método general de diseño - Universidad Pontificia Bolivariana

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MÉTODO GENERAL DE DISEÑO
El diseño como un mecanismo de adaptación artificial
Juan Diego Sanín Santamaría
FUNDAMENTO DISCIPLINAR DEL DISEÑO INDUSTRIAL
FACULTAD DE DISEÑO INDUSTRIAL
UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este texto es entender el diseño como un mecanismo de adaptación
artificial de la sociedad humana a su entorno. Esta concepción implica desligar el diseño
de sus formas de producción ya sean artesanales o industriales, para entenderlo como
una actividad que desde el origen de la especie humana le a permitido adaptarse a su
medio a través del desarrollo de objetos, que han sido herramientas y útiles para realizar
las actividades que constituyen la forma de vida humana.
Esta concepción del diseño como un mecanismo de adaptación artificial implica también
entender los objetos como partes externas del ser humano, o más que como algo externo,
como algo exteriorizado, es decir como extensiones de su cuerpo, que se convierten en
registros técnicos de sus procesos adaptativos y evolutivos como especie animal y como
etnia humana.
En general el texto pretende desligar el diseño de sus modos de producción o de las
particularidades de lo gráfico, de lo textil o de lo habitacional, para redimensionar desde
un marco abstracto y en cierto sentido filosófico sus objetivos y las estrategias necesarias
para lograrlos, proponiendo para esto un método general, que sin ser conductista ni
restrictivo permita actuar con racionalidad en la búsqueda de soluciones para la sociedad
humana, más que en la generación de necesidades y problemas.
El diseño como un mecanismo de adaptación artificial
“Para un testigo exterior, no hay, en realidad, nada de común a una
sociedad de hormigas y a una sociedad humana que no sea la
existencia de tradiciones; las cuales aseguran, de una generación a
otra, la transmisión de las cadenas operatorias que permiten la
supervivencia y el desarrollo del grupo social.”
Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 216
La adaptación
La adaptación -desde un punto de vista biológico- es entendida como el conjunto de
modificaciones que sufre un organismo para ajustarse a su entorno. Es un mecanismo
que actúa a través de la selección natural y que logra a lo largo de muchas generaciones
de una especie, la consolidación de estrategias genéticas que permiten la supervivencia y
la reproducción de un organismo, dejando atrás problemas que en este sentido
enfrentaron sus antecesores.
Las estrategias adaptativas de una especie se pueden observar como soluciones físicas y
del comportamiento que actúan conjuntamente. Las adaptaciones físicas se pueden
observar -por ejemplo- en las transformaciones que puede llegar a sufrir un órgano o una
parte del cuerpo de una especie a través de varias generaciones, para adaptarse a
formas de vida especificas.
“El pico es el órgano principal de consecución del alimento, pues
sirve para atraparlo, manipularlo, romperlo y tragarlo1”
“Una gran cantidad de especies consume carne fresca o en
descomposición, y se les llama carnívoras o carroñeras
respectivamente… Estas aves tienen pico fuerte y ganchudo, en
ocasiones con un diente, que les permite matar a sus presas,
romper la piel y los tejidos musculares y extraer su alimento… El
gavilán caracolero de las costas del este de México se alimenta
exclusivamente de caracoles de una especie en particular, por lo
que su pico es ganchudo y delgado en extremo para poder extraer
de las conchas los blandos cuerpos2”.
A través de los ejemplos citados anteriormente podemos darnos cuenta de como
diferentes especies de aves, han logrado a través de muchas generaciones modificar su
pico hasta ajustarlo de manera perfecta a sus hábitos alimenticios. Las características de
los piscos de las aves carnívoras o carroñeras, así como la forma del pico del gavilán
caracolero, han sufrido en el tipo modificaciones evolutivas, que han hecho que las formas
de de los picos de cada especie se hayan ido ajustando progresivamente a sus formas de
vida.
De otro lado las adaptaciones que tienen que ver con el comportamiento, se hacen
visibles en conductas que yendo en contra del comportamiento normal de la especie se
convierten en estrategias que le permiten sobrevivir y reproducirse a pesar de las
adversidades que puedan aparecer repentinamente en el entorno.
“Para atrapar su alimento, las aves ictiófagas han recurrido a una
serie de estrategias. Muchas de ellas, como las gaviotas y los
pelícanos, vuelan sobre el agua y de un clavado se sumergen para
atrapar a los peces. Algunas otras, como los pelícanos,
cormoranes, zambullidores y algunos petreles, nadan en la
superficie sumergiéndose de vez en cuando para alimentarse.
Otras como las alcas y los pingüinos bucean, a veces a grandes
profundidades, persiguiendo los cardúmenes. Los petreles de
tormentas o paíños atraen a los peces chapoteando con sus largos
dedos sobre la superficie del agua3”.
“Se han desarrollado hábitos carnívoros en especies de grupos
que generalmente no lo son. El kea, loro de Nueva Zelanda, ha
aprendido a matar ovejas pequeñas o enfermas para consumir los
riñones y las glándulas suprarrenales. El kookaburra, enorme
martín pescador de Australia, se ha adaptado a alimentarse lejos
del agua atrapando reptiles y pequeños mamíferos. …algunas aves
tratan de evitarse trabajos robando las presas a otras aves, tal es el
modo de vida que adoptan durante ciertas épocas del año o bajo
ciertas circunstancias las fragatas y los págalos, los cuales esperan
a que otras aves, especialmente las bubias o las gaviotas, pesquen
para después molestarlas de modo que suelten la presa, que ellos
atrapan4”.
En los casos citados anteriormente el parasitismo o la cleptomanía pueden considerarse
como comportamientos nuevos, o como estrategias adaptativas que se desarrollan para
poder ajustarse al entorno. Si en el tiempo, la escasez de alimento continua y los nuevos
hábitos persisten, muy seguramente su cuerpo sufrirá modificaciones que le permitirán
desarrollar mejor sus nuevos hábitos: capturar el alimento, partirlo, digerirlo, etcétera. Es
posible que en el tiempo estas especies evolucionen a partir de estos comportamientos y
su cuerpo se especialice en la ejecución de esas nuevas tareas alimenticias. De este
modo y gracias a la selección natural, esos cambios comportamentales terminan
materializándose en formas físicas que se ajustan mejor a las condiciones del entorno.
