RAIMUNDO DE PEÑAFORT (1175/1185

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RAIMUNDO DE PEÑAFORT
(1175/1185-1275)
Canonista eximio, Raimundo de Peñafort gozó de extraordinario prestigio en su
época, no solo como jurista versado en las más variadas materias del derecho canónico
y civil, sino tambien como hombre dotado de gran sabiduría y prudencia, a cuyo
consejo acudieron Papas y Reyes, altos dignatarios eclesiásticos y civiles, y otras
personas que tuvieron ocasión de tratarle. Así ocurrió por ejemplo, con el Papa Gregorio
IX o con el Rey Jaime I el Conquistador, de los que fue confesor, consejero y estrecho
colaborador. Fue una perfecta encarnación del seny catalán, una mezcla de sentido
común, sano juicio y buen criterio, que aplicó a los numerosos asuntos para los que se
recabó su parecer, haciendo valer una indiscutible autoridad reconocida por todos.
Murió con fama de santidad, siendo canonizado en 1601 por el Papa Clemente VII.
Como jurista, su gran aportación a la historia del derecho canonico y del derecho fue
la compilación del Liber Extra o Decretales de Gregorio IX , incluídas en el Corpus
Iuris Canonici -vigente hasta 1917- y comentadas por los más grandes canonistas de la
historia. Como moralista, tuvo gran influencia en siglos posteriores su Summa de
paenitentia, una especie de Manual para Confesores que contribuyó al nacimiento de la
Teología Moral como Ciencia. Como General de la Orden de Predicadores -fue el
segundo sucesor de Santo Domingo de Guzmán-, elaboró unas Constituciones de la
Orden, que han estado vigentes hasta 1924.
Nació entre 1175 y 1185, seguramente en el Castillo de Peñafort, junto a Villafranca
del Panadés (Barcelona). De familia perteneciente a la nobleza catalana, estudió Artes
Liberales en la Escuela catedralicia de Barcelona, donde parece que enseñó tambien
Retórica y Lógica. Entre 1210 y 1221 estuvo en la Universidad de Bolonia, primero
como estudiante y luego como profesor de derecho canónico.Tuvo como conpañeros de
estudios o de docencia a algunos de los más famosos juristas de la época, tales como
Accursio, Tancredo, Sinibaldo de Fieschi (más tarde Papa Inocencio IV), Rolando de
Cremona, Moneta, Conrado de Alemania, etc. Durante su docencia en Bolonia escribió
una Summa de iure canonico, de gran interés doctrinal. Dividida en siete partes, pero
solo se conservan las dos primeras: variae species et differentiae iuris (1ª); de ministris
canonum, differentiis et officiis eorumdem (2ª). Particular interés tiene la 1ª parte, en la
que trata del origen y de las fuentes de derecho, tanto canónico como civil. Tambien
trata de los fundamentos del derecho, en particular del derecho natural y del derecho
divino. En esta época de docencia universitaria escribió tambien unas "Glosas al
Decreto de Graciano".
A petición del Obispo de Barcelona, Berenguer de Palou, regresó a Barcelona, donde
fué nombrado canónigo de la Catedral. Poco despues -en torno al 1224- deja el clero
secular e ingresa en la Orden de Predicadores, recien fundada por Santo Domingo de
Guzmán, a quien Raimundo había conocido personalmente en Italia. Se le considera
tambien cofundador de la Orden de la Merced, fundada por S. Pedro Nolasco en
Barcelona para la redención de cautivos. S. Raimundo redactó para ella unas
Constituciones, inspiradas en las de los Dominicos, y consiguió su aprobación por el
Papa Grgorio IX en 1235.
Entre 1225 y 1227 redactó en Barcelona la Summa de paenitentia, tambien llamada
Summa de casibus paenitentiae (con una segunda redacción entre 1235 y 1236 para
adaptarla a las Decretales de Gregorio IX), obra que tuvo una enorme difusión.
Concebida como un Manual para Confesores, en una época en la que se había
abandonado ya la pràctica de los Libri paenitentiali , con sus penitencias previamente
establecidas para cada uno de los pecados. La finalidad práctica que se propone S.
Raimundo es la de proporcionar los criterios generales para que los propios Confesores
administrasen la penitencia según el número y gravedad de los pecados. Pero aunque
tratase tambien de cuestiones morales y pastorales, la Summa tiene un carácter
principalmente jurídico. Primariamente se trata de los delitos (De criminibus), no de los
pecados. Consta de tres libros que contienen las principales cuestiones jurídicas y
morales que se plantean en aquella época. Raimundo las trata con su peculiar equilibrio
y buen sentido, lo que justifica su difusión psterior, no solo entre los Cofesores sino
tambien en las escuelas, así como su uso por los autores de las summae confesorum, que
irán apareciendo en siglos porsteriores, convirtiendo a la Summa de S. Raimundo en un
precedente de singular importancia para el nacimiento de la Teología Moral.
