El tratamiento de los management fees/servicios de apoyo a la gestión en el nuevo contexto legal y en el marco de las Directrices de la OCDE sobre precios de transferencia. Parte I: Concepto, estudio general y particular análisis de la jurisprudencia española* JAIME SANMARTÍN FERNÁNDEZ Agencia Estatal de Administración Tributaria SUMARIO 1. CONCEPTO. 1.1. Cambios producidos en la ley, en relación con los servicios de apoyo a la gestión. 1.1.1. Ley 61/78 y Ley 5/1983. 1.1.2. La Ley 43/1995. 1.1.3. TRLIS, redacción efectuada por Ley 36/2006.—2. DIRECTRI­ CES OCDE SOBRE PRECIOS DE TRANSFERENCIA, CAPÍTULO VII.—3. DOCTRINA ADMINISTRATIVA. 3.1. Consultas de la Dirección General de Tributos. 3.2. Resoluciones del Tribunal Económico-Administrativo Central.—4. JURIS­ PRUDENCIA.—5. LA NUEVA REDACCIÓN DEL 16.5 TRLIS, DESAPARICIÓN DE LOS SERVICIOS DE APOYO A LA GESTIÓN E INCORPORACIÓN DE LOS SERVICIOS INTRAGRUPO. Palabras clave:Fiscalidad Internacional, Impuesto sobre Sociedades, operaciones vinculadas, precios de trans­ ferencia, servicios de apoyo a la gestión, servicios entre entidades vinculadas. 1. CONCEPTO Ni la Ley 43/1995, del Impuesto sobre Socieda­ des, vigente hasta 31-12-2006, ni en la anterior, Ley 61/1978, se definía el concepto de gastos por servicios de apoyo a la gestión (management fees). A partir de 1-1-2007, desaparece la expresión del artículo 16.5 de la LIS, y se sustituye por la de “ser­ vicios entre empresas vinculadas”. Empezaremos por determinar cual es el con­ cepto de “servicios de apoyo a la gestión” en el período en que esta expresión se mantuvo en el texto de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, para a continuación examinar que cambios supone la nueva redacción dada por la Ley 36/2006 Para determinar cual es el concepto de servi­ cios de apoyo a la gestión, debemos empezar por remontarnos al menos a la Ley 5/1983, que se refiere por primera vez a los “servicios de apoyo a la gestión”. No solo en la normativa española no se estable­ ce un concepto de servicios de apoyo a la gestión, tampoco en las Directrices de la OCDE (1995), que relaciona una serie de funciones que se inclui­ rían dentro del concepto de servicios intragrupo, pero sin definirlos. Otro tanto ocurre, en la legislación estadouni­ dense, que define los intercompany services transac­ tions como aquéllas en que “un miembro de un grupo de entidades vinculadas desarrolla tareas de marketing, gestión, administrativas, técnicas u otros servicios para el beneficio de, o en nombre de otro miembro del grupo...”. * Trabajo presentado al VII-A Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el segundo semestre de 2006. 249 Cuadernos de Formación. Colaboración 29/07. Volumen 4/2007 1.1. Cambios producidos en la ley, en relacióncon los servicios de apoyo a la gestión La primera referencia a los “gastos por servicios de apoyo a la gestión”, aparece en la Ley 5/1983, que utiliza este termino para establecer un tipo reducido de tributación al pago de estos servicios. Este tipo reducido ha sido determinante de la dis­ cusión sobre el concepto de servicios de apoyo. Posteriormente la Ley 43/1995, incorpora este supuesto especial de operación vinculada, inclu­ yéndolo en el artículo 16.5. La Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medi­ das para la prevención del fraude, reforma el régi­ men de las operaciones vinculadas, dando nueva redacción al artículo 16 del TRLIS, que entra en vigor el 1-1-2007, incluyendo en la modificación una nueva redacción del apartado 5. En la nueva redacción desaparece la denominación servicios de apoyo a la gestión, que se sustituye por la de "gas­ tos por servicios entre entidades vinculadas", cam­ bio que como veremos no se limita a la denominación sino que supone un nuevo concep­ to, incorporando lo que las Directrices de la OCDE, denominan servicios intragrupo. 