En resumen el proceso de adaptación –como se ha mostrado en los ejemplos referentes a
las aves- se puede ver claramente en las transformaciones que pueden llega a sufrir su
cuerpo, o partes externas o internas de este (como el pico o el sistema digestivo), así
como también en los cambios de comportamiento que pueden aparecer cuando la
supervivencia o la reproducción de una especie se ven amenazadas. La adaptación
puede ser considerada desde este punto de vista como un proceso a través del cual los
organismos modifican su corporalidad o su comportamiento para ajustarse al entorno que
habita y así sobrevivir. Se puede dar por entendido que los que selecciona la “selección
natural” son las corporalidades y los comportamientos que resultan más apropiados para
ajustarse al entorno. Los registros de la adaptación son los que en el tiempo permiten
observar los procesos evolutivos de una especie, estos cambios quedan inscritos en el
cuerpo de las especies animales, es así como el esqueleto, los órganos y demás tejidos
son el registro de su evolución como especie.
A diferencia de los animales en los que la adaptación actúa (únicamente) sobre su cuerpo
(registros somáticos) y sus comportamientos (registros epigenéticos), la adaptación
humana puede observarse sobre otros registros. Hace alrededor de 2,5 millones de años
en la edad de piedra, el ser humano comienza a construir utensilios y herramientas, con lo
que se desprende de los proceso de adaptación natural y comienza a desarrollar
estrategias de supervivencia que van más allá de lo biológico y que constituyen la cultura
–entendida esta como la capacidad de transmitir información entre generaciones por
medios no genéticos- como su principal rasgo. Los primeros seres humanos para poder
sobrevivir en su entorno desarrollaron un comportamiento nuevo y propio del ser humano:
la caza, esta estrategia de comportamiento referente a la consecución del alimentos,
antes de manifestarse en rasgos físicos como garras o dientes afilados lo hizo sobre
registros externos. Es así como el chopper del austrolophitecus –que consiste en una
piedra afilada en una de sus caras- representa –junto con otros útiles similares- la
materialización de la cacería, y es gracias a este objeto primigenio que el hombre logra
adaptarse en principio a su entorno. Así mismo hoy en día, en la medida que aparecen
nuevos hábitos sociales, nuevas tradiciones o nuevas tendencias, surgen nuevos objetos
que son la materialización de esos cambios del comportamiento humano, cambios que no
son precisamente naturales sino culturales.
La adaptación en este caso consistió primero en un cambio de comportamiento, que no se
interioriza como es el caso de la adaptación natural, sino que se exterioriza sobre
modificaciones de la materia, la información y la energía que rodean al ser humano. Este
para adaptarse no modifica sus órganos ni desarrolla otros nuevos para cumplir otras
funciones, por el contrario exterioriza esos comportamientos en órganos técnicos, que
pueden entenderse como artificiales ya que no están vivos y cumplen funciones no
biológicas.
Las modificaciones necesarias para que el ser humano se adapte a su entorno no son las
de su organismo. Esos cambios adaptativos quedan inscritos en objetos, y es a través de
los cambios que sufren los objetos de una generación a otra, que podemos observar la
evolución humana. De este modo la historia evolutiva de las sociedades humanas se halla
tanto en sus órganos o en sus tejidos, como en sus objetos. De ahí que parte de la
historia del ser humano sea la historia de los objetos.
A diferencia de los animales, en los que la adaptación actúa sobre registros genéticos y
epigenéticos, que están limitados al organismo como tal; la adaptación humana actúa
fuera del organismo, y esto es claro si observamos que el ser humano no modifica sus
órganos, en vez de esto crea unos nuevos: los objetos; es por esto que el diseño –
entendido como la actividad humana consistente en desarrollar objetos- se asemeja a un
mecanismo de adaptación artificial, en tanto que pretende mantener la vida de la especie
humana a través de las generaciones a través de medios que van más allá de lo biológico
y que pueden considerarse más que como estrategias naturales como estrategias
culturales o artificiales.
En un sentido genérico, el diseño puede considerarse como un mecanismo de adaptación
externa del ser humano, pues si consideramos dentro de sus dominios toda forma de
producción de objetos, sea a través de un proceso consciente o inconsciente, observamos
que ha sido esta actividad la que le ha permitido al hombre adaptarse a su entorno. La
adaptación humana, a diferencia de la del resto de animales no actúa tanto a través de
modificaciones de su cuerpo y de sus órganos, sino a través de modificaciones de su
entorno exterior, particularmente de la materia, la información y la energía que encuentra
en su medio.
¿Según esto, qué representan los objetos en un sentido adaptativo? ¿Cuál es la relación
que estos tienen con el ser y el hacer de la sociedad humana?
Los objetos como cosas artificiales
Desde una óptica a la vez paleontológica y biológica, Andre Leroi Gourhan definió el útil
humano, es decir, los objetos “como una verdadera secreción del cuerpo y del cerebro de
los antrópidos5”, como un órgano artificial que no dista mucho, en sus formas físicas y
procesos de conformación de los procesos adaptativos y evolutivos de la naturaleza.
Siendo estos órganos técnicos por consiguiente los que han permitido a la sociedad
humana adaptarse a su entorno y reflejar a su vez los registros de su evolución al
representar materialmente los rasgos técnicos, prácticos y étnicos de cada grupo humano.
En resumen los objetos representan las formas de vida desarrolladas por un grupo
humano para adaptarse a su entorno, implementando para ello saberes técnicos y
cognitivos en la satisfacción de sus necesidades (físicas y simbólicas) y resolución de sus
problemas, son la materialización de lo que los seres humanos hacen y piensan para
sobrevivir, no solo desde un punto de vista productivo (saberes tecnológicos) o funcional
(saberes prácticos), sino también afectivo o emotivo (saberes estéticos).
Con mayor precisión Bernard Stigler6 al comentar la obra de Leroi Gourhan observa como
la evolución del hombre es una evolución que se exterioriza en formas artificiales, es
decir, en objetos que al representar extensiones del cuerpo y sus funciones permiten al
ser humano mantener la vida: esto es sobrevivir como individuo y evolucionar como
especie, por medios que van más allá de lo biológico, trascienden la naturaleza: son la
cultura. Es esta memoria exterior, producto de la experiencia de los individuos, la que se
convierte en soporte de la memoria humana, a la vez que en el medio de transmisión de
su cultura: del conjunto de informaciones que le resultan indispensables para poder vivir
normalmente. En resumen los objetos son una materialización de lo que los humanos
hacen para sobrevivir, no solo en un sentido funcional o pragmático, sino también desde
un punto de vista afectivo, simbólico o emotivo.
