El paisaje agrícola en Abarán en el siglo XIX

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Programa de Festejos de Abarán, 2013
El paisaje agrícola en Abarán en el siglo XIX
Joaquín Caballero Soler
El paisaje agrícola en Abarán en el siglo XIX
Joaquín Caballero Soler
Asociación Cultural «La Carrahila»
[email protected]
Las modificaciones que la práctica de la agricultura produce sobre el paisaje
natural, son inherentes al propio proceso productivo; y esto ha sido así desde que el ser
humano comenzó a domesticar un reducido número de especies vegetales en las que se
basa nuestra alimentación (arroz, mijo, trigo, cebada, maíz, patata, etc.). El control y la
manipulación del agua para garantizar el éxito y el volumen en las cosechas, supuso el
florecimiento de Culturas Hídricas desde la Revolución Neolítica en las vegas de los
ríos Tigris y Eúfrates en Mesopotamia. Este fenómeno se repite en Egipto (río Nilo), en
la India (Río Indo), en China (río Amarillo), etc. En la Península Ibérica, y en la vega
del río Segura, el proceso de romanización primero y el mundo islámico después,
incrementaron la producción agrícola dependiente del regadío en las fértiles huertas
murcianas; permaneciendo actualmente parte del paisaje agrario primitivo.
Tanto la aparición del regadío como elemento de mayor transcendencia, como
las consecuencias de la Revolución Industrial (mecanización del campo, fertilización
química, infraestructuras, etc.) han sido estudiadas en profundidad; y en el caso de
Abarán existe abundante bibliografía al respecto, más numerosa a partir de la
incorporación de los motores de bombeo de agua para el riego1, y de otros sistemas de
regadío.2
1
García Manrique, E. (1975) Un ejemplo del paisaje agrario de la vega alta del Segura: Abarán. Estudios de Geografía de Murcia.
Academia Alfonso X el Sabio. pag: 274-317.
Gómez Espín, J.M. (1983) Abarán: Centro de producción y comercialización de productos agrarios. Caja de Ahorros de Alicante y
Murcia. Excmo. Ayuntamiento. de Abarán.
Gil Meseguer, E. (2006). Los paisajes agrarios de la Región de Murcia. Papeles de Geografía nº 4. Murcia
Gómez Espín, J.M. (2012) Elevación de aguas para riego en la cuenca del Segura. Cien años del motor Resurrección (1912-2012).
Fundación Séneca, Campus Mare Nostrum. Murcia 143 pag.
2
Martínez Soler, J.J. y Banegas Ortiz, J. (1996). Las Norias de Abarán. I Curso Abarán Acercamiento a una Realidad. Centro de
Estudios Abaraneros. Murcia. pag: 57-80.
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El paisaje agrícola en Abarán en el siglo XIX
Joaquín Caballero Soler
En este artículo analizamos desde una óptica más amplia el resto del paisaje
agrario del municipio. La cronología elegida, corresponde a un periodo de transición
entre el sistema de producción heredado del “Antiguo Régimen” y los procesos de
modernización post-industriales, al disponer de abundante información local muy
concreta obtenida del repaso de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de Abarán
(1800-1912) consultadas en el Archivo Municipal.3
De épocas anteriores tenemos constancia del siglo XVI (1575-1579) reinando
Felipe II se elaboran las “Relaciones Topográficas” en las que no hay datos sobre
Abarán. El pueblo más próximo y con características similares es Cieza. De ella se dice
que: “ es tierra de poca labranza por ser la tierra no adaptada ny dispuesta y llana
para ello y ser tierra áspera, quebrada y montosa... y en cuanto a los frutos que en
ella se cogen son passa de lexia, seda y frutas sanas y sabrosas y los ganados....”
Vemos una agricultura centrada en el regadío de la vega del río, con frutales y moreras
para la cría del gusano de seda y la explotación de los saladares y yesares para
extracción de sosas y barrillas para hacer jabón; asumiendo que en Abarán ocurriría
igual.