1.1.1. Ley 61/78 y Ley 5/1983 Aunque la prestación de servicios a las filiales, ya sea directamente, ya a través de una filial dedi­ cada parcial o totalmente a estas actividades, es una practica muy frecuente en los grupos multina­ cionales, sin embargo cuando se analizan las con­ sultas de la Dirección General de Tributos (DGT) o la jurisprudencia sobre esta cuestión nos encontra­ mos como luego veremos con un número muy reducido de consultas y sentencias sobre este tema. El régimen de operaciones vinculadas se rein­ corpora al impuesto sobre sociedades, en el artícu­ lo 16.3 de la Ley 61/1978, del Impuesto de Sociedades, sin que en esta primera redacción haya ninguna referencia a los gastos de servicios de apoyo a la gestión. Es con la Ley 5/1983, articulo 17.1.b, en la que aparece por primera vez la denominación de servi­ cios de apoyo a la gestión. En esta norma se esta­ blece un tipo del 10 por 100, en lugar del general del 16 por 100, cuando se trate de "importes satis­ fechos a su sociedad matriz o dominante por socie­ dades españolas vinculadas, en contraprestación de los servicios de apoyo a la gestión, recibidos, en tanto figuren establecidos contractualmente y se correspondan con la utilización efectiva de dichos servicios". En este mismo apartado, y a pesar de que el artículo se refiere la tributación de rentas obtenidas sin mediación de establecimiento per­ manente, se establece: "el mismo criterio se aplicará en relación con los gastos generales imputados a que se refiere el artículo 13, n de la ley 61/1978 de 27 de diciem­ bre, en cuanto a su consideración como renta obtenida por la casa matriz sin mediación de esta­ blecimiento permanente." La inclusión en un mismo apartado de estos dos supuestos, “servicios de apoyo a la gestión” y pagos satisfechos por el establecimiento permanente a su central por “gastos de dirección y generales”, es uno de los argumentos que como luego veremos se han utilizado para defender un concepto estric­ to de los servicios de apoyo a la gestión, asimilán­ dolos a los pagos del Establecimiento Permanente (EP) a su central. La ausencia de una definición de que habría de entenderse por servicios de apoyo a la gestión, determinó la aparición de controversias entre los contribuyentes, y la Administración tributaria. Por un lado, los contribuyentes realizaban una interpretación amplia de este concepto, incluyen­ do servicios profesionales, técnicos o de asistencia técnica con la finalidad de lograr la aplicación del tipo impositivo reducido. Por otro la Administra­ ción defendía una interpretación estricta, en la que estos servicios, se limitaban a los gastos de admi­ nistración y generales de la matriz, imputables a la filial española por asimilación a lo establecido en el artículo 13. n de la Ley 61/1978, que consideraba gasto deducible, los gastos de dirección y los gene­ rales de administración de las sociedades que rea­ licen operaciones en España por medio de establecimiento permanente, en aquella parte que racionalmente pueda imputarse al establecimiento permanente. 1.1.2. La Ley 43/1995 La Ley 43/1995 del Impuesto sobre sociedades regula en su artículo 16, las operaciones vinculadas y en el apartado 5 del mismo los servicios de apoyo a la gestión, estableciendo: 250 "La deducción por gastos en concepto de servi­ cios de apoyo a la gestión prestados entre entida­ des vinculadas estará condicionada a que su importe se establezca en base a un contrato escri­ to, celebrado con carácter previo, a través del cual se fijen los criterios de distribución de los gastos incurridos a tal efecto por la entidad que los pres­ ta. Dicho pacto o contrato deberá reunir los siguientes requisitos: a) Especificará la naturaleza de los servicios. El tratamiento de los management fees/servicios de... Parte I: Concepto, estudio general y particular análisis de la jurisprudencia española J AIME S ANMARTÍN F ERNÁNDEZ b) Establecerá los métodos de distribución de los gastos atendiendo a criterios de continuidad y racionalidad." Se trata de un supuesto especial de operaciones vinculadas de la misma forma que el establecido en el artículo 16.4 para los gastos en concepto de con­ tribuciones a actividades de investigación y desarro­ llo. Tampoco en esta ocasión la ley define que ha de entenderse por servicios de apoyo a la gestión. Tanto en la Ley 61/1978 como en la Ley 45/1995, los servicios de apoyo a la gestión se esta­ blecen como un supuesto particular de operacio­ nes vinculadas, en el que los efectos del gasto, con independencia o no de que proceda rectificar los valores por no cumplir el principio de libre compe­ tencia (valor de mercado), para ser gastos deduci­ bles, debe además cumplir unos requisitos adicionales, la existencia de un contrato previo, y caso de los servicios no sean individualizables, que la parte del mismo atribuido a la filial residente, se determine de acuerdo con criterios de continuidad y racionalidad. Aunque en ninguna de las dos nor­ mas se recoge expresamente es necesario que el servicio de apoyo a la gestión suponga un beneficio real para el destinatario del servicio. Aunque