De manera similar, aunque desde otros referentes Abraham Moles al teorizar sobre los
objetos
da
la
siguiente
definición
encontrada
en
el
diccionario
Larousse
“Etimológicamente [objectum] significa lanzado contra, cosa existente fuera de nosotros
mismos, cosa puesta delante de nosotros que tiene un carácter material: todo lo que se
ofrece a la vista y afecta los sentidos [Larousse]7”
¿Cuáles son entonces los procesos a través de los cuales se da este proceso de
adaptación artificial? ¿Si el humano se adapta a través de objetos, cuáles son los
mecanismos que representan desde lo artificial los procesos de modificación que sufren
los objetos para que estos permitan la adaptación de la sociedad humana?
El diseño como un mecanismo de adaptación artificial
El diseño representa en las sociedades humanas un mecanismo artificial de adaptación al
entorno, en tanto que este tiende a modificar los elementos necesarios para que el ser
humano se acomode a su contexto. Si en el caso de los animales el proceso de
adaptación actúa a través de la selección natural, siendo esta la encargada de dar
vigencia a las estrategias corporales y de comportamiento más adecuadas para una
especie con relación a su entorno, en el caso de los humanos podríamos hablar de un
mecanismo de selección cultural, encargado de regular la vigencia de los objetos según la
capacidad de cada uno para servir como medio de adaptación para la sociedad o una
parte de ella. Así mismo en los cambios que presentan los objetos en su diseño a través
del tiempo, se pueden observar rasgos evolutivos, que son a la vez registros de la
evolución humana.
El diseño actúa –o debería actuar- como un mecanismo homeostático, es decir, como un
dispositivo que busca generar un equilibrio (o varios puntos e equilibrio) entre el ser vivo,
en este caso el humano, y su medio físico. Si el diseño se concibe como un medio de
adaptación del ser humano a su entorno, y como una actividad que satisface las
necesidades de los hombres y mujeres pertenecientes a una sociedad se debe tener en
cuenta que: así como no existe -desde un punto de vista evolutivo- cosa alguna como un
mamífero perfecto, un caldero perfecto, un carro perfecto o un árbol perfecto, sino tan solo
diferentes formas y variaciones de ajustarse a un entorno8, el diseño como disciplina varía
de una sociedad a otra siendo el mismo contexto en el que actúa el encargado de validar
la efectividad de las soluciones formales que produce. De este modo al entrar a definir el
papel del diseño en los países denominados –como el caso del nuestro- del tercer mundo
(cuyas poblaciones representan dos tercios de toda la humanidad) este debe dejar de ser
considerado hasta ahora como parte de la historia general del arte aplicado, concepción
que no hace justicia con su compromiso social y recae en el error de seguir entendiendo
el diseño industrial como una aplicación estilística en los productos con fines comerciales
orientados solamente a ser vendidos, pues la educación y cualifcación del diseñador
industrial hoy, debe rebasar la visión del profesional del diseño como un mero “creador de
formas (formgiving)” e implica como parte de sus capacidades el “reconocimiento de
criterios prácticos y sociales” a la hora de definir un problema de diseño, así como el
“desarrollo de soluciones constructivas para el mismo”9 (materialización del producto), en
las que se articulen como lo propusiera Bonsiepe10
desde los años 70 materiales y
tecnologías locales en la satisfacción de las necesidades de una región, que no es otra
cosa que la planteada recientemente por Tomas Maldonado11 al proponer un diseño
sostenible y sustentable en el que cada sociedad enfoca sus capacidades en la resolución
directa de sus problemas.
¿Si es el diseño un mecanismo de adaptación artificial de la sociedad humana a su
entorno, cuál seria su modo de operar? ¿Dicho de otro modo, cuál sería un método
general de diseño, y cuáles serían los pasos para lograr ese ajuste entre la sociedad
humana y su entorno?
1. PROCESO DE DISEÑO
“El motivo por el que las limaduras de hierro puestas en un campo
magnético exhiben una pauta –o una forma, según decimos- es
que campo en que están no es homogéneo. Si el mundo fuera
absolutamente regular y homogéneo no habría fuerzas y no
habría formas. Todo sería amorfo. Pero, un mundo irregular trata
de compensar sus propias irregularidades ajustándose a ellas y,
de este modo, asume una forma”
Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Pág.
21
Partiendo de la concepción del diseño expuesta anteriormente en la que se le considera
como un mecanismo que le permite a la sociedad humana adaptarse a su entorno
plantearemos ahora cual seria el proceso en que este –entendido ya como una actividadactúa.
Al revisar una amplia serie de definiciones del diseño se podrá concluir en términos
generales que este consiste en “solucionar un problema12”. Acerca de esto Ch. Alexander
dice que “todo problema de diseño se inicia con un esfuerzo por lograr un ajuste (fitness)
entre dos entidades: la forma en cuestión y su contexto. La forma es la solución para el
problema; el contexto define el problema”13 y concluye diciendo que al hablar de diseño,
no se habla tan solo de la forma que se ha de diseñar, sino del conjunto compuesto por la
forma y por el contexto.
En el conjunto biológico constituido por un organismo natural (forma) y su medio físico
(contexto) estamos acostumbrados a describir el ajuste entre los dos como una buena
adaptación14, y esta se logra en la medida que la morfología (el cuerpo) y la conducta del
organismo se amolde a su entorno permitiéndole al individuo de la especie sobrevivir
(conseguir alimento, protegerse de los depredadores, reproducirse, etc.) en él. En este
caso un desajuste esta representado por la incapacidad del organismo para realizar
alguna de las actividades que exige su naturaleza para sobrevivir o reproducirse. Desde el
marco conceptual que hemos propuesto para concebir el diseño, estas apreciaciones nos
dicen que los problemas que soluciona el diseño son de tipo adaptativo, en tanto que
pretenden lograr un ajuste entre el ser humano y su entorno a través de objetos, y tienen
por tema de discusión no solamente al objeto o a la forma que servirá como medio de
adaptación al entorno, sino además al contexto, y en este caso este reúne al entorno y al
ser humano que se valdrá del objeto como medio de adaptación. Como el diseño actúa a
través de objetos, los problemas adaptativos para ser convertidos en problemas de diseño
deben ser reducidos a un conjunto mínimo de variables en el que el desajuste entre la
forma y el contexto se haga evidente a través de exigencias concretas del contexto a la
forma, es decir exigencias que presenta una actividad humana, un hábito, respecto al
conjunto de objetos (que existentes o no) permiten ejecutarlo.