En el siglo XVIII El Catastro del Marqués de la Ensenada (1755) refiere para
Abarán que: “las tierras de esta Villa son de regadío y secano, en el Regadío las ay de
Labradio, Moreral, Olivar, Limoneros y Frutales; y en el Secano de Labradio,
Moreral, Olivar, Pinar y Monte de Pastto; que las de Regadio puestas de olivos y
limoneros no llevan fruto de grano...que las de moreral y Fruttales crían algunas
esttas legumbres a más de la oja, y Frutas y las de labradio una cosecha de zevada y
otra de Maiz al año cuia práctica siguen por ser más lucrativa que sembrar trigo. Que
las de Secano puestas de moreral y olivo tampoco producen legumbres o grano; y las
de Labradio producen un año trigo y otro zevada descansando un año con cada
Frutto. Que los olivos, tantto en regadío como en Secano, producen con un año de
interrupción; y el restante arvolado una cosecha anual....Tenemos ahora una imagen
más nítida de un paisaje agrícola de regadío con frutales y limoneros en el valle y el
secano destinado a la producción cerealística con cultivos “de año y vez” y turno de
descanso para recuperar la fertilidad. Se cultivan las legumbres bajo árbol en los
huertos, y se vislumbra un aprovechamiento especulativo con la sustitución del trigo por
maíz y cebada, lo mismo que ocurre con la hoja de morera destinada a la cría del gusano
de seda. La dicotomía entre la franja de vega irrigada por los azudes y el resto del
territorio es todavía muy intensa. No hay referencias al cultivo de la palmera datilera ni
a la vid. La palmera debió estar dispersa entre los huertos salpicando el mosaico
parcelario en la vega del río. Es posible que se plantase en los linderos, por su porte y
para marcar las parcelas.4 Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada nos
ofrecen las superficies destinadas a cada tipo de cultivo, pero no indican los parajes.
Rubio García, M.I. (2010) La Noria Grande de Abarán 1805-1995. Actas de las I Jornadas de Investigación y Divulgación sobre
Abarán. Asoc. Cultural la Carrahila. Murcia. pag: 97-113
López Moreno, J.J. y Quijada Guillamón, H. (2011) La Cueva/El Llano: Ejemplo de evolución de un pequeño espacio agrario, hoy
en extinción. Libro de Festejos de Abarán. Excmo. Ayuntamiento de Abarán.
Caballero Soler, J. (en prensa). Presas de derivación de agua para riego asociadas a cauces temporales, en el término municipal de
Abarán. II Jornadas de Investigación y Divulgación sobre Abarán y el Valle de Ricote 2012. Asoc. Cultural La Carrahila. Murcia
3
4
Agradecemos la colaboración de la archivera municipal Custodia Gómez.
Gómez Sánchez, J. R. (2012) Comunicación Personal.
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El Diccionario de Sebastián Miñano (1826-1829) no hace referencia alguna al
tipo de agricultura ni a sus producciones. Sin embargo sobre Blanca y Cieza, pueblos
limítrofes y similares paisajísticamente, habla de una producción diferenciada entre la
vega y el secano con “granos y legumbres, comino, anís, barrilla, seda, aceite,
hortaliza, limones, naranjas y otras frutas” en Blanca; y “huertas, moreras , limones,
naranjos , granados , olivos y o t r os árboles frutales además de trigo , cebada, maíz,
seda, barrilla y esparto” en Cieza; lo que básicamente es aplicable a Abarán.
Posteriormente, el Diccionario de Madoz (1845-1850) refiere los sistemas de regadío de
la vega, basados en las acequias de ambas márgenes, así como las norias y aceñas; se
dice que “producen trigo y cebada que son los más abundantes; también se cogen
otras semillas, aceite, vino, esquisitas frutas que exportan a las Castillas, y hasta la
Corte en buenas recuas; legumbres, hortalizas y alguna barrilla...en los años
abundantes el trigo y aceite que sobra se conduce a Valencia y Murcia...”
Básicamente podemos afirmar que el panorama productivo de agricultura de
autoconsumo, con intercambios locales y especulación de los excedentes descrito en el
siglo XVIII se mantiene, con el matiz de la incorporación de la vid, cuyo mayor
exponente se encontraba en las tierras de Ricote, y la desaparición progresiva de la
morera por la crisis del sector y el impacto de la “pebrina”, enfermedad que atacaba al
gusano y que arrasó Europa en 1848. Este repaso bibliográfico no aporta datos
homogéneos en todos ellos, faltando siempre los nombres de los parajes con cierto
detalle toponímico en unos casos, o estimas de las superficies dedicadas a cada cultivo
en otros.
