[Introducción] [Las virtudes son algo voluntario y práctico, que hace

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ARISTÓTELES. Texto 1: Ética a Nicómaco, Libro II (capítulos 4, 5, 6)
[Introducción]
[La Ética a Nicómaco fue el primer gran tratado de ética de la antigüedad occidental, que
influyó y sigue influyendo en nuestra cultura. Se compone de diez libros, divididos en capítulos,
que versan sobre el bien y las virtudes que nos conducen a él. Aristóteles identificó el bien
pleno con la felicidad y consideró que la ética no debía ocuparse sólo de la teoría sobre el bien y
las virtudes sino, sobre todo, debía tratar de hacernos buenos, cuestión práctica mucho más
concreta. Alguien puede ser muy sabio acerca del bien y, sin embargo, tomar decisiones
equivocadas y convertirse en mala persona.
En los tres capítulos del libro segundo, el autor reflexiona sobre la naturaleza de la virtud,
concluyendo que la virtud moral es un término medio marcado por la razón y por lo que
decidiría un hombre prudente.]
Capítulo 4
[Las virtudes son algo voluntario y práctico, que hace bueno al que las ejerce (lín. 15-40)]
[(lín. 16-40) Las acciones virtuosas son voluntarias y requieren tres condiciones: conocimiento
del fin (deliberación del intelecto), elección (decisión) de los medios adecuados al fin, y firmeza
en el obrar. En el caso de las artes, como la gramática o la música, basta con que haya
conocimiento, pero no se precisan las otras dos condiciones, que son las que afectan a la
voluntad. Con estas afirmaciones, Aristóteles se aparta del intelectualismo de la ética socrática,
ya que el hombre debe elegir los medios adecuados para obtener el bien y ello significa que ha
de decidirse -con la firmeza suficiente- a practicar el verdadero bien y no subordinar bienes
inferiores (medios) a otros que son superiores (auténticos fines). En consecuencia, para el
Estagirita, el ser humano es responsable de su propio carácter (de hacerse o no buena persona),
porque él mismo lo forma por medio de los hábitos que adquiere (sean éstos virtudes, tales
como la justicia o la templanza, o vicios). Para Sócrates y Platón, la virtud era un saber acerca
del bien y con ello bastaba para actuar adecuadamente; sin embargo, para Aristóteles, no basta
con conocer el bien para practicarlo, sino que hay que querer hacerlo.]
Capítulo 5
[La virtud no es una pasión ni una facultad: es un hábito (lín. 44-73)]
[(lín. 46-54) Aristóteles analiza la naturaleza de tres realidades que afectan al alma humana
(pasiones, facultades y hábitos) para indagar a cuál de estas tres corresponde la virtud. Las
pasiones son sinónimo de apetitos o tendencias sensibles, que son reacciones al placer y al
dolor; son algo que “padecemos” y nos afecta (de ahí el vocablo “pasión” y “afecto”) de un
modo no racional y más o menos pasajero; así, cuando una persona siente miedo o ira, no lo
hace voluntariamente, sino que no puede dejar de sentir de esa manera durante un intervalo de
tiempo. Las facultades son principios de la acción y la pasión, que pertenecen al alma; en este
pasaje, el autor hace referencia a las facultades apetitivas o “pasionales”. Los hábitos son
cualidades o disposiciones estables, que perfeccionan alguna facultad del alma humana y
facilitan nuestro obrar en relación con las acciones y las pasiones; en el texto sólo se resalta esto
último, pero cuando se lee “aquello en virtud de lo cual”, se sobreentiende que son
disposiciones estables; tampoco se explicita en el texto, pero puede añadirse que los hábitos son
algo adquirido por repetición de actos, pues no nacemos con ellos.]
[(lín. 58-65) Las virtudes no son pasiones, porque las pasiones no son voluntarias, mientras que
las virtudes han de serlo, como ya se recogió en el capítulo anterior. Al mismo tiempo, mientras
que las pasiones nos hacen reaccionar y actuar (“nos mueven”), las virtudes no son actos
concretos sino disposiciones (hábitos) que perfeccionan al sujeto en el que se asientan.]
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[(lín. 69-73) Al igual que las pasiones las virtudes no son facultades, porque las éstas no son
voluntarias, ya que se nace con ellas (“por naturaleza”). Sin embargo, las virtudes son
voluntarias y no vienen por nacimiento, sino que se adquieren, como los hábitos, por repetición
de actos virtuosos. Por consiguiente, “sólo queda que sean hábitos”.]
