CONCEPTO NUMERO 4210 DE 2003 Requisitos que exige el legislador para el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes en el caso de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional. Demanda de inconstitucionalidad contra el literal c) (parcial) del artículo 163 del Decreto 1212 de 1990, Por el cual se reforma el Estatuto del Personal de Oficiales y Suboficiales de la Policía Nacional. Inexequibilidad PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN Bogotá, D.C., octubre 1 de 2002 Señores MAGISTRADOS DE LA CORTE CONSTITUCIONAL E. S. D. REF: Demanda de inconstitucionalidad contra el literal c) (parcial) del artículo 163 del Decreto 1212 de 1990, “Por el cual se reforma el Estatuto del Personal de Oficiales y Suboficiales de la Policía Nacional”. Actor: VÍCTOR JULIO ARIAS Magistrado Sustanciador: Dr. RODRIGO ESCOBAR GIL Expediente No. D-4210 Concepto No.3042 De conformidad con lo dispuesto en los artículos 242 numeral 2 y 278 numeral 5 de la Constitución Política, procedo a rendir concepto en relación con la demanda instaurada ante esa Corporación por el ciudadano VÍCTOR JULIO ARIAS, quien en ejercicio de la acción pública consagrada en los artículos 40 numeral 6 y 242 numeral 1 de la Carta, ha solicitado se declare la inconstitucionalidad parcial del literal c) del artículo 163 del Decreto-Ley 1212 de 1990, según el cual los beneficiarios del agente de policía muerto en actividad, tendrán derecho a una pensión de sobrevivientes, “c) Si el oficial o suboficial hubiere cumplido quince (15) o más años de servicio”. 1. Planteamiento de la demanda El ciudadano Víctor Julio Arias demanda la inconstitucionalidad parcial del literal c) del artículo 163 del Decreto-Ley 1212 de 1990, por cuanto se establece una discriminación, o trato diferente, al exigirse para el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes, cuando se trata de muerte en actividad de un oficial o suboficial de la Policía Nacional, el que éste hubiese estado al servicio de la entidad por más de 15 años, mientras que en el régimen de la Ley 100 de 1993, sólo se exige estar afiliado al sistema y haber cotizado 26 semanas al momento de la muerte, o de no estar aportando al sistema, haber cotizado 26 semanas en el año inmediatamente anterior a la muerte. Argumenta el demandante que la norma acusada desconoce la primacía del principio de igualdad, artículo 13 constitucional; el derecho irrenunciable a la seguridad social, artículo 48; los derechos de la familia, de las personas de la tercera edad y de los niños, derechos todos éstos consagrados en los artículos 13, 44, 46 y 48 de la Constitución, dado que la norma acusada, por los requisitos que en ellas se consagran, crea una discriminación entre los distintos regímenes prestacionales en detrimento de los sobrevivientes de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional que mueren en servicio, sin que exista razón válida para ello. 2. Problema jurídico Corresponde al Ministerio Público determinar si los requisitos que exige el legislador para el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes en el caso de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, son discriminatorios frente a los requisitos que se exigen en otros regímenes pensionales para obtener la misma pensión. Sobre el particular, el Procurador General de la Nación habrá de conceptuar lo siguiente: 3. Aclaración previa Este Despacho tuvo oportunidad de pronunciarse en los conceptos Nos. 2928, 2965 y 3025, emitidos dentro de los expedientes D-4040, D-4054 y D-4204, respecto de los artículos 190 y 191 del Decreto-Ley 1211 de 1990; 163, 164 y 165 del Decreto-Ley 1212 de 1990; 121 y 122 del Decreto-Ley 1213 de 1990; y, 122 y 123 del Decreto-Ley 1214 de 1990, que son del mismo contenido normativo de los artículos que ahora se demandan. Teniendo en cuenta que los cargos de la demanda bajo estudio son en esencia iguales a los presentados en esas ocasiones, nos remitiremos a lo allí expresado, advirtiendo que a la fecha en que esa Corporación deba emitir su fallo en el proceso de la referencia, seguramente habrá operado el fenómeno de la cosa juzgada constitucional. 4. Facultad para expedir el régimen pensional. Vigencia de la norma acusada La Constitución, en su artículo 150 numeral 19, literal e), faculta al Congreso de la República para dictar las normas generales que contengan los objetivos y criterios a los cuales debe sujetarse el Gobierno Nacional, en relación con las políticas salariales y prestacionales de los empleados públicos. En desarrollo de esta facultad, el legislador puede fijar y regular el régimen prestacional de la Policía Nacional, establecer condiciones y requisitos especiales, modificar o suprimir los reconocimientos de pensiones de los servidores públicos vinculados a la Policía, previamente concedidos por él, siempre y cuando no se opongan a los preceptos constitucionales, facultad que el legislador también ostentaba en vigencia de la Constitución anterior, a la luz de la cual se expidió