INTERCAMBIO MACABRO

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INTERCAMBIO MACABRO (Radioteatro)
1
RELATOR: La ciudad duerme, las calles se ven desiertas. ¿Quién se
atrevería a transitar por ellas en una noche tan horrible, nebulosa y fría?
Únicamente alguien con una gran necesidad o… algún indeseable,
tratando de pasar inadvertido.
SONIDOS: Pasos acercándose, bien marcados (como sobre
empedrado o pavimento); tras unos instantes, se detienen, puede
simularse el raspar de fósforos queriendo encender sin lograrlo.
VÍCTIMA 4:
-Para colmo, con esta maldita humedad… hasta los fósforos fallan…
-irritada- ni fumar un miserable cigarrillo podré. (Breve pausa, luego, con
voz colérica, mordiendo las palabras). ¿Quién diablos se ha creído que
es…?
SONIDOS: Durante el soliloquio, se oyen claramente cinco
campanadas. (Deben dar sensación de proximidad).
-¡Las cinco de la mañana…! Me cita aquí, junto a la catedral, a esta
hora y no aparece… ¡Maldito bastardo! Será la última vez que acepte salir
con un sujeto semejante; una puede ser del oficio, una arrastrada, como
dicen, de acuerdo; pero también tiene su dignidad, ¡qué diablo!
SONIDOS: Alguien se acerca silbando una melodía popular.
ASESINO:
Nemesio Martín Román
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-¿Llevas mucho aguardando? Dejé el auto cerca… es casi imposible
circular en esta noche infernal…
VÍCTIMA 4:
(Irritada)
-¿Cuánto esperé? ¡Bastante… demasiado! También… con semejante
niebla, ¿quién se anima a salir en auto…?
ASESINO:
Necesité utilizarlo, vengo de muy lejos. (Ahora, con énfasis).
-Prometí que no te arrepentirías de nuestro encuentro y cumpliré.
Vas a ver. ¡Toma! Este licor te quitará el frío, queda media botella, acabo
de tomar el resto para entrar en calor, ¡dale!; en un rato no sentirás más
frío… bueno, en realidad ni frío ni calor. No sentirás nada… (Ríe, su
carcajada es diabólica).
VÍCTIMA 4:
-Excelente bebida, lástima que no haya más. Yo no puedo olerla ni
en sueños. Sólo saboreo algo semejante muy de tarde en tarde, cuando un
verdadero caballero, tan refinado como usted, me invita. En realidad…
¡casi nunca!
ASESINO:
-¡Ah…! ¿La terminaste? Parece que te agradó y eso me alegra.
Ahora, en cuanto el somnífero haga efecto, comenzaré mi labor. (Vuelve a
reír).
VÍCTIMA 4:
Nemesio Martín Román
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-Claro, muñequito. (Su voz suena pastosa a causa del licor ingerido)
Iremos donde quieras y haremos todo lo que digas. No te voy a defraudar,
de verdad, ¡lo juro! Nadie fue tan considerado conmigo como tú, por una
vez me siento tratada como una dama.
ASESINO:
-No es para tanto, preciosa. Además, aunque te cueste creerlo,
prometo darte el trato que mereces, como corresponde. Lo que mereces,
ni más ni menos.
VÍCTIMA 4:
-Estoy dispuesta a entregarte cuanto pidas, (sollozante y melosa)
todo, hasta mi propia vida si te sirve… Si quieres mi vida, ¡es tuya!
ASESINO:
-Eso precisamente tomaré, tu vida… Ninguna otra cosa, sólo tu
asquerosa existencia. (La estridente carcajada, ahora suena demencial).
SONIDOS: Ruidos de forcejeos y lucha.
VÍCTIMA 4:
-¿Pero… qué hace…? ¡Suélteme! Que me suelte, le digo, ¡maldito
degenerado! ¡Maldito sea mil veces! ¡No… no…! (Gritos desgarradores,
inconexos, pregonando sorpresa, dolor, etc.)
MÚSICA: De suspenso. Suave durante los alegatos, al disminuir y
finalizar estos, in crescendo.
Nemesio Martín Román
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(Puede haber una pausa, sería conveniente
para ayudar al cambio de situación y personajes).
2
SONIDOS: Sirenas de patrulleros policiales circulando en las
inmediaciones y, aunque ilegibles, fragmentos de los habituales
mensajes radiales que suelen oírse en un operativo policial.
OFICIAL HERRERA:
-Señor, observe. Ésta es la cuarta víctima del “asesino de los
pendientes”. Al menos, tiene su sello. (Voces de sorpresa).
TENIENTE VALDÉS:
-¿Cómo dice, oficial Herrera?
HERRERA:
-Sí, teniente. No hay dudas. El mismo “modus operandi”.
VALDÉS:
-¿Qué opina, doctor?
MÉDICO:
-A simple vista, se ajusta al mismo patrón. Repite exactamente la
mecánica de los tres casos anteriores. Un corte perfecto cercenando la
carótida. La muerte es instantánea.
VALDÉS:
-Además, veo el detalle personal, la firma del criminal.
Nemesio Martín Román
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HERRERA:
-Sí, la desdichada tiene dos aretes diferentes. Seguramente, según
acostumbra, el que retiró ahora aparecerá en la oreja de la próxima
víctima.
VALDÉS:
-Daría diez años de mi vida por encontrarle un significado al asunto.
HERRERA:
-¡Qué locura! Un verdadero intercambio macabro… Quitar un
pendiente al cadáver y colocar otro en su lugar; para, posteriormente,
intercambiar el sustraído en ese crimen con uno de la próxima muerta.
PERIODISTA 1:
-¿Qué puede decir, Teniente? ¿Se trata del mismo asesino o…?
VALDÉS:
-No haré declaraciones, mañana realizaremos una conferencia de
prensa.
PERIODISTA 1:
-Pero… al menos un adelanto… algo para calmar a la opinión
pública, usted sabe que…
VALDÉS:
-Oficial Herrera, ¡proceda a despejar el área! Especialmente a la
prensa.
HERRERA:
Nemesio Martín Román
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-Sí Teniente, de inmediato.
VALDÉS:
-Doctor, veo que están trasladando el cuerpo, en un par de horas
pasaré por la morgue judicial.
MÉDICO:
-De acuerdo, quizá tengamos suerte y hallemos más detalles que en
los otros casos, aunque lo dudo mucho.
SONIDOS: La ambulancia alejándose, murmullos lejanos, (sin
precisión).
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