Valparaíso, cuatro de julio de dos mil once. VISTO, OIDO Y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, GABRIEL LUIS PONCE FERNANDEZ, trabajador, domiciliado en Francisco Ruiz Tagle N° 395, Cerro El Litre, Valparaíso, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 485 y siguientes del Código del Trabajo, interpone denuncia en juicio del trabajo, en procedimiento especial de tutela de derechos fundamentales, en contra de la empresa DIN S.A., representada para estos efectos por SERGIO REYES ORELLANA, ignora profesión, domiciliados ambos en Avenida Pedro Montt 2010, Valparaíso, solicitando al Tribunal acoger la acción declarando que fue objeto de vulneración de garantías fundamentales por lo que el demandado debe ser condenado al pago de las siguientes indemnizaciones y prestaciones: a) Indemnización sustitutiva de aviso previo, la suma de $ 408.986. b) Indemnización por años de servicios, incrementada en un 100%, por ser el despido de que fue objeto, carente de todo motivo plausible. En subsidio, deberá incrementarse en un 80%, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 168 letra a) del mismo Código, por aplicación indebida, injustificada e improcedente de las causales de los N° 1 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, por lo que asciende a la suma de $ 8.997.692 en el primer caso y a $ 8.097.923 en el segundo. c) Indemnización adicional del inciso tercero del artículo 489 del Código del Trabajo, regulada en el máximo legal, el equivalente a 11 remuneraciones mensuales, ascendente a $ 4.498.846. En subsidio, en el monto que el Tribunal determine. OTRAS PRESTACIONES DEMANDADAS De conformidad con lo dispuesto en el artículo 489 inciso séptimo del Código del Trabajo, demanda conjuntamente con las indemnizaciones señaladas precedentemente, el pago de las siguientes prestaciones laborales adicionales: Nulidad del despido v remuneraciones post despido: A la fecha del despido la empresa demandada no había hecho declaración ni pago íntegro de cotizaciones de salud hasta al último día del mes anterior al del despido, hasta el 30 de septiembre de 2010, faltando las correspondientes abril de 2001 y enero de 2003. Por consiguiente, en virtud de lo dispuesto en el inciso séptimo del artículo 162, la demandada deberá pagar las remuneraciones y demás prestaciones laborales que correspondan, durante el periodo comprendido entre la fecha del referido despido - 29 de octubre de 2010 - y la fecha en que se envíe o entregue comunicación mediante carta certificada, de haber pagado en su integridad las imposiciones morosas, acompañando a la misma, documentación emitida por la institución de salud correspondiente, en que conste la recepción de su pago. Las cantidades demandadas por indemnizaciones y remuneraciones deberán ser pagadas con los reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda, con costas. SEGUNDO: Que, como fundamentos de la acción que se interpone, el actor dijo: que ingresó a prestar servicios el 5 de abril de 1993 para la empresa demandada, inicialmente en funciones de bodeguero y posteriormente como Encargado de Logística, que cumplía en el establecimiento comercial de Avenida Pedro Montt 2010, Valparaíso. La remuneración mensual convenida era variable y se componía de sueldo base de $ 219.336, gratificación legal $ 68.083 y bono de incentivo de existencias por monto variable. Percibía además, mensualmente, asignación de colación por valor variable y asignación de movilización por la suma de $8.961. Para los efectos del presente juicio, el promedio de las remuneraciones percibidas durante los tres últimos meses trabajados, ascendió a $ 408.986. Añade que el 29 de octubre de 2010, fue despedido por la demandada, a través de Charles Figueroa, Subgerente Corporativo de Seguridad y Rodrigo Erazo, Jefe de tienda, en forma verbal, sin aviso previo ni causa justificada. No obstante lo anterior, con posterioridad al despido y en las circunstancias que relata más adelante, se le ordena tomar 4 días de feriado pendientes, desde el 2 al 5 de noviembre de 2010. Agrega que se reintegró a sus labores habituales el sábado 6 de noviembre y trabajó normalmente ese día, sólo que al término de la jornada no se le permitió registrar la hora de salida, al no estar disponible el libro respectivo. El lunes 8 de noviembre de 2010 no se le permitió el ingreso, informándole que estaba despedido "desde el día 5 de noviembre de 2010". Asegura que, posteriormente, ante la Inspección del Trabajo de Valparaíso, en Comparecencia de 24 de noviembre de 2010, la demandada invocó para tal despido las causales de los números 1 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, esto es, "falta de probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones" e "incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato", respectivamente. Afirma que ignora los hechos específicos y concretos que se señalaron como constitutivos de las causales indicadas, pues nunca recibió la comunicación que establece el artículo 162 del Código del Trabajo, no obstante que en la Comparecencia antes referida, la empresa señaló haberla despachado. Hace presente que el 27 de octubre de 2010 se inició un proceso de inventario en el local en que se desempeñaba, a cargo del auditor de la empresa, Domingo Sandoval, a quien el actor informó que un coche de guagua marca Ifanty Código 845867 no era contabilizado, por cuanto se encontraba en reparaciones por presentar severos desperfectos, tales como falta de seguro de rueda delantera, falta de chavetas para firmeza de ruedas traseras y otros, que hacían imposible su comercialización. Por tal motivo y siguiendo una práctica habitual y de muchos años en el establecimiento, en el sentido de dar preferencia a los trabajadores del mismo para adquirir productos defectuosos a precios sustancialmente inferiores a los normales, manifestó a su jefe Rodrigo Erazo su interés en adquirir el coche ya señalado, para su hija que en ese entonces tenía 3 meses de edad, con lo que él estuvo plenamente conforme, acordándose que el precio que pagaría por él sería de $ 30.000. En virtud de lo anterior, el viernes 22 de octubre de 2010 al proceder a formalizar la compra del producto, mediante la emisión de la respectiva nota de venta y su correspondiente boleta, ello no fue aceptado por el sistema computacional por no registrar cupo de funcionarios, por lo cual no se pudo imprimir la documentación señalada. No obstante lo anterior y no cabiendo duda alguna que se trataba tan sólo de un problema informático a resolver prontamente, el señor Erazo le autorizó a iniciar la reparación del coche indicado en su domicilio, para cuyo efecto, y con su autorización y pleno conocimiento, lo retiró del establecimiento el mismo día viernes 22 de octubre, cumpliendo para ello con todos los pasos, revisiones y controles correspondientes. Asegura que jamás fue su intención sacar en forma indebida el producto indicado del establecimiento de la demandada y aunque así hubiera sido, ello habría sido materialmente imposible atendidos los sistemas de control, vigilancia y seguridad con que dicho establecimiento cuenta, considerando además el volumen y dimensiones del producto referido, por lo que de ninguna manera se podría haber sacado de no haber estado debidamente informados los guardias del establecimiento, por persona con las debidas facultades para ello, de la autorización con que contaba para retirarlo. Hace presente, igualmente, que el lunes 25 de octubre de 2010, a primera hora, intentó nuevamente formalizar la venta con la emisión de la documentación respectiva, lo que nuevamente no fue posible por subsistir el problema de falta de cupo para funcionarios. Por tal motivo, el mismo día se llamó al funcionario de Recursos Humanos, Carlos Pacheco, a quien le informó la situación y previa constatación de su parte de la efectividad de falta de cupo funcionarios, señaló a que intentaría resolver el problema de sistema, comprometiéndose a que de no ser ello posible, se gestionaría una clave especial que tienen los jefes para efectos de descuentos. Todo lo anterior estaba en pleno conocimiento del señor Erazo. Añade que el jueves 28 de octubre de 2010, en que se seguía trabajando en el inventario, volvió a recordar al auditor Sandoval del problema existente con el coche mencionado, éste le manifestó, que no se preocupara y que informaría de ello. El viernes 29 de octubre de 2010, aproximadamente a las 17 horas fue citado a reunión con Charles Figueroa, Subgerente Corporativo de Seguridad de la empresa, que le dice que había cometido un delito y luego, en una actitud de manifiesta amenaza y presión, señala que sólo tiene 2 caminos; o renunciar "voluntariamente" al trabajo o atenerse a las consecuencias de las acciones que a contar de ese mismo instante emprendería la empresa, primero a nivel policial y después a nivel judicial. Asegura que esta persona le amenaza con acusaciones de hurto, de prisión, que sus papeles quedarían manchados para siempre y que no encontraría jamás trabajo, pues "ellos", refiriéndose a él mismo y a los jefes de la empresa, se encargarían de dar las peores referencias a donde fuera que intentara trabajar. En todo momento y una actitud de total amedrentamiento, el señor Figueroa hizo valer su condición de "Ex funcionario de la PDI". Añade que en conciencia y tranquilidad de no haber cometido delito ni falta alguna, manifestó a Figueroa que bajo ninguna circunstancia le firmaría carta de renuncia que le requería. Ante ello, en ese mismo instante, Figueroa procedió a efectuar un llamado telefónico a la PDI y tan sólo un par de minutos después, con una rapidez verdaderamente asombrosa, considerando lo que al resto de los ciudadanos cuesta conseguir que dicho Servicio se constituya en caso de alguna situación que la haga necesaria, aparecieron en el local dos funcionarios de la mencionada PDI, en un vehículo con la identificación conocida, con balizas y luces de emergencia, que estacionaron frente al local, lo causó gran expectación entre los transeúntes, clientes y funcionarios del local, que ante tal despliegue no dudaban que se estaba frente a un delito de gran magnitud y a un delincuente de gran peligrosidad. Acto seguido y bajo la acusación de hurto flagrante, fue informado por Figueroa y Erazo de despido e inmediatamente los funcionarios de la PDI lo sacaron detenido del local y le suben a su vehículo, con gran expectación de público, clientes y trabajadores, siendo tratado en todo momento como un peligroso delincuente. Fue trasladado al Cuartel de la PDI y estando allí se presenta Erazo indicándole que debía tomar 4 días de feriado legal que estaban pendientes, para cuyo efecto le hizo firmar el respectivo comprobante, insistiendo en la firma de una renuncia voluntaria, a lo que nuevamente el actor se negó. Asegura que fue interrogado respecto de los hechos por el funcionario de Investigaciones, quien reproducía prácticamente de manera literal todo lo que le había preguntado, informado y presionado en el local el señor Figueroa, demostrando una perfecta sincronización en el procedimiento y el conocimiento a cabalidad por parte del funcionario de la versión de los hechos que tenía el mencionado Figueroa. Con posterioridad a la declaración le tomaron fotografías de frente y por ambos costados y recién cuando eran más de las 21 horas, fue dejado en libertad. En el intertanto, concurrió la PDI a su domicilio y procedió a retirar, con el mismo despliegue de vehículo, balizas y luces, el coche de guagua en cuestión, causando también gran expectación, comentarios y toda clase de rumores entre sus vecinos y un severo estado de shock en su cónyuge, que vio prácticamente allanado su hogar sin entender absolutamente nada. Afirma que los hechos señalados precedentemente han constituido sin duda alguna, una vulneración de derechos fundamentales en su calidad de trabajador, consagrados en la Constitución Política de la República. En efecto, de conformidad con lo dispuesto en el inciso primero del artículo 485 del Código del Trabajo, el procedimiento de tutela laboral se aplicará respecto de las cuestiones suscitadas en la relación laboral por aplicación de las normas laborales que afecten los derechos fundamentales de los trabajadores, entendiéndose por éstos los consagrados en la Constitución Política de la República, en su artículo 19, entre ellos, el N° 1, derecho a la integridad física y psíquica, y el N° 4, derecho al honor, derechos que en su caso, fueron manifiestamente vulnerados por la empresa demandada conforme a los hechos señalados. En efecto, reitera, fue sometido a un verdadero interrogatorio policial dentro del lugar de trabajo por un jefe de la empresa y ex policía, en un procedimiento absolutamente irregular, a objeto de obtener su confesión respecto de un delito que jamás cometió, fue presionado y amenazado por el mismo funcionario y el jefe de tienda a objeto de que presentara "renuncia voluntaria" y al negarse, se llamó a la Policía de Investigaciones, quienes le sacaron detenido del establecimiento, con gran despliegue policial, frente a transeúntes, clientes y demás trabajadores, fue llevado al cuartel de la policía, interrogado, fotografiado y tratado como un peligroso delincuente, se allanó su domicilio, también con gran despliegue policial y la expectación de vecinos, causando un severo estado de shock emocional a su cónyuge y familia, todo lo cual afectó gravemente su salud física y psíquica, pues jamás le había tocado vivir una experiencia semejante y tan traumática, causándole impotencia y desesperación, viendo que su honor quedaba irremediablemente afectado, pues ante compañeros de trabajo y clientes del establecimiento aparecía como ladrón y peligroso delincuente y lo mismo ante sus vecinos, que llegaron a especular que la presencia del vehículo de la PDI frente a su domicilio obedecía a un allanamiento por tráfico de drogas. Añade que el artículo 2o del mismo Código del Trabajo consagra el principio de que las relaciones laborales deberán siempre fundarse en un trato compatible con la dignidad de la persona, lo que no ocurrió a su respecto en la misma oportunidad antes señalada. De conformidad con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 485 del Código del Trabajo, se entenderá que los derechos y garantías referidos en los incisos anteriores - entre los cuales están el derecho a la integridad física y psíquica y el derecho al honor - resultan lesionados cuando el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al empleador limita el pleno ejercicio de aquellas sin justificación suficiente, en forma arbitraria y desproporcionada o sin respeto a su contenido esencial, lo cual es precisamente lo ocurrido en su caso. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 489 inciso séptimo del Código del Trabajo, demanda conjuntamente el pago de las siguientes prestaciones laborales adicionales a tales indemnizaciones: Nulidad del despido y remuneraciones post despido: A la fecha del despido la empresa demandada no había hecho declaración ni pago íntegro de cotizaciones de salud hasta al último día del mes anterior al de despido, vale decir, hasta el 30 de septiembre de 2010, fecha en la que no había hecho declaración ni pago alguno de las correspondientes a abril de 2001 y enero de 2003. De conformidad con el artículo 162 del Código del Trabajo, la demandada deberá pagar las remuneraciones y demás prestaciones laborales que correspondan, durante el periodo comprendido entre la fecha del referido despido - 29 de octubre de 2010 - y la fecha en que se envíe o entregue comunicación mediante carta certificada, de haber pagado en su integridad las imposiciones morosas, acompañando a la misma, documentación emitida por la institución de salud correspondiente, en que conste la recepción del pago de las referidas imposiciones. TERCERO: Que, subsidiariamente, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 489 inciso 7 del Código del Trabajo, para el evento que no se acoja la denuncia de tutela por vulneración de derechos fundamentales deduce acción de despido injustificado, fundamentando esta demanda en los mismos antecedentes de hecho y fundamentos de derecho que señala como fundamentos de hecho de la denuncia principal, los que, a fin de evitar innecesarias repeticiones y por razones de economía procesal, da por íntegramente reproducidos, sin perjuicio de las alegaciones que a continuación señala: Asegura que recibió carta de despido que la empresa señaló haber despachado a su domicilio por lo desconoce en forma precisa los hechos que en ella se indican como constitutivos de las causales aplicadas para ello, que conforme la demandada indicó ante la Inspección del Trabajo de Valparaíso en comparecencia de 24 de noviembre de 2010, fueron las de los números 1 y 7 del artículo 160 del Código del Trabajo, "falta de probidad del "incumplimiento trabajador grave de en las el desempeño obligaciones que de sus impone funciones" el e contrato", respectivamente. Sin perjuicio de lo anterior, hace presente que la aplicación de las causales indicadas es absolutamente injustificada, indebida e improcedente y la de falta de probidad, además, carente de todo motivo plausible, pues durante todo el periodo trabajado para la demandada, más de 17 años en forma continua e ininterrumpida, se desempeñó con corrección, honestidad, eficiencia y responsabilidad, cumpliendo siempre también, en forma estricta y rigurosa con todas y cada una de las obligaciones que el contrato imponía, motivos por los que, en el largo periodo trabajado para la demandada, jamás fue objeto de amonestaciones, quejas o reclamos con motivo de su desempeño laboral. Añade que jamás incurrió en acto alguno que pudiera configurar una causal de despido y menos aún, alguna de tanta gravedad como las que imputa la demandada. Solicita que declarando injustificada, indebida e improcedente la aplicación de las causales invocadas por la demandada para el despido de que fue objeto y particularmente carente de motivo plausible la de "falta de probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones", sin que tampoco se haya dado el aviso correspondiente con la anticipación que establece la ley, se condene a la demandada a pagar las indemnizaciones señaladas en la denuncia principal asociadas al despido injustificado, indebido e improcedente que alega, todo ello sin perjuicio de condenar a la demandada al pago de las cantidades indicadas por remuneraciones post despido, de conformidad con lo dispuesto en el citado artículo 162 del Código del Trabajo. En subsidio, las sumas que determine el Tribunal conforme a derecho y al mérito de autos, con más reajustes e intereses que establecen los artículos 63 y 173 del Código del Trabajo, según corresponda y costas. CUARTO: Que, ALVARO GALLEGOS DÍAZ, en representación de la demandada, DISTRIBUIDORA DE INDUSTRIAS NACIONALES, también denominada DIN S.A., del giro de ventas y comercio, representada legalmente por SERGIO REYES ORELLANA, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Nueva de Lyon N° 072, pisos 4, 5 y 6, comuna de Providencia, Santiago, contesta denuncia de vulneración de derechos fundamentales con ocasión del despido y demanda subsidiaria de despido injustificado solicitando se rechacen en todas sus partes, con costas, atendido el mérito de los fundamentos de hecho y de derecho que expone y que son como sigue: En primer lugar y previo a contestar la demanda controvierte expresa y formalmente todos los antecedentes de hecho y de derecho que sirven de asidero a la denuncia y demanda, salvo aquéllos que reconoce expresamente en su contestación. Reconoce expresamente existencia de relación laboral con el actor, en calidad de encargado de logística, cuyas labores consistían en controlar y custodiar el flujo de mercaderías de la tienda, ingresos (recepción de artículos), movimientos internos (cambio de ubicaciones) y salidas (despacho y entrega de productos), relación que se extendió desde el 5 de abril de 1993 hasta el 5 de noviembre de 2010, controvirtiendo de esta forma la fecha de despido alegada por el actor, reconociendo, que fue despedido, por las causales de "falta de probidad" e "incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de trabajo", previstas en el artículo 160 N°s 1 letra a) y 7 del Código del Trabajo. Respecto de las remuneraciones del actor para los últimos tres meses de su relación laboral, agrega que en ella no puede ni debe considerar los haberes de colación y movilización cuyo promedio alcanza para los últimos tres meses a las sumas de $64.051 y $8.961 respectivamente y que explican los $408.986 citados por el actor en su libelo. Sostiene que conforme a los haberes periódicos del actor conforme a los tres últimos meses completos de relación laboral, la remuneración alcanza a la suma mensual promedio de $335.974. Asegura que la confusión sobre el sentido y alcance del artículo 172 del Código del Trabajo, se extiende en el presente caso sobre lo que debe entenderse por remuneración al amparo del artículo 489 inciso 3° del Código del Trabajo, pues la indemnización adicional que dicha norma contempla lo es sobre remuneraciones mensuales, sin que sea aplicable la norma del artículo 172, de modo que extender los beneficios de colación y movilización a esta indemnización adicional es no sólo un exceso argumental, sino un claro desconocimiento del tratamiento que tal indemnización tiene en nuestro sistema jurídico. Argumenta que tal como se ha reconocido, el actor pertenece a la empresa desde el 5 de abril de 1993, no por haber sido trabajador de DIN S.A., sino como continuador legal de ABC COMERCIAL LTDA., empresa esta última que fue absorbida por DIN S.A., dejando constancia de ello mediante anexo de contrato de trabajo de fecha 1 de junio de 2008, lo que resulta relevante, pues mediante contrato de trabajo suscrito entre el actor y ABC Comercial Ltda., cuyos derechos le fueron íntegramente reconocidos al actor mediante el citado anexo, las partes pactaron la indemnización a todo evento de que trata el artículo 164 del Código del Trabajo, a contar del 7° año de relación laboral y hasta el término del undécimo año de prestación de servicios. Lo anterior implica que el régimen indemnizatorio al cual estaba afecto el actor no era en modo alguno el régimen general previsto en el artículo 163 en sus incisos primero o segundo, sino el régimen especial y a todo evento que contempla el artículo 164 del Código del Trabajo. En mérito de lo anterior, desde el séptimo año de relación laboral y hasta el término del undécimo año de ella, la antecesora legal de DIN S.A., esto es, ABC Comercial Ltda., cotizó mensualmente el 4,11% de las remuneraciones mensuales imponibles que devengó el actor en dichos periodos en la cuenta especial prevista por la ley para estos efectos. De hecho, añade, su contrato de trabajo de 1 de julio de 1999, deja expresa constancia, en su cláusula novena, del referido pacto del siguiente modo: “Las indemnizaciones por término de contrato se regirán de acuerdo a lo establecido en los artículos 163 y 164 del Código del Trabajo, utilizando la alternativa que consulta el doble beneficio, a saber: a) Treinta días de remuneración por año de servicio y fracción superior a seis meses, con tope de ciento ochenta días, sin tope de monto, en caso de término de contrato dado por el empleador conforme al artículo 161 del Código del Trabajo y, b) Quince días por año de servicios prestados por sobre los primeros seis años, con tope de setenta y ciento días, sin tope de monto, cualquiera sea la razón de término de contrato. El beneficio b) lo integrará el empleador, a nombre del trabajador, en la AFP que éste último elija, obligándose el empleador a cotizar el 4,11% de la última remuneración mensual del trabajador sin tope, entre el inicio del séptimo año y el término del onceavo año del trabajo conforme a lo estipulado en el artículo 164 del Código del Trabajo" Asegura que lo anterior tiene relevancia desde que se ha demandado un cúmulo de indemnizaciones, conforme se concluye de lo pagado por su parte y lo demandado en autos, toda vez que las indemnizaciones a todo evento pactadas entre el séptimo año y el onceavo año de relación laboral se encuentran debidamente pagadas conforme al aporte del 4,11% efectuado, de modo que los años de servicios en controversia y que se rigen por el artículo 163 y por defecto por el artículo 168 del Código del Trabajo, son exclusivamente 6 años de relación laboral, que conforme a la remuneración mensual reconocida de $335.974, da un total de $2.015.844 y no $4.498.846.- como concluye el actor en su libelo ni menos los recargos de $4.498.846 y $3.599.077, por aplicación del 100% u 80% de recargo, pues para el improbable evento de ser condenada por despido injustificado los montos del 100% y 80% de recargos del artículo 168 son $2.015.844 o $1.612.675.Afirma que las cotizaciones de salud del actor, alegados como no declaradas ni pagadas, se encuentran, por el contrario, debidamente declaradas y pagadas en su oportunidad legal. En efecto, para la remuneración de abril de 2001, y encontrándose el actor a esa fecha, afiliado en FONASA, se pagó por ABC Comercial, el 7% sobre la remuneración imponible de $179.965, el que se efectuó en la Caja de Compensación de Los Andes. Por su parte, para la remuneración de enero de 2003, y encontrándose el actor a esa fecha, afiliado a la Isapre Ferrosalud, se pagó por ABC Comercial, el 7% sobre la remuneración imponible de $318.722, pagó que se efectuó directamente a la Isapre Ferrosalud. Ofrece acreditarlo. Por lo que procede rechazar la sanción demandada. El actor alega haber sido despedido verbalmente el 29 de octubre de 2010 y que con ocasión de ese despido verbal se vulneraron sus derechos fundamentales de los numerales 1 y 4 del artículo 19 de la Constitución Política del Estado, por los hechos que da cuenta en su libelo, de manera que el presupuesto básico de su acción de tutela es precisamente que la fecha de término de su contrato de trabajo, pues ello delimita si la acción de tutela a ejercer es aquélla que contempla el artículo 485 del Código del Trabajo vigente la relación laboral o aquélla que contempla el artículo 489 del Código del Trabajo al término de ésta. Añade que el actor no fue despedido el día 29 de octubre de 2010, sino que el 5 de noviembre de 2010, conforme a carta certificada enviada a su domicilio. Para fundar lo anterior y desconociendo la existencia y veracidad de la impresión de correo electrónico que cita el actor en su libelo, afirma que la consecuencia cronológica de los hechos realmente acaecidos, descartan la afirmación del demandante y confirman lo alegado esta parte, e indica: 1.- El día 29 de octubre el actor hizo uso de 4 días de vacaciones entre el 2 y 5 de noviembre de 2010. Así lo reconoce ante la Inspección del Trabajo y así lo reconoce, también, en su demanda. 2.- El actor percibió la remuneración completa de octubre de 2010, sin descuento alguno y percibió también la remuneración correspondiente a 5 días de noviembre de 2010, hecho debidamente ratificado ante la Inspección del Trabajo, oportunidad en que se acordó fecha y modalidad de pago de remuneración por los días de noviembre trabajados. 3.- La demandada despachó el 5 de enero de 2010, carta de despido, por correo certificado, informando que a contar de esa fecha, dejaba de ser trabajador de la empresa. 