Museo Rafael Larco Herrera Rafael Larco Hoyle 1965 1 Sumario Introducción 4 Museo “Rafael Larco Herrera” 8 Colección Roa y una anécdota 12 Viajes, aportes y excavaciones 16 El museo de Chiclín 19 Traslado a Lima y nuevo local 20 Descripción del museo 25 Bóveda 26 Colección de collares 30 Sala de las Culturas 32 Parte baja del museo 33 Palabras finales 35 Apéndice 36 Directorio 39 2 Sr. Rafael Larco Herrera, ex vicepresidente de la República y ex ministro en las carteras de Relaciones Exteriores y de Hacienda. Su patriotismo sin mengua y su devoción por la democracia lo convirtieron en uno de los abanderados de la América de su tiempo. Como un homenaje a su trayectoria brillante y a su obra fecunda, este museo lleva su nombre. RAFAEL LARCO HOYLE Director 3 Introducción Este texto contiene una breve historia y descripción del Museo Rafael Larco Herrera, con datos escuetos sobre la forma en que el señor Rafael Larco Hoyle ha contribuido a la ciencia arqueológica. Asimismo, se reproduce una serie de fotografías escogidas para dar una idea aproximada de la magnitud del museo y de lo que su contenido significa como fuente de estudio. No obstante, la labor del museo no ha concluido y sigue adelante, anheloso el señor Larco Hoyle, al igual que todos sus colaboradores, de difundir en el mundo la grandeza de nuestro pasado prehistórico. El Museo Rafael Larco Herrera es una institución absolutamente privada. Desde su formación a la fecha, el Gobierno no ha intervenido ni directa ni indirectamente. Tanto los gastos que demanda el incremento constante de su acervo arqueológico, como los irrogados por su conservación y mantenimiento, son cubiertos exclusivamente por el señor Rafael Larco Hoyle. Por expreso deseo de su director y fundador, se está formando una fundación, que se encargará más tarde de asegurar su perdurabilidad. 4 Museo Rafael Larco Herrera Mi querido y recordado padre formó en 1903 una colección de vasos de las colección, culturas por precolombinas dilatado lapso, del norte estuvo en Peruano. nuestra Esta hacienda Chiclín, ubicada en el valle de Chicama. En uno de sus primeros viajes a Europa, visitó el Museo del Prado, en Madrid, comprobando que la colección de antigüedades peruanas era muy pobre. Con la generosidad que siempre lo caracterizó, hizo obsequio de su colección, —que actualmente se exhibe en uno de los salones del Museo Arqueológico de Madrid—. De ésta quedó un ceramio primer maravilloso: objeto con un que vaso-retrato se iniciaron mochica, las que ha colecciones sido que el hoy integran el Museo Rafael Larco Herrera. En 1925 mi padre adquirió del señor Alfredo Hoyle, su cuñado, una colección de vasos y otras piezas arqueológicas. Esta primera Comencé colección dio origen al Museo Rafael Larco Herrera. a entusiasmarme. Le pedí a mi padre que comprara una pequeña colección que existía en la hacienda Pampas de Ventura y que fue del doctor Mejía, que por entonces vivía en la ciudad de Ascope. Los ceramios adquiridos por mi padre llegaron a seiscientos, más o menos. Desde ese momento mi entusiasmo fue creciendo: era el entusiasmo inicial del coleccionista. Y a partir de entonces me hice cargo de la colección y de las compras para incrementar su acervo. 5 Tenía el ejemplo de mi recordado tío, don Víctor Larco Herrera, que había sido el primero en fundar un museo en Lima. Y consideraba que mi generación debía formar también un museo en el que se guardaran todas nuestras reliquias arqueológicas, continuamente extraídas por los excavadores clandestinos. Nació entonces un anhelo, un fervoroso anhelo que en realidad ha sido la fuerza que me ha inspirado, llevándome a culminar este ideal: deseaba levantar un monumento en vida a mi padre, a quien tanto admiraba como ejemplo de elevado espíritu patriótico y por su amor hacia nuestro pasado. Con este anhelo, que implicaba cumplir con uno de los deberes más sagrados del hijo, que es el de honrar a su padre, inicié la tarea de formar el Museo Rafael Larco Herrera. Empecé a comprar pequeñas colecciones en el valle de Chicama, en Trujillo, Virú y Chimbote. En un año la colección había crecido en forma notable, y el 28 de Julio de 1926 la instalamos en modestos anaqueles en