Capítulo 6
[Definición de la virtud (lín. 78-90)]
[(lín. 80-90) Una vez que se ha concluido que la virtud es un hábito, se ha de señalar a qué tipo
de hábito nos referimos. Aristóteles especifica entonces que la virtud es un hábito que
perfecciona al hombre, le ayuda a actuar bien y le hace bueno. A continuación, definirá la virtud
como término medio entre dos extremos viciosos, pero hay que tener en cuenta que dicha
definición sólo se aplica a las virtudes éticas y no a las intelectuales.]
[La virtud ética es el término medio (lín. 92-150)]
[(lín. 94-123) El término medio entre dos extremos puede entenderse de dos maneras. Una, con
respecto a “la cosa”, que refiere a un término medio matemático, exactamente igual para todos,
como, por ejemplo, el seis es el término medio entre el diez y el dos. Otro modo de entenderlo
es “relativamente a nosotros”, donde el término medio depende del individuo al que afecta; así,
para unos (un niño, por ejemplo) puede ser mucho levantar un peso de 5 kg y mientras que para
otros (pongamos el caso de un atleta) es poco.
A continuación, Aristóteles señala que el término medio atañe a las virtudes éticas, que se
ocupan de la acción y la pasión (las virtudes intelectuales sólo se ocupan del conocimiento y no
de la praxis); en las acciones y pasiones siempre cabe el exceso, el defecto y el término medio y
excelente.]
[(lín. 127-133) En este breve párrafo, el Estagirita define con bastante precisión la virtud ética
como hábito que es término medio relativo al hombre (no matemático) que ha de ser estimado
por la razón empleando el criterio de alguien que se conduce con prudencia, es decir, que sabe
juzgar convenientemente acerca de los fines y de los medios. A continuación, se añade que la
virtud ética es extremo en el sentido de que respecto del bien es justamente lo más excelso y
nunca mediocridad, algo así como la cumbre entre dos valles es medio entre dos extremos, pero
medio que es, a la vez, sobresaliente.]
[(lín. 137-150) Concluye Aristóteles que existen acciones y pasiones que siempre son malas
(viciosas), pues los vicios son perjudiciales en sí mismos y no hay en ellos ni exceso ni defecto
ni término medio. Puede afirmarse que los vicios ya son extremos, por lo que no tiene sentido
plantearse que exista un término medio del extremo ni un extremo del extremo.]
ARISTÓTELES. Texto 2: Ética a Nicómaco, Libro X (capítulos 6, 7 y 8)
[Los tres capítulos del libro décimo de la Ética a Nicómaco, que se reproducen a continuación,
tratan de esclarecer el contenido de la felicidad o bien supremo, que, para Aristóteles, consiste
en la actividad intelectual o “contemplación”. Por eso, añade que la sabiduría es la virtud más
alta y que los sabios son quienes gozan de mayor felicidad.]
Capítulo 6
[La felicidad es fin último y consiste en actuar de acuerdo con la virtud (lín. 161-208)]
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[(lín. 163-197) Aristóteles sostiene que la felicidad no reside en el hábito o disposición estable a
actuar, sino que es actividad, y es una actividad deseable por sí misma, porque es un fin en sí
mismo y no medio para otra cosa (fin último). Las acciones virtuosas son actividades de este
tipo porque son queridas por sí mismas. Sin embargo, no ocurre lo mismo con las actividades
lúdicas o diversiones, porque no son fines en sí mismas sino medios; cuando buscamos la
diversión, lo hacemos para descansar, y el descanso no es fin sino medio para trabajar o actuar
posteriormente.]
[(lín. 201-208) El tipo de actividad que nos hace felices es la virtuosa y, dentro de las acciones
virtuosas, las que nos hacen más felices serán las que se refieren más propiamente al hombre
(“la mejor parte del hombre y del mejor hombre”), haciendo referencia implícita al cultivo de la
actividad intelectual, como se va a señalar a continuación.]
Capítulo 7
[Felicidad es actividad contemplativa y ejercicio de la virtud de la sabiduría (lín. 210-275)]
[(lín. 214-219) La felicidad es contemplación, es decir, conocimiento de las cosas superiores y
divinas. Es la actividad de la facultad más alta del hombre, la inteligencia (“el entendimiento”),
conforme a las virtudes intelectuales, siendo la más elevada de ellas la sabiduría (“la virtud que
le es propia”). El hombre más dichoso será, por tanto, el que mejor cultive la sabiduría.]
[(lín. 225-257) Aristóteles, ahora, enumera una serie de rasgos que acompañan a la actividad
intelectual, que es la que, según él, nos hace felices: es algo excelente y superior, como lo es
nuestro intelecto; es algo que se puede ejercitar continuamente, pues no paramos de conocer
(“contemplar”); es lo más agradable, pues el saber va acompañado de mayor gozo que la
ignorancia; además, el sabio se basta a sí mismo (“suficiencia o autarquía”) porque la
contemplación se puede practicar sin acompañamiento de nadie; finalmente, la actividad
intelectual “se ama por sí misma”, lo que significa que posee un valor propio o, en otras
palabras, que es un fin en sí misma y no nos reporta más beneficio que ella misma.]
