École lacanienne de psychanalyse Seminario: Analizar mundo psi o espiritualidad Zulema Fernandez – Graciela Graham – Graciela Grin En cada uno de sus seminarios, incluso en algunos de sus escritos, la preocupación tanto del derrotero como de la genealogía y las peripecias actuales del psicoanálisis, fue una marca insoslayable del estilo de Lacan. Siguiendo este hilo, nuestro interés es partir de algunas cuestiones planteadas en el seminario de La Ética del Psicoanálisis (1959-1960) para ir viendo, tal como lo plantea allí, lo que aporta la experiencia del psicoanálisis tanto en lo general, es decir en nuestra contemporaneidad, como a la particularidad de nuestro trabajo cotidiano; aquel que nos enfrenta con el “universo mórbido de la falta”. Hablar de falta dentro del contexto de la ética, de ninguna manera nos remite a la obligación o a la culpa, sino a seguir en el sesgo marcado por el análisis, ese camino que volvió a dar la máxima importancia a la función fecunda del deseo como tal. Ya no se trata de esa filosofía del siglo XIX que impulsó la liberación naturalista del deseo, ni de un psicoanálisis cuyo objetivo es apaciguar la culpa bajo un fin de armonía. Siguiendo a Lacan podemos preguntarnos “¿somos nosotros, analistas, sencillamente en esta ocasión ese algo que acoge aquí al suplicante, que le brinda un lugar de asilo? ¿Somos nosotros, sencillamente, y esto ya es mucho, ese algo que puede responder a una demanda, a la demanda de no sufrir al menos sin comprender?”(8/11/59). Como vemos no se trata ni de religión ni de ciencia. Aquí Lacan nos lanza el guante, un desafío, un interrogante… “¿Por qué el análisis, que aportó un cambio de perspectiva tan importante sobre el amor colocándolo en el centro de la experiencia ética, que aportó una nota original ciertamente distintiva del modo bajo el cual hasta entonces había sido situado el amor por los moralistas y los filósofos en la economía de las relaciones interhumanas, por qué el análisis no impulsó más lejos las cosas en el sentido de la investigación de lo que deberemos llamar, hablando estrictamente, una erótica?” (8/11/59). Introducir el eros en la práctica analítica es introducirse en una nueva cuestión ética, la de la responsabilidad de algo anterior a la justa repartición de los bienes y anterior también a la formulación de nuestras obligaciones y principios. Se puede ver esto, en esa bella figura pasional de Antígona, quien a diferencia de Creonte que confía en un Bien que se incorporará integralmente en el Nómos (y esta es su hamartía ), es una figura cuya pasión es la de la muerte y la de las “potencias de la vida”. Su pasión fatal sigue otra ley, otra suerte de ley, de la que no puede decirse que hombre alguno posea su conocimiento. El 6 de junio de 1960, Lacan, nos habla de una Antígona ya exhausta al final de la carrera, que nos muestra la belleza de su pasión en una imagen que la trasciende, ya que la tragedia misma posibilitó la producción de esta imagen, ese sin temor ni compasión es el paso que posibilitará la cristalización de la misma. “Esa imagen no es otra que la de la autógnótos, la que se conoce a si misma. Hay que hacerlo resonar del lado del gnothi seautón del oráculo de Delfos- no puede descuidarse el sentido de esa suerte de conocimiento integro de si misma que se le atribuye”. En este punto tomaremos a Foucault como interlocutor, siguiendo los planteos formulados en su seminario “La hermenéutica del sujeto” (1981-82) donde al explorar las apuestas filosóficas del sujeto embarcado en las prácticas de sí y las técnicas de existencia, nos lanza a un nuevo planteo ético que sería el de las prácticas espirituales para el cuidado de sí. Dentro del pensamiento crítico, la relación del sujeto con la verdad es un punto muy importante que la ciencia trató de cercar, olvidándose que la subjetividad no nos es dada por una cierta naturaleza intrínseca o teórica, sino que el alcanzarla implica un trabajo, una operación y una maniobra sobre sí. El “cultivo de sí “sería el modo de expresión de ese arte de la existencia dominado por el principio de que hay que “cuidar de uno mismo”; es el principio de la inquietud de uno mismo el que funda su necesidad, gobierna su desarrollo y organiza su práctica. Ya Epícteto en una potente definición del ser humano, lo enmarca como “el ser que ha sido confiado a la inquietud de sí”. Esta tarea no la puede hacer solo, requiere la presencia de un maestro, presencia que no implica solamente el recorrido de su enseñanza, sino también el “hacerse amar de él” y beneficiarse con las reflexiones de alguien que sabe combatir las faltas sin atacar a los individuos. “Por consiguiente el sujeto no debe tender hacia un saber que sustituya su ignorancia. El individuo debe tender hacia un estatus de sujeto que no conoció en ningún momento de su existencia. Tiene que sustituir el no-sujeto por el estatus de sujeto, definido por la plenitud de la relación de sí consigo. Tiene que constituirse como sujeto, y en ello debe intervenir el otro…En lo sucesivo, el maestro es un operador en la reforma del individuo y su formación como sujeto. Es el mediador en la relación del individuo con su constitución del sujeto”. (27/1/1982) Foucault nos lanza un desafío: “habría que interrogar a Lacan y saber efectivamente qué es, en una práctica, en un campo conceptual como el del psicoanálisis, y del psicoanálisis lacaniano, lo que compete de una u otra manera a esta problemática del sujeto, la relación del sujeto consigo mismo, la relación del sujeto con la verdad, etcétera, tal como se constituyó históricamente en esa extensa genealogía que intento trazar desde el Alcibíades hasta San Agustín.” (3/2/1982) Bibliografía: J. Lacan – Seminario “La ética del psicoanálisis” (1959-60) J. Lacan - Seminario “La Transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas” (1960-61) Sófocles – “Antígona” Tragedias. Biblioteca Clàsica Gredos, 1992 Platón – “Alcibíades o de la naturaleza del hombre” (varias ediciones) Platón - “Apología de Sócrates” (varias ediciones) M. Foucault – “La hermenéutica del sujeto” Curso en el Collage de France (1981-82). Fondo de Cultura Económica, 2002. M. Foucault – Historia de la Sexualidad- 3 “La inquietud de sí “. Siglo veintiuno editores 2003. M.Foucault – “Estética, ética y hermenéutica”. Obras esenciales. Vol.III. Ed. Paidos, 2001 T. Abraham – “El último Foucault”. Sudamericana, 2003 P. Hadot – “Exercises spirituels et philosophie antique”. Ed.Albin Michel, 2002 J. Buttler – “Antigone: La Parentè entre vie et mort”. Epel, 2003 J. Allouch – “Spichanalyse”, en Me cayó el veinte Nº 13, Epeele, México, 2006 J Allouch - “La etificaciòn del psicoanálisis. Calamidad”. Edelp Rajchman – “Lacan, Foucault y cuestión de Ética”. Epeele, 2001 Fecha de inicio: Sábado 21 de abril – 11hs Frecuencia: 1º y 3º sábados de cada mes Lugar: Cabello 3318 – Hotel Alpino Contribución de $10 por reunión