una pequeña casa de la hacienda Chiclín. La inauguración del Museo Rafael Larco Herrera fue una de las ceremonias principales de la celebración del aniversario patrio. Uno a uno se fueron recolectando los vasos. Se realizaron cientos de patriótico viajes empeño por de todo el Perú, transformarlo de acopiando Museo piezas Regional en —lo el que había sido hasta entonces— en Museo Nacional. En 1933 compramos 6 la colección del señor Carranza, en Trujillo, compuesta de más de 3000 piezas. La Colección Roa y una anécdota También en 1933, el museo se enriqueció notablemente al adquirir en la hacienda Santa Clara, a orillas del río Santa, la famosa colección Roa, compuesta de más de 8000 piezas de algo de cerámica, metalurgia y textilería. En la adquisición de la colección Roa hubo anecdótico. Cierta noche nos encontrábamos reunidos en Chiclín mi tío Alfredo Javier y Hoyle, yo, es Enrique decir, el Jacobs, grupo mis que hermanos siempre Constante efectuaba y las excursiones de carácter arqueológico. Cerca ya de las diez de la noche, de un momento a otro, se nos ocurrió ir a ver la colección Roa, que muchas veces habíamos intentando comprar, pero que, por su elevado Todos precio, asintieron almanaque para carreteras, otras con ver teníamos tantas entusiasmo la faz que de habíamos e la aprovechar desistido inmediatamente Luna, la pues, marea de hacer. pedimos al baja el no haber para poder caminar por la playa. Partimos a las dos de la madrugada —después de mandar acompañara— avisar con al conservador dirección a Santa del museo Clara, cerca para de que nos Chimbote. Llegamos como a las ocho de la mañana y con gran sorpresa nos recibió el propio señor Carlos A. Roa, ese viejecito admirable, patriota y amante de nuestro pasado, que fue uno de los primeros 7 coleccionistas en el Perú y que había invertido la mayor parte de su dinero en formar su colección. Dirigiéndose a mí, con gran sorpresa me dijo: —Toda la noche le he estado poniendo velas a San José para que usted llegue, pues deseo venderle mi colección. Como estoy enfermo y debo ir a Lima para curarme, temo dejarla en manos de otras personas, que no la cuidarán como yo. Los del grupo nos reunimos inmediatamente para conversar, y mi respuesta fue la siguiente: —No quiero aprovecharme del momento penoso en que usted se encuentra. Es necesario que medite y me dé una cifra para decirle si acepto o no, pues en estas circunstancias no puedo regatear. Mientras usted piensa iremos a ver la colección. La crisis situación azucarera para y yo mí no era muy contaba delicada. más que Había con un una seria sueldo muy reducido para vivir. Cuando volvimos, el señor Roa me dijo la cantidad. Todos nos miramos un instante y, volviéndome hacia el coleccionista, respondí: —Acepto. Arreglamos una forma de pago en letras porque no tenía dinero, y el Museo Rafael Larco Herrera se enriqueció con 8000 huacos y miles de otras piezas. Si bien la operación de compra había llegado a feliz término, venía otro problema no menos serio: ¿cómo transportar estos huacos a Chiclín sin que se rompieran? En ese entonces no había carreteras y se tenía que transitar sobre médanos y a 8 orillas del enorme, pero Contratamos mar, aprovechando de los todas la maneras camiones, marea había compramos los baja. que El riesgo hacerle cajones y la era frente. paja y dejamos al conservador dos semanas en Santa Clara para que fuera despachando a la hacienda las camionadas de antigüedades. Por suerte, la colección llegó indemne. Para quitarle las sales a la cerámica de tan valiosa colección habilitamos una de las grandes piscinas que teníamos en Chiclín. Solo así, con la ayuda de catorce o quince muchachos y después de dos meses, quedó lista para su exhibición. Viajes, aportes y excavaciones Viajes a Arequipa, Cuzco y Puno enriquecieron las colecciones Puquina, Incana y del Altiplano. En Pukara y Ayacucho adquirimos grandes cantidades de fragmentos de cerámica correspondientes a estos lugares, y en Huancayo compramos algunos vasos típicos de esta región. Los viajes a Ica, Nazca y Palpa nos permitieron dar comienzo a la formación de las colecciones de la costa sur, que más tarde se incrementaron con diversas adquisiciones de este sector. Valioso fue el aporte de más de sesenta vasos donados por la señora María Larco de Dogni, en recuerdo del que fue su esposo, el coronel Eduardo Dogni, que tanto contribuyó a la organización de nuestro ejército y a la formación de sus distinguidos jefes. Entre tanto, mi padre siguió contribuyendo de vez en cuando con algunas piezas excepcionales. 