T.P de investigación sobre el NEOLIBERALISMO Modelo económico neoclásico Llegada del neoliberalismo, políticas del modeloy consecuencias Gaggiotti Ayelen y Barrabino Romina 04/10/2011 Actividades 1. Realizar una breve biografía de Alfred Marshall, el padre del neoliberalismo. 2. ¿Qué importancia tiene para Marshall el funcionamiento del mercado y la relación “demanda­ precio”? 3. ¿Qué determina la formación del precio para los productores?¿Cómo se determina el precio del mercado? 4. ¿Qué se entiende por economía de escala. De que dependían las ventas de las empresas según Marshall? 5. Realiza una breve biografía de León Walras. 6. ¿Qué estudió Walras. ¿Qué análisis realizo de la libre competencia? 7. ¿Cómo representaba Walras la competencia perfecta? 8. Buscar en internet una definición de Neoliberalismo. Analizarla, señalando sus principios básicos. 9. Investigar: El Neoliberalismo en los ’90 en la República Argentina. Realizar una síntesis de las políticas llevadas adelante en nuestro país en dicha década. 10. Investigar: Cuáles fueron las consecuencias de las políticas Neoliberales para la distribución del ingreso en nuestro país. Señalar como afectó los niveles de pobreza. 1. Biografía de Alfred Marshall (1842­1924) Nació en Inglaterra. Su padre fue cajero del Banco de Inglaterra. Estudió Matemáticas y Economía en Cambridge. Ocupó puestos académicos a lo largo de toda su vida profesional. Marshall fue hipercrítico con sus propios escritos. De hecho, muchas de sus ideas las habías elaborado bastantes años antes de que aparecieran en la primera edición de sus Principios de Economía en 1890. Fue el fundador economía moderna expuesta mediante representaciones gráficas. 2. Funcionamiento del mercado / Precio y Demanda Para Marshall el análisis del funcionamiento del sistema de mercado empezaba con el estudio del comportamiento de los productores y de los consumidores, pues era la clave para analizar la determinación de los precios del mercado. Según Marshall, el concepto de demanda como una tabla de relaciones precio­cantidad era crucial ara análisis. Para él sería necesaria una reducción en los precios para inducir a comprar más. 3. For mación del precio y el precio de mercado La formación del precio para los productores era la demanda y las condiciones en que los productores estaban dispuestos a vender sus bienes y servicios. Las empresas funcionaban bajo condiciones en las cuales los sucesivos incrementos en los costos totales, debido a la producción de unidades adicionales de su producto, eran crecientes. El precio del mercado según Marshall, en el caso de los factores el precio, también se determinaba por la intersección de la oferta y la demanda. 4. Economía de Escala y las ventas de las empresas Las economías de escala implicaban que un pequeño número de grandes productores podía funcionar a costos medios bajos, produciendo la misma cantidad que un gran número de pequeñas empresas, quedando en entredicho las premisas de un mercado competitivo. Marshall creía que las ventas de cada empresa estaban limitadas al mercado particular, lenta y constantemente adquirido, y aunque la producción pudiese aumentarse rápidamente no ocurriría lo mismo con las ventas. Además, la expansión de la empresa más allá de sus límites naturales la expondría también a la competencia de sus rivales. 5. Biografía de León Walras (1834­1910) Vivió en Lausana (Suiza). Estudió en la escuela de Minas pero fracasó; quiso ser periodista, aunque tampoco tubo éxitos en varias editoriales donde trabajó. Desde 1859 dedicó todo su esfuerzo a demostrar que la Teoría Económica podía ser tratada matemáticamente. En 1870 ocupó la cátedra de Economía en Lausana. 6. La teoría de Walras y la Libre Competencia. Walras se ocupó del estudio de la teoría de la determinación de los precios en un régimen hipotético de libre y perfecta competencia. Pretendía expresar sus conocimientos en forma de proposiciones matemáticas que diesen a la economía un rango científico comparable al que disfrutaban las ciencias físicas Estaba interesado en probar que los resultados de la libre competencia eran beneficiosos y ventajosos. Para era necesario, por un lado, conocer exactamente cuáles eran estos resultados y, por otro, precisan las definiciones y las leyes necesarias de un régimen de competencia perfecta. Según Walras, los economistas habían extendido a menudo al principio de la libre competencia más allá de los límites de su verdadera aplicabilidad, lo que probaba que el principio no había sido demostrado. 7. Régimen de la competencia perfecta En el esquema Walraciano la competencia perfecta quedaba representada por una situación en la que compradores y vendedores se reunían en una subasta masiva, de forma que las condiciones de cada cambio fueran públicamente anunciadas y se diera una oportunidad a los vendedores para bajar sus precios y a los compradores para recibir sus ofertas. 