Tutela-8-2011 Valparaíso Coche de guagua

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Valparaíso, cuatro de julio de dos mil once.
VISTO, OIDO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que, GABRIEL
LUIS
PONCE
FERNANDEZ, trabajador, domiciliado
en Francisco Ruiz Tagle N° 395, Cerro El Litre, Valparaíso, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 485 y siguientes del Código del Trabajo, interpone denuncia en
juicio del trabajo, en procedimiento especial de tutela de derechos fundamentales, en
contra de la empresa DIN S.A., representada para estos efectos por SERGIO REYES
ORELLANA, ignora profesión, domiciliados ambos en Avenida Pedro Montt 2010,
Valparaíso, solicitando al Tribunal acoger la acción declarando que fue objeto de
vulneración de garantías fundamentales por lo que el demandado debe ser condenado
al pago de las siguientes indemnizaciones y prestaciones:
a) Indemnización sustitutiva de aviso previo, la suma de $ 408.986.
b)
Indemnización por años de servicios, incrementada en un 100%, por ser el
despido de que fue objeto, carente de todo motivo plausible. En subsidio, deberá
incrementarse en un 80%, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 168 letra a) del
mismo Código, por aplicación indebida, injustificada e improcedente de las causales de
los N° 1 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, por lo que asciende a la suma de
$ 8.997.692 en el primer caso y a $ 8.097.923 en el segundo.
c) Indemnización adicional del inciso tercero del artículo 489 del Código del
Trabajo, regulada en el máximo legal, el equivalente a 11 remuneraciones mensuales,
ascendente a $ 4.498.846. En subsidio, en el monto que el Tribunal determine.
OTRAS PRESTACIONES DEMANDADAS
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 489 inciso séptimo del Código del
Trabajo,
demanda
conjuntamente
con
las
indemnizaciones
señaladas
precedentemente, el pago de las siguientes prestaciones laborales adicionales:
Nulidad del despido v remuneraciones post despido: A la fecha del despido la
empresa demandada no había hecho declaración ni pago íntegro de cotizaciones de
salud hasta al último día del mes anterior al del despido, hasta el 30 de septiembre de
2010, faltando las correspondientes abril de 2001 y enero de 2003. Por consiguiente,
en virtud de lo dispuesto en el inciso séptimo del artículo 162, la demandada deberá
pagar las remuneraciones y demás prestaciones laborales que correspondan, durante
el periodo comprendido entre la fecha del referido despido - 29 de octubre de 2010 - y
la fecha en que se envíe o entregue comunicación mediante carta certificada, de haber
pagado en su integridad las imposiciones morosas, acompañando a la misma,
documentación emitida por la institución de salud correspondiente, en que conste la
recepción de su pago.
Las cantidades demandadas por indemnizaciones y remuneraciones deberán ser
pagadas con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código
del Trabajo, según corresponda, con costas.
SEGUNDO: Que, como fundamentos de la acción que se interpone, el actor dijo: que
ingresó a prestar servicios el
5 de abril de 1993 para la empresa demandada,
inicialmente en funciones de bodeguero y posteriormente como Encargado de
Logística, que cumplía en el establecimiento comercial de Avenida Pedro Montt 2010,
Valparaíso. La remuneración mensual convenida era variable y se componía de sueldo
base de $ 219.336, gratificación legal $ 68.083 y bono de incentivo de existencias por
monto variable. Percibía además, mensualmente, asignación de colación por valor
variable y asignación de movilización por la suma de $8.961. Para los efectos del
presente juicio, el promedio de las remuneraciones percibidas durante los tres últimos
meses trabajados, ascendió a $ 408.986. Añade que el 29 de octubre de 2010, fue
despedido por la demandada, a través de Charles Figueroa, Subgerente Corporativo de
Seguridad y Rodrigo Erazo, Jefe de tienda, en forma verbal, sin aviso previo ni causa
justificada. No obstante lo anterior, con posterioridad al despido y en las circunstancias
que relata más adelante, se le ordena tomar 4 días de feriado pendientes, desde el 2 al
5 de noviembre de 2010. Agrega que se reintegró a sus labores habituales el sábado 6
de noviembre y trabajó normalmente ese día, sólo que al término de la jornada no se
le permitió registrar la hora de salida, al no estar disponible el libro respectivo. El
lunes 8 de noviembre de 2010 no se le permitió el ingreso, informándole que estaba
despedido "desde el día 5 de noviembre de 2010". Asegura que, posteriormente, ante
la Inspección del Trabajo de Valparaíso, en Comparecencia de 24 de noviembre de
2010, la demandada invocó para tal despido las causales de los números 1 y 7 del
artículo 160 del Código del Trabajo, esto es, "falta de probidad del trabajador en el
desempeño de sus funciones" e "incumplimiento grave de las obligaciones que impone
el contrato", respectivamente.
Afirma que
ignora los hechos específicos y concretos que se señalaron como
constitutivos de las causales indicadas, pues nunca recibió la comunicación que
establece el artículo 162 del Código del Trabajo, no obstante que en la Comparecencia
antes referida, la empresa señaló haberla despachado.
Hace presente que el 27 de octubre de 2010 se inició un proceso de inventario
en el local en que se desempeñaba, a cargo del auditor de la empresa, Domingo
Sandoval, a quien el actor informó que un coche de guagua marca Ifanty Código
845867 no era contabilizado, por cuanto se encontraba en reparaciones por presentar
severos desperfectos, tales como falta de seguro de rueda delantera, falta de chavetas
para firmeza de ruedas traseras y otros, que hacían imposible su comercialización. Por
tal motivo y siguiendo una práctica habitual y de muchos años en el establecimiento,
en el sentido de dar preferencia a los trabajadores del mismo para adquirir productos
defectuosos a precios sustancialmente inferiores a los normales, manifestó a su jefe
Rodrigo Erazo su interés en adquirir el coche ya señalado, para su hija que en ese
entonces tenía 3 meses de edad, con lo que él estuvo plenamente conforme,
acordándose que el precio que pagaría por él sería de $ 30.000.
En virtud de lo
anterior, el viernes 22 de octubre de 2010 al proceder a formalizar la compra del
producto, mediante la emisión de la respectiva nota de venta y su correspondiente
boleta, ello no fue aceptado por el sistema computacional por no registrar cupo de
funcionarios, por lo cual no se pudo imprimir la documentación señalada. No obstante
lo anterior y no cabiendo duda alguna que se trataba tan sólo de un problema
informático a resolver prontamente, el señor Erazo le autorizó a iniciar la reparación
del coche indicado en su domicilio, para cuyo efecto, y con su autorización y pleno
conocimiento, lo retiró del establecimiento el mismo día viernes 22 de octubre,
cumpliendo para ello con todos los pasos, revisiones y controles correspondientes.
Asegura que jamás fue su intención sacar en forma indebida el producto indicado del
establecimiento de la demandada y aunque así hubiera sido, ello habría sido
materialmente imposible atendidos los sistemas de control, vigilancia y seguridad con
que dicho establecimiento cuenta, considerando además el volumen y dimensiones del
producto referido, por lo que de ninguna manera se podría haber sacado de no haber
estado debidamente informados los guardias del establecimiento, por persona con las
debidas facultades para ello, de la autorización con que contaba para retirarlo.
Hace presente, igualmente, que el lunes 25 de octubre de 2010, a primera
hora, intentó nuevamente formalizar la venta con la emisión de la documentación
respectiva, lo que nuevamente no fue posible por subsistir el problema de falta de
cupo para funcionarios. Por tal motivo, el mismo día se llamó al funcionario de
Recursos Humanos, Carlos Pacheco, a quien le informó la situación y previa
constatación de su parte de la efectividad de falta de cupo funcionarios, señaló a
que intentaría resolver el problema de sistema, comprometiéndose a que de no ser ello
posible, se gestionaría una clave especial que tienen los jefes para efectos de
descuentos. Todo lo anterior estaba en pleno conocimiento del señor Erazo. Añade que
el jueves 28 de octubre de 2010, en que se seguía trabajando en el inventario, volvió
a recordar al auditor Sandoval del problema existente con el coche mencionado, éste le
manifestó, que no se preocupara y que informaría de ello. El viernes 29 de octubre de
2010, aproximadamente a las 17 horas fue citado a
reunión con Charles Figueroa,
Subgerente Corporativo de Seguridad de la empresa, que le dice que había cometido
un delito y luego, en una actitud de manifiesta amenaza y presión, señala que sólo
tiene 2 caminos; o renunciar "voluntariamente" al trabajo o atenerse a las
consecuencias de las acciones que a contar de ese mismo instante emprendería la
empresa, primero a nivel policial y después a nivel judicial. Asegura que esta persona
le amenaza con acusaciones de hurto, de prisión, que sus papeles quedarían
manchados para siempre y que no encontraría jamás trabajo, pues "ellos", refiriéndose
a él mismo y a los jefes de la empresa, se encargarían de dar las peores referencias a
donde fuera que intentara trabajar. En todo momento y una actitud de total
amedrentamiento, el señor Figueroa hizo valer su condición de "Ex funcionario de la
PDI".
Añade que en conciencia y tranquilidad de no haber cometido delito ni falta
alguna, manifestó a Figueroa que bajo ninguna circunstancia le firmaría
carta de
renuncia que le requería. Ante ello, en ese mismo instante, Figueroa procedió a
efectuar un llamado telefónico a la PDI y tan sólo un par de minutos después, con una
rapidez verdaderamente asombrosa, considerando lo que al resto de los ciudadanos
cuesta conseguir que dicho Servicio se constituya en caso de alguna situación que la
haga necesaria, aparecieron en el local dos funcionarios de la mencionada PDI, en un
vehículo con la identificación conocida, con balizas y luces de emergencia, que
estacionaron frente al local, lo causó gran expectación entre los transeúntes, clientes y
funcionarios del local, que ante tal despliegue no dudaban que se estaba frente a un
delito de gran magnitud y a un delincuente de gran peligrosidad. Acto seguido y bajo la
acusación de hurto flagrante, fue informado por Figueroa y Erazo de despido e
inmediatamente los funcionarios de la PDI lo sacaron detenido del local y le suben a
su vehículo, con gran expectación de público, clientes y trabajadores, siendo tratado
en todo momento como un peligroso delincuente. Fue trasladado al Cuartel de la PDI y
estando allí se presenta Erazo indicándole que debía tomar 4 días de feriado legal que
estaban pendientes, para cuyo efecto le hizo firmar el respectivo comprobante,
insistiendo en la firma de una renuncia voluntaria, a lo que nuevamente el actor se
negó. Asegura que fue interrogado respecto de los hechos por el funcionario de
Investigaciones, quien reproducía prácticamente de manera literal todo lo que le había
preguntado, informado y presionado en el local el señor Figueroa, demostrando una
perfecta sincronización en el procedimiento y el conocimiento a cabalidad por parte del
funcionario de la versión de los hechos que tenía el mencionado Figueroa. Con
posterioridad a la declaración le tomaron fotografías de frente y por ambos costados y
recién cuando eran más de las 21 horas, fue dejado en libertad. En el intertanto,
concurrió la PDI a su domicilio y procedió a retirar, con el mismo despliegue de
vehículo, balizas y luces, el coche de guagua en cuestión, causando también gran
expectación, comentarios y toda clase de rumores entre sus
vecinos y un severo
estado de shock en su cónyuge, que vio prácticamente allanado su hogar sin entender
absolutamente nada.
Afirma que los hechos señalados precedentemente han constituido sin duda
alguna, una vulneración de derechos fundamentales en su calidad de trabajador,
consagrados en la Constitución Política de la República. En efecto, de conformidad con
lo dispuesto en el inciso primero del artículo 485 del Código del Trabajo, el
procedimiento de tutela laboral se aplicará respecto de las cuestiones suscitadas en la
relación laboral por aplicación de las normas laborales que afecten los derechos
fundamentales de los trabajadores, entendiéndose por éstos los consagrados en la
Constitución Política de la República, en su artículo 19, entre ellos, el N° 1, derecho a
la integridad física y psíquica, y el N° 4, derecho al honor, derechos que en su caso,
fueron manifiestamente vulnerados por la empresa demandada conforme a los hechos
señalados. En efecto, reitera, fue sometido a un verdadero interrogatorio policial
dentro del lugar de trabajo por un jefe de la empresa y ex policía, en un procedimiento
absolutamente irregular, a objeto de obtener su confesión respecto de un delito que
jamás cometió, fue presionado y amenazado por el mismo funcionario y el jefe de
tienda a objeto de que presentara "renuncia voluntaria" y al negarse, se llamó a la
Policía de Investigaciones, quienes le sacaron detenido del establecimiento, con gran
despliegue policial, frente a transeúntes, clientes y demás trabajadores, fue llevado al
cuartel de la policía, interrogado, fotografiado y tratado como un peligroso delincuente,
se allanó su domicilio, también con gran despliegue policial y la expectación de
vecinos, causando un severo estado de shock emocional a su cónyuge y familia, todo
lo cual afectó gravemente su salud física y psíquica, pues jamás le había tocado vivir
una experiencia semejante y tan traumática, causándole impotencia y desesperación,
viendo que su honor quedaba irremediablemente afectado, pues ante compañeros de
trabajo y clientes del establecimiento aparecía como ladrón y peligroso delincuente y
lo mismo ante sus vecinos, que llegaron a especular que la presencia del vehículo de la
PDI frente a su domicilio obedecía a un allanamiento por tráfico de drogas.