De esa difusión se benefició tambien la Summa de matrimonio escrita por Raimundo
entre 1234 y 1236. Esta Summa aparece editada como cuarto libro o cuarta parte de la
Summa de paenitentia, aunque se trate de obras distintas. La razón es que fue escrita
para completar las materias de la primera Summa, en la que faltaba el tratamiento de una
cuestión tan importante como el matrimonio. Por lo demás, la Summa de matrimonio
raimundiana es más bien una reelaboración de la obra del mismo título de Tancredo de
Bolonia (escrita entre 1210 y 1214) para adaptarla a las Decretales de Gregorio IX.
Entre 1228 y 1230 acompaña al Cardenal Juan de Abatisvilla, nombrado Legado
pontificio para una triple misión en España: decidir sobre la nulidad del matrimonio
entre Jaime I de Aragón y Leonor de Castilla (el matrimonio fue declarado nulo en
1929), predicar una Cruzada contra los musulmanes, y aplicar las decisiones del
Concilio IV de Letrán. Para todo ello contó con la colaboración de Raimundo,
nombrado Penitenciario del Legado papal, a quien acompañó a todos los lugares de la
Península que visitó durante la legación.
Como consecuencia de los informes recibidos del Cardenal Legado, en 1230 el Papa
Gregorio IX nombra a Raimundo de Peñafort Capellán, Penitenciario y Confesor suyo.
Como hombre de confianza del Papa tuvo ocasión de intervenir en variados asuntos que
le fueron encomendados. A esta época (que se extiende entre 1230 y 1236) pertenecen
una serie de Dubitalia cum responsionibus ad quaedam missa ad pontificem, en los que
"de speciali mandato Papae" responde a diversas dudas planteadas al Pontífice. Pero el
principal encargo que recibe del Papa es la colección de las Decretales, trabajo que
realizó en menos de 4 años, entre 1230 y 1234.
Raimundo de Peñafort ha pasado a la Historia del derecho canónico y a la Historia del
Derecho en general como el hombre que realizó la más famosa compilación de
Decretales, las promulgadas por el Papa Gregorio IX el 5 de septiembre de 1234,
mediante la Bula Rex Pacificus. Se trata de la primera colección canónica de carácter
oficial que recoge las fuentes del derecho anteriores y fija el derecho aplicable a partir
de ese momento. Esta colección contribuyó tambien a la consolidación de la potestad
del Papa como Primado del a Iglesia Universal. Hasta entonces no había habido
propiamente una colección general de leyes de carácter auténtico y oficial. Al ser
incluída en el Corpus iuris canonici, cuya vigencia llega hasta el Código de Derecho
Canónico de 1917, ha sido tambien la base de los grandes Comentarios al Derecho
Canónico realizados por los mejores canonistas de la Historia. Durante siglos, el
Derecho Canónico ha sido Ius Decretalium, y sus mejores tratados han sido
Comentarios a las Decretales.
La propia Bula Rex Pacificus recoge las razones por las que era necesario hacer una
colección de Decretales: la diversidad de colecciones hasta entonces existentes
(diversas constitutiones et decretales epistolas praedecesorum nostrorum, in diversa
dispersas volumina ), las inútiles repeticiones (propter nimiam similitudinem), las
contradiciones entre ellas (propter contrarietatem), las partes superfluas (propter sui
prolixitatem), la confusión consiguiente (confusiones inducere videbantur), la
inexistencia de colecciones exclusivas y auténticas (aliquae vero vagabantur), la
incertidumbre jurídica que todo eso provocaba (frecuenter in iudiciis vacillabant), la
necesidad de facilitar su manejo para su estudio (ad communem et maxime studentium
utilitatem). Tales fueron los principales motivos para recoger esa pluralidad de fuentes
en una sola colección, que el Papa Gregorio IX realiza "per dilectum filium fratrem
Raymundum, capellanum et poenitentiarum nostrum". La necesidad de esta colección
para su época fue semejante a la que -a comienzos del siglo XX- lo pudo ser el
Código de Derecho Canónico.
El Liber Extra (se le llamó así por relación al Decreto de Graciano, extra decretum)
supone tambien una asimilación y síntesis de lo realizado hasta entonces por la Ciencia
Canònica, representada en este caso por Raimundo de Peñafort. A partir de ahora se
convierte, a su vez, en el eje sobre el que gira esta Ciencia hasta el Código de 1917. Es
lo que de algún modo se pretendía cuando, mediante la Bula Rex Pacificus, las
Decretales se envían para su estudio a las Universidades de Bolonia y París, aunque los
resultados posteriores hayan superado con creces las posibles expectativas de entonces.