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Debemos tener en cuenta que el paisaje dominante en la vega, el “huerto,” es el
patrón que se repite continuamente; con un mosaico irregular de parcelas de superficie
menor al secano y para abastecimiento unifamiliar; y en el secano el cultivo cerealista
domina las zonas intermedias entre la vega y el monte, instalándose el olivo en los
barrancos y zonas más frescas con mejor tempero.
Los datos sobre superficies cultivadas nos ofrecen porcentajes inferiores al 1%
para el regadío, y entre 46-64 % para el secano, siendo los glacis del monte y las zonas
“improductivas” las que paulatinamente se van transformando en cultivos de secano
gracias a la roturación; ya que no es posible aumentar el rendimiento de la cosecha, sino
la superficie. Este panorama se mantuvo hasta el uso de fertilizantes químicos y la
expansión del regadío mediante motores, ya entrado el siglo XX. Ahora bien, con la
información obtenida de las Actas Capitulares podemos identificar aspectos históricos
de la agricultura en Abarán, de cierto interés.
El 16 de febrero de 1805 el Ayuntamiento realizó un informe sobre el estado de
los campos y la sementera de los cultivos de cereal que había en el pueblo, por petición
realizada el 8 de enero de 1805 por D. Francisco Núñez Robles, Caballero del Hábito de
Santiago, Gobernador Político y Militar del Partido de Cieza. Los Prácticos y Peritos
Inteligentes del Ayuntamiento responden que “como consecuencia de la sequía las
siembras se han reducido a un tercio, por la falta de trigo y semillas, y no ha habido
dinero para buscarlas en otra jurisdicción, habiendo 100 fanegas5 de trigo, 50 de
jeja6, 150 de cebada y 15 entre avena y centeno, sembradas en tres o cuatro
temporadas por la desigualdad de las lluvias y el apuro de los labradores y los
sembrados están unos crecidos otros mateados....y si la primavera es de lluvias podrá
haber una media cosecha por ser toda la siembra de secano”. Esto supone unas 315
fanegas con mala cosecha y hasta 945 fanegas en años buenos, dedicadas al cereal
dominado por la cebada y el trigo, y poca avena y centeno. La situación descrita deja
patente una crisis agrícola importante, relacionada con la falta de lluvias y la carestía de
recursos económicos para garantizar la siembra. No se hace referencia al cereal de
regadío, que en 1755 ocupaba el 20% de la superficie total irrigada, y que producía
mayor cosecha por unidad de superficie. Así pues la situación provocada por el periodo
de malas cosechas, por las epidemias de cólera y el conflicto bélico con Inglaterra y
Portugal que marcaron el final del reinado de Carlos IV, quedan reflejados en este
documento.
En el año 1818 se emiten dos informes relacionados con la agricultura local. Con
fecha 13 de julio de 1818, a petición de la Junta del Partido de Cieza, refiere los precios
de los productos y frutos de la Villa de Abarán durante el periodo 1813-1817, es decir
los 5 años posteriores al fin de la Guerra de Independencia con Francia. Resumidamente
hay un leve descenso en el precio de los cereales (trigo, jeja, cebada), panizo, vino y
miel, pasando de 62 reales de vellón (r.v.) a 95 r.v., mientras que las frutas, las
hortalizas y la miel se mantienen estables. La sequía sufrida en ese periodo, que duró
hasta 1818, hizo que la producción del olivar de secano descendiera considerablemente
y aumentase la especulación, lo que ocurre con menor intensidad para los cereales y los
productos de regadío, los cuales se destinan al autoconsumo. El precio medio durante el
5
Fanega: Medida de superficie agraria utilizada en cultivos de secano que equivale a 6708 m 2 . Igualmente la fanega es una medida
de capacidad formada por 12 celemines. Un celemín equivale a la cantidad de grano que contiene un recipiente que cubica 4’625
litros.
6
Jeja: En el Levante peninsular, nombre que recibe el trigo candeal, variedad de harina fina y blanca del que se obtiene un pan
similar.