Añade que el artículo 2o del mismo Código del Trabajo consagra el principio de
que las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la
dignidad de la persona, lo que no ocurrió a su respecto en la misma oportunidad antes
señalada.
De conformidad con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 485 del Código
del Trabajo, se entenderá que los derechos y garantías referidos en los incisos
anteriores - entre los cuales están el derecho a la integridad física y psíquica y el
derecho al honor - resultan lesionados cuando el ejercicio de las facultades que la ley
le reconoce al empleador limita el pleno ejercicio de aquellas sin justificación
suficiente, en forma arbitraria y desproporcionada o sin respeto a su contenido
esencial, lo cual es precisamente lo ocurrido en su caso.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 489 inciso séptimo del Código del
Trabajo, demanda conjuntamente el pago de las siguientes prestaciones laborales
adicionales a tales indemnizaciones:
Nulidad del despido y remuneraciones post despido: A la fecha del despido la empresa
demandada no había hecho declaración ni pago íntegro de cotizaciones de salud hasta
al último día del mes anterior al de despido, vale decir, hasta el 30 de septiembre de
2010, fecha en la que
no había hecho declaración ni pago alguno de las
correspondientes a abril de 2001 y enero de 2003. De conformidad con el artículo 162
del Código del Trabajo, la demandada deberá pagar las remuneraciones y demás
prestaciones laborales que correspondan, durante el periodo comprendido entre la
fecha del referido despido - 29 de octubre de 2010 - y la fecha en que se
envíe o
entregue comunicación mediante carta certificada, de haber pagado en su integridad
las imposiciones morosas, acompañando a la misma, documentación emitida por la
institución de salud correspondiente, en que conste la recepción del pago de las
referidas imposiciones.
TERCERO: Que, subsidiariamente, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 489
inciso 7 del Código del Trabajo, para el evento que no se acoja la denuncia de tutela
por vulneración de derechos fundamentales deduce acción de despido injustificado,
fundamentando esta demanda en los mismos antecedentes de hecho y fundamentos
de derecho que señala como fundamentos de hecho de la denuncia principal, los que,
a fin de evitar innecesarias repeticiones y por razones de economía procesal, da por
íntegramente reproducidos, sin perjuicio de las alegaciones que a continuación señala:
Asegura que recibió carta de despido que la empresa señaló haber despachado a su
domicilio por lo desconoce en forma precisa los hechos que en ella se indican como
constitutivos de las causales aplicadas para ello, que conforme la demandada indicó
ante la Inspección del Trabajo de Valparaíso en comparecencia de 24 de noviembre de
2010, fueron las de los números 1 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, "falta
de
probidad
del
"incumplimiento
trabajador
grave
de
en
las
el
desempeño
obligaciones
que
de
sus
impone
funciones"
el
e
contrato",
respectivamente. Sin perjuicio de lo anterior, hace presente que la aplicación de las
causales indicadas es absolutamente injustificada, indebida e improcedente y la de
falta de probidad, además, carente de todo motivo plausible, pues durante todo el
periodo trabajado para la demandada, más de 17 años en forma continua e
ininterrumpida, se desempeñó con corrección, honestidad, eficiencia y responsabilidad,
cumpliendo siempre también, en forma estricta y rigurosa con todas y cada una de las
obligaciones que el contrato imponía, motivos por los que, en el largo periodo
trabajado para la demandada, jamás fue objeto de amonestaciones, quejas o reclamos
con motivo de su desempeño laboral. Añade que jamás incurrió en acto alguno que
pudiera configurar una causal de despido y menos aún, alguna de tanta gravedad
como las que imputa la demandada. Solicita que declarando injustificada, indebida e
improcedente la aplicación de las causales invocadas por la demandada para el despido
de que fue objeto y particularmente carente de motivo plausible la de "falta de
probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones", sin que tampoco se haya
dado el aviso correspondiente con la anticipación que establece la ley, se condene a la
demandada a pagar las indemnizaciones señaladas en la denuncia principal asociadas
al despido injustificado, indebido e improcedente que alega, todo ello sin perjuicio de
condenar a la demandada al pago de las cantidades indicadas por remuneraciones post
despido, de conformidad con lo dispuesto en el citado artículo 162 del Código del
Trabajo. En subsidio, las sumas que determine el Tribunal conforme a derecho y al
mérito de autos, con más reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173
del Código del Trabajo, según corresponda y costas.
CUARTO: Que,
ALVARO GALLEGOS DÍAZ, en representación de la demandada,
DISTRIBUIDORA DE INDUSTRIAS NACIONALES, también denominada DIN S.A.,
del giro de ventas y comercio, representada legalmente por
SERGIO REYES
ORELLANA, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Nueva de Lyon N° 072,
pisos 4, 5 y 6, comuna de Providencia, Santiago, contesta denuncia de vulneración de
derechos fundamentales con ocasión del despido y demanda subsidiaria de despido
injustificado solicitando se rechacen en todas sus partes, con costas, atendido el mérito
de los fundamentos de hecho y de derecho que expone y que son como sigue:
En
primer lugar y previo a contestar la demanda controvierte expresa y formalmente
todos los antecedentes de hecho y de derecho que sirven de asidero a la denuncia y
demanda, salvo aquéllos que reconoce expresamente en su contestación. Reconoce
expresamente existencia de relación laboral con el actor, en calidad de encargado de
logística, cuyas labores consistían en controlar y custodiar el flujo de mercaderías de la
tienda,
ingresos
(recepción
de
artículos),
movimientos
internos
(cambio
de
ubicaciones) y salidas (despacho y entrega de productos), relación que se extendió
desde el 5 de abril de 1993 hasta el 5 de noviembre de 2010, controvirtiendo de esta
forma la fecha de despido alegada por el actor, reconociendo, que fue despedido, por
las causales de "falta de probidad" e "incumplimiento grave de las obligaciones que
impone el contrato de trabajo", previstas en el artículo 160 N°s 1 letra a) y 7 del
Código del Trabajo. Respecto de las remuneraciones del actor
para los últimos tres
meses de su relación laboral, agrega que en ella no puede ni debe considerar los
haberes de colación y movilización cuyo promedio alcanza para los últimos tres meses
a las sumas de $64.051 y $8.961 respectivamente y que explican los $408.986 citados
por el actor en su libelo. Sostiene que conforme a los haberes periódicos del actor
conforme a los tres últimos meses completos de relación laboral, la remuneración
alcanza a la suma mensual promedio de $335.974. Asegura que la confusión sobre el
sentido y alcance del artículo 172 del Código del Trabajo, se extiende en el presente
caso sobre lo que debe entenderse por remuneración al amparo del artículo 489 inciso
3° del Código del Trabajo, pues la indemnización adicional que dicha norma contempla
lo es sobre remuneraciones mensuales, sin que sea aplicable la norma del artículo 172,
de modo que extender los beneficios de colación y movilización a esta indemnización
adicional es no sólo un exceso argumental, sino un claro desconocimiento del
tratamiento que tal indemnización tiene en nuestro sistema jurídico.
Argumenta que tal como se ha reconocido,
el actor pertenece a la empresa
desde el 5 de abril de 1993, no por haber sido trabajador de DIN S.A., sino como
continuador legal de ABC COMERCIAL LTDA., empresa esta última que fue absorbida
por DIN S.A., dejando constancia de ello mediante anexo de contrato de trabajo de
fecha 1 de junio de 2008, lo que resulta relevante, pues mediante contrato de trabajo
suscrito entre el actor y ABC Comercial Ltda., cuyos derechos le fueron íntegramente
reconocidos al actor mediante el citado anexo, las partes pactaron la indemnización a
todo evento de que trata el artículo 164 del Código del Trabajo, a contar del 7° año de
relación laboral y hasta el término del undécimo año de prestación de servicios. Lo
anterior implica que el régimen indemnizatorio al cual estaba afecto el actor no era en
modo alguno el régimen general previsto en el artículo 163 en sus incisos primero o
segundo, sino el régimen especial y a todo evento que contempla el artículo 164 del
Código del Trabajo. En mérito de lo anterior, desde el séptimo año de relación laboral y
hasta el término del undécimo año de ella, la antecesora legal de DIN S.A., esto es,
ABC Comercial Ltda., cotizó mensualmente el 4,11% de las remuneraciones mensuales
imponibles que devengó el actor en dichos periodos en la cuenta especial prevista por
la ley para estos efectos. De hecho, añade, su contrato de trabajo de 1 de julio de
1999, deja expresa constancia, en su cláusula novena, del referido pacto del siguiente
modo: “Las indemnizaciones por término de contrato se regirán de acuerdo a lo
establecido en los artículos 163 y 164 del Código del Trabajo, utilizando la alternativa
que consulta el doble beneficio, a saber:
a)
Treinta días de remuneración por año de servicio y fracción superior a seis meses,
con tope de ciento ochenta días, sin tope de monto, en caso de término de contrato
dado por el empleador conforme al artículo 161 del Código del Trabajo y,
b)
Quince días por año de servicios prestados por sobre los primeros seis años, con
tope de setenta y ciento días, sin tope de monto, cualquiera sea la razón de término de
contrato. El beneficio b) lo integrará el empleador, a nombre del trabajador, en la AFP
que éste último elija, obligándose el empleador a cotizar el 4,11% de la última
remuneración mensual del trabajador sin tope, entre el inicio del séptimo año y el
término del onceavo año del trabajo conforme a lo estipulado en el artículo 164 del
Código del Trabajo"
Asegura que lo anterior tiene relevancia desde que se ha demandado un cúmulo
de indemnizaciones, conforme se concluye de lo pagado por su parte y lo demandado
en autos, toda vez que las indemnizaciones a todo evento pactadas entre el séptimo
año y el onceavo año de relación laboral se encuentran debidamente pagadas
conforme al aporte del 4,11% efectuado, de modo que los años de servicios en
controversia y que se rigen por el artículo 163 y por defecto por el artículo 168 del
Código del Trabajo, son exclusivamente 6 años de relación laboral, que conforme a la
remuneración mensual reconocida de $335.974, da un total de $2.015.844 y no
$4.498.846.- como concluye el actor en su libelo ni menos los recargos de $4.498.846
y $3.599.077, por aplicación del 100% u 80% de recargo, pues para el improbable
evento de ser condenada por despido injustificado los montos del 100% y 80% de
recargos del artículo 168 son $2.015.844 o $1.612.675.Afirma que las cotizaciones de salud del actor, alegados como no declaradas ni
pagadas, se encuentran, por el contrario, debidamente declaradas y pagadas en su
oportunidad legal. En efecto, para la remuneración de abril de 2001, y encontrándose
el actor a esa fecha, afiliado en FONASA, se pagó por ABC Comercial, el 7% sobre la
remuneración imponible de $179.965, el que se efectuó en la Caja de Compensación
de Los Andes. Por su parte, para la remuneración de enero de 2003, y encontrándose
el actor a esa fecha, afiliado a la Isapre Ferrosalud, se pagó por ABC Comercial, el 7%
sobre la remuneración imponible de $318.722, pagó que se efectuó directamente a la
Isapre Ferrosalud. Ofrece acreditarlo. Por lo que procede rechazar la sanción
demandada.
El actor alega haber sido despedido verbalmente el 29 de octubre de 2010 y
que con ocasión de ese despido verbal se vulneraron sus derechos fundamentales de
los numerales 1 y 4 del artículo 19 de la Constitución Política del Estado, por los
hechos que da cuenta en su libelo, de manera que el presupuesto básico de su acción
de tutela es precisamente que la fecha de término de su contrato de trabajo, pues ello
delimita si la acción de tutela a ejercer es aquélla que contempla el artículo 485 del
Código del Trabajo vigente la relación laboral o aquélla que contempla el artículo 489
del Código del Trabajo al término de ésta. Añade que el actor no fue despedido el día
29 de octubre de 2010, sino que el 5 de noviembre de 2010, conforme a carta
certificada enviada a su domicilio. Para fundar lo anterior y desconociendo
la
existencia y veracidad de la impresión de correo electrónico que cita el actor en su
libelo, afirma que la consecuencia cronológica de los hechos realmente acaecidos,
descartan la afirmación del demandante y confirman lo alegado esta parte, e indica:
1.- El día 29 de octubre el actor hizo uso de 4 días de vacaciones entre el 2 y 5 de
noviembre de 2010. Así lo reconoce ante la Inspección del Trabajo y así lo reconoce,
también, en su demanda.
2.- El actor percibió la remuneración completa de octubre de 2010, sin descuento
alguno y percibió también la remuneración correspondiente a 5 días de noviembre de
2010, hecho debidamente ratificado ante la Inspección del Trabajo, oportunidad en
que se acordó fecha y modalidad de pago de remuneración por los días de noviembre
trabajados.
3.- La demandada despachó el 5 de enero de 2010, carta de despido, por correo
certificado, informando que a contar de esa fecha, dejaba de ser trabajador de la
empresa.
