La Tensión Social

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La Tensión Social.
Emergencia y Solución.
Lic. GustavoMariluz.
I. INTRODUCCION.
El estudio de los hechos sociales, debido a su extrema complejidad, supone un
desafío permanente al pensamiento humano. Este desafío se transforma en una
aventura pues al intentar dilucidar los cómo, los porqué y los qué de los
acontecimientos sociales también nos comprendemos a nosotros mismos en la
medida que los hechos sociales son hechos humanos y pueden ser un reflejo de
nuestras conductas. El estudio de los hechos sociales contiene la llave para
interpretar1 los fenómenos, entendidos desde una perspectiva material y no
romántica que acaecen en la sociedad.
Para complicar un poco más esta cuestión, se debe mencionar que, amén de
su complejidad y profundidad, los hechos sociales no son susceptibles de ser
abordados con la objetividad a la que nos tiene acostumbrado las ciencias físiconaturales. Muy por el contrario, el estudio de los hechos sociales siempre se realiza
desde un marco de subjetividad. Esta particularidad no le quita ni profundidad ni
saber al discurso que se enuncia y que intenta desentrañar analíticamente los
cómo, los porqué y los qué de los fenómenos que suceden en una sociedad.
De tal manera que no debemos considerar a los hechos sociales como
“cosas” sino como procesos, como “devenires”. La tendencia a sustantivar los
procesos es un resabio positivista e iluminista que no nos ayuda a comprender por
que y cómo se dan los hechos sociales. Al mismo tiempo, esta sustantivación, que
consiste en “cosificar” procesos2, oculta lo más rico que puede traer el análisis
sociológico. De más esta decir que, en el análisis de los hechos sociales, sobre todo
los hechos políticos, se debe recurrir a la historia para que nos brinde un marco de
comprensión más adecuado y más certero. Ella nos brindará las claves para la
comprensión.
La historia, justamente, nos brinda algunas de las claves con las que
podemos empezar a responder nuestras preguntas. La historia es del devenir
humano y no solo de algún tipo particular de proceso (por más que podamos
hablar de historia económica o de historia de la Edad Media). Hay una especie de
inercia que proviene del trasfondo sociotemporal que funciona como una energía
imponente e inevitable y, al mismo tiempo, esta especie de inercia, es el resultado
de todas las relaciones sociales que se dan en un mismo tiempo. La historia, según
mi concepción, es la sumatoria de todas las relaciones sociales que han existido en
el devenir de la vida del hombre en sociedad y que adquieren algún tipo de
significado. Estas relaciones sociales son significadas mediante una atribución de
sentido y este, justamente, es lo que podemos captar. De tal manera que, cuando
hablemos de sociedad, de política, de cultura, de comunicación, etc., estaremos
utilizando el marco histórico aunque no nos demos mucha cuenta de ello.
De acuerdo a lo dicho, se presentará una serie de reflexiones sociopolíticas
acerca de los procesos constitutivos que hacen a los conflictos en una sociedad.
Ubicaremos la discusión en el terreno del Estado, del Derecho y de la Política
buscando claves de interpretación acerca del cómo emergen los conflictos sociales
1
Utilizaremos indistintamente los términos comprensión e interpretación para dar cuenta de la captación de
conexión de sentido (Weber) de los hechos sociales. Comprender/interpretar significa que podemos captar el
o los sentidos de los hechos sociales y captar es percibir, entender, darse cuenta lo que está detrás de los
fenómenos sociales. Es por ello que sustentamos una posición fenomenológica, más cercana a las perspectivas
materialistas que a las románticas. Esta materialidad que defendemos, no debe ser entendida de una manera
rígida positivista, por el contrario, nos planteamos que el “ser” de los hechos sociales es un “ser” material y
no ficticio, es un “ser” real y no teórico por lo que el estudio fenomenológico, sin desconocer los aportes que
puedan presentar otras escuelas teóricas, es el que mas nos seduce a la hora de estudiar estos hechos. Al
mismo tiempo, ubican las reflexiones más cercanas a la realidad social y a las interacciones que llevan
adelante los sujetos.
2
Un ejemplo de sustantivación está en la vejez. Esta, en realidad no existe como “cosa” sino que es un
proceso evolutivo. Sin embargo, solo los gerontólogos hablan del proceso de envejecimiento y sus
consecuencias. Sin embargo, se sigue hablando de la vejez, así sustantivizada.
y cuales han sido las herramientas que la humanidad han ido encontrando en su
devenir evolutivo. El escenario que analizaremos finalmente, será el del Estado
Moderno de Derecho.
En la primer parte se presentará una seria de ideas reflexivas, que tienen la
pretensión de transformarse en una Teoría, acerca de la génesis del conflicto social
y que nos debe servir de introducción a lo que se manifestará a posteriori.
Esta breve introducción es necesaria al intentar reflexionar sobre los fenómenos
sociales que pretendemos estudiar y nos debe proveer de marcos de comprensión o
interpretación3.
