MÉTODO GENERAL DE DISEÑO El diseño como un mecanismo de adaptación artificial Juan Diego Sanín Santamaría FUNDAMENTO DISCIPLINAR DEL DISEÑO INDUSTRIAL FACULTAD DE DISEÑO INDUSTRIAL UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA INTRODUCCIÓN El objetivo de este texto es entender el diseño como un mecanismo de adaptación artificial de la sociedad humana a su entorno. Esta concepción implica desligar el diseño de sus formas de producción ya sean artesanales o industriales, para entenderlo como una actividad que desde el origen de la especie humana le a permitido adaptarse a su medio a través del desarrollo de objetos, que han sido herramientas y útiles para realizar las actividades que constituyen la forma de vida humana. Esta concepción del diseño como un mecanismo de adaptación artificial implica también entender los objetos como partes externas del ser humano, o más que como algo externo, como algo exteriorizado, es decir como extensiones de su cuerpo, que se convierten en registros técnicos de sus procesos adaptativos y evolutivos como especie animal y como etnia humana. En general el texto pretende desligar el diseño de sus modos de producción o de las particularidades de lo gráfico, de lo textil o de lo habitacional, para redimensionar desde un marco abstracto y en cierto sentido filosófico sus objetivos y las estrategias necesarias para lograrlos, proponiendo para esto un método general, que sin ser conductista ni restrictivo permita actuar con racionalidad en la búsqueda de soluciones para la sociedad humana, más que en la generación de necesidades y problemas. El diseño como un mecanismo de adaptación artificial “Para un testigo exterior, no hay, en realidad, nada de común a una sociedad de hormigas y a una sociedad humana que no sea la existencia de tradiciones; las cuales aseguran, de una generación a otra, la transmisión de las cadenas operatorias que permiten la supervivencia y el desarrollo del grupo social.” Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 216 La adaptación La adaptación -desde un punto de vista biológico- es entendida como el conjunto de modificaciones que sufre un organismo para ajustarse a su entorno. Es un mecanismo que actúa a través de la selección natural y que logra a lo largo de muchas generaciones de una especie, la consolidación de estrategias genéticas que permiten la supervivencia y la reproducción de un organismo, dejando atrás problemas que en este sentido enfrentaron sus antecesores. Las estrategias adaptativas de una especie se pueden observar como soluciones físicas y del comportamiento que actúan conjuntamente. Las adaptaciones físicas se pueden observar -por ejemplo- en las transformaciones que puede llegar a sufrir un órgano o una parte del cuerpo de una especie a través de varias generaciones, para adaptarse a formas de vida especificas. “El pico es el órgano principal de consecución del alimento, pues sirve para atraparlo, manipularlo, romperlo y tragarlo1” “Una gran cantidad de especies consume carne fresca o en descomposición, y se les llama carnívoras o carroñeras respectivamente… Estas aves tienen pico fuerte y ganchudo, en ocasiones con un diente, que les permite matar a sus presas, romper la piel y los tejidos musculares y extraer su alimento… El gavilán caracolero de las costas del este de México se alimenta exclusivamente de caracoles de una especie en particular, por lo que su pico es ganchudo y delgado en extremo para poder extraer de las conchas los blandos cuerpos2”. A través de los ejemplos citados anteriormente podemos darnos cuenta de como diferentes especies de aves, han logrado a través de muchas generaciones modificar su pico hasta ajustarlo de manera perfecta a sus hábitos alimenticios. Las características de los piscos de las aves carnívoras o carroñeras, así como la forma del pico del gavilán caracolero, han sufrido en el tipo modificaciones evolutivas, que han hecho que las formas de de los picos de cada especie se hayan ido ajustando progresivamente a sus formas de vida. De otro lado las adaptaciones que tienen que ver con el comportamiento, se hacen visibles en conductas que yendo en contra del comportamiento normal de la especie se convierten en estrategias que le permiten sobrevivir y reproducirse a pesar de las adversidades que puedan aparecer repentinamente en el entorno. “Para atrapar su alimento, las aves ictiófagas han recurrido a una serie de estrategias. Muchas de ellas, como las gaviotas y los pelícanos, vuelan sobre el agua y de un clavado se sumergen para atrapar a los peces. Algunas otras, como los pelícanos, cormoranes, zambullidores y algunos petreles, nadan en la superficie sumergiéndose de vez en cuando para alimentarse. Otras como las alcas y los pingüinos bucean, a veces a grandes profundidades, persiguiendo los cardúmenes. Los petreles de tormentas o paíños atraen a los peces chapoteando con sus largos dedos sobre la superficie del agua3”. “Se han desarrollado hábitos carnívoros en especies de grupos que generalmente no lo son. El kea, loro de Nueva Zelanda, ha aprendido a matar ovejas pequeñas o enfermas para consumir los riñones y las glándulas suprarrenales. El kookaburra, enorme martín pescador de Australia, se ha adaptado a alimentarse lejos del agua atrapando reptiles y pequeños mamíferos. …algunas aves tratan de evitarse trabajos robando las presas a otras aves, tal es el modo de vida que adoptan durante ciertas épocas del año o bajo ciertas circunstancias las fragatas y los págalos, los cuales esperan a que otras aves, especialmente las bubias o las gaviotas, pesquen para después molestarlas de modo que suelten la presa, que ellos atrapan4”. En los casos citados anteriormente el parasitismo o la cleptomanía pueden considerarse como comportamientos nuevos, o como estrategias adaptativas que se desarrollan para poder ajustarse al entorno. Si en el tiempo, la escasez de alimento continua y los nuevos hábitos persisten, muy seguramente su cuerpo sufrirá modificaciones que le permitirán desarrollar mejor sus nuevos hábitos: capturar el alimento, partirlo, digerirlo, etcétera. Es posible que en el tiempo estas especies evolucionen a partir de estos comportamientos y su cuerpo se especialice en la ejecución de esas nuevas tareas alimenticias. De este modo y gracias a la selección natural, esos cambios comportamentales terminan materializándose en formas físicas que se ajustan mejor a las condiciones del entorno. En resumen el proceso de adaptación –como se ha mostrado en los ejemplos referentes a las aves- se puede ver claramente en las transformaciones que pueden llega a sufrir su cuerpo, o partes externas o internas de este (como el pico o el sistema digestivo), así como también en los cambios de comportamiento que pueden aparecer cuando la supervivencia o la reproducción de una especie se ven amenazadas. La adaptación puede ser considerada desde este punto de vista como un proceso a través del cual los organismos modifican su corporalidad o su comportamiento para ajustarse al entorno que habita y así