La Técnica Psicoanalítica y su entrecruzamiento con las tecnologías de la comunicación. Lic. Marisa Ludmer Introducción Para comenzar las presentaciones, en general me gusta elegir alguna cita y si ésta está sintonizada directamente, con la idea del trabajo, mejor aún. Encontré unos párrafos de algunos textos de Freud, que me parecen absolutamente relacionados con las ideas que quiero transmitir. En 1924, en Las resistencias contra el psicoanálisis, Freud dice: “La aprensión ante lo nuevo no debería sentar plaza en la labor científica. La ciencia, eternamente incompleta e insuficiente, está destinada a perseguir su fortuna en nuevos descubrimientos y en nuevas concepciones. Para evitar el engaño fácil le conviene armarse de escepticismo, y rechazar toda innovación que no haya soportado su riguroso examen. Mas este esceptismo muestra en ocasiones dos características insospechadas, pues mientras se opone con violencia a la novedad recién nacida, protege respetuosamente lo que ya conoce y acepta, conformándose, pues, con reprobar aun antes de haber investigado. Pero así se desenmascara como un simple heredero de aquella primitiva reacción contra lo nuevo, como un nuevo disfraz para asegurar su subsistencia. Todos sabemos cuán frecuentemente en la historia de la investigación científica las innovaciones fueron recibidas con intensa y pertinaz resistencia, revelando la evolución ulterior que ésta era injusta, y aquéllas, valiosas e importantes.” Freud, S. (1924) p. 2801. En 1918, en Los caminos de la terapia psicoanalítica, dice: “Viéndonos reunidos de nuevo, después de largos años de separación, durante los cuales hemos luchado animosamente por nuestra disciplina, he de inclinarme a revisar el estado de nuestra terapia y a examinar en qué nuevas direcciones podría continuar su desarrollo.” Freud, S. (1918) p. 2457. En 1922, en Psicoanálisis y teoría de la libido. Freud dice: “El psicoanálisis ... se adhiere mas bien a los hechos de su campo de acción, intenta resolver los problemas mas inmediatos de la observación, tantea sin dejar el apoyo de la experiencia, se considera siempre inacabado y esta siempre dispuesto a rectificar o sustituir sus teorías ...”Freud, S. (1922) p. 2674. Página 1/12 ¿Es posible realizar Terapia Psicoanalítica a distancia? ¿Es posible realizar Terapia Psicoanalítica a través de Internet u otros medios tecnológicos que existen en el año 2007? (Teléfono, mail, video phone, otros) Planteo del problema La decisión de realizar este estudio surge del incremento en estos últimos años de la oferta de terapias on line y telefónicas, del avance de Internet en el uso de la vida cotidiana de los sujetos y de la necesidad de probar, si el psicoanálisis, podría ser una nueva alternativa terapéutica posible de incorporar, en la actual oferta de terapias a distancia (on line y telefónicas). Sostengo que las condiciones técnicas que ofrece el siglo XXI podrían favorecer nuevos modos de aplicación del psicoanálisis. La mayoría de los expertos acuerdan que pronto Internet va a ser el lugar más usado para acceder a todo tipo de productos y servicios. La popularidad del mismo en los últimos años hace viable el desarrollo del mercado profesional. Cada día más gente busca información por este medio. La tecnología cada vez ocupa más espacio en la vida de las personas y es utilizada para diversas cuestiones nunca antes imaginadas. Powell, (1998) sostiene que hay un nuevo campo, que es el del Servicio de Salud Mental Electrónico. El número y el uso del servicio de couseling y terapias a través de Internet está creciendo constantemente en investigación y en oferta. La alternativa de la terapia telefónica, cada día, incrementa su cantidad de usuarios. Tanto la computadora como el teléfono se transformaron en elementos indispensables en la vida de las personas y gran parte del desenvolvimiento cotidiano de las mismas circula a través de ellos. En este contexto, sostengo que el psicoanálisis no queda afuera. Todo psicoanalista, todo analizado y todo proceso psicoanalítico surgen inevitablemente de un espacio y tiempo históricos. Brainsky, (2003) sostiene que la tecnología se mueve mucho más rápidamente que nuestras posibilidades de lograr una adaptación cultural a ella. Freud y el descubrimiento del psicoanálisis, fueron producto de una época, la Victoriana. La era post-moderna obliga al psicoanálisis a pensar una posibilidad de adaptación técnica. Posiblemente el “Ciber-psicoanálisis”o el “telepsicoanálisis” sean producto de la época actual, la era tecnológica. Freud proponía repensar los caminos de la terapia psicoanalítica que podían ir modificándose. ¿Por qué entonces los psicoanalistas del siglo XXI no podemos hacerlo? Siempre el psicoanálisis se caracterizó por tomar los cambios sociales y trabajar sobre ellos. Tener en cuenta este modo de funcionamiento es inherente a la tarea Página 2/12 del psicoanalista. Considero necesario continuar con el desafío Freudiano del Congreso de Budapest de 1918, que el psicoanálisis no fuera para un pequeño círculo y ampliar su influencia. Así como el psicoanálisis se abrió de los consultorios a los hospitales, ahora debería abrirse a la tecnología. El objetivo de esta investigación es evaluar si es posible realizar terapia psicoanalítica on line o vía telefónica. Considero que para realizar terapia psicoanalítica a distancia es necesario establecer conceptos teóricos, técnicos y clínicos, y redefinir los conceptos tradicionales de la teoría psicoanalítica para aplicarlos a este tipo de práctica. Habría que evaluar si estos cambios técnicos y metodológicos implicarían estar hablando de otra teoría, por ejemplo, una derivada del psicoanálisis, y no la psicoanalítica tradicional o si se trata de un nuevo modo de terapia desprendido de la tradicional pero independiente de la misma. El rol fundamental del discurso en la terapia psicoanalítica, es el que permite plantear la posibilidad de este tipo de práctica a distancia. Aún así, las condiciones del medio tecnológico que se utilice y las del consultorio suponen grandes diferencias más allá de que en ambas se trabaje con el discurso y la palabra. Coincido con lo citado por Brainsky, (2003) que el análisis no debería adherirse sin un cuestionamiento cuidadoso a toda innovación técnica. Hay que mantener una cierta flexibilidad entre la perentoriedad que demandan los cambios sociales y la estabilidad propia de las premisas básicas de lo psicoanalítico. En general, los analistas que hablan acerca de este tema, plantean la terapia telefónica, como una técnica auxiliar a la técnica tradicional o como un buen segundo método cuando el mejor método no es posible. ( Lindon, 1988). Yo propongo pensar la terapia a distancia como otra alternativa posible dentro de la oferta de terapias de esta época, más allá de las posibilidades/ imposibilidades de concurrir al consultorio. Pero en el caso de que los pacientes pudieran elegir venir al consultorio: ¿elegirían la terapia telefónica? Propongo pensar que significa para cada paciente tomar sesiones telefónicas y porque esa persona decide analizarse de esa manera y no solo remitir la elección a cuestiones coyunturales. La posibilidad El tema de la terapia a distancia es un tema que me viene interesando hace varios años. Estuve buscando gente que se interesara en investigarlo conmigo, fue así que se inició el contacto con Ricardo Carlino. A los pocos encuentros, nos dimos cuenta que este interés en común podía servirnos para investigar seriamente este tema tan controvertido para unos, no así Página 3/12 para otros. Nosotros nos sentimos investigando algo nuevo pero sabemos que, en realidad, hace varios años se practica la terapia a distancia en diversos lugares del mundo. Cuando hablo de terapia a distancia me refiero a aquella terapia diferente de la que en este trabajo llamaré tradicional, aquella en la cual el contacto entre paciente y analista no se da a través de la presencia corporal de ambos en el consultorio, sino que este contacto está mediado por algún avance tecnológico de la época. (Llámese teléfono, computadora u otros que pudieran surgir). Todos sabemos de la influencia de los cambios sociales en el desarrollo del psiquismo y en los vínculos sociales y personales. “Sabemos que en el caso de las tecnologías de la comunicación, en primer lugar las desdeñamos, más tarde dependemos de ellas y en el intermedio apenas notamos una transición.” (Gleick, 2001). Rifkin (1998) sostiene que “las tecnologías son ampliaciones y extensiones de nuestros cuerpos biológicos. Apéndices que creamos del material de la tierra para que nos ayuden a superar las limitaciones espaciales y consumir mejor el mundo de nuestro alrededor”. El espacio terapéutico no queda por fuera de estas cuestiones. El uso del contestador automático (Zalusky, 2003) es un claro ejemplo de las influencias de los cambios tecnológicos en el espacio terapéutico. Incluso uno de los ejes de