I.1 EL BIG BANG SOCIAL.
Me interesaría particularmente fundar una posición teórica acerca de la génesis de
los fenómenos sociales y que nos servirán como marco de comprensión
(verstehen)/interpretación de los mismos. A falta de un nombre más adecuado he
denominado a esta serie de reflexiones, que tienen la pretensión de transformarse
en una teoría, el “ Big Bang Social”.
Los hallazgos de la arqueología, la antropología y la etnografía nos dicen
que hace alrededor de 40.000 años el hombre ya vivía en sociedad. De la horda
primitiva de hominidos recolectores y posteriormente cazadores, sin jerarquías
sociales y unidos tan solo por relaciones biológicas y que no llegaban a constituirse
en linaje, se pasa a la sociedad.
Mi posición al respecto es que, en algún momento de nuestra historia y en
virtud de la sobrevivencia de los individuos y la existencia de excedentes
alimenticios producidos por el perfeccionamiento de los métodos de caza y de
recolección4, la primitiva horda debió transformarse para poder reproducirse en
condiciones que amortiguaran la vulnerabilidad biológica que hasta ese momento
debían padecer. Es decir, el solo hecho de cubrirse con una piel de animal para
protegerse del frío significó, al menos, un principio de adaptación al medio y que
debió definir posteriormente lo que se conocerá como evolución.
En este momento, que he denominado el “Big Bang Social”, se constituyen
interrelacionadas tres esferas o dimensiones5: la esfera social, la esfera política y la
esfera cultural. La esfera psicológica debió haberse constituido ex ante y la
económica ex post6. Sobre la constitución ex post de la dimensión económica, quiero
mencionar que entiendo a la economía dentro del marco de la política. La
economía debería estudiar los tipos de intercambio en su universalidad y no
solamente el intercambio de mercancías. Estas se constituirán a posteriori de lo
social y como consecuencia de un mercado. Justamente, la posición que intento
sostener en este escrito, es la de mostrar que el mercado es subsidiario de la
política y no es previo a ella como postulan las escuelas liberales. El mercado, para
mi posición, es el lugar social donde se intercambian las mercancías y la
alimentación, el trabajo, la educación, la cultura, no son mercancías sino relaciones
sociales.
Volviendo a nuestro tema central, si la hipótesis es correcta, encontraremos
en esta íntima relación en la constitución del Big Bang la dificultad actual para
definir precisamente las tres esferas mencionadas y que, con un criterio superficial,
3
Sobre comprensión se puede consultar la obra de Max Weber. Sobre la fenomenología los textos de Husserl
y Schultz. Sobre la Interpretación, a Clifford Geertz y, para un mayor abundamiento en estos temas, se debe
consultar las obras de Mearleu Ponty, Garfinkel y Blummer.
4
Todavía no se había descubierto la agricultura ni la ganadería.
5
En este punto, la posición es similar a la conocida “Teoría de los campos” de Bourdieu. Para este autor, un
“campo” es un microcosmos, un “sistema”, un “espacio” estructurado de posiciones en donde se “juega un
juego” que se juega antes de que ingresemos, como individuos, en ese campo. Cada individuo ocupa un
“lugar” material y simbólico y es portador de determinado caudal de “capital” con el que, justamente,
participa del juego. La posición que se intenta sostener en este ensayo, no contradice vis a vis a la “Teoría de
los Campos” de Bourdie pero sostenemos que, al existir el “Big Bang Social”, produjo un primer “campo” y
que todos los demás “campos” que se han constituido ( en términos de Bourdieu, el campo literario, el campo
político, el campo economico, etc.) lo han hecho a partir de esta primera constitución. He preferido utilizar la
palabra dimensión o esfera para que no se confunda con lo expresado por el sociólogo frances.
6
Debo reconocer que esta postura que propongo no carece de ingredientes míticos. Solo planteo una
posibilidad teórica que, como el estado de naturaleza, tan caro a la tradición sociológica y política de
occidente, puede ayudarnos a entender el planteo teórico que manifiesto.
pretendemos separarlas tal como podemos observar en la mayoría de los análisis
sociopolíticos que se publican o se dicen por los medios masivos de comunicación.
Entonces, en un tiempo remoto, más cercano a la tradición clásica acerca del
“estado de naturaleza”, es posible teorizar acerca de un “Big Bang Social” génesis
de todas las formaciones sociales que han existido y que existirán. A esto lo hemos
llamado historia, concepto negado y discutido por las corrientes liberales de fines
del siglo XX que abogan, en pos de una supuesta libertad de mercado, el “Fin de la
Historia” (Fukuyama).
Cómo se puede apreciar, la posición aquí sostenida, pretende rescatar la
historicidad de los hechos sociales discutiendo ideológicamente la tesis de la
libertad de mercado y el equilibrio autoregulado de éste. Este es uno de los
propósitos que han inspirado la presente reflexión.
