A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 19 de setiembre de
2007,
habiéndose
dispuesto
en
siguiente
el
orden
establecido,
Acuerdo
de
2078,
de
que
votación:
conformidad
deberá
con
observarse
doctores
lo
el
Roncoroni,
Pettigiani, Kogan, Genoud, Negri, Hitters, se reúnen los
señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo
ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa
L.
84.622,
"Caferra,
Héctor
Arnaldo
contra
Laboratorios
I.Q.P. S.R.L. Indemnización por despido. Ley 24.013".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo Nº 5 de La Plata rechazó
la
demanda
deducida
por
Héctor
Arnaldo
Caferra
contra
"Laboratorios I.Q.P. S.R.L." en la que pretendía el cobro
de indemnizaciones derivadas del despido y las previstas
por la ley 24.013 para el supuesto de falta de registro de
la relación laboral, con costas a la parte actora.
Ésta
dedujo
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley.
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Es
fundado
inaplicabilidad de ley?
el
recurso
extraordinario
de
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Roncoroni dijo:
I. El tribunal del trabajo que intervino en autos
consideró acreditado que "las partes se vincularon a través
de un contrato de locación de servicio por lo que no se
dieron en la especie las notas que tipifican la relación de
dependencia" (vered. fs. 334), plataforma a partir de la
cual desestimó los reclamos formulados bajo los términos de
un contrato de linaje laboral (sent. fs. 337).
II. La parte actora impugna la decisión mediante
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que
denuncia infracción de doctrina legal y de los arts. 4, 12,
21, 22, 23 y 29 de la Ley de Contrato de Trabajo; 44 inc.
"d", 47 y 63 de la ley 11.653; 34 inc. 4º, 163 inc. 6º, 354
inc. 1º, 375 y 474 del Código Procesal Civil y Comercial y
14 bis, 17 y 18 de la Constitución nacional. Sostiene en lo
sustancial que el tribunal de grado invirtió el esquema de
cargas probatorias al considerar no acreditado que el actor
se hubiera desempeñado para la demandada en relación de
dependencia cuando, verificada la prestación de tareas, era
a esta última a quien incumbía demostrar que los mismos
fueron
desempeñados
en
los
términos
de
una
locación
de
servicios, extremo no cumplido en autos. Endilga, asimismo,
absurdidad al pronunciamiento a partir del análisis que
exhibe
respecto
efectivizada
a
con
que
la
la
sola
contratación
finalidad
de
del
actor
fue
cumplimentar
una
exigencia legal y descarta la existencia de una relación
subordinada
por
la
escasa
prestación
temporal,
la
liberalidad horaria, falta de habitualidad y de sujeción a
órdenes e instrucciones, aspectos que -aduce- además de
contraponerse con los elementos probatorios que resultan de
la causa -que analiza-, no obstan a la existencia de un
vínculo laboral, aun cuando se trate de una prestación de
carácter profesional, en el caso, farmacéutico, en la que
se atenúa o desdibuja el ejercicio del poder de dirección
por parte del empleador.
III. El recurso ha de prosperar.
1. Liminarmente, cabe señalar que no asiste razón
a la demandada en cuanto sostiene que el recurso traído por
la actora no reúne los requisitos de admisibilidad exigidos
por el Código ritual (ver memorial, fs. 364 y vta.).
Ello
así,
pues
si
bien
es
cierto
que,
en
la
decisión del a quo, el accionante no logró acreditar la
invocada calidad de trabajador en relación de dependencia,
no lo es menos que ha dirigido el embate bajo análisis a
cuestionar, precisamente, tal conclusión del tribunal de
grado.
Siendo
-contrariamente
ello
a
lo
así,
que
se
impone
plantea
la
concluir
recurrida-
que
el
accionante goza del beneficio de gratuidad consagrado en el
art. 22 de la ley 11.653, por lo que se encuentra eximido
de efectuar el depósito regulado en el art. 280 del Código
Procesal Civil y Comercial.