sobrevivir. Se puede dar por entendido que los que selecciona la “selección natural” son las corporalidades y los comportamientos que resultan más apropiados para ajustarse al entorno. Los registros de la adaptación son los que en el tiempo permiten observar los procesos evolutivos de una especie, estos cambios quedan inscritos en el cuerpo de las especies animales, es así como el esqueleto, los órganos y demás tejidos son el registro de su evolución como especie. A diferencia de los animales en los que la adaptación actúa (únicamente) sobre su cuerpo (registros somáticos) y sus comportamientos (registros epigenéticos), la adaptación humana puede observarse sobre otros registros. Hace alrededor de 2,5 millones de años en la edad de piedra, el ser humano comienza a construir utensilios y herramientas, con lo que se desprende de los proceso de adaptación natural y comienza a desarrollar estrategias de supervivencia que van más allá de lo biológico y que constituyen la cultura –entendida esta como la capacidad de transmitir información entre generaciones por medios no genéticos- como su principal rasgo. Los primeros seres humanos para poder sobrevivir en su entorno desarrollaron un comportamiento nuevo y propio del ser humano: la caza, esta estrategia de comportamiento referente a la consecución del alimentos, antes de manifestarse en rasgos físicos como garras o dientes afilados lo hizo sobre registros externos. Es así como el chopper del austrolophitecus –que consiste en una piedra afilada en una de sus caras- representa –junto con otros útiles similares- la materialización de la cacería, y es gracias a este objeto primigenio que el hombre logra adaptarse en principio a su entorno. Así mismo hoy en día, en la medida que aparecen nuevos hábitos sociales, nuevas tradiciones o nuevas tendencias, surgen nuevos objetos que son la materialización de esos cambios del comportamiento humano, cambios que no son precisamente naturales sino culturales. La adaptación en este caso consistió primero en un cambio de comportamiento, que no se interioriza como es el caso de la adaptación natural, sino que se exterioriza sobre modificaciones de la materia, la información y la energía que rodean al ser humano. Este para adaptarse no modifica sus órganos ni desarrolla otros nuevos para cumplir otras funciones, por el contrario exterioriza esos comportamientos en órganos técnicos, que pueden entenderse como artificiales ya que no están vivos y cumplen funciones no biológicas. Las modificaciones necesarias para que el ser humano se adapte a su entorno no son las de su organismo. Esos cambios adaptativos quedan inscritos en objetos, y es a través de los cambios que sufren los objetos de una generación a otra, que podemos observar la evolución humana. De este modo la historia evolutiva de las sociedades humanas se halla tanto en sus órganos o en sus tejidos, como en sus objetos. De ahí que parte de la historia del ser humano sea la historia de los objetos. A diferencia de los animales, en los que la adaptación actúa sobre registros genéticos y epigenéticos, que están limitados al organismo como tal; la adaptación humana actúa fuera del organismo, y esto es claro si observamos que el ser humano no modifica sus órganos, en vez de esto crea unos nuevos: los objetos; es por esto que el diseño – entendido como la actividad humana consistente en desarrollar objetos- se asemeja a un mecanismo de adaptación artificial, en tanto que pretende mantener la vida de la especie humana a través de las generaciones a través de medios que van más allá de lo biológico y que pueden considerarse más que como estrategias naturales como estrategias culturales o artificiales. En un sentido genérico, el diseño puede considerarse como un mecanismo de adaptación externa del ser humano, pues si consideramos dentro de sus dominios toda forma de producción de objetos, sea a través de un proceso consciente o inconsciente, observamos que ha sido esta actividad la que le ha permitido al hombre adaptarse a su entorno. La adaptación humana, a diferencia de la del resto de animales no actúa tanto a través de modificaciones de su cuerpo y de sus órganos, sino a través de modificaciones de su entorno exterior, particularmente de la materia, la información y la energía que encuentra en su medio. ¿Según esto, qué representan los objetos en un sentido adaptativo? ¿Cuál es la relación que estos tienen con el ser y el hacer de la sociedad humana? Los objetos como cosas artificiales Desde una óptica a la vez paleontológica y biológica, Andre Leroi Gourhan definió el útil humano, es decir, los objetos “como una verdadera secreción del cuerpo y del cerebro de los antrópidos5”, como un órgano artificial que no dista mucho, en sus formas físicas y procesos de conformación de los procesos adaptativos y evolutivos de la naturaleza. Siendo estos órganos técnicos por consiguiente los que han permitido a la sociedad humana adaptarse a su entorno y reflejar a su vez los registros de su evolución al representar materialmente los rasgos técnicos, prácticos y étnicos de cada grupo humano. En resumen los objetos representan las formas de vida desarrolladas por un grupo humano para adaptarse a su entorno, implementando para ello saberes técnicos y cognitivos en la satisfacción de sus necesidades (físicas y simbólicas) y resolución de sus problemas, son la materialización de lo que los seres humanos hacen y piensan para sobrevivir, no solo desde un punto de vista productivo (saberes tecnológicos) o funcional (saberes prácticos), sino también afectivo o emotivo (saberes estéticos). Con mayor precisión Bernard Stigler6 al comentar la obra de Leroi Gourhan observa como la evolución del hombre es una evolución que se exterioriza en formas artificiales, es decir, en objetos que al representar extensiones del cuerpo y sus funciones permiten al ser humano mantener la vida: esto es sobrevivir como individuo y evolucionar como especie, por medios que van más allá de lo biológico, trascienden la naturaleza: son la cultura. Es esta memoria exterior, producto de la experiencia de los individuos, la que se convierte en soporte de la memoria humana, a la vez que en el medio de transmisión de su cultura: del conjunto de informaciones que le resultan indispensables para poder vivir normalmente. En resumen los objetos son una materialización de lo que los humanos hacen para sobrevivir, no solo en un sentido funcional o pragmático, sino también desde un punto de vista afectivo, simbólico o emotivo. De manera similar, aunque desde otros referentes Abraham Moles al teorizar sobre los objetos da la siguiente definición encontrada en el diccionario Larousse “Etimológicamente [objectum] significa lanzado contra, cosa existente fuera de nosotros mismos, cosa puesta delante de nosotros que tiene un carácter material: todo lo que se ofrece a la vista y afecta los sentidos [Larousse]7” ¿Cuáles son entonces los procesos a través de los cuales se da este proceso de adaptación artificial? ¿Si el humano se adapta a través de objetos, cuáles