I.2 TENSIÓN SOCIAL.
En el inicio del Big Bang Social, tal como se manifestara, se funden las tres
dimensiones mencionadas: la política, la cultural y la social. Esta cristalización
generó de por sí, conflictos que abonaron el surgimiento de la Tensión Social. Las
diferentes potencialidades que llevan implícitas las tres dimensiones,
evidentemente deben colisionar en algún momento, habida cuenta que sus límites
son difusos y ambiguos por que ¿dónde empieza y termina la política? ¿Dónde
empieza y termina la sociedad y la cultura?. Al precisar los límites de estas
dimensiones no podemos menos que ver que estas son susceptibles de entrar en
conflicto. Este conflicto original determinará el surgimiento de la Tensión Social.
Entendemos por Tensión Social al resultado del conflicto social originario y
que se manifestará como problemas, como cuestiones. La Tensión Social es la
acción social que deviene de la aparición de un conflicto social. En otras palabras,
la Tensión Social es la tendencia a acumular poder en algún polo de la relación
social. Digo poder en su acepción mas restringida que es la de imponer la propia
voluntad por sobre la de los otros (Weber). Habrá Tensión Social cuando uno de
los sujetos de la relación social establecida pretenda imponerse sobre el otro sujeto
portador del otro polo de la relación social. La Tensión Social supone asimetrías y
desigualdades pero esto no debe analizarse desde su negatividad. Una de las ideas
que se quiere explorar en este trabajo de reflexión es entender a la Tensión Social
como una “energía” dinamizadora, como un “combustible” que permite el devenir
histórico. La ausencia o desaparición de la Tensión Social puede traer aparejado un
estancamiento social7. Entonces, de lo que se trata, es de ver como se ha ido
constituyendo históricamente esta Tensión Social y que características sociales
termina definiendo todo este proceso. Estas características, expresadas como
particularidades, se imponen, junto a un sinnúmero de variables y dimensiones,
sobre las formaciones sociales colaborando, como se puede apreciar, con la
producción de la sociedad.
Al mismo tiempo y relacionado con lo manifestado, podemos ver que la
diferenciación social que trae aparejada la Tensión Social, enriquece la sociedad.
No es cierto que todos los hombres son iguales, antes bien, lo que prima en la
realidad social, es la observación evidente de la desigualdad entre los hombres8.
Esta desigualdad, que se observa ingenuamente a simple viste y que se verifica,
por ejemplo, en nuestro particular aparato genético, no es el fundamento de la
desigualdad social y política. Quiero decir, si bien reconozco la desigualdad
estructural de todos los individuos que habitaron y habitan el planeta y que se
relaciona específicamente con nuestro bio, esto no es excusa para fundar una
desigualdad social. Esta desigualdad entre los hombres, se debe a un devenir
7
La historia nos muestra la positividad de la Tensión Social cuando esta emerge empíricamente en algunos
acontecimientos sociales; por ejemplo, si no hubiera existido tensión entre Jacobinos y Girondinos, la
Revolución Francesa no hubiera tenido el desarrollo que tuvo. Lo mismo podríamos mencionar sobre
Bolcheviques y Mencheviques; liberales, conservadores y socialistas, marxistas y anarquistas, etc.
8
Acerca de la desigualdad entre los hombres manifestada por Rousseu y que tendremos oportunidad de
debatir en el curso de este trabajo, lo que manifestamos es la desigualdad de los hombres y no entre los
hombres como manifiesta el autor ginebrino.
social ya muy estudiado en sociología y en política de tal manera que no creemos
que podamos aportar algo nuevo. Referimos entonces, a los trabajos clásicos sobre
el tema expresados en los escritos de Rousseau y de Durkheim especialmente9.
Entonces, coincidimos con Bernard Lahire
cuando nos dice que: “... la
diferenciación social de las funciones es una manera de bajar la tasa general de
frustración, multiplicando las posibilidades de ser reconocido socialmente” (Lahire
2005. Pag 35). La propuesta nuestra es la de considerar a la desigualdad y a la
Tensión Social como una energía dinamizadora de la sociedad y defendemos la
heterogeneidad social a sabiendas de los beneficios que esta trae a todo el conjunto
de la sociedad. Reiteramos, nuevamente, que esta característica desigual de los
hombres no debe ser la base para legitimar el acceso desigual a los recursos que
produce una sociedad. Dicho en términos políticos, esta desigualdad humana no
debe ser la base para desarrollar esquemas inequitativos ya que estos,
evidentemente según nos enseña la historia, antes de morigerar la Tensión y
dirigirla hacia modelos que benefician al conjunto de la sociedad, lo que hacen es
fortalecerla y en este fortalecimiento los beneficiarios son justamente aquellos que
pueden contar con mejor “capital cultural” y “capital social” para “jugar el juego”
en los “ campos”10.
Obviamente, esta apreciación debe ser