Luego,
requisitos
de
resultando
que
admisibilidad,
el
recurso
corresponde
reúne
los
abordar
los
agravios en él contenidos.
2.
Como
se
desprende
de
los
antecedentes
expuestos, la cuestión radica en establecer la naturaleza
de la relación que vinculó a las partes, es decir, si se
trata de una locación de servicios, como sostuvo la parte
demandada,
o
encuadrable
de
en
una
la
relación
regulación
de
carácter
normativa
del
subordinado
contrato
de
trabajo, bajo cuyas pautas estableció, la parte actora, el
fundamento de su reclamo.
Con el señalado objetivo propuesto, corresponde
examinar las características con las que se desarrolló la
prestación de servicios y a tal fin advierto que en el
fallo
de
los
hechos
el
tribunal
de
grado
tuvo
por
acreditado que la actividad de la demandada se encuentra
reglada por la ley provincial 10.606 -Ley de Farmacias- y
sus modificatorias leyes 11.328 y 13.054, que establece
como
requisito
funcionamiento
medicinales
el
para
de
los
contar
la
habilitación
laboratorios
con
un
de
Director
y
consecuente
especialidades
técnico
y
un
Codirector
técnico
al
frente
del
mismo
"con
bloqueo
de
título y ocupación efectiva" (art. 43, ley cit.) lo que
implica
-también
a
criterio
del
juzgador-
que
el
profesional "debe necesariamente integrar el plantel del
establecimiento
en
forma
permanente
para
que
pueda
funcionar" (sic, fs. 333).
Pese a la terminante afirmación contenida en el
párrafo
precedente
y
a
partir
de
los
señalados
datos,
concluyeron los sentenciantes que la designación de Caferra
se efectivizó "exclusivamente para la mera cobertura de la
exigencia legal" y con base en esta premisa individualizó
los
elementos
según
los
cuales
propuso
descartar
la
existencia de un vínculo de naturaleza laboral, entre los
que computó: a) la falta de inclusión del actor en los
libros
laborales;
b)
la
liberalidad
horaria
y
falta
de
presencia del profesional durante el proceso productivo -a
cargo de la señora Rivero Musaubach- datos que extrajo de
las
declaraciones
comprobado,
testimoniales,
asimismo,
la
con
asistencia
las
que
esporádica
juzgó
y
en
oportunidad de las fechas de pago, coincidentes con las
asentadas en los recibos por honorarios.
Formó, en definitiva, convicción, respecto a que
la contratación del actor obedeció al requerimiento legal y
sólo para cubrir las formas, y también evaluó: que el libro
de
asistencia
fue
llevado
en
forma
irregular,
que
los
controles de calidad no se efectuaban y las condiciones
ambientales desoían el mandato legal con los requerimientos
impuestos al profesional responsable, que la prestación no
fue habitual, que no hubo sometimiento a recibir órdenes e
instrucciones
ni
se
halló,
el
accionante,
bajo
la
supervisión y contralor de la accionada, ni sujeto al poder
disciplinario
(fs.
333
vta./4),
elementos
con
los
que
concluyó en la existencia de una locación de servicios y la
falta
de
acreditación
de
las
notas
tipificantes
de
la
relación de dependencia.
3.
He
detalladamente
guiaron
porque
el
los
hilo
encierran
considerado
factores
reflexivo
en
sí
que,
de
mismos
los
la
necesario
colectados
juzgadores
exponer
en
autos,
de
grado,
autocontradicción
que
permite y alimenta su descalificación, y habilita de tal
modo el reexamen en casación de las circunstancias fácticas
verificadas.