9 Durante todo aquel lapso tuve el apoyo de mi familia que con gran entusiasmo y cariño a la obra me ayudaron a recolectar de todos los ámbitos del país las piezas que hoy son parte del museo. También conté con la colaboración de un gran amigo, el señor Enrique Jacobs, a quien le compré una colección que había sido de su padre. Posteriormente le compré otras colecciones, que completaron los eslabones que nos han permitido un estudio más completo de las culturas del norte del Perú. Asimismo, mi tío, el señor Alfredo Hoyle, fue un verdadero propulsor y a su consejo y ayuda debo muchas ideas que contribuyeron a la formación del museo. La clasificación y ordenación de los vasos me dio muchas luces sobre la arqueología de mi patria. Desde ese momento sentí la imperiosa obligación de escribir para dar al mundo los conocimientos que había adquirido en mis viajes y a través del estudio de las colecciones de cerámica del norte, centro y sur del Perú. Al preparar el material para escribir mis primeros libros encontré lagunas y problemas que era necesario llenar y resolver. De esa necesidad se derivaron las excavaciones que efectué, obteniendo como resultado el descubrimiento de nuevas culturas. Hoy, esas excavaciones aclaran en mucho el estudio de las culturas, especialmente de las culturas iniciales. 10 El museo de Chiclín El Museo de Chiclín comprendía diecisiete cuartos, pero más que un museo era un depósito provisional. Fue necesario agregarle dos casas más para dar cabida a todos los vasos y objetos arqueológicos, cuyo número aumentaba constantemente. Los andamios ya no se redujeron a cuatro hileras, que conformaban la primera anaquelería, sino que tuvimos que construirlos hasta en el techo de las habitaciones. Traslado a Lima y nuevo local Las necesidades de nuestro negocio agrícola me obligaron a radicarme en Lima, pero el Museo de Chiclín permanecía en ese centro industrial. El haberme separado de él y de los estudios arqueológicos significaba un duro golpe para mi espíritu. Pero, establecido en Lima, pude ver con más claridad que, por muchas razones, era indispensable trasladar el museo del centro industrial en el que se encontraba a la capital. Así podría ser visto y admirado por gente de todos los países, y su material arqueológico podría estar a la mano de los hombres de ciencia y estudio de todo el mundo. De otro lado, ya contaba con más de cincuenta años de edad y consideraba necesario tomar todas las medidas tendientes a la conservación de las colecciones que lo integraban y a la perennización del monumento que le había erigido a mi padre. Por eso decidí traer el museo a Lima, aunque representaba para mi familia un enorme sacrificio económico. 11 Pensé primero Posteriormente en la encontré construcción la casa que de un local moderno. creí se podía adaptar, dándole el sabor colonial que yo quería, y convertirla así en el edificio definitivo en que se conservarían todas las colecciones que había atesorado. Por esto compré el inmueble de los señores Luna Cartland, que modifiqué dándole el estilo trujillano de una casona del año 1700, en el anhelo de que mi pueblo natal viera siempre que este museo era, a la vez que un homenaje a mi padre, la ofrenda de un hijo de Trujillo a la patria. Cuando fui alcalde de dicha ciudad conseguí que la casa señorial de los marqueses de Herrera y Villahermosa fuera declarada monumento nacional, a fin de que nadie pudiera tocar lo que constituía la mejor obra arquitectónica de la Colonia. Posteriormente este decreto fue puesto de lado, e individuos que solo querían lucrar consiguieron comprar la casa mediante influencias políticas, destruyéndola por completo. Pude recuperar algunas rejas, puertas, columnas, vigas y ménsulas, que he utilizado en la construcción del museo y que contribuyen a darle ambiente y prestancia, haciendo del edificio