¡DIOS PROVEERA! BODAS DE ORO: 50 AÑOS DE FIDELIDAD DEL SEÑOR.

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¡DIOS PROVEERA!
BODAS DE ORO: 50 AÑOS DE FIDELIDAD DEL SEÑOR.
Nací el 10 de diciembre de 1938 en el rancho de Sompazol, perteneciente al municipio de Atzalan, Ver. y me
bautizaron a los nueve días de nacida.
Fueron mis papás, el Sr. Gil de la Cruz A. y la Sra. Julia Perdomo que en paz descansen, soy hija única y como todos
los niños muy traviesa, como no tuve hermanitos jugaba con los animales.
Un día me invito mi abuelita, a cuidar sus borregas y me dejó sola por un rato mientras iba a su casa, se me ocurrió
acostarme en la sombra de u n árbol y me quedé viendo para el cielo y pensé: DIOS me está viendo desde allá, me
senté vi todo alrededor y sentí como una sombra que lo cubría todo, los árboles, las borregas pastando, el pasto
verde el aire, en fin todo me pareció que ahí estaba Dios. Es algo que me impresionó mucho y que nunca he
olvidado. Yo casi no conocía a Dios, sí, mis papás me enseñaban a rezar y oía que confiaban en él, yo todavía no iba
al catecismo tendría como cinco años, ahora que reflexiono veo que fue mi primer encuentro con Dios.
Un día en mi pueblo estaba el jubileo de las cuarenta horas, en esa ocasión, me llevó mi mamá hacer una visita al
Santísimo, y me impresionó ver a unas personas vestidas de negro, sentadas adelante de las bancas en medio círculo
eran como ocho , me quedé viéndolas y mi mamá me llamaba ven, vámonos, yo no hacía caso, entonces me dio un
puño de monedas de veinte centavos para que les repartiera y nos fuéramos, se las di y había una de ellas de ojos
azules con una carita muy bonita que me sonreía, después la conocí.
Me tomo de la mano mi mamá, le pregunté: -¿quiénes son esas mujeres?- y me dijo: - son monjitas - ¿y que hacen?,
están al servicio de Dios, rezan por todos nosotros y ayudan a la gente pobre. Le dije: -mamá cuando yo sea grande
voy a ser como Ellas-, yo iba brinco y brinco en un pie, - sí me gusta ser como Ellas -.
Mi mamá me decía: - no eso no, porque ellas sufren mucho hacen penitencia y cuando hay persecución, los
soldados las maltratan, las golpean con los rifles-. - que le hace, yo si me voy con Ellas -. Tenía como seis años.
Después de un tiempo me enfermé de hemorragia , siempre la padecía pero me iban curando y no se me quitaba ,
en esa ocasión dijo mi papá: - la vamos a llevar al Hospital Regional de ALTOTONGA PARA INTERNARLA y la curen
bien -, pero yo había oído hablar a una señora que se había curado en el Hospital Guadalupano de Teziutlán, que las
Madres eran muy buenas y la habían tratado y curado muy bien, entonces le dije a mi papá que me llevaran con las
Madres a Teziutlán y si no mejor que me dejaran morir que yo no iba a tomar la medicina del hospital de Altotonga,
se preocupó mi papá y dijo: - pues no conocemos Teziutlán , ni el Hospital, le vamos a preguntar al Señor Cura si lo
conoce y fueron y el Sr. cura dijo que sí, llamó a su chofer y le dijo que nos llevara en su coche con las Madres, él era
su confesor , conocía muy bien.
Llegamos al hospital y precisamente salió a recibirme la madre de los ojos azules que había visto aquella vez en mi
pueblo, me quedé internada pues el doctor dijo que estaba muy delicada.
Cuando me empezaba a recuperar un poco quise bajar para ayudar a las Hermanas; iba a la cocina con la Hna. Olivia
en paz descanse y le ayudaba a escoger la verdura o lo que me pedía y también a otras Hermanas me gustaba
mucho, estar con las Madres.