4.- El actor, en desconocimiento que se le había despedido, pues no le había llegado la
carta de despido, regresó a la empresa el 6 de noviembre de 2010 y tal como lo
reconoce en su libelo, firmó el registro de asistencia de ese día y sólo cuando su
jefatura directa fue informada de la presencia del trabajador en la instalación, se le
indicó que debía retirarse por no pertenecer a la empresa desde el día anterior,
dejando constancia del hecho, según indica, en Carabineros de Chile.
5- El actor, el lunes 8 de noviembre de 2010, concurre a la Inspección del Trabajo y
estampa la siguiente constancia: "El día de hoy me presenté a laborar y no se me
permitió el ingreso. El pasado sábado 6 de noviembre concurrí a trabajar desde las
10:00 horas y hasta las 17:30 horas, pero al retirarme el día de asistencia el libro que
había sido firmado en la mañana no estaba a mi disposición. Uno de mis compañeros
de labor me señaló que ello se debía a instrucciones del Jefe de Tienda, por lo que
concurrí a Carabineros a estampar la constancia. Dejo la presente para los fines a que
haya lugar, en conocimiento de mi derecho a interponer reclamo ante este Servicio".
6- El 9 de noviembre de 2010, cuando ya ha recibido formalmente la comunicación de
despido en su domicilio, concurre ante la Inspección del Trabajo y estampa reclamo
por despido.
Se pregunta el demandando: ¿si el trabajador, fue despedido el 29 de octubre,
luego de un operativo espectacular de la Policía de Investigaciones, en presencia de
sus compañeros de trabajo y clientes de la tienda y de ello se informa el 30 de octubre
a todo el personal de la compañía según comunicación electrónica que alega en su
libelo, cómo es posible que entre medio se tome 4 días de vacaciones y que se
presente a trabajar normalmente el día 6 de noviembre y luego el 8 del mismo mes y,
que al 6 de noviembre pudiera firmar el libro de asistencia que para en nuevo mes
estaba a su disposición y que ninguno de su compañeros de trabajo le preguntará
"¿qué haces aquí?, ¿no te habían despedido?" y que recién el 9 de noviembre reclame
formalmente de su despido ante la Inspección del Trabajo?
Asegura que no resultan creíbles ni verosímiles las alegaciones del actor y
atentan contra la lógica más elemental, pues a nadie se le despide verbalmente con
formulario de vacaciones de por medio y nadie es tan porfiado para regresar a su
trabajo si sabe que fue despedido, ni menos si ha contando en ese periodo intermedio,
con la asesoría de la Inspección del Trabajo. Asegura que el actor, con todos los
hechos expuestos precedentemente, sabe que no fue despedido el día 29 de octubre
de 2010 y tan consciente está que no ha sido despedido que no duda en tomarse los
días de vacaciones que acordó y regresa a su trabajo al término de su descanso y al 6
y 8 de noviembre no tiene problemas en presentarse a la tienda a trabajar y al 6 del
mismo mes a ninguno de sus compañeros de trabajo les parece extraña su presencia
en su puesto normal y solo el Jefe de Tienda, en conocimiento de los movimientos de
personal, sabe que fue despedido el día 5 de noviembre y que no corresponde que se
reintegre el día 6 de noviembre. En mérito de lo anterior, asegura que es evidente que
el actor fue despedido el 5 de noviembre de 2010, hecho del que tomó conocimiento
verbal el día 6 de noviembre y por escrito según correo certificado en los días
siguientes, estampando su reclamo por despido ante la Inspección del Trabajo con
fecha 9 de noviembre de 2010.
Añade que descartado que el demandante hubiera sido despedido verbalmente
el 29 de octubre de 2010, ello es suficiente para determinar la improcedencia de la
acción incoada, pues no habiendo despido, mal puede vulnerarse un derecho con
ocasión de algo que no existe, de modo que el fundamento fáctico y legal que
establece el artículo 489 del Código del Trabajo no se da en el caso de autos, siendo
improcedentes, en consecuencia, las pretensiones indemnizatorias que establece el
inciso 3. Asegura que aún para el evento que se determinara que el despido del actor
ocurrió el 29 de octubre de 2010, le resulta necesario pronunciarse sobre los
fundamentos que contiene la carta de despido pues sobre ellas pesa tanto la acción
principal de tutela como la demanda subsidiaria de despido injustificado. El 5 de
noviembre de 2010, se puso término, al contrato de trabajo del actor, siendo el texto
de la carta respectiva, el siguiente: "Por intermedio de la presente le informo que, con
esta fecha, se ha decidido poner término a su contrato de trabajo, por aplicación de las
causales legales de caducidad contempladas en el artículo 160 N°s 1 letra a) ("falta de
probidad en el desempeño de sus funciones") y N° 7 ("incumplimiento grave de las
obligaciones que impone el contrato de trabajo") todos del Código del Trabajo.
Los hechos que fundamentan la decisión adoptada, son los siguientes:
1o Usted se desempeña como encargado de logística, y su labor consiste en
controlar y custodiar el flujo de mercaderías de la tienda, ingresos (recepción de
artículos), movimientos internos (cambio de ubicaciones) y salidas (despacho y
entrega de productos).
2o Que, producto de la investigación interna realizada, se ha podido establecer que con
fecha 22 de Octubre de 2010, Ud. sin dar cuenta al Jefe de la Tienda don Rodrigo
ERAZO, ni al Guardia de Seguridad de la tienda, procede a sustraer un coche de
guagua marca "Jogger", código 845867, avaluado en la suma de $129.990, sin
cancelar su valor, para destinarlo a su uso personal. No obstante, ante la detección de
este faltante, expone al controller de prevención de pérdidas que entregaría la boleta
del artículo, pero se ha podido establecer que la venta no existe en el sistema.
3o Al ser entrevistado Ud. por don CHARLES FIGUEROA, Jefe Corporativo de
Seguridad, reconoció su participación directa en este hecho al entregar su declaración
por escrito, asumiendo como un error haber sustraído sin autorización de nadie el
producto.
4° Por otra parte, efectuándose el denuncio respectivo por el jefe de tienda la PDI de
Valparaíso, éstos, por orden del fiscal de turno, procedieron a su detención, siendo
trasladado hasta la unidad policial con fecha 29 de octubre de 2010, reconociendo su
participación de la sustracción de este producto desde la tienda y sin cancelar su valor,
el cual mantenía en su domicilio, por lo que quedó a disposición de la Fiscalía Local de
Valparaíso, imputado como autor del delito de RECEPTACIÓN, ordenándose la
incautación del producto, el cual fue entregado por la PDI, al jefe de tienda de
Valparaíso don Rodrigo ERAZO.
5o Los hechos anteriormente descritos configuran plenamente la causal de falta de
probidad
en
el
desempeño
de
sus
funciones
y
constituyen,
asimismo,
un
incumplimiento gravísimo e inexcusable de sus obligaciones, que impide mantener la
relación laboral vigente, dado que sus acciones atentaron de manera directa sobre los
bienes de la compañía que le correspondía custodiar, todo lo cual genera una situación
de extrema vulnerabilidad en materia de seguridad y un perjuicio pecuniario y de
imagen a la empresa, infringiéndose por su parte tanto las obligaciones de su contrato
de trabajo vigente como las establecidas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y
Seguridad, Reglamento de Prevención de Delitos y en el Código de Conducta,
documentos todos recepcionados por Ud., y que debía cumplir y respetar a cabalidad.
Se le informa que el estado de sus cotizaciones previsionales y de salud se encuentra
al día. Adjuntamos comprobantes de dichos pagos."
Estos son los hechos que llevan a decidir el despido del actor y como tales, a
juicio del demandado, generan la aptitud suficiente para poner término al contrato de
trabajo por las causales invocadas, pues generan un quiebre en la relación laboral,
impidiendo la convivencia normal entre uno y otro contratante, que hacen inviable la
mantención del vínculo laboral, por tratarse de conductas que lesionan y/o amenazan
la seguridad y estabilidad de la empresa, dado los evidentes perjuicios económicos y
de desviación de funciones que ellos conllevan.
Añade que el actor reconoce haber sustraído sin boleta un artículo de propiedad
de la empresa, un artículo cuyo flujo estaba llamado a resguardar, de modo que la
conducta en sí misma, es reprochable y no es efectivo que ello haya sido producto de
un venta autorizada por el Jefe de Tienda que, por diversas circunstancias, todas
inverosímiles, nunca se concretó. Indica que no es efectivo que el producto ha estado
defectuoso, que se le haya vendido por el Jefe de Tienda en $30.000, que hayan
existido problemas informáticos para registrar la venta ni menos que se haya
autorizado al actor para llevarse el producto a su domicilio para una supuesta
reparación.
El actor olvida, que los guardias del local lo reconocían a él como el encargado
de bodega a cargo de mover, trasladar, destinar, etc., los productos de la tienda, de
modo que la labor de estos guardias se limitaba, en los hechos, a controlar los
movimientos de clientes y terceros de la compañía, pero no a revisar ni controlar al
personal que labora en ella y obviamente si el encargado de la bodega le indica que
ese producto debe salir por alguna razón, el guardia asignado, va a creerle, pues lo
extraño sería que otros trabajadores, como vendedores y cajeros, salieran con
productos de la tienda y tal vez ahí les pida la boleta que respalda la salida del
producto, pero no en el caso del demandante de autos.
Afirma que como parte de la política de la empresa, en forma aleatoria y sin
aviso previo, se efectúan inventarios por parte de personal externo a la tienda, y que
en el caso de la tienda de Valparaíso se materializó el día 27 de octubre cuando arribó
el contralor de inventarío Domingo Sandoval Fernández, quien, al percatarse que
no estaba en bodega ni había salido formalmente de la tienda un coche de guagua
marca "Jogger", código 845867, avaluado en la suma de $129.990, consultó sobre
esta baja al actor, quien indicó, en primer lugar, que lo había comprado y que la boleta
la tenía en su casa. Al pedirle que la fuera a buscar, modificó su defensa y le indicó
que en verdad todavía no lo compraba pues tenía problemas con su cupo de
funcionario y que ello estaba en conocimiento del Jefe de Tienda. Consultado el Jefe de
Tienda sobre el particular, Rodrigo Erazo, este negó la versión del actor señalando que
tiempo atrás, el actor le había consultado si podía comprar en efectivo un coche que
presentaba serios desperfectos que lo hacían inviable para su venta al público y que su
respuesta es que si quería el coche lo podía comprar con dinero en efectivo si los
desperfectos lo hacían inviable para su venta al público y que una cifra que estaba
autorizado para vendérselo era por 40 mil pesos, pues tal como es la política habitual
de la empresa, las denominadas compras con cupo de funcionario y descuento en
liquidación de remuneraciones, sólo autorizan que el producto se venda a precio costo
más IVA que, en este caso, ascendían aproximadamente a $90.000.- Esto último le
parece relevante, pues la excusa que no pudo registrar la compra por no tener cupo
de funcionario no sólo no es efectiva sino que tampoco resultaba justificada
si
la
venta de un producto de segunda mano o con desperfectos se compra con dinero
en efectivo. Afirma que el 29 de octubre de 2010, Charles Figueroa, Jefe de Seguridad
Corporativa, le pidió al actor que entregara un informe escrito sobre los hechos y dada
la vaguedad de las explicaciones del actor y por tratarse de un hecho que revestía los
caracteres de delito, el Jefe de Tienda Rodrigo Erazo fue instruido a interponer
formalmente la denuncia del hecho ante la Policía de Investigaciones de Chile, órgano
que tomó el procedimiento de rigor, preocupándose en todo momento de resguardar la
dignidad del trabajador. De hecho, el actor jamás salió esposado de la tienda y
concurrió voluntariamente a prestar declaración al cuartel policial, hecho del cual no se
percataron ni sus compañeros de trabajo ni persona alguna que pasaba por fuera de la
tienda, pues no se trató de un operativo como indica el actor sino simplemente de un
único vehículo policial que se estacionó sin despertar sospecha alguna.