un centro de cultura agradable y acogedor. Descripción del Museo El museo está compuesto de tres secciones: las oficinas, los depósitos y las salas de exhibición. Los depósitos once salas, catalogados en y las que clasificados los vasos, por culturas, se dividen en debidamente por temas ordenados, y series, 12 están colocados sobre andamios. Los anaqueles están cubiertos de vidrios, a fin de que su contenido pueda ser estudiado por el arqueólogo o apreciado por el turista interesado en el estudio de las culturas peruanas. Tenemos también un patio, un jardín y una terraza, en donde hemos colocado la mayor parte de las piedras que forman la colección de monolitos, estelas, morteros, maquetas, etc. En la sección de exhibición tenemos seis salas y la bóveda. La primera sala está dedicada a las momias y a dar una idea de cómo los antiguos peruanos le rendían culto a los muertos. La segunda sala es una exhibición didáctica. Se ha tenido sumo cuidado en la selección del material, para darle al visitante una idea más o menos completa de la forma en que se trabajaba la cerámica en los tiempos precolombinos. Se exhiben los útiles, la arcilla y el caolín, los colores que se emplearon para pintar los vasos, los implementos de hueso que utilizó el escultor y el alfarero, las matrices hechas por el escultor, los moldes, la cerámica sin cocimiento encontrada en las tumbas y la cerámica con defectos de cocción producidos dentro del horno. También podemos observar los diferentes periodos que existieron en una cultura, los diversos estilos y los distintos tipos de cerámica que encontramos en las regiones del Norte, Centro, y Sur, a fin de que se pueda tener una noción de cómo se divide el arte: escultórico en el Norte y pictórico policromado en el Sur. Asimismo, se ha colocado un vaso de forma moderna que tiene 2000 13 años. Es, en sí, un ceramio que podría atribuírsele a cualquiera de los grandes escultores modernos. Igualmente, en la tercera sala se exponen en forma didáctica los metales emplearon, que las manufacturaron conocieron técnicas con y que estos trabajaron, dominaron elementos. Son los y implementos los objetos maravillosas que que las dos piezas Chimú que se utilizaron como remate de cetros. El vaciado en cobre no puede ser igualado en el presente. Por primera vez se puede ver reunidas en una vitrina las herramientas de que se valieron para trabajar los metales: martillos de hierro, moldes y afiladores de piedra, pulidores finísimos para bruñir las láminas de oro, morteros y otros utensilios de cobre empleados en el burilado y el repujado. En otra vitrina de esta misma sala se pueden apreciar las técnicas que emplearon: el fundido y laminado, el calado, el repujado, el soldado, el estirado, el burilado, etc. Vemos también vasos de cobre dorado, vasos de cobre plateado y láminas de cobre con un baño de plata y otro de oro encima. Las piezas Mochica de metal que se exhiben son únicas en el mundo. Entre recipientes, los objetos copias en manufacturados metal de vasos apreciamos en cerámica, vasos, palas, barretas, calabozos, piezas de indumentaria, cuchillos, mazas, cascos e instrumentos musicales y vasos ceremoniales. En la Sala de Arte Lítico, del lado de la bóveda y en orden, hay una clava monolítica de Pallasca, la cabeza de una serpiente y la cabeza de un hombre arrugado, del templo de Chavín, y un 14 felino de la cultura Huaraz. Vemos también morteros y maquetas de fortalezas. En las vitrinas distinguimos piezas escogidas de las siguientes culturas: Chavín, Cupisnique, Pallasca, Callejón de Huaylas, Mochica, anteriormente, Cuzco todas son encontramos morteros, zoomorfas, recipientes colonial piezas estelas, y Pacopampa. Como seleccionadas, mazas, rectangulares figuras y entre he dicho las que antropomorfas cilíndricos, y clavas, maquetas, conopas, cajas con dibujos incisos e incrustaciones de turquesa, etc. Los morteros encontrados en Pacopampa, correspondientes a la Época Evolutiva, son los más bellos, y las piezas Cupisnique que observamos en la vitrina no tienen igual en el Perú. En la Sala de Arte Textil no solo se exhibe un muestrario de telas escogidas de diferentes lugares del Perú, sino todos los implementos