la norma no exige expresamente, los servicios deben ser útiles para el destinatario. Como señala HERRERO MALLOL1, refiriéndose al artículo 16.5 de la Ley 43/1995, "en concreto, la justificación de la utilidad de los servicios prestados es uno de los aspectos más interesantes que plan­ tea la nueva normativa, tal vez por su aparente indeterminación". Aparente, porque así como en la legislación estadounidense existe el denominado Real Benefit Test (o prueba de la existencia del beneficio real), en la normativa española, no lo hay. En consecuencia, ¿cómo se prueba en España que exista beneficio? El mismo autor, encuentra la respuesta en el artículo 19 del RIS, que al referirse a las propuestas de valoración previa de las operaciones vinculadas, obliga a la “identificación de las entidades que se beneficiaran de los servicios de apoyo a la gestión” (artículo 19.4.d). Además, señala, bajo el principio de plena com­ petencia, es inconcebible que se pague un precio a cambio de nada. El artículo 18. 1. b del Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, (Real Decreto Legislativo 5/2004), al referirse a la base imponible de los establecimientos permanen­ 1 HERRERO MALLOL (1999). tes, admite la deducción por gastos de dirección y generales de administración, siempre que los crite­ rios de imputación cumplan el requisito de raciona­ lidad y continuidad, y entiende cumplido el requisito de racionalidad en el reparto de gastos, cuando el criterio de imputación se base en la uti­ lización de factores por el EP y el coste total de estos factores. Por tanto, el beneficio está en la uti­ lización de los factores. Como cualquier otro gasto, los de apoyo a la gestión, deben haber sido prestados efectivamente. La práctica administrativa ha venido aplicando un concepto restringido de servicios de apoyo a la gestión, asimilándolos a los gastos de dirección y generales, que la normativa admite como deduci­ bles cuando se producen entre un establecimiento permanente en territorio español y su central no residente. 1.1.3. TRLIS, Redacción efectuada por Ley 36/2006 La nueva redacción del artículo 16.5, efectuada por Ley 36/2006, vigente desde 1-1-2007, establece: "La deducción por gastos en concepto de servi­ cios entre entidades vinculadas valorados de acuerdo con lo establecido en el artículo 4, estará condicionada a que los servicios prestados pro­ duzcan o puedan producir una ventaja o utilidad a su destinatario. Cuando se trate de servicios prestados conjun­ tamente a favor de varias personas o entidades vin­ culadas, y siempre que no fuera posible la individualización del servicio recibido o la cuantifi­ cación de los elementos determinantes de su remuneración, será posible distribuir la contrapres­ tación total entre las personas o entidades benefi­ ciarias, de acuerdo con unas reglas de reparto que atiendan a criterios de racionalidad. Se entenderá cumplido este criterio cuando el método aplicado tenga en cuenta, además de la naturaleza del servi­ cio y las circunstancias en que se preste, los bene­ ficios obtenidos o susceptibles de ser obtenidos por las personas o entidades destinatarias." Supone, esta nueva redacción, la desaparición de la denominación de servicios de apoyo a la gestión, sustituida por la de "servicios entre entidades vincu­ ladas", que de acuerdo con lo dispuesto para las ope­ raciones vinculadas en general, deberán ser valorado por la empresa por su valor de mercado, y condicio­ nado a que los servicios prestados produzcan o pue­ dan producir una ventaja o utilidad a su destinatario. La diferencia esencial con la anterior redacción, esta en la ausencia de los calificativos en relación con los servicios prestados. Parece evidente que esta nueva redacción supone una ampliación del 251 Cuadernos de Formación. Colaboración 29/07. Volumen 4/2007 concepto anterior, en el sentido de que estos pue­ den ser de cualquier tipo, sin perjuicio del trata­ miento separado que según el tipo de servicios suponga a efectos de la tributación, en su caso, del no residente. Ante la ausencia de una definición de que servi­ cios se refiere el artículo 16.5, debe tenerse en cuenta lo expresado en la exposición de motivos de la Ley 36/2006, de que "el objetivo de la refor­ ma es adaptar la legislación española en materia de precios de transferencia al contexto internacional, en particular a las Directrices de la OCDE sobre la materia y al Foro Europeo sobre precios de trans­ ferencia, a cuya luz debe interpretarse la normati­ va modificada". El Foro Europeo sobre precios de transferen­ cia, afecta a la nueva regulación especialmente en lo referente a la documentación de precios de transferencia, que en la normativa interna, a esta fecha, esta pendiente de desarrollo reglamentario, por lo que nos limitaremos en este punto a analizar lo dispuesto en las Directrices OCDE sobre precios de transferencia. 