8. Neoliberalismo/ Análisis. El término neoliberalismo es un neologismo que hace referencia a una política económica con énfasis tecnocrático y macroeconómico que pretende reducir al mínimo la intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país, salvo ante la presencia de los denominados fallos del mercado. Este, no rechaza totalmente el intervencionismo estatal y además guarda una ambigüedad ideológica, respondiendo más a su base teórica­técnica neoclásica. Siendo una propuesta macroeconómica tiende a ser neutral con respecto a las libertades civiles. Se usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologías y teorías económicas que promueven el fortalecimiento de la economía nacional (macroeconomía) y su entrada en el proceso globalizador a través de incentivos empresariales, es susceptible de conducirse en beneficio de intereses políticos más que a la economía de mercado propiamente dicha. Análisis: Básicamente el NEOLIBERALISMO es un modelo económico capitalista, que consiste en la privatización del mercado y en limitar la intervención del Estado. Permitiendo que el mercado privado se aproveche de los consumidores sin ninguna restricción. 9. El Neoliberalismo en los ‘90 Primera etapa del plan de convertibilidad: 1991­1994 El contexto mundial era favorable para quienes conducían la política económica nacional, a principios de 1991, instituyeron un plan de ajustes destinado a desterrar el proceso inflacionario y acomodar el modelo de crecimiento de la economía al contexto de proceso de globalización internacional. Estos dos objetivos intentaban crear las condiciones para que el nivel de endeudamiento externo y la incapacidad de la economía Argentina hicieran frente al pago de los intereses de la deuda, y se canalizaran en una estrategia política que posibilitaría afrontar, sin sobresaltos, tal exigencia impostergable. Era enorme la influencia que ejercían, sobre el proceso económico argentino a principio de la década de los ’90, las entidades financieras, principales acreedoras de la deuda externa Argentina. Entonces la nueva estrategia estabilizadora del plan de convertibilidad posibilitaba avanzar en 3 frecuentes simultáneos y cumplimentar objetivos insoslayables de la etapa económica que se abría al cumplirse menos de dos años del nuevo gobierno: a) Vencer la recurrente híper inflación. b) Sentar las bases de una relación estable con la banca acreedora, a fin de dejar atrás los años de incumplimiento de las obligaciones externas, y formular una estrategia que permitiese cumplir con todas la exigencias financieras derivadas de dicho endeudamiento. c) Realizar las transformaciones a fin de adaptar la economía Argentina al proceso de relaciones económicas internacionales, afirmado definitivamente por la caída del muro de Berlín, por las condiciones de la globalización y por los requisitos planteados por el consenso de Washington. Instr umentos del nuevo plan econ ómico. Los instrumentos que se ponen en marcha dentro de plan económico ideado por el ministro de economía Dr. Domingo Cavallo, son los siguientes: a) Fijar, por ley 23.298 del 27 de Marzo de 1991 una paridad cambiaria entre el dólar y la entonces unidad monetaria legal, el AUSTRAL, en una relación de 1 dólar estado unidence por 10.000 australes. b) El segundo instrumento consistió en alentar el proceso de re monetización de la economía. c) El tercer instrumento consistió en orientar el sistema impositivo en una dirección internacional: Impulsar las subas de los impuestos al consumo en desmedro de los impuestos al capital, a la riqueza y a las ganancias. d) El cuarto instrumento de la nueva política económica consistió en producir una profunda reforma del Estado. La reforma aceptada en la legislación posee 2 herramientas básicas: I. La desregulación de los diversos mercados y la supresión de unidades administrativas que hasta la reforma estatal servían como instrumento para dicho proceso regulador II. La segunda herramienta fue la de adaptar la legislación impositiva al objetivo de asegurarles recursos al estado para que pague, en tiempo y en forma los intereses de la deuda externa. El rol de las privatizaciones En la etapa en que el proceso de privatización tuvo su mayor impulso y presencia en el impacto financiero del Estado nacional, el resultado del flujo de los ingresos monetarios y de bonos de la deuda externa, por cada uno de las áreas donde estaban ubicadas las empresas vendidas, fue el siguiente: Entre 1990 y 1993 los casi 10 mil millones de dólares que entraron en forma de efectivo por las privatizaciones de empresas como SEGBA, YPF, ENTEL, GAS DEL ESTADO y SOMISA, cancelaron el déficit. El Estado dispuso así de recursos para hacer frente al pago de los intereses de la deuda externa. Asia 1994 ya se había vendido la mayor parte de las empresas públicas y