son los mecanismos que representan desde lo artificial los procesos de modificación que sufren los objetos para que estos permitan la adaptación de la sociedad humana? El diseño como un mecanismo de adaptación artificial El diseño representa en las sociedades humanas un mecanismo artificial de adaptación al entorno, en tanto que este tiende a modificar los elementos necesarios para que el ser humano se acomode a su contexto. Si en el caso de los animales el proceso de adaptación actúa a través de la selección natural, siendo esta la encargada de dar vigencia a las estrategias corporales y de comportamiento más adecuadas para una especie con relación a su entorno, en el caso de los humanos podríamos hablar de un mecanismo de selección cultural, encargado de regular la vigencia de los objetos según la capacidad de cada uno para servir como medio de adaptación para la sociedad o una parte de ella. Así mismo en los cambios que presentan los objetos en su diseño a través del tiempo, se pueden observar rasgos evolutivos, que son a la vez registros de la evolución humana. El diseño actúa –o debería actuar- como un mecanismo homeostático, es decir, como un dispositivo que busca generar un equilibrio (o varios puntos e equilibrio) entre el ser vivo, en este caso el humano, y su medio físico. Si el diseño se concibe como un medio de adaptación del ser humano a su entorno, y como una actividad que satisface las necesidades de los hombres y mujeres pertenecientes a una sociedad se debe tener en cuenta que: así como no existe -desde un punto de vista evolutivo- cosa alguna como un mamífero perfecto, un caldero perfecto, un carro perfecto o un árbol perfecto, sino tan solo diferentes formas y variaciones de ajustarse a un entorno8, el diseño como disciplina varía de una sociedad a otra siendo el mismo contexto en el que actúa el encargado de validar la efectividad de las soluciones formales que produce. De este modo al entrar a definir el papel del diseño en los países denominados –como el caso del nuestro- del tercer mundo (cuyas poblaciones representan dos tercios de toda la humanidad) este debe dejar de ser considerado hasta ahora como parte de la historia general del arte aplicado, concepción que no hace justicia con su compromiso social y recae en el error de seguir entendiendo el diseño industrial como una aplicación estilística en los productos con fines comerciales orientados solamente a ser vendidos, pues la educación y cualifcación del diseñador industrial hoy, debe rebasar la visión del profesional del diseño como un mero “creador de formas (formgiving)” e implica como parte de sus capacidades el “reconocimiento de criterios prácticos y sociales” a la hora de definir un problema de diseño, así como el “desarrollo de soluciones constructivas para el mismo”9 (materialización del producto), en las que se articulen como lo propusiera Bonsiepe10 desde los años 70 materiales y tecnologías locales en la satisfacción de las necesidades de una región, que no es otra cosa que la planteada recientemente por Tomas Maldonado11 al proponer un diseño sostenible y sustentable en el que cada sociedad enfoca sus capacidades en la resolución directa de sus problemas. ¿Si es el diseño un mecanismo de adaptación artificial de la sociedad humana a su entorno, cuál seria su modo de operar? ¿Dicho de otro modo, cuál sería un método general de diseño, y cuáles serían los pasos para lograr ese ajuste entre la sociedad humana y su entorno? 1. PROCESO DE DISEÑO “El motivo por el que las limaduras de hierro puestas en un campo magnético exhiben una pauta –o una forma, según decimos- es que campo en que están no es homogéneo. Si el mundo fuera absolutamente regular y homogéneo no habría fuerzas y no habría formas. Todo sería amorfo. Pero, un mundo irregular trata de compensar sus propias irregularidades ajustándose a ellas y, de este modo, asume una forma” Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Pág. 21 Partiendo de la concepción del diseño expuesta anteriormente en la que se le considera como un mecanismo que le permite a la sociedad humana adaptarse a su entorno plantearemos ahora cual seria el proceso en que este –entendido ya como una actividadactúa. Al revisar una amplia serie de definiciones del diseño se podrá concluir en términos generales que este consiste en “solucionar un problema12”. Acerca de esto Ch. Alexander dice que “todo problema de diseño se inicia con un esfuerzo por lograr un ajuste (fitness) entre dos entidades: la forma en cuestión y su contexto. La forma es la solución para el problema; el contexto define el problema”13 y concluye diciendo que al hablar de diseño, no se habla tan solo de la forma que se ha de diseñar, sino del conjunto compuesto por la forma y por el contexto. En el conjunto biológico constituido por un organismo natural (forma) y su medio físico (contexto) estamos acostumbrados a describir el ajuste entre los dos como una buena adaptación14, y esta se logra en la medida que la morfología (el cuerpo) y la conducta del organismo se amolde a su entorno permitiéndole al individuo de la especie sobrevivir (conseguir alimento, protegerse de los depredadores, reproducirse, etc.) en él. En este caso un desajuste esta representado por la incapacidad del organismo para realizar alguna de las actividades que exige su naturaleza para sobrevivir o reproducirse. Desde el marco conceptual que hemos propuesto para concebir el diseño, estas apreciaciones nos dicen que los problemas que soluciona el diseño son de tipo adaptativo, en tanto que pretenden lograr un ajuste entre el ser humano y su entorno a través de objetos, y tienen por tema de discusión no solamente al objeto o a la forma que servirá como medio de adaptación al entorno, sino además al contexto, y en este caso este reúne al entorno y al ser humano que se valdrá del objeto como medio de adaptación. Como el diseño actúa a través de objetos, los problemas adaptativos para ser convertidos en problemas de diseño deben ser reducidos a un conjunto mínimo de variables en el que el desajuste entre la forma y el contexto se haga evidente a través de exigencias concretas del contexto a la forma, es decir exigencias que presenta una actividad humana, un hábito, respecto al conjunto de objetos (que existentes o no) permiten ejecutarlo. De este modo un problema de diseño en términos abstractos consistiría en una serie de desajustes que presenta una cultura (un hábito o un conjunto de ellos) respecto a la forma en que se materializa (un objeto o un conjunto de ellos), así mismo por una serie de constreñimientos y restricciones que presenta esa misma cultura (unos saberes conceptuales o prácticos) en cuanto a sus procesos de materialización (saberes convertidos en procesos técnicos). De otro lado la solución al problema estaría representada por un objeto capaz de materializar la cultura (de dar forma al hábito) dentro de las restricciones que esta tiene para materializarse (haciendo uso de los saberes y procesos técnicos que tiene a disposición). En el caso de los