Islamismo y Corán

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ISLAMISMO
Movimiento de carácter político, social y religioso que reivindica, en el contexto del mundo musulmán, el
retorno a una sociedad regida por los principios de la sharia o ley islámica. Desde la década de 1970, este
término designa sobre todo a la tendencia más radical y violenta de dicho movimiento, comúnmente
denominada fundamentalismo o integrismo islámico, pese a que, en esencia, el propio islamismo, aunque
propugne métodos no violentos, tendría connotaciones fundamentalistas.
Ideología y acción
El islamismo participa de las características de cualquier fundamentalismo religioso, en tanto que predica un
retorno a la letra del Corán. Para los islamistas, el comportamiento de los musulmanes debe regirse por los
preceptos establecidos en el libro sagrado, así como en la Sunna y el Hadit (palabras y comentarios de
Mahoma). Partidarios de una sociedad igualitaria, los islamistas toman como modelo la umma (comunidad
islámica).
Durante las décadas de 1980 y 1990, el retorno a la esencia del Islam y la búsqueda de la propia identidad se
vieron favorecidos por la crisis socioeconómica, la occidentalización del modo de vida en la mayoría de los
países musulmanes y la globalización de la economía. Tras la instauración en 1969 de la República Árabe
Libia Popular y Socialista (obra de Muammar al−Gaddafi, que implantó cierto régimen conjugador de
panislamismo y socialismo), la Revolución Islámica de Irán (1979), dirigida por el ayatolá Ruhollah Jomeini y
que supuso la implantación de una república islámica en aquel país, ofreció el primer modelo específico a los
movimientos y partidos islámicos. Otras entidades políticas que han adoptado con éxito el modelo islámico
han sido Arabia Saudí, Sudán, Chechenia y, desde 1996, gran parte del territorio de Afganistán controlado por
los talibanes.
Los islamistas pretenden conquistar a la opinión pública de los países musulmanes por medio de una acción
social. De una eficacia limitada, las redes de ayuda mutua destinadas a remediar el paro y la pobreza, así como
las carencias de los servicios sociales, contribuyen no obstante, a mantener su influencia, especialmente entre
los jóvenes, primeras víctimas de la crisis económica.
Islamismo violento
Si bien el islamismo también ha optado a lo largo de su historia por vías legales de acción política, algunos
movimientos islamistas que siguen el ejemplo de jariyíes e ismailíes justificaron la utilización de la violencia
para dotar al Estado de una esencia religiosa. Los primeros atentados terroristas protagonizados por grupos
fundamentalistas islámicos tuvieron lugar en 1945 y fueron perpetrados por los denominados Hermanos
Musulmanes, movimiento fundado en Egipto en 1928 por Hasan al−Banna. Los grupos radicales se
multiplicaron en la década de 1970. En Egipto, Siria y Jordania, su acción iba encaminada a desestabilizar los
regímenes laicos existentes, representantes de un nacionalismo árabe que se consideraba derrotado tras la
guerra de los Seis Días (1967).
En 1981, un militante del movimiento al−Yihad asesinó al presidente egipcio Anwar al−Sadat. En 1983,
Yihad Islámica (brazo armado del movimiento shií Hezbolá) cometió dos atentados suicidas contra el Cuerpo
de Marines estadounidense y soldados franceses estacionados en Líbano. Ligado a la intifada palestina, surgió
en 1988 uno de los más violentos grupos islámicos, Hamas, que, procedente de una rama de los Hermanos
Musulmanes (además de en Egipto, presentes en Siria y Jordania), preconiza la lucha armada contra Israel
para el establecimiento de un Estado palestino. A comienzos de la década de 1990, el terrorismo islamista
resurgió con fuerza tras la guerra del Golfo Pérsico (1991). La anulación de las elecciones legislativas
celebradas en 1992 en Argelia, cuyos resultados habrían llevado al poder al Frente Islámico de Salvación
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(FIS), originó una auténtica guerra civil entre las Fuerzas Armadas argelinas y organizaciones como el Grupo
Islámico Armado (GIA) y el Ejército Islámico de Salvación. Las masacres cometidas por estas últimas
formaciones a lo largo de 1997 y 1998 conmovieron de un modo especial al conjunto de la comunidad
internacional.