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periodo fue: trigo: 76 r.v., aceite: 76 r.v., jeja: 51 r.v.; miel: 48 r.v.; chotos: 36 r.v.,
panizo: 36 r.v., cebada: 32 r.v., vino: 21 r.v., frutas: 6 r.v. y hortalizas 5 r.v.
La población de Abarán ese año es de 273 vecinos (1000-1300 habitantes),
según el padrón realizado a petición de la Real Junta de Agravios. Este es el panorama
del intercambio comercial y la producción agrícola en Abarán.
Cuatro días más tarde, el 17 de julio de 1818 se recibe un despacho de la
Intendencia de Murcia, por Real Orden del Consejo de Castilla, contestado el día
siguiente, para que se realice el censo de tierras baldías7 que hay en la villa. Se dice que:
7
Consideran tierras baldías aquellas que no proporcionan ningún tipo de producto o beneficio, por lo que se excluyen los pastos y
los montes que se explotan por la madera, leña y esparto principalmente.
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“la cabida total de las sierras del municipio es de 13000 fanegas (8720 has) poco más
o menos, de las cuales son baldías 2800 (1878 has) en los parajes de Llanos de
Corona, Bº de la Dehesa Redonda, Cuartos de los Vergeles, Casablanca y Boquerón,
que están poblados de atochas y algunos pinos...”. Igualmente describe que hay 179
fanegas (120 has) “que tienen panificadas varios vecinos labradores...”. inclusas en
las sierras, es decir roturadas para el cultivo de trigo y cebada. Por primera vez se
indican usos del suelo en los parajes; en este caso las “tierras baldías” localizadas
principalmente en la depresión de la Rambla del Moro y glacis de la Sª de la Pila, que
serán los lugares que posteriormente se roturan para expandir el cultivo de cereales y
después (1912 a 1927) transformarlos en regadíos de frutales de hueso.
Pero el documento central para conocer el paisaje agrario del XIX, extraído
también de las Actas Capitulares, corresponde a un escrito de 5-9-1847 en contestación
a la encuesta sobre el uso de los terrenos de cada partido (paraje), a petición realizada el
31-8-1847 por el Director Especial de Estadística de la Riqueza de la Provincia de
Murcia, conformado por un listado sistemático de los parajes agrícolas y del uso de los
mismos. Literalmente dice:
HOYA DEL CAMPO: Secano de tierras blancas de pan llevar (trigo y cebada).
LOS VERGELES: Secano de tierras blancas de pan llevar, intercalando terrenos
incultos y lomos improductivos por su mala calidad.
CASABLANCA: Secano de tierras blancas de pan llevar, intercalando terrenos
incultos y lomos improductivos por su mala calidad.
EL BOQUERÓN: Secano de tierras blancas de pan llevar, intercalando terrenos
incultos y lomos improductivos por su mala calidad.
BARRANCO MOLAX: Secano de tierras blancas de pan llevar, intercalando terrenos
incultos y lomos improductivos por su mala calidad.
CAÑADA DEL PADRE SANTO: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas.
BARRANCO DEL JUDÍO: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas.
BARRANCO DE CANDELÓN: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas, más
algunas tierras blancas de regadío con frutales.
BARRANCO DE JACINTÓN: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas, más
un trozo de tierra de riego con frutales.
BARRANCO DE LA CUNA: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas.
BARRANCO DE BENITO: Secano de olivar con terrenos incultos y lomas.
RAMBLA DE BENITO: Tierras de riego de la misma si las lluvias abundan y de
secano si no abundan; con olivar y algunos frutales, más terrenos incultos y lomas.
HOYA DE GARCÍA: Tierras de riego blancas y arboladas de frutales.
EL AZUD: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales, naranjos y
limoneros.
LOS SECANOS: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales.
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EL CHARCO: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales, naranjos y
limoneros.
LA SOLANA: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales, naranjos y
limoneros.
Partido llamado del LEANDRO: Tierras de riego blancas y arboladas con frutales.
EL MOLINO: Tierras de riego blancas y arboladas con frutales.
EL PINAR: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales, naranjos y
limoneros.
SOTO DE DAMIAN: Tierras de riego blancas y arboladas con frutales.