En primer lugar es dable recordar que, como tiene
dicho este Tribunal, si bien respecto de los profesionales
médicos,
en
situaciones
equiparables
a
la
de autos,
no
resultan válidos los conceptos que puedan establecerse en
abstracto, sino que es necesario examinar los presupuestos
que en cada caso se verifican a fin de desentrañar la
característica de la vinculación habida con la otra parte
del sinalagma contractual (conf. causas L. 50.579, sent.
del 8-VI-1993; L. 67.793, sent. del 13-IV-1999; L. 77.443,
sent. del 28-V-2003; L. 78.040, sent. del 10-IX-2003) en
orden
a
la
determinación
subordinación
jurídica,
de
la
eventual
económica
y
existencia
técnica
que,
de
aún
atenuada en ciertos aspectos, caracteriza la relación de
dependencia laboral y que la decisión es privativa de los
tribunales del trabajo, salvo absurdo (L. 53.803, sent. del
4-X-1994;
L.
67.314,
sent.
del
16-III-1999;
L.
59.030,
sent. del 4-III-1997; L. 73.056, sent. del 5-XII-2001; L.
73.583,
sent.
del
18-IX-2002;
L.
77.157,
sent.
del
28-V-2003; L. 79.251, sent. del 17-XII-2003).
4. Acierta el recurrente en cuanto denuncia la
configuración
del
señalado
vicio,
a
partir
de
la
comprobación de las siguientes circunstancias fácticas que
se desprenden de la causa: que Caferra se desempeñó para la
demandada
en
calidad
de
Director
técnico
en
el
establecimiento dedicado -en lo que interesa y si bien con
un
objeto
social
mucho
más
amplio
(fs.
31/2)-
a
la
elaboración y venta de productos medicinales, entre ellos,
gasa
estéril
para
contraprestación
dicho
recibió
uso
un
(fs.
importe
11,
67);
mensual
que
bajo
como
la
denominación de "honorarios", que del libro de registro de
asistencia se desprende la signatura del actor -y por ende,
cabe inferir su efectiva presencia- desde el día 18 del mes
de agosto de 1989 (en la pág. 112 hasta la pág. 169 del día
31 de agosto de 1998; pericia contable fs. 158 vta.). No
obstante,
la
contrapuesto
prueba
a
lo
testimonial
formalmente
arrojó
establecido,
resultado
señalando
la
falta de concurrencia real, y de permanencia durante el
proceso productivo -realizado por otra persona-, así como
una
gran
liberalidad
horaria,
comprobación
de
insatisfactorio cumplimiento que llevó a los sentenciantes
a la conclusión de estar en presencia de una locación de
servicios civil.
Juzgo,
señaladas
contrariamente,
permiten
desentrañar
que
una
las
figura
circunstancias
en
la
que
se
perfilan las notas tipificantes de un vínculo de naturaleza
laboral
determinado
por
una
prestación
que,
aunque
insuficiente o irregular, presenta las características de
normalidad y habitualidad, bajo la sujeción -ejercida o node la voluntad y directivas de la accionada, mediante el
pago de una retribución, esbozo que no sucumbe frente al
insatisfactorio
cumplimiento
de
las
obligaciones
contractuales y legales.
En
desarrollado
efecto,
por
como
los
se
advierte
sentenciantes
del
de
análisis
grado,
la
calificación de locación de servicios fue tomando cuerpo a
partir de la verificación de comportamientos que revelan
notorios
-y
por
cierto
inadmisibles-incumplimientos
del
actor consentidos por la demandada, más que de la auténtica
naturaleza de la relación establecida entre las partes.
Desde
esta
tesitura
debe
descartarse
como
relevante, en orden a la determinación de un vínculo de
naturaleza laboral, la falta de inclusión del actor en los
libros de la demandada señalada en el pronunciamiento, en
tanto
es
producto
convicción
de
la
de
la
propia
obligada
-acertada
acerca
del
o
errónea-
carácter
de
la
relación mantenida, o de deliberada omisión inoponible al
trabajador.
Por otra parte, el escrito de contestación de
demanda no sólo acerca el reconocimiento de la asistencia
como
Director
técnico
del
actor,
y
por
ende
de
su
prestación de servicios -aunque alegando los límites de una
locación civil y de una prestación profesional de carácter
independiente-
(fs.