4.- El actor, en desconocimiento que se le había despedido, pues no le había llegado la carta de despido, regresó a la empresa el 6 de noviembre de 2010 y tal como lo reconoce en su libelo, firmó el registro de asistencia de ese día y sólo cuando su jefatura directa fue informada de la presencia del trabajador en la instalación, se le indicó que debía retirarse por no pertenecer a la empresa desde el día anterior, dejando constancia del hecho, según indica, en Carabineros de Chile. 5- El actor, el lunes 8 de noviembre de 2010, concurre a la Inspección del Trabajo y estampa la siguiente constancia: "El día de hoy me presenté a laborar y no se me permitió el ingreso. El pasado sábado 6 de noviembre concurrí a trabajar desde las 10:00 horas y hasta las 17:30 horas, pero al retirarme el día de asistencia el libro que había sido firmado en la mañana no estaba a mi disposición. Uno de mis compañeros de labor me señaló que ello se debía a instrucciones del Jefe de Tienda, por lo que concurrí a Carabineros a estampar la constancia. Dejo la presente para los fines a que haya lugar, en conocimiento de mi derecho a interponer reclamo ante este Servicio". 6- El 9 de noviembre de 2010, cuando ya ha recibido formalmente la comunicación de despido en su domicilio, concurre ante la Inspección del Trabajo y estampa reclamo por despido. Se pregunta el demandando: ¿si el trabajador, fue despedido el 29 de octubre, luego de un operativo espectacular de la Policía de Investigaciones, en presencia de sus compañeros de trabajo y clientes de la tienda y de ello se informa el 30 de octubre a todo el personal de la compañía según comunicación electrónica que alega en su libelo, cómo es posible que entre medio se tome 4 días de vacaciones y que se presente a trabajar normalmente el día 6 de noviembre y luego el 8 del mismo mes y, que al 6 de noviembre pudiera firmar el libro de asistencia que para en nuevo mes estaba a su disposición y que ninguno de su compañeros de trabajo le preguntará "¿qué haces aquí?, ¿no te habían despedido?" y que recién el 9 de noviembre reclame formalmente de su despido ante la Inspección del Trabajo? Asegura que no resultan creíbles ni verosímiles las alegaciones del actor y atentan contra la lógica más elemental, pues a nadie se le despide verbalmente con formulario de vacaciones de por medio y nadie es tan porfiado para regresar a su trabajo si sabe que fue despedido, ni menos si ha contando en ese periodo intermedio, con la asesoría de la Inspección del Trabajo. Asegura que el actor, con todos los hechos expuestos precedentemente, sabe que no fue despedido el día 29 de octubre de 2010 y tan consciente está que no ha sido despedido que no duda en tomarse los días de vacaciones que acordó y regresa a su trabajo al término de su descanso y al 6 y 8 de noviembre no tiene problemas en presentarse a la tienda a trabajar y al 6 del mismo mes a ninguno de sus compañeros de trabajo les parece extraña su presencia en su puesto normal y solo el Jefe de Tienda, en conocimiento de los movimientos de personal, sabe que fue despedido el día 5 de noviembre y que no corresponde que se reintegre el día 6 de noviembre. En mérito de lo anterior, asegura que es evidente que el actor fue despedido el 5 de noviembre de 2010, hecho del que tomó conocimiento verbal el día 6 de noviembre y por escrito según correo certificado en los días siguientes, estampando su reclamo por despido ante la Inspección del Trabajo con fecha 9 de noviembre de 2010. Añade que descartado que el demandante hubiera sido despedido verbalmente el 29 de octubre de 2010, ello es suficiente para determinar la improcedencia de la acción incoada, pues no habiendo despido, mal puede vulnerarse un derecho con ocasión de algo que no existe, de modo que el fundamento fáctico y legal que establece el artículo 489 del Código del Trabajo no se da en el caso de autos, siendo improcedentes, en consecuencia, las pretensiones indemnizatorias que establece el inciso 3. Asegura que aún para el evento que se determinara que el despido del actor ocurrió el 29 de octubre de 2010, le resulta necesario pronunciarse sobre los fundamentos que contiene la carta de despido pues sobre ellas pesa tanto la acción principal de tutela como la demanda subsidiaria de despido injustificado. El 5 de noviembre de 2010, se puso término, al contrato de trabajo del actor, siendo el texto de la carta respectiva, el siguiente: "Por intermedio de la presente le informo que, con esta fecha, se ha decidido poner término a su contrato de trabajo, por aplicación de las causales legales de caducidad contempladas en el artículo 160 N°s 1 letra a) ("falta de probidad en el desempeño de sus funciones") y N° 7 ("incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato de trabajo") todos del Código del Trabajo. Los hechos que fundamentan la decisión adoptada, son los siguientes: 1o Usted se desempeña como encargado de logística, y su labor consiste en controlar y custodiar el flujo de mercaderías de la tienda, ingresos (recepción de artículos), movimientos internos (cambio de ubicaciones) y salidas (despacho y entrega de productos). 2o Que, producto de la investigación interna realizada, se ha podido establecer que con fecha 22 de Octubre de 2010, Ud. sin dar cuenta al Jefe de la Tienda don Rodrigo ERAZO, ni al Guardia de Seguridad de la tienda, procede a sustraer un coche de guagua marca "Jogger", código 845867, avaluado en la suma de $129.990, sin cancelar su valor, para destinarlo a su uso personal. No obstante, ante la detección de este faltante, expone al controller de prevención de pérdidas que entregaría la boleta del artículo, pero se ha podido establecer que la venta no existe en el sistema. 3o Al ser entrevistado Ud. por don CHARLES FIGUEROA, Jefe Corporativo de Seguridad, reconoció su participación directa en este hecho al entregar su declaración por escrito, asumiendo como un error haber sustraído sin autorización de nadie el producto. 4° Por otra parte, efectuándose el denuncio respectivo por el jefe de tienda la PDI de Valparaíso, éstos, por orden del fiscal de turno, procedieron a su detención, siendo trasladado hasta la unidad policial con fecha 29 de octubre de 2010, reconociendo su participación de la sustracción de este producto desde la tienda y sin cancelar su valor, el cual mantenía en su domicilio, por lo que quedó a disposición de la Fiscalía Local de Valparaíso, imputado como autor del delito de RECEPTACIÓN, ordenándose la incautación del producto, el cual fue entregado por la PDI, al jefe de tienda de Valparaíso don Rodrigo ERAZO. 5o Los hechos anteriormente descritos configuran plenamente la causal de falta de probidad en el desempeño de sus funciones y constituyen, asimismo, un incumplimiento gravísimo e inexcusable de sus obligaciones, que impide mantener la relación laboral vigente, dado que sus acciones atentaron de manera directa sobre los bienes de la compañía que le correspondía custodiar, todo lo cual genera una situación de extrema vulnerabilidad en materia de seguridad y un perjuicio pecuniario y de imagen a la empresa, infringiéndose por su parte tanto las obligaciones de su contrato de trabajo vigente como las establecidas en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad, Reglamento de Prevención de Delitos y en el Código de Conducta, documentos todos recepcionados por Ud., y que debía cumplir y respetar a cabalidad. Se le informa que el estado de sus cotizaciones previsionales y de salud se encuentra al día. Adjuntamos comprobantes de dichos pagos." Estos son los hechos que llevan a decidir el despido del actor y como tales, a juicio del demandado, generan la aptitud suficiente para poner término al contrato de trabajo por las causales invocadas, pues generan un quiebre en la relación laboral, impidiendo la convivencia normal entre uno y otro contratante, que hacen inviable la mantención del vínculo laboral, por tratarse de conductas que lesionan y/o amenazan la seguridad y estabilidad de la empresa, dado los evidentes perjuicios económicos y de desviación de funciones que ellos conllevan. Añade que el actor reconoce haber sustraído sin boleta un artículo de propiedad de la empresa, un artículo cuyo flujo estaba llamado a resguardar, de modo que la conducta en sí misma, es reprochable y no es efectivo que ello haya sido producto de un venta autorizada por el Jefe de Tienda que, por diversas circunstancias, todas inverosímiles, nunca se concretó. Indica que no es efectivo que el producto ha estado defectuoso, que se le haya vendido por el Jefe de Tienda en $30.000, que hayan existido problemas informáticos para registrar la venta ni menos que se haya autorizado al actor para llevarse el producto a su domicilio para una supuesta reparación. El actor olvida, que los guardias del local lo reconocían a él como el encargado de bodega a cargo de mover, trasladar, destinar, etc., los productos de la tienda, de modo que la labor de estos guardias se limitaba, en los hechos, a controlar los movimientos de clientes y terceros de la compañía, pero no a revisar ni controlar al personal que labora en ella y obviamente si el encargado de la bodega le indica que ese producto debe salir por alguna razón, el guardia asignado, va a creerle, pues lo extraño sería que otros trabajadores, como vendedores y cajeros, salieran con productos de la tienda y tal vez ahí les pida la boleta que respalda la salida del producto, pero no en el caso del demandante de autos. Afirma que como parte de la política de la empresa, en forma aleatoria y sin aviso previo, se efectúan inventarios por parte de personal externo a la tienda, y que en el caso de la tienda de Valparaíso se materializó el día 27 de octubre cuando arribó el contralor de inventarío Domingo Sandoval Fernández, quien, al percatarse que no estaba en bodega ni había salido formalmente de la tienda un coche de guagua marca "Jogger", código 845867, avaluado en la suma de $129.990, consultó sobre esta baja al actor, quien indicó, en primer lugar, que lo había comprado y que la boleta la tenía en su casa. Al pedirle que la fuera a buscar, modificó su defensa y le indicó que en verdad todavía no lo compraba pues tenía problemas con su cupo de funcionario y que ello estaba en conocimiento del Jefe de Tienda. Consultado el Jefe de Tienda sobre el particular, Rodrigo Erazo, este negó la versión del actor señalando que tiempo atrás, el actor le había consultado si podía comprar en efectivo un coche que presentaba serios desperfectos que lo hacían inviable para su venta al público y que su respuesta es que si quería el coche lo podía comprar con dinero en efectivo si los desperfectos lo hacían inviable para su venta al público y que una cifra que estaba autorizado para vendérselo era por 40 mil pesos, pues tal como es la política habitual de la empresa, las denominadas compras con cupo de funcionario y descuento en liquidación de remuneraciones, sólo autorizan que el producto se venda a precio costo más IVA que, en este caso, ascendían aproximadamente a $90.000.- Esto último le parece relevante, pues la excusa que no pudo registrar la compra por no tener cupo de funcionario no sólo no es efectiva sino que tampoco resultaba justificada si la venta de un producto de segunda mano o con desperfectos se compra con dinero en efectivo. Afirma que el 29 de octubre de 2010, Charles Figueroa, Jefe de Seguridad Corporativa, le pidió al actor que entregara un informe escrito sobre los hechos y dada la vaguedad de las explicaciones del actor y por tratarse de un hecho que revestía los caracteres de delito, el Jefe de Tienda Rodrigo Erazo fue instruido a interponer formalmente la denuncia del hecho ante la Policía de Investigaciones de Chile, órgano que tomó el procedimiento de rigor, preocupándose en todo momento de resguardar la dignidad del trabajador. De hecho, el actor jamás salió esposado de la tienda y concurrió voluntariamente a prestar declaración al cuartel policial, hecho del cual no se percataron ni sus compañeros de trabajo ni persona alguna que pasaba por fuera de la tienda, pues no se trató de un operativo como indica el actor sino simplemente de un único vehículo policial que se estacionó sin despertar sospecha alguna. Continúa el demandado afirmando que al prestar declaración ante la Policía de Investigaciones, lugar al que concurrió el Jefe de Tienda Rodrigo Erazo, el actor reconoció haber sustraído la especie y no tener los respaldos de venta o autorización para su retiro desde la tienda, indicando, así mismo, que el coche estaba en su domicilio, por lo cual pidió llamar por teléfono a su señora a objeto que le hiciera entrega a un funcionario de la empresa del coche en cuestión, lo que se materializó, concurriendo al domicilio del trabajador un funcionario de la empresa quien retiró el coche y se lo entregó a don Rodrigo Erazo, el cual se puso a disposición de la Policía de Investigaciones, se tomaron las fotografías de rigor del producto, comprobándose que éste no presentaba desperfecto alguno, y se le hizo entrega, mediante acta, a Rodrigo Erazo en representación de la empresa. Jamás concurrió personal de la Policía de Investigaciones a incautar el objeto sustraído y no es efectivo que ello haya generado el revuelo que alega el actor en su libelo, con la consiguiente afectación de la salud de su cónyuge y de su prestigio y honra ante sus vecinos. Todo lo anterior, a su entender indica que la empresa adoptó las medidas estrictamente necesarias de denunciar el hecho que revestía caracteres de delito a las autoridades competentes, no afectando derecho alguno del trabajador, pues