el decreto-ley del cual hace parte el precepto acusado. Bajo el régimen de la Constitución de 1886, el legislador expidió la Ley 66 de 1989, por medio de la cual se le confirieron al Presidente de la República facultades extraordinarias para dictar el Estatuto de Personal de los Suboficiales y Oficiales de las Fuerza Militares; de los Suboficiales, Oficiales y Agentes de la Policía Nacional y del personal civil del Ministerio de Defensa y la Policía Nacional. En virtud de esta ley, se expidió el Decreto-Ley 1212 de 1990. Posteriormente, se dicta el Decreto 1091 de 1995, que es el Estatuto para el nivel ejecutivo de la Policía Nacional, en el que expresamente se consagró que los suboficiales de la Policía Nacional que alcancen dicho nivel, podrán optar por continuar bajo el régimen del Decreto-Ley 1212 de 1990 o acogerse al nuevo régimen. Significa lo anterior que con la expedición del Decreto-Ley 1091 de 1995, y en razón de la opción consagrada en él, a la fecha subsisten dos regímenes prestacionales para los suboficiales de la Policía Nacional, pues la mayoría de los miembros de esta institución que ascendieron al nivel ejecutivo optaron por continuar en el régimen del Decreto-Ley 1212 de 1990. Así las cosas, se justifica el análisis de constitucionalidad propuesto por el ciudadano Víctor Julio Arias, toda vez que la norma acusada está vigente aún en el ordenamiento jurídico colombiano, y precepto de igual contenido también se halla en el Decreto-Ley 1091 de 1995. 5. La pensión de sobrevivientes en el Sistema Integral de Seguridad Social y en el régimen pensional aplicable a los oficiales o suboficiales de la Policía Nacional 5.1. El artículo 279 de la Ley 100 de 1993, ley que regula el Sistema Integral de Seguridad Social, contempla que dicha normatividad no será aplicable a determinados grupos de trabajadores, cubiertos por regímenes especiales de seguridad social dentro de los cuales se encuentran los miembros de la Policía Nacional. Asunto que haría pensar que el cargo expuesto por el ciudadano Víctor Julio Arias carece de fundamento, dado que al tratarse de un régimen de excepción, el legislador tendría la libertad para regularlo sin que sea posible tener a uno u otro como parámetro de comparación. 5.2. Sin embargo, es pertinente señalar que cuando el Congreso de la República aprobó la Ley 100 de 1993, reconoció la existencia de regímenes especiales, bajo el entendido que éstos consagraban un régimen de mayores beneficios prestacionales a los señalados para el sistema integral de seguridad social, que, en virtud de la protección de los derechos adquiridos, era necesario mantener. 5.3. En este sentido, los regímenes especiales, según lo dispuso la Corte Constitucional en sentencia C-461 de 1995, han de garantizar, en relación con el Sistema Integral de Seguridad Social de la Ley 100 de 1993, un nivel de protección igual o superior al que éste contiene para ser conformes a la Constitución en lo que hace a los derechos a la igualdad y seguridad social, como quiera que el tratamiento diferenciado lejos de ser discriminatorio, debe favorecer a los trabajadores a los que dicho régimen cobija. Por tanto, si se evidencia un tratamiento inequitativo y menos favorable para los trabajadores de un régimen especial frente al que se otorga a los del sistema integral, será necesario analizar la razonabilidad de dicho trato, para determinar si el mismo se ajusta al principio de igualdad. 5.4. En ese orden, la Corte Constitucional al analizar un aparte del artículo 279 de la Ley 100 de 1993 (sentencia C-461 de 1995), concluyó que los regímenes excepcionales a los que él hace referencia, se ajustan al ordenamiento constitucional, en cuanto suponen la existencia de unas condiciones prestacionales más favorables para los trabajadores a quienes comprende, frente a las señaladas en la Ley 100 de 1993 y cuando éstos consagren para sus destinatarios un tratamiento inequitativo frente al que se otorga a la generalidad de los trabajadores cobijados por el régimen previsto en la Ley 100 de 1993, estas regulaciones deberán ser excluidas del ordenamiento por ser contrarias al artículo 13 de la Constitución. Esta doctrina se ha reiterado en las sentencias C-173 y C-665 de 1996; C-182 de 1997 y C-956 de 2001, las dos últimas referidas específicamente al régimen prestacional especial de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. 