Nueva fórmula contra desempleo juvenil

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Proyecto Portal del Desarrollo :
Nueva fórmula contra desempleo juvenil
Reportaje publicado en la sección Claves del diario El Mercurio, el domingo 23 de
diciembre de 2007.
[23.12.2007] No cede la tasa de desempleo juvenil, ni siquiera en épocas de bonanza de la economía
chilena. Es una dura constante histórica, dicen los expertos: la proporción de desocupados entre 15 y 24
años suele casi triplicar la tasa nacional.
La última encuesta de empleo, del trimestre agosto-octubre, reveló cifras de 19,4% para ese tramo de
edad, frente a 7,7% a nivel nacional (ver gráfico), algo no muy distinto de lo que ocurre año a año.
Pero, al Ministerio del Trabajo le preocupa especialmente el contingente cercano a los 200 mil jóvenes,
de entre 18 y 29, que -según datos Casen- están desempleados y pertenecen a los segmentos más
pobres del país.
No es claro, dice el investigador de Libertad y Desarrollo (LyD), Tomás Flores, que la tasa de casi 20%
refleje a todos los jóvenes desempleados, ya que ahí están sólo los que buscan trabajo y no aquellos
que se quedan en casa sin hacer nada tras egresar de sus estudios. "La tasa real debe ser más alta",
asegura.
Y un efecto importante de este problema -sostiene- es que se traduce en un mayor riesgo social para
estos jóvenes, quienes además exhiben una escasa adaptación al trabajo más adelante, cuando intentan
incorporarse, a sus 23 o 24 años, y cuentan con cero experiencia, lo que les juega en contra.
SALIR A BUSCARLOS
En el Gobierno anuncian que estrenarán en 2008 una nueva fórmula para el combate al desempleo
juvenil. Al más puro estilo del ChileSolidario, saldrán "a buscar" a los jóvenes desocupados en sus
comunas y sus barrios, con apoyo de los municipios, para seleccionar a los más motivados a lograr su
inserción en el mundo laboral.
Según lo explica el subsecretario del Trabajo, Zarko Luksic, la idea es dar un giro en la política juvenil de
empleo: el subsidio irá a capacitación, a diferencia de los actuales programas, en que se paga al
empleador el 50% o 40% de las remuneraciones como en los actuales programas, sin perjuicio de que
éstos continuarán (ver recuadro).
La intención es potenciar al joven, dándole capacitación técnica y formación de alto nivel, para
acrecentar su capital humano.
Para partir, el Estado invertirá un total de $ 8.400 millones (unos US$ 16 millones) en la capacitación de
12 mil jóvenes (700 mil pesos por cinco meses). La idea es llegar a formar e insertar laboralmente en
tres años a 40 mil jóvenes de escasos recursos, de entre 18 y 29 años, que hoy no están estudiando o
que buscan trabajo.
Además, la capacitación será licitada a instituciones de alto prestigio académico, del tipo Inacap, Duoc,
Infocap, Fundación Cristo Vive y otras, en la idea de que sean organismos con experiencia, a los cuales
además se les encargará realizar un seguimiento.
ACORDE CON LA DEMANDA
Representantes del mundo empresarial (Sofofa, CPC, Cámara Chilena de la Construcción) han estado
reuniéndose con el subsecretario del Trabajo, a raíz de una convocatoria de las autoridades para
desarrollar este plan, y están dispuestos a contribuir en los nuevos programas de capacitación, en
especial los que tienen institutos y liceos técnicos de alto nivel.
La idea es que las empresas definan en qué tipo de oficios está la demanda, y se hará además un
estudio de mercado.
Lo cierto es que el subsidio a la contratación no suele ser ocupado totalmente, admite el subsecretario
Luksic. Si hay 4 mil cupos, los empresarios a estas alturas del año sólo han usado 3 mil de estas
bonificaciones a la mano de obra juvenil
En el escenario se plantean muchas dudas respecto de los resultados posibles. No es claro que los
programas para capacitarse e insertarse -como Chile Joven, del cual no se conoce una evaluación oficial,
y los actuales- hayan servido o sirvan de mucho en esta batalla.
A juicio de Flores, un aspecto que no ayuda es la rigidez de la legislación chilena respecto de los
contratos en el trabajo por horas, que no permiten ajustar las jornadas acorde con las necesidades de
las empresas.
Pero también se da una componente cultural: se ha visto que algunas empresas se quejan de los rasgos
de inmadurez de los jóvenes, quienes, a veces, se molestan por recibir órdenes y porque tienen que
llegar a determinado horario y cumplir con ciertas tareas.
¿IMPACTO REAL?
La opción de una educación técnica de buen nivel cifra las expectativas del Ministerio del Trabajo,
aunque reconocen que aún muchos jóvenes subvaloran esta opción y suelen soñar con la universidad.