67
vta./8),
sino
que
-inexplicablemente- ilustra también -si bien con miras a la
demostración
de
los
incumplimientos
del
profesional-
respecto de su necesaria presencia en el laboratorio, y en
oportunidad en que se lleva a cabo la tarea de corte y
envase
del
producto
de
uso
medicinal
elaborado,
destacándolo "como delicada obligación legal rectora de su
actividad"
(sic)
y
respecto
del
riesgo
derivado
de
su
inconducta profesional (fs. 69/vta.), debidamente observada
y
sancionada
141/2).
por
la
autoridad
de
aplicación
(fs.
70;
5. Partiendo de otra perspectiva, del examen de
la regulación legal vigente en materia de laboratorios de
especialidades medicinales normado en el Título II de la
ley
10.606
-que
no
registró
modificaciones
en
lo
que
resulta de interés- se observa que deben contar con un
Director
-además
técnico
de
un
y
un
Codirector
farmacéutico
por
al
cada
frente
40
del
mismo
empleados-
con
bloqueo de título y "ocupación efectiva" (art. 43) y que el
mismo
es
el
"responsable
de
la
pureza,
legitimidad
y
expendio al por mayor de las drogas y especialidades que
elabore (art. 44), de los protocolos y productos elaborados
(art. 52); de los ensayos y comprobaciones para determinar
pureza de los productos y de su adecuada conservación y
comercialización (art. 57)". Edicta asimismo la normativa
bajo
análisis
que
"la
preparación,
fraccionamiento,
envasado y toda otra etapa de elaboración será bajo el
control
directo
y
estricto
del
farmacéutico
Director
Técnico" (art. 54, el destacado me pertenece).
Concluyo entonces, que del examen de la prueba
colectada
se
desprenden
las
notas
tipificantes
de
un
vínculo de naturaleza laboral, habida cuenta que Caferra
fue contratado por Laboratorios I.Q.P. S.R.L. como Director
técnico
en
las
condiciones
y
bajo
las
previsiones
contempladas por la ley 10.606 que requiere la presencia
efectiva, permanente y habitual del profesional, quien de
tal modo se insertó en una organización empresaria que le
es ajena, como también lo es el riesgo de la actividad
asumida y se desempeñó recibiendo como contraprestación el
pago de una retribución.
No opaca el precedente aserto la responsabilidad
profesional asumida por el director técnico y de la que
hizo mérito el tribunal de origen, desde que aquél, como
tal -como director técnico y no desempeñando otro rol- fue
pasible de sanción por incumplimiento a deberes propios de
su función. Tampoco lo logra el atenuado o nulo ejercicio
del
poder
de
dirección
o
disciplinario
por
parte
del
empleador en tanto ha sido voluntaria e inexcusablemente
resignado.
6. Por otra parte es dable recordar que si la
demandada admitió el hecho de la prestación de servicios,
pero
negó
la
argumentando
servicios-,
existencia
una
a
de
ella
de
distinta
incumbía
una
relación
naturaleza
la
prueba
laboral
-locación
de
la
de
alegada
vinculación en virtud de lo dispuesto por el art. 375 del
Código Procesal Civil y Comercial y no habiéndolo hecho
-toda vez que ni siquiera fue cumplido el extremo, y sin
abrir capítulo sobre la hipotética gravitación que pudiera
haber revestido sobre las circunstancias particulares de
autos, con el alcance de mostrar una actividad profesional
de
carácter
independiente
a
través
del
ejercicio
de
la
misma
en
otras
oficinas
farmacéuticas
y/o
laboratorios,
como se invocó en el escrito inaugural del proceso-, rige
la presunción que los trabajos se efectuaron en relación de
dependencia (art. 23, L.C.T.; conf. causas L. 50.658 sent.
del 10-XII-1992; L. 75.821 sent. del 18-XII-2002; L. 72.996
sent. del 20-VI-2001; L. 73.699 sent. del 19-II-2002; L.