5.5. Igualmente, la jurisprudencia constitucional ha sido clara en señalar que cuando se trate de efectuar la comparación entre las prestaciones contenidas en un régimen y otro para efectos de determinar si las del especial o excepcional resultan contrarias al principio de igualdad, se debe realizar un análisis integral de la correspondiente prestación y no aspectos aislados de ella, dado que lo que puede resultar desfavorable en un asunto específico puede resultar compensado por otro aspecto del mismo régimen (sentencias C-598 de 1997; C-080; C-890 de 1999; C-956 de 2001, entre otras), hecho que obliga a que el régimen especial se aplique en forma total y no aislada, por cuanto no se puede apelar a derechos tanto del sistema general como del excepcional (sentencia T-348 de 1997), toda vez que "no es equitativo que una persona se beneficie de un régimen especial, por ser éste globalmente superior al sistema general de seguridad social, pero al mismo tiempo el usuario pretenda que se extienda todos los aspectos puntuales en que la regulación general sea más benéfica" (sentencia C-956 de 2001). Así las cosas, en sentencia C-090 de 1999 esa Corporación señaló en qué casos procede la comparación de una prestación contenida en el régimen especial y en el régimen general, a efectos de determinar si la contenida en el régimen excepcional resulta contraria al artículo 13 constitucional. Esos requisitos son: i) que la prestación sea autónoma y separable, lo cual debe ser demostrado claramente; ii) que la ley prevea un beneficio inferior para el régimen especial frente al que contiene el sistema especial, en donde la inferioridad del régimen debe ser indudable y iii) que no aparezca en el régimen especial otro beneficio que compense la desigualdad frente al sistema general, asunto éste que debe ser evidente. 5.6. Los anteriores parámetros, entonces, han de ser demostrados en el caso en estudio, a efectos de determinar si, como lo afirma el ciudadano Víctor Julio Arias, es inequitativo que cuando se trate de oficiales y suboficiales de la Policía Nacional muertos en servicio, el legislador exija unos requisitos para la obtención de la pensión de sobrevivientes, que en apariencia exceden en perjuicio de éstos, los requisitos señalados en el artículo 46 de la Ley 100 de 1993. 6. Análisis de las normas del Decreto-Ley 1212 de 1990 en lo relativo a las prestaciones por muerte de un oficial o suboficial de la Policía Nacional 6.1. Lo primero que ha de aclararse, es que el Decreto-Ley 1212 de 1990, entroniza una diferenciación en lo que hace a las prestaciones a las que tienen derecho los sobrevivientes del oficial o suboficial de la Policía Nacional, a la muerte de éstos, según ella se produzca en simple actividad; en servicio activo y por causa del mismo o en actividades especiales. Así: 6.1.1. Si la muerte se produce en simple actividad, los beneficiarios del oficial o suboficial tendrán derecho a: i) que el Tesoro Público les pague, por una sola vez, una compensación equivalente a dos (2) años de los haberes correspondientes, tomado como base el sueldo básico; la prima de actividad en los porcentajes previstos por el mismo Decreto-Ley; prima de antigüedad; una duodécima (1/12) parte de la prima de navidad y la bonificación por compensación; ii) Al pago de cesantía por el tiempo de servicio del causante y iii) Si el oficial o suboficial hubiere cumplido quince (15) o más años de servicio, a que por el Tesoro Público se les pague una pensión mensual la cual será liquidada y cubierta en la misma forma de la asignación de retiro, de acuerdo con la categoría y tiempo de servicio del causante. Igualmente, el cónyuge e hijos, hasta la edad de veintiún (21) años, tendrán derecho a que el Gobierno les suministre dentro del país, asistencia médica, quirúrgica y odontológica, servicios hospitalarios y farmacéuticos, mientras disfruten de la pensión decretada con base en los servicios prestados por el oficial o suboficial fallecido (artículo 168). 6.1.2. Si la muerte se produce en actos del servicio o por causas inherentes al mismo, sus beneficiarios tendrán derecho a: i) que el Tesoro Público les pague, por una sola vez, una compensación equivalente a tres (3) años de los haberes correspondientes, tomando como base las mismas prestaciones señaladas en el párrafo anterior; ii) el pago doble de la cesantía por el tiempo servido por el causante y iii) si el oficial o suboficial hubiere cumplido doce (12) o más años de servicio, a que por el Tesoro Público se les pague una pensión mensual la cual será liquidada y cubierta en la misma forma de la asignación de retiro, según el tiempo de servicio del causante. Por su parte, el artículo 125, contempla que cuando el agente fallezca en estos casos con doce (12) años o más de servicio, pero con menos de quince (15), la pensión a que tienen derecho sus beneficiarios se liquidará como si el agente hubiere cumplido quince (15) años de servicio. En este evento, el cónyuge e hijos, hasta la edad de veintiún (21) años, tienen derecho a que el Gobierno, según las tarifas que éste señale, les suministre dentro del país, asistencia médica, quirúrgica y odontológica, servicios hospitalarios y farmacéuticos, mientras disfruten de la pensión decretada con base en los servicios prestados por el oficial o suboficial fallecido (artículo 168, parágrafo). 