La pobreza requiere soluciones políticas

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MIÉRCOLES 31, DICIEMBRE 2008
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OPINION
DEBATE
La pobreza requiere soluciones
políticas
Los graves datos regionales exigen programas consensuados y
continuos, que surjan de acuerdos con la oposición y dentro del mismo
Gobierno.
Por: Lucrecia Teixidó<BR>POLITÓLOGA, DOCENTE UBA
La pobreza y las desigualdades son resultado de derrotas políticas. En los noventa
se produjo el auge de la gestión social por proyectos como forma de enfrentar los
problemas de los pobres. Conceptos como planes y programas, que en los setenta
aún remitían a la planificación y los grandes programas nacionales, mutaron hacia
iniciativas acotadas en tiempo, población, geografía y financiación.
Las profundas diferencias regionales y la complejidad de nuestro federalismo
hicieron el resto. Estas diferencias son un dato clave a la hora de definir e
implementar respuestas políticas efectivas y sustentables. En el NEA la pobreza
infantil supera el 60%, en el Conurbano bonaerense es de 43,2%, en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires de 20,1% y en Río Gallegos 9,3%. Si bien el 97% de
los niños argentinos está escolarizado, el NOA y el NEA tienen los más altos
índices de repitencia, sobreedad y abandono escolar.
Las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación informaron que la mortalidad
infantil revirtió su tendencia descendente de los últimos años y ha comenzado a
subir especialmente en los municipios del conurbano bonaerense. Un estudio
realizado por CIPPEC en 2008 señala que las provincias del NEA y NOA tienen la
mayor cantidad de niños con bajo peso y desnutrición crónica (talla/edad) y los
mayores índices de mortalidad infantil (neonatal y post neonatal), los índices más
altos de mortalidad de niños de 1 a 4 años, de mortalidad materna y mayor
población con NBI y sin cobertura de seguridad social.
El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de 2007 señala que el 64,7% de la
primera infancia en el Gran Buenos Aires y el 44,5% en el interior del país viven en
hogares con hacinamiento, carencia de cloacas, de agua potable y recolección de
residuos.
Para vivir en sociedad hay que estar protegidos y ésta no es una condición natural
porque la pobreza es un problema político. Sin embargo, para erradicarla, además
de voluntad política es necesario saber qué hacer, cómo hacerlo y con quién.
Comprobamos día a día que la discontinuidad de las políticas, la tensión entre lo
urgente y lo prioritario y muchas veces la falta de consistencia técnica reducen la
posibilidad de tomar decisiones deseables y necesarias.
Es imprescindible que las respuestas de corto plazo tengan consistencia con el
largo plazo, y esto demanda acuerdos y consensos no sólo entre el Gobierno y la
oposición sino dentro del mismo Gobierno para considerar las necesidades e
intereses nacionales y las necesidades e intereses provinciales.
Se requiere coordinación y mecanismos de negociación, seguimiento, evaluación
e intersectorialidad entre el Poder Ejecutivo y los gobiernos provinciales. En ese
contexto debiéramos revalorizar y fortalecer en serio los consejos federales para
que sean espacios privilegiados que construyan consensos solidarios y efectivos
para definir estrategias de intervención conjunta que mejoren las condiciones de
vida de millones de mujeres, hombres, jóvenes, viejos y niños que habitan este
país.
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