hallados en las tumbas y las cajas de caña en que guardaron todos los implementos que utilizaron para el arte textil. Por eso es que vemos husos, telares, aparatos sobre los cuales se colocaban los husos y que se afirmaban en el suelo. También apreciamos los peines, las piezas de madera que servían para apretar el tejido, etc. Entre las telas se exhibe un bellísimo manto Paracas de 2000 años, una tela Ica con grandes motivos estilizados, una camisaponcho y una manta de la cultura Lambayeque, pieza muy rara, ya que en esta cultura es muy difícil hallar tejidos en las tumbas. Asimismo, vemos en una vitrina especial un fragmento de tela que 15 tiene 398 hilos por pulgada lineal (récord mundial de ayer y de hoy). A su lado aparece otro fragmento de tejido, considerado el segundo récord mundial, y que no hemos estudiado por no tener en el Perú los elementos necesarios. En otra vitrina exhibimos algunas magníficas piezas de cordelería y hondas, que se utilizaron como turbantes y sogas de complicado y bello torcido. También exponemos un árbol hecho de hilo enrollado de color verde, en el cual se pueden ver las hojas y pájaros con sus nidos. Los grandes pedazos de tiza, expuestos en la sección extrema de la vitrina, servían para que las hilanderas pudieran suavizar sus dedos en el momento de torcer el hilo. En dos vitrinas especiales se exhibe un par de escenas de muñecas vestidas, encontradas en los cementerios de la cultura Chancay. Ambas están colocadas sobre almohadones. La primera representa a una enferma rodeada de personas y la otra a un conjunto de hilanderas. Sobre el arreglo, tengo mis dudas, pues puede haber sido hecho por la persona que me las vendió. El museo tiene una inapreciable colección de telas de todo el Perú antiguo, que no se encuentra en ningún otro museo. La colección de estudio es de lo más interesante. Los mantos íntegros se guardan cuidadosamente para evitar que la luz los destruya y se deterioren en la exhibición. No solo son maravillosos sino que pertenecen a las culturas Chanca, Ica e Inca, que no son comunes y de los cuales hay contados en el mundo. 16 Bóveda En la bóveda —que tiene 9.60 m por 4.25 m— se guardan las piezas escogidas de oro y plata que posee el museo. Entrando, hacia la derecha, aparece el oro de la cultura Virú, quizá el más antiguo de las culturas del norte peruano. Está cubierto de una pátina rojiza, que solo se ve en otro trabajo que tiene más de 2000 años. En esta vitrina observamos las primeras coronas y sus plumones de oro, los primero aretes, narigueras y collares —a un lado—, que explican objetivamente la técnica que emplearon los antiguos peruanos; vemos, igualmente, los lingotes, las planchas con que se empieza el laminado y después láminas de todo espesor. Algunas de estas últimas tienen el grosor del papel empleado en las cartas aéreas. Seguidamente presentamos una serie de abalorios correspondientes a la cultura Cupisnique, un peto de caracol con incrustaciones de turquesa y un gran medallón de pórfido rojo, considerado el mejor trabajo en piedra ejecutado por hombres de Cupisnique. También vemos collares de lapislázuli y turquesa, aretes, y abalorios de las mismas piedras, solos o ensartados. En el fondo —en la parte superior— hay un turbante de oro extraído en la Hacienda La Colpa, en Cajamarca, en el que aparecen repujadas las divinidades de la Época Evolutiva. Sin duda alguna, en la Colpa la cultura de la Época Evolutiva siguió desarrollándose en la Época Auge, ya que en el periodo Cupisnique no encontramos piezas de oro ni de ningún otro metal. 17 Se destaca una preciosa colección de cuarenta y tres narigueras, que corresponden a la nueva cultura Vicús, de Piura. Al fondo, un frontal Mochica. La orfebrería adelanta en forma notable en los primeros periodos Mochica. Algunas de las piezas fueron extraídas de la misma tumba de la que se sacó el frontal vendido al coleccionista americano Bliss, que por años se exhibió en el National Gallery de Washington. Se exhibe un frontal, un lindo collar con cabezas de felino, un felino de oro montado sobre yeso, dos brazaletes de antebrazo y dos maravillosos aretes con colgantes. En el III y IV periodo Mochica florece la orfebrería. Las