6.1.3. Si la muerte se produce en actos especiales de servicio, actos meritorios del servicio, en combate o como consecuencia de la acción del enemigo, bien sea en conflicto internacional o en mantenimiento o restablecimiento del orden público, además de un ascenso póstumo al grado inmediatamente superior del oficial o suboficial de la Policía Nacional, sus beneficiarios tendrán derecho a: i) que el Tesoro Público les pague por una sola vez, una compensación equivalente a cuatro (4) años de los haberes correspondientes al grado conferido al causante, tomando como base las partidas ya señaladas; ii) El pago doble de la cesantía por el tiempo servido por el causante y iii) Si el agente hubiera cumplido doce (12) o más años de servicio, a que el Tesoro Público le pague una pensión mensual, la cual será liquidada y cubierta en la misma forma de la asignación de retiro de acuerdo con el grado conferido póstumamente. Si el oficial o suboficial no hubiere cumplido doce (12) años de servicio, sus beneficiarios con excepción de los hermanos, tendrán derecho a que el Tesoro Público les pague una pensión mensual equivalente al cincuenta por ciento (50%) de las partidas enunciadas para el pago de la pensión de que trata el artículo 140 del Decreto 1212 de 1990. Finalmente, en los tres casos señalados, los beneficiarios en el orden y proporción establecidos por el legislador continuarán percibiendo durante tres (3) meses el sueldo del oficial o suboficial. 6.2. Por su parte, la Ley 100 de 1993, en su artículo 46, reconoce la pensión de sobrevivientes a los beneficiarios de los afiliados que hayan cotizado al sistema 26 semanas y se encuentren cotizando al momento de la muerte, o que sin estar cotizando, hubieren efectuado aportes durante 26 semanas en el año inmediatamente anterior a la muerte, en estos casos el monto de la pensión corresponderá al 45% del ingreso base de liquidación más el 2% de dicho ingreso por cada 50 semanas adicionales de cotización a las primeras 500 semanas, sin que la pensión pueda exceder el 75% del ingreso base de liquidación. Igualmente, se establece que el monto de la pensión nunca podrá ser inferior al salario mínimo legal mensual vigente. 6.3. Partiendo de estos requisitos, el demandante concluye que el régimen de la Ley 100 de 1993, en lo que hace a la pensión de sobrevivientes resulta ser más favorable, porque sólo exige una cotización por el término de 6 meses y dos (2) semanas, mientras que el régimen establecido para los agentes de Policía, exige un término amplio de vinculación para tener derecho a ella, 15 años, cuando se trate de muerte en simple actividad. Así las cosas, es necesario entrar a demostrar si en el caso planteado por el actor, se dan los requisitos señalados por la Corte Constitucional (sentencia C-090 de 1999) para que proceda el análisis de constitucionalidad por él propuesto. 6.3.1.Que la prestación sea autónoma y separable, lo cual debe ser demostrado claramente Teniendo en cuenta el recuento normativo que se efectuó en el acápite 6.1. de este concepto, el Despacho del Procurador General considera que la prestación que acusa el demandante sí es autónoma, pues se trata de la pensión de sobrevivientes a la que tendrán derecho los beneficiarios del oficial o suboficial de la Policía Nacional fallecido en actividad, pensión ésta que igualmente se consagra en los literales c) de los artículos 163 y 164 del mismo Decreto-Ley, y que se distinguen en razón de la causa de la muerte, es decir, si ésta fue por causa del servicio y en relación directa con él; en actos meritorios o si simplemente sobrevino encontrándose el agente vinculado a la institución. Por tanto, pese a que el demandante sólo acusa la pensión contenida en el literal c) del artículo 163, para este Despacho es claro que el cargo presentado por él, es predicable también frente a la pensión de sobrevivientes de los artículos 164 y 165, pues es la misma prestación contenida en literal acusado, sometida a distintos requisitos, frente a ellas existe, entonces, unidad normativa. Y se afirma que esta pensión es autónoma, dado que no tiene relación con otra prestación que se consagre tanto en el sistema general como especial, pues tal como se analizará a continuación, la causa de este beneficio es la muerte del agente de la Policía en servicio. 6.3.2.Que la ley prevea un beneficio inferior para el régimen especial frente al que contiene el sistema especial, en donde la inferioridad del régimen debe ser indudable Si bien es cierto el sistema integral de seguridad social que se desarrolla en la Ley 100 de 1993, tiene como fundamento el concepto de aportes que hace el trabajador a uno de los dos sistemas que él consagra, en donde las prestaciones que en él se reconocen parten del supuesto de las cotizaciones del afiliado, es claro que este régimen consagra una prestación que se denomina pensión de sobrevivientes, la que, según la jurisprudencia constitucional, independiente del sistema en el que se encuentre ubicado el trabajador, tiene como fin evitar "que las personas allegadas al trabajador y beneficiarias del producto de su actividad laboral queden por el simple hecho de su fallecimiento en el desamparo o la desprotección", en donde el reconocimiento de esta prestación busca impedir "que, ocurrida