[(lín. 261-275) El intelecto (“la mente”) es algo que asemeja el hombre a los dioses, por ello, la
vida intelectual es una vida semejante a la de los dioses y proporciona la felicidad plena. Se
añade que la naturaleza humana es de orden intelectual, de modo que vivir de acuerdo con el
intelecto es lo que corresponde al hombre por naturaleza y, por tanto, lo que le hace feliz.]
Capítulo 8
[Relación de la felicidad contemplativa con las virtudes éticas y las necesidades materiales (lín.
278-371)]
[(lín. 284-312) La vida feliz será (“lo será”), después de la vida intelectual (“después de ella”),
una vida acorde con las virtudes éticas (“las demás virtudes”). A continuación, se mencionan
específicamente algunas de ellas: la justicia, la fortaleza y la prudencia. Entre ellas, se destaca el
papel de la prudencia en cuanto resulta clave para determinar la virtud moral (recuérdese que el
justo medio de la virtud ética es relativo al hombre y es determinado por la prudencia). Las
virtudes éticas son algo propio del hombre (“del compuesto”), de tal modo que también
proporcionan felicidad. Sin embargo, la virtud intelectual es superior y aporta mayor felicidad,
porque pertenece exclusivamente al alma (“está separada”). Además, la virtud intelectual es
superior porque no necesita de nada más que la contemplación (“el hombre contemplativo”),
mientras que en el ejercicio de las virtudes morales (“poner la virtud en práctica”) se requieren
cosas ajenas a la propia virtud, como riquezas para la liberalidad y la justicia, fuerzas para el
valiente, etc.]
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[(lín. 316-336) Argumenta que la contemplación es fuente de máxima felicidad, porque la
actividad de los dioses no puede consistir en otra cosa y no cabe duda de que son máximamente
felices. A esto añade que, aparte de los dioses y los hombres, el resto de los seres vivos no
pueden ser felices, porque carecen de inteligencia y, por consiguiente, no pueden desarrollar
actividad contemplativa.]
[(lín. 340-360) Los bienes externos también son necesarios para la vida feliz, puesto que el
hombre contemplativo requiere de cierto bienestar externo para poder desarrollar su vida. Sin
embargo, se insiste en que han de usarse moderadamente, pues la felicidad requiere actuar
conforme con la virtud, en este caso la templanza o moderación.]
[(lín. 364-371) Se propone un último argumento (no tanto filosófico como religioso) a favor de
que la felicidad consista en la sabiduría. Se dice que los dioses amarán al sabio, porque lo verán
más afín a ellos. Y saberse amado de los dioses colmará su felicidad.]
ARISTÓTELES. Texto 3: Política, Libro I (capítulos 1, 2 y 3)
[La Política expresa el pensamiento de Aristóteles acerca de la polis y la vida social. En líneas
generales, se aparta del planteamiento platónico del Estado Ideal y realiza propuestas más
realistas, extraídas de la experiencia. En estos tres primeros capítulos del el libro I, expone que
el hombre es un ser social, en el sentido de que su vida no puede desenvolverse adecuadamente
como un individuo aislado sin contar con sus semejantes. Al mismo tiempo, para el Estagirita la
polis es la forma suprema de convivencia humana, hacia la que tienden todas las demás, que
para él son la casa (familia) y la aldea.]
Capítulo 1
[La polis es la principal comunidad humana y tiende a un bien o fin superior (lín. 386-409)]
[(lín. 386-390) En estas afirmaciones se parte de la teleología aristotélica, según la cual todo
tiende a un fin. Aplicado al estudio de la sociedad, significa que la comunidad humana más
importante para Aristóteles, que es la polis, ha de dirigirse al bien más importante de todos.
Como se indicará más adelante, ese bien o fin será la “vida buena”, la promoción de las virtudes
morales (particularmente la justicia) y las virtudes intelectuales (entre las que descuella la
sabiduría).
[(lín. 395-401) Se hace mención de diversos tipos de comunidad según su tamaño, pero la
diferencia entre la polis y las demás no es meramente cuantitativa sino esencial (“difieren entre
sí específicamente”). Como se ha dicho antes, sólo la ciudad persigue los fines más elevados y,
sin ella, las demás comunidades humanas no los podrían alcanzar.]
[(lín. 405-409) Aristóteles anuncia que va a analizar (método analítico) las partes de que se que
compone la ciudad para destacar las diferencias entre ella y otras comunidades inferiores, que,
como se verá, son principalmente la casa familiar y la aldea.]