la convocatoria de esta jornada refiere a la temática de los cambios contextuales que afectan principalmente a la teoría de la técnica. La clínica Es la intención de este trabajo marcar similitudes y deferencias entre la terapia tradicional y la terapia a distancia. Y ver que elementos son necesarios para implementar esta última. Como todos sabemos acerca de las sesiones tradicionales, preferí trabajar sobre un caso de terapia a distancia. Las similitudes Tanto en la terapia telefónica, como en la tradicional, el setting ocupa un lugar fundamental y el contrato es determinante de la misma. Para analizar a alguien es necesario establecer un encuadre. En el caso de la terapia a distancia, el tema del horario, del honorario y de las ausencias, son parte del mismo. La terapia telefónica también tiene su ritual. Por ejemplo, me parece importante que llamen siempre al mismo teléfono y conserven un horario para la sesión. Página 4/12 En mi experiencia de estos últimos años, las cuestiones transferenciales surgidas de las terapias realizadas a distancia, son similares a las que se juegan en la terapia tradicional. El manejo de la transferencia y la contratransferencia siguen siendo situaciones del encuadre y referidas a la persona del médico. La mediación de la computadora / teléfono, la favorecerá o impedirá, depende de la patología de que se trate. No coincido con los autores que plantean que el teléfono favorece el despliegue de la transferencia (Zalusky, 2003). Me parece que la dinámica de la transferencia excede al método tecnológico que se utilice para la realización de la terapia y se refiere a fenómenos más complejos que el que un tipo de tecnología permite desplegar. Es importante considerar, como en las sesiones tradicionales, el clima de las sesiones y la dinámica de las mismas. Por ejemplo en este caso, el desborde que tiene la paciente se juega en la sesión. Se observa en el clima transferencial y en la forma en que se expresa la paciente a través del teléfono, cataratas de palabras y sensaciones, relatos apurados e indiscriminados de las cosas que le suceden. Uno podría pensar en el apuro que genera el teléfono, pero esta paciente cuando concurría al consultorio se manejaba de manera similar. Esta forma de tramitar la angustia no le permite a ella pensar y a mi me impide escuchar. Mi trabajo, entre otros, es ayudar a que ella entienda que le pasa, que se le juega en esta modalidad y que pueda registrar este desborde, y hacer algo con él. En este sentido, no noto diferencias entre este caso y el de una paciente que concurre al consultorio, con quien, el trabajo a realizar es el mismo. De hecho, cuando esta joven venía al consultorio, también el trabajo era el mismo. En el espacio de supervisión del material de la paciente que atiendo telefónicamente se pudo ver claramente el clima transferencial y las intervenciones se centraron en el discurso de la paciente y en la dinámica contratransferencial y no difirieron de las realizadas con pacientes que concurren al consultorio. El diálogo analítico resulta similar en ambas modalidades de terapia. Sucede lo mismo en el momento de la supervisión, donde el lugar de residencia del paciente o la modalidad del setting no reviste mayor importancia más que la de un dato, mientras que sí cobra relevancia el contenido y la dinámica de la sesión y la patología en juego en ese momento. Lindon (1988) sostiene que el material analítico de la sesión realizada telefónicamente es indistinguible del de la sesión realizada en el consultorio. Zalusky (2003) considera en la misma línea que el material escrito de una sesión telefónica y una tradicional son indistinguibles. Sugiero pensar en la misma línea, en lo que se refiere a los temas de la fantasía, la resistencia al tratamiento, la realidad psíquica, la diferenciación del otro. Y otros tantos temas que pueden ser motivo de análisis. En las sesiones de terapia a distancia la asociación libre y la atención flotante siguen siendo elementos que utilizan paciente y analista para trabajar. Habría que pensar si surge alguna diferencia en estos aspectos al no estar presente la mirada Página 5/12 del otro. En el diván tampoco lo está, pero acá tampoco está la presencia física de ambos en el mismo ámbito, que sí se produce en la terapia tradicional. También, como en la terapia tradicional, se juegan cuestiones en lo económico, en los bordes de las sesiones, en las ausencias. La posición del analista y la regla