la muerte de una persona, quienes dependían de ella se vean obligados a soportar individualmente las cargas materiales y espirituales de su fallecimiento" (sentencia T-190 de 1993). Y en referencia expresa a la pensión a la que alude el artículo 46 de la Ley 100 de 1993, señaló esa Corporación que ella se creó como una prestación a favor de los familiares del causante, cuyo origen o fundamento está en el fallecimiento del afiliado y nace para el "cubrimiento de un riesgo con el pago de una prima que lo asegure" (sentencia C-617 de 2001). Pues bien, la Ley 100 de 1993 consagra esta prestación como una pensión de carácter permanente para los beneficiarios en ella señalados, y cuyo requisito se basa en las semanas mínimas de cotización, 26, que corresponden a 6 meses y dos (2) semanas de aportes. Por su parte, el régimen aplicable a los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, consagra que para obtener derecho a ésta, el oficial o suboficial ha debido estar vinculado a la institución entre 12 años y 15 años, tiempo éste que, en comparación con el consagrado para las semanas mínimas de cotización, excede en un todo cualquier parámetro de aceptación, en donde es indudable sin entrar a efectuar demasiadas lucubraciones que existe una diferencia clara entre los requisitos que se exigen en el régimen general y en el de excepción. 6.3.3. Que no aparezca en el régimen especial otro beneficio que compense la desigualdad frente al sistema general. Asunto éste que debe ser evidente Analizadas las normas que fueron comentadas en el acápite 6.1. de este concepto, encuentra el Ministerio Público que los beneficiarios de los oficiales o suboficiales de la Policía Nacional tienen derecho a ciertas prestaciones en caso de muerte del oficial o suboficial y, dependiendo de la causa de ésta, dichas prestaciones variaran en su monto y requisito. En términos generales, los beneficiarios en estos casos tendrán derecho a: i) una compensación que se recibe por una sola vez y que tiene como factores de liquidación: el sueldo básico; la prima de actividad en los porcentajes previstos por el mismo Decreto-Ley del que hace parte la norma acusa; la prima de antigüedad; una duodécima (1/12) parte de la prima de navidad y la bonificación por compensación. Según la causa de la muerte, ésta compensación corresponderá a la suma de los factores enunciados por dos años si la muerte fue en simple actividad; por tres años si la muerte se produjo en servicio activo y en relación directa con él y por cuatro años si la muerte fue en actos especiales de servicio; ii) a continuar devengando durante tres (3) meses el sueldo del oficial o suboficial fallecido (artículo 170); iii) la pensión de sobreviviente que dependiendo de la causa de la muerte, exige tiempos mínimos de prestación de servicio a la Policía Nacional, tiempos que oscilan entre los doce (12) años y los quince (15) años, a efectos de obtener una pensión similar a la que se obtendría por asignación de retiro; iv) auxilio de exhumación, que corresponde a cinco salarios devengados por el oficial o suboficial y que se pagan a quien hubiese sufragado estos gastos; v) el pago de la cesantía, que para el caso de los oficiales o suboficiales muertos en simple actividad se paga por su monto real, mientras que en los otros dos eventos contemplados en el Decreto-Ley se paga doblada; y, vi) el cónyuge e hijos, hasta la edad de veintiún (21) años, que tengan derecho a gozar de la pensión otorgada en caso de muerte en actividad, podrán igualmente acceder al beneficio de que el Gobierno les suministre dentro del país, asistencia médica, quirúrgica y odontológica, servicios hospitalarios y farmacéuticos, mientras disfruten de la pensión decretada, cuando la muerte fue en simple actividad. Si la muerte fue a causa del servicio y en relación directa con él, el Gobierno establecerá tarifas para el acceso a estos servicios. En este contexto, para el Despacho del Procurador General de la Nación, si bien el régimen prestacional para los oficiales o suboficiales de la Policía Nacional consagra unos beneficios para los beneficiarios de éstos, cuando fallezcan en actividad, servicio o actos meritorios, dichos beneficios analizados en perspectiva rente a la pensión de sobrevivientes que regula el mismo régimen y la Ley 100 de 1993, no pueden tenerse como compensatorios del no reconocimiento de esta prestación cuando no se satisface el requisito mínimo de vinculación a la institución, que se repite, es en extremo gravoso. Piénsese en el caso un oficial o suboficial que lleve 10 años y 8 meses de servicio y muera por causas naturales, los beneficiarios de éste, su viuda y dos hijos de 3 y 5 años no tendrán derecho sino a la compensación que por esta razón se reconoce por una sola vez, pero que proyectada en el tiempo no cumple con el objetivo cierto de la pensión cual es que "quienes dependían de ella se vean obligados a soportar individualmente las cargas materiales y espirituales de su fallecimiento." En este caso