piezas que encontramos ya no son de orfebrería sino de joyería, por su finura y porque el hombre combina el oro con la turquesa, la concheperla, excepcionales dos el spondylus pares de y la orejeras, amatista. una que Son piezas representa dos personajes zooantropomorfos llevando una honda en la mano, y otra exornada con iguanas bellamente unidas por la cola. Estas piezas son consideradas dos obras maestras del antiguo orífice peruano. Pero también pequeños podemos apreciar recipientes, narigueras, orejeras y petos silbatos de que turquesa, pueden ser comparados con las mejores piezas de orfebrería trabajadas en la antigüedad. Sus sapitos collares o eran idolillos y sencillos, cuentas de con oro engarces redondas de cuentas, bellamente combinadas con cuentas de turquesa. 18 Observamos también objetos de oro Chimú y objetos de la cultura Lambayeque. Asimismo, mostramos bellas piezas correspondientes a la cultura Lambayeque. Los vasos ceremoniales que se exhiben en una de las vitrinas pesan ochocientos gramos, pero hay uno que pesa más de un kilo. La orfebrería de Lambayeque, con ser muy bella, no puede compararse en finura y exquisitez con la Mochica. Vemos también dos bellísimos platos de servir correspondientes a Huari Decadente y encontrados en Huarmey. Hay una que otra pieza de la cultura Nazca, pero sabemos muy bien que la orfebrería en la costa sur del Perú, no alcanzó la perfección de la orfebrería de la costa norte. En otra indumentaria de de las oro vitrinas completa centrales que existe. tenemos Está la única compuesta de pectoral con remates, hombreras, gargantilla con bolas de oro, orejeras, una corona con cuatro plumones, un brazalete y un recipiente de oro y plata con motivos burilados, rara por la forma perfecta en que se logró la unión de las dos mitades. Este precioso conjunto, único en el mundo, fue extraído de Chan Chan y lo salvé de ser convertido en lingotes de oro. Como las piezas eran muy grandes, los excavadores clandestinos temieron no poder ocultarlas debidamente. Exhibimos cultura Huari estatuillas y llamadas de turquesa piquillactas, pertenecientes collares a la escogidos de turquesa, entre los que destaca uno con un pendiente de pórfido e incrustaciones de turquesa, encontrado en el templo de Chavín. A 19 su lado, un maravilloso collar de cristal de roca, cuyo trabajo debe haber sido hecho en varias generaciones, y con cada una de las piezas cuidadosamente pulidas y labradas de a mayor a menor. Presentamos collares de cuarzo ahumado, cuarzo lechoso, amatista y lapislázuli. No hemos querido dejar de poner en este cuarto de joyas las mejores piezas de plata que tenemos: un cofre encontrado a los pies de una niña de alta alcurnia —en el que hallamos todos sus juguetes de plata dorada—, vasos y recipientes que demuestran hasta qué punto llegaron a dominar la técnica del repujado, calado, burilado y la filigrana. También apreciamos dos piezas de cobre: la de un mono y la cabeza de la divinidad felina, que por su belleza valen tanto como cualquier pieza de oro. Colección de collares Se encuentra en preparación la gran colección de collares que posee el museo. Estos collares están hechos de cuarzo, turquesa, turquesa con oro, lapislázuli, lapislázuli con oro, con spondylus, con strombos, hueso y concha. Actualmente tenemos ya más de mil. Todos han sido ensartados y reconstruidos con propiedad arqueológica. Hemos tenido guardados en cajas muchos de ellos; otros han sido ensartados en la misma tumba. Los más se han restaurado según las notas de excavación que tenemos, o rehechos tomando como modelo los miles de fragmentos que posee el museo, extraídos en las excavaciones y que aún se mantienen intactos. Más tarde se exhibirán en un cuarto separado por la 20 gran cantidad que hay de ellos y por la importancia que le dieron en los tiempos antiguos a este complemento de la indumentaria, que fue llevada por las mujeres pero que los hombres utilizaron especialmente. Sala de las Culturas El último cuarto corresponde a la Gran Sala de las Culturas. Está arreglado con el objeto de que el turista o el estudioso se lleve una idea completa del conglomerado de las culturas que existían en el Perú precolombino. En