De este modo un problema de diseño en términos abstractos consistiría en una serie de
desajustes que presenta una cultura (un hábito o un conjunto de ellos) respecto a la forma
en que se materializa (un objeto o un conjunto de ellos), así mismo por una serie de
constreñimientos y restricciones que presenta esa misma cultura (unos saberes
conceptuales o prácticos) en cuanto a sus procesos de materialización (saberes
convertidos en procesos técnicos). De otro lado la solución al problema estaría
representada por un objeto capaz de materializar la cultura (de dar forma al hábito) dentro
de las restricciones que esta tiene para materializarse (haciendo uso de los saberes y
procesos técnicos que tiene a disposición).
En el caso de los objetos estos deben ajustarse al contexto desde dos perspectivas, la
primera se refiere al contexto de uso del objeto y en esta dimensión se agrupan todas las
variables de tipo sociocultural (el mundo de los hábitos) que plantearían exigencias a la
forma del objeto; de otro lado está el contexto de producción del objeto, dentro del cual se
agrupan las exigencias de tipo tecnológico que debe cumplir el objeto para que su
fabricación en el contexto sea posible. Así que los problemas de diseño en este caso
estarían enunciados a partir de exigencias desde estas dos perspectivas: la sociocultural
y la tecnológica. La eficacia del objeto para ajustarse a su contexto, es decir de la forma
como solución a un problema, radica en su capacidad para hacer que el problema
desaparezca, y esto solo es posible en la medida que las fuerzas negativas del contexto,
es decir los requerimientos o exigencias que este hace a la forma, se neutralicen con
fuerzas positivas que regularicen las cargas del conjunto forma-contexto.
Según esto el proceso de diseño puede ser desglosado en tres etapas que van desde la
definición del problema hasta su solución:
1. La definición de un problema adaptativo como un problema de diseño, a través de su
enunciación como un una serie de exigencias (de cargas negativas) del contexto
(socioculturales y tecnológicas) a la forma (sea que está exista o no).
2. La conversión de esas exigencias enunciadas (cargas negativas) a formas físicas
(cargas positivas) que las neutralicen desde perspectivas socioculturales y tecnológicas.
3. La solución al problema adaptativo por medio de la introducción de la forma al contexto
generando un equilibrio entre las dos entidades.
A pesar de que exista cierta claridad tanto en las etapas del proceso como en la totalidad
del mismo, desde diferentes puntos, de vista distintos autores han hecho evidente una
gran serie de confusiones al referirse al proceso de diseño y sus etapas debido a la
multiplicidad de términos que existen para nombrarlo tanto en su totalidad como en cada
una de sus etapas, y a la vez por la carencia de términos propios de la disciplina15, que
por lo general hacen que términos de otras disciplinas sea tomados en préstamo, siendo
reinterpretados de múltiples formas sin que se clarifique que sentido se le está dando en
particular a cada término.
Siendo el objetivo de este texto proponer un método general y abstracto que permita
analizar y a la vez poner en práctica un proceso de diseño con fines adaptativos , no se
podrá pasar por alto el problema concerniente al lenguaje o a la terminología utilizada
para nombrar las generalidades y particularidades del proceso de diseño, por lo que antes
de continuar será necesario nombrar cada una de las etapas anteriormente expuestas y a
la vez proponer un marco lógico desde el cual se puedan generar e incluso crear nuevos
términos para nombrar y describir las acciones, actividades y resultados implícitos en un
proceso de diseño.
La solución que proponemos a este problema parte de una definición clásica, propuesta
por Christopher Alexander sobre lo que se busca como resultado al diseñar. “El objetivo
final del diseño –dice Alexander- es la forma”, de lo cual podemos inferir, que si la forma
es el objetivo final, cada una de las etapas del proceso de diseño consiste en definir las
propiedades de esa forma en diferentes momentos, que comienzan con el estudio del
contexto para poder definir el desajuste adaptativo en términos de un problema de diseño,
continúan con la traducción de ese enunciado a formas físicas que neutralicen cada uno
de los elementos en desajuste y concluirán con la introducción de la forma en el contexto
del cual se parte convertida ahora en un producto que soluciona el problema haciéndolo
desaparecer. Es un proceso –que como vemos parte del contexto y vuelve a él, dando
forma a un proceso cíclico y dinámico.
¿Cómo nombrar entonces cada una de las etapas del proceso?
En el primer momento del proceso de diseño la forma no existe como tal, y siendo esta
solo un enunciado verbal diremos que en este momento está representada por
información que está constituida por datos acerca de las exigencias socioculturales y
tecnológicas que hace el contexto a la forma. Las propiedades que se determinan en esta
etapa son precisamente las referentes a cargas negativas del contexto, es decir, al
problema que se ha de resolver. Esta primera etapa la llamaremos de IN-FORMA-CIÓN,
pues en este la forma aparece como un conjunto de datos o de información que entran al
proceso de diseño como resultado de la lectura e interpretación de las dinámicas del
contexto, y que ha servido para definir un problema como de diseño.
En el segundo momento del proceso de diseño la forma se hace tangible, al proponer
para cada una de las cargas negativas que componen las exigencias socioculturales y
tecnológicas del contexto formas concretas que al representar cargas positivas para cada
una de las exigencias neutralizan el problema y a la vez determinan las propiedades de la
forma desde dimensiones funcionales y comunicativas que responden a las exigencias
socioculturales, y desde una dimensión morfológica que da solución a las exigencias
tecnológicas referentes a la producción del objeto. Esta segunda etapa la llamaremos
FORMA-LIZACIÓN, y consiste en la traducción del enunciado verbal a una propuesta
formal, que representa a través un objeto la solución que se propone al problema que se
ha enunciado.
En el último momento del proceso de diseño el objeto resultado del proceso de
formalización es introducido al contexto, bien sea como producto o como servicio, pero
pasando por un proceso de materialización que genera y agrega al objeto propuesto toda
una serie de valores agregados que le dan sentido (bien sea comercial, institucional o
cultural en general), permitiendo a las personas reconocer en está forma final una
solución al problema del que se partió, el cual la sociedad podía haber ya reconocido, o
también desconocerlo hasta el momento. Esta última etapa la llamaremos CON-FORMACIÓN, puesto que es el momento en el que la forma entra al contexto y adquiere sentido
práctico al ser implementada por sus usuarios finales.
A través de estas tres etapas: información, formalización y conformación, se genera en un
sentido abstracto una solución (de diseño) a un problema (de tipo adaptativo), que han
sido los elementos que desde un principio hemos tomado como referentes para una
definición general del diseño; cada una de estas etapas responde a su vez a diferentes
estados de la forma (objetivo final del diseño), y las características y dimensiones que va
adquiriendo a su paso por cada uno de los momentos del proceso.