concreto, la viuda no recibirá la pensión vitalicia que, de haber estado cotizado su esposo como trabajador al Sistema General de Pensiones, hubiese podido recibir por su muerte, y cuyo monto oscilaría entre el 45% y 50% de la base de liquidación que en ningún caso puede ser inferior a un salario mínimo legal mensual vigente. Igualmente, los hijos que en el régimen general por el tiempo de servicio de su padre hubiesen podido gozar de la pensión hasta los 25 años, se verán privados de la misma. Así las cosas, entiende el Ministerio Público que en el régimen de la prestación de sobrevivientes consagrado para los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional existen inequidades no sólo frente a los beneficiarios del mismo sistema sino en relación con los del régimen integral de seguridad social, dado que, por razón del tiempo de servicios, 12 a 15 años, unos no sólo tienen derecho a la pensión de sobrevivientes sino a la compensación a la que se hizo referencia en el acápite 6.1., mientras otros, con tiempos nada despreciables de servicio, v.gr., 14 años y once meses (muerte en simple activad) u 11 años y once meses (muerte en servicio o en acto meritorio), tendrían derecho al mismo monto de compensación de un oficial o suboficial que sólo lleva al servicio de la institución tres meses. Y si dicho tratamiento es ya de por si desproporcionado y carente de razonabilidad frente a un grupo de personas que están en situaciones de hecho similares –estar al servicio de la Policía Nacional-, el resultado de comparar la situación de los beneficiarios de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional con el tratamiento dado por la Ley 100 de 1993 a los beneficiarios de los afiliados que mueren estando cotizando al sistema o que lo hicieron en un lapso determinado, no se compadece con el principio de igualdad ni con la protección que el Estado debe brindar al derecho a la seguridad social, especialmente de quienes hacen parte de una institución como la Policía Nacional. El régimen prestacional que consagran los artículos 163, 164 y 165 del Decreto-Ley 1212 de 1990, para las prestaciones en caso de muerte del oficial o suboficial de la Policía Nacional, no se equipara con lo que en nuestro concepto resulta ser un régimen más benéfico. Sobre todo si se tiene en cuenta el tiempo de servicio que se exige para acceder a la pensión, en donde la compensación que se asigna cuando dicho requisito no se cumple, no suple el no poder acceder por parte de los beneficiarios a una pensión vitalicia, que por lo menos correspondería a un salario mínimo legal mensual vigente si se hiciera parte del sistema integral de pensiones, pero que convertidos a la compensación, sólo representarán entre tres a cuatro años de esta pensión, partiendo de la base que ésta corresponda simplemente a la mínima. A pesar de que exista la compensación a la cual tienen acceso las familias del oficial o suboficial muerto en actividad, en servicio, o en actos meritorios, ésta no se puede comparar con los beneficios que representan a nivel económico y de estabilidad el que el núcleo familiar tenga acceso al reconocimiento de una pensión vitalicia para el cónyuge o compañero permanente, que va representar una garantía de subsistencia para éstos. Como tampoco se pueden tener en cuenta el resto de prestaciones, pues en caso de muerte de trabajador vinculado al sistema general, sus beneficiarios también tienen derecho a un auxilio funerario, al pago de la cesantía y al cubrimiento de gastos médicos, prestaciones éstas que distan de la naturaleza y razón de ser de la pensión de sobrevivientes, razón por la cual, estas prestaciones son beneficios adicionales, que en nada afectan la autonomía de la pensión de sobrevivientes. De otra parte, no se puede comparar una compensación que es de facto, es decir, que se reconoce por una sola vez y equivalente a lo que el oficial o suboficial devengó en dos años, con el derecho a recibir una mesada mensual de carácter permanente, que va a garantizar el sustento familiar de un núcleo que en la extensa mayoría de casos es de personas de escasos recursos. Las normas en comento, pero específicamente la contenida en el literal c) del artículo 163, desde esta perspectiva, colocan a los destinatarios de este régimen excepcional, en una situación de desventaja frente a los beneficiarios de los trabajadores sujetos al régimen general de pensiones. En criterio de este Despacho, no existe razón que justifique constitucional ni legalmente dicha diferenciación, sobre todo entre personas colocadas en una misma situación fáctica, la muerte o el fallecimiento del servidor o trabajador, ya que los beneficiarios tienen el derecho a gozar de una pensión de sobrevivientes, sin que requisitos como los señalados en los literales c) de los artículos 163, 164 y 165 del Decreto 1212 de 1990, referido al tiempo de servicio del oficial o suboficial de la Policía Nacional, puedan dar lugar a ese tratamiento discriminatorio, expresamente prohibido