de abstinencia, se sostienen en ambos tipos de terapia. Las diferencias Tengo bastante pensado sobre el tema y me resulta difícil ser sintética sobre las diferencias; intentaré ser lo más breve posible. Cada uno de los puntos que voy a nombrar a continuación merecería un trabajo en particular, pero como no hay tiempo para todo, simplemente los dejaré enunciados y los retomaremos en la discusión. Para realizar terapia psicoanalítica a distancia será necesario establecer criterios y técnicas específicos que permitan el desarrollo de la misma. Muchas de las terapias que se practican a distancia no son psicoanálisis, sino que son otro tipo de terapias. Sabemos que no todas las terapias son iguales, es por esto que siendo psicoanalistas, tanto a Ricardo como a mí, nos interesa la posibilidad de trabajar acerca de la terapia psicoanalítica. La primera gran diferencia que surge se relaciona con lo corporal. El lugar del cuerpo en psicoanálisis y en la sesión psicoanalítica, son grandes capítulos. No es la intención de esta presentación profundizar en ello, pero si dejar situados ejes para discutir la viabilidad de esta práctica. En la terapia tradicional, se encuentran dos personas personalmente y todos los sentidos están al servicio de la dinámica de la sesión. En la terapia a distancia, no están todos los sentidos al servicio de la dinámica de la sesión. El analista no puede ver la cara del paciente, la ropa, otros. (en el caso del uso de la cámara web, habría que repensar este punto). Sostengo que tanto analista como paciente deberían estar conscientes de esta diferencia. El paciente debería tener claro que si él no muestra “verbalmente “ lo que le sucede, el analista no lo va a saber. Y esto debería estar explicitado en el contrato de trabajo. En este sentido se requiere de una colaboración del paciente diferente a lo que se espera en la terapia tradicional. La exclusión del contacto físico no implica la exclusión del cuerpo en la terapia. Desde donde uno escribe / habla, en que posición, que le pasa con el cuerpo y los sentimientos que surgen en el momento de la sesión, pueden ser indicadores a tomarse en cuenta tanto para analista como para paciente. Lindon (1988) cuenta que sus pacientes tienen plena de conciencia de esta situación y suelen describirle lo que les sucede en ese momento, que no es percibible por medio de la voz, por ejemplo: “me caen lagrimas por las mejillas”. Todos valoramos los aspectos no verbales de la técnica y tendremos que aprender a hacer ajustes en ese área. Página 6/12 Este es el escollo más importante a mi criterio cuando se realiza terapia telefónica. Los aspectos no verbales nos proporcionan infinidad de elementos que nos permiten hacer evaluaciones diagnósticas, lecturas acerca de la dinámica de la transferencia, entre otras cuestiones. Considero importante pensar que se hace con lo que circula en la sesión, por medio de la acción, en este tipo de terapias. Algo de esto se puede percibir desde la contratransferencia, pero sería importante profundizar en esta dirección. Considero que según de que tecnología se disponga, los sentidos en juego son diferentes y por ende, dentro de terapias a distancia, también habría que diferenciar cuestiones técnicas según el elemento tecnológico que se utilice. Los que se especializan en la terapia por mail o chat, han desarrollado estudios del lenguaje escrito, que les permiten salvar estas diferencias. En la terapia telefónica, la voz , que es una manifestación del cuerpo, está presente y no es casual, que varios de los que practican el psicoanálisis a distancia, lo realicen por teléfono. Lo emocional se transmite a través de la voz. En un momento en que una de mis pacientes telefónicas se hallaba en un momento de crisis importante, con ideas persecutorias serias, me resultaba difícil intervenir y discriminar su estado mental. Coincidió que en esa época ella estaba por venir de visita al país, y el modo tradicional de tratamiento me iba a aclarar un poco el alcance de esas ideas persecutorias. Si esa situación volviera a ocurrir luego de esta investigación que estamos realizando, posiblemente contaría con otros recursos diferentes que los tradicionales para abordar esta situación. En ese momento, si no tenía oportunidad de verla, le habría indicado una interconsulta con un psiquiatra. Posiblemente, si fuera una paciente de terapia tradicional, la indicación hubiera sido la misma, pero en ese momento sentí la falta de