2. DIRECTRICES OCDE SOBRE PRECIOS TRANSFERENCIA, CAPÍTULO VII DE Si acudimos a las Directrices sobre precios de transferencia de la OCDE (1995), encontramos en el Glosario, la definición de los servicios intragrupo como "actividad (por ejemplo, administrativa, téc­ nica, financiera, comercial, etc.) que una empresa independiente hubiera estado dispuesta a pagar o que hubiera realizado por cuenta propia". A las directrices se ha incorporado en 1996, un capítulo, el VII, con el título de "Cuestiones de apli­ cación especifica a los servicios intragrupo", dedi­ cado específicamente a las cuestiones que plantean los servicios intragrupo. El capítulo VII se refiere a que: "Casi todos los grupos multinacionales deben poner a disposición de sus miembros un amplio abanico de servicios, especialmente administrati­ vos, técnicos, financieros y comerciales. Estos ser­ vicios pueden incluir las funciones de gestión, coordinación y control, para el conjunto del grupo." (7.2.) "Los servicios intragrupo a menudo incluyen los que pueden prestar externamente empresas inde­ pendientes (como son los servicios jurídicos o contables) así como los que suelen prestarse inter­ namente (por ejemplo, los servicios prestados por la propia empresa tales como la auditoria central, la asesoría financiera o la formación de personal)." (7.2.) "Los acuerdos intragrupo para la prestación de servicios se encuentran, a veces, vinculados a acuerdos de transmisión de bienes o de activos intangibles (o la cesión mediante licencia de los mismos). En algunos casos tales como los contra­ tos de Know how, que contienen un elemento de servicio, puede ser difícil determinar el limite pre­ ciso entre la transmisión o la cesión vía licencia del activo por una parte y la transferencia de servicios por otra. Las transferencias de tecnología suelen estar asociadas a la prestación de servicios auxilia­ res. Puede entonces, ser necesario considerar los principios de agregación y segregación del capitu­ lo I en los casos de transmisión mixta e servicios y activos." (7.3.) La prestación del servicio puede realizarla la matriz, un miembro del grupo especialmente designado ("un centro de servicios del grupo"), u otro miembro del grupo. Estamos por tanto ante un concepto amplío que incluiría todo tipo de servicios, prestados por la matriz u otra empresa del grupo, en ocasiones dedicada en exclusiva a esta actividad de prestación de servicios, a una o varias filiales del grupo. El concepto de las Directrices difiere claramente del que tanto la Administración como la jurispruden­ cia han venido entendiendo en la aplicación de la Ley del Impuesto sobre sociedades, tanto en su versión de la Ley 61/1978 como en la de la Ley 43/1995. Este concepto de las Directrices si coincide con el establecido en la nueva redacción del 16.5, vigente a partir de 1-1-2007. La Directiva se refie­ re también de forma detallada a dos problemas en relación con los servicios intragrupo: — Determinar si los servicios intragrupo han sido realmente prestados. — Determinar la retribución de plena com­ petencia. 3. DOCTRINA ADMINISTRATIVA Aunque la prestación de servicios a las filiales, ya sea directamente, ya a través de una filial dedicada parcial o totalmente a estas actividades, es una practica muy frecuente en los grupos multinaciona­ les, sin embargo cuando se analizan las consultas de la DGT o la jurisprudencia sobre esta cuestión nos encontramos como luego veremos con un número muy reducido de consultas y sentencias. 3.1. Consultas de la Dirección General de Tributos Aunque son abundantes las consultas de la Dirección General de Tributos, sobre la existencia 252 El tratamiento de los management fees/servicios de... Parte I: Concepto, estudio general y particular análisis de la jurisprudencia española J AIME S ANMARTÍN F ERNÁNDEZ de vinculación, son muy escasas las consultas que se refieren específicamente a los servicios de apoyo a la gestión. La consulta de 26-11-1996, señalaba que los servicios prestados por una empresa de un grupo multinacional a otra empresa residente, se valorará a precio de mercado, cuando el precio convenido suponga una menor tributación o un diferimiento. La más significativa es la Consulta de la DGT de 30-06-1995, que señala los requisitos que ha de cumplir para ser deducibles los pagos por servicios de apoyo a la gestión: "probar de forma satisfacto­ ria que los servicios han sido efectivamente presta­ dos, han comportado incurrir en gastos y que la empresa destinataria de los mismos ha obtenido una ventaja real". 