CORÁN
(En árabe, al−Qur'an). Texto sagrado del Islam. El nombre en árabe indica algo 'leído' o 'recitado'. Esta
palabra puede ser una forma arabizada de origen sirio. Se aplica al libro que contiene lo que para los
musulmanes fueron una serie de revelaciones de Alá (Dios) a Mahoma durante su estancia en La Meca
(Makka) y Medina (al−Madinah) durante las primeras décadas del siglo VII.
La composición del Corán
Las revelaciones se hicieron en árabe y, según las más tradicionales creencias musulmanas, a través del
arcángel Gabriel (Yibrail). Según la tradición, cuando Mahoma proclamó estas revelaciones a sus seguidores,
éstas eran memorizadas o a veces se servían de hojas de palma, fragmentos de hueso, pieles de animales o
utensilios similares para escribirlas. Tras la muerte de Mahoma en el año 632 d.C., sus seguidores comenzaron
a recoger estas revelaciones que, hacia el año 650 durante el califato de Utmán, fueron al fin recopiladas en el
Corán tal y como hoy lo conocemos. La escritura árabe sólo muestra las consonantes y no las vocales, y según
la tradición las vocales fueron introducidas más tarde en el texto. Hacia el siglo IV del Islam (siglo X de la
cronología cristiana) se desarrollaron varias formas de lectura (añadiendo vocales) del texto consonántico
original y se le dieron validez a siete de ellas.
No deben confundirse estas lecturas aceptadas con las diferentes versiones de textos correspondientes a ciertos
pasajes del Corán preservados por la tradición musulmana. Dichas versiones tendrían su procedencia en las
versiones del Corán conservadas por algunos de los acompañantes de Mahoma, pero diferían de la original y
fueron sustituidas por la versión oficial de Utman. Por lo general, estas versiones no entrañan ninguna
consecuencia importante aunque a veces ofrecen un apoyo para entender un punto de vista de una cuestión
religiosa o legal discutida entre musulmanes.
La mayoría de los investigadores modernos no musulmanes ha aceptado las teorías tradicionales sobre la
composición del texto del Corán tal y como lo conocemos hoy en día. No obstante, en épocas más próximas a
nosotros han surgido nuevas ideas aplicadas a las teorías y métodos del Corán que han demostrado ser muy
útiles para el análisis de la Biblia.
Forma y contenido
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El Corán está dividido en 114 capítulos (suras), cada uno con un título diferente. Los capítulos se dividen en
versículos (aleyas). La división en versículos es posterior a la división en capítulos y no es siempre la misma,
dependiendo de las diferentes ediciones del texto. En cuanto a extensión, el Corán posee una extensión
aproximada a la del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana. Este libro sagrado no está ordenado en la forma
cronológica en que se cree que fue revelado a Mahoma sino según la amplitud de los episodios. Por lo
general, los capítulos son más pequeños a medida que avanzamos hacia el final del libro. La única excepción a
esta regla es el capítulo 1 (la Fatiha) que es relativamente corto. El capítulo 2 es el más largo (286 versos en
las ediciones más comunes) mientras que el capítulo 114 (6 versículos) es el más breve.
El árabe en que está escrito el Corán se distingue de cualquier otra de sus variantes idiomáticas. Es una mezcla
de prosa y poesía sin métrica. Su estilo es alusivo y elíptico, con una gramática y un vocabulario a menudo
difícil. Al igual que muchas otras escrituras está sujeto a diferentes interpretaciones, en algunos pasajes es
difícil de entender y por lo común se aprende dentro de una comunidad musulmana que ha adoptado una línea
de interpretación tradicional. El del Corán se ha considerado el ejemplo de lengua árabe más perfecto.