79.303 sent. del 29-XII-2003), presunción que no alcanza a
contrarrestar o desvirtuar los elementos considerados por
el
a
quo
como
factores
reveladores
de
notorio
incumplimiento contractual, los que -sin desconocerlos con
ese alcance- no son útiles para establecer la naturaleza, a
partir de los mismos, del tipo de relación habida entre las
partes,
signada
por
lo
demás,
por
senda
y
contumaz
inobservancia de las previsiones de la ley 10.606.
De
manera
que
verificada
-en
el
caso-
la
dependencia jurídica y la subordinación económica, típicas
notas caracterizantes de la relación laboral, aun atenuada
o prácticamente neutralizada la de carácter técnico dado el
nivel
profesional
responsabilidad
del
asumida
trabajador
en
tales
y
la
propia
condiciones,
resulta
irrelevante el carácter de locación de servicios que se
consideró establecida sin relación de dependencia, en tanto
la calificación o vínculo que las partes hayan querido o
creído establecer no puede desnaturalizar ni modificar la
verdadera modalidad que se infiere de las condiciones con
que se desenvolvió -o pudo y debió desenvolverse- dicha
vinculación contractual (conf. causas L. 47.477, sent. del
3-IX-1991),
y
es
a
los
jueces
a
quienes
corresponde
establecer la calificación jurídica de la relación habida
entre
las
partes,
conforme
al
material
probatorio
acumulado, que debe evaluarse en su integridad y no de
manera
aislada
(conf.
causas
L.
80.616,
sent.
del
27-IV-2004; L. 74.675, sent. del 2-X-2002; L. 47.294, sent.
del 5-XI-1991).
7. Considero necesario agregar finalmente que, en
mi
opinión,
resulta
impropio
que
desde
estos
u
otros
estrados se avale o convalide el flagrante incumplimiento
de
la
exigencia
permanente
impuesta
contralor
del
legalmente
director
de
técnico
contar
en
un
con
el
diseño
normativo claramente orientado a resguardar la salud de la
población,
admitiendo
el
fraude
que
implica
llevar
un
registro sólo formal de dicha pieza fundamental del proceso
productivo en la elaboración de especialidades medicinales,
resultado al que indefectible e irremisiblemente contribuye
la decisión del tribunal de origen.
Estimo, por lo demás, que la eventual tolerancia
respecto de la falta de presencia y liberalidad horaria
exhibidas por Caferra pertenecen a la esfera de la propia
decisión
y
responsabilidad
de
la
demandada
-pasible,
incluso, por la referida circunstancia de las sanciones
contempladas por el art. 77 de la ley citada por actuar en
contravención de las exigencias establecidas- de admitir
una insatisfactoria e insuficiente prestación por parte de
su dependiente que, por requerimiento legal, debe guiar y
controlar personal y estrictamente el proceso productivo
(arts. 43, 44, 52, 53, 54, 57, ley 10.606). Por ello,
tampoco
es
relevante
en
manos
de
quién
estuviera
efectivamente realizado el señalado proceso, habida cuenta
que la tarea del actor -insisto, por imperativo legal- es
la de asesor técnico, que implica la verificación, control
y responsabilidad en el ensayo y comprobación de la pureza
y calidad y hasta de la comercialización -como vimos- de
los productos elaborados para uso medicinal (art. 57, ley
10.606).
8. Por lo tanto descalificada la conclusión del
fallo que tuvo por acreditada la existencia de una locación
de servicios habida cuenta la verificación de un vínculo de
naturaleza laboral, debe revocarse el pronunciamiento y,
atento
la
necesarias
ausencia
para
de
tratamiento
resolver
la
de
las
controversia,
cuestiones
evidentemente
derivados de la solución que en definitiva se daría al
pleito
deberán
(ver
vered.
fs.
devolverse
al
nuevamente
integrado
334,
último
tribunal
renueve
de
los
párrafo),
origen
actos
los
para
autos
que
procesales
necesarios y dicte el pronunciamiento que corresponda de
conformidad a lo que aquí se decide.