Continúa el demandado afirmando que al prestar declaración ante la Policía de
Investigaciones, lugar al que concurrió el Jefe de Tienda
Rodrigo Erazo, el actor
reconoció haber sustraído la especie y no tener los respaldos de venta o autorización
para su retiro desde la tienda, indicando, así mismo, que el coche estaba en su
domicilio, por lo cual pidió llamar por teléfono a su señora a objeto que le hiciera
entrega a un funcionario de la empresa del coche en cuestión, lo que se materializó,
concurriendo al domicilio del trabajador un funcionario de la empresa quien retiró el
coche y se lo entregó a don Rodrigo Erazo, el cual se puso a disposición de la Policía de
Investigaciones, se tomaron las fotografías de rigor del producto, comprobándose que
éste no presentaba desperfecto alguno, y se le hizo entrega, mediante acta, a Rodrigo
Erazo en representación de la empresa. Jamás concurrió personal de la Policía de
Investigaciones a incautar el objeto sustraído y no es efectivo que ello haya generado
el revuelo que alega el actor en su libelo, con la consiguiente afectación de la salud de
su cónyuge y de su prestigio y honra ante sus vecinos. Todo lo anterior, a su entender
indica que la empresa adoptó las medidas estrictamente necesarias de denunciar el
hecho que revestía caracteres de delito a las autoridades competentes, no afectando
derecho alguno del trabajador, pues tampoco existió un interrogatorio por parte de
funcionarios de la empresa ni presión alguna para que confesara un hecho o firmara su
carta de renuncia. A mayor abundamiento y, para evitar precisamente la alarma que
tal hecho pudiere generar, primero entre sus compañeros de trabajo y luego entre sus
familiares y vecinos, es que se acordó que saliera normalmente de la tienda, sin
esposas, para presentarse voluntariamente al cuartel policial, concertando, además,
con el actor, la entrega voluntaria de la especie sustraída. En este marco de hechos,
Charles Figueroa y
Rodrigo Erazo, le informaron al actor que debían informar a la
empresa de lo ocurrido a objeto que el Departamento de Recursos Humanos
Corporativo ubicado en Santiago que resuelve estos temas, tomara una determinación
respecto a su situación laboral (despido, traslado o cambio de funciones) y que
mientras ello ocurría y se terminaba la investigación interna de estos hechos, podía
hacer uso de los algunos de los cinco días hábiles de vacaciones anuales que tenía
pendiente, optando el trabajador por hacer uso de ellos entre el 2 y el 5 de noviembre,
dado que el día lunes 1 de noviembre era feriado. De este modo el actor, en perfecto
conocimiento y dominio de la situación que enfrentaba, estaba lejos de alguna
vulneración como las que alega en su libelo. Destaca que bajo los parámetros del
artículo 485 del Código del Trabajo, las acciones desplegadas por el empleador entre el
27 y el 29 de octubre de 2010, se encuentran plenamente amparadas por el derecho y
satisfacen los principios de necesidad, justificación y proporcionalidad, de modo que
debe rechazarse tanto la denuncia principal de vulneración de derechos fundamentales
como la demanda subsidiaria de despido injustificado, teniendo, además presente, que
el actor fue formalizado por el Ministerio Público, a través del fiscal Javier Carrasco
Sarmiento, el 17 de diciembre de 2010, ante el Juzgado de Garantía de Valparaíso, por
el delito de hurto agravado que prevé el artículo 477 del Código Penal, en los autos RIT
10,122-2010, RUC 1001023379-3, de modo que ha sido un tercero imparcial como lo
es el Ministerio Público quien ha encontrado fundamento suficiente para imputar al
actor un delito cometido en perjuicio de su ex empleador.
QUINTO: Que, el tribunal llamó a las partes a conciliación en la audiencia
preparatoria, sin éxito, por lo que debió recibir la causa a prueba fijando los siguientes
hechos a probar:
1.- Efectividad de haber convenido las partes una indemnización a todo evento,
términos en que fue esta convenida y si el demandado dio cumplimiento a los pactos
celebrados al efecto.
2.- Remuneración del trabajador, si esta era variable promedio de los últimos tres
meses efectivamente trabajados.
3.- Fecha del despido del trabajador, si lo fue el 29 de octubre o el 05 de noviembre,
todo del 2010.
4.- Hechos que rodearon la imputación al trabajador de la sustracción de mercadería
de propiedad del demandado, la denuncia a la policía, la presencia de efectivos de ésta
en el local en que se desempeñaba el trabajador y su detención.
5.- Efectividad de encontrarse íntegramente pagadas las cotizaciones de salud del
trabajador por los periodos abril de 2001 y enero de 2003.
6.- Si el trabajador incurrió en los hechos que se le imputaron en la carta de despido y
que motivaron su separación.
SEXTO: Que, en la audiencia de juicio, las partes incorporaron la prueba ofrecida:
DENUNCIADA: documental: incorpora los siguientes:
1) Contrato de trabajo de 1° de julio del año 1999;
2) Anexos de contrato de trabajo de 01 de junio de 2008, 01 de octubre de 2009 y
1° de septiembre de 2010;
3) Carta de despido de
05 de noviembre de 2010, comprobante de aviso para
terminación de contrato ante la Inspección del Trabajo de 09 de noviembre de
2010;
4) Comprobante de envío por carta certificada de la carta de término de contrato
de 05 de noviembre de 2010 y su boleta de pago;
5) Constancia de 09 de noviembre de 2010, ante la Inspección del Trabajo;
6) Actas de comparendo de conciliación de 24 y 29 de noviembre de 2010;
7) Comprobante de transferencia de remuneraciones al demandante de 25 de
noviembre de 2010;
8) Reglamento de prevención de delitos de DIN S.A. vigente en septiembre de
2010 y comprobante de entrega del mismo al denunciante;
9) Código de conducta ABC DIN con vigencia de junio de 2010 y comprobante de
entrega al denunciante de 12 de junio de 2010;
10)Informe N° 48 de 29 de octubre de 2010, emitido por Charles Figueroa;
11)Impresión del detalle de la causa seguida ante el Juzgado de Garantía de
Valparaíso RIT 10122-2010;
12)Copia de planilla y declaración de pago de cotizaciones de salud para el periodo
abril 2001;
13)Copia de planilla y declaración de pago de cotizaciones de salud para el periodo
enero de 2003;
14)60 comprobantes de pago de cotizaciones previsionales y aporte del 4,11%
respecto del actor por periodo junio de 1999 a diciembre de 2000 emitidos por
Previred y luego copia de planillas del periodo enero de 2001 a mayo de 2004
y;
15) Liquidación de remuneraciones del actor correspondiente a octubre de 2010.
TESTIFICAL: Previo juramento de rigor, prestan declaración: Rodrigo Fabián Erazo
Arancibia y Charles Henri Figueroa Contreras.
OFICIOS: Se da cuenta de respuesta de los oficios remitidos all Juzgado de Garantía
de Valparaíso y a la Fiscalía local de Valparaíso.
DENUNCIANTE: Documental: incorpora los siguientes;
1) Impresión de correo electrónico enviado por el Jefe de Tienda Rodrigo Erazo de
30 de octubre de 2010 a las 11:36 horas;
2) Constancia dejada por el actor el 02 de noviembre de 2010 ante la Inspección
del Trabajo dando cuenta de los hechos del 29 de octubre de 2010;
3) Comprobante de constancia dejada por el actor el día 06 de noviembre de 2010
ante la Segunda Comisaría de Carabineros de Valparaíso;
4) Constancia de 08 de noviembre de 2010 efectuada por el demandante ante la
Inspección del Trabajo de Valparaíso dando cuenta de los hechos de ese día y
del 06 de octubre;
5) Tres liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de agosto,
septiembre y octubre de 2010.
6)
SEPTIMO: Que, como se adelantó, la denunciada rindió prueba testifical en la
audiencia de juicio en la declararon Rodrigo Fabián Erazo Arancibia y Charles
Henri Figueroa Contreras. El primero de ellos, Rodrigo Fabián Erazo Arancibia,
dijo, en resumen: conoce al actor, trabajó con él bastante tiempo, el testigo es el jefe
de tienda de la sucursal de Pedro Montt de ABC Din, el actor era el encargado de
logística, quien debe velar por la mercadería de la tienda, por la mantención y stock de
las existencias y el inventario de la misma, debe controlar el inventario y el stock, lo
que hace a través de inventarios generales y selectivos, velar que lo documental
coincida con los material. El actor dejó de trabajar por un hecho detectado el 29 de
octubre de 2010. El 27 de ese mes tuvieron inventario auditado, vino un controller de
la empresa a hacer un inventario de la tienda desde Santiago, después de ejecutar el
primer conteo se percató que faltaban especies en la tienda $1.200.000 representante
de bastantes bienes, muchas sábanas bienes pequeños y un coche que era lo más
grande y también una cama. El auditor empezó a averiguar sobre este tema
preguntándole al actor qué pasó con este coche. La averiguación se hace, contando el
inventario total, cuenta los bienes, luego con el encargado de logística cuenta todos los
bienes, y llegaron hasta el coche, no quedó justificado todo el faltante, pero respecto
del coche el actor le dice que lo tenía en su poder, le reconoce esto a Domingo
Sandoval y éste lo comunica al departamento de control de pérdidas. Sandoval se lo
informa al testigo, el día 29, le dijo que lo tenía Gabriel en su casa. El testigo lo
informó al departamento de control de pérdidas y éste debía tomar las medidas con el
departamento de seguridad corporativa. Agrega que conversó con el actor quien le dijo
que cuando sacó el coche de la tienda no tenía cupo funcionario, se trata de un cupo
que tiene cada funcionario con cargo al que puede comprar productos a un valor
inferior al valor de venta al público. El producto su costo más IVA y de ahí se divide en
cuotas y lo paga con descuento en liquidaciones, se asigna un cupo una vez a la año
de acuerdo con la remuneración y de acuerdo con la carga que tiene cada funcionario,
es decir sus descuentos. Se supone que este cupo lo deben aprovechar en el año y
hasta que se agote y si se agota esperar hasta el otro año. El valor es costo más IVA y
los intereses que corresponden de acuerdo con el número de cuotas en que se divide el
crédito. El coche del que hablamos tenía precio 129.990 de venta al público, el costo
más IVA era de 112.000,
se supone que estaba fallado pero cuando lo recuperaron
estaba en perfectas condiciones. El actor dijo que no había podido comprar porque no
tenía este cupo. Después de estos hechos llegó a la tienda Charles Figueroa,
subgerente de seguridad corporativa, el mismo día quien habló con el actor en su
presencia, le dijo que venía a realizar su función el actor le repitió lo que le dijo al
testigo, que asumía que se había llevado el coche, que lo asumía y estaba arrepentido,
le volvió a repetir lo de la compra del coche y lo del cupo. Figueroa le pidió que
escribiera una declaración el actor no quiso hacerlo y luego aceptó y escribió en su
presencia el texto. Dice que quienes pueden abrir y cerrar las tiendas son dos o tres
personas, manejan las llaves, los tres tienen clave de alarma y llave. En ese momento
era el testigo, el actor y su asistente. Después Figueroa llamó a investigaciones y el
testigo como jefe de tienda debe ejecutar o denunciar el hecho. Fue investigaciones en
un móvil a la tienda. Figueroa le pidió a investigaciones que fuera a la tienda porque
posiblemente había ocurrido un hecho delictual, pero el testigo no escuchó la
conversación lo que está claro es que pidió que vinieran, no sabe lo que le dijo. Llegó
investigaciones, en la denuncia el testigo ratificó lo que sabía, le explicó lo mismo que
dijo en el tribunal. El personal de investigaciones habló con el actor, y este le dijo lo
mismo que dijo en la carta. Investigaciones también habló con Figueroa. Después se lo
llevaron detenido aunque no le pusieron esposas. Ellos le comunicaron que lo llevarían
a la unidad, el testigo le dijo si era necesario y el policía dijo que sí, entonces le
preguntó dónde estaba el móvil y estaba fuera de la tienda, le dijo si era posible no
esposarlo, el policía dijo que sí que podía salir en compañía del testigo, salieron ambos
y la persona de investigaciones con uniforme y el actor se fue a la unidad policial.
Salieron por el local, por la única salida a Pedro Montt, el testigo llegó hasta el móvil
allí le dijeron que debían ir a su casa a buscar la especie. El actor dijo que eso podría
ser vejatorio para su señora y
para él que fuera un carro, qué iban a pensar sus
vecinos. Entonces el testigo le preguntó a personal de investigaciones si podía ir un
empleado de la tienda que tenía auto a buscar la especie a la casa y el funcionario le
dijo que lo esperaba en media hora o 45 minutos en la unidad y que allí debían
llevarlo. Un funcionario Antonio Boggio lo fue a buscar sólo volvió con el coche a la
tienda y ambos lo llevaron al cuartel, transcurrió como 45 minutos. Éste era el único
coche que había de estos en la tienda, ya nos los vendía. En investigaciones le
tomaron fotos al coche y se lo devolvieron. En la tienda se hizo un informe por parte
de Figueroa al departamento de recursos humanos quienes deciden qué hacer con la
situación. El actor quedó en investigaciones, el testigo lo pasó a ver, le tomaban
declaración en una oficina común funcionario, lo dejó allí y se fue. Recursos humanos
decidió despedirlo por falta de probidad el 5 de noviembre, esto le fue comunicado al
actor por teléfono porque estaba con feriado, tenía este beneficio pendiente entonces
se lo ofreció en la tienda antes de ir al cuartel y el actor dijo que sí así es que lo tomó
desde ese día, el mismo 29. Al contra examen dice: que el despido fue el 5 de
noviembre, antes de esa fecha no se había tomado una decisión sobre el término de
contrato solo se levantó el informe del que habló, habitualmente cuando ha pasado
algo semejante con otras personas en la empresa, se manda un correo a las tiendas
más que nada para que a esa persona no se le facilite mercadería, es un tema
informativo para que no se les deje entrar a las bodegas porque está en una situación
cuestionada. Esto pasó con el actor, él, a título personal mandó un correo a las tiendas
de Quilpué, Viña del Mar y Valparaíso, diciendo que el actor estaba desvinculado que
no lo dejaran entrar a las bodegas por resguardo, no dijo despedido, pero es lo mismo
aunque fue informativo porque él no tiene facultades para despedir.
Mandó correo
electrónico, el 30. Dice que lo que dice la nota es que el actor había dejado de
pertenecer a la empresa desde el día de ayer, el documento se titula desvinculación.