objetos estos deben ajustarse al contexto desde dos perspectivas, la primera se refiere al contexto de uso del objeto y en esta dimensión se agrupan todas las variables de tipo sociocultural (el mundo de los hábitos) que plantearían exigencias a la forma del objeto; de otro lado está el contexto de producción del objeto, dentro del cual se agrupan las exigencias de tipo tecnológico que debe cumplir el objeto para que su fabricación en el contexto sea posible. Así que los problemas de diseño en este caso estarían enunciados a partir de exigencias desde estas dos perspectivas: la sociocultural y la tecnológica. La eficacia del objeto para ajustarse a su contexto, es decir de la forma como solución a un problema, radica en su capacidad para hacer que el problema desaparezca, y esto solo es posible en la medida que las fuerzas negativas del contexto, es decir los requerimientos o exigencias que este hace a la forma, se neutralicen con fuerzas positivas que regularicen las cargas del conjunto forma-contexto. Según esto el proceso de diseño puede ser desglosado en tres etapas que van desde la definición del problema hasta su solución: 1. La definición de un problema adaptativo como un problema de diseño, a través de su enunciación como un una serie de exigencias (de cargas negativas) del contexto (socioculturales y tecnológicas) a la forma (sea que está exista o no). 2. La conversión de esas exigencias enunciadas (cargas negativas) a formas físicas (cargas positivas) que las neutralicen desde perspectivas socioculturales y tecnológicas. 3. La solución al problema adaptativo por medio de la introducción de la forma al contexto generando un equilibrio entre las dos entidades. A pesar de que exista cierta claridad tanto en las etapas del proceso como en la totalidad del mismo, desde diferentes puntos, de vista distintos autores han hecho evidente una gran serie de confusiones al referirse al proceso de diseño y sus etapas debido a la multiplicidad de términos que existen para nombrarlo tanto en su totalidad como en cada una de sus etapas, y a la vez por la carencia de términos propios de la disciplina15, que por lo general hacen que términos de otras disciplinas sea tomados en préstamo, siendo reinterpretados de múltiples formas sin que se clarifique que sentido se le está dando en particular a cada término. Siendo el objetivo de este texto proponer un método general y abstracto que permita analizar y a la vez poner en práctica un proceso de diseño con fines adaptativos , no se podrá pasar por alto el problema concerniente al lenguaje o a la terminología utilizada para nombrar las generalidades y particularidades del proceso de diseño, por lo que antes de continuar será necesario nombrar cada una de las etapas anteriormente expuestas y a la vez proponer un marco lógico desde el cual se puedan generar e incluso crear nuevos términos para nombrar y describir las acciones, actividades y resultados implícitos en un proceso de diseño. La solución que proponemos a este problema parte de una definición clásica, propuesta por Christopher Alexander sobre lo que se busca como resultado al diseñar. “El objetivo final del diseño –dice Alexander- es la forma”, de lo cual podemos inferir, que si la forma es el objetivo final, cada una de las etapas del proceso de diseño consiste en definir las propiedades de esa forma en diferentes momentos, que comienzan con el estudio del contexto para poder definir el desajuste adaptativo en términos de un problema de diseño, continúan con la traducción de ese enunciado a formas físicas que neutralicen cada uno de los elementos en desajuste y concluirán con la introducción de la forma en el contexto del cual se parte convertida ahora en un producto que soluciona el problema haciéndolo desaparecer. Es un proceso –que como vemos parte del contexto y vuelve a él, dando forma a un proceso cíclico y dinámico. ¿Cómo nombrar entonces cada una de las etapas del proceso? En el primer momento del proceso de diseño la forma no existe como tal, y siendo esta solo un enunciado verbal diremos que en este momento está representada por información que está constituida por datos acerca de las exigencias socioculturales y tecnológicas que hace el contexto a la forma. Las propiedades que se determinan en esta etapa son precisamente las referentes a cargas negativas del contexto, es decir, al problema que se ha de resolver. Esta primera etapa la llamaremos de IN-FORMA-CIÓN, pues en este la forma aparece como un conjunto de datos o de información que entran al proceso de diseño como resultado de la lectura e interpretación de las dinámicas del contexto, y que ha servido para definir un problema como de diseño. En el segundo momento del proceso de diseño la forma se hace tangible, al proponer para cada una de las cargas negativas que componen las exigencias socioculturales y tecnológicas del contexto formas concretas que al representar cargas positivas para cada una de las exigencias neutralizan el problema y a la vez determinan las propiedades de la forma desde dimensiones funcionales y comunicativas que responden a las exigencias socioculturales, y desde una dimensión morfológica que da solución a las exigencias tecnológicas referentes a la producción del objeto. Esta segunda etapa la llamaremos FORMA-LIZACIÓN, y consiste en la traducción del enunciado verbal a una propuesta formal, que representa a través un objeto la solución que se propone al problema que se ha enunciado. En el último momento del proceso de diseño el objeto resultado del proceso de formalización es introducido al contexto, bien sea como producto o como servicio, pero pasando por un proceso de materialización que genera y agrega al objeto propuesto toda una serie de valores agregados que le dan sentido (bien sea comercial, institucional o cultural en general), permitiendo a las personas reconocer en está forma final una solución al problema del que se partió, el cual la sociedad podía haber ya reconocido, o también desconocerlo hasta el momento. Esta última etapa la llamaremos CON-FORMACIÓN, puesto que es el momento en el que la forma entra al contexto y adquiere sentido práctico al ser implementada por sus usuarios finales. A través de estas tres etapas: información, formalización y conformación, se genera en un sentido abstracto una solución (de diseño) a un problema (de tipo adaptativo), que han sido los elementos que desde un principio hemos tomado como referentes para una definición general del diseño; cada una de estas etapas responde a su vez a diferentes estados de la forma (objetivo final del diseño), y las características y dimensiones que va adquiriendo a su paso por cada uno de los momentos del proceso. El esquema que se propone para modelar el proceso de diseño es cíclico y funciona a manera de sistema, toma información del contexto para definir un problema, formaliza a partir de esa información una solución y por último la materializa e introduce al contexto del que se parte. A partir de este esquema entraremos a analizar los procesos que suceden al interior de cada etapa para poder establecer un procedimiento general en cada uno de ellos, llegando al final a proponer un procedimiento detallado para la totalidad del proceso. 