Un día llegó la Madre General a visitar a las Hermanas y vi que pasaban una por una, a platicar con ella y yo le
pregunté a una de las Madres si yo podía ir también a hablar con ella, que le preguntara y me llamó la madre
Superiora General, con ella misma.
Toque la puerta y me dijo que pasara, la saludé, le besé la mano y me pregunto mi nombre, la edad y si ya había
terminado la primaria le conteste que no porque me enferme, apenas estaba en quinto y voy a repetir por la
enfermedad, a causa de la hemorragia nasal que siempre había padecido, me escuchó, luego me dijo voy a pensar y
luego te llamo, para esto, ya me había preguntado qué es lo que quería decir , que pedí hablar con ella, y le dije que
yo quería ser religiosa como Ellas, que necesitaba y me dijo que, primero que tuviera la edad y que de verdad
quisiera .
Después me llamo y dijo que me iba a llevar a Puebla para que terminara la primaría, mientras iba pensando bien mi
vocación y ya decidiría bien lo que quería.
Termine la primaria, y me mandó a estudiar la secundaria a Orizaba, pero todavía no habrían la secundaria y estuve
tomando clases de corte cada tercer día, por tres, meses y empezaron las muchachas a decir que cambiaban a la
Madre Superiora que era la madre Margarita Acosta, muy buena, y dijeron: - yo no me quedo me voy a mi casa-, yo
también pensé: -yo también me voy, hablaré con la Madre y aprovecho para irme con Ella a Puebla -.
Llegué a Puebla a la 10 Oriente de donde había salido y la Madre Superiora dijo que ahí ya no había lugar para mi,
que escribiera a mis papás que fueran por mí, y así fue, luego fueron por mí para llevarme a la casa, estuve cinco
años con ellos; mi papá siempre me decía: -ve a visitar a las Madres llévales algo, sé agradecida con ellas que fueron
muy buenas contigo te curaron y te quisieron mucho -.
Yo no tenía ganas de verlas sentía, no sé que sentía, pero me resistía a ir; un día me dieron muchas ganas de ir a
saludarlas pues dije que tonta soy, ellas no me han hecho nada, voy a ir, le pedí a mi mamá si me acompañaba y le
pedimos permiso a mi papá. - Claro que sí, vayan- . Y nos fuimos al otro día, me vieron las madres con mucho
cariño, estuvimos platicando y dijeron: - supimos que ya te ibas a casar y dijimos ya su esposo no la va dejar venir
con nosotras -, - pues ya ven, aquí estoy, no me he casado. Una de las madres me dijo: - quédate un mes con
nosotros y nos ayudas hacer hostias pues tenemos muchos pedidos y estamos solas, la muchacha que las hace le
dimos vacaciones.
Le dije a mi mamá: - sí me quedo, ya ve que mi papá me dice que sea agradecida con las Madres, ahora que me
necesitan debo ayudarles -, ella tenía temor de que se molestara y la fuera regañar, pero él dijo que estaba bien que
las ayudara; como a los quince días ya iban por mi y le rogué a mí, papá que me dejara otro tiempo más porque no
había llegado la muchacha que hacia las hostias.
Mientras yo andaba haciendo mis trámites, para entrar a la Congregación; le escribí a la Madre Ma. Elena de Alba,
Superiora General pidiéndole que si me admitía entrar con Ellas, entonces me mandó un cuestionario con los
requisitos que necesitaba, para entrar.
Ya que tuviera todo, me esperaba con mucho gusto, que estaba admitida; empecé a buscar que nada me faltara,
pero el permiso por escrito de mi papá no lo tenía, el me dijo que sí me fuera cuando quisiera. Paso algún tiempo, y
me dijo mi mamá: - si tu no vas a la casa, no te va a mandar nada, porque no quiere que tú te vayas -, fui a la casas le
rogué y le suplique, que por fin me dio por escrito el permiso, era domingo, al otro día salimos mi mamá y yo a
Teziutlán, estuve martes ahí y el miércoles, dos Hermanas fueron a Puebla y me llevaron para quedarme en el
postulantado.