en el artículo 13 de la Carta Política. En este evento, se encuentra que el literal acusado como el literal c) del artículo 164 del Decreto-Ley 1212 de 1990, dan un tratamiento inequitativo con respecto a las personas que, después de entrada en vigencia la Ley 100 de 1993, y por efecto de ésta, tienen derecho a la pensión de sobreviviente. No se hace mención aquí del artículo 165, pues éste expresamente consagra que si el oficial o suboficial fallecido en actos meritorios en combate, o en acción contra el enemigo no tuviese los doce (12) años de servicio, de todos modos se reconocerá a sus beneficiarios, además de la compensación, una pensión que será del 50% de la que hubiera percibido si hubiese cumplido el requisito de los 12 años. Es decir, este es el único evento, en donde los beneficiarios del agente fallecido, independientemente del tiempo de servicio, tienen derecho a una pensión. Así las cosas, se desconoce el principio y el derecho constitucional a la igualdad, cuando, sin mediar circunstancia objetiva y razonablemente justificada, se establece una discriminación entre personas colocadas en un mismo pie de igualdad, lo cual ocurre al consagrarse un tratamiento diferencial y desigual para los beneficiarios de los oficiales y suboficiales miembros de la Policía Nacional muertos en actividad o en servicio activo y en relación con él, frente a la pensión de sobrevivientes que señala el régimen integral de pensiones. En ese orden de ideas, le asiste razón al demandante en el sentido de que existe desfavorabilidad en el tratamiento que el régimen de excepción consagra para los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, en lo relacionado con el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes, frente al régimen general de pensiones, teniendo en cuenta lo ya analizado. De otra parte, es de anotar, que si bien el demandante no hizo alusión a los literales a) y b) del artículo 163 del Decreto Ley 1212 de 1990, que consagran la compensación, y la cesantía como beneficios, es esa compensación del literal a), la que muestra una situación abismalmente distinta entre las prestaciones a que tienen derecho los beneficiarios de uno y otro régimen, porque mientras bajo el imperio de la Ley 100, los beneficiarios del cotizante tienen derecho a una pensión por 6 meses y 2 semanas de aportes, los beneficiarios del oficial o suboficial muerto en actividad que no tenga los 15 años de servicio, sólo tienen derecho a una compensación equivalente a dos (2) años de haberes correspondientes, liquidados de acuerdo con el artículo 100 del mismo Decreto-Ley. Y si bien, la intención del legislador al excluir a los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional del Régimen General de Pensiones establecido en la Ley 100 de 1993, fue la de proteger los derechos adquiridos de este sector de trabajadores en materia pensional, por ser éste supuestamente más favorable, no es claro que, en lo que hace a la diferencia de requisitos para acceder a la pensión de sobrevivientes entre los dos regímenes, realmente ese régimen de excepción se ajuste a los lineamientos de la Carta Política. A pesar de que en el régimen prestacional de la Policía Nacional, se consagran beneficios pensionales iguales e incluso superiores a aquellos otorgados por el régimen general, se puede constatar que tales beneficios específicamente en lo que respecta a la pensión de sobrevivientes de los oficiales y suboficiales de la Policía muertos en simple actividad y en servicio activo, compensen la pensión de sobrevivientes del régimen general. El beneficio de la pensión de sobrevivientes del artículo 46 de la Ley 100, no tiene similar dentro del régimen de los oficiales y suboficiales de la Policía, ni dentro del Sistema Pensional de la Policía, simplemente éste cobija formas específicas a través de las cuales se tiende a la protección especial de estos servidores, pero, en lo que hace a la pensión de sobrevivientes, éstos no llegan a tener ni a cumplir la finalidad de la pensión vitalicia para los beneficiarios de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, a pesar de que su monto en la mayoría de los casos no exceda de un salario mínimo. Bajo la perspectiva del Estado Social de Derecho que consagra la Carta, los beneficios citados no hacen otra cosa que desarrollar en forma directa los artículos 48 y 53 de la Constitución, que vinculan al legislador con la defensa del derecho a la seguridad social. Así las cosas, quienes no cumplen los requisitos para ser acreedores de la pensión de sobrevivientes, dentro del régimen de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional, encuentran un trato menos favorable respecto de quienes se vincularon al Régimen General de Pensiones, pues este último grupo de pensionados cuenta con el beneficio legal de poder tener acceso a una pensión mensual con unos requisitos mínimos, del cual se encuentran excluidos quienes están cubiertos por el régimen prestacional de la Policía. Así las cosas, se puede