tampoco existió un interrogatorio por parte de funcionarios de la empresa ni presión alguna para que confesara un hecho o firmara su carta de renuncia. A mayor abundamiento y, para evitar precisamente la alarma que tal hecho pudiere generar, primero entre sus compañeros de trabajo y luego entre sus familiares y vecinos, es que se acordó que saliera normalmente de la tienda, sin esposas, para presentarse voluntariamente al cuartel policial, concertando, además, con el actor, la entrega voluntaria de la especie sustraída. En este marco de hechos, Charles Figueroa y Rodrigo Erazo, le informaron al actor que debían informar a la empresa de lo ocurrido a objeto que el Departamento de Recursos Humanos Corporativo ubicado en Santiago que resuelve estos temas, tomara una determinación respecto a su situación laboral (despido, traslado o cambio de funciones) y que mientras ello ocurría y se terminaba la investigación interna de estos hechos, podía hacer uso de los algunos de los cinco días hábiles de vacaciones anuales que tenía pendiente, optando el trabajador por hacer uso de ellos entre el 2 y el 5 de noviembre, dado que el día lunes 1 de noviembre era feriado. De este modo el actor, en perfecto conocimiento y dominio de la situación que enfrentaba, estaba lejos de alguna vulneración como las que alega en su libelo. Destaca que bajo los parámetros del artículo 485 del Código del Trabajo, las acciones desplegadas por el empleador entre el 27 y el 29 de octubre de 2010, se encuentran plenamente amparadas por el derecho y satisfacen los principios de necesidad, justificación y proporcionalidad, de modo que debe rechazarse tanto la denuncia principal de vulneración de derechos fundamentales como la demanda subsidiaria de despido injustificado, teniendo, además presente, que el actor fue formalizado por el Ministerio Público, a través del fiscal Javier Carrasco Sarmiento, el 17 de diciembre de 2010, ante el Juzgado de Garantía de Valparaíso, por el delito de hurto agravado que prevé el artículo 477 del Código Penal, en los autos RIT 10,122-2010, RUC 1001023379-3, de modo que ha sido un tercero imparcial como lo es el Ministerio Público quien ha encontrado fundamento suficiente para imputar al actor un delito cometido en perjuicio de su ex empleador. QUINTO: Que, el tribunal llamó a las partes a conciliación en la audiencia preparatoria, sin éxito, por lo que debió recibir la causa a prueba fijando los siguientes hechos a probar: 1.- Efectividad de haber convenido las partes una indemnización a todo evento, términos en que fue esta convenida y si el demandado dio cumplimiento a los pactos celebrados al efecto. 2.- Remuneración del trabajador, si esta era variable promedio de los últimos tres meses efectivamente trabajados. 3.- Fecha del despido del trabajador, si lo fue el 29 de octubre o el 05 de noviembre, todo del 2010. 4.- Hechos que rodearon la imputación al trabajador de la sustracción de mercadería de propiedad del demandado, la denuncia a la policía, la presencia de efectivos de ésta en el local en que se desempeñaba el trabajador y su detención. 5.- Efectividad de encontrarse íntegramente pagadas las cotizaciones de salud del trabajador por los periodos abril de 2001 y enero de 2003. 6.- Si el trabajador incurrió en los hechos que se le imputaron en la carta de despido y que motivaron su separación. SEXTO: Que, en la audiencia de juicio, las partes incorporaron la prueba ofrecida: DENUNCIADA: documental: incorpora los siguientes: 1) Contrato de trabajo de 1° de julio del año 1999; 2) Anexos de contrato de trabajo de 01 de junio de 2008, 01 de octubre de 2009 y 1° de septiembre de 2010; 3) Carta de despido de 05 de noviembre de 2010, comprobante de aviso para terminación de contrato ante la Inspección del Trabajo de 09 de noviembre de 2010; 4) Comprobante de envío por carta certificada de la carta de término de contrato de 05 de noviembre de 2010 y su boleta de pago; 5) Constancia de 09 de noviembre de 2010, ante la Inspección del Trabajo; 6) Actas de comparendo de conciliación de 24 y 29 de noviembre de 2010; 7) Comprobante de transferencia de remuneraciones al demandante de 25 de noviembre de 2010; 8) Reglamento de prevención de delitos de DIN S.A. vigente en septiembre de 2010 y comprobante de entrega del mismo al denunciante; 9) Código de conducta ABC DIN con vigencia de junio de 2010 y comprobante de entrega al denunciante de 12 de junio de 2010; 10)Informe N° 48 de 29 de octubre de 2010, emitido por Charles Figueroa; 11)Impresión del detalle de la causa seguida ante el Juzgado de Garantía de Valparaíso RIT 10122-2010; 12)Copia de planilla y declaración de pago de cotizaciones de salud para el periodo abril 2001; 13)Copia de planilla y declaración de pago de cotizaciones de salud para el periodo enero de 2003; 14)60 comprobantes de pago de cotizaciones previsionales y aporte del 4,11% respecto del actor por periodo junio de 1999 a diciembre de 2000 emitidos por Previred y luego copia de planillas del periodo enero de 2001 a mayo de 2004 y; 15) Liquidación de remuneraciones del actor correspondiente a octubre de 2010. TESTIFICAL: Previo juramento de rigor, prestan declaración: Rodrigo Fabián Erazo Arancibia y Charles Henri Figueroa Contreras. OFICIOS: Se da cuenta de respuesta de los oficios remitidos all Juzgado de Garantía de Valparaíso y a la Fiscalía local de Valparaíso. DENUNCIANTE: Documental: incorpora los siguientes; 1) Impresión de correo electrónico enviado por el Jefe de Tienda Rodrigo Erazo de 30 de octubre de 2010 a las 11:36 horas; 2) Constancia dejada por el actor el 02 de noviembre de 2010 ante la Inspección del Trabajo dando cuenta de los hechos del 29 de octubre de 2010; 3) Comprobante de constancia dejada por el actor el día 06 de noviembre de 2010 ante la Segunda Comisaría de Carabineros de Valparaíso; 4) Constancia de 08 de noviembre de 2010 efectuada por el demandante ante la Inspección del Trabajo de Valparaíso dando cuenta de los hechos de ese día y del 06 de octubre; 5) Tres liquidaciones de remuneraciones del actor de los meses de agosto, septiembre y octubre de 2010. 6) SEPTIMO: Que, como se adelantó, la denunciada rindió prueba testifical en la audiencia de juicio en la declararon Rodrigo Fabián Erazo Arancibia y Charles Henri Figueroa Contreras. El primero de ellos, Rodrigo Fabián Erazo Arancibia, dijo, en resumen: conoce al actor, trabajó con él bastante tiempo, el testigo es el jefe de tienda de la sucursal de Pedro Montt de ABC Din, el actor era el encargado de logística, quien debe velar por la mercadería de la tienda, por la mantención y stock de las existencias y el inventario de la misma, debe controlar el inventario y el stock, lo que hace a través de inventarios generales y selectivos, velar que lo documental coincida con los material. El actor dejó de trabajar por un hecho detectado el 29 de octubre de 2010. El 27 de ese mes tuvieron inventario auditado, vino un controller de la empresa a hacer un inventario de la tienda desde Santiago, después de ejecutar el primer conteo se percató que faltaban especies en la tienda $1.200.000 representante de bastantes bienes, muchas sábanas bienes pequeños y un coche que era lo más grande y también una cama. El auditor empezó a averiguar sobre este tema preguntándole al actor qué pasó con este coche. La averiguación se hace, contando el inventario total, cuenta los bienes, luego con el encargado de logística cuenta todos los bienes, y llegaron hasta el coche, no quedó justificado todo el faltante, pero respecto del coche el actor le dice que lo tenía en su poder, le reconoce esto a Domingo Sandoval y éste lo comunica al departamento de control de pérdidas. Sandoval se lo informa al testigo, el día 29, le dijo que lo tenía Gabriel en su casa. El testigo lo informó al departamento de control de pérdidas y éste debía tomar las medidas con el departamento de seguridad corporativa. Agrega que conversó con el actor quien le dijo que cuando sacó el coche de la tienda no tenía cupo funcionario, se trata de un cupo que tiene cada funcionario con cargo al que puede comprar productos a un valor inferior al valor de venta al público. El producto su costo más IVA y de ahí se divide en cuotas y lo paga con descuento en liquidaciones, se asigna un cupo una vez a la año de acuerdo con la remuneración y de acuerdo con la carga que tiene cada funcionario, es decir sus descuentos. Se supone que este cupo lo deben aprovechar en el año y hasta que se agote y si se agota esperar hasta el otro año. El valor es costo más IVA y los intereses que corresponden de acuerdo con el número de cuotas en que se divide el crédito. El coche del que hablamos tenía precio 129.990 de venta al público, el costo más IVA era de 112.000, se supone que estaba fallado pero cuando lo recuperaron estaba en perfectas condiciones. El actor dijo que no había podido comprar porque no tenía este cupo. Después de estos hechos llegó a la tienda Charles Figueroa, subgerente de seguridad corporativa, el mismo día quien habló con el actor en su presencia, le dijo que venía a realizar su función el actor le repitió lo que le dijo al testigo, que asumía que se había llevado el coche, que lo asumía y estaba arrepentido, le volvió a repetir lo de la compra del coche y lo del cupo. Figueroa le pidió que escribiera una declaración el actor no quiso hacerlo y luego aceptó y escribió en su presencia el texto. Dice que quienes pueden abrir y cerrar las tiendas son dos o tres personas, manejan las llaves, los tres tienen clave de alarma y llave. En ese momento era el testigo, el actor y su asistente. Después Figueroa llamó a investigaciones y el testigo como jefe de tienda debe ejecutar o denunciar el hecho. Fue investigaciones en un móvil a la tienda. Figueroa le pidió a investigaciones que fuera a la tienda porque posiblemente había ocurrido un hecho delictual, pero el testigo no escuchó la conversación lo que está claro es que pidió que vinieran, no sabe lo que le dijo. Llegó investigaciones, en la denuncia el testigo ratificó lo que sabía, le explicó lo mismo que dijo en el tribunal. El personal de investigaciones habló con el actor, y este le dijo lo mismo que dijo en la carta. Investigaciones también habló con Figueroa. Después se lo llevaron detenido aunque no le pusieron esposas. Ellos le comunicaron que lo llevarían a la unidad, el testigo le dijo si era necesario y el policía dijo que sí, entonces le preguntó dónde estaba el móvil y estaba fuera de la tienda, le dijo si era posible no esposarlo, el policía dijo que sí que podía salir en compañía del testigo, salieron ambos y la persona de investigaciones con uniforme y el actor se fue a la unidad policial. Salieron por el local, por la única salida a Pedro Montt, el testigo llegó hasta el móvil allí le dijeron que debían ir a su casa a buscar la especie. El actor dijo que eso podría ser vejatorio para su señora y para él que fuera un carro, qué iban a pensar sus vecinos. Entonces el testigo le preguntó a personal de investigaciones si podía ir un empleado de la tienda que tenía auto a buscar la especie a la casa y el funcionario le dijo que lo esperaba en media hora o 45 minutos en la unidad y que allí debían llevarlo. Un funcionario Antonio Boggio lo fue a buscar sólo volvió con el coche a la tienda y ambos lo llevaron al cuartel, transcurrió como 45 minutos. Éste era el único coche que había de estos en la tienda, ya nos los vendía. En investigaciones le tomaron fotos al coche y se lo devolvieron. En la tienda se hizo un informe por parte de Figueroa al departamento de recursos humanos quienes deciden qué hacer con la situación. El actor quedó en investigaciones, el testigo lo pasó a ver, le tomaban declaración en una oficina común funcionario, lo dejó allí y se fue. Recursos humanos decidió despedirlo por falta de probidad el 5 de noviembre, esto le fue comunicado al actor por teléfono porque estaba con feriado, tenía este beneficio pendiente entonces se lo ofreció en la tienda antes de ir al cuartel y el actor dijo que sí así es que lo tomó desde ese día, el mismo 29. Al contra examen dice: que el despido fue el 5 de noviembre, antes de esa fecha no se había tomado una decisión sobre el término de contrato solo se levantó el informe del que habló, habitualmente cuando ha pasado algo semejante con otras personas en la empresa, se manda un correo a las tiendas más que nada para que a esa persona no se le facilite mercadería, es un tema informativo para que no se les deje entrar a las bodegas porque está en una situación cuestionada. Esto pasó con el actor, él, a título personal mandó un correo a las tiendas de Quilpué, Viña del Mar y Valparaíso, diciendo que el actor estaba desvinculado que no lo dejaran entrar a las bodegas por resguardo, no dijo despedido, pero es lo mismo aunque fue informativo porque él no tiene facultades para despedir. Mandó correo electrónico, el 30. Dice que lo que dice la nota es que el actor había dejado de pertenecer a la empresa desde el día de ayer, el documento se titula desvinculación. Añade que el feriado comenzó el 29, a partir de esa fecha gozaba de feriado, por cuatro o cinco días una semana, a partir de la cual el departamento de recursos humanos decidiría que hacer con él. Dice que no tuvo conocimiento de la situación del coche antes del 28 de octubre, se trata de un coche de un metro de alto y cincuenta centímetros de ancho, cerrado. Agrega que el control de salida e mercadería es mostrar una boleta, al guardia a la salida. No sabe cómo sacó el actor el coche, él tenía llave de la tienda y sabía la clave alarma. El procedimiento al llegar a la tienda es sacar la alarma y llamar a monitoreo y decir quién y a qué hora está