solamente quedaban en poder del Estado nacional y de los Estados provinciales algunas hidroeléctricas, saldo de ventas anteriores como en el caso de YPF y las centrales nucleares. Segunda etapa del Plan de Convertibilidad: 1995­1999 En 1995 comienza un etapa del plan de convertibilidad, signado por datos económicos y sociales negativos. La expansión económica de la etapa anterior se detiene y la economía nacional sufre un fuerte retroceso, del cual tarda en recuperarse, para volver a caer en 1999. Se cierra el proceso favorable iniciado en 1991 de expansión económica producto de la estabilidad de precios, la ampliación del crédito, el aliento al consumo y el ingreso del dinero fresco por las privatizaciones, que eliminan el déficit fiscal. En esta última etapa el factor económico se vuelve crítico, debido al comportamiento del estado como administrador de los recursos que la sociedad entrega para realizar su actividad. En 1995 el desbalance entre ingresos y egresos fiscales llega a 6900 millones de pesos. Como se produce y se vende menos, el Estado deja de cobrar impuestos y caen las percepciones impositivas. El déficit, aumenta. En 1996 llega a 6600 millones de pesos, en 1997 se reduce algo, pues se remonta a 4700 millones, descendiendo levemente en 1998 al alcanzar los 4200 millones. Pero en 1999, otra vez enfrentados a la fuerte recesión, el saldo negativo aumenta. La estimación presupuestaria lo ubica en 4500 millones de pesos, y hacia fines de año ya había superado los 10000 millones de pesos. En 1997 el déficit de los presupuestos provinciales llego a 1180 millones de pesos, aumento en 1998 y para el año 1999 se estimaba en 2500 millones de pesos. El estado sigue financiando tales importes saldos en rojo de sus cuentas: como no puede emitir monedas el Estado acude a otros recursos, contrae deuda interna y externa. Entonces, esta eliminación del proceso inflacionario en los últimos años e, incluso, la aparición de deflación de precios, contribuye un logro objetivo a la política económica. Evolución global de la economía: 1989­1999 El crecimiento significativo en el periodo 1991­1994 sufre una brusca caída en 1995, cortando el proceso expansivo. En el segundo tramo de la década se verifica una recuperación productiva importante entre 1996 y 1998 pero luego, nuevamente, hay un importante tropiezo en 1999, con una sustancial disminución del nivel de actividad económica fruto de la correspondiente recesión. Dependencia del financiamiento externo Los déficit persistentes en el sector externo, incrementados en los últimos años, sumados al déficit en el presupuesto nacional, indican la acentuada dependencia de la economía y el Estado argentino de los recursos provenientes del endeudamiento interno y externo, necesarios para afrontar esos gastos negativos. De acuerdo con lo estimado, para 1998 el déficit fiscal, combinando el dato nacional con el de las provincias, llegó a más de 6.000 millones de pesos o dólares. Si sumamos el saldo en rojo de los presupuestos del sector público con los de las transacciones comerciales y financieras del sector externo, en el año 1998 hubo que pedir prestada, para que dichos saldos fueran cancelados, la elevada suma de algo más de 20.000 millones de dólares. 10. Consecuencias del modelo NEOLIBERAL a) Concentración de la riqueza, aumento de la pobreza y profundizaci ón de las desigualdades sociales Desde los ’90 en adelante se produjo un doble fenómeno, puesto que por un lado se profundizó el empobrecimiento del sector que ya padecía la «pobreza estructural», y por otro, se expandió la pobreza hacia la clase media y media­baja. El estudio realizado por el Banco Mundial precisa que entre 1994 y 1998 en nuestro país el número de pobres creció en más de 4 millones. Al final del período señalado (1998), la pobreza alcanzaba a casi 12 millones de personas (29 %) y la indigencia a 2,6 millones (7 %). Demostrando su carácter federal, en el interior se registran niveles muchísimo más elevados, al punto de que en la región Noroeste la pobreza alcanzaba al 55,9 % de la población y la indigencia al 17,6 %, mientras que en la región Nordeste al 57,3 % y al 18,8 % respectivamente Este hecho viene a negar de plano que el crecimiento económico ­si lo hubiere­ derramaría la riqueza sobre los más necesitados. Cita un informe del Banco Mundial sobre la distribución del ingreso que avala ampliamente esta afirmación: desde el año 1994 en adelante el 20 % más rico de la población pasó de ganar 11 veces más a 14,7 veces más que el 20 % más pobre. Pero si consideramos la relación entre el décimo más rico de la población y el décimo más pobre el panorama resulta más sombrío: según datos del INDEC, el primero ganaba 25 veces más que el segundo, cuando en 1980 esta relación era de 12, 7 veces y al momento de iniciarse el Plan de Convertibilidad de 15 veces. Desde otro ángulo, al final