El esquema que se propone para modelar el proceso de diseño es cíclico y funciona a
manera de sistema, toma información del contexto para definir un problema, formaliza a
partir de esa información una solución y por último la materializa e introduce al contexto
del que se parte.
A partir de este esquema entraremos a analizar los procesos que suceden al interior de
cada etapa para poder establecer un procedimiento general en cada uno de ellos,
llegando al final a proponer un procedimiento detallado para la totalidad del proceso.
1.1 INFORMACIÓN
La primera etapa del proceso de diseño es la que hemos denominado con el nombre de
información, puesto que tal y como hemos establecido en el capitulo precedente, es el
momento en el que la forma –como objetivo final del diseño- esta representada por un
conjunto de datos articulados en el enunciado de un problema de diseño. Por lo que esta
etapa comienza con el estudio sistemático del contexto y concluye con el enunciado
verbal de un proyecto de diseño, del cual se pasa a la etapa de formalización.
Un contexto es la delimitación conceptual de un conjunto de elementos que se encuentran
en un entorno, en el que por lo general los componentes se encuentran interrelacionados
sistémicamente y en un equilibrio más o menos estable, de hecho en lo que consiste esta
primera etapa es en ubicar los desajustes o desadaptaciones que pueden llegar a existir
en este conjunto. Al igual que un ecosistema está compuesto por elementos físicos
(biotopo) y organismos en constante interacción (biocenosis) y coadaptación entre sí; un
contexto se compone de elementos físicos referentes al hábitat, es decir al soporte físico
o un escenario, así como por organismos, que serian en este caso los habitantes de ese
contexto quienes interactúan entre sí y con el hábitat a través de sus hábitos.
Podemos enumerar los componentes de un contexto como el hábitat (que podría
representar metafóricamente al biotopo), los habitantes y sus hábitos (que representarían
la biocenosis), pero lo que se entraría a estudiar en este caso particular de la etapa de
información no es cada uno de estos elementos por separado sino las interrelaciones e
interacciones que existen entre ellos. Por lo general cuando se estudio un contexto este
se analiza desde lo general hasta lo particular para poder encontrar en este proceso como
los elementos macro de una sociedad, afectan los componentes microsociales de cada
situación social.
La etapa de información comienza por la delimitación de un contexto, es decir, por la
selección de un conjunto de interacciones entre un hábitat y sus habitantes a través de
sus hábitos, como esta interacción debe permanecer en un equilibrio en el que los
elementos se coadapten entre sí, la etapa de información consiste precisamente en ubicar
desajustes o desadaptaciones entre las interacciones que llevan a cabo los elementos del
conjunto. Este proceso de análisis sistemático del contexto es conocido con el nombre de
lectura e interpretación del contexto y tiene por objetivo encontrar primero desajustes en
el contexto y posteriormente en interpretar estos desajustes y traducirlos en términos de
un problema de diseño que dará pie al enunciado de un proyecto.
En el proceso de lectura e interpretación del contexto se implementan métodos de
investigación cualitativa y cuantitativa que permiten estudiar el contexto desde aspectos
socioculturales y tecnológicos. Este proceso no se realiza solamente con el fin de ubicar
carencias o demandas sino también con el fin de encontrar oportunidades o potenciales
del contexto. De ahí que el concepto de desajuste debe ser entendido en un sentido
expandido, que no limite el proceso de lectura e interpretación del contexto a la
recolección y análisis de datos referentes solo a necesidades del contexto. Si bien es
cierto que las necesidades son las que representan con más exactitud los problemas
adaptativos de un contexto, el concepto de desajuste se puede entender también como un
potencial que el contexto tiene a disposición y no está siendo aprovechado y a través del
cual se podrían o bien solucionar problemas o ser explotados con el objetivo de generar
beneficios para el contexto. De estas apreciaciones concluimos que un problema de
diseño no se refiere solo a una demanda, también puede referirse a un potencial o
establecer en el mejor de los casos una relación entre ambos (demanda-potencial) que
permita generar un equilibrio en el contexto a través de la articulación de ambos.
Los conceptos que hemos empleado para referirnos a las necesidades como demandas y
a las oportunidades como potenciales, encuentran gran relación con los términos
deseable y posible en el sentido que los propone Ezio Manzini en “Artefactos” para
referirse a través de ellos por una parte a las exigencias socioculturales y de otra a las
capacidades tecnológicas del contexto. Podríamos decir que Manzini ha mostrado que la
importancia de esta etapa, está en la capacidad que tenga el diseñador para articular en
sus enunciados los deseos de la sociedad observada con sus posibilidades
tecnológicas16, elementos que entrarían a constituir el enunciado del proyecto de diseño.
Un problema de diseño según esto es un enunciado que a partir de la observación de las
dinámicas del contexto define sus demandas (lo deseable por la sociedad) y a su vez los
potenciales (lo posible tecnológicamente) con que cuenta para su solución. Lo deseable
reúne las expectativas y necesidades utilitarias y afectivas de la sociedad o de una parte
de ella, mientras que lo posible se expresa en términos de capacidades tecnológicas y
simbólicas, reuniendo el conjunto de saberes técnicos y conceptuales con que cuenta un
grupo social.
De esta manera al articular demanda y potencial (deseo y posibilidad) en la enunciación
de lo que será el proyecto, se esta garantizando un equilibrio en el contexto, al
implementar en su desarrollo lo que tiene a su disposición, algo que no dista mucho de lo
que Manzini denomina “ecología de lo artificial” o Tomás Maldonado “sustentabilidad
social”17, conceptos que se refieren ambos al equilibrio que deben generar las soluciones
propuestas a través de proyectos de diseño.
La etapa de información se puede graficar a través de un proceso que parte del contexto
para ubicar en sus dinámicas demandas (deseos sociales) y potenciales (posibilidades
tecnológicas) que den pie al enunciado de un proyecto de diseño. En este sentido un
enunciado de un proyecto de diseño o un problema de diseño, está compuesto por una
serie de requerimientos que especifican lo que el contexto necesita desde una perspectiva
social y con lo que el contexto cuenta desde puntos de vista tecnológicos, como se
menciono anteriormente, el éxito de esta primera etapa consiste en la capacidad que
tenga el diseñador para articular en su enunciado y en las especificaciones que de sobre
este ambos elementos: las demandas y los potenciales.
