ETAPAS DEL SIGLO XX La época de “Paz Armada” (1890-1914) Se caracteriza por conflictos y tensiones motivadas por el desarrollo industrial capitalista, la expansión territorial imperialista, las reivindicaciones nacionalistas y la “carrera de armamentos”. Se forman dos alianzas militares enfrentadas: Triple Alianza y Triple Entente. La paz parecía precaria en 1914. La 1ª Guerra Mundial (1914-1918) Resultado de las rivalidades territoriales y económicas entre las potencias europeas. La rivalidades fueron protagonizadas por Francia (revanchismo por Alsacia y Lorena), el expansionismo pangermanista de Alemania y su rivalidad económica con Gran Bretaña y las guerras nacionalistas en los Balcanes que enfrentaban a Rusia, a AustriaHungría y al Imperio Otomano. El año decisivo fue 1917: EE.UU entra en el conflicto como respuesta a la “guerra total” que impuso Alemania. Rusia se retira de la guerra tras caer el Imperio zarista y el triunfo de la revolución comunista que transformará en menos de 20 años un país atrasado en una potencia mundial: nace el primer “Estado obrero” de la historia. El Tratado de Versalles (1919) reglamentó las condiciones de paz con Alemania. Los restantes tratados deshicieron los antiguos imperios austro-húngaro y otomano (“la caída de las águilas”) y reconstruyeron, sobre la base de las nacionalidades la Europa central y balcánica. El período de entreguerras (1919-1939) La creación de la “Sociedad de Naciones” generó esperanzas de paz. Tras superar la angustia de posguerra, se vivió una relativa etapa de bienestar y prosperidad: “los felices años veinte” Pero los problemas económicos y financieros, las desigualdades sociales, la división de Europa ante la revolución soviética impidieron una paz duradera y sólida. El declive de los países europeos contrasta con el auge de EEUU y Japón. La superproducción y la especulación financiera originó el gran crash de la Bolsa de Nueva York en 1929 y sus efectos en la depresión de los años 30: quiebra de bancos, contracción de la demanda, cierra de fábricas, desempleo, hambre, miseria y antagonismos sociales. Como consecuencia, en la economía se refuerza la intervención estatal frente al libre mercado; en política, los sistemas democráticos parlamentarios entran en crisis mientras se consolidan los gobiernos totalitarios: la consolidación del fascismo italiano, el triunfo del nacionalsocialismo en Alemania y del stalinismo comunista en la URSS.. Los virajes hacia la guerra comenzaron tras abandonar Alemania la Sociedad de Naciones, la ocupación italiana de Etiopía, la guerra civil española (1936-1939) y el expansionismo alemán en Austria, Checoslovaquia y Polonia. La II Guerra Mundial (1939-1945) Se origina por el expansionismo alemán en Europa central y la invasión de Polonia. El eje Roma-Berlín, el tratado de no-agresión con la URSS y su potencia militar hacían concebir una victoria del III Reich. Tan solo resiste Gran Bretaña al avance nazi. En 1941 el aislamiento de la resistencia británica se rompió con la invasión alemana de la URSS (que abre un frente oriental) y la expansión japonesa en el Pacífico que provoca la entrada de EEUU en la guerra. En 1943 comenzaron las victorias de los aliados en Europa, Norte de África y Pacífico (frente a Japón) hasta la capitulación definitiva de las potencias del Eje. El mundo de posguerra. De la guerra fría a la coexistencia pacífica (1945-1989) En 1945 se creó la ONU para velar por la paz y la seguridad internacionales. Pero los vencedores se distanciaron y el mundo se dividió en dos grandes bloques políticos y militares: el bloque occidental (América y Europa Occidental) con gobiernos democráticos liberales y economía capitalista, liderado por EEUU; el bloque oriental (países de Europa Oriental y Asia) con gobiernos dictatoriales de partido único (democracias populares) y economía socialista, liderado por la URSS. Incluso se crearon fronteras en el interior de algunos países, reflejando esta división: en Alemania, China, Corea y Vietnam. La tensión entre los dos bloques fue intensa y se denominó “guerra fría”. Las dos alianzas militares enfrentadas (OTAN/Pacto de Varsovia) iniciaron una carrera armamentística basada en la estrategia nuclear. Existen conflictos, pero son localizados: la crisis de Berlín de 1948 consolida las dos Alemanias (luego en 1961 se levantó “el muro de Berlín” -telón de acero-); la guerra de Corea y la de Vietnam; los conflictos en Oriente Medio (por la nacionalización del canal de Suez por Egipto -1956- y las guerras entre los países árabes e Israel); “la crisis de los misiles” en 1962, tras la revolución comunista de Fidel Castro en Cuba y el apoyo de la URSS. La guerra fría dará paso a la “coexistencia pacífica”, que se inicia tras 1956 y, especialmente tras 1963 con el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Pero la invasión de Afganistán por la URSS en 1979, el incremento armamentístico de los dos bloques, la “guerra de las galaxias” de los años 80 y el conflicto Irán-Irak originan una segunda guerra fría. El nacionalismo de las élites de las colonias, la debilidad de los países europeos y la política anticolonialista de la ONU originan el proceso de descolonización, el nacimiento de nuevos estados y el fin de los Imperios coloniales europeos: primero en Asia y África del Norte (1947-1956) y luego en Africa negra en los años 60. La Conferencia de Bandung (1955) proclamó la política anticolonialista, el derecho a la independencia y la necesidad de ayudas a los países subdesarrollados. Los países del Tercer Mundo ingresan el la ONU, pero su dependencia económica permite hablar de neocolonialismo. Los países occidentales europeos buscan su adaptación a los nuevos tiempos con el Tratado de Roma (1957) que abre