CAÑADA DE HIDALGO: Tierras de riego blancas y arboladas con frutales con
algunos naranjos.
LA CUEVA: Tierras de riego blancas y arboladas con algunos frutales.
PATRAX: Secano de tierras blancas con olivos
Llama la atención el escaso tiempo transcurrido desde la petición y la
elaboración del informe, lo que sugiere que había un conocimiento previo detallado del
asunto. Se corrobora la marcada diferencia entre el secano y el regadío, y se identifican
las técnicas de aprovechamiento agrario del momento. Un primer análisis nos revela la
existencia de cultivos de cereales en los piedemonte y depresiones de la Sª de la Pila
(Hoya del Campo, Los Vergeles, Casablanca y El Boquerón), y en menor grado en la
depresión de la Sª del Solán (Barranco Molax). En estas zonas la existencia de “terrenos
incultos y lomos improductivos” muestra un paisaje semiárido poco homogéneo, con
superficies en rodales ocupadas por espartizales y zonas de yesos. El olivar sigue
instalado sobre los barrancos de la Sª del Oro y Sª del Solán principalmente, así como la
zona de Patrax, con un perfil geológico de coluviones y eluviones (Cuaternario) muy
parecido a los anteriores. Las terrazas fluviales del río Segura albergan los cultivos de
regadío, siendo las zonas más diversas y productivas. Destaca el nº de parajes encajados
sobre el río y la localización del cultivo de cítricos (naranjas y limones) y otros frutales
de hueso que salpican el mosaico irregular de los huertos; de los que solo escapan
cuando se puede garantizar mínimamente el suministro de agua (parajes de la Cueva o
Barranco de Jacintón). La red tributaria de la Rambla de Benito, mantiene un regadío
dependiente de la abundancia de lluvias, donde los frutales y el olivar dominan el
paisaje. La escorrentía superficial, las surgencias y la corriente subvalvea proporcionan
un agua que sustenta pequeñas parcelas de huertos a lo largo de ella. No hay referencias
directas a la morera ni a la palmera, por ser árboles complementarios en los huertos.
Destaca significativamente que se omita el área de cultivo dependiente de la surgencia
de la Viñica, lo que nos lleva a pensar que por su escasa representatividad, se obviaron
aquellas zonas que a modo de “islas” salpicaron el espacio forestal (fuentes, huertos
ruderales, olivares sobre barrancos, etc.). En estos momentos el trabajo agrícola no está
mecanizado8 y Madoz (1845-1850) dice que “en la Villa hay 70 pares de mulas y 30 de
bueyes...”
8
El Interrogatorio Agrícola de 1843 indica que el principal apero es el arado común y en la Exposición Agrícola de 1863 sólo se
presentaron máquinas para separar el grano de la paja y para estrujar el mosto (F. Chacón 1984. Historia de la Región de Murcia
Tomo VIII pag: 43)
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Para obtener una imagen finisecular baste con los documentos siguientes:
El 26 de febrero de 1882 el ayuntamiento emite un bando para “quemar las
ramas de los olivos atacados por insectos”
En el año 1876 una enfermedad (sin citarse) produjo daños en los cultivos de
ácidos (cítricos), hecho que motivó una reclamación el 14 de febrero de 1885 ante la
Administración Agraria, por su persistencia en el tiempo. El problema de las plagas y
enfermedades, provocó una sesión extraordinaria el 21 de mayo de 1875 por
discrepancias con el Jefe de la Comisión Especial sobre la riqueza productiva del pueblo
de Abarán, en la que el Ayuntamiento argumenta que “ha tenido que sustituir el cultivo
de árboles frutales y moreras atacados por enfermedades por cereales y hortalizas”.
Por último, el Acta del 4 de marzo de 1888 refleja la lista de los productos que la
Villa de Abarán envió a la Exposición Universal de Barcelona, siendo estos “aceites,
vino, trigo, cebada, maíz, esparto en rama y esparto elaborado en forma de sogas y
pletia de toda clase”, sin aludir ya a la morera ni los frutales de hueso, la primera
definitivamente liquidada y los segundos a la espera de la expansión definitiva del
regadío.
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Linderos y toponimia de Abarán en el Catastro del Marqués de la Ensenada
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