abriendo la tienda, al cierre, el testigo debe cerrar y antes de irse debe llamar a monitoreo. Dice que el actor pudo sacar el coche incluso dijo que se lo llevó una semana antes cuando el testigo estaba en una convención en Santiago. El procedimiento no exige sino una persona para abrir o cerrar. Dice que estando en Santiago un día lo llamaron para decirle que la alarma no había sido conectada a las once de la noche, el llamó al actor y le dijo que aun estaba en la tienda porque tenía cosas que hacer, sacar un inventario. El guardia no está a esa hora, si se le dice que se vaya se retira, es externo. El guardia sabe que ese día no estaba, el día que lo llamaron cuando estaba en Santiago, le creyó al actor quien estaba encargado de cerrar al tienda y era personal de confianza, el informe de estos hechos debe existir, no lo tiene ni lo ha solicitado, no averiguó al respecto, no dudó de lo que dijo el actor, fue suficiente explicación. El informe que redactó el actor fue con sus propias palabras, de puño y letra. Se llamó a policía porque el hecho se podía calificar de delictual. No le preguntó a Figueroa porque llamó a la policía si la situación estaba clara, ni qué es lo que pretendía llamando a la Policía. Mientras llamó Figueroa el testigo estaba con el actor, ambos se dieron cuenta al mismo tiempo cuando llegó la policía. Dice que no consultó con ningún encargado sobre el cupo del actor. El cupo es fijo y no se puede alterar cuando se termina. Añade que vio el coche y estaba en la PDI, lo vio cuando lo sacaron en la tienda. La última vez que lo vio fue como siete meses atrás cuando vendían coches, supuestamente estaba malo y guardado en la bodega, era el mismo coche, el actor dijo que estaba malo, cuando lo vio no tenía nada malo, el actor, encargado de logística es el que tiene que ver eso, le creyó que estaba malo. Durante siete meses no lo vio, aparecía en el stock de la mercadería antigua. El actor cuatro meses antes de los hechos le manifestó que quería comprarlo porque iba a ser papá y el testigo le dijo que no tenía ningún problema porque le dijo que estaba malo, entonces le dijo que si estaba malo le hacía un descuento, claro que no se puede comprar una mercadería mala con cupo funcionario porque se dispara el precio, cuando se compra algo que es de segunda selección es necesario comprarlo de contado u otro medio de pago si no se le cobra el precio costo más Iva que es mucho más caro. No se puede comprar con cupo funcionario un producto deteriorado. Cuando le dice que le hará un descuento no verificó el estado del coche, le dijo que cuando quisiera ejecutar la boleta le avisara. Dice que el testigo le dijo a Figueroa sobre esto cuando se verificó el hecho y al controller también, ambos estaban en conocimiento de la situación. Charles Henri Figueroa Contreras, dijo, en síntesis: que conoce al actor, porque era encargado de logística en la tienda de Valparaíso, de ABC Din, es contratado para los efectos de la custodia y la responsabilidad de los productos de la tienda, el testigo es sub gerente de seguridad corporativa, ve 4 áreas, retiro de valores, diferencias de inventarios con la gerencia de prevención de perdidas y el monitoreo de seguridad de la compañía. Añade que el actor el 29 de octubre de 2010 le fue informado durante la toma de inventario de la tienda un controller determina que había un faltante de productos de la compañía, él estaba en Santiago, Domingo junto con Raúl Erazo le informan durante un inventario en Valparaíso, lo llaman por teléfono y le informan del faltante precisamente el actor dio una explicación sospechosa sobre el faltante de un coche, este bien era uno en un total cuyo monto era sobre un millón de pesos, 1.5 de diferencia de inventario, esto era elevado en relación a la venta del local. Uno de estos faltantes se vincula a una situación sospechosa vinculada al actor que podía revestir carácter de delito, esto le contó Sandoval. Decidió venir a Valparaíso, a raíz además de la diferencia de inventario. Toma entonces conocimiento que el producto había salido sin documentos, boleta, factura o guía de despacho de la tienda. Al contactarse con el actor le preguntó qué pasaba con el producto, lo que dijo es que él lo sacó porque lo quería comprar y su crédito no le daba la posibilidad de adquirirlo, le preguntó si había una transacción comercial al respecto, le dice que no y también dice que el jefe de la tienda no tenía conocimiento de esta circunstancia. Aunque en su oportunidad le había comunicado que era su interés sacarlo, pero el jefe de la tienda desconoce todo este tipo de situaciones. Ante esto y debido a la diferencia de inventario le comunica que realmente cometió un error y no dar cuenta a su jefe de haberlo sacado sin transacción comercial, entonces le comunica el testigo que están frente a un hecho que reviste carácter de delito que por supuesto no va a determinar él pero que deberá ponerlo en conocimiento de Fiscalía, le pide una declaración y el actor se negó. Luego accede voluntariamente y hace la declaración. Estaban en el escritorio del jefe de la tienda, en el segundo piso, no es un recinto cerrado, es abierto y también en algún momento estuvo el jefe de la tienda. Le pidió a dos socios del sindicato que estuvieran presente en esta situación les explicó lo que sucedía, el Sr. Crofi y una Srta. cuyo nombre no recuerda, no quisieron involucrarse, porque se trataba de un compañero que llevaba mucho tiempo trabajando. Ante eso se decidió hacer la denuncia, la hizo el jefe de tienda, se llamó desde la tienda, no recuerda quien llamó a Investigaciones, no fue él, si lo hubiera hecho se acordaría, luego dice que él ordenó hacerlo pero no se acuerda si fue él o el jefe de la tienda. El llamado a policía fue para cursar la denuncia. Llegaron unos funcionarios, el testigo le explica a los funcionarios que había una sustracción de un producto y quieren ver qué pasa para determinar si reviste caracteres de delito, hablan con el actor, en presencia de él y del jefe de tienda, luego siguieron con el procedimiento solos porque el testigo se fue a Santiago, cuando dijeron que se cursaría el denuncia respectivo, el actor quedó de devolver el coche. Con la documentación que tenía se fue. Después se comunicó con Erazo quien le dijo que se había recuperado el producto y que la denuncia se había cursado, y que el Fiscal había dispuesto diligencias, y se había ordenado devolver el producto a la tienda. Dice que la decisión de llamar a policía fue porque el hecho revestía carácter de delito, a demás por el elevado número de faltante de inventario que se contabilizaba hasta ese momento, se decide transparentar este hecho, los faltantes de lo demás no le consta. Lo que le llamó la atención a él es que se trataba de un empleado encargado de la mercadería, aunque era un empleado antiguo, lo que no consideró. Lo que tomó en cuenta fue la salida del producto que no salía de forma correcta y la responsabilidad del actor en su calidad de trabajador encargado de los bienes, de su resguardo. Era necesario ponerlo a disposición de un fiscal para que se indagara sobre esto además porque podían salir otros antecedentes que se podía llegar a… (no termina la frase). Hay un hecho que reviste carácter de delito. Al contra examen dice: dice que entre que llamó y llegó la policía debe haber sido como una hora, se solicita un carro, generalmente se llama a la central o la unidad de la jurisdicción para que envié el carro de turno. Es la policía la que determinó mandar un carro. Conoce los procedimiento porque fue funcionario y es jubilado de la PDI. Dice que es irrelevante el hecho que él hubiera sido policía, se hizo presente en la tienda en su cargo pero no le dice que es ex funcionario de la PDI ni lo introduce como hecho relevante. No le dijo. Toda la compañía sabe que es ex policía, no le consta que el actor lo supiera lo que le consta es que ese hecho se informó a toda la compañía. Añade que en la consulta que hizo a Erazo si había autorizado la salida del producto y él le dijo que no, tampoco le dijo que el actor hubiera manifestado interés anterior de comprarlo, incluso por el origen de cómo nace la explicación de que tenía el producto en su poder, inicialmente le dijo al "controller" que tenía boleta del producto. Agrega que tiene entendido aparentemente, el 22 de octubre lo había sacado, conforme los antecedentes que le informaron, se lo dijo el actor. Dice que lo sacó por la vía de acceso, por la puerta de la tienda. Los sistemas de control interno es presentar boleta, factura o guía al guardia, o la autorización del jefe, el actor dice que el guardia no le pidió el documento. Le preguntó al guardia cuyo nombre no recuerda. Agrega que el guardia debe estar desde la apertura al cierre de la empresa, dice que desde el 22 hasta el día de los hechos hubo guardia, ellos no reportaron salida irregular de productos durante este periodo. Agrega que lo que pasa es que tienen una central de monitoreo en la que se reportan las novedades del día lo que es obligación, de ese día no había novedad al respecto, ante eso, el producto al salir, lo que él piensa es que salió, sacado por el encargado de logística pero no lo reportó ni al guarida ni al jefe. El jefe de tienda debe certificar como sale un producto o explicar al guardia porqué sale el producto. Añade que sobre lo que sucedió después de la detención es que el actor quedó en libertad, no le consta pero sabe que se hizo el denuncio se recuperó el producto y que dejó citada a las personas. No sabe hasta qué hora estuvo detenido, que se gestionó el feriado legal a contar de ese día, por cinco días no lo tiene claro, quedó en manos de recursos humanos. OCTAVO: Que, de acuerdo con la prueba rendida, el Tribunal tendrá por cierto los siguientes hechos y de conforme los fundamentos que se expresan: Con el objeto de aproximarse a la decisión del asunto controvertido, esta sentenciadora opta por despejar primeramente las cuestiones relativas al régimen indemnizatorio al que se encuentra adscrito el actor. Recordemos que la demandada afirma que este régimen corresponde al establecido en el artículo 164 del estatuto laboral, esto es, la indemnización pactada por las partes a todo evento, a partir del 7º año para lo que realizó los aportes previstos en la norma en comento. Al efecto incorpora a este juicio, las planillas de cotizaciones correspondientes al periodo que comprendido entre junio de 1999 y mayo de 2004 verificándose además del contrato de trabajo suscrito por las partes que éstas pactaron, en su cláusula novena, que las indemnizaciones por término de contrato se regirán por lo dispuesto en los artículos 163 y 164 del código del ramo y en la letra b) regulan el pacto. Que del análisis del artículo 164 del Código del Trabajo, en consonancia con el artículo 5 inciso segundo del mismo cuerpo legal - que establece la irrenunciabilidad de los derechos establecidos por las leyes laborales -, y de los principios que inspiran el Derecho del Trabajo, podemos concluir que dicha norma fue concebida con el fin de que los trabajadores pudieran optar al beneficio de la indemnización por años de servicio en situaciones que por la mera aplicación de las normas generales que la rigen, no la obtendrían, pero en ningún caso el acuerdo celebrado entre las partes, bajo el amparo de esta disposición, puede inhibir al Tribunal, en el evento de estimar injustificado el despido, hacer aplicación de las reglas generales que rigen la materia. NOVENO: Que, respecto de la remuneración del actor, para os efectos previstos en el artículo 172 del código del trabajo, el tribunal, teniendo para ello a la vista las liquidaciones de remuneraciones correspondientes a los meses de agosto, septiembre y octubre de 2010, concluye que el promedio a que se refiere la referida disposición legal alcanza a la suma de $408.986. Ahora bien, para los efectos de esta determinación y frente a la alegación de la demandada en orden a que en este promedio no debe incluirse las asignaciones de locomoción y colación el Tribunal dirá que el Artículo 172 del Código del Trabajo, prescribe: "Para los efectos del pago de las indemnizaciones a que se refieren los artículos 168, 169, 170 y 171, la última remuneración mensual comprenderá toda cantidad que estuviere percibiendo el trabajador por la prestación de sus servicios al momento de terminar el contrato, incluidas las imposiciones y cotizaciones de previsión o seguridad social de cargo del trabajador y las regalías o especies avaluadas en dinero, con exclusión de la asignación familiar legal, pagos por sobretiempo y beneficios y asignaciones que se otorguen en forma esporádica o por una vez al año, tales como gratificaciones y aguinaldos de navidad". Del precepto legal antes transcrito se colige que para los efectos del pago de la indemnización legal por años de servicio y de la sustitutiva del aviso previo, deberá considerarse toda cantidad mensual que está percibiendo el trabajador al momento del término de su contrato, incluidas las imposiciones y cotizaciones previsionales o de seguridad social de su cargo y las regalías o especies avaluadas en dinero. De la misma norma se infiere, a la vez, que deben excluirse para el cálculo de que se trata, la asignación familiar legal, los pagos de sobretiempo y los beneficios o asignaciones que se otorguen en forma esporádica o por una sola vez al año, señalando dicho precepto, por vía ejemplar, las gratificaciones y los aguinaldos de Navidad. Respecto de la citada disposición legal cabe, por tanto, anotar que el concepto "última remuneración mensual" que utiliza el legislador reviste un contenido y naturaleza eminentemente fáctico