Mapa temático que representa la superficie regada en España en

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Prácticos. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA. 2º Bachillerato.
– Agustinas-
Mapa temático de coropletas que representa la superficie regada en España, por provincias en 1997,
según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El regadío es una práctica agraria que aporta a los cultivos agua adicional a la procedente de las
precipitaciones, con el fin de no depender de la aleatoriedad, escasez o ausencia de estas y de mejorar
el rendimiento de los cultivos. El agua utilizada para regar procede de la superficie terrestre, de los
acuíferos, de la transferencia de otras cuencas, de la desalinización de agua marina o, más raramente,
de la reutilización de aguas depuradas.
El mapa muestra que en España existe una cierta generalización del regadío, aunque su
distribución es desigual, escaso en el norte peninsular, desde Galicia hasta el País Vasco, por sus
precipitaciones regulares y abundantes ( el regadío se limita a algunos valles intramontañosos y a
enclaves algo secos) y mayor peso en el área climática mediterránea. Su localización comprende el
área con 500 mm o menos de precipitación anual: las cuencas de los grandes ríos meseteños, de las
depresiones exteriores y de la costa mediterránea, Baleares y Canarias.
Estos regadíos tienen diverso origen:
- Regadíos tradicionales localizados en las orillas de los ríos o en las inmediaciones de los pueblos
aprovechando el agua de pequeñas corrientes;
- Otros casos, responden a obras estatales de gran envergadura (embalses, trasvases), que han puesto
en regadío grandes extensiones.
- Regadíos de iniciativa privada que usan el agua de los acuíferos o la toman directamente de caudales
de agua.
La desigual distribución de los regadíos se explica por la diversa incidencia de factores físicos y
humanos.
– El ámbito mediterráneo es el área donde el regadío alcanza su mayor extensión, especialmente
en el litoral del sudeste y el Levante peninsular, en la costa sudatlántica, en Baleares y en el clima
subtropical de Canarias. Las razones son físicas y humanas.
• Entre los factores físicos, el más destacado son las temperaturas suaves a lo largo del año, con
ausencia de heladas, y una elevada insolación (próxima o superior a 3 000 horas al año), que
convierte estas zonas en áreas privilegiadas para la agricultura intensiva, cuando se palia la escasez y
la irregularidad de sus precipitaciones con aportes artificiales de agua. Otros factores favorables son
la protección del relieve contra los vientos fríos dominantes o las advecciones de aire frío en
invierno, y la existencia de suelos apropiados,( como las terrazas fluviales, los glacis de
acumulación y los conos de deyección), aunque en la actualidad los invernaderos utilizan suelos
artificiales que restan importancia a las características naturales de estos.
• Entre los factores humanos, cabe señalar la existencia de un mercado internacional de
elevado poder adquisitivo, el desarrollo del transporte refrigerado para los productos, la existencia
de un eje de comunicaciones rápido que une estas regiones con los mercados europeos (autopista A7 y ferrocarril paralelo a ella), y la voluntad emprendedora y la alta cualificación de los
agricultores, que han sabido adaptarse a los cambios de gustos de la demanda y a las exigencias de
calidad de la Unión Europea. Así, han seleccionado los cultivos, han manipulado su ciclo biológico con
el fin de lograr una fructificación duradera, han adoptado innovaciones técnicas y han constituido
cooperativas y empresas hortofrutícolas.
En esta zona los regadíos se asientan en las vegas de los ríos, en los fondos de las ramblas, en glacis
litorales y en las vertientes aterrazadas de las montañas. Son principalmente regadíos intensivos
que dan cosechas extraestacionales o durante todo el año, con importante difusión de los
invernaderos, y uso de técnicas de riego por goteo, que aportan a cada planta el volumen necesario de
agua en cada momento, junto con los nutrientes necesarios. Su dedicación es hortofrutícola:
frutostropicales (chirimoyo, aguacate, mango, plátano), fruticultura mediterránea (frutales de hueso,
de pepita y cítricos), horticultura temprana al aire libre y horticultura precoz bajo plástico.
– En los valles del interior peninsular (Ebro, Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir),el factor
esencial que explica la existencia de riego es la disponibilidad de agua proporcionada por las
grandes corrientes fluviales y sus afluentes. En esta zona los regadíos tradicionales eran huertas
familiares al aire libre, de pequeño tamaño, asentadas en las orillas de los ríos. En la actualidad
existen regadíos intensivos en las terrazas bajas, que usan sistemas de riego tradicionales (deriva del
agua del río) y se dedican a la hortofruticultura. Sin embargo, la mayor extensión superficial
corresponde al regadío extensivo, que proporciona una sola cosecha al año; es estacional
(coincidente en el tiempo con la de las otras áreas del mismo clima), y utiliza sistemas de riego
tradicionales (distribución del agua por gravedad a través de canales y acequias). Los cultivos
dominantes no son los hortícolas, sino los mismos que los de los secanos vecinos, a los que se añaden
plantas industriales (lúpulo, tabaco, remolacha azucarera) y algunos cereales muy exigentes en agua,
como el maíz. Las razones son las limitaciones térmicas (larga duración del período de heladas en
Prácticos. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA. 2º Bachillerato.