La Madre Ma. Elena me recibió y me propuso que estudiara la secundaria en la Apostólica, y después entrara cuando
terminara, al postulantado, yo le dije que quería asegurar mi vocación y después si querían ponerme a estudiar lo
haría, entonces mando llamar a la encargada de las postulantes, que era la madre Bernarda Cetina y me entrego con
ella, me llevó, le pedí que me cortara el cabello, porque lo tenía largo y pintado, en seguida lo hizo y al calentón.
Me dio mi ocupación, que era la pieza de aseo y estaba haciendo aseo general, me puse a cantar fuerte y pasó mi
encargada y me dijo: - ¿está muy contenta Magdalena? -, - sí madre, y seguí cantando, después me di cuenta de que
había que guardar silencio, sacrificarse de lo que más nos gustaba para ofrecerlo a Dios en amor y reparación.
El hecho de que esté en la Congregación, se lo debo a Dios primero y enseguida a la madre Angelita que en paz
descanse, porque creo que ella me apoyó con sus oraciones , también las Hermanas del Hospital Guadalupano; la
Madre Angelita, cuando fui a mi casa , me escribió diciéndome que si iba a regresar porque ya tenía lugar para mí
donde estudiar. Yo, ya no quería regresar y le contesté, que mi papá no estaba y no tenía dinero para el pasaje; llegó
mi papá y le platiqué y dijo: - para que dices eso, yo te voy a llevar ,- no yo no quiero ir -.
Pero Dios ya tenía en su plan que iba a ser religiosa y me trajo y siempre me ha ayudado, la que ha fallado he sido yo,
Él siempre fiel conmigo; con su gracia fui pasando los niveles de formación.
El día 2 de Enero hice mi profesión de votos temporales y después a los cinco años el 6 de enero mis votos
perpetuos.
La celebración de mis bodas de oro, de fidelidad del Señor fue el 4 de enero en la casa de SONRISA DE DIOS, en
Querétaro, preparada por la Hermanas de mi comunidad y la Madre Provincial Felipa Bravo España que llegó la
víspera, lo cual le agradezco mucho a las Hermanas de la casa y a todas las que me acompañaron, a las que me
llamarón por teléfono , a la Madre y Hermanas de centro América que me enviaron un fax con sus firmas les digo,
Dios se los pague y por todas las que oraron por mí, gracias a Dios.
La Santa Misa de acción de gracias fue a las 12:00hras. Presidida por un sacerdote religioso de los P. Javerianos. Su
homilía fue relacionada desde la Encarnación hasta el llamado a la vida consagrada.
Doy gracias infinitas a Dios, por su gran misericordia para conmigo, que a pesar de mis infidelidades, Él me ama y me
perdona, todas mis miserias y me sigue invitando a seguir adelante, con alegría en su servicio, en amor y reparación ,
por todos los pecados del mundo, principalmente los míos.
También pido por la Santa Iglesia, por mi Congregación, por las vocaciones en general, por la Santidad de cada una
de la Hermanas y de las demás personas.
Agradezco a todas las personas que me acompañaron a dar gracias a Dios, a las Hermanas y Madres que vinieron de
diferentes partes, San Luis Potosí, México, León, Gto. Irapuato, Guadalajara, Jal. etcétera. a mis amigas, al Patronato
y las Madres y Hermanas que les invité y no pudieron venir pero sé que pidieron por mí. Dios les pague su bondad y
generosidad.
Que Dios les conceda su Santidad a TODAS, son mis mejores deseos, su hermana en el Corazón de Cristo.
COMUNIDAD DE LA SONRISA DE DIOS
San Juan del Rio, Qro. 4 de Enero del 2011
Hermana: María Magdalena de la Cruz Perdomo, S.S.C.J.P.
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