sus cuarenta y dos vitrinas se reunirá la cerámica y otros objetos de las diferentes culturas, desde 7000 años a. C. hasta la decadencia absoluta del arte indígena con la llegada de los españoles. Está dividida en cuatro secciones definidas: costa norte, centro y sur, y culturas de la Sierra. Hasta donde ha sido posible, las vitrinas están siendo ordenadas para establecer la secuencia cultural. Desgraciadamente, la falta de espacio nos ha obligado a eliminar muchos tipos de cerámica, que son eslabones efectivos en el desarrollo cultural de los pueblos. En cada una de las vitrinas se han colocado piezas de gran calidad, sin ser las mejores. Esperamos ir cambiando los objetos de la exhibición. En diferentes sectores se exhibirán piezas únicas, representativas de las culturas más importantes. Tenemos el propósito de montar en el futuro una sala para dedicarla a exhibiciones móviles. 21 Parte baja del museo En la parte baja del museo se piensa establecer una sala de conferencias. Tenemos cuatro oficinas, biblioteca y dos talleres. También se encuentra la Sala de Vasos Eróticos, en la cual se puede ver lo que se considera otro récord mundial: los vasos eróticos correspondientes quinientos años a. C. a El la Dr. cultura Alfred Salinar, Kinsey que le aparece dio gran importancia a estos vasos y antes de morir quiso escribir — teniéndome como coautor— un libro profusamente ilustrado sobre este tema. Es interesante anotar que en el norte del Perú hallamos el más importante centro de representaciones eróticas de América. Son los mochicas quienes nos han dejado los vasos más numerosos. El museo posee la colección de vasos eróticos peruanos más grande del mundo. Para terminar quiero decir que el museo Rafael Larco Herrera se distingue por tener las colecciones más numerosas de las culturas Cupisnique, Salinar, Virú, Anaranjados, Mochica Chimú, Lambayeque, Chimú-Inca y Huari Norteño. Tenemos abundante material para efectuar un estudio integral de todas las otras culturas. Igualmente, contamos con las colecciones de tejidos más completas del Perú, la de collares más numerosa, la de objetos de plata de mayor variedad y la de objetos de oro mejor escogida por su belleza y calidad. 22 El Museo Rafael Larco Herrera no se ha formado solamente con las piezas que un coleccionista quiso agrupar y atesorar. El museo se ha hecho considerando la belleza de la pieza y su valor arqueológico. Muchas veces, para adquirir un vaso que se necesitaba para completar una serie, se tuvo que comprar toda una colección piezas que que no interesaba integran el al museo museo. Rafael En Larco otra palabras, Herrera han las sido coleccionadas no con el criterio del coleccionista sino siguiendo la norma del arqueólogo. Palabras finales Esta es, a grandes rasgos, la historia y la descripción sintetizada del Museo Rafael Larco Herrera. 23 Apéndice Descubrimientos y trabajos Arqueológicos más importantes efectuados por el señor Rafael Larco Hoyle 1. Descubrimiento del yacimiento arqueológico de Cupisnique (1933). 2. Descubrimiento de la cultura Virú en los cementerios de la pampa de los Cocos y en la pampa de Moche (1933) 3. Descubrimiento de Queneto y su cerámica (1934). 4. Descubrimiento de la cerámica Precupisnique (1939) 5. Descubrimiento de la cultura Cupisnique (1939). 6. Descubrimiento de los vasos llamados Cupisnique Transitorio y su fijación cronológica (1939). 7. Descubrimiento de los cementerios que contienen cerámica llamada Cupisnique de Santa Ana y la cultura del mismo nombre (1939). 8. Descubre tumbas con cerámica híbrida Mochica-Virú (1940). 9. Descubrimiento de la cultura Salinar (1941). 10. Abre la primera tumba en el Valle de Virú y halla los ceramios híbridos llamados por él Virú-Cupisnique. 11. Descubrimiento de los vasos híbridos Salinar-Cupisnique en el valle de Virú. 12. Descubrimiento de instrumentos líticos utilizados por los cazadores en la Época Precerámica (pampas de Paiján y Cupisnique). 24 13. Hallazgo de vasos de la cultura Virú en los valles de Chicama, Santa Catalina, Santa, Pacasmayo, Lambayeque y Piura. 14. Descubrimiento de los vasos Virú, con ornamentación positiva y llamados por él Virú de Chicama. 