3.2. Resoluciones del Tribunal Económico-Administrativo Central Tampoco son muy abundantes los pronuncia­ mientos del Tribunal Económico-Administrativo Central, pudiendo clasificarse en dos tipos: — Supuestos en que la controversia se refiere a la aplicación de un tipo bonificado, previs­ to en la norma para los servicios de apoyo a la gestión, a los pagos que hace la filial española a la matriz o empresa del grupo prestadora de servicios. Lo que se discute es sÍ un determinado tipo de servicio debe considerarse incluido en el concepto de servicios de apoyo a la gestión o no. — Estas resoluciones se reducen casi total­ mente en el momento en que entra en vigor el CDI con USA, ya que al corres­ ponder estos pagos a países con los que existe CDI (UE y USA), tiene la considera­ ción de renta empresarial obtenida sin mediación de establecimiento permanente y por tanto solo tributa el pago en el país de la fuente. — Supuestos en que la controversia, se cen­ tra en sí está o no probada la realidad de los servicios, que justifican los pagos. — La Resolución de 20-12-1989, considera que existe un problema de precios de transferencia, cuando se de la circunstan­ cia de que una la empresa declare perdidas reiteradas en el tiempo mientras que las empresas análogas del sector, en idéntica situación de vinculación no las sufren. — Como representativa de las Resoluciones del TEAC, que vinculan la deducción del pago a que se justifique adecuadamente la realidad del servicio, podemos mencionar la Resolución de 30-11-2001. 4. JURISPRUDENCIA Es escasa la jurisprudencia que trata de los pagos por servicios de apoyo a la gestión, y aún menor si tenemos en cuenta que en algunos casos varias sentencias corresponden a la misma com­ probación pero de ejercicios distintos. Ha sido la jurisprudencia la que al resolver estas controversias sobre el tipo aplicable, ha delimitado el concepto de los gastos por servicios de apoyo a la gestión. Debe advertirse que la mayoría de las Sentencias que se refieren a gastos por servicios de apoyo a la gestión, aplican la Ley 61/1978 del impuesto de sociedades, y la regulación introduci­ da por Ley 5/1983 en su artículo 17.1, que distin­ gue entre el tipo general y un tipo reducido para los pagos a no residentes por servicios de apoyo a la gestión. Aunque, no son muchas las sentencias que se plantean el apoyo a la gestión, salvo alguna excep­ ción, como la Sentencia AN 11-10-94, que incluye en el servicio de apoyo a la gestión, a los servicios pro­ fesionales y técnicos, la mayoría de la jurispruden­ cia mantiene un concepto restrictivo, coincidente con el de la Administración, identificándolos con los de dirección y generales de administración. La Sentencia de la Audiencia Nacional de 31 de octubre de 1995, con ocasión de establecer a que tipo de gravamen debía tributar la entidad no resi­ dente perceptora de pagos por servicios de apoyo a la gestión de su filial española se plantea el con­ cepto de estos servicios, señalando en sus conside­ randos cuarto y quinto, lo siguiente: 253 “Cuarto.—No recogía ni la Ley 5/1983, ni las sucesivas reformas que modificaron los tipos de gravamen, ni las disposiciones reglamentarias de desarrollo del Impuesto de sociedades, la defini­ ción del concepto de «servicios de apoyo a la ges­ tión», de modo que su significación ha de extraerse del sentido propio de sus palabras, de su relación con los servicios a que resulta aplicable el tipo general y de la interpretación teleológica de la norma. En el primero de los aspectos, es claro que la expresión «gestión» admite un sentido amplio, vin­ culado a la marcha general de una empresa y en sentido más restrictivo en torno a la idea de direc­ ción de una determinada empresa; en una inter­ pretación sistemática el concepto de apoyo a la gestión ha de contraponerse a los de servicios y de asistencia técnica, de manera que si se admitiera el concepto amplio de apoyo a la gestión, compren­ Cuadernos de Formación. Colaboración 29/07. Volumen 4/2007 dería todos los supuestos de prestación