Por otra parte, la vigencia de las Decretales y de la doctrina que se elabora en torno a
ellas, llega incluso hasta nuestros días. Según el vigente Código de Derecho canónico
"en la medida en que reproducen el derecho antiguo, los cánones de este Código se han
de entender teniendo tambien en cuenta la tradición canónica" (Canon 6, 2). Es sabido
que un número considerable de las fuentes históricas del actual Código de la Iglesia
Latina se basa en las Decretales. Finalmente, hay que recordar tambien la influencia que
el Liber Extra tuvo en el derecho civil de las Naciones que surgen en la Baja Edad
Media. En él se inspiraron muy diversas instituciones civiles de países europeos tales
como Francia, Italia, o Alemania. En el caso de España, hay que mencionar su influjo
en Las Partidas de Alfonso X el Sabio. Por lo demás, Las Partidas se basan tambien en
otras obras de Raimundo de Peñafort (en particular la Summa iuris y la Summa de
casibus paenitentiae) hasta el punto de haberse planteado si el gran jurista catalán fue
uno de los autores que compusieron el Código de Alfonso X.
Despues de haber renunciado ante el Papa al Arzobispado de Tarragona, cansado por
el excesivo trabajo desarrollado y con la salud quebrantada, Raimundo deja Roma y
regresa a Barcelona en 1236. Sin embargo, no pudo dedicar mucho tiempo al descanso.
El Papa le sigue encargando asuntos. Así tuvo que intervenir en el asunto de la
excomunión del rey Jaime I, quien finalmente fue absuelto tras cumplir determinadas
condiciones. Se le encargó tambien la reconciliación del hereje Roberto de CastellRosselló con el Papa. Tuvo que estudiar y resolver un caso de consanguinidad
matrimonial entre el Vizconde Folch de Cardona y su esposa. Interviene en la
provisión de diversos oficios diocesanos, tales como el Obispado de Huesca y el de
Mallorca, recien conquistada para la Corona de Aragón por D. Jaime el Conquistador.
Por las dificultades que tuvo que superar para resolver algunos de estos asuntos se le
atribuyeron diversos milagros que contribuyeron a difundir su fama de santidad.
Nada de extraño tiene que el Capítulo General de la Orden de Predicadores, reunido
en Bolonia, le eligiera el 22.V.1238 como segundo sucesor del fundador, Santo
Domingo de Guzmán. A pesar de la resistencia de Raimundo, lograron convencerle
para que aceptara. Durante el escaso tiempo que duró su Generalato realizó tambien una
obra perdurable, consiguiendo la aprobación definitiva de las Constituciones,
elaboradas por él en base al Liber Consuetudinum de 1228. Estas Constituciones fueron
confirmadas por el Capítulo General de la Orden, reunido en París en 1241, y
estuvieron vigentes hasta 1924, fecha en que tuvieron que ser revisadas para adaptarlas
al Código de Derecho Canónico recien promulgado. En ellas quedó definido el camino
propio y permanente de la Orden, respetándose las antiguas Constituciones y el carisma
fundacional de SantoDomingo, y a la vez quedaron marcadas con la impronta personal
del santo canonista.
Raimundo renunció a su cargo de General de la Orden en el Capitulo General de
Bolonia (3.VI.1240), sin que se le pudiera ya convencer de que siguiera. Se retiró de
nuevo a Barcelona, donde todavía habría de vivir 35 años, en los que tuvo que seguir
interviniendo en innumerables asuntos de orden eclesiástico y civil, dada la unidad de
ambos órdenes en el régimen propio de la Cristiandad medieval. Por encargo de
diversos Papas, hubo de intervenir en la aceptación de renuncias episcopales, en la
provisión de Diócesis vacantes, en nombramientos y renuncias de abadías, en litigios
surgidos entre religiosos, en el examen de causas matrimoniales, y en diferentes
cuestiones relacionadas con las herejías y la Inquisición. En relación con la Inquisición,
se acudió a su consejo para tratar de perfilar los procedimientos jurídicos de actuación
de este Tribunal, llamado a tener tanta importancia en los siglos immediatamente
posteriores. En particular habría que mencionar una respuesta suya (de 30.IV.1235), por
mandato del Papa Gregorio IX, en la que se contiene una instrucción sobre el modo de
proceder en la persecución de la herejía (responsum fratris Raimundi circa modum
procedendi in haereticis custodiendis et corrigendis). El recuento de las empresas en
que intervino a lo largo de su vida quedaría incompleto si no se destacase su trabajo
para promover el diálogo y la controversia entre cristianos, judíos y musulmanes. Bajo
su impulso se crearon dos centros de estudios orientales, primero en Túnez (1245), y
despues en Murcia (1266). En orden a facilitar la argumenación teológica en el diálogo
interreligioso, fue mérito suyo conseguir que Santo Tomás de Aquino redactase un
tratado con esta finalidad, la famosa Summa contra gentiles, escrita entre 1259 y 1261.