15. Descubrimiento de las ruinas de Pacopampa, de la Época Evolutiva, y de instrumentos de la cultura que existió en este lugar. 16. Descubrimiento de la etapa Premochica, llamada Complejo Mochica o Mochica Inicial. 17. Hallazgo de tumbas conteniendo vasos anaranjados y su asociación con vasos Virú, anterior a Mochica 18. Hallazgo de las tumbas superpuestas y estratificaciones que le permitieron la clasificación de los cinco periodos Mochica. 19. Descubrimiento en Barbacoa de tumbas superpuestas Cupisnique, Salinar, Virú y Mochica, que dio por resultado que se señalara por primera vez el orden cronológico de las culturas Premochicas. 20. Descubre que la cultura Huari, llamada Tiahuanaco, invade todo el Perú y que su centro no es Tiahuanaco sino Huari, en Ayacucho. 21. Descubre y señala la existencia de la cultura Lambayeque, que clasifica en dos periodos, Lambayeque I y II, y la cultura Huari-Lambayaque, diferenciando la cultura Chimú de la cultura Lambayeque. 22. Explica por qué no se encontraba el Middle Chimú, tan buscado por los arqueólogos norteamericanos, al probar que la 25 cultura Chimú es el resultado de la fusión de los elementos culturales Mochica, Lambayeque y Huari. 23. Es el primero en seleccionar lo que hoy se llama cerámica Chimú-Inca, diferenciándola de la Chimú. 24. Descubre en el Norte la cerámica de formas incanas con el vidriado español. 25. Descubre que la cultura llamada Recuay o Callejón de Huaylas tuvo su sede en el valle del Santa y no en la Sierra, como se creía. 26. Es el primero en encontrar cerámica Santa en los Valles de Chao y Virú. 27. Descubre que el centro de la cerámica llamada cursiva —que algunos consideraban Chimú— es el departamento de Lambayeque. Le da este nombre y la describe. 28. Determina la secuencia de los adobes en las construcciones, comenzando con los cónicos de Cupisnique, los casquetes esféricos de Salinar y los diferentes tipos de rectangulares en Mochica y Chimú. 29. Descubre, asimismo, que los Chimú trabajaron y utilizaron ladrillos. 30. Establece la evolución —desde el felino hasta el Dios- hombre— de la divinidad con grandes colmillos y cara arrugada, que se representa en la época Auge. 31. Descubre la escritura Mochica. 32. Establece que la escritura maya y la escritura peruana tienen el mismo punto de origen. 26 33. Descubre la Época Precerámica en Paracas. 34. Divide el estudio de la evolución de las culturas en el Perú en siete épocas: Precerámica, Inicial de la Cerámica, Evolutiva, Auge, Fusional Imperial, y Conquista. 35. Clasifica la cerámica Huari en Huari A, Huari B y Huari C, que es la decadencia total de esta cultura. 36. Muestra por vez primera los cuadros de los diferentes valles de la Costa y de los principales centros de la Sierra con la división de épocas y períodos, incluyendo dentro de estos a las culturas que se encuentran en cada uno de los lugares. 37. Descubre que los mochicas utilizaron el plomo y el hierro. 38. Descubre que los hombres de Vicus planteaban el cobre y lo doraban exteriormente. 39. Descubre que los Chimú plateaban el cobre. 40. Establece que en Vicus se encuentran los mismos pasos que dan por resultado la formación de Mochica I. 41. Es el primero en seleccionar la cerámica funeraria Mochica y la de otras culturas por temas y series. 42. Descubre que los antiguos mochicas practicaban la circuncisión. 43. Comprueba la existencia de la sífilis en el antiguo Perú 44. Puntualiza, antes que otros, la no existencia del Imperio Chavín sino la de un estilo decorativo utilizado por varias culturas de la Época Evolutiva o Formativa. 27 45. Encuentra vasos Salinar blanco sobre rojo en Piura, Chiclayo, Pacasmayo, Valle de Chicama, Santa Catalina, Virú, Chao, Santa y Nazca. 46. Establece la cronología completa de las culturas en el norte del Perú, que fija en su libro Cronología arqueológica del norte del Perú, publicado en Buenos Aires en 1948. La secuencia cultural ha sido comprobada por grupos de arqueólogos de otros países. 47. Es el primero en fijar que la cerámica incisa llamada Chavín no se puede tomar como un horizonte, porque entonces tendrían que tomarse en cuenta como horizonte los vasos con decoración negativa y el horizonte de los vasos crema sobre rojo. 28