Datos en custodia Por Manuel Dávila Sguerra [email protected] La euforia que producen las redes sociales y las aplicaciones de la web 2.0 no da tregua para preguntarse si su uso pudiera ser inconveniente. Por eso quisiera hacer unos comentarios sobre ciertas alarmas que se han prendido por los hechos de las últimas semanas protagonizadas por la ley SOPA (Stop Online Piracy Act o Acta de cese a la piratería ) que está siguiendo su curso en el congreso de los estados unidos y que invita a restringir el acceso a Internet en bien de los derechos de autor. Las ventajas que ofrecen los diversos servicios gratuitos en Internet son indiscutibles y es claro que todos los usuarios estamos influyendo en su popularidad y su crecimiento. Tal vez ni los mismos autores de estas plataformas pensaron que su crecimiento tuviera las magnitudes que se observan hoy en día. La fiebre que presenciamos en el uso del Facebook y del Twitter se evidencia en todas las actividades de la vida cotidiana. Las usan extensivamente los estudiantes de las universidades, de los colegios, los profesores, los directivos de las empresas, los periodistas, los políticos, los gerentes y los jefes de estado. No hay programa de radio o de televisión que no promuevan su uso y casi que se está “out” si no se está inscrito a cualquiera de estos servicios. Igualmente ocurre con Google en donde las instituciones almacenan sus datos, hacen seguimiento a sus proyectos y mantienen los contenidos y los documentos de sus organizaciones. De cierta manera lo que estamos haciendo es poner nuestros datos en custodia. Hagamos la suposición de que lo mismo ocurriera con el dinero que tuviéramos en nuestras casas y que en lugar de guardarlo en un banco se lo encomendamos a un vecino que nos preste su caja fuerte, quien por sus características personales nos da la confianza para hacerlo. Eso sería poner nuestro dinero en custodia. ¿No es equivalente el ejemplo con lo que está sucediendo con los datos mencionados? A raíz de las mencionada ley SOPA, los portales de Google, Wikipedia y otros líderes de la web 2.0 propusieron cerrar un día sus servicios; de hecho, Wikipedia lo hizo. ¿Podemos imaginar lo que sucedería en una institución cuyos contenidos residan en custodia en google y en otras plataformas?¿Que sucedería si un día estas empresas deciden que lo datos son de su propiedad como lo intentó Facebook hace unos años? ¿Que sucedería si una de estas empresas se declara en quiebra? ¿No ha sucedido acaso esto en empresas como Netscape, Santa Cruz Operation (Unix), Kodak? ¿Qué sucedería si estas plataformas fallan, como le sucedió a Blackberry el año pasado cuando sus servidores no dieron a basto para manejar los mensajes instantáneos necesarios para la toma de decisiones, a tal punto que se demoraban horas en llegar a su destino? No debe dejarse a un lado el poder de orden social, económico y político que se está concentrando en unas pocas empresas de las que depende las sociedad entera. Cuando uno de nuestros funcionarios nos envía un correo para participar en un grupo de trabajo y se abren las hojas de cálculo y los documentos en un sitio de estos, no podemos dejar de pensar en la “bola de nieve” que se está creando sin que podamos hacer nada por ahora. Puede ser el momento de pensar en esto para comenzar a crear mecanismos que, sin salirnos de la computación en la nube, aminoren los riesgos que hemos mencionado. Una forma podría ser la de instalar plataformas para el almacenamiento de los datos usando software libre, propietario o desarrollado a la medida al interior de las compañías para ponerlos bajo nuestro control. Esto puede hacerse en servidores propios, o ubicados en centros de datos remotos bajo convenios que nos ofrezcan seguridad y privacidad y las posibilidades de manejar copias de seguridad para los casos de caídas de los servidores. Otro caso, que se está extendiendo demasiado, es el de los discos virtuales en los cuales podemos almacenar los documentos que antes almacenábamos en nuestros propios computadores pero que por la necesidad de accederlos de manera ubicua los llevamos a esos sitios que nos ofrecen. El desarrollo de este tipo de aplicaciones, para uso privado, es elemental para cualquier profesional del desarrollo de software. No son por lo tanto los niveles de complejidad técnica lo que pudiera frenar el desarrollo de dichas aplicaciones. Uno de los temas que vienen en crecimiento es el que se llama “Big data” para aumentar las capacidades de almacenamiento y las empresas puedan alojar los datos en sus propios servidores. Considero que tenemos una responsabilidad con el futuro, más ahora en que estas tecnologías están impactando la vida ciudadana, empresarial y política de los países y de pronto sea el momento de crear planes para ir pensando en el cambio. Estamos preparando un foro, dentro del grupo de investigación “Ciencias para la vida”, al cual estamos invitando a filósofos, psicólogos, ingenieros, pedagogos, abogados, literatos, sociólogos para obtener opiniones a la pregunta ¿cómo está influyendo la tecnología informática en la vida del hombre? Esperamos poder escribir sobre el manifiesto que lanzaremos en un par de meses.