Además, puesto que se acepta entre los musulmanes el hecho de que el Profeta era analfabeto, siempre se ha
considerado un milagro que un trabajo semejante fuera realizado por él.
En lo que a contenido se refiere, consiste ante todo en un conjunto de preceptos y recomendaciones éticas y
morales, advertencias sobre la llegada del último día y el juicio final, historias sobre profetas anteriores a
Mahoma y sobre los pueblos a los que fueron enviados, y preceptos relativos a la religión y otras materias
sociales como el matrimonio, el divorcio o la herencia. El mensaje, en esencia, es que hay un solo Dios,
creador de todas las cosas, que es el único al que hay que servir practicando un culto y observando una
conducta correcta. Dios es siempre misericordioso y se ha dirigido a la humanidad para que le venere en la
persona de diversos profetas enviados por Él, pero estos profetas fueron rechazados una y otra vez. Los temas
generales del Corán y muchas de las historias ilustrativas comparten las escrituras cristianas y judías aunque a
menudo se desarrollan de forma diferente. Muchos detalles de las historias sobre los primeros profetas se
asemejan más a las versiones que encontramos en los apócrifos judíos y cristianos, que a las versiones
encontradas en la Biblia.
Importancia e interpretación del Corán
El Corán ha sido aceptado por la mayoría de los musulmanes como la palabra de Dios en sentido literal. Por
ello, se encuentra en el centro del Islam y es comparable a la Torá para los judíos o a la figura de Jesús para
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los cristianos. La oración diaria obligatoria incluye la recitación de pasajes del Corán y la educación incluía su
aprendizaje de memoria. Para los musulmanes, está considerado como una de las fuentes principales del
Derecho islámico (junto con la Sunna, comportamiento y prácticas del Profeta y las enseñanzas de los imanes
para los shiíes).
No obstante, no debe pensarse que el Corán es todo el Islam, aunque algunos musulmanes lo hayan afirmado.
También es difícil aceptar las afirmaciones donde a veces se establece que el Corán representa el verdadero
Islam oponiéndose a las ampliaciones hechas por el hombre, que consideran corruptas y que están contenidas
dentro de las enseñanzas musulmanas tradicionales. Sin la tradición interpretativa que lo acompaña, la
mayoría del Corán sería muy difícil de comprender. Incluso la opinión de que contiene una serie de
revelaciones hechas a Mahoma depende de la tradición, ya que ni siquiera las afirmaciones del propio texto
del Corán están libres de complejas ambigüedades.
La interpretación del Corán (tafsir) es un campo de investigación islámica que ha perdurado desde la época en
que se estableció el texto por primera vez hasta nuestros días. Se han escrito numerosos libros sobre el tema.
Contamos con comentarios atribuidos a estudiosos de los tres primeros siglos del Islam, pero el trabajo
reciente más importante de tafsir pertenece a al−Tabari (fallecido en el año 923). Este trabajo analiza cada
verso del Corán y ofrece diversas opiniones de estudiosos de la época en relación con la vocalización,
gramática, lexicografía, interpretación ética y moral, y la relación del texto con la vida de Mahoma. Los
diferentes puntos de vista están recogidos sin ningún tipo de comentario, aunque a menudo al−Tabari indica
cuál de ellos prefiere.
Muchos de los comentarios posteriores han seguido el procedimiento utilizado por al−Tabari pero otros han
sido más simples y breves, seleccionando sólo algunos versos para su comentario, limitándose a una o varias
interpretaciones seleccionadas o centrándose en el estudio de un tema particular como el vocabulario coránico
considerado como de una especial complejidad teológica.
La mayoría de los trabajos realizados tratan acerca de 'las ocasiones de la revelación'. Los versos individuales
y los grupos de versos están relacionados con la vida de Mahoma y se entiende que fueron revelados en
conexión con incidentes específicos de su vida o para resolver problemas concretos a los que se enfrentaba.
Así pues, se entiende que el texto tiene relación con el entorno cercano a la vida de Mahoma y un significado
más universal y atemporal.