Posterior a la etapa de información está el momento de la formalización en la que se
creará una solución a un problema o visto desde otro punto de vista, es el momento en el
que las especificaciones verbales dadas en el enunciado del proyecto, sobre las cuales
nos referimos anteriormente como cargas negativas, serán traducidas a formas que si son
entendidas como cargas positivas neutralizarán las primeras (las ubicadas en la etapa de
información) garantizando con esto que la solución propuesta o formalizada genere un
equilibrio sistémico y adaptativo al ingresar al contexto.
1.2 FORMALIZACIÓN
La segunda etapa del proceso de diseño es la de formalización, momento en el cual los
datos (demandas, potenciales, cargas negativas) obtenidos en la primer etapa del
proceso, es decir en el proceso de información, tomaran forma y se harán tangibles a
través de una serie de formas, que responde cada una a un dato, y cuyo objetivo es
compensar el desajuste que cada uno presenta respecto al contexto, resolviendo cada
parte del problema planteado desde perspectivas socioculturales y tecnológicas. Desde
un punto de vista adaptativo lo que se busca en esta etapa es generar formas que mejor
adaptadas al contexto, permitiendo así que los elementos que los componen (físicos,
organismos, interacciones) estén en equilibrio.
En resumen la etapa de formalización consiste en un proceso de creación de formas en
las que se materializan las demandas socioculturales y los potenciales tecnológicos (lo
deseable y lo posible en términos de Manzini), los cuales dejan de ser aspectos del
contexto (el hábitat, los habitantes, los hábitos) y se convierten en dimensiones de la
forma, es decir en los rasgos de un objeto.
En la etapa de formalización, que bien puede ser entendida como proceso de creación de
soluciones, las exigencias del contexto, expresadas en demandas socioculturales y
potenciales tecnológicos son desglosadas en tres tipos más particulares de enunciados o
especificaciones que son las que convertirán las exigencias del contexto en formas físicas
y en rasgos constitutivos del objeto. En este sentido la formalización como proceso de
creación puede relacionarse con lo que el ICSID en su definición del diseño define como
la “determinación de las multifacéticas cualidades del objeto”18, o con lo que Maldonado19
define como sus propiedades, es decir la configuración de cada uno de sus rasgos
intrínsecos y extrínsecos. Desde nuestra perspectiva en esta etapa el enunciado es
traducido a una serie de especificaciones formales, instrucciones que definen
principalmente tres aspectos del objeto: cómo prestará su función, qué comunicará a las
personas, y cómo será producido, y de estos aspectos se derivan lo que llamaremos
dimensiones del objeto.
Leroi-Gourhan definió como tres los valores que intervenían en la forma de un objeto: la
función mecánica ideal, el estilo que el grupo humano o la etnia confiere al objeto, y la
tecnológica demostrada en la solución material a esa función ideal20. Paralelamente para
nosotros estas dimensiones son la funcional/operativa, la estética/comunicativa y la
morfo/productiva, cada una reúne diferentes propiedades formales que representan desde
distintos puntos de vista la solución al problema. Las soluciones a las demandas
socioculturales del contexto están abarcadas por las dimensiones funcional/operativa y
estético/comunicativa;
de
otro
lado
los
potenciales
(así
como
también
los
constreñimientos) tecnológicos del contexto son solucionados o implementados a través
de la dimensión morfo/productiva.
Veamos ahora cuales son en particular cada una de las propiedades o de los rasgos que
definen cada una de las tres dimensiones del objeto que es creado en esta etapa del
proceso.
FUNCIONAL - OPERATIVO
En este componente la dimensión Funcional es una propiedad Interna al objeto, y sirve
para definir y reconocer la relación de acciones desarrolladas por las formas y los
materiales del objeto para generar una salida o efecto en el mundo físico al ser operado
por un usuario, es decir para prestar un a función, que es la suma de muchas otras
subfunciones. En resumen lo funcional se refiere a "Para lo qué sirve el objeto". Desde
esta dimensión se garantiza el correcto funcionamiento del objeto y su desempeño como
útil.
El concepto de Operativo se puede entender como el conjunto de acciones físicas y
cognitivas que deben ser implementados por un usuario en la utilización de un objeto para
que funcione. El concepto de operación en este caso no se limita solo a aspectos físicos
como la manipulación y la postura, sino que integra también aspectos cognitivos
referentes a la comprensión del objeto. Si la dimensión funcional nos informa sobre la
función del objeto, la operativa nos permite comprender "Cómo es puesto a funcionar" por
los usuarios. Esta perspectiva permite configurar la buena relación física y cognitiva de los
usuarios con el objeto.
El componente FUNCIONAL - OPERATIVO nos presenta "el objeto como útil" y desde
esta perspectiva se define el "valor de uso" del objeto.
El componente funcional operativo brinda las bases prácticas, teóricas y metodológicas
para determinar la utilidad de un objeto y el conjunto de operaciones físicas y cognitivas
necesarias por parte del usuario para que ejecute su función. Se fundamenta en la
relación de acciones desarrolladas por las formas y los materiales de los objetos para
responder a unos requerimientos de un operador, con la finalidad de modificar el mundo
físico y para producir una salida o efecto en lo operado.
Desde este punto de vista para generar un ajuste óptimo con el entorno la relación
función–operación debe tener en cuenta los siguientes parámetros:
1. Flexible, siendo útil a un gran número de personas al acomodarse a las preferencias y
capacidades físicas de cada individuo.
2. Intuitivo, prestando su función de manera simple sin necesidad de experiencias o
conocimientos previos respecto a su operación.
3. Comprensible, al presentar información referente a su funcionamiento y su estado de
forma efectiva, sin importar las capacidades sensoriales del usuario o las condiciones
físicas del entorno.
4. Fácil, al no implicar grandes esfuerzos físicos ni cognitivos para ser operado, brindando
además seguridad al usuario al elimiar posibles riesgos debidos a una operación
equivocada.
5. Accesible, al acomodarse a las posturas del usuario, a las dimensiones del entorno de
uso y almacenamiento.
ESTÉTICO - COMUNICATIVO
En este caso el término Estético se refiere a una dimensión Externa al objeto, que agrupa
el conjunto de sensaciones y emociones que produce su forma en la sensibilidad de las
personas al ser percibido e interpretado. Desde este punto de vista se hace referencia al
"objeto como significado" o como mensaje. Esta dimensión permite comprender como
será la comprensión emotiva y cognitiva del objeto por un grupo de usuarios.
La dimensión Comunicativa es Interna al objeto, y agrupa en su comprensión y análisis a
la información cultural que se materializa en el objeto, y que lo convierte en una
representación material de los rasgos de un grupo social. Desde este punto de vista el
objeto debe ser entendido como "significante", es decir como una señal portadora de
mensajes y significados. Desde este aspecto se configura el objeto como representación
material de la cultura.