Capítulo 2
[La casa y la aldea (lín. 414-456)]
[(lín. 415-422) La sociedad más básica es la del varón con la mujer para la procreación y la del
amo y el esclavo para la realización de trabajos manuales. Según Aristóteles, estos
emparejamientos se realizan de modo natural y necesario (“de modo necesario”, “por
naturaleza”).]
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[(lín. 426-433) Este párrafo no añade nada sustancial a lo anterior.]
[(lín. 437-456) El conjunto de varón y mujer, y de amo y esclavo da lugar a la casa familiar,
cuyo fin es resolver las necesidades más materiales, que se precisan para la conservación de la
vida. A su vez, el conjunto de varias casas produce la aldea, que tiene como fin la satisfacción
de necesidades materiales más complejas.]
[La naturaleza de la polis y el hombre como ser social (político) (lín. 458-477)]
[(lín. 460-466) La polis es “comunidad perfecta” porque no hay, según Aristóteles ninguna
superior a ella, es decir, que un conjunto de polis no constituirían una sociedad superior (nunca
fue partidario del reino de Macedonia o del Imperio de Alejandro Magno). La ciudad se
compone de varias aldeas y es autosuficiente (“tiene el extremo de toda suficiencia”). En la
polis el hombre puede satisfacer todas sus necesidades vitales, pero su fin principal es “vivir
bien”, lo cual significa que la polis ha de proporcionar a los ciudadanos una vida buena y feliz,
conforme con las virtudes intelectuales y morales. A esto se añade que la ciudad es “por
naturaleza”, porque está constituida por comunidades que son “por naturaleza” (la casa y la
aldea) y se afirma que la ciudad es el fin de esas comunidades, pues a ella tienden de modo
necesario. Por “naturaleza” (physis en griego) entiende, al igual que los presocráticos, la esencia
de algo (“lo que cada una es”) que viene determinada por su origen (“generación”); determina la
procedencia de una cosa y permanece en la cosa a pesar de los cambios que pueda sufrir.]
[(lín. 470-477) El ser humano es esencialmente un ser social; el hombre sólo puede desarrollar
su vida y sus capacidades en comunidad con otros hombres. Esta tesis será asumida por todo el
pensamiento antiguo y medieval, pero será abandonada por los pensadores modernos que
propondrán en su lugar la teoría del pacto o contrato social.]
[El lenguaje como prueba la sociabilidad natural del hombre (lín. 479-488)]
[(lín. 481-488) Aristóteles distingue en este párrafo entre el empleo de signos (“voz”) para
transmitir estados sensibles, como el placer y el dolor, y el verdadero lenguaje (“palabra”) que
permite a los hombres conversar sobre “el bien” y “lo justo”. El ser humano es sociable por
naturaleza porque posee la “palabra”, mediante la cual se comunica con sus semejantes en
asuntos que atañen al fin y al bien del hombre (a la “vida buena”, a su felicidad); la puesta en
común de esos asuntos es lo que hace aparecer la sociedad en forma de polis.]
[La ciudad es más perfecta que los elementos que la componen (lín. 490-510)]
[(lín. 492-500) Aunque la casa y la aldea preceden a la ciudad cronológicamente, puesto que la
conforman, sin embargo, en cuanto a su “naturaleza”, la polis es precede y es más perfecta que
las comunidades que la componen. Ocurre de modo semejante a como el cuerpo es más perfecto
y superior a cualquiera de los miembros que lo componen. Además, se insiste en que el
individuo que no puede vivir en sociedad sólo puede ser un animal o un dios, que pueden
sobrevivir sin la colaboración de sus semejantes.]
[(lín. 504-510) El hombre que no sigue la ley ni practica la virtud se transforma en el peor de
todos los animales.]
Capítulo 3
[La casa se compone de diversas relaciones entre individuos (lín. 515-525)]
[(lín. 515-525) Como la casa es la comunidad más elemental de las que constituyen la polis,
Aristóteles pasa a examinarla en tres tipos de relaciones: amos y esclavos (“heril”), marido y
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mujer (“conyugal”) y padres e hijos (“procreadora”). A estas tres relaciones, según el filósofo,
algunos añaden la relación económica o dineraria (“crematística”).]
[Opiniones acerca de la relación entre el amo y el esclavo (lín. 526-532)]
[(lín. 526-532) Se presentan dos opiniones contrapuestas acerca de la esclavitud. Una de ellas,
probablemente la más extendida en la Grecia de su tiempo, es considerarla como algo natural y
una ciencia por parte del amo. La otra, por el contrario, considera que la esclavitud es algo
convencional, fruto de la violencia, puesto que no hay diferencia esencial entre el señor y el
esclavo. Sin embargo, en este fragmento, Aristóteles no aporta su propia opinión.]
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