Algunos investigadores no musulmanes creen que determinados aspectos de la vida de Mahoma han sido
creados a partir de ciertos versos del Corán. Este proceso ha sido descrito como midrasico debido a la
semejanza con la manera en que la tradición judía creó las historias del Midras sobre personajes bíblicos
durante la elaboración del texto de la Biblia. Si esto es cierto, la explicación del Corán por referencias a la
biografía del Profeta implicaría un método de razonamiento circular.
La tradición del tafsir ha reflejado a menudo divergencias y tendencias dentro del Islam. La interpretación shií
de algunos versos en particular varía radicalmente respecto a la suní, encontrando, por ejemplo, referencias al
estatuto especial de Alí ibn Abi Talib y los imanes en los versos coránicos. En los últimos tiempos tanto los
modernistas reformistas como los fundamentalistas han interpretado el texto de manera que éste se adapte a
sus respectivos puntos de vista. Algunos han llegado a afirmar que el Corán no sólo está conforme con
muchas de las ideas de la ciencia moderna sino que en realidad las predice. Es a menudo la propia naturaleza
opaca del texto coránico la que hace que aparezcan interpretaciones tan divergentes.
El Corán y la teología musulmana
Una de las mayores disputas en los orígenes del Islam trataba la cuestión de si el Corán debía ser considerado
como algo creado en el tiempo o como algo no creado y eterno. La base de la disputa (véase Alá; Suníes) era
complicada y afectaba a cuestiones teológicas y otras referidas a la autoridad relativa de los califas y los
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estudiosos de la religión (ulemas). La opinión de que era algo no creado se hizo dominante pero se oponía a la
interpretación de grupos importantes dentro del Islam, principalmente los shiíes.
Traducciones
Otro motivo de controversia ha sido si el Corán debía ser traducido del árabe original a otros idiomas y, si es
así, bajo qué circunstancias se puede realizar la traducción. No obstante, se ha traducido por musulmanes y no
musulmanes a una gran variedad de idiomas. La primera traducción a una lengua europea fue la versión latina
realizada en 1143 por el estudioso inglés Robert de Ketton encargada por Pedro el Venerable. Las primeras
versiones en lengua vulgar de que se tienen noticia fueron una en lengua catalana encargada por Pedro IV y
otra trilingüe, en latín, castellano y árabe, de Juan de Segovia (1400−1458) hoy perdidas. Entre las
traducciones modernas en lengua española destacan las de Joan Vernet y la de Cansinos−Assens.
En el texto que sigue, Eric Santoni reseña la importancia del Corán en la religión islámica, insistiendo en su
significado, que rebasa el concepto de texto sagrado en tanto que es entendido como la misma palabra de
Dios.
Fragmento de El Islam.
De Eric Santoni.
Capítulo I, 4.
El Corán es al Islam lo que la persona de Cristo es al cristianismo: la fuente fundamental de la fe. Es la
palabra de Dios revelada por medio del arcángel Gabriel a Mahoma y su papel es transmitir fielmente el
mensaje. «Un dictado sobrenatural recogido por el Profeta iluminado», dice Louis Massignon. Corán
significa, literalmente, «lectura», «recitación» o «revelación». También quiere decir predicación.
«Recita el nombre de tu Señor que ha creado al hombre de sangre coagulada!
¡Recita! Tu Señor es el Munífico, que ha enseñado por medio del cálamo,
y ha enseñado al hombre lo que no sabía»
Si en el cristianismo la figura de Cristo, que fue revelada en las Sagradas Escrituras, es el centro de la fe, en el
Islam ese centro lo ocupa el Corán. Los musulmanes contemplan la historia del mundo, las relaciones de los
hombres con Dios y entre ellos mismos, a través del libro sagrado, la palabra de Dios, escuchada, aprendida y
transmitida por Mahoma. Dogma de fe, también encarna la ley. Constituye para el creyente no sólo una
referencia religiosa que le dice en qué debe creer, sino también una referencia social, un código de vida
revelado que le dice lo que debe hacer. Habían transcurrido apenas una veintena de años de la muerte del
Profeta, cuando en el año 652 de nuestra era, el tercer sucesor de Mahoma, el califa Othmán puso por escrito
las revelaciones recibidas y transmitidas por Mahoma.