Añade que el feriado comenzó el 29, a partir de esa fecha gozaba de feriado, por
cuatro o cinco días
una semana, a partir de la cual el departamento de recursos
humanos decidiría que hacer con él. Dice que no tuvo conocimiento de la situación del
coche antes del 28 de octubre, se trata de un coche de un metro de alto y cincuenta
centímetros de ancho, cerrado. Agrega que el control de salida e mercadería es
mostrar una boleta, al guardia a la salida. No sabe cómo sacó el actor el coche, él tenía
llave de la tienda y sabía la clave alarma. El procedimiento al llegar a la tienda es sacar
la alarma y llamar a monitoreo y decir quién y a qué hora está abriendo la tienda, al
cierre, el testigo debe cerrar y antes de irse debe llamar a monitoreo. Dice que el actor
pudo sacar el coche incluso dijo que se lo llevó una semana antes cuando el testigo
estaba en una convención en Santiago. El procedimiento no exige sino una persona
para abrir o cerrar. Dice que estando en Santiago un día lo llamaron para decirle que la
alarma no había sido conectada a las once de la noche, el llamó al actor y le dijo que
aun estaba en la tienda porque tenía cosas que hacer, sacar un inventario. El guardia
no está a esa hora, si se le dice que se vaya se retira, es externo. El guardia sabe que
ese día no estaba, el día que lo llamaron cuando estaba en Santiago, le creyó al actor
quien estaba encargado de cerrar al tienda y era personal de confianza, el informe de
estos hechos debe existir, no lo tiene ni lo ha solicitado, no averiguó al respecto, no
dudó de lo que dijo el actor, fue suficiente explicación. El informe que redactó el actor
fue con sus propias palabras, de puño y letra. Se llamó a policía porque el hecho se
podía calificar de delictual. No le preguntó a Figueroa porque llamó a la policía si la
situación estaba clara, ni qué es lo que pretendía llamando a la Policía. Mientras llamó
Figueroa el testigo estaba con el actor, ambos se dieron cuenta al mismo tiempo
cuando llegó la policía. Dice que no consultó con ningún encargado sobre el cupo del
actor. El cupo es fijo y no se puede alterar cuando se termina. Añade que vio el coche
y estaba en la PDI, lo vio cuando lo sacaron en la tienda. La última vez que lo vio fue
como siete meses atrás cuando vendían coches, supuestamente estaba malo y
guardado en la bodega, era el mismo coche, el actor dijo que estaba malo, cuando lo
vio no tenía nada malo, el actor, encargado de logística es el que tiene que ver eso, le
creyó que estaba malo. Durante siete meses no lo vio, aparecía en el stock de la
mercadería antigua. El actor cuatro meses antes de los hechos le manifestó que quería
comprarlo porque iba a ser papá y el testigo le dijo que no tenía ningún problema
porque le dijo que estaba malo, entonces le dijo que si estaba malo le hacía un
descuento, claro que no se puede comprar una mercadería mala con cupo funcionario
porque se dispara el precio, cuando se compra algo que es de segunda selección es
necesario comprarlo de contado u otro medio de pago si no se le cobra el precio costo
más Iva que es mucho más caro. No se puede comprar con cupo funcionario un
producto deteriorado. Cuando le dice que le hará un descuento no verificó el estado del
coche, le dijo que cuando quisiera ejecutar la boleta le avisara. Dice que el testigo le
dijo a Figueroa sobre esto cuando se verificó el hecho y al controller también, ambos
estaban en conocimiento de la situación. Charles Henri Figueroa Contreras, dijo, en
síntesis: que conoce al actor, porque era encargado de logística en la tienda de
Valparaíso, de ABC Din, es contratado para los efectos de la custodia y la
responsabilidad de los productos de la tienda, el testigo es sub gerente de seguridad
corporativa, ve 4 áreas, retiro de valores, diferencias de inventarios con la gerencia de
prevención de perdidas y el monitoreo de seguridad de la compañía. Añade que el
actor el 29 de octubre de 2010 le fue informado durante la toma de inventario de la
tienda un controller determina que había un faltante de productos de la compañía, él
estaba en Santiago, Domingo junto con Raúl Erazo le informan durante un inventario
en Valparaíso, lo llaman por teléfono y le informan del faltante precisamente el actor
dio una explicación sospechosa sobre el faltante de un coche, este bien era uno en un
total cuyo monto era sobre un millón de pesos, 1.5 de diferencia de inventario, esto
era elevado en relación a la venta del local. Uno de estos faltantes se vincula a una
situación sospechosa vinculada al actor que podía revestir carácter de delito, esto le
contó Sandoval. Decidió venir a Valparaíso, a raíz además de la diferencia de
inventario. Toma entonces conocimiento que el producto había salido sin documentos,
boleta, factura o guía de despacho de la tienda. Al contactarse con el actor le preguntó
qué pasaba con el producto, lo que dijo es que él lo sacó porque lo quería comprar y su
crédito no le daba la posibilidad de adquirirlo, le preguntó si había una transacción
comercial al respecto, le dice que no y también dice que el jefe de la tienda no tenía
conocimiento de esta circunstancia. Aunque en su oportunidad le había comunicado
que era su interés sacarlo, pero el jefe de la tienda desconoce todo este tipo de
situaciones. Ante esto y debido a la diferencia de inventario le comunica que realmente
cometió un error y no dar cuenta a su jefe de haberlo sacado sin transacción
comercial, entonces le comunica el testigo que están frente a un hecho que reviste
carácter de delito que por supuesto no va a determinar él pero que deberá ponerlo en
conocimiento de Fiscalía, le pide una declaración y el actor se negó. Luego accede
voluntariamente y hace la declaración. Estaban en el escritorio del jefe de la tienda, en
el segundo piso, no es un recinto cerrado, es abierto y también en algún momento
estuvo el jefe de la tienda. Le pidió a dos socios del sindicato que estuvieran presente
en esta situación les explicó lo que sucedía, el Sr. Crofi y una Srta. cuyo nombre no
recuerda, no quisieron involucrarse, porque se trataba de un compañero que llevaba
mucho tiempo trabajando. Ante eso se decidió hacer la denuncia, la hizo el jefe de
tienda, se llamó desde la tienda, no recuerda quien llamó a Investigaciones, no fue él,
si lo hubiera hecho se acordaría, luego dice que él ordenó hacerlo pero no se acuerda
si fue él o el jefe de la tienda. El llamado a policía fue para cursar la denuncia. Llegaron
unos funcionarios, el testigo le explica a los funcionarios que había una sustracción de
un producto y quieren ver qué pasa para determinar si reviste caracteres de delito,
hablan con el actor, en presencia de él y del jefe de tienda, luego siguieron con el
procedimiento solos porque
el testigo se fue a Santiago, cuando dijeron que se
cursaría el denuncia respectivo, el actor quedó de devolver el coche. Con la
documentación que tenía se fue. Después se comunicó con Erazo quien le dijo que se
había recuperado el producto y que la denuncia se había cursado, y que el Fiscal había
dispuesto diligencias, y se había ordenado devolver el producto a la tienda. Dice que la
decisión de llamar a policía fue porque el hecho revestía carácter de delito, a demás
por el elevado número de faltante de inventario que se contabilizaba hasta ese
momento, se decide transparentar este hecho, los faltantes de lo demás no le consta.
Lo que le llamó la atención a él es que se trataba de un empleado encargado de la
mercadería, aunque era un empleado antiguo, lo que no consideró. Lo que tomó en
cuenta fue la salida del producto que no salía de forma correcta y la responsabilidad
del actor en su calidad de trabajador encargado de los bienes, de su resguardo. Era
necesario ponerlo a disposición de un fiscal para que se indagara sobre esto además
porque podían salir otros antecedentes que se podía llegar a… (no termina la frase).
Hay un hecho que reviste carácter de delito. Al contra examen dice: dice que entre que
llamó y llegó la policía debe haber sido como una hora, se solicita un carro,
generalmente se llama a la central o la unidad de la jurisdicción para que envié el carro
de turno. Es la policía la que determinó mandar un carro. Conoce los procedimiento
porque fue funcionario y es jubilado de la PDI. Dice que es irrelevante el hecho que él
hubiera sido policía, se hizo presente en la tienda en su cargo pero no le dice que es ex
funcionario de la PDI ni lo introduce como hecho relevante. No le dijo. Toda la
compañía sabe que es ex policía, no le consta que el actor lo supiera lo que le consta
es que ese hecho se informó a toda la compañía. Añade que en la consulta que hizo a
Erazo si había autorizado la salida del producto y él le dijo que no, tampoco le dijo que
el actor hubiera manifestado interés anterior de comprarlo, incluso por el origen de
cómo nace la explicación de que tenía el producto en su poder, inicialmente le dijo al
"controller" que tenía boleta del producto. Agrega que tiene entendido aparentemente,
el 22 de octubre lo había sacado, conforme los antecedentes que le informaron, se lo
dijo el actor. Dice que lo sacó por la vía de acceso, por la puerta de la tienda. Los
sistemas de control interno es presentar boleta, factura o guía al guardia, o la
autorización del jefe, el actor dice que el guardia no le pidió el documento.
Le
preguntó al guardia cuyo nombre no recuerda. Agrega que el guardia debe estar desde
la apertura al cierre de la empresa, dice que desde el 22 hasta el día de los hechos
hubo guardia, ellos no reportaron salida irregular de productos durante este periodo.
Agrega que lo que pasa es que tienen una central de monitoreo en la que se reportan
las novedades del día lo que es obligación, de ese día no había novedad al respecto,
ante eso, el producto al salir, lo que él piensa es que salió, sacado por el encargado de
logística pero no lo reportó ni al guarida ni al jefe. El jefe de tienda debe certificar
como sale un producto o explicar al guardia porqué sale el producto. Añade que sobre
lo que sucedió después de la detención es que el actor quedó en libertad, no le consta
pero sabe que se hizo el denuncio se recuperó el producto y que dejó citada a las
personas. No sabe hasta qué hora estuvo detenido, que se gestionó el feriado legal a
contar de ese día, por cinco días no
lo tiene claro, quedó en manos de recursos
humanos.
OCTAVO: Que, de acuerdo con la prueba rendida, el Tribunal tendrá por cierto los
siguientes hechos y de conforme los fundamentos que se expresan:
Con el objeto de aproximarse a la decisión del asunto controvertido, esta
sentenciadora opta por despejar primeramente las cuestiones relativas al régimen
indemnizatorio al que se encuentra adscrito el actor. Recordemos que la demandada
afirma que este régimen corresponde al establecido en el artículo 164 del estatuto
laboral, esto es, la indemnización pactada por las partes a todo evento, a partir del 7º
año para lo que realizó los aportes previstos en la norma en comento. Al efecto
incorpora a este juicio, las planillas de cotizaciones correspondientes al periodo que
comprendido entre junio de 1999 y mayo de 2004 verificándose además del contrato
de trabajo suscrito por las partes que éstas pactaron, en su cláusula novena, que las
indemnizaciones por término de contrato se regirán por lo dispuesto en los artículos
163 y 164 del código del ramo y en la letra b) regulan el pacto.
Que del análisis del artículo 164 del Código del Trabajo, en consonancia con el
artículo 5 inciso segundo del mismo cuerpo legal - que establece la irrenunciabilidad de
los derechos establecidos por las leyes laborales -, y de los principios que inspiran el
Derecho del Trabajo, podemos concluir que dicha norma fue concebida con el fin de
que los trabajadores pudieran optar al beneficio de la indemnización por años de
servicio en situaciones que por la mera aplicación de las normas generales que la
rigen, no la obtendrían, pero en ningún caso el acuerdo celebrado entre las partes,
bajo el amparo de esta disposición, puede inhibir al Tribunal, en el evento de estimar
injustificado el despido, hacer aplicación de las reglas generales que rigen la materia.
NOVENO: Que, respecto de la remuneración del actor, para os efectos previstos en el
artículo 172 del código del trabajo, el tribunal, teniendo para ello a la vista las
liquidaciones de remuneraciones correspondientes a los meses de agosto, septiembre y
octubre de 2010, concluye que el promedio a que se refiere la referida disposición legal
alcanza a la suma de $408.986. Ahora bien, para los efectos de esta determinación y
frente a la alegación de la demandada en orden a que en este promedio no debe
incluirse las asignaciones de locomoción y colación el Tribunal dirá que el Artículo 172
del Código del Trabajo, prescribe:
"Para los efectos del pago de las indemnizaciones a
que se refieren los artículos 168, 169, 170 y 171, la última remuneración mensual
comprenderá toda cantidad que estuviere percibiendo el trabajador por la prestación
de sus servicios al momento de terminar el contrato, incluidas las imposiciones y
cotizaciones de previsión o seguridad social de cargo del trabajador y las regalías o
especies avaluadas en dinero, con exclusión de la asignación familiar legal, pagos por
sobretiempo y beneficios y asignaciones que se otorguen en forma esporádica o por
una vez al año, tales como gratificaciones y aguinaldos de navidad".