de servi­ cios y de asistencia técnica que son objeto de tri­ butación por el tipo general; de este modo el tipo general no resultaría nunca aplicable por la utiliza­ ción del concepto de servicios de apoyo a la ges­ tión que se beneficiaría de un tipo más reducido, por lo que, en definitiva, carecería de sentido y de aplicación la norma que establece el precitado tipo general. Por ello y como necesariamente las nor­ mas que regulan los distintos tipos de gravamen aplicables en un mismo impuesto han de tener todas ellas sentido, se hace necesario que la inter­ pretación coordinada de ambos preceptos que lleva a que el tipo reducido sólo se aplique a unos servicios muy reducidos, en concreto, al concepto restringido de «servicios de apoyo a la gestión», esto es, a entender por tales únicamente los servi­ cios de apoyo a la dirección y administración de la empresa. Pues bien los servicios prestados por ... a ... son calificados por ambas entidades de «servicios pro­ fesionales» y «servicios técnicos» y tal calificación ha de reputarse correcta según resulta de la califi­ cación de los mismos en el contrato anteriormen­ te se ha trascrito. Así, no pueden corresponder al concepto de «servicios de apoyo a la gestión» al no ir vinculados a la administración y dirección de ... S. A., sino a la asistencia técnica y prestación de servicios en general que incluso en el contrato lle­ gan a detallarse con explicitas referencias a la fabricación y montaje, producción, ingeniería en su mas amplio sentido, etc. Quinto.—A la misma conclusión se llega en una interpretación teleológica ya que la reducción de tipo para los servicios de apoyo a la gestión sólo puede estar fundada en las especiales relaciones que únicamente pueden surgir entre una sociedad matriz y su filial o entre una central o su sucursal o agencia en otro país, atendiendo justamente a las funciones de gestión y dirección que las primeras ejercen sobre las segundas o, en sentido más amplio, por la influencia que las primeras ejercen en la orientación (entendida en el sentido de admi­ nistración) de las segundas. Es obvio que tales relaciones de dirección tie­ nen una naturaleza sustancialmente distinta de las que surgen entre matrices y filiales o entre centra­ les y sus sucursales como consecuencia de cual­ quier clase de asistencia o prestación de servicios, las cuales pueden existir, igualmente y sin distin­ ción de ningún tipo, entre empresas que carecen de toda vinculación entre sí. Y así, el tipo privile­ giado esta fundado en la especial vinculación de la filial o sucursal al poder de la matriz o central, mientras que el tipo general responde a las presta­ ciones de servicio o asistencia técnica que también puede darse entre la sociedad matriz y las filiales." 2001, se refiere de forma clara al concepto de ser­ vicios de apoyo a la gestión señalando: "... que los «servicios de apoyo a la gestión» se corresponden conceptualmente, con los «gastos de dirección y los generales de administración de las sociedades» (circunstancia que determina for­ zosamente la identificación de los servicios de apoyo a la gestión) como los de dirección y los generales de administración, sin una intercedente o sobrevenida interpretación analógica o extensiva que abarca, también, a los "profesionales, técnicos y de asistencia tecnológica." En este concepto de servicios de apoyo a la gestión, tendríamos como características: — Funciones de gestión o dirección, o inclu­ so de orientación de las filiales, que ejer­ cen las matrices. — La naturaleza de los gastos esta vinculada a la relación matriz-filial y en ello se diferen­ cia de los demás servicios que puedan prestarse por la matriz a la filial pero que también podrían prestarse por empresas independientes. Si a esto añadimos, que los gastos deben corres­ ponder a gastos que a su vez ha efectuado la matriz, y además que estos servicios suponen un beneficio real para la filial, podríamos llegar a un concepto de servicios de apoyo a la gestión como "el coste de los servicios prestados por la matriz u otra empresa del grupo, dirigidos a la dirección, gestión y orientación de la filial, que suponen para ésta un beneficio real, de acuerdo con un contrato escrito previo en el que se fijen los criterios de distribución de los gastos, cuando no sean individualizables". 