o pragmático, ya que alude a "toda cantidad que estuviere percibiendo el trabajador". En ese mismo contexto debe señalarse que, dentro del referido artículo 172, la norma precedente es la regla general de acuerdo a la cual debe determinarse la base de cálculo de la indemnización por tiempo servido y por falta de aviso previo, ya que las excepciones las conforman las exclusiones, de carácter taxativo, que la misma disposición establece. Es necesario precisar también que entre esas excepciones existe una de carácter genérico: los beneficios o asignaciones que se otorguen por una sola vez al año, tales como gratificaciones y aguinaldos de navidad". Luego, necesario es concluir que es la propia ley, en su tenor literal, la que, respecto de determinados beneficios, define y limita su alcance para los eventuales efectos de ser o no considerados en el cálculo de la indemnización, ya que de su texto se infiere inequívocamente que éstos se excluyen en cuanto revistan carácter esporádico o anual. La interpretación anterior es la que sostenida por la dirección del trabajo a través de sus dictámenes, interpretación, que a su turno, esta sentenciadora comparte, por encontrarse acorde con el carácter protector del derecho del trabajo, a partir del cual se puede concluir que, enfrentado el trabajador al transe de perder su trabajo, más aún cuando ello se origina en una decisión unilateral del empleador, quien, como en el caso, ha aplicado, la causal del artículo 161 inciso 1° del código del ramo, tiene derecho a percibir las indemnizaciones legales que ello lleva consigo, éstas, tienen por objeto permitir que el trabajador conserve el nivel de ingresos que mantenía hasta el momento de su separación, que lo habilite para satisfacer sus necesidades y las de las que de él o ella dependen, a lo menos, teóricamente, por el tiempo que permanezca sin un nuevo ingreso, lo que cuando alude a recoge la norma en comento “toda cantidad mensual que está percibiendo el trabajador al momento del término de su contrato”. Las excepciones, esto es, las cantidades que no deben incluirse en el cálculo del que venimos hablando, precisamente son las que no tiene el carácter de permanentes, aquellas que por su origen, por pagarse en forma esporádica, una vez al año etc., no forman parte de aquella suma con la que el dependiente cuenta mes a mes para la satisfacción normal de las necesidades aludidas. DECIMO: Que, respecto del pago de las cotizaciones de salud que el demandante estima impagas a cuya base se encuentra la imputación de despido nulo y que corresponde a las de los meses de abril de 2001 y enero de 2003, éstas se encuentran pagadas según se desprende de las planillas respectivas incorporadas a la causa, sin objeción de contrario, por la parte demandante y dentro de plazo legal. DECIMO PRIMERO: Que, de acuerdo con la prueba rendida, el Tribunal tendrá por cierto los siguientes hechos y de conforme los fundamentos que se expresan: Tendrá por cierto que el 29 de octubre de 2010, en circunstancias que un dependiente de la denunciada de nombre Santiago Sandoval realizaba un inventario en la tienda de Valparaíso en la que se desempeñaba el actor, determinó que faltaban físicamente mercaderías del inventario, entre otras que en total ascendían a un valor por sobre un millón de pesos, un coche de guagua Marca Infanty. En esto último, es decir, que a la práctica del inventario faltaba físicamente el coche mencionado, las partes se encuentran contestes. Sobre la inexistencia, en la misma oportunidad, de mercaderías por valor superior, se cuenta con las declaraciones de ambos testigos de la denunciada y así lo consigna el informe policial agregado a estos autos como parte de la carpeta investigativa incorporada a los antecedentes en el que se señala esta situación como parte de los antecedentes de la detención del actor. Enseguida, el Tribunal tendrá por cierto también que el día indicado, frente al faltante del coche, fue el mismo actor quien comunicó al auditor de la empresa que practicaba el inventario, de nombre Domingo Sandoval, que el objeto se encontraba en su poder. Así lo afirma el actor en su libelo y lo refiere también el denunciado en su contestación coincidiendo con estos antecedentes la declaración del jefe de tienda Sr. Erazo quien, refiere que el inventario se revisa entre el Sr. Sandoval y el actor y frente al faltante del coche, el actor informa que lo tenía en su poder. Respecto de las causa por las que el 29 de octubre el actor mantenía en su poder y en su hogar el bien mencionado y en qué circunstancias ello ocurrió, esta sentenciadora ha llegado a la siguiente conclusión: que efectivamente, y como lo ha dicho Erazo en su declaración, el coche en cuestión formaba parte de las existencias de la tienda, sin embargo, desde hacía siete u ocho meses que tal mercadería había dejado de venderse en ella, como también afirma esta persona. Esto explica que este coche fuera el único que había en la tienda y permite desde ya decir que es altamente probable que no estuviera en óptimas condiciones como lo afirma el actor, de no haber estado defectuoso, ¿cuál es el motivo por el que no se habría vendido en el lapso mencionado? Junto con lo anterior, Erazo admite que el coche debía ser reparado cuando declara ante la policía de investigaciones el mismo 29 de octubre. Ahora bien, pese a que la denunciada intenta soslayar su importancia, resulta acreditado en estos antecedentes que el actor sí había manifestado al jefe de la tienda su interés por adquirirlo y con anticipación al 29 de octubre de 2010. En efecto, Erazo lo reconoce en su declaración en estrados y agrega que él estuvo de acuerdo diciéndole que le avisara el momento en que lo haría para generar la boleta respectiva, declaración que ya había vertido ante la policía de investigaciones y de puño y letra el día de los hechos cuando dice: "que yo tenía conocimiento que un trabajador de la empresa de nombre Gabriel Ponce Fernández (el actor) tenía intenciones de comprar para repararlo". Incluso más, el actor afirma que el precio que le ofreció el jefe de local frente a esta intensión era de 30.000 pesos, cifra muy parecida a los 40.000 que al contestar la demanda la denunciada admite que Erazo puso como precio frente al interés del actor por su compra. Ahora bien, para avanzar en las circunstancias de las razones por las que el bien se encontraba en poder del actor el día de los hechos, es preciso anotar también que éste no desconoce haberlo retirado del local, en su libelo de inicio afirma: "el señor Erazo le autorizó a iniciar la reparación del coche indicado en su domicilio, para cuyo efecto, y con su autorización y pleno conocimiento, lo retiró del establecimiento el mismo día viernes 22 de octubre". Para verificar si contaba o no con autorización para retirar el objeto de la tienda, lo cierto es que no se le preguntó directamente a Erazo en su deposición sin embargo éste, declaró ante investigaciones lo siguiente el 29 de octubre:"el miércoles (27) Ponce Fernández trató de realizar la boleta y los controladores auditores de Santiago pertenecientes a la tienda no permitieron que lo hiciera". La declaración que hace Erazo el 29, admite que Ponce quiso hacer que se generara la boleta pero no le fue permitido, razón que unido a lo que se ha venido diciendo permite confirmar que la intensión de Ponce era comprar el artículo, y que todo ello era conocido de su jefe de tienda, incluso existía un acuerdo en el precio y que fue la propia empresa quien no lo permitió incluso negándosele la posibilidad de hacerlo el 27 de octubre, antes el día de los hechos pese a que el actor intentó hacerlo y esta negativa era de conocimiento de Erazo. Pero todo lo anterior no permite concluir que el día 22 cuando Ponce se llevó el coche Erazo hubiera tenido conocimiento y lo hubiera autorizado para hacerlo. Por algo, en la nota que firma frente a Figueroa el 29, y que se escanea formando parte del informe de este personero, el actor reconoce haber cometido un error. Erazo dice haber estado en Santiago la semana en a que incidió el 22 de octubre, incluso dice haber recibido una llamada diciendo que la alarma no estaba conectada a las once de la noche, explicándole el actor, con quien se comunicó, que aun estaba en la tienda haciendo inventario, lo que relata con una clara intensión de convencer a esta magistrado que esas fueron condiciones propicias para sacar el bien de la empresa, sin embargo, esta parte de su declaración no impresiona a esta Juez sino como lo que se ha dicho, una intensión en el sentido indicado, ello no está avalado por ningún otro antecedente de prueba en estos autos. Más bien parece que aunque sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó el objeto de la tienda el día 22, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte de Erazo y sin mayores dificultades pues nadie se lo impidió ni le exigió documentos o comprobantes al efecto. No lo hizo el guardia, persona externa a la empresa como lo dice Erazo en su declaración, seguramente por reconocer en el actor su calidad de encargado de logística del local y por lo mismo encargado de la mercadería. Charles Figueroa dice que le preguntó al guardia aunque no recuerda su nombre y que el día de los hechos hubo guardia pero no reportaron salida irregular de productos ese día. También es posible tener por cierto, como se ha dicho, que antes que se conociera de la ausencia en el inventario de este bien, el 29, Ponce intentó generar la boleta de su compra, negándosele la posibilidad por la empresa. DECIMO SEGUNDO: Que, respecto de los hechos que se siguieron al reconocimiento del actor en orden a que el coche de guagua estaba en su casa y que lo había llevado hasta allí el 22 de octubre, en las circunstancias anotadas, el Tribunal tendrá por cierto lo siguiente: En conocimiento del faltante del coche, el 29 de octubre de 2010, Erazo comunica este hecho al departamento de control de Pérdidas en Santiago, lo que motiva que el Sub Gerente Corporativo de Seguridad de la empresa Charles Figueroa se traslade desde esa ciudad a Valparaíso. Ese día, primero por separado y después en conjunto, ambos conversan con el actor, éste reconoce ante ambos haberse llevado el coche y que se encontraba en su casa, a ambos el actor les refiere lo de su intensión de comprarlo y la circunstancia de no haberlo podido hacer por falta de cupo, hasta aquí las versiones de los testigos de la denunciada coinciden, pero se comienzan a separar, por cuanto, el primero afirma que Figueroa supo de la intensión del actor de comprar el bien y de que había conversado con él para hacerlo teniendo problema con el cupo de funcionario para adquirirlo y que él mismo (Erazo) se lo dijo y Figueroa afirma que Erazo en la consulta que él le hizo sobre si había autorizado la salida del producto él le dijo que no, tampoco le dijo que el actor hubiera manifestado interés anterior de comprarlo. Luego, el actor firmó un documento, escaneado en el informe de Figueroa incorporado a juicio y no objetado por el demandante y aunque no es de fácil lectura, es posible verificar que en él el actor escribió: "Yo, Gabriel Ponce informo que c/fechas 22/oct/10 solicite coche que estaba c/ detalles para reparación y poder comprarlo. Al momento de generar la boleta de esto no fue posible imprimirla………..para efectuar la reparación y ver sus detalles. Yo reconozco que cometí un error después de 17 años en la empresa, y quise generar la boleta el lunes y el mismo día del inventario, el cual le comento al Sr. auditor Domingo Sandoval y no me dejaron efectuar esta, luego de la reparación que hice. Reconozco que fue un error a mi cargo del que luego de esta mala experiencia después de 17 anos en la empresa no volveré a repetir. Solicito a Ud. tenga a bien considerar mi erro, que se generó también en un problema con los cupos asignados para compras del personal y no pude generar totalmente la compra". Enseguida, luego de estas entrevistas se genera un llamado a policía de investigaciones, Erazo dice que la efectúa Figueroa, éste lo niega, dice que si él la hubiera hecho se acordaría y luego dice que no lo recuerda, pero independientemente de esto, llega al local personal de investigaciones quienes en su informe adjunto a la carpeta investigativa de fiscalía aseguran haber recibido un llamado en el que se comunica que al interior de la tienda DIN se había cometido un hurto por lo que se trasladan dos efectivos en un móvil al lugar. Allí, según este informe se entrevistan con Erazo y Ponce manifiesta su intensión de devolver el objeto, llamaron al Fiscal de turno quien determinó la detención de Ponce. De acuerdo con la versión de Erazo, Ponce fue salió de la tienda, sin esposas, en su compañía y la de los efectivos policiales, subido al carro policial y conducido a la unidad. Respecto de la forma en que se recuperó la especie en cuestión no hay en autos más antecedentes que la afirmación de la policía en orden a que Ponce manifestó su intensión de devolverla y la declaración de Erazo en orden a que ésta fue recuperada desde su hogar por un trabajador de la empresa que fue en auto particular a buscarla y la llevó a la tienda desde donde la trasladaron en el mismo auto al cuartel donde le sacaron fotos y se la devolvieron. La especie, de acuerdo a una impresión de nota de venta adjunta a estos autos obtenida de la caja de la tienda, tendría un valor de venta al público de $129.990. DECIMO TERCERO: Que, respecto de la actitud asumida por los personeros Figueroa y Erazo antes de llamar a la Policía como quedó establecido en la motivación anterior, el Tribunal dirá que conforme lo expresado por el propio Sr. Figueroa en su