
2
Castigo a los policías, responsables políticos y
empresariales cómplices del crimen. Que los
policías sean condenados por lo que les cabe,
partícipes necesarios de un homicidio.
3
Fuera los agentes de Pedraza y los
privatizadores del Ferrocarril. Fuera sus patotas
y los empresarios. Por renacionalización del
ferrocarril, bajo gestión de los trabajadores.
4
Abajo las sanciones de Ugofe contra Jorge
Hospital y Flavio Bustillo. Fuera los socios de
Pedraza de la Unión Ferroviaria.
5
Basta de persecución y asesinato de
luchadores. Juicio y castigo a los responsables
de los crímenes contra todos los militantes
populares asesinados desde entonces, los
compañeros Qom, los del Parque
Indoamericano, los de Jujuy, los campesinos de
Santiago del Estero. Basta de amparo oficial a
las patotas sindicales.
siempre por justicia y por cambios, para armar entre todos
un pais digno para cada una de las personas que vive en él.
Las vidas cegadas se multiplican en cada uno de nosotros, y
por eso nos sobran fuerzas para llegar al dia en que
veremos a los culpables entre rejas.
Como dijimos en el congreso, la cara visible de la
corrupción es la muerte y sus complices son los negociados
mafiosos, el silencio, la inacción, la complicidad, y la
necedad personal y política.
Del otro lado estamos nosotros, la cara visible de la lucha,
este pueblo unido y trabajador.
Tanto ellos como nosotros somos victimas de la corrupción
estatal y empresarial y pagamos con un dolor infinito sus
pactos con la burocracia sindical.
No nos van a poder parar, porque a nuestro lado hay
millones.
Esa union para el robo y la destrucción nos arrancó a
Mariano y a nuestros 52 seres queridos.
Justicia para Mariano Ferreyra, justicia para las victimas de
la tragedia de Once.
Pero si algo debe quedarle claro a los responsables de esas
masacres es que aquí estamos y estaremos, luchando
Familiares de victimas y amigos
de la tragedia de Once
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