5. LA NUEVA REDACCIÓN DEL 16.5 TRLIS, DESAPARICIÓN DE LOS SERVICIOS DE APOYO A LA GESTIÓN E INCORPORACIÓN DE LOS SERVICIOS INTRAGRUPO La nueva redacción del artículo 16.5 del TRLIS, efectuada por la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude, establece: La ST del TS de29-10-2001, que sigue los crite­ rios de las ST de 7-12-1999 y 9 y 26 de junio de 254 "La deducción de gastos en concepto de servi­ cios entre entidades vinculadas, valorados de acuerdo con lo establecido en el apartado 4, esta­ rá condicionada a que los servicios prestados pro­ duzcan o puedan producir una ventaja o utilidad a su destinatario. Cuando se trate de servicios prestados conjun­ tamente a favor de varias personas o entidades vinculadas, y siempre que no fuera posible la indi­ vidualización del servicio recibido o la cuantifica­ ción de los elementos determinantes de su remuneración, será posible distribuir la contra­ El tratamiento de los management fees/servicios de... Parte I: Concepto, estudio general y particular análisis de la jurisprudencia española J AIME S ANMARTÍN F ERNÁNDEZ prestación total entre las personas o entidades beneficiarias de acuerdo con unas reglas de repar­ to que atiendan al criterio de racionalidad. Se entenderá cumplido este criterio cuando el méto­ do aplicado tenga en cuenta, además de la natura­ leza del servicio y las circunstancias en que este se preste, los beneficios obtenidos o susceptibles de ser obtenidos por las personas o entidades desti­ natarias." La nueva redacción supone un cambio radical en relación con la situación anterior: — Supone la desaparición del concepto de servicios de apoyo a la gestión, que se sus­ tituyen por los “servicios entre entidades vinculadas”, que coinciden con lo que las Directrices de la OCDE sobre precios de transferencia denomina “servicios intra­ grupo”, lo que supone una ampliación del concepto en relación con la situación ante­ rior ya que se pueden incluir cualquier ser­ vicio, que no se incorpore a bienes o implique la cesión de uso. Esta nueva redacción del 16.5, se corresponde con lo establecido en el capitulo VII de las Direc­ trices sobre precios de transferencia. — Desaparece en la norma el requisito pre­ vio del contrato escrito, lo que en realidad no supone un cambio sustancial, pues al no exigirse que constase en escritura o se presentase en algún registro y dada la vin­ culación entre las partes su trascendencia era mínima. — Establece expresamente que los servicios prestados "produzcan o puedan producir una ventaja o utilidad para el destinatario", que aunque anteriormente no constaba en la norma tanto la DGT como los tribunales, consideraban que era un requisito necesario para la deducibilidad del servicio de apoyo a la gestión. GARCÍA NOVOA2 critica la nueva redacción del artículo 16.5, (se refiere a la fase de proyecto) al considerar que todo 2 GARCÍA NOVOA (2006). 255 servicio es admisible dentro del nuevo con­ cepto y que habrá que probar su utilidad, que es igual a la realidad del servicio, lo que podría interpretarse en dos sentidos, ambos erróneos, el artículo 14. 1. g del TRLIS, que no admite la deducción salvo prueba de la realidad de la operación cuando se realicen con residentes en paraísos fiscales o bien con la recuperación del concepto de “gasto necesario” excluido por la Ley 43/1995, sin reimplantarlo exactamente. — Entendemos que ya en los “servicios de apoyo a la gestión” era necesario probar la utilidad o beneficio para el destinatario, aunque no se mencionase expresamente, y que en todos los supuestos de operación vinculada, como en cualquier otro gasto es necesario demostrar la realidad del mismo. — Prevé que los servicios prestados conjun­ tamente siempre que no fueran individua­ lizables, deben repartirse de acuerdo con criterios de racionalidad. Aunque la redac­ ción anterior se refería a los criterios de reparto que debían constar en el contrato escrito y no mencionaba la posible indivi­ dualización de los gastos, lo cierto es que para la justificación esta era la primera demanda, y solo cuando no era posible se acudía al reparto. — La referencia a la valoración de los servi­ cios de acuerdo con el apartado 4, tampo­ co estaba en la anterior redacción, pero nada impedía aplicar a los gastos del artícu­ lo 16.5, lo establecido en el resto del arti­ culado y por tanto la valoración a precio de mercado. — Se establece la presunción de que se cum­ ple el principio de racionalidad, cuando el método aplicado además de la naturaleza del servicio y las circunstancias en que se preste, tenga en cuenta los beneficios obtenidos o susceptibles de ser obtenidos por los destinatarios.