el proceso de construcción y unión económica (Mercado Común) y política de la llamada “Europa de las naciones”. Mientras, la URSS mantiene su control sobre las democracias populares de Europa Oriental reprimiendo las protestas militarmente- Hungría (1956), Checoslovaquia (1968)- y se deterioran sus relaciones con China que se proclama líder de los países del Tercer Mundo. La prosperidad económica de los 50 y 60 se frena en 1973 con una doble crisis monetaria y energética: el aumento de los precios del petróleo provocó el estancamiento de la producción, inflación y paro. El “Estado del bienestar” de las democracias occidentales entra en crisis ante las dificultades para financiar el desarrollo económico y las políticas de asistencia social. En los años 80 el dinamismo norteamericano ha impulsado la recuperación económica mundial a través del neoliberalismo: reducción de impuestos y de gastos sociales. El mundo actual: la historia inmediata (desde 1989-1990) La historia más reciente viene marcada por la caída del muro de Berlín y la reunificación de Alemania (1990); la caída del comunismo, la desintegración de la URSS que origina la CEI; el final de la guerra fría con la desaparición del Pacto de Varsovia en 1991 y los acuerdos Bush-Gorbachov para la reducción de armas estratégicas con el objetivo de conseguir “un mundo menos peligroso que nunca desde el comienzo de la era nuclear”.. Pero viejos y nuevos conflictos permanecen o surgen en el mundo actual como resultado de la herencia del pasado, intereses económicos o ineficacia de las autoridades nacionales e internacionales: el enfrentamiento de nacionalidades en la antigua Yugoslavia y en la Federación Rusa, los problemas de transición a la democracia en los países comunistas, las dificultades de integración de la Unión Europea y las nuevas incorporaciones ; en el Próximo Oriente, tras la Guerra del Golfo Pérsico (1991), pervive el enfrentamiento armado árabe-israelí y la cuestión palestina; los conflictos y guerras civiles étnico-tribales del Africa Negra; el auge del fundamentalismo islámico en el norte de África; las guerrillas revolucionarias y movimientos indigenistas que protestan por las desigualdades y marginación social en Latinoamérica. El denominado “Nuevo Orden Mundial” que proclamaba G. Bush debía fomentar un equilibrio basado teóricamente en los derechos humanos, la instauración de la democracia y el imperio de la economía del libre mercado (neoliberalismo). Pero sigue pendiente la respuesta a los grandes retos y problemas que siguen vigentes en el mundo actual: las desigualdades, marginación social y paro en los países ricos en relación con la incertidumbre sobre el futuro del “Estado del bienestar”; los desequilibrios Norte /Sur; la inestabilidad política, guerras, enfrentamientos étnicos, hambre y miseria en los países del Tercer Mundo; los problemas ecológicos y medioambientales derivados de un desarrollo económico descontrolado; la falta de libertades y violación de los derechos humanos en muchos lugares del mundo; el racismo, xenofobia y marginación que afecta a amplios grupos sociales en los países más desarrollados; el consumo de drogas y el narcotráfico; los problemas derivados de la sociedad de masas, del consumismo, de la informatización y las telecomunicaciones; el uso adecuado y los problemas éticos de los avances científico-tecnológicos.... La historia más reciente en el cambio de siglo y milenio, plantea además de los problemas mencionados, un agravamiento de la tensión política mundial tras los atentados a las “Torres gemelas” del 11 de septiembre de 2001. La lucha contra el terrorismo mundial encabezada por la, de momento, única superpotencia actual (los Estados Unidos), el denominado y poco claro choque entre civilizaciones (Occidente y el Islam) y su alternativa la “Alianza de civilizaciones”, el conflicto de Oriente Próximo (el problema palestino), el fundamentalismo islámico, las llamadas “armas de destrucción masiva” que muchos países pretender desarrollar, el fracaso de los acuerdos de desarme nuclear y (Corea del Norte e Irán), el conflicto mundial y guerra civil en torno a Irak, las dificultades de aplicar un Derecho Internacional, y el nuevo papel de la OTAN y especialmente de la ONU tras el final de la guerra fría, son algunas cuestiones que caracterizan el mundo actual. Como telón de fondo, frente a la globalización capitalista neoliberal de las grandes potencias el auge de movimientos alternativos antigloballizadores, o que, al menos, exigen una globalización basada en una mayor igualdad y justicia social y económica. La crisis financiera especulativa que se desencadena tras 2007 ha agravado las desigualdades mundiales y cuestiona el futuro del estado del Bienestar, la consecución de los objetivos del milenio y la lucha contra el cambio climático. Europa busca su lugar en el nuevo orden mundial a través de una unidad política aún muy lejana, pese a los logros conseguidos en materia económica y las perspectivas de ampliación hacia la Europa del Este. África se hunde en una miseria y conflictividad crónica. En América Latina el péndulo oscila entre la democratización y el populismo con el telón de fondo de las desigualdades sociales y económicas El mundo asiático plantea grandes incertidumbres entre la extendida pobreza el desarrollo de los países emergentes –como Brasil, China e India- y las tensiones políticas, sociales y económicas. La adopción de medidas frente a los abusos de poder, injusticias y desigualdades mundiales, frente al terrorismo y las guerras, para la conservación del Medio Ambiente, para garantizar los derechos humanos individuales y sociales y la necesidad de mantener la paz son los grandes retos de los gobiernos y ciudadanos del siglo XXI