informe incorporado por la denunciada resulta verosímil la versión del actor en orden a que se le exigió la renuncia frente a la posibilidad de ser despedido por falta de probidad. en efecto, de este informe se extrae el siguiente párrafo de factura de Charles Figueroa: "El citado don Gabriel Ponce Fernández, expone que no renuncia (¿por qué podría decir que no lo hace si no se lo hubieran exigido?) sin antes recibir asesoramiento, pese a que tiene conciencia del motivo de su finiquito (¿Por qué podría hablarse de finiquito si no se hubiera hablado de despido) que se encuentra avalado ( justificado el despido) además de su incumplimiento al contrato específico y código de conducta, por lo que se coordina con el Jefe de tienda, proporcionar días pendientes de vacaciones hasta el martes 2 de noviembre, día de la resolución que adoptará RRHH". De este párrafo y del mail de Erazo de 30 de octubre de 2010, que su autor reconoció en estrados haber enviado y también reconoció su tenor, que se titula "desvinculación" y que tiene el siguiente texto: Informo (a los jefes de tienda) que a contar de ayer (29 de octubre) ha dejado de pertenecer a la Empresa el Sr. Gabriel Ponce, encargado de logística Suc. 10624 Valparaíso Pedro Montt", es posible concluir que efectivamente, el 29 de octubre se conminó al actor a renunciar, se le hizo tomar conciencia que a juicio de los personeros mencionados existía motivo de despido y que frente a la negativa del actor de firmar la renuncia, se le "proporciona" vacaciones. Sin embargo, incluso, Erazo habla de desvinculación y también afirma que Ponce dejó de pertenecer a la empresa desde el 29. Entonces, es posible razonablemente concluir que con seguridad el actor, por una parte entendió que el despido era inminente y un hecho y por otra parte se le generó la duda razonable que ello no hubiese sido así pues lo conminaron a hacer uso de feriado, razón por la que como lo demuestran las constancias que este adjuntó a estos autos, en la que dice por un lado que fue despedido y por otro, que firmó el documento de feriado por 4 días a contar del 2 de noviembre, por lo mismo también se presentó a trabajar el 6 de noviembre, como lo admite el denunciado también, frente a tanta incertidumbre. Incertidumbre que se refuerza con el hecho que el 6 de noviembre es imposible que hubiera recibido la carta de aviso de despido que fue despachada el 15 de ese mes según consta de certificación al efecto incorporada a autos y al domicilio del actor señalado en su contrato. DECIMO CUARTO: Que, es un hecho no discutido por la demandada, que a través de alguno de sus agentes, frente a lo ocurrido el 29 de mayo 2010, hechos que involucraron al trabajador demandante, lo denunció solicitó la presencia de Policía de investigaciones en el local en cuestión, desencadenándose su detención en la que fue detenido, sacándola, del local por la puerta delantera y única del local como afirma Erazo, pero en todo caso, en forma pública. Así se desprende de las declaraciones de la declaración de Erazo y no lo niega Figueroa, los testigos de la demandada, los que en ningún caso niegan estos hechos y aunque con bemoles, están contestes en el llamado, Respecto de las consecuencias penales para el actor derivadas de esta de esta detención se cuenta con el informe del Juzgado de Garantía de Valparaíso, que remitió copia de la audiencia de acuerdo reparatorio llevada adelante por el Juez Juan Carlos Maggiolo Caro, el 19 de enero de 2011 en la que en relación con el actor, se suspendió condicionalmente el procedimiento de acuerdo con las condiciones del artículo 238 letra g) y h) del código procesal penal, prohibiéndosele al actor ingresar y frecuentar la tienda, En el informe se detalla que en este caso la imputación habría correspondido a Hurto agravado, no hay más detalles. DECIMO QUINTO: Que, haciéndose cargo el legislador del principio de tutela judicial efectiva, dentro de la lógica de la protección de la parte más débil de la relación laboral, en el artículo 493 del código del trabajo, dentro del título destinado al procedimiento de tutela laboral, en el que se inserta la acción que nos ocupa, introdujo una reducción probatoria, consistente en la obligación del denunciante de presentar indicios suficientes de la vulneración de garantías fundamentales que alega. Esta técnica, reducción probatoria, no implica inversión del onus probandi, puesto que no significa que sea suficiente la mera alegación de una lesión a un derecho fundamental, para que se traslade al empleador la carga probatoria, sino que ella consiste en aliviar la posición del denunciante exigiéndole un principio de prueba por el cual acredite indicios de la conducta lesiva, esto es, acredite hechos que generen la sospecha fundada, razonable, en orden a la existencia de la lesión que alega. En consecuencia, se hace necesario despejar, como primera cuestión relevante orientada a la decisión del asunto controvertido, si el denunciante cumplió con este estándar probatorio exigido. De acuerdo con el panorama indiciario descrito por el actor en su libelo de inicio, en primer lugar, diremos que el referido despido, es un hecho no discutido, y aunque la fecha en que ocurrió, no hubiera sido el 29 de octubre sino el 5 de noviembre, ello no es óbice para de aceptarse que hubiera habido vulneración de garantías fundamentales como lo pretende el actor ello no hubiere ocurrido con ocasión de su despido puesto que tal decisión se tomó en atención a los hechos ocurridos precisamente el 29 de octubre independientemente que se le hubiera comunicado el 15 de noviembre. Enseguida diremos que, de acuerdo con la prueba rendida en estos autos, respecto de los hechos que el demandado le atribuyó a la demandante ocurridos el 30 de mayo en sus dependencias, sólo resultó acreditado que sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó objeto de la tienda el día 22, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte de Erazo, el jefe de tienda, producto consistente en un coche de guagua (criatura que el denunciado admite existir y tener tres meses de edad) y que igualmente, antes que se conociera de la ausencia en el inventario de este bien, el 29 de octubre, Ponce intentó generar la boleta de su compra, negándosele la posibilidad por la empresa. Con lo anterior, resulta efectivo que lo que el actor reconoce y ha reconocido en gran parte. De lo anterior se desprende que el requerimiento que hizo el empleador a través de uno de sus agentes, a Policía, en tales circunstancias, aparece, como “inexplicable”. Lo es, por cuanto, sin antecedentes suficientes, atribuyéndole al actora la participación en una conducta irregular de carácter delictual, solicitó la presencia de la autoridad policial en la empresa, tras denunciarla. Además, se requirió la presencia de Policía de investigaciones, lo que es excepcional en este tipo de hechos y ocurre que quien dirige la operación y toma la decisión de hacerlo es un ex funcionario de esa repartición policial según él mismo reconoce en estrados. Creemos que, por cierto la demandada, tiene el derecho de denunciar hechos presuntamente constitutivos de delitos, pero con los antecedentes que poseía, ¿era necesario hacerlo y requerir la presencia policial en la empresa? Este hecho, es decir la circunstancia que un trabajador que lleva 17 años desempeñándose para la empresa, primero como bodeguero, como lo admite la denunciada y después como encargado de logística, se lleve a su casa con el objeto de reparar un producto, un coche para una guagua que su empleador sabía que estaba por nacer o ya había nacido, después de haber conversado sobre la posibilidad de comprarlo a un precio rebajado y haberle admitido esta compra su propio jefe, ¿es suficiente para exponer encausamiento penal?. al dependiente a una detención segura y posterior Por lo anterior, y teniendo presente, incluso, que no existe prueba acerca de otras circunstancias anotadas por el actor, como que hubiera habido un gran operativo policial o que el objeto que estaba en su casa le hubiera sido retirado por la policía en otro operativo de gran despliegue causándole un shock a su cónyuge, y aún teniendo presente que el procedimiento tras la denuncia del empleador lo tomó la policía que llegó al local tras haber sido llamados al efecto por los agentes del empleador, aparece como suficiente para esta sentenciadora para concluir que se ha alcanzado el estándar de prueba indiciaria respecto de la vulneración que se alega. Lo anterior por cuanto lo que se ha dicho precedentemente que ha quedado establecido, constituye un antecedente suficiente para juzgar, a priori, para presumir, sospechar fundadamente, a lo menos y anticipadamente, la vulneración que se alega. El empleador, denunció, llamó y requirió la presencia de la policía, frente a hechos que no estaban suficientemente apoyados fácticamente como para concluir que eran constitutivos de delitos y que en ellos tuviera participación el actor a cualquier título que le hiciera responsable penalmente, de modo tal, que conociendo, porque no pudo ignorarlo, dada la frecuente ocurrencia de hurtos en las tiendas, cometidos por agentes externos, que la Policía procedería, seguramente a la detención del trabajador, como ocurrió. El procedimiento que siguió la policía no es de responsabilidad directa del empleador o de sus agentes, pero, en las circunstancias, éstos pudieron representárselos. DECIMO SEXTO: Que, frente a la constatación de que se ha dado cuenta en el considerando precedente, antes de analizar la garantía de la honra que fuera denunciada como vulnerada, diremos desde ya que se descartará del análisis la tocante a la integridad física y psíquica de las personas establecida en el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política de la República dado que ningún antecedente probatorio se incorporó en autos acerca de cómo se habría producido lesión en este ámbito. Toca aquí, entonces referirse a lo que entenderemos por derecho a la honra y la protección de la vida privada y al ámbito en que se aplica su noción en materia laboral, a renglón seguido estudiaremos, también, de acuerdo con la prueba rendida en autos, por exigirlo así el artículo 493 del Código del Trabajo, si frente al estándar probatorio alcanzado por la actora, la demandada logra explicar los fundamentos de la medida que se adoptó a su respecto y su proporcionalidad. Antes de estudiar el contenido de las garantías o derechos fundamentales estimados vulnerados por la denunciante diremos que los derechos fundamentales encuentran en los valores superiores de la dignidad humana, la libertad y la igualdad, sus parámetros modeladores y conformadores, de modo, que los mismos deben necesariamente explicarse, interpretarse y aplicarse a partir de dicho reconocimiento. Los derechos fundamentales constituyen, la expresión jurídica más tangible y manifiesta de la dignidad de la persona humana y de los valores de libertad e igualdad. Siendo su categorización de "fundamentales" una manifestación del contenido axiológico y una postura valorativa concreta respecto de la dignidad inherente a toda persona. Los derechos fundamentales se constituyen así, en verdaderos derechos subjetivos, en tanto amparan y tutelan los espacios de libertad de los ciudadanos, garantizando un verdadero "status jurídico" para los mismos, irrenunciable e irreductible. De esta forma, los derechos fundamentales han de regir plenamente en cualquier ámbito, siendo oponibles, por tanto, no sólo a los poderes públicos sino también a los sociales, desarrollando así una eficacia horizontal o pluri direccional. La propia Constitución Política, en el inciso segundo, del artículo 6º, da forma al "principio de vinculación directa de la Constitución", al prescribir que "Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos órganos como a toda persona, institución o grupo". En esta norma, se contiene la obligación, para los poderes públicos y también para los ciudadanos, de someterse a la Constitución; es decir, se vincula directamente a los individuos privados al contenido de la Constitución, del cual forma parte, en un lugar de privilegio, la normativa sobre derechos fundamentales sin necesidad de desarrollos legislativos ulteriores –autosuficiencia de la norma fundamental–. En el ámbito de la empresa, la vigencia de los derechos fundamentales del trabajador se manifiesta en el reconocimiento de los derechos fundamentales denominados "inespecíficos o de la personalidad" en las relaciones laborales, lo que implica una valoración ya no simplemente del trabajo sino que de la persona que trabaja, y que a tal efecto en la Constitución está tratada no como trabajador, sino como ciudadano. Se produce así, una "impregnación laboral" de derechos de alcance general no circunscritos a la relación de trabajo. En el ámbito nacional es posible afirmar que existe, un claro reconocimiento de la idea de "ciudadanía en la empresa", al contemplarse en el sistema normativo constitucional no sólo derechos fundamentales de corte específicamente laboral –por ejemplo, la libertad sindical– sino que también el trabajador es titular de derechos fundamentales –inespecíficos o de la personalidad–, que como se señaló, sin ser netamente laborales se aplican a la relación de trabajo en cuanto son inherentes a la condición de ciudadano del trabajador, entre estos se encuentran; el derecho a la honra y la protección de la vida privada (artículo 19 N°4 de la CPE) así como también, otras garantías que están consagradas y reconocidas en Tratados Internacionales ratificados por Chile y que se han incorporado al Derecho interno por esa vía (artículo 5º, inciso segundo, de la