IV.
Con
apego
a
lo
expuesto
en
el
punto
precedente, debe hacerse lugar al recurso deducido. Costas
de esta instancia a cargo de la demandada (art. 289 del
C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
Los
señores
jueces
doctores
Pettigiani,
Kogan y Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez
doctor Roncoroni, votaron también por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
Corresponde resolver en este caso si fue acertada
la decisión del a quo de definir, a partir del desempeño de
tareas de director técnico en un laboratorio por parte del
actor, la existencia de una locación de servicios en la que
no se dieron "...las notas que tipifican la relación de
dependencia" (v. veredicto fs. 334).
Entiendo, como lo han hecho los magistrados que
me preceden en la votación, que no lo ha sido y, en razón
de ello, adelanto mi adhesión en todo cuanto concuerde con
las consideraciones que a continuación desarrollo.
a.
nuestro
Sobre
ordenamiento
el
ha
particular
pautado
el
cuadra
modo
recordar
de
probar
que
la
existencia del contrato y así es que a la libertad de
formas que lo caracteriza en orden a su celebración (art.
48, L.C.T.) la complementa una igualmente amplia libertad
de
prueba
(art.
50,
L.C.T.)
y
la
facilitación
de
la
comprobación de su existencia a través de la presunción que
regula el art. 23 de la Ley de Contrato de Trabajo, en
cuyos términos "...el hecho de la prestación de servicios
hace presumir la existencia del contrato de trabajo...".
Norma
esta
última
de
cuyo
ámbito
de
aplicación
no
corresponde excluir a los profesionales del arte de curar,
como lo es el farmacéutico.
Sobre
el
art.
23
de
la
Ley
de
Contrato
de
Trabajo, esta Corte ha sentado doctrina en el sentido que
la
prestación
de
servicios
que
torna
operativa
a
la
presunción que contiene es la de servicios desarrollados en
relación de dependencia (L. 34.473, sent. del 26-III-1985;
L.
39.519,
8-IX-1992;
sent.
L.
del
25-X-1988;
58.626,
sent.
del
L.
48.193,
7-VII-1996;
sent.
L.
del
60.351,
sent. del 11-III-1997; L. 87.444, sent. del 6-VIII-2003; L.
82.046, sent. del 1-IX-2004, entre muchas otras).
Doctrina
aisladamente
de
que,
la
que
sin
embargo,
la
complementa
no
y
puede
tomarse
determina
sus
verdaderos alcances, esta es, la que afirma que admitido el
hecho de la prestación de servicios por la demandada pero
negada
su
naturaleza
laboral,
incumbe
a
esta
última
la
prueba de la particular vinculación alegada en virtud de lo
dispuesto
por
el
art.
375
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial y no habiéndolo hecho, rige la presunción de que
los trabajos fueron realizados en relación de dependencia
(L.
32.808,
sent.
del
29-V-1984;
L.
80.713,
sent.
del
11-VIII-2004, entre varias otras).
Ahora bien, la regla básica del art. 23 de la Ley
de
Contrato
de
Trabajo
admite
su
propio
desplazamiento
cuando "por las circunstancias, las relaciones o causas"
que motiven la prestación de los servicios "se demostrase
lo contrario" de "la existencia de un contrato de trabajo".
Y el mismo texto legal vuelve a exceptuar su regla general
"en tanto por las circunstancias no sea dado calificar de
empresario a quien presta el servicio".
