Tema 14 ... 14.1. Índice de legibilidad

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Tema 14
TEMA 14
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ÍNDICES DE LEGIBILIDAD Y ESPECIALIZACIÓN
14.1. Índice de legibilidad
14.2. Índice de especialización
Tratamos con variables cualitativas, luego no se puede realizar un análisis cuantitativo de las mismas. En
todo caso, podríamos hacer aproximaciones que permiten comparar textos. Los índices de legibilidad y
especialización, por tanto, no se pueden cuantificar en sentido estricto.
14.1 ÍNDICES DE LEGIBILIDAD
Los primeros estudios parten de una correlación estadísticas de factores. El primer estudio data de 1923,
el objetivo era medir diferentes índices de legibilidad en textos académicos. El método establecido fue configurar
un índice de 10.000 palabras abstractas. Se cuentan cuántas palabras de estas aparecen en estos textos y se
concluye que, a mayor número de palabras incluidas en el índice, menor legibilidad.
El segundo estudio es de 1935. Trata de completar al anterior. Miran qué elementos son los más
influyentes en los diferentes textos. “Amplían” el índice a conceptos términos, tipografía, epígrafes, organización,
etc. Observan que, de tantas variables que toman, se torna imposible llegar a algo claro. Por lo tanto reducen de
las 285 variables iniciales a 5.
En 1936 se produce un momento cumbre del estudio de los índices de legibilidad (si los índices de los
cojones tienen derecho a tener momentos cumbres, claro). Flesh, para su tesis doctoral, realiza otro índice de
cuantificación. Mejora todos los anteriores. Oye, que dice Raúl que lo que busca es estudiar la legibilidad de los
adultos a partir de la frecuencia y facilidad de uso de las palabras. Se utilizó mucho en psicología.
Existen fórmulas matemáticas para cuantificar el "índice de comprensibilidad" de los periódicos por los
lectores. Rudolf Flesh (20) determinó la más conocida para la lengua inglesa, que fue adaptada al idioma español
por Francisco Szigriszt Pazos. (21) Es una fórmula basada en el número de sílabas que tienen las palabras, y la
cantidad de éstas que contienen cada frase. La fórmula de legibilidad de Flesch y la escala de legibilidad de Fry
vienen a demostrar que cuanto más largas sean las palabras y las frases que se utilicen en un texto, más difícil de
entender será éste.
El problema de Flesh (aparte de algunos sexuales que explican su afición por las formulitas gilipollas) es
que su propia tesis doctoral no era legible aplicando su fórmula. Algo así como mear y no echar gota. Consideraba
los nombres propios y pronombres
Los estudios sobre la comprensibilidad de los textos periodísticos han cobrado especial significación en
los últinus sesenta años. Entre otros investigadores devanguardia, pueden citarse Lively y Pressey (1923);
Gray.Leary (1935); Yoakamy Lorge (1939); Robert Cunning y luego Rudolf Flesch, quienes en los años cuarenta
diseñaron distintas fórmulas para calcular el indice de comprensibilidad de facilidad de lectura y de densidad
informacional. La motivación de estos últimos estudios se consolida en EE.UU, cuando algunos medios y agencias
de noticias se interesan por definir estilos de redacción que tiendan a aumentar la facilidad de lectura y a elevar el
grado de comprensión de las informaciones, tal como llegan a los lectores. Esta preocupación se hace más
notable cuando lo que se pretende es llegar a públicos vastos y heterogéneos, con la divulgación de temas
técnicos y especializados, a través de un estilo periodístico que promueva la accesibilidad a conocimientos
originalmente complejos (Martinez Albertos: 24).
En 1948, Flesch propuso una fórmula matemática de legibilidad, en función de la media de palabras por frase y de
la media de sílabas por palabra , que es , todavía , de las más utilizadas para valorar tanto material de información
al paciente como otros materiales escritos. En nuestro país se ha establecido el grado de legibilidad de distintos
materiales escritos empleando la ecuación de Flesch, con el inconveniente de que esta fórmula está diseñada
para textos escritos en inglés, que utiliza frases y palabras mucho más cortas que el castellano. Recientemente
propusimos una ecuación, basada en los mismos criterios que la de Flesch, aplicada al castellano, que permite
medir la legibilidad de un texto, en el sentido de clasificarlo de tan legible como lo es un texto dirigido a lectores de
una determinada edad.
El sistema "close"
Más recientemente, en 1953 y en 1956, aparecen en el JOURNALIST QUARTERLY dos trabajos de Wilson Taylor
sobre un sistema destinado a medir el grado de comprensibilidad. Taylor había estudiado el problema junto a
Charles E. Osgood, Wilbur Schramm y otros investigadores (Erbolato, 1984: 126). El sistema fue denominado
"close" (del inglés "clousure"). Según Erbolato, la unidad "close" o grado de conocimiento fue elegida porque el
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método se apoya en claves sintácticas y semánticas: el lector de un texto tiene la tendencia de completar una
frase incompleta que le resulte familiar. Es decir, y de acuerdo con De Gregorio, el sistema "close" se basa en
algunos principios de la Gestalt, por los cuales la percepción tiende a reconstituir formas, aunque éstas no se
presenten completas a los sentidos. Hansen y Stanfield (citados por Bostian y Byrne, 1984: 676-678) afirman que
los participantes en el procedimiento "close" siguen una secuencia: primero entienden el texto completo, en un
sentido amplio, para luego comprender los detalles individualmente. Por su parte, y desde una perspectiva
aplicada Entin (1984: 44) prescribe que el test denominado "close" se basa en e1 mecanismo de reemplazar una
sede de palabras por espacios en blanco de una misma extensión. Normalmente se borra una de cada cinco
palabras. El lector participante imagina o deduce - opina el citado autor- qué palabra va en cada uno de tales
espacios en blanco. Para ello, se vale de claves sintácticas y semánticas que figuran en el texto original. Afirma
Entin textualmente: "Uno de los argumentos en favor del sistema "close" como medida de la comprensibilidad de
lectura, consiste en que el procedimiento no contiene preguntas. Por lo tanto, no constituye una medida de la
habilidad del alumno para rendir exámen que las contengan".
14.2 ÍNDICE DE ESPECIALIZACIÓN DE LOS TEXTOS
El grado técnico de un texto no puede medirse directamente, aunque sí puede hacerse un acercamiento
sobre la premisa de que a más tecnicismos, mayor grado de especialización y menor comprensibilidad.
Fernández del moral propone una fórmula basada en tres elementos:
Monosémicos especializados: un concepto técnico unívoco.
Polisémicos especializados: conceptos que tienen un sentido técnico
común/ordinario. Son ambivalentes.
Nombres propios especializados: Significan un concepto ténico (Alhzeimer)
y
otro
Falla porque no hay una vara de medir si un término es técnico o común. También es difícil distinguir
cuándo un término está usado en sentido técnico o común –términos polisémicos-.
Grado de especialización = (monosémicos + nombres propios + polisémicos) x 100
Texto
Fernández del Moral plantea una fórmula para medir el grado de especialización en los textos:
Con ello se obtiene el porcentaje de especialización de cada cien palabras. Añada también otra fórmula:
Grado de especialización monosémicos =
monosémicos x 100
Texto
Esta segunda fórmula permite establecer el porcentaje de monosémicos. Se tiene en cuenta que los
monosémicos son más difíciles de comprender que los polisémicos.
Se establece una escala que oscila entre 1 y 5.
-1  Texto menos especializado
1-5  Especialización normal
+ 5  Máxima especialización (mínima divulgación).
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