1.1 INFORMACIÓN La primera etapa del proceso de diseño es la que hemos denominado con el nombre de información, puesto que tal y como hemos establecido en el capitulo precedente, es el momento en el que la forma –como objetivo final del diseño- esta representada por un conjunto de datos articulados en el enunciado de un problema de diseño. Por lo que esta etapa comienza con el estudio sistemático del contexto y concluye con el enunciado verbal de un proyecto de diseño, del cual se pasa a la etapa de formalización. Un contexto es la delimitación conceptual de un conjunto de elementos que se encuentran en un entorno, en el que por lo general los componentes se encuentran interrelacionados sistémicamente y en un equilibrio más o menos estable, de hecho en lo que consiste esta primera etapa es en ubicar los desajustes o desadaptaciones que pueden llegar a existir en este conjunto. Al igual que un ecosistema está compuesto por elementos físicos (biotopo) y organismos en constante interacción (biocenosis) y coadaptación entre sí; un contexto se compone de elementos físicos referentes al hábitat, es decir al soporte físico o un escenario, así como por organismos, que serian en este caso los habitantes de ese contexto quienes interactúan entre sí y con el hábitat a través de sus hábitos. Podemos enumerar los componentes de un contexto como el hábitat (que podría representar metafóricamente al biotopo), los habitantes y sus hábitos (que representarían la biocenosis), pero lo que se entraría a estudiar en este caso particular de la etapa de información no es cada uno de estos elementos por separado sino las interrelaciones e interacciones que existen entre ellos. Por lo general cuando se estudio un contexto este se analiza desde lo general hasta lo particular para poder encontrar en este proceso como los elementos macro de una sociedad, afectan los componentes microsociales de cada situación social. La etapa de información comienza por la delimitación de un contexto, es decir, por la selección de un conjunto de interacciones entre un hábitat y sus habitantes a través de sus hábitos, como esta interacción debe permanecer en un equilibrio en el que los elementos se coadapten entre sí, la etapa de información consiste precisamente en ubicar desajustes o desadaptaciones entre las interacciones que llevan a cabo los elementos del conjunto. Este proceso de análisis sistemático del contexto es conocido con el nombre de lectura e interpretación del contexto y tiene por objetivo encontrar primero desajustes en el contexto y posteriormente en interpretar estos desajustes y traducirlos en términos de un problema de diseño que dará pie al enunciado de un proyecto. En el proceso de lectura e interpretación del contexto se implementan métodos de investigación cualitativa y cuantitativa que permiten estudiar el contexto desde aspectos socioculturales y tecnológicos. Este proceso no se realiza solamente con el fin de ubicar carencias o demandas sino también con el fin de encontrar oportunidades o potenciales del contexto. De ahí que el concepto de desajuste debe ser entendido en un sentido expandido, que no limite el proceso de lectura e interpretación del contexto a la recolección y análisis de datos referentes solo a necesidades del contexto. Si bien es cierto que las necesidades son las que representan con más exactitud los problemas adaptativos de un contexto, el concepto de desajuste se puede entender también como un potencial que el contexto tiene a disposición y no está siendo aprovechado y a través del cual se podrían o bien solucionar problemas o ser explotados con el objetivo de generar beneficios para el contexto. De estas apreciaciones concluimos que un problema de diseño no se refiere solo a una demanda, también puede referirse a un potencial o establecer en el mejor de los casos una relación entre ambos (demanda-potencial) que permita generar un equilibrio en el contexto a través de la articulación de ambos. Los conceptos que hemos empleado para referirnos a las necesidades como demandas y a las oportunidades como potenciales, encuentran gran relación con los términos deseable y posible en el sentido que los propone Ezio Manzini en “Artefactos” para referirse a través de ellos por una parte a las exigencias socioculturales y de otra a las capacidades tecnológicas del contexto. Podríamos decir que Manzini ha mostrado que la importancia de esta etapa, está en la capacidad que tenga el diseñador para articular en sus enunciados los deseos de la sociedad observada con sus posibilidades tecnológicas16, elementos que entrarían a constituir el enunciado del proyecto de diseño. Un problema de diseño según esto es un enunciado que a partir de la observación de las dinámicas del contexto define sus demandas (lo deseable por la sociedad) y a su vez los potenciales (lo posible tecnológicamente) con que cuenta para su solución. Lo deseable reúne las expectativas y necesidades utilitarias y afectivas de la sociedad o de una parte de ella, mientras que lo posible se expresa en términos de capacidades tecnológicas y simbólicas, reuniendo el conjunto de saberes técnicos y conceptuales con que cuenta un grupo social. De esta manera al articular demanda y potencial (deseo y posibilidad) en la enunciación de lo que será el proyecto, se esta garantizando un equilibrio en el contexto, al implementar en su desarrollo lo que tiene a su disposición, algo que no dista mucho de lo que Manzini denomina “ecología de lo artificial” o Tomás Maldonado “sustentabilidad social”17, conceptos que se refieren ambos al equilibrio que deben generar las soluciones propuestas a través de proyectos de diseño. La etapa de información se puede graficar a través de un proceso que parte del contexto para ubicar en sus dinámicas demandas (deseos sociales) y potenciales (posibilidades tecnológicas) que den pie al enunciado de un proyecto de diseño. En este sentido un enunciado de un proyecto de diseño o un problema de diseño, está compuesto por una serie de requerimientos que especifican lo que el contexto necesita desde una perspectiva social y con lo que el contexto cuenta desde puntos de vista tecnológicos, como se menciono anteriormente, el éxito de esta primera etapa consiste en la capacidad que tenga el diseñador para articular en su enunciado y en las especificaciones que de sobre este ambos elementos: las demandas y los potenciales. Posterior a la etapa de información está el momento de la formalización en la que se creará una solución a un problema o visto desde otro punto de vista, es el momento en el que las especificaciones verbales dadas en el enunciado del proyecto, sobre las cuales nos referimos anteriormente como cargas negativas, serán traducidas a formas que si son entendidas como cargas positivas neutralizarán las primeras (las ubicadas en la etapa de información) garantizando con esto que la solución propuesta o formalizada genere un equilibrio sistémico y adaptativo al ingresar al contexto. 