Del precepto
legal antes transcrito se colige que para los efectos del pago de la indemnización legal
por años de servicio y de la sustitutiva del aviso previo, deberá considerarse toda
cantidad mensual que está percibiendo el trabajador al momento del término de su
contrato, incluidas las imposiciones y cotizaciones previsionales o de seguridad social
de su cargo y las regalías o especies avaluadas en dinero. De la misma norma se
infiere, a la vez, que deben excluirse para el cálculo de que se trata, la asignación
familiar legal, los pagos de sobretiempo y los beneficios o asignaciones que se
otorguen en forma esporádica o por una sola vez al año, señalando dicho precepto, por
vía ejemplar, las gratificaciones y los aguinaldos de Navidad.
Respecto de la citada
disposición legal cabe, por tanto, anotar que el concepto "última remuneración
mensual" que utiliza el legislador reviste un contenido y naturaleza eminentemente
fáctico o pragmático, ya que alude a "toda cantidad que estuviere percibiendo el
trabajador". En ese mismo contexto debe señalarse que, dentro del referido artículo
172, la norma precedente es la regla general de acuerdo a la cual debe determinarse
la base de cálculo de la indemnización por tiempo servido y por falta de aviso previo,
ya que las excepciones las conforman las exclusiones, de carácter taxativo, que la
misma
disposición
establece.
Es
necesario
precisar
también
que
entre
esas
excepciones existe una de carácter genérico: los beneficios o asignaciones que se
otorguen por una sola vez al año, tales como gratificaciones y aguinaldos de navidad".
Luego, necesario es concluir que es la propia ley, en su tenor literal, la que, respecto
de determinados beneficios, define y limita su alcance para los eventuales efectos de
ser o no considerados en el cálculo de la indemnización, ya que de su texto se infiere
inequívocamente que éstos se excluyen en cuanto revistan carácter esporádico o
anual. La interpretación anterior es la que sostenida por la dirección del trabajo a
través de sus dictámenes, interpretación, que a su turno, esta sentenciadora
comparte, por encontrarse acorde con el carácter protector del derecho del trabajo, a
partir del cual se puede concluir que, enfrentado el trabajador al transe de perder su
trabajo, más aún cuando ello se origina en una decisión unilateral del empleador,
quien, como en el caso, ha aplicado, la causal del artículo 161 inciso 1° del código del
ramo, tiene derecho a percibir
las
indemnizaciones legales que ello lleva consigo,
éstas, tienen por objeto permitir que el trabajador conserve el nivel de ingresos que
mantenía hasta el momento de su separación, que lo habilite para satisfacer sus
necesidades y las de las que de él o ella dependen, a lo menos, teóricamente, por el
tiempo que permanezca sin un nuevo ingreso, lo que
cuando alude a
recoge la norma en comento
“toda cantidad mensual que está percibiendo el trabajador al
momento del término de su contrato”. Las excepciones, esto es, las cantidades que no
deben incluirse en el cálculo del que venimos hablando, precisamente son las que no
tiene el carácter de permanentes, aquellas que por su origen, por pagarse en forma
esporádica, una vez al año etc., no forman parte de aquella suma con la que el
dependiente cuenta mes a mes para la satisfacción normal de las necesidades
aludidas.
DECIMO: Que, respecto del pago de las cotizaciones de salud que el demandante
estima impagas a cuya base se encuentra la imputación de despido nulo y que
corresponde a las de los meses de abril de 2001 y enero de 2003, éstas se encuentran
pagadas según se desprende de las planillas respectivas incorporadas a la causa, sin
objeción de contrario, por la parte demandante y dentro de plazo legal.
DECIMO PRIMERO: Que, de acuerdo con la prueba rendida, el Tribunal tendrá por
cierto los siguientes hechos y de conforme los fundamentos que se expresan:
Tendrá por cierto que el 29 de octubre de 2010, en circunstancias que un dependiente
de la denunciada de nombre Santiago Sandoval realizaba un inventario en la tienda de
Valparaíso en la que se desempeñaba el actor, determinó que faltaban físicamente
mercaderías del inventario, entre otras que en total ascendían a un valor por sobre un
millón de pesos, un coche de guagua Marca Infanty. En esto último, es decir, que a la
práctica del inventario faltaba físicamente el coche mencionado, las partes se
encuentran contestes. Sobre la inexistencia, en la misma oportunidad, de mercaderías
por valor superior, se cuenta con las declaraciones de ambos testigos de la denunciada
y así lo consigna el informe policial agregado a estos autos como parte de la carpeta
investigativa incorporada a los antecedentes en el que se señala esta situación como
parte de los antecedentes de la detención del actor.
Enseguida, el Tribunal tendrá por cierto también que el día indicado, frente al faltante
del coche, fue el mismo actor quien comunicó al auditor de la empresa que practicaba
el inventario, de nombre Domingo Sandoval, que el objeto se encontraba en su poder.
Así lo afirma el actor en su libelo y lo refiere también el denunciado en su contestación
coincidiendo con estos antecedentes la declaración del jefe de tienda Sr. Erazo quien,
refiere que el inventario se revisa entre el Sr. Sandoval y el actor y frente al faltante
del coche, el actor informa que lo tenía en su poder.
Respecto de las causa por las que el 29 de octubre el actor mantenía en su poder y en
su hogar el bien mencionado y en qué circunstancias ello ocurrió, esta sentenciadora
ha llegado a la siguiente conclusión: que efectivamente, y como lo ha dicho Erazo en
su declaración, el coche en cuestión formaba parte de las existencias de la tienda, sin
embargo, desde hacía siete u ocho meses que tal mercadería había dejado de
venderse en ella, como también afirma esta persona. Esto explica que este coche fuera
el único que había en la tienda y permite desde ya decir que es altamente probable
que no estuviera en óptimas condiciones como lo afirma el actor, de no haber estado
defectuoso, ¿cuál es el motivo por el que no se habría vendido en el lapso
mencionado? Junto con lo anterior, Erazo admite que el coche debía ser reparado
cuando declara ante la policía de investigaciones el mismo 29 de octubre. Ahora bien,
pese a que la denunciada intenta soslayar su importancia, resulta acreditado en estos
antecedentes que el actor sí había manifestado al jefe de la tienda su interés por
adquirirlo y con anticipación al 29 de octubre de 2010. En efecto, Erazo lo reconoce en
su declaración en estrados y agrega que él estuvo de acuerdo diciéndole que le avisara
el momento en que lo haría para generar la boleta respectiva, declaración que ya había
vertido ante la policía de investigaciones y de puño y letra el día de los hechos cuando
dice: "que yo tenía conocimiento que un trabajador de la empresa de nombre Gabriel
Ponce Fernández (el actor) tenía intenciones de comprar para repararlo". Incluso más,
el actor afirma que el precio que le ofreció el jefe de local frente a esta intensión era
de 30.000 pesos, cifra muy parecida a los 40.000 que al contestar la demanda la
denunciada admite que Erazo puso como precio frente al interés del actor por su
compra. Ahora bien, para avanzar en las circunstancias de las razones por las que el
bien se encontraba en poder del actor el día de los hechos, es preciso anotar también
que éste no desconoce haberlo retirado del local, en su libelo de inicio afirma: "el señor
Erazo le autorizó a iniciar la reparación del coche indicado en su domicilio, para cuyo
efecto, y con su autorización y
pleno conocimiento, lo retiró del establecimiento el
mismo día viernes 22 de octubre". Para verificar si contaba o no con autorización para
retirar el objeto de la tienda, lo cierto es que no se le preguntó directamente a Erazo
en su deposición sin embargo éste, declaró ante investigaciones lo siguiente el 29 de
octubre:"el miércoles (27) Ponce Fernández trató de realizar la boleta y los
controladores auditores de Santiago pertenecientes a la tienda no permitieron que lo
hiciera". La declaración que hace Erazo el 29, admite que Ponce quiso hacer que se
generara la boleta pero no le fue permitido, razón que unido a lo que se ha venido
diciendo permite confirmar que la intensión de Ponce era comprar el artículo, y que
todo ello era conocido de su jefe de tienda, incluso existía un acuerdo en el precio y
que fue la propia empresa quien no lo permitió incluso negándosele la posibilidad de
hacerlo el 27 de octubre, antes el día de los hechos pese a que el actor intentó hacerlo
y esta negativa era de conocimiento de Erazo. Pero todo lo anterior no permite concluir
que el día 22 cuando Ponce se llevó el coche Erazo hubiera tenido conocimiento y lo
hubiera autorizado para hacerlo. Por algo, en la nota que firma frente a Figueroa el 29,
y que se escanea formando parte del informe de este personero, el actor
reconoce
haber cometido un error. Erazo dice haber estado en Santiago la semana en a que
incidió el 22 de octubre, incluso dice haber recibido una llamada diciendo que la alarma
no estaba conectada a las once de la noche, explicándole el actor, con quien se
comunicó, que aun estaba en la tienda haciendo inventario, lo que relata con una clara
intensión de convencer a esta magistrado que esas fueron condiciones propicias para
sacar el bien de la empresa, sin embargo, esta parte de su declaración no impresiona a
esta Juez sino como lo que se ha dicho, una intensión en el sentido indicado, ello no
está avalado por ningún otro antecedente de prueba en estos autos. Más bien parece
que aunque sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó el
objeto de la tienda el día 22, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte
de Erazo y sin mayores dificultades pues nadie se lo impidió ni le exigió documentos o
comprobantes al efecto. No lo hizo el guardia, persona externa a la empresa como lo
dice
Erazo en su declaración, seguramente por reconocer en el actor su calidad de
encargado de logística del local y por lo mismo encargado de la mercadería. Charles
Figueroa dice que le preguntó al guardia aunque no recuerda su nombre y que el día
de los hechos hubo guardia pero no reportaron salida irregular de productos ese día.
También es posible tener por cierto, como se ha dicho, que antes que se conociera de
la ausencia en el inventario de este bien, el 29, Ponce intentó generar la boleta de su
compra, negándosele la posibilidad por la empresa.
DECIMO SEGUNDO: Que, respecto de los hechos que se siguieron al reconocimiento
del actor en orden a que el coche de guagua estaba en su casa y que lo había llevado
hasta allí el 22 de octubre, en las circunstancias anotadas, el Tribunal tendrá por cierto
lo siguiente: En conocimiento del faltante del coche, el 29 de octubre de 2010, Erazo
comunica este hecho al departamento de control de Pérdidas en Santiago, lo que
motiva que el Sub Gerente Corporativo de Seguridad de la empresa Charles Figueroa
se traslade desde esa ciudad a Valparaíso. Ese día, primero por separado y después en
conjunto, ambos conversan con el actor, éste reconoce ante ambos haberse llevado el
coche y que se encontraba en su casa, a ambos el actor les refiere lo de su intensión
de comprarlo y la circunstancia de no haberlo podido hacer por falta de cupo, hasta
aquí las versiones de los testigos de la denunciada coinciden, pero se comienzan a
separar, por cuanto, el primero afirma que Figueroa supo de la intensión del actor de
comprar el bien y de que había conversado con él para hacerlo teniendo problema con
el cupo de funcionario para adquirirlo y que él mismo (Erazo)
se lo dijo y Figueroa
afirma que Erazo en la consulta que él le hizo sobre si había autorizado la salida del
producto él le dijo que no, tampoco le dijo que el actor hubiera manifestado interés
anterior de comprarlo. Luego, el actor firmó un documento, escaneado en el informe
de Figueroa incorporado a juicio y no objetado por el demandante y aunque no es de
fácil lectura, es posible verificar que en él el actor escribió: "Yo, Gabriel Ponce informo
que c/fechas 22/oct/10 solicite coche que estaba c/ detalles para reparación y poder
comprarlo.
Al
momento
de
generar
la
boleta
de
esto
no
fue
posible
imprimirla………..para efectuar la reparación y ver sus detalles. Yo reconozco que
cometí un error después de 17 años en la empresa, y quise generar la boleta el lunes y
el mismo día del inventario, el cual le comento al Sr. auditor Domingo Sandoval y no
me dejaron efectuar esta, luego de la reparación que hice. Reconozco que fue un error
a mi cargo del que luego de esta mala experiencia después de 17 anos en la empresa
no volveré a repetir. Solicito a Ud. tenga a bien considerar mi erro, que se generó
también en un problema con los cupos asignados para compras del personal y no pude
generar totalmente la compra".
Enseguida, luego de estas entrevistas se genera un llamado a policía de
investigaciones, Erazo dice que la efectúa Figueroa, éste lo niega, dice que si él la
hubiera hecho se acordaría y luego dice que no lo recuerda, pero independientemente
de esto, llega al local personal de investigaciones quienes en su informe adjunto a la
carpeta investigativa de fiscalía aseguran haber recibido un llamado en el que se
comunica que al interior de la tienda DIN se había cometido un hurto por lo que se
trasladan dos efectivos en un móvil al lugar. Allí, según este informe se entrevistan con
Erazo y Ponce manifiesta su intensión de devolver el objeto, llamaron al Fiscal de turno
quien determinó la detención de Ponce. De acuerdo con la versión de Erazo, Ponce fue
salió de la tienda, sin esposas, en su compañía y la de los efectivos policiales, subido al
carro policial y conducido a la unidad.
Respecto de la forma en que se recuperó la especie en cuestión no hay en autos
más antecedentes que la afirmación de la policía en orden a que Ponce manifestó su
intensión de devolverla y la declaración de Erazo en orden a que ésta fue recuperada
desde su hogar por un trabajador de la empresa que fue en auto particular a buscarla
y la llevó a la tienda desde donde la trasladaron en el mismo auto al cuartel donde le
sacaron fotos y se la devolvieron. La especie, de acuerdo a una impresión de nota de
venta adjunta a estos autos obtenida de la caja de la tienda, tendría un valor de venta
al público de $129.990.