establecer que el grupo diferenciado se encuentra en circunstancias distintas de aquéllas en las que se encuentra la generalidad del sector. En este caso, el tratamiento especial no se justifica ya que los requisitos para adquirir el estatus de pensionado beneficiario de un oficial o suboficial de la Policía Nacional muerto en actividad son demasiado exigentes frente a los del régimen general. El requisito del tiempo de servicio que se señala el artículo 163, literal c), no se compadece con la finalidad de la pensión de sobrevivientes. Del análisis anterior se deduce una discriminación que consiste en la consagración de una excepción arbitraria que excluye a los beneficiarios de los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional que no son acreedores a la pensión de sobrevivientes, de algún beneficio similar o equivalente a la pensión de sobrevivientes de que trata el artículo 46 de la Ley 100, la compensación de dos años de servicio, en el caso de muerte por simple actividad, no se compadece con 14 años y ocho meses de servicio, y no guarda relación alguna con el derecho a recibir una mesada vitalicia o temporal, cuando de la viuda se trata, o de los hijos, hasta que éstos cumplan la condición de edad para dejar de gozar de este derecho. En consecuencia, este Despacho advierte que no existe razón constitucional que justifique la exclusión del régimen pensional especial para los oficiales y suboficiales de la Policía Nacional de la pensión de sobrevivientes que contempla el régimen ordinario, puesto que son mucho más exigentes los requisitos para que los beneficiarios del oficial o suboficial muerto en actividad o en servicio o acto meritorio, puedan tener el derecho a este reconocimiento, esto es 15 y 12 años de servicio a la institución. Lo anterior lleva al Despacho del Procurador a solicitar a la Corte la declaración de inexequibilidad de los literales c) de los artículos 163, 164 y 165 del Decreto-Ley 1212 de 1990, por cuanto los términos de servicio que en éstos se señalan, son desproporcionados para que se pueda tener derecho a la pensión de sobrevivientes, y resultan contrarios al derecho a la igualdad. Y si bien es cierto la Corte Constitucional no puede sustituir al legislador para señalar los requisitos que éste debe contemplar para la asignación de la pensión de sobrevivientes en un régimen especial como el de la Policía Nacional, el vacío que produciría la declaración de inexequibilidad aquí solicitada, se puede llenar aplicando la normatividad de Decreto-Ley 1091 de 1995, que contempla para los casos de muerte en servicio o con relación a él, una pensión que equivale al 50% de la asignación básica más otros factores, pensión ésta que no depende de ningún tiempo de servicio, y que por el contrario se incrementa según el término de servicio, mientras que si la muerte es en actos especiales de servicio o combate, la pensión sin importar el término de servicio es del 100%. Obsérvese que para estos casos, las pensiones de sobrevivientes no están condicionadas a tiempos especiales de servicio, distinción ésta que no se puede sustentar en el grado del oficial o suboficial, toda vez que aquí el factor que se debe tener en cuenta para efectos de la asignación de la pensión es la causa de muerte. Este decreto contempla igualmente compensaciones que se reciben en forma acumulada con la pensión, lo que comprueba que ésta no tiene como finalidad sustituir la pensión de sobrevivientes, tal como sí lo regula el artículo 37 de la Ley 100 de 1993. Ahora bien, en relación con el término de quince (15) años que contempla el artículo 163, literal c), como frente a éste no existe norma que pueda suplir el vacío que puede generar su declaración de inexequibilidad, ésta debe diferirse en el tiempo, a efectos de que en un lapso razonable, el legislador expida, en cuanto a la pensión de sobrevivientes se refiere, un régimen que se ajuste a la naturaleza de esta prestación, tomando como fundamento los requisitos mínimos que exige la Ley 100 de 1993, en su artículo 46, que hagan referencia a un determinado porcentaje en un tiempo racional de prestación de servicios. Por ejemplo, que después de siete (7) meses de servicio, se tenga derecho una pensión que represente el 30% de la asignación básica más los otros factores salariales a los que alude el régimen prestaciones del DecretoLey 1212 de 1990. En subsidio de lo anterior, declarar la inexequibilidad de los literales acusados, para exigir que los tiempos de servicios exigidos para obtener la pensión de sobrevivientes sean iguales o equivalentes a los exigidos en el sistema general de pensiones. 7. Conclusión Por lo anteriormente expuesto, el Procurador General de la Nación, solicita a la Corte Constitucional declarar la INEXEQUIBILIDAD de los literales c) de los artículos 163, 164 y 165 del Decreto Ley 1212 de 1990, en los términos y por las razones expuestas a lo largo de este concepto. Señores magistrados, EDGARDO JOSÉ MAYA VILLAZÓN Procurador General de la Nación SPTB/ncdem