No obstante, hay estudios que indican que sí existe una demanda por técnicos en el mundo laboral. Por
ejemplo, una investigación de Flacso, realizada por Marcelo Charlín en 2005, reveló que existe una
gran diferencia en la tasa de desocupación juvenil que se observa entre quienes tuvieron formación dual
(técnica con experiencia práctica en una empresa) y la educación convencional. La distancia resulta
abismante: la desocupación es del 81% para los egresados de la educación tradicional y sólo de 19%
para la modalidad dual.
La cifra de 20 mil en 200 mil resulta módica, pero el subsecretario del Trabajo cree que si resulta bien,
esta experiencia se podrá ir ampliando a futuro.
No es un tema fácil trabajar con los jóvenes, se admite en el ámbito empresarial; de allí que la selección
de gente motivada les resulta crucial.
Los recursos asignados no son tantos tampoco. Se necesitaría una suma equivalente a los US$ 290
millones del Transantiago para invertir en los 200 mil jóvenes (de 18 a 29 años) de los hogares más
necesitados económicamente.
La política, por ahora, se focalizará en ellos y no en menores de 18, puesto que se espera que éstos
permanezcan estudiando, pese a que a nivel mundial y en las encuestas se los considera capaces de
trabajar desde los 15 años, aunque sea part-time, e integrarse al mundo del trabajo.
INCENTIVOS A LA CONTRATACIÓN CUBREN HOY A 7 MIL JÓVENES
Los programas de subsidio a la contratación, a los cuales las empresas acceden a través de Sence,
dieron cobertura en 2007 a unos 7 mil jóvenes, pese a que hay unos 200 mil cesantes de escasos
recursos.
En 2008, esta modalidad continuará ampliándose a casi 10 mil cupos.
Aprendices: Formación y capacitación de jóvenes entre los 16 y 25 años para su inserción en el mundo
del trabajo. En 2007 hubo cupo para 4.100 jóvenes. Se bonifica al empleador en un 50% de un ingreso
mínimo mensual, durante los 12 primeros meses de contrato, pudiendo el empleador fijar una
remuneración de hasta dos ingresos mínimos mensuales. Para 2008, se ofrecerán 6.800 cupos.
Jóvenes en riesgo social: Facilita la inserción laboral de jóvenes en riesgo social entre 18 y 24 años,
pertenecientes a las familias registradas en el sistema Chile Solidario. Son 1.500 puestos de trabajo. El
programa bonifica a las empresas con el 50% del sueldo mínimo por 12 meses.
Bonificación a la contratación juvenil: Se da financiamiento directo a la empresa que resulte adjudicada
con la bonificación y contrate a trabajadores desempleados, con un monto equivalente al 40% del
ingreso mínimo mensual. Por un período máximo de cuatro meses. Hay 1.500 cupos.
RAZONES Y "BARRERAS" PARA ENTRAR AL MUNDO LABORAL
Las señales que dan los jóvenes del país sobre empleo aparecieron en un capítulo sobre el tema en la
última Encuesta Nacional de la Juventud, que se conoció en noviembre pasado y que fue realizada en
2005 a un universo de 6.345 personas, de entre 15 y 29 años.
Las dificultades para incorporarse al mundo laboral aparecen a la cabeza de los principales problemas
que preocupan a los jóvenes, con un 19% de las menciones espontáneas, seguido del acceso a la
educación (14%).
El 34,5% dice que está trabajando; el 21% busca empleo y el 43,7% no busca trabajo.
Dan razones para no buscar empleo, entre las cuales la principal es no poder compatibilizar estudios y
actividad laboral (33%), seguida de sentir que no tienen necesidad de trabajar (18,7%).
Pero, además, según el investigador de Flacso, Marcelo Charlín, autor de varios estudios sobre el
tema,
existen
al
menos
tres
factores
que
impactan
en
la
empleabilidad
juvenil:
La educación, tanto en calidad como en acceso, pero también por el desencuentro entre la malla de
enseñanza media y los requerimientos de la demanda laboral. Esto afecta especialmente a la modalidad
de enseñanza media técnico profesional, que concentra la matrícula de sectores de bajos ingresos.
La falta de experiencia laboral al salir de enseñanza media. La ventaja la tienen los de la educación dual.
El Código del Trabajo no da un tratamiento distinto a los trabajadores entre 15 y 29 años, en la
regulación de la relación laboral. No se da un trato específico para los jóvenes que trabajan o buscan
trabajo y desean seguir estudiando.
Sólo se dan reglas específicas en los contratos de aprendizaje con subsidio del Estado o en la fijación de
un salario mínimo especial entre 15 y 18 años.
Charlín plantea que se debe trabajar para conseguir mayor conexión entre el mundo de la empresa y el
mundo de la escuela (educación y formación).
MARCELO CHARLÍN, Investigador de Flacso: "Nuestra legislación laboral no otorga un tratamiento
específico para los jóvenes que trabajan o buscan trabajo y que, además, desean seguir estudiando".
TOMÁS FLORES, Investigador de LyD: "No es fácil para un empleador contratar a uno de estos chicos.
Tiene poca flexibilidad para el trabajo por horas. La legislación no es amistosa con la jornada juvenil".
http://www.flacso.cl/flacso/main.php?page=noticia&code=1590
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