de la década el 10 % más rico se apropiaba del 37,2 % de los ingresos, mientras que el 10 % más pobre lo hacía del 1,5 %. Aunque todo esto puede empeorar más todavía un estudio realizado por la fundación FIEL. Según ésta, el 10 % más rico ganaba 40 veces más que el 10 % más pobre y se apropiaba del 48,3 % de los ingresos (casi la mitad del total) frente al 1,3 %. En suma, el 10 % de la población (3,7 millones) ganaba tanto como los 33,3 millones restantes. Un dato más sobre el modo según el cual las crisis inciden en la profundización de las desigualdades sociales: «entre 1992 (‘plena estabilización’) y 1995, los ingresos de la clase más baja cayeron un 20 % y los de la clase media un 15 %, mientras que los ricos perdieron sólo un 5 %. Como vemos, las políticas de ajuste y las crisis internacionales periódicas son solventadas por los sectores más desprotegidos. b) Empleo La causa directa del aumento inusitado de la pobreza es fruto de la nueva relación entre el capital y trabajo. El aumento de la pobreza tuvo su origen principalmente en la caída registrada en los ingresos de la población, especialmente de los segmentos más bajos, y el aumento del desempleo y del empleo informal, de baja calificación y mal remunerado. A la ofensiva contra el sector asalariado que se inicia con el gobierno de facto y se continúa en los ’80, se suma ahora una serie de medidas que apuntan a «flexibilizar» el mercado laboral: ­ “Derogación o suspensión de convenios colectivos de trabajo ­ Reglamentación del derecho de huelga. ­ Concertación de convenios colectivos que reducen los estándares laborales consagrados por la legislación. ­ Introducción de contratos de limitada duración y con períodos de prueba más extensos. ­ Modificación de la ley de accidentes de trabajo. ­ Rebaja en las asignaciones familiares. ­ Rebaja de las indemnizaciones por despido. Medidas que consagran legalmente el despojo de derechos reconocidos internacionalmente. Los números que arrojan las estadísticas sobre el empleo completan el cuadro de situación. El informe del INDEC señala que hacia octubre de 1999 el índice de desocupación era del 13,8 % (1.833.000 personas). Pero si sumamos el índice de subocupación, que fue del 14,3 % (1.959.000 personas), alcanzamos prácticamente un 30 % (1 de cada 3). Se habla de casi 4 millones de argentinos con problemas de empleo. La situación de los ocupados tampoco era muy edificante, ya que 3 millones de éstos lo hacían en «negro» con un sueldo promedio de $ 400. Por si fuera poco, la desocupación y la subocupación se complementan a la perfección con la sobreocupación: prácticamente 3,5 millones de personas trabajaba más de las 48 horas semanales previstas por ley, alcanzando el sobre empleo al 49 % del conjunto de los asalariados. Por supuesto que en el centro de esta situación está el temor de perder el trabajo y la necesidad de generar mayores ingresos. Además de afectar el derecho al descanso, el disfrute del tiempo libre y la limitación razonable de las horas de trabajo, la sobreocupación ‘genera efectos colaterales como los accidentes de trabajo y las enfermedades laborales (fatiga física y mental producida por la extensión de la jornada laboral). c) Seguridad social y sectores vulnerables La población mayor de 60 años sufre en este período una desprotección sin precedentes: sobre un total de casi 5 millones, 1.700.000 personas (el 34,5 %) no cobraba ningún tipo de jubilación ni de pensión. Además, sólo el 35 % de las personas pobres o indigentes de este segmento recibía alguna ayuda alimentaria del Estado. La niñez fue otro de los segmentos seriamente afectados. El 50 % de los niños de la Argentina se encontraba bajo la línea de la pobreza, alcanzando en el Nordeste el 65 %. En cuanto a los programas alimentarios destinados a los niños pobres, sólo alcanzaban al 44 % del total en el segmento que va desde los 0 a 2 años, y el 20 % en el de 3 y 4 años. La salud es otro aspecto deficitario en este segmento: la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años fue de 24,3 por mil, lo que equivale a decir 47 muertes diarias y 17.000 al año. En este caso, «la mayoría de ellas por enfermedades o causas evitables. La tasa de mortalidad infantil en nuestro país superó a la de Sri Lanka. El trabajo infantil fue otra característica distintiva del período, ya que existían 250.000 chicos menores de 14 años realizando actividades laborales, de los cuales el 84 % pertenecía a hogares pobres. Esta situación repercute, a su vez, severamente sobre los índices de deserción escolar, a tal punto que sólo el 23 % de los niños pobres termina la escuela secundaria Finalmente, durante los ’90 se produce el fenómeno de «feminización de la pobreza». Nuevamente, una cifra vuelve a eximirnos de cualquier comentario: «las mujeres pobres presentan tasas de desocupación un 160 % superiores al resto de las mujeres.