Esta versión, la única oficial, no está recopilada siguiendo un orden cronológico. El orden seguido con los
6.226 versículos (ayát), agrupados en 114 suras (capítulos), se ha basado únicamente en la extensión de las
suras, de las más largas a las más cortas, excepto con la fátiha (el exordio), oración básica musulmana. Esto
hace que para el lector occidental, acostumbrado al orden cronológico de la Biblia, la lectura del Corán le
pueda parecer difícil. Con el fin de evitar confusiones y aparentes contradicciones, es indispensable
restablecer el contexto cronológico. Para ello lo primero es separar el mensaje revelado en La Meca del
revelado en Medina.
A Mahoma, en sus diez primeros años de predicación, se le puede considerar como un simple profeta que
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predica una religión monoteísta, con una clara influencia bíblica. Durante este período, puede dar la impresión
de que viene a realizar entre los árabes el papel que Moisés y Jesús realizaron, unos cuantos siglos antes, entre
los judíos: «Sólo se ha revelado la Escritura a dos comunidades antes que a nosotros».
Con la Hégira y su asentamiento en Medina, año 622 el inicio del calendario islámico el apóstol se convierte
en el jefe de la comunidad y de la nueva religión, en la Ley. El Corán, palabra de Dios, cumplirá a partir de
ese momento la función del estatuto de la ciudad. En él se recogen los derechos y deberes públicos y privados,
desde la legislación laboral hasta la reglamentación matrimonial, las ordenanzas fiscales, militares, o el
derecho a la propiedad... Nunca hay que olvidar que para el creyente tan importantes son las prescripciones
referentes a la ciudad terrena como los otros mandamientos estrictamente religiosos. Es prácticamente
imposible realizar un análisis textual riguroso sobre el Corán. Además, caso de hacerse este estudio, sería
totalmente rechazado por los musulmanes, que consideran el libro globalmente como la palabra de Dios
inimitable. El Corán es la palabra de Dios más que un texto recibido y transmitido por el Enviado (Al Rasul),
el cual en muchos momentos se refiere al Corán celestial, todavía más perfecto, que posee Dios: «Lo hemos
hecho descender» dice Dios y en forma de suras para que lo recite Mahoma como nuncio de buenas nuevas».
A pesar de todo lo dicho, según los doctores de la ley (ulemas) hay cuatro temas fundamentales en el libro
sagrado:
las creencias de la fe (Al Agida);
los cultos (Al Ibáda);
la moralidad (Al Ajlág);
las relaciones sociales entre los hombres (Al Mu'amalát).
Pero el Corán es algo más. Dejando a un lado el contenido de las revelaciones que son las bases
fundamentales y que contienen incluso mensajes judíos (de la Torah) y cristianos (de los Evangelios), en el
fondo textos preislámicos, el Corán es la obra más importante de la cultura oriental por la belleza del estilo y
por el ritmo inigualado en la lengua árabe, la cual, todavía hoy, es la lengua litúrgica para los musulmanes del
mundo entero.
Se podría incluso afirmar que estos textos han hecho del árabe el principio de identidad nacional, ya que los
pueblos árabes utilizan en la actualidad la lengua coránica para comunicarse entre ellos; es, pues, la lengua
franca que se superpone a la diversidad de los dialectos respectivos. En definitiva, la perfección de la lengua
del Corán subraya el carácter divino del libro sagrado a los ojos de los creyentes. A esto último se debe la
cantidad de reticencias que hay sobre nuevas versiones.
Forzosamente hay que reconocer que el texto de la Revelación, auténtico poema en prosa, es intraducible. El
Corán se ha empezado a traducir hace muy poco tiempo y con grandes dificultades, con fines pedagógicos.
Pero en ningún caso estas traducciones pueden utilizarse en la liturgia, que se remite exclusivamente al texto
árabe original.
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