A través del componente ESTÉTICO - COMUNICATIVO el objeto se concibe como un
signo, y desde allí permite su valoración estética.
El componente estético comunicativo brinda las bases prácticas, teóricas y metodológicas
para determinar los significados que contiene un objeto como materialización cultural. Se
fundamenta en la capacidad del objeto como significante para materializar conceptos e
información cultural, cuyos significados son interpretados por las personas al percibirlos
con sus sentidos.
MORFO - PRODUCTIVO
La dimensión Morfológica es un rasgo Interno al objeto, y se refiere al conjunto de
características físicas referentes a la estructuralidad y apariencia del objeto terminado
(material, tamaño, color). La dimensión Morfológica determina "la forma del objeto",
entendido como una entidad física. Esta dimensión determina la armonía de la forma por
medio de la integración de sus partes.
El término Productivo está compuesto por aspectos Externos al objeto, dentro de los
cuales se agrupan los procesos productivos necesarios para trans-formar una serie de
materias primas en la forma del objeto. Encontramos desde esta perspectiva los aspectos
concernientes a la fabricación del objeto. Esta dimensión permite la optimización de
recursos físicos, energéticos y de información necesarios para la producción del objeto.
Desde el componente MORFO - PRODUCTIVO podemos entender el objeto como
estructura, y desde allí establecer su valor de cambio.
El componente morfo productivo se fundamente en el conjunto de procesos técnicos
necesarios para producir el objeto, ajustando las materias primas que lo componen a su
forma. Brinda las bases prácticas y teóricas para determinar la dimensión material,
tecnológica y productiva de un producto o servicio en todo su ciclo de vida.
Desde este punto de vista para generar un ajuste óptimo con el entorno la relación
tecnología–producción debe tener en cuenta los siguientes parámetros:
1. Sustentable, al implementar en su fabricación materiales, energías y procesos que
representan alternativas ecológicas para el desarrollo del contexto y a su vez para la
conservación de su ambiente.
2. Perdurable, al estar construido con componentes estandarizados que facilitan su
reparación o reposición en caso de deterioro o mal funcionamiento, alargando con esto el
ciclo de vida del objeto.
3. Eficiente, requiriendo poca cantidad de material y de energía tanto en los aspectos
concernientes a su producción como a su consumo.
4. Seguro, al no contener elementos o materiales que representen por su composición un
riesgo para las personas involucradas en su fabricación y su uso.
5. Justo, garantizando condiciones justas para el personal involucrado en su producción,
así como equidad social en el momento y en el lugar en que es comercializado.
El objeto o la propuesta formal que se obtiene al final de esta etapa no es simplemente un
objeto que es producido, que funciona y comunica, sino que la manera en que es
producido, la función que presta y los conceptos que comunica han de estar en
correlación directa a su contexto para poder convertirse en parte de este, generando ese
ajuste entre la forma y el contexto del que habló Alexander. En otros términos lo que se
define a través de cada una de las dimensiones de la forma (función, comunicación,
producción) son las maneras en que estas integradas en un objeto entran en relación con
dimensiones del ser humano y su sociedad.
Esta etapa culmina con la creación de una propuesta formal al problema enunciado que
es representada a través de un objeto. Queda por ahora llevar la solución al contexto e
implementarla para resolver el problema y generar un equilibrio entre sus elementos. Para
esto se deben implementar diferentes acciones que conllevan todas juntas a este fin.
1.3 CONFORMACIÓN
La tercera y última etapa del proceso de diseño es la de conformación, y consiste
básicamente en convertir el objeto –que ha resultado de la etapa de formalización- en un
producto a través de ciertas estrategias logísticas y comerciales. Es este el momento en
el que la solución formal es introducida al contexto e implementada en la resolución del
problema del cual se ha partido, por lo que se espera al final de esta etapa es generar o
reestablecer el equilibrio del contexto respecto a sus demandas y a sus potenciales.
En resumen podría decirse que en esta etapa se realiza un proceso de materialización en
el que las ideas formales que han sido propuestas a lo largo de las etapas precedentes
del proceso se concretan en un producto tangible que representa desde diferentes
perspectivas
(funcionales/operativas,
estético/comunicativas,
morfo/productivas)
la
solución a un problema del contexto.
La etapa de conformación involucra varios procesos que tienen como objetivo final la
solución del problema enunciado por medio de un producto (por lo general) comercial, que
hace que el problema desaparezca. La eficacia del ajuste de la forma materializada con
su contexto, es decir de la solución en relación al problema, implica la difusión o adopción
del producto por parte de los agentes económicos y sociales, proceso que abarca: la
incorporación al interior de la organización de los beneficios del nuevo producto o
proceso, el ajuste de la forma resultante a las posibilidades o recursos tangibles
(maquinaria, instalación, capital) e intangibles (habilidades, creencias, valores, contexto
organizacional, normativas) del sector industrial que la produce, las estrategias
implementadas para la introducción en el mercado del nuevo producto, sin olvidar la
manera como la sociedad toma control sobre el producto para hacerlo propio y parte de
su cultura material, al representar de algún modo sus hábitos o sus formas de vida.
El proceso de conformación involucra principalmente tres momentos: la fabricación
(referida a la producción del objeto); la distribución (empaque, embalaje y transporte); y la
comercialización (puesta en punto de venta y estrategia promocional).
Fabricación: en la fabricación del objeto se llevan a cabo las estrategias productivas
propuestas en el momento de formalización a través del componente morfo/productivo. En
la producción del objeto el diseño tiene el compromiso de convertirse en un dinamizador
del desarrollo económico y social de un contexto regional o nacional, promoviendo
encadenamientos productivos entre grandes, pequeñas y medianas empresas, generando
con esto la integración de diferentes sectores productivos a nivel local, regional y
nacional, y esto es posible a través del reconocimiento de los potenciales del contexto
desde la etapa de información, desde su proyección en la etapa de formalización y de su
implementación ahora en la materialización del producto. Estas estrategias productivas
deben entonces implementar la capacidad tecnológica instalada por el contexto, haciendo
uso de las tecnologías que se tienen a disposición (blandas y de punta) y desarrollando
también unas nuevas por medio de la innovación tecnológica.
En la fabricación se busca principalmente la optimización de recursos, la sostenibilidad
ambiental de los procesos de producción involucrados y la sustentabilidad social del
producto, es decir, la equidad social que este genere tanto para las personas que lo
producen así como para quienes lo consumen.