Constitución Política). Por su parte, en el sistema infra constitucional, sobre todo a partir de la últimas reformas laborales, y por supuesto la que supone la incorporación al sistema procesal laboral del procedimiento que nos ocupa de tutela de garantías fundamentales, legislador por el efectivo reconocimiento se constata la inequívoca opción del de los derechos fundamentales del trabajador; la que se expresa a través de un conjunto de límites y garantías que hacen posible la plena realización de la norma constitucional en el específico ámbito de la empresa. En efecto, la incorporación en el inciso primero, del artículo 5º, del Código del Trabajo, de la función limitadora de los derechos fundamentales respecto de los poderes empresariales, tiene un hondo significado. Dicha norma está revestida de un indudable valor normativo y dotada de una verdadera vis expansiva que debe impregnar la interpretación y aplicación de las normas jurídicas en base al principio favor libertatis, esto es, en un sentido que apunte a dar plena vigencia a los derechos fundamentales de la persona en el ámbito laboral. Como se señaló, esta norma está llamada a constituirse en la idea matriz o componente estructural básico del contenido material de nuestro sistema normativo laboral. En este sentido, es posible afirmar que, de conformidad a las normas constitucionales y en particular al inciso primero, del artículo 5º, del Código del Trabajo, los derechos fundamentales actúan, en nuestro sistema jurídico-laboral, como verdaderos ejes modeladores y conformadores de la idea de la "ciudadanía en la empresa". Ahora bien, ¿cuál es el ámbito protegido por las garantías fundamentales que la denunciante de autos estima vulneradas? En cuanto al honor, como ha dicho la jurisprudencia administrativa de la dirección del trabajo, tradicionalmente, se sostiene que sus dimensiones son dos: primero, aparece el ámbito subjetivo interno (honor), que corresponde a la estimación que el sujeto tiene de sí mismo, esto es, su autoestima comprendiendo el prestigio “profesional” del individuo, como forma destacada de “manifestación externa de la personalidad y de la relación del individuo con el resto de la colectividad”, en la medida que, en ciertos casos y bajo determinadas circunstancias, “el juicio crítico o la información divulgada acerca de la conducta profesional o laboral de una persona puede constituir un auténtico ataque a su honor personal. De este modo, el honor adquiere un contenido igualitario” y, segundo, aparece el ámbito objetivo externo (honra), que dice relación con la estimación o valoración social que tienen los terceros de las calidades morales de un sujeto determinado, también llamada heteroestima. Así, se redefine el honor en dos componentes: uno de carácter estático, señalado por la exclusión de cualquier ataque a la igual dignidad de toda persona y otro dinámico, que se aplica al desarrollo en relación del sujeto, es decir, a su desenvolvimiento en la participación social, dimensión que permite adecuarse a las situaciones concretas en que el sujeto está inmerso para ponderar el bien jurídico honor en el caso. Se ha sostenido en doctrina que, “el empresario no podrá llevar a cabo, so pretexto de las facultades de vigilancia y control que le confiere (la ley) intromisiones ilegítimas en la intimidad de sus empleados en los centros de trabajo, por lo que la constitucionalidad de cualquier medida restrictiva de este derecho fundamental tendrá que supeditarse a la estricta observancia del “principio de proporcionalidad” o “necesario equilibrio” entre las obligaciones dimanantes del contrato para el trabajador y el ámbito de su libertad constitucional. DECIMO SEPTIMO: Que, como se adelantó, toca aquí estudiar si de acuerdo con la prueba rendida en autos, por exigirlo así el artículo 493 del Código del Trabajo, frente al estándar probatorio alcanzado por el actor, la denunciada logra explicar los fundamentos de las medidas que adoptó y su proporcionalidad. Desde ya, diremos que no resultó acreditado que el actor hubiese "sustraído" vocablo que en la acepción utilizada en la carta de despido enviada al actor significa, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "Hurtar, robar fraudulentamente", ello no se acreditó como fue latamente explicado precedentemente en esta misma sentencia. Tampoco quedó acreditado que se hubiese ordenado la incautación del bien, la propia policía admite en su informe que el actor voluntariamente se dispuso a devolverlo. Ahora bien, entonces es necesario aquí traer a colación los hechos que se han tenido por establecido, y reiteramos, estos respecto del actor no exceden al hecho que sin conocimiento expreso ni autorización tampoco expresa, el actor sacó objeto de la tienda el día 22 de octubre, con la aprobación de su intensión de comprarlo por parte de Erazo, el jefe de tienda, producto consistente en un coche de guagua (criatura que el denunciado admite existir y tener tres meses de edad) y que igualmente, antes que se conociera de la ausencia en el inventario de este bien, el 29 de octubre, Ponce intentó generar la boleta de su compra, negándosele la posibilidad por la empresa. También es indubitado que la empresa denunciada a través de sus agentes llamó a la policía, esto es, lo denunció, los que, como es habitual, llegaron a la tienda deteniendo al actor en las condiciones que ya se han mencionado en esta sentencia. Frente a lo precedentemente expuesto, conviene, que nos formulemos la siguiente pregunta, a saber: ¿Tiene derecho un empleador, a denunciar y requerir la presencia de la policía en su establecimiento a sabiendas que el procedimiento que su personal adoptaría, que es el corriente y conocido incluso públicamente, culminaría en la detención del trabajador, en circunstancias que al hacerlo los hechos que lo motivaron no estaban suficientemente apoyados fácticamente como para concluir que eran constitutivos de delitos y que en ellos tuviera participación el actor a cualquier título que le hiciera responsable penalmente? Como se advertirá, la pregunta más de fondo, en definitiva, apunta, a determinar si este proceder podría vulnerar los derechos de las personas. Y dicha pregunta encuentra su respuesta, esencialmente, en el plano constitucional. En efecto, como sabemos, los derechos de las personas sólo pueden ser afectados por el producto legislativo del ejercicio de la soberanía popular, la cual reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos de estado, dice el inciso 2º del artículo 5º de la Constitución, respetar y promover tales derechos, garantizados por la Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentran vigentes. Según el inciso 1º del artículo 7º de la Constitución, " Ninguna " magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden " atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias " extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que " expresamente se les hayan conferido en virtud de la " Constitución o las leyes". Pues bien, la pregunta que se ha planteado precedentemente pasa, en definitiva, por determinar si el ejercicio de tal derecho vulnera el ejercicio de otros derechos fundamentales. Sobre el particular, a juicio de esta sentenciado con el proceder de la denunciada se pone en juego el derecho al respeto y a la protección de la honra de la persona (Art. 19º Nº 4 de la C.P.). En cuanto al honor, como ha dicho en esta sentencia y en su doble dimensión, primero, en el ámbito subjetivo interno (honor), que corresponde a la estimación que el sujeto tiene de sí mismo, esto es, su autoestima comprendiendo el prestigio “profesional” del individuo, como forma destacada de “manifestación externa de la personalidad y de la relación del individuo con el resto de la colectividad”, en la medida que, en ciertos casos y bajo determinadas circunstancias, “el juicio crítico o la información divulgada acerca de la conducta profesional o laboral de una persona puede constituir un auténtico ataque a su honor personal. De este modo, el honor adquiere un contenido igualitario” y, segundo, en el ámbito objetivo externo (honra), que dice relación con la estimación o valoración social que tienen los terceros de las calidades morales de un sujeto determinado, también llamada heteroestima. Con su proceder, la empresa expuso al actor a la detención pública, frente a hechos que en definitiva no recibieron sanción de ningún tipo puesto que el Ministerio Público, como también se dijo promovió la suspensión condicional del procedimiento. Con lo todo lo razonado precedentemente, esta juez, como lo expresará en lo resolutivo de este fallo, estima que el denunciado no ha dado suficientes fundamentos de las medidas adoptadas y su proporcionalidad, por lo que necesariamente deberá instarse por la protección del derecho fundamental del trabajador, materializando con ello lo tutela judicial efectiva del mandato contenido en el inciso primero del artículo quinto del Código del Trabajo, que ha dispuesto que el ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al empleador, tienen como límite el respeto a las garantías constitucionales de los trabajadores. La norma citada viene a ser sin duda, el correlato laboral, del principio de vinculación directa, contenido en el inciso segundo del artículo sexto de nuestra Constitución Política de la República, el cual dispone que sus preceptos –entre ellos los derechos y garantías reconocidos- obligan tanto a titulares como integrantes de los órganos del Estado, como a toda persona, institución o grupo. DECIMO OCTAVO: Que, el Tribunal no hará lugar a la demanda en cuanto ella se dirige a obtener la declaración de nulidad del despido del actor, por cuanto como se dijo precedentemente en esta misma sentencia, ha quedado descartado que se adeudara las cotizaciones de salud de los periodos señalados por el actor en su libelo de inicio, con lo que no se aprecia fundamento fáctico para la aplicación de la sanción prevista en el artículo 162 inciso 7º del código del ramo. DECIMO NOVENO: Que, la prueba que no se analiza pormenorizadamente, en nada alteran las conclusiones sobre los hechos y jurídicas a la que se ha arribado en la presente causa. VIGESIMO: Que, el Tribunal no emitirá pronunciamiento acerca de la demanda subsidiaria por innecesario al acogerse la interpuesta en carácter principal. Y, visto, además lo dispuesto en los artículos 1, 6, 7 y 19 N 1° y 4° de la Constitución Política de la República, artículo 238 deL Código Procesal Penal, artículos 1, 5, 160 N° 1 letra a) y 7, 162, 163, 172, 173 y 485 y siguientes del Código del Trabajo, se declara: Que se acoge la denuncia interpuesta por GABRIEL LUIS PONCE FERNANDEZ, en contra de la empresa DISTRIBUIDORA DE INDUSTRIAS NACIONALES, también denominada DIN S.A en procedimiento de tutela laboral por vulneración de derechos fundamentales y en consecuencia: I.- Se declara que la denunciado ha incurrido en vulneración de la garantía establecida en el artículo 19 N° 4 de la Constitución Política de la República de Chile que asiste al trabajador GABRIEL LUIS PONCE FERNANDEZ. II.- Que, la empresa denunciada deberá pagar a la actora, las siguientes prestaciones: a) Indemnización sustitutiva de aviso previo: $408.986. b) Indemnización por años de servicios por la suma de, con más el recargo legal de 100% establecido en el artículo 168 del Código del Trabajo, por estimar que la aplicación de la causal falta de probidad carece de motivo plausible, esto es, la suma de $8.997.692. Deberá descontarse de este total las sumas que hubiere percibido o perciba el trabajador, con cargo a la indemnización a todo evento pactada por las partes, lo que se determinará en la etapa de cumplimiento de la sentencia. c) Adicionalmente se condena al pago de indemnización contemplada en el art. 489 del Código del Trabajo, equivalente a 8 meses, considerando para este efecto su última remuneración mensual devengada, esto es: $3.271.888 Las sumas señaladas precedentemente deberán pagarse con más los intereses y reajustes a que se refiere el artículo 173 del código del trabajo. III.- Que, la empresa vencida deberá, dentro de un plazo no superior a un mes, contados desde que la presente sentencia adquiera el carácter de ejecutoriada, publicar en lugares visibles de su local ubicado en calle Pedro Montt de Valparaíso y de acceso a los trabajadores que allí se desempeñen, como comedores y vestuarios, copia de esta sentencia, además de una carta de públicas disculpas al actor por los hechos acaecidos el 29 de octubre de 2010 materia de esta causa, indicando en la publicación que ella se hace en cumplimiento de lo ordenado por este Tribunal, Rit de la causa y nombre de las partes. IV.- Que, se condena a la denunciada al pago de las costas de la causa, regulándose las personales en el 10 % de las sumas ordenadas pagar una vez practicada la liquidación respectiva. V.- Ejecutoriada que sea la presente sentencia, remítase copia de ella a la Dirección del Trabajo, a través de la Dirección Regional de Valparaíso. VI.- Cúmplase con lo dispuesto por esta sentencia dentro de quinto día, contado desde que quede ejecutoriada, en caso contrario certifíquese esta circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y previsional de Valparaiso. VII.- Devuélvase a los intervinientes, la prueba documental aportada, debiendo solicitar su devolución en el plazo de 60 días desde que la presente sentencia quede ejecutoriada, bajo apercibimiento de su destrucción. Regístrese, notifíquese a las partes y archívese en su oportunidad. RIT T-8-2011 RUC 11- 4-0006831-5 Pronunciada por doña Ximena Cárcamo Zamora, Juez Titular del Juzgado de Letras del Trabajo de Valparaíso