S. Raimundo de Peñafort es reconocido de hecho como patrono de los juristas (aunque
no hay una declaración oficial de la Iglesia). En España se le reconoce como patrono de
las Facultades de Derecho y de la Abogacía española, y existe una condecoración que
lleva su nombre ("Orden de la Cruz de S. Raimundo de Peñafort") que concede el
Ministerio de Justicia.
Obras principales: Summa iuris (ed. Rius Serra), Barcelona , 1945; Glosas al Decreto de Graciano
(hasta ahora inédita, se encuentra en diversos manuscritos, como el de la Biblioteca Vaticana, MS
Vat.1367); Summa de paenitentia, Roma (ediciones en 1600, 1603 y 1619); Avignon, 1715; Lyon,1718;
París-Lyon, 1720; Verona, 1744; Summa de matrimonio (editada como libro IV, en las mismas ediciones
que la Summa de paenitentia); Liber Extra o Decretales de Gregorio IX, promulgadas por la Bula Rex
Pacificus de 5.IX.1234; Sex decretales fratribus Ordinis Praedicatorum transmissae, (edición completa
en Díez, A., "Claretianum", 12, 1972, pp. 357-370; Dubitalia cum responsionibus ad quaedam capita
missa ad Pontificem, en Von Schulte, J.F., "Die canonischen Handschriften der Biblioteken Prags", Prag.
1868, pp. 97-98, en "Abhandlungen der K. Böhemischen Gesellschaft der Wichenschaften", VI, Folge 2
(1868), 98-102; Dictámenes, Respuestas, Cartas y otros escritos varios, editados por Rius Serra J., en
"S. Raimundo de Peñafort. Diplomatorio. Documentos, vida antigua, procesos antiguos", Barcelona,
1954; Constitutiones Ordinis Fratrum Praedicatorum, editadas por Creytens, R. "Les Constitutions des
Frères Prêcheurs dans la rédaction de S. Raymond de Peñafort" (1241), en "Archivum Fratrum
Praedicatorum", 18, 1948, pp. 5-68 (con interesantes observaciones del autor para determinar lo que
corresponde a la redacción raimundiana y lo que se encontraba ya en las Constituciones anteriores); la
mayor parte de las obras jurídicas de S. Raimundo se pueden encontrar en la edición de tres tomos a cargo
de Javier Ochoa y Luis Díez, publicada en la "Universa Bibliotheca Iuris" del Instituto Jurídico
Claretiano: S. Raimundus de Pennaforte. Tomus A: Summa de iure canonico, Roma, 1975; Tomus B:
Summa de paenitentia, Roma, 1976; Tomus C: Summa de matrimonio. Decretales novae.Reponsiones ad
dubitalia. Quaestiones variae canonico-pastoales. Summula de consanguinitate et affinitate, Roma ,
1978.
Bibliografía: Danzas, A., Saint Raymond de Penyafort et son époque, París, 1845; Durán y Bas,
M., San Raimundo de Peñafort, Barcelona, 1889; Teetaert, A., La "summa de paenitentia" de S.
Raymond, en "Ephemerides theologicae Lovanienses", V, 1928, pp. 49-72; Van Hove, A., De decretalium
Gregorii IX origine historica, utilitate et momento, en "Ius Pontificium", XIV, 1934, pp. 102-120; Valls i
Taberner, F., San Ramón de Peñafort, Barcelona, 1936; Kuttner, S., Repertorium der Kanonistic, Città
del Vaticano, 1937, (Cfr. Indices); ID. The Barcelona edition of St. Raymund´s First Treatise on Canon
Law, en "Seminar", 8 (1950), pp.152-167; Luño Peña, E., El pensamiento jurídico de S. Raimundo de
Peñafort, Zaragoza, 1945; Baucells Serra, R., La personalidad y obras de S. Raimundo de Peñafort, en
"Revista española de Derecho Canónico",1, 1946, pp. 7-47; Giménez y Martínez de Carvajal, J., San
Raimundo de Peñafort y las Partidas de Alfonso X el Sabio, en "Anthologica annua", 3, 1955, pp.201338; García y García, A., Valor y proyección histórica de la obra jurídica de San Raimundo de Peñafort,
en "Revista española de Derecho Canónico", 18, 1963, pp.233-251; Ochoa, J.- Díez, L., S. Raimundus de
Pennaforte, en tres tomos, Roma, 1975, 1976 y 1978 (citados en la sección anterior)
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