– Agustinas-
el clima mediterráneo continentalizado del interior peninsular), el incremento de la demanda de
cereales-pienso y de determinados cultivos industriales, y el hecho de que estos productos permiten
una mecanización total. Los regadíos extensivos han realizado un gran esfuerzo de modernización
para convertirse en explotaciones capitalizadas y productivistas, pero se enfrentan al problema de la
mayor competitividad de sus productos en otros países de la Unión Europea, donde se obtienen sin
necesidad de riego; al
carácter excedentario de muchas de sus producciones, y a las exigencias de la Política Agraria Común
para poder percibir subvenciones.
Las consecuencias de los regadíos pueden apreciarse evaluando su incidencia en el paisaje; sus
repercusiones económicas, sociales, demográficas y culturales, y los problemas que generan.
– Los cambios paisajísticos relacionados con los regadíos vienen dados por la modificación de los
cultivos y por la reorganización de las parcelas, que tienden a aumentar de tamaño, especialmente en
el caso de las explotaciones más tecnificadas y capitalizadas.
– Económicamente, los regadíos, especialmente los intensivos, han incrementado las rentas de la
población y el PIB del país, por el importante papel que desempeñan en las exportaciones. También
han atraído capitales nacionales y extranjeros, ante la posibilidad de lograr altos rendimientos.
– Socialmente, estas áreas han alcanzado un bienestar bastante generalizado, pues el regadío ha
contribuido a una mejora sustancial del transporte y de las comunicaciones y la elevación de la renta
ha incrementado la demanda y la dotación de servicios sanitarios, educativos, etc.
– Demográficamente, los regadíos intensivos han contribuido a fijar a la población, favoreciendo
poblaciones estables o en crecimiento, ante las buenas perspectivas de futuro. El crecimiento natural
se ha vuelto positivo y se ha roto la tendencia emigratoria de muchas comarcas, que incluso atraen
actualmente inmigrantes de áreas próximas y del extranjero para realizar los trabajos más duros y
colaborar estacionalmente en tareas como la siembra y la recolección. En los regadíos extensivos,
aunque la mecanización requiere poca mano de obra, también se ha estabilizado la población, gracias
a la creación de empleo derivada de la transformación industrial de la producción y de los servicios
relacionados con ella (comercialización, mantenimiento de los equipos de riego, etcétera).
– Culturalmente, el regadío ha contribuido a una mejor preparación técnica y empresarial, patente
en la existencia de un mayor número de personas con títulos profesionales y universitarios, cuyos
servicios son demandados por las nuevas formas de producción en los regadíos intensivos.
– Los problemas relacionados con los regadíos son los siguientes:
• Los conflictos de usos con la demanda urbana e industrial de agua y de suelo. Los regadíos
consumen un elevado volumen de agua en zonas que no disponen de ella de forma natural, lo que ha
conducido a colisiones con otras actividades demandadoras, como el turismo y la industria.
Por otra parte, se produce competencia por el suelo: el crecimiento de las ciudades ubicadas en el
centro de la huerta (como Castellón, Valencia, Elche, Murcia, etc.) se realiza a costa de esta, lo que, a
su vez, impulsa la extensión de la huerta por el área de los secanos próximos.
• Los conflictos sociales con la población inmigrante, en ocasiones ilegal y mal pagada, pueden
favorecer actitudes xenófobas.
• La sobreexplotación de los recursos hídricos, superficiales y subterráneos es el resultado de la
expansión del regadío sin una ordenación adecuada a los recursos disponibles, lo que genera
problemas de agotamiento y salinización de los acuíferos.
• La alteración del paisaje por las estructuras de plástico de los invernaderos genera una imagen poco
estética y disonante con el medio natural.
En cuanto al futuro se prevé un aumento de las hectáreas de regadío puesto de manifiesto en el
Plan Nacional de Regadíos “horizonte 2008” del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Además se enfatiza la necesidad de mejoras en el mantenimiento de redes, en la extensión de
sistemas menores consumidores(aspersión y goteo) y la reutilización del agua urbana depurada.
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