elementos técnicos diagnósticos dadas en el consultorio por lo no verbal, que en el teléfono no están. Otro escollo técnico que yo encuentro se refiere al tema de los silencios, que son difíciles de sostener, fundamentalmente por la duda de si hay alguien del otro lado o si se corta la comunicación. En estos casos observo cierta urgencia de mi parte en interpretar o en que dejen de sufrir rápido. Por ahí se relaciona con el apuro que trae acompañado la idea de teléfono. Considero que algo de este apuro debe ser olvidado para poder permitir el desarrollo de la sesión. Para algunos, la idea de urgencia todavía está ligada al llamado telefónico. Tal vez se trata de una cuestión generacional. Para los jóvenes, hoy, teléfono y presencia física es vivido como equivalente; incluso usar teléfono, mensaje de texto o chat, es más fácil, familiar y cómodo. Otro de los puntos en el cual me parece importante detenerme es en el tema de la privacidad. Todos sabemos que El ciberespacio es un ámbito público, si bien uno puede encontrar formas de hacerlo privado, es fácilmente accesible por otras personas. Página 7/12 Que telefónicamente hablen por micrófono desde la computadora y otros escuchen, que hablen con micrófono. Uno no ve si el otro está metido en la sesión o haciendo algo con las manos o navegando por Internet mientras tiene la sesión o grabando la sesión telefónica. La privacidad habilita la sesión analítica. Muchas cosas que dicen en sesión, tanto analista como paciente, no las dirían en otros ámbitos. La cuestión de la privacidad y del registro de las sesiones remite entre otros temas a la pregunta de si el analista se tiene que medir en sus intervenciones, ya que lo que dice puede quedar grabado o escrito. De ser así, implicaría una contradicción con la regla de la asociación libre y la atención flotante. Hay cosas que los pacientes no esconden, pero no dicen, y en la sesión tradicional se pueden ver. Aunque también en la sesión tradicional suceden varias cosas que no se perciben. Nosotros tenemos que saber que no le tenemos que pedir a la terapia telefónica lo que no puede dar. Y ver como reemplazar estos elementos, tan necesarios, para el proceso de la terapia psicoanalítica. El tema del consentimiento informado es otro de los temas que propongo pensar. En general no es un tema muy considerado tradicionalmente por los analistas. En este tipo de práctica que propongo me parece fundamental para el desarrollo de la misma. Obviamente, habría que construir un modelo de Consentimiento Informado ad hoc para este tipo de práctica. Las características de la terapia a distancia hacen necesaria la inclusión de elementos que reduzcan los riesgos clínicos y legales de esta práctica. Hay otra variable importante a destacar que se refiere al conocimiento del paciente. Hay diferencias entre realizar terapia a distancia con un paciente que uno conoció previamente ya sea por entrevistas o por haberlo atendido en otro momento de su vida, que con un paciente que uno nunca vio. Será que el estilo tradicional todavía nos pesa mucho. Hay algo de la necesidad de conocer personalmente al paciente que se relaciona con ese estilo. Posiblemente los analistas, dentro de unos años, no estén tan impregnados del estilo tradicional de hoy y ésta no sea una diferencia. Uno de los riesgos de esta investigación es que cuando terminemos de investigar, ya las conclusiones sean otras, por el avance veloz de la tecnología en la vida de las personas. Estos son algunos de los temas que me practicar este tipo de clínica. plantean dificultades, a la hora de Me gustaría que podamos detenernos a discutir que modificaciones serían necesarias realizar en la técnica para poder seguir practicando la terapia por teléfono y utilizar el método psicoanalítico. En mi experiencia, la terapia telefónica resultó un ámbito enriquecedor. Tanto para los pacientes como para la analista. Página 8/12 Yo les comenté al principio que este tema me viene interesando hace bastante. En su momento hice un bosquejo de tesis doctoral que por ahora está en suspenso, pero que incluye una encuesta bastante amplia sobre cuestiones técnicas a pensar para la realización de este tipo de terapias. Con Ricardo hicimos una adaptación de la encuesta para esta presentación. Le propongo al que esté interesado, que la conteste. Puede ser en forma anónima, y la idea sería procesar los datos, para ver como seguir avanzando en esta investigación. Considero fundamental la