DECIMO TERCERO: Que, respecto de la actitud asumida por los personeros Figueroa
y Erazo antes de llamar a la Policía como quedó establecido en la motivación anterior,
el Tribunal dirá que conforme lo expresado por el propio Sr. Figueroa en su informe
incorporado por la denunciada resulta verosímil la versión del actor en orden a que se
le exigió la renuncia frente a la posibilidad de ser despedido por falta de probidad. en
efecto, de este informe se extrae el siguiente párrafo de factura de Charles Figueroa:
"El citado don Gabriel Ponce Fernández, expone que no renuncia (¿por qué podría
decir que no lo hace si no se lo hubieran exigido?) sin antes recibir asesoramiento,
pese a que tiene conciencia del motivo de su finiquito (¿Por qué podría hablarse de
finiquito si no se hubiera hablado de despido) que se encuentra avalado ( justificado el
despido) además de su incumplimiento al contrato específico y código de conducta, por
lo que se coordina con el Jefe de tienda, proporcionar días pendientes de vacaciones
hasta el martes 2 de noviembre, día de la resolución que adoptará RRHH". De este
párrafo y del mail de Erazo de 30 de octubre de 2010, que su autor reconoció en
estrados haber enviado y también reconoció su tenor, que se titula "desvinculación"
y que tiene el siguiente texto: Informo (a los jefes de tienda) que a contar de ayer (29
de octubre) ha dejado de pertenecer a la Empresa el Sr. Gabriel Ponce,
encargado de logística Suc. 10624 Valparaíso Pedro Montt", es posible concluir que
efectivamente, el 29 de octubre se conminó al actor a renunciar, se le hizo tomar
conciencia que a juicio de los personeros mencionados existía motivo de despido y que
frente a la negativa del actor de firmar la renuncia, se le "proporciona" vacaciones. Sin
embargo, incluso, Erazo habla de desvinculación y también afirma que Ponce dejó de
pertenecer a la empresa desde el 29. Entonces, es posible razonablemente concluir
que con seguridad el actor, por una parte entendió que el despido era inminente y un
hecho y por otra parte se le generó la duda razonable que ello no hubiese sido así pues
lo conminaron a hacer uso de feriado, razón por la que como lo demuestran las
constancias que este adjuntó a estos autos, en la que dice por un lado que fue
despedido y por otro, que firmó el documento de feriado por 4 días a contar del 2 de
noviembre, por lo mismo también se presentó a trabajar el 6 de noviembre, como lo
admite el denunciado también, frente a tanta incertidumbre. Incertidumbre que se
refuerza con el hecho que el 6 de noviembre es imposible que hubiera recibido la carta
de aviso de despido que fue despachada el 15 de ese mes según consta de
certificación al efecto incorporada a autos y al domicilio del actor señalado en su
contrato.
DECIMO CUARTO: Que, es un hecho no discutido por la demandada, que a través de
alguno de sus agentes, frente a lo ocurrido el 29 de mayo 2010, hechos que
involucraron al trabajador demandante, lo denunció solicitó la presencia de Policía de
investigaciones en el local en cuestión, desencadenándose su detención en la que fue
detenido, sacándola, del local por la puerta delantera y única del local como afirma
Erazo, pero en todo caso, en forma pública. Así se desprende de las declaraciones de
la declaración de Erazo y no lo niega Figueroa, los testigos de la demandada, los que
en ningún caso niegan estos hechos y aunque con bemoles, están contestes en el
llamado, Respecto de las consecuencias penales para el actor derivadas de esta de
esta detención se cuenta con el informe del Juzgado de Garantía de Valparaíso, que
remitió copia de la audiencia de acuerdo reparatorio llevada adelante por el Juez Juan
Carlos Maggiolo Caro, el 19 de enero de 2011 en la que en relación con el actor, se
suspendió condicionalmente el procedimiento de acuerdo con las condiciones del
artículo 238 letra g) y h) del código procesal penal, prohibiéndosele al actor ingresar y
frecuentar la tienda, En el informe se detalla que en este caso la imputación habría
correspondido a Hurto agravado, no hay más detalles.
DECIMO QUINTO: Que, haciéndose cargo el legislador del principio de tutela judicial
efectiva, dentro de la lógica de la protección de la parte más débil de la relación
laboral, en el artículo 493 del código del trabajo, dentro del título destinado al
procedimiento de tutela laboral, en el que se inserta la acción que nos ocupa,
introdujo una reducción probatoria, consistente en la obligación del denunciante de
presentar indicios suficientes de la vulneración de garantías fundamentales que alega.
Esta técnica, reducción probatoria, no implica inversión del onus probandi, puesto que
no significa que sea suficiente la mera alegación de una lesión a un derecho
fundamental, para que se traslade al empleador la carga probatoria, sino que ella
consiste en aliviar la posición del denunciante exigiéndole un principio de prueba por el
cual acredite indicios de la conducta lesiva, esto es, acredite hechos que generen la
sospecha fundada, razonable, en orden a la existencia de la lesión que alega. En
consecuencia, se hace necesario despejar, como primera cuestión relevante orientada
a la decisión del asunto controvertido, si el denunciante cumplió con este estándar
probatorio exigido. De acuerdo con el panorama indiciario descrito por el actor en su
libelo de inicio, en primer lugar, diremos que el referido despido, es un hecho no
discutido, y aunque la fecha en que ocurrió, no hubiera sido el 29 de octubre sino el 5
de noviembre, ello no es óbice para de aceptarse que hubiera habido vulneración de
garantías fundamentales como lo pretende el actor ello no hubiere ocurrido con
ocasión de su despido puesto que tal decisión se tomó en atención a los hechos
ocurridos precisamente el 29 de octubre independientemente que se le hubiera
comunicado el 15 de noviembre. Enseguida diremos que, de acuerdo con la prueba
rendida en estos autos, respecto de los hechos que el demandado le atribuyó a la
demandante ocurridos el 30 de mayo en sus dependencias, sólo resultó acreditado que
sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó objeto de la
tienda el día 22, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte de Erazo, el
jefe de tienda, producto consistente en un coche de guagua (criatura que el
denunciado admite existir y tener tres meses de edad) y que igualmente, antes que se
conociera de la ausencia en el inventario de este bien, el 29 de octubre, Ponce intentó
generar la boleta de su compra, negándosele la posibilidad por la empresa. Con lo
anterior, resulta efectivo que lo que el actor reconoce y ha reconocido en gran parte.
De lo anterior se desprende que el requerimiento que hizo el empleador a través de
uno de sus agentes, a Policía, en tales circunstancias, aparece, como “inexplicable”. Lo
es, por cuanto, sin antecedentes suficientes, atribuyéndole al actora la participación en
una conducta irregular de carácter delictual, solicitó la presencia de la autoridad
policial en la empresa, tras denunciarla. Además, se requirió la presencia de Policía de
investigaciones, lo que es excepcional en este tipo de hechos y ocurre que quien dirige
la operación y toma la decisión de hacerlo es un ex funcionario de esa repartición
policial según él mismo reconoce en estrados. Creemos que, por cierto la demandada,
tiene el derecho de denunciar hechos presuntamente constitutivos de delitos, pero con
los antecedentes que poseía, ¿era necesario hacerlo y requerir la presencia policial en
la empresa? Este hecho, es decir la circunstancia que un trabajador que lleva 17 años
desempeñándose para la empresa, primero como bodeguero, como lo admite la
denunciada y después como encargado de logística, se lleve a su casa con el objeto de
reparar un producto, un coche para una guagua que su empleador sabía que estaba
por nacer o ya había nacido, después de haber conversado sobre la posibilidad de
comprarlo a un precio rebajado y haberle admitido esta compra su propio jefe, ¿es
suficiente
para
exponer
encausamiento penal?.
al
dependiente
a
una
detención
segura
y
posterior
Por lo anterior, y teniendo presente, incluso, que no existe
prueba acerca de otras circunstancias anotadas por el actor, como que hubiera habido
un gran operativo policial o que el objeto que estaba en su casa le hubiera sido
retirado por la policía en otro operativo de gran despliegue causándole un shock a su
cónyuge, y aún teniendo presente que el procedimiento tras la denuncia del empleador
lo tomó la policía que llegó al local tras haber sido llamados al efecto por los agentes
del empleador, aparece como suficiente para esta sentenciadora para concluir que se
ha alcanzado el estándar de prueba indiciaria respecto de la vulneración que se alega.
Lo anterior por cuanto lo que se ha dicho precedentemente que ha quedado
establecido, constituye un antecedente suficiente para juzgar, a priori, para presumir,
sospechar fundadamente, a lo menos y anticipadamente, la vulneración que se alega.
El empleador, denunció, llamó y requirió la presencia de la policía, frente a hechos que
no estaban suficientemente apoyados fácticamente como para concluir que eran
constitutivos de delitos y que en ellos tuviera participación el actor a cualquier título
que le hiciera responsable penalmente, de modo tal, que conociendo, porque no pudo
ignorarlo, dada la frecuente ocurrencia de hurtos en las tiendas, cometidos por agentes
externos, que la Policía procedería, seguramente a la detención del trabajador, como
ocurrió. El procedimiento que siguió la policía no es de responsabilidad directa del
empleador
o
de
sus
agentes,
pero,
en
las
circunstancias,
éstos
pudieron
representárselos.
DECIMO SEXTO: Que, frente a la constatación de que se ha dado cuenta en el
considerando precedente, antes de analizar la garantía de la honra que fuera
denunciada como vulnerada, diremos desde ya que se descartará del análisis la
tocante a la integridad física y psíquica de las personas establecida en el artículo 19 N°
1 de la Constitución Política de la República dado que ningún antecedente probatorio se
incorporó en autos acerca de cómo se habría producido lesión en este ámbito.
Toca aquí, entonces referirse a lo que entenderemos por derecho a la honra y la
protección de la vida privada y al ámbito en que se aplica su noción en materia laboral,
a renglón seguido estudiaremos, también, de acuerdo con la prueba rendida en autos,
por exigirlo así el artículo 493 del Código del Trabajo, si frente al estándar probatorio
alcanzado por la actora, la demandada logra explicar los fundamentos de la medida
que se adoptó a su respecto y su proporcionalidad.
Antes de estudiar el contenido de las garantías o derechos fundamentales
estimados vulnerados por la denunciante diremos que los derechos fundamentales
encuentran en los valores superiores de la dignidad humana, la libertad y la igualdad,
sus parámetros modeladores y conformadores, de modo, que los mismos deben
necesariamente explicarse, interpretarse y aplicarse a partir de dicho reconocimiento.
Los derechos fundamentales constituyen, la expresión jurídica más tangible y
manifiesta de la dignidad de la persona humana y de los valores de libertad e igualdad.
Siendo su categorización de "fundamentales" una manifestación del contenido
axiológico y una postura valorativa concreta respecto de la dignidad inherente a toda
persona. Los derechos fundamentales se constituyen así, en verdaderos derechos
subjetivos, en tanto amparan y tutelan los espacios de libertad de los ciudadanos,
garantizando un verdadero "status jurídico" para los mismos, irrenunciable e
irreductible. De esta forma, los derechos fundamentales han de regir plenamente en
cualquier ámbito, siendo oponibles, por tanto, no sólo a los poderes públicos sino
también a los sociales, desarrollando así una eficacia horizontal o pluri direccional. La
propia Constitución Política, en el inciso segundo, del artículo 6º, da forma al "principio
de vinculación directa de la Constitución", al prescribir que "Los preceptos de esta
Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda
persona, institución o grupo". En esta norma, se contiene la obligación, para los
poderes públicos y también para los ciudadanos, de someterse a la Constitución; es
decir, se vincula directamente a los individuos privados al contenido de la Constitución,
del cual forma parte, en un lugar de privilegio, la normativa sobre derechos
fundamentales sin necesidad de desarrollos legislativos ulteriores –autosuficiencia de la
norma fundamental–. En el ámbito de la empresa, la vigencia de los derechos
fundamentales del trabajador se manifiesta en el reconocimiento de los derechos
fundamentales denominados "inespecíficos o de la personalidad" en las relaciones
laborales, lo que implica una valoración ya no simplemente del trabajo sino que de la
persona que trabaja, y que a tal efecto en la Constitución está tratada no como
trabajador, sino como ciudadano. Se produce así, una "impregnación laboral" de
derechos de alcance general no circunscritos a la relación de trabajo.