Y,
según
se
aprecia,
fue
en
dicha
zona
de
excepción donde se ubicó el tribunal a quo cuando declaró
que "Toda la prueba entonces arrimó convicción en cuanto a
que la contratación del actor obedeció al requerimiento
legal y sólo para cubrir las formas y aún así el respectivo
libro de asistencia se halló llevado en forma irregular
-Acta de infracción cit.-, los controles de calidad no se
efectuaban
debidamente
y
las
condiciones
ambientales
desoían el mandato legal por cuanto la labor fuera prestada
en forma que no cumplimentó los requerimientos que la norma
de aplicación imponen al profesional responsable, no fue
habitual, con ausencia de sometimiento a recibir órdenes e
instrucciones, de hallarse bajo la supervisión y contralor
de la accionada, como también falta de sujeción al poder
disciplinario de ella", en definitiva, "...que las partes
se
vincularon
a
través
de
un
contrato
de
locación
de
servicio." (fs. 333 vta./334).
Desde la perspectiva de la norma y su doctrina,
no
advierto
conducido
que
a
el
una
razonamiento,
absurda
en
sí
aplicación
de
mismo,
las
haya
cargas
probatorias pues, por natural derivación del principio de
adquisición
procesal,
al
juez
le
resulta
indiferente
establecer a cuál de los litigantes correspondía probar si,
en
definitiva,
los
hechos
esenciales
de
la
causa
han
quedado acreditados.
b. Sin embargo, el pronunciamiento debe ser, de
todos modos, casado.
Digo ello porque la acreditación de servicios
no dependientes por parte de la actora fue declarada por
el tribunal mediando violación del art. 44 inc. d) de la
ley 11.653 habida cuenta que la reconstrucción de los
hechos realizada en el fallo, en el caso la de un vínculo
no
dependiente,
es
el
producto
de
su
inadecuada
valoración.
Concluir como se hace que la contratación del
actor obedeció a un requerimiento legal y sólo para cubrir
las
formas,
no
avanza
sobre
la
naturaleza
de
esa
contratación, dato este último en torno al cual, como se
dijo, gira el conflicto y demanda elucidación.
2. En segundo lugar, el deficiente cumplimiento
por parte del actor de las específicas tareas para las que
fue contratado, como la ausencia de efectivo ejercicio a su
respecto de los poderes de dirección y disciplinario, no
son suficientes para tener por acreditada la prestación de
servicios
independiente
en
condiciones
de
desplazar
la
presunción de la existencia del contrato de trabajo.
Digo ello porque el cumplimiento irregular de las
obligaciones a cargo del actor en su calidad de director
técnico
del
laboratorio
demandado,
en
todo
caso,
le
es
imputable a Caferra más allá de su calidad de trabajador
dependiente o independiente y no es útil para derivar de él
la calidad autónoma de la prestación.
Y,
en
relación
a
las
facultades
jerárquicas,
porque basta, a los fines de identificar la dependencia
jurídica,
con
la
posibilidad
de
que
el
titular
de
la
organización empresaria, ajena al trabajador, determine la
prestación de servicios y actúe el poder disciplinario del
que
se
encuentra
relevancia
de
investido.
cara
a
un
Extremo
trabajador
que
posee
especial
especializado
como
Caferra que se desempeñaba, según quedó acreditado, con
importantes márgenes de autonomía en aspectos técnicos y de
organización.
En razón de lo dicho y las concordantes razones
expuestas en los puntos 6 y 8 del voto emitido en primer
término, debe hacerse lugar al recurso interpuesto, con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor Hitters, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Roncoroni, votó también
por la afirmativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
hace lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de
ley
traído,
y
en
consecuencia,
se
revoca
la
sentencia
impugnada con el alcance establecido en los aps. III, punto
8 y IV del voto emitido en primer término. Vuelvan los
autos al tribunal de origen para que, integrado con otros
jueces, renueve los actos procesales necesarios y dicte el
pronunciamiento que corresponda de conformidad a lo que
aquí se decide. Con costas de esta instancia a cargo de la
parte demandada (art. 289, C.P.C.C.).
Notifíquese.
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