opinión que los psicoanalistas para evaluar la viabilidad de esta nueva práctica. El objetivo de esta presentación fue generar inquietudes y movilizar certezas. Espero que se haya logrado y he pensado algunas preguntas, para abrir el debate: ¿Determina y condiciona el contacto físico el desarrollo de un tratamiento terapéutico psicoanalítico? ¿Cómo se podrían reemplazar el efecto que la presencia física del analista y el paciente producen en el tratamiento tradicional en la terapia a distancia?. ¿Qué elementos son necesarios para el setting de la terapia a distancia? ¿Cuál sería la diferencia con la terapia tradicional? ¿Nos interesa determinar de que recursos debe disponer el paciente y/o el analista para realizar este tipo de práctica.? El uso de la computadora y el teléfono en la terapia psicoanalítica, ¿implica sólo un replanteo técnico o también metapsicológico? ¿Influye la diferencia generacional (edad de los analistas) a la hora de pensar la viabilidad de este tipo de terapias? También habría que pensar el tema de la legislación y el riesgo de mala praxis para este tipo de terapia. Descriptores. Palabras clave: Terapia Psicoanalítica. Internet. Teléfono. Modificaciones técnico-clínicas. Abstract Página 9/12 En este trabajo se plantean algunos interrogantes acerca de las diferencias entre la terapia a distancia y la terapia, que elijo llamar, tradicional. Se plantean preguntas especialmente relacionadas con la técnica y cuales serían las modificaciones necesarias para poder practicar el psicoanálisis vía las nuevas tecnologías de la comunicación. Se presenta un caso clínico de terapia telefónica. También se plantean una serie de preguntas que guían la investigación y abren al debate y una encuesta, dirigida a los analistas interesados en realizarla. Resumen LA TÉCNICA PSICOANALITICA Y SU ENTRECRUZAMIENTO CON TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN. LAS Lic. Marisa Ludmer. En este trabajo se plantean algunos interrogantes acerca de la posibilidad de practicar la terapia psicoanalítica a distancia. Surge la pregunta, acerca de la posibilidad de realizar terapia psicoanalítica a través de Internet u otros medios tecnológicos, que existen en el año 2007,(teléfono, mail, videophone, otros). La decisión de realizar este estudio, surge del incremento en estos últimos años de la oferta de terapias on line y telefónicas, del avance de Internet en el uso de la vida cotidiana de los sujetos y de la necesidad de probar, si el psicoanálisis, podría ser una nueva alternativa terapéutica posible de incorporar, en la actual oferta de terapias a distancia (on line y telefónicas). Sostengo que las condiciones técnicas que ofrece el siglo XXI podrían favorecer nuevos modos de aplicación del psicoanálisis. Se plantea la necesidad de repensar la técnica y la teoría psicoanalíticas, para realizar esta nueva práctica. Se plantean preguntas, acerca de cuales serían las modificaciones técnicas y teóricas necesarias de realizar. Se plantean las diferencias y similitudes, entre la terapia psicoanalítica a distancia y la terapia psicoanalítica, que elijo llamar tradicional. Las similitudes, se relacionan con las cuestiones transferenciales, el encuadre, el contrato, entre otras. Las diferencias se refieren a los silencios, la dificultad de captar los aspectos no verbales que se juegan en la sesión, la privacidad, entre otros. Se comenta un caso clínico de terapia telefónica. Finaliza el trabajo con una serie de preguntas que guían la investigación y abren al debate entre colegas acerca de la viabilidad de este tipo de práctica y las modificaciones necesarias de realizar para poder practicarla. Página 10/12 BIBLIOGRAFÍA American Psychoanalytic Association.(2001) www.floridapsychoanalitic.org About Psychoanalysis American Psychoanalytic Association (2001). www.apsa-co.org The use of the couch. Brainsky, (2003), “¿Adaptarse a la tecnología o idealizarla?”. En Profundidad. Revista de la IPA. Vol.12. Junio. Carlino, R.( 2005), ¿Psicoanálisis por teléfono? Ateneo de APdeBA, Abril del 2005. “En Profundidad” 2003. Suplemento de “Newsletter” Publicación de la API: “Análisis por teléfono: Siete psicoanalistas expresan su opinión” vol. 12, Junio 2003. Fenichel, M PhD., y colaboradores.(2001). www.ismho.org. Myths and Realities of Online Clinical Work. Freud, S. (1924), Las resistencias contra el psicoanálisis. Madrid: Biblioteca Nueva. Freud, S. 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