Distribución: este proceso abarca todo lo relacionado con la introducción del producto al
contexto, teniendo que ver principalmente con el empaquetamiento y con el transporte del
producto desde el lugar de fabricación hasta el punto de venta donde será comercializado.
En lo referente al embalaje y al transporte de los productos terminados para su posterior
comercialización, se desarrollan estrategias logísticas y comerciales. Las primeras
enfocadas a optimizar el proceso: protegiendo el producto empacado, reduciendo riesgos
y costos, tanto en el material como en el transporte, minimizando también el impacto
ambiental que este proceso pueda implicar. Por su parte las estrategias comerciales
tienen por objetivo generar un valor agregado en el producto por medio de su
presentación, y también por medio de empaquetamientos que cumplen funciones
complementarias de dosificación, transporte o almacenamiento, las cuales dependen por
lo general de un proceso de diseño paralelo, en el cual se desarrollan los conceptos de
marca asociados al producto, y dentro de los cuales pueden incluirse también el del
diseño de su imagen comercial, su empaque y su punto de venta.
Comercialización: finalmente en la comercialización el producto es presentado al
contexto, los productos comerciales están representados por lo general por objetos que
reflejan desde sus tres dimensiones un conjunto de rasgos que su fabricante proyecta a
través del concepto de marca, el cual no consiste simplemente en un nombre y una
representación gráfica estilizada, sino que implica además el desarrollo de una serie de
aplicaciones de estos elementos
por medio de recursos bi y tridimensionales que
acompañan tanto al producto en su presentación física como en su punto de venta.
Con la comercialización concluye la etapa de conformación y a la vez el proceso de
diseño, y desde el momento de la compra o de la adquisición del producto por parte de los
habitantes del contexto, comienza la fase de consumo. Fase que no está exenta del
proceso de diseño, pues es a través del estudio de las dinámicas del consumo que se
puede verificar la eficacia del producto para solucionar el problema del cual se partió,
permitiendo la adaptación de la sociedad humana a las condiciones de su entorno, y
además ubicar nuevos desajustes, nuevas demandas y nuevos potenciales que darán pie
a nuevos proyectos de diseño.
La etapa de conformación determina el fin del proyecto de diseño, siendo el momento en
el que los deseos y posibilidades de un contexto toman forma y se materializan en un
producto que representa una solución material a diferentes tipos de expectativas,
generando con esto una ecología en los sistemas socioculturales donde actúa.
Finalmente podemos graficar la totalidad del proceso de diseño a través de un esquema
donde hay claramente definidos tres momentos: uno en el que se define un problema de
diseño a partir de las demandas y los potenciales de un contexto, entendiendo por
problema en este caso no solo una carencia, sino también una oportunidad; un momento
posterior en el que desarrolla un objeto desde las demandas y pospotenciales del
contexto, teniendo en cuenta tres aspectos: el de su función y su operación, el de su
estética y su comunicación, y el de su forma y su producción, que al ser integrados en una
forma tangible representan una propuesta formal al problema (u oportunidad) del que se
ha partido; y un último momento en el que a través de diferentes subprocesos y
estrategias logísticas y comerciales el objeto es convertido en producto y de este modo
llevado al contexto donde hará que el problema desaparezca.
1
ADOLFO NAVARRO / HESIQUIO BENÍTEZ. El dominio del aire.
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/dominio.htm
2
El dominio del aire. La especialización alimenticia.
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm
3
El dominio del aire. La especialización alimenticia.
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm
4
El dominio del aire. La especialización alimenticia.
http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm
5
Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 93
6
Bernard Stiegler. Leroi-Gourhan. La inorgánico organizado. En: Les cahiers de médiologie. N°6.
Traducción de Jairo Montoya Gómez (Universidad Nacional de Colombia)
7
Abraham Moles. Teoría de los objetos. Pág. 29
8
John Z. Langrish. Darwinian Design: the memetic evolution of ideas. Design Issues. Vol 20. N° 4.
2004
9
Seeger H. Industries-Designs Expert-Verlag (Grafenau 1983) Citado por: Jonas Wolfgang. Design
as a problem solving? Or: here is the solution – what was the problem. Design Studies. Vol 14. N°
2. 1993
10
Gui Bonsiepe. Precariousness and ambiguity: industrial design in dependent countries, en Design
for Need (Oxford. 1977) Citado por: Sulfikar Amir. Rethinking Design Policy in the Third World.
Design Issues. Vol 20. N° 4. 2004
11
Tomas Maldonado. Proyectar hoy. En: 2 textos recientes: proyectar hoy, diseño: globalización,
autonomía / Tomas Maldonado y Gui Bonsiepe. -1° ed. – La Plata. Argentina. 2004
12
Al respecto: J. CH. Jones. Métodos de diseño. Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1976.Pag
3; Danielle Quarante. Diseño Industrial 1. Ediciones CEAC S.A. Barcelona, España. Pags 25 – 35.
Tomas Maldonado. El diseño industrial reconsiderado.Ediciones G. Gili. S.A de C.V México. 1993.
Pág.9 - 12; ICSID (Internacional Conuncil of Industrial Design). www.icsid.org. O en un ámbito más
local: Alberto Rodríguez. Artefactos. Diseño Conceptual. Fondo Editorial Universidad EAFIT.
Medellín 2003. Pág. 8.
13
Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Ediciones Infinito. Buenos Aires.
1986. Pág. 21
14
Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Pag 22
15
Terence Love. Philosophy of design: a meta-theoretical structure for design theory. Design
Studies. Vol21 N° 3 May. 2000.
16
Ezio Manzini. Artefactos. Experimenta Ediciones. Madrid. España 1992. Pág. 93.
17
Tomas Maldonado. Proyectar hoy. En: 2 textos recientes: proyectar hoy, diseño: globalización,
autonomía / Tomas Maldonado y Gui Bonsiepe. -1° ed. – La Plata. Argentina. 2004
18
ICSID (Internacional Conuncil of Industrial Design). www.icsid.org.
19
“… proyectar la forma significa coordinar, integrar y articular todos aquellos factores que, de una
manera o de otra, participan en el proceso constitutivo de la forma del producto. Y con ello se alude
precisamente tanto a los factores relativos al uso, fruición y consumo individual o social del
producto (factores funcionales, simbólicos o culturales), como a los que se refieren a su producción
(factores técnico-económicos, técnico-constructivos, técnico-sistémicos, técnico-productivos y
técnico-distributivos). El diseño industrial reconsiderado. Tomas Maldonado. El diseño industrial
reconsiderado. Ediciones G. Gili. S.A de C.V México. 1993. Pág.9 - 12
20
Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 300
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