En el ámbito nacional es posible afirmar que existe, un claro reconocimiento de
la idea de "ciudadanía en la empresa", al contemplarse en el sistema normativo
constitucional no sólo derechos fundamentales de corte específicamente laboral –por
ejemplo, la libertad sindical– sino que también el trabajador es titular de derechos
fundamentales –inespecíficos o de la personalidad–, que como se señaló, sin ser
netamente laborales se aplican a la relación de trabajo en cuanto son inherentes a la
condición de ciudadano del trabajador, entre estos se encuentran;
el derecho a la
honra y la protección de la vida privada (artículo 19 N°4 de la CPE) así como también,
otras garantías que están consagradas y reconocidas en Tratados Internacionales
ratificados por Chile y que se han incorporado al Derecho interno por esa vía (artículo
5º, inciso segundo, de la Constitución Política). Por su parte, en el sistema infra
constitucional, sobre todo a partir de la últimas reformas laborales, y por supuesto la
que supone la incorporación al sistema procesal laboral del procedimiento que nos
ocupa de tutela de garantías fundamentales,
legislador
por
el
efectivo
reconocimiento
se constata la inequívoca opción del
de
los
derechos
fundamentales
del
trabajador; la que se expresa a través de un conjunto de límites y garantías que hacen
posible la plena realización de la norma constitucional en el específico ámbito de la
empresa. En efecto, la incorporación en el inciso primero, del artículo 5º, del Código
del Trabajo, de la función limitadora de los derechos fundamentales respecto de los
poderes empresariales, tiene un hondo significado. Dicha norma está revestida de un
indudable valor normativo y dotada de una verdadera vis expansiva que debe
impregnar la interpretación y aplicación de las normas jurídicas en base al principio
favor libertatis, esto es, en un sentido que apunte a dar plena vigencia a los derechos
fundamentales de la persona en el ámbito laboral. Como se señaló, esta norma está
llamada a constituirse en la idea matriz o componente estructural básico del contenido
material de nuestro sistema normativo laboral. En este sentido, es posible afirmar que,
de conformidad a las normas constitucionales y en particular al inciso primero, del
artículo 5º, del Código del Trabajo, los derechos fundamentales actúan, en nuestro
sistema jurídico-laboral, como verdaderos ejes modeladores y conformadores de la
idea de la "ciudadanía en la empresa". Ahora bien, ¿cuál es el ámbito protegido por las
garantías fundamentales que la denunciante de autos estima vulneradas?
En cuanto al honor, como ha dicho la jurisprudencia administrativa de la
dirección del trabajo, tradicionalmente, se sostiene que sus dimensiones son dos:
primero, aparece el ámbito subjetivo interno (honor), que corresponde a la estimación
que el sujeto tiene de sí mismo, esto es, su autoestima comprendiendo el prestigio
“profesional” del individuo, como forma destacada de “manifestación externa de la
personalidad y de la relación del individuo con el resto de la colectividad”, en la medida
que, en ciertos casos y bajo determinadas circunstancias, “el juicio crítico o la
información divulgada acerca de la conducta profesional o laboral de una persona
puede constituir un auténtico ataque a su honor personal. De este modo, el honor
adquiere un contenido igualitario” y, segundo, aparece el ámbito objetivo externo
(honra), que dice relación con la estimación o valoración social que tienen los terceros
de las calidades morales de un sujeto determinado, también llamada heteroestima.
Así, se redefine el honor en dos componentes: uno de carácter estático,
señalado por la exclusión de cualquier ataque a la igual dignidad de toda persona y
otro dinámico, que se aplica al desarrollo en relación del sujeto, es decir, a su
desenvolvimiento en la participación social, dimensión que permite adecuarse a las
situaciones concretas en que el sujeto está inmerso para ponderar el bien jurídico
honor en el caso.
Se ha sostenido en doctrina que, “el empresario no podrá llevar a cabo, so
pretexto de las facultades de vigilancia y control que le confiere (la ley) intromisiones
ilegítimas en la intimidad de sus empleados en los centros de trabajo, por lo que la
constitucionalidad de cualquier medida restrictiva de este derecho fundamental tendrá
que supeditarse a la estricta observancia del “principio de proporcionalidad” o
“necesario equilibrio” entre las obligaciones dimanantes del contrato para el trabajador
y el ámbito de su libertad constitucional.
DECIMO SEPTIMO: Que, como se adelantó, toca aquí estudiar si de acuerdo con la
prueba rendida en autos, por exigirlo así el artículo 493 del Código del Trabajo, frente
al estándar probatorio alcanzado por el actor, la denunciada logra explicar los
fundamentos de las medidas que adoptó y su proporcionalidad. Desde ya, diremos que
no resultó acreditado que el actor hubiese "sustraído" vocablo que en la acepción
utilizada en la carta de despido enviada al actor significa, según el Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española: "Hurtar, robar fraudulentamente", ello no se
acreditó como fue latamente explicado precedentemente en esta misma sentencia.
Tampoco quedó acreditado que se hubiese ordenado la incautación del bien, la propia
policía admite en su informe que el actor voluntariamente se dispuso a devolverlo.
Ahora bien, entonces es necesario aquí traer a colación los hechos que se han
tenido por establecido, y reiteramos, estos respecto del actor no exceden al hecho que
sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó objeto de la
tienda el día 22 de octubre, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte
de Erazo, el jefe de tienda, producto consistente en un coche de guagua (criatura que
el denunciado admite existir y tener tres meses de edad) y que igualmente, antes que
se conociera de la ausencia en el inventario de este bien, el 29 de octubre, Ponce
intentó generar la boleta de su compra, negándosele la posibilidad por la empresa.
También es indubitado que la empresa denunciada a través de sus agentes llamó a la
policía, esto es, lo denunció, los que, como es habitual, llegaron a la tienda deteniendo
al actor en las condiciones que ya se han mencionado en esta sentencia. Frente a lo
precedentemente expuesto, conviene, que nos formulemos la siguiente pregunta, a
saber: ¿Tiene derecho un empleador, a denunciar y requerir la presencia de la policía
en su establecimiento a sabiendas que el procedimiento que su personal adoptaría, que
es el corriente y conocido incluso públicamente, culminaría en la detención del
trabajador, en circunstancias que al hacerlo los hechos que lo motivaron no estaban
suficientemente apoyados fácticamente como para concluir que eran constitutivos de
delitos y que en ellos tuviera participación el actor a cualquier título que le hiciera
responsable penalmente?
Como se advertirá, la pregunta más de fondo, en definitiva, apunta, a
determinar si este proceder podría vulnerar los derechos de las personas. Y dicha
pregunta encuentra su respuesta, esencialmente, en el plano constitucional.
En efecto, como sabemos, los derechos de las personas sólo pueden ser
afectados por el producto legislativo del ejercicio de la soberanía popular, la cual
reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana. Es deber de los órganos de estado, dice el inciso 2º del artículo 5º
de la Constitución, respetar y promover tales derechos, garantizados por la
Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
encuentran vigentes.
Según el inciso 1º del artículo 7º de la Constitución, " Ninguna " magistratura,
ninguna persona ni grupo de personas pueden " atribuirse, ni aun a pretexto de
circunstancias " extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que " expresamente
se les hayan conferido en virtud de la " Constitución o las leyes".
Pues bien, la pregunta que se ha planteado precedentemente pasa, en
definitiva, por determinar si el ejercicio de tal derecho vulnera el ejercicio de otros
derechos fundamentales.
Sobre el particular, a juicio de esta sentenciado con el proceder de la
denunciada se pone en juego el derecho al respeto y a la protección de la honra de la
persona (Art. 19º Nº 4 de la C.P.). En cuanto al honor, como ha dicho en esta
sentencia y en su doble dimensión, primero, en el ámbito subjetivo interno (honor),
que corresponde a la estimación que el sujeto tiene de sí mismo, esto es, su
autoestima comprendiendo el prestigio “profesional” del individuo, como forma
destacada de “manifestación externa de la personalidad y de la relación del individuo
con el resto de la colectividad”, en la medida que, en ciertos casos y bajo
determinadas circunstancias, “el juicio crítico o la información divulgada acerca de la
conducta profesional o laboral de una persona puede constituir un auténtico ataque a
su honor personal. De este modo, el honor adquiere un contenido igualitario” y,
segundo, en el ámbito objetivo externo (honra), que dice relación con la estimación o
valoración social que tienen los terceros de las calidades morales de un sujeto
determinado, también llamada heteroestima. Con su proceder, la empresa expuso al
actor a la detención pública, frente a hechos que en definitiva no recibieron sanción de
ningún tipo puesto que el Ministerio Público, como también se dijo promovió la
suspensión condicional del procedimiento.
Con lo todo lo razonado precedentemente, esta juez, como lo expresará en lo
resolutivo de este fallo, estima que el denunciado no ha dado suficientes fundamentos
de las medidas adoptadas y su proporcionalidad, por lo que necesariamente deberá
instarse por la protección del derecho fundamental del trabajador, materializando con
ello lo tutela judicial efectiva del mandato contenido en el inciso primero del artículo
quinto del Código del Trabajo, que ha dispuesto que el ejercicio de las facultades que
la ley le reconoce al empleador, tienen como límite el respeto a las garantías
constitucionales de los trabajadores. La norma citada viene a ser sin duda, el correlato
laboral, del principio de vinculación directa, contenido en el inciso segundo del artículo
sexto de nuestra Constitución Política de la República, el cual dispone que sus
preceptos –entre ellos los derechos y garantías reconocidos- obligan tanto a titulares
como integrantes de los órganos del Estado, como a toda persona, institución o grupo.
DECIMO OCTAVO: Que, el Tribunal no hará lugar a la demanda en cuanto ella se
dirige a obtener la declaración de nulidad del despido del actor, por cuanto como se
dijo precedentemente en esta misma sentencia, ha quedado descartado que se
adeudara las cotizaciones de salud de los periodos señalados por el actor en su libelo
de inicio, con lo que no se aprecia fundamento fáctico para la aplicación de la sanción
prevista en el artículo 162 inciso 7º del código del ramo.
DECIMO NOVENO: Que, la prueba que no se analiza pormenorizadamente, en nada
alteran las conclusiones sobre los hechos y jurídicas a la que se ha arribado en la
presente causa.
VIGESIMO: Que, el Tribunal no emitirá pronunciamiento acerca de la demanda
subsidiaria por innecesario al acogerse la interpuesta en carácter principal.
Y, visto, además lo dispuesto en los artículos 1, 6, 7 y 19 N 1° y 4° de la
Constitución Política de la República, artículo 238 deL Código Procesal Penal, artículos
1, 5, 160 N° 1 letra a) y 7, 162, 163, 172, 173 y 485 y siguientes del Código del
Trabajo, se declara:
Que se acoge la denuncia interpuesta por GABRIEL
LUIS
PONCE
FERNANDEZ,
en contra de la empresa DISTRIBUIDORA DE INDUSTRIAS NACIONALES, también
denominada DIN S.A en procedimiento de tutela laboral por vulneración de derechos
fundamentales y en consecuencia:
I.- Se declara que la denunciado ha incurrido en vulneración de la garantía
establecida en el artículo 19 N° 4 de la Constitución Política de la República de Chile
que asiste al trabajador GABRIEL
LUIS
PONCE
FERNANDEZ.
II.- Que, la empresa denunciada deberá pagar a la actora, las siguientes
prestaciones:
a) Indemnización sustitutiva de aviso previo: $408.986.
b) Indemnización por años de servicios por la suma de, con más el recargo
legal de 100% establecido en el artículo 168 del Código del Trabajo, por
estimar que la aplicación de la causal falta de probidad carece de motivo
plausible, esto es, la suma de $8.997.692. Deberá descontarse de este
total las sumas que hubiere percibido o perciba el trabajador, con cargo a la
indemnización a todo evento pactada por las partes, lo que se determinará
en la etapa de cumplimiento de la sentencia.
c) Adicionalmente se condena al pago de indemnización contemplada en el art.
489 del Código del Trabajo, equivalente a 8 meses, considerando para este
efecto su última remuneración mensual devengada, esto es: $3.271.888
Las sumas señaladas precedentemente deberán pagarse con más los intereses y
reajustes a que se refiere el artículo 173 del código del trabajo.
III.- Que, la empresa vencida deberá, dentro de un plazo no superior a un
mes, contados desde que la presente sentencia adquiera el carácter de ejecutoriada,
publicar en lugares visibles de su local ubicado en calle Pedro Montt de Valparaíso y de
acceso a los trabajadores que allí se desempeñen, como comedores y vestuarios, copia
de esta sentencia, además de una carta de públicas disculpas al actor por los hechos
acaecidos el 29 de octubre de 2010 materia de esta causa, indicando en la publicación
que ella se hace en cumplimiento de lo ordenado por este Tribunal, Rit de la causa y
nombre de las partes.
IV.- Que,
se condena a la denunciada al pago de las costas de la causa,
regulándose las personales en el 10 % de las sumas ordenadas pagar una vez
practicada la liquidación respectiva.
V.- Ejecutoriada que sea la presente sentencia, remítase copia de ella a la
Dirección del Trabajo, a través de la Dirección Regional de Valparaíso.
VI.- Cúmplase con lo dispuesto por esta sentencia dentro de quinto día,
contado
desde
que
quede
ejecutoriada,
en
caso
contrario
certifíquese
esta
circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y previsional
de Valparaiso.
VII.- Devuélvase a los intervinientes, la prueba
documental aportada,
debiendo solicitar su devolución en el plazo de 60 días desde que la presente sentencia
quede ejecutoriada, bajo apercibimiento de su destrucción.
Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad.
RIT T-8-2011
RUC 11- 4-0006831-5
Pronunciada por doña Ximena Cárcamo Zamora, Juez Titular del Juzgado de
Letras del Trabajo de Valparaíso
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