1.2 FORMALIZACIÓN La segunda etapa del proceso de diseño es la de formalización, momento en el cual los datos (demandas, potenciales, cargas negativas) obtenidos en la primer etapa del proceso, es decir en el proceso de información, tomaran forma y se harán tangibles a través de una serie de formas, que responde cada una a un dato, y cuyo objetivo es compensar el desajuste que cada uno presenta respecto al contexto, resolviendo cada parte del problema planteado desde perspectivas socioculturales y tecnológicas. Desde un punto de vista adaptativo lo que se busca en esta etapa es generar formas que mejor adaptadas al contexto, permitiendo así que los elementos que los componen (físicos, organismos, interacciones) estén en equilibrio. En resumen la etapa de formalización consiste en un proceso de creación de formas en las que se materializan las demandas socioculturales y los potenciales tecnológicos (lo deseable y lo posible en términos de Manzini), los cuales dejan de ser aspectos del contexto (el hábitat, los habitantes, los hábitos) y se convierten en dimensiones de la forma, es decir en los rasgos de un objeto. En la etapa de formalización, que bien puede ser entendida como proceso de creación de soluciones, las exigencias del contexto, expresadas en demandas socioculturales y potenciales tecnológicos son desglosadas en tres tipos más particulares de enunciados o especificaciones que son las que convertirán las exigencias del contexto en formas físicas y en rasgos constitutivos del objeto. En este sentido la formalización como proceso de creación puede relacionarse con lo que el ICSID en su definición del diseño define como la “determinación de las multifacéticas cualidades del objeto”18, o con lo que Maldonado19 define como sus propiedades, es decir la configuración de cada uno de sus rasgos intrínsecos y extrínsecos. Desde nuestra perspectiva en esta etapa el enunciado es traducido a una serie de especificaciones formales, instrucciones que definen principalmente tres aspectos del objeto: cómo prestará su función, qué comunicará a las personas, y cómo será producido, y de estos aspectos se derivan lo que llamaremos dimensiones del objeto. Leroi-Gourhan definió como tres los valores que intervenían en la forma de un objeto: la función mecánica ideal, el estilo que el grupo humano o la etnia confiere al objeto, y la tecnológica demostrada en la solución material a esa función ideal20. Paralelamente para nosotros estas dimensiones son la funcional/operativa, la estética/comunicativa y la morfo/productiva, cada una reúne diferentes propiedades formales que representan desde distintos puntos de vista la solución al problema. Las soluciones a las demandas socioculturales del contexto están abarcadas por las dimensiones funcional/operativa y estético/comunicativa; de otro lado los potenciales (así como también los constreñimientos) tecnológicos del contexto son solucionados o implementados a través de la dimensión morfo/productiva. Veamos ahora cuales son en particular cada una de las propiedades o de los rasgos que definen cada una de las tres dimensiones del objeto que es creado en esta etapa del proceso. FUNCIONAL - OPERATIVO En este componente la dimensión Funcional es una propiedad Interna al objeto, y sirve para definir y reconocer la relación de acciones desarrolladas por las formas y los materiales del objeto para generar una salida o efecto en el mundo físico al ser operado por un usuario, es decir para prestar un a función, que es la suma de muchas otras subfunciones. En resumen lo funcional se refiere a "Para lo qué sirve el objeto". Desde esta dimensión se garantiza el correcto funcionamiento del objeto y su desempeño como útil. El concepto de Operativo se puede entender como el conjunto de acciones físicas y cognitivas que deben ser implementados por un usuario en la utilización de un objeto para que funcione. El concepto de operación en este caso no se limita solo a aspectos físicos como la manipulación y la postura, sino que integra también aspectos cognitivos referentes a la comprensión del objeto. Si la dimensión funcional nos informa sobre la función del objeto, la operativa nos permite comprender "Cómo es puesto a funcionar" por los usuarios. Esta perspectiva permite configurar la buena relación física y cognitiva de los usuarios con el objeto. El componente FUNCIONAL - OPERATIVO nos presenta "el objeto como útil" y desde esta perspectiva se define el "valor de uso" del objeto. El componente funcional operativo brinda las bases prácticas, teóricas y metodológicas para determinar la utilidad de un objeto y el conjunto de operaciones físicas y cognitivas necesarias por parte del usuario para que ejecute su función. Se fundamenta en la relación de acciones desarrolladas por las formas y los materiales de los objetos para responder a unos requerimientos de un operador, con la finalidad de modificar el mundo físico y para producir una salida o efecto en lo operado. Desde este punto de vista para generar un ajuste óptimo con el entorno la relación función–operación debe tener en cuenta los siguientes parámetros: 1. Flexible, siendo útil a un gran número de personas al acomodarse a las preferencias y capacidades físicas de cada individuo. 2. Intuitivo, prestando su función de manera simple sin necesidad de experiencias o conocimientos previos respecto a su operación. 3. Comprensible, al presentar información referente a su funcionamiento y su estado de forma efectiva, sin importar las capacidades sensoriales del usuario o las condiciones físicas del entorno. 4. Fácil, al no implicar grandes esfuerzos físicos ni cognitivos para ser operado, brindando además seguridad al usuario al elimiar posibles riesgos debidos a una operación equivocada. 5. Accesible, al acomodarse a las posturas del usuario, a las dimensiones del entorno de uso y almacenamiento. ESTÉTICO - COMUNICATIVO En este caso el término Estético se refiere a una dimensión Externa al objeto, que agrupa el conjunto de sensaciones y emociones que produce su forma en la sensibilidad de las personas al ser percibido e interpretado. Desde este punto de vista se hace referencia al "objeto como significado" o como mensaje. Esta dimensión permite comprender como será la comprensión emotiva y cognitiva del objeto por un grupo de usuarios. La dimensión Comunicativa es Interna al objeto, y agrupa en su comprensión y análisis a la información cultural que se materializa en el objeto, y que lo convierte en una representación material de los rasgos de un grupo social. Desde este punto de vista el objeto debe ser entendido como "significante", es decir como una señal portadora de mensajes y significados. Desde este aspecto se configura el objeto como representación material de la cultura. A través del componente ESTÉTICO - COMUNICATIVO el objeto se concibe como un signo, y desde allí permite su valoración estética. El componente estético comunicativo brinda las bases prácticas, teóricas y metodológicas para determinar los significados que contiene un objeto como materialización cultural. Se fundamenta en la capacidad del objeto como significante para materializar conceptos e información cultural, cuyos significados son interpretados por las personas al percibirlos con sus sentidos. MORFO - PRODUCTIVO La dimensión Morfológica es un rasgo Interno al objeto, y se refiere al conjunto de características físicas referentes a la estructuralidad y apariencia del objeto terminado (material, tamaño, color). La dimensión Morfológica determina "la forma del objeto", entendido como una entidad física. Esta dimensión determina la armonía de la forma por medio de la integración de sus partes. El término Productivo está compuesto por aspectos Externos al objeto, dentro de los cuales se agrupan los procesos productivos necesarios para trans-formar una serie de materias primas en la forma del objeto. Encontramos desde esta perspectiva los aspectos concernientes a la fabricación del objeto. Esta dimensión permite la optimización de recursos físicos, energéticos y de información necesarios para la producción del objeto. Desde el componente MORFO - PRODUCTIVO podemos entender el objeto como estructura, y desde allí establecer su valor de cambio. El componente morfo productivo se fundamente en el conjunto de procesos técnicos necesarios para producir el objeto, ajustando las materias primas que lo componen a su forma. Brinda las bases prácticas y teóricas para determinar la dimensión material, tecnológica y productiva de un producto o servicio en todo su ciclo de vida. Desde este punto de vista para generar un ajuste óptimo con el entorno la relación tecnología–producción debe tener en cuenta los siguientes parámetros: 1. Sustentable, al implementar en su fabricación materiales, energías y procesos que representan alternativas ecológicas para el desarrollo del contexto y a su vez para la conservación de su ambiente. 2. Perdurable, al estar construido con componentes estandarizados que facilitan su reparación o reposición en caso de deterioro o mal funcionamiento, alargando con esto el ciclo de vida del objeto. 3. Eficiente, requiriendo poca cantidad de material y de energía tanto en los aspectos concernientes a su producción como a su consumo. 4. Seguro, al no contener elementos o materiales que representen por su composición un riesgo para las personas involucradas en su fabricación y su uso. 5. Justo, garantizando condiciones justas para el personal involucrado en su producción, así como equidad social en el momento y en el lugar en que es comercializado. El objeto o la propuesta formal que se obtiene al final de esta etapa no es simplemente un objeto que es producido, que funciona y comunica, sino que la manera en que es producido, la función que presta y los conceptos que comunica han de estar en correlación directa a su contexto para poder convertirse en parte de este, generando ese ajuste entre la forma y el contexto del que habló Alexander. En otros términos lo que se define a través de cada una de las dimensiones de la forma (función, comunicación, producción) son las maneras en que estas integradas en un objeto entran en relación con dimensiones del ser humano y su sociedad. Esta etapa culmina con la creación de una propuesta formal al problema enunciado que es representada a través de un objeto. Queda por ahora llevar la solución al contexto e implementarla para resolver el problema y generar un equilibrio entre sus elementos. Para esto se deben implementar diferentes acciones que conllevan todas juntas a este fin. 1.3 CONFORMACIÓN La tercera y última etapa del proceso de diseño es la de conformación, y consiste básicamente en convertir el objeto –que ha resultado de la etapa de formalización- en un producto a través de ciertas estrategias logísticas y comerciales. Es este el momento en el que la solución formal es introducida al contexto e implementada en la resolución del problema del cual se ha partido, por lo que se espera al final de esta etapa es generar o reestablecer el equilibrio del contexto respecto a sus demandas y a sus potenciales. En resumen podría decirse que en esta etapa se realiza un proceso de materialización en el que las ideas formales que han sido propuestas a lo largo de las etapas precedentes del proceso se concretan en un producto tangible que representa desde diferentes perspectivas (funcionales/operativas, estético/comunicativas, morfo/productivas) la solución a un problema del contexto. La etapa de conformación involucra varios procesos que tienen como objetivo final la solución del problema enunciado por medio de un producto (por lo general) comercial, que hace que el problema desaparezca. La eficacia del ajuste de la forma materializada con su contexto, es decir de la solución en relación al problema, implica la difusión o adopción del producto por parte de los agentes económicos y sociales, proceso que abarca: la incorporación al interior de la organización de los beneficios del nuevo producto o proceso, el ajuste de la forma resultante a las posibilidades o recursos tangibles (maquinaria, instalación, capital) e intangibles (habilidades, creencias, valores, contexto organizacional, normativas) del sector industrial que la produce, las estrategias implementadas para la introducción en el mercado del nuevo producto, sin olvidar la manera como la sociedad toma control sobre el producto para hacerlo propio y parte de su cultura material, al representar de algún modo sus hábitos o sus formas de vida. El proceso de conformación involucra principalmente tres momentos: la fabricación (referida a la producción del objeto); la distribución (empaque, embalaje y transporte); y la comercialización (puesta en punto de venta y estrategia promocional). Fabricación: en la fabricación del objeto se llevan a cabo las estrategias productivas propuestas en el momento de formalización a través del componente morfo/productivo. En la producción del objeto el diseño tiene el compromiso de convertirse en un dinamizador del desarrollo económico y social de un contexto regional o nacional, promoviendo encadenamientos productivos entre grandes, pequeñas y medianas empresas, generando con esto la integración de diferentes sectores productivos a nivel local, regional y nacional, y esto es posible a través del reconocimiento de los potenciales del contexto desde la etapa de información, desde su proyección en la etapa de formalización y de su implementación ahora en la materialización del producto. Estas estrategias productivas deben entonces implementar la capacidad tecnológica instalada por el contexto, haciendo uso de las tecnologías que se tienen a disposición (blandas y de punta) y desarrollando también unas nuevas por medio de la innovación tecnológica. En la fabricación se busca principalmente la optimización de recursos, la sostenibilidad ambiental de los procesos de producción involucrados y la sustentabilidad social del producto, es decir, la equidad social que este genere tanto para las personas que lo producen así como para quienes lo consumen. Distribución: este proceso abarca todo lo relacionado con la introducción del producto al contexto, teniendo que ver principalmente con el empaquetamiento y con el transporte del producto desde el lugar de fabricación hasta el punto de venta donde será comercializado. En lo referente al embalaje y al transporte de los productos terminados para su posterior comercialización, se desarrollan estrategias logísticas y comerciales. Las primeras enfocadas a optimizar el proceso: protegiendo el producto empacado, reduciendo riesgos y costos, tanto en el material como en el transporte, minimizando también el impacto ambiental que este proceso pueda implicar. Por su parte las estrategias comerciales tienen por objetivo generar un valor agregado en el producto por medio de su presentación, y también por medio de empaquetamientos que cumplen funciones complementarias de dosificación, transporte o almacenamiento, las cuales dependen por lo general de un proceso de diseño paralelo, en el cual se desarrollan los conceptos de marca asociados al producto, y dentro de los cuales pueden incluirse también el del diseño de su imagen comercial, su empaque y su punto de venta. Comercialización: finalmente en la comercialización el producto es presentado al contexto, los productos comerciales están representados por lo general por objetos que reflejan desde sus tres dimensiones un conjunto de rasgos que su fabricante proyecta a través del concepto de marca, el cual no consiste simplemente en un nombre y una representación gráfica estilizada, sino que implica además el desarrollo de una serie de aplicaciones de estos elementos por medio de recursos bi y tridimensionales que acompañan tanto al producto en su presentación física como en su punto de venta. Con la comercialización concluye la etapa de conformación y a la vez el proceso de diseño, y desde el momento de la compra o de la adquisición del producto por parte de los habitantes del contexto, comienza la fase de consumo. Fase que no está exenta del proceso de diseño, pues es a través del estudio de las dinámicas del consumo que se puede verificar la eficacia del producto para solucionar el problema del cual se partió, permitiendo la adaptación de la sociedad humana a las condiciones de su entorno, y además ubicar nuevos desajustes, nuevas demandas y nuevos potenciales que darán pie a nuevos proyectos de diseño. La etapa de conformación determina el fin del proyecto de diseño, siendo el momento en el que los deseos y posibilidades de un contexto toman forma y se materializan en un producto que representa una solución material a diferentes tipos de expectativas, generando con esto una ecología en los sistemas socioculturales donde actúa. Finalmente podemos graficar la totalidad del proceso de diseño a través de un esquema donde hay claramente definidos tres momentos: uno en el que se define un problema de diseño a partir de las demandas y los potenciales de un contexto, entendiendo por problema en este caso no solo una carencia, sino también una oportunidad; un momento posterior en el que desarrolla un objeto desde las demandas y pospotenciales del contexto, teniendo en cuenta tres aspectos: el de su función y su operación, el de su estética y su comunicación, y el de su forma y su producción, que al ser integrados en una forma tangible representan una propuesta formal al problema (u oportunidad) del que se ha partido; y un último momento en el que a través de diferentes subprocesos y estrategias logísticas y comerciales el objeto es convertido en producto y de este modo llevado al contexto donde hará que el problema desaparezca. 1 ADOLFO NAVARRO / HESIQUIO BENÍTEZ. El dominio del aire. http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/dominio.htm 2 El dominio del aire. La especialización alimenticia. http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm 3 El dominio del aire. La especialización alimenticia. http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm 4 El dominio del aire. La especialización alimenticia. http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/138/htm/sec_10.htm 5 Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 93 6 Bernard Stiegler. Leroi-Gourhan. La inorgánico organizado. En: Les cahiers de médiologie. N°6. Traducción de Jairo Montoya Gómez (Universidad Nacional de Colombia) 7 Abraham Moles. Teoría de los objetos. Pág. 29 8 John Z. Langrish. Darwinian Design: the memetic evolution of ideas. Design Issues. Vol 20. N° 4. 2004 9 Seeger H. Industries-Designs Expert-Verlag (Grafenau 1983) Citado por: Jonas Wolfgang. Design as a problem solving? Or: here is the solution – what was the problem. Design Studies. Vol 14. N° 2. 1993 10 Gui Bonsiepe. Precariousness and ambiguity: industrial design in dependent countries, en Design for Need (Oxford. 1977) Citado por: Sulfikar Amir. Rethinking Design Policy in the Third World. Design Issues. Vol 20. N° 4. 2004 11 Tomas Maldonado. Proyectar hoy. En: 2 textos recientes: proyectar hoy, diseño: globalización, autonomía / Tomas Maldonado y Gui Bonsiepe. -1° ed. – La Plata. Argentina. 2004 12 Al respecto: J. CH. Jones. Métodos de diseño. Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona. 1976.Pag 3; Danielle Quarante. Diseño Industrial 1. Ediciones CEAC S.A. Barcelona, España. Pags 25 – 35. Tomas Maldonado. El diseño industrial reconsiderado.Ediciones G. Gili. S.A de C.V México. 1993. Pág.9 - 12; ICSID (Internacional Conuncil of Industrial Design). www.icsid.org. O en un ámbito más local: Alberto Rodríguez. Artefactos. Diseño Conceptual. Fondo Editorial Universidad EAFIT. Medellín 2003. Pág. 8. 13 Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Ediciones Infinito. Buenos Aires. 1986. Pág. 21 14 Christopher Alexander. Ensayo sobre la síntesis de la forma. Pag 22 15 Terence Love. Philosophy of design: a meta-theoretical structure for design theory. Design Studies. Vol21 N° 3 May. 2000. 16 Ezio Manzini. Artefactos. Experimenta Ediciones. Madrid. España 1992. Pág. 93. 17 Tomas Maldonado. Proyectar hoy. En: 2 textos recientes: proyectar hoy, diseño: globalización, autonomía / Tomas Maldonado y Gui Bonsiepe. -1° ed. – La Plata. Argentina. 2004 18 ICSID (Internacional Conuncil of Industrial Design). www.icsid.org. 19 “… proyectar la forma significa coordinar, integrar y articular todos aquellos factores que, de una manera o de otra, participan en el proceso constitutivo de la forma del producto. Y con ello se alude precisamente tanto a los factores relativos al uso, fruición y consumo individual o social del producto (factores funcionales, simbólicos o culturales), como a los que se refieren a su producción (factores técnico-económicos, técnico-constructivos, técnico-sistémicos, técnico-productivos y técnico-distributivos). El diseño industrial reconsiderado. Tomas Maldonado. El diseño industrial reconsiderado. Ediciones G. Gili. S.A de C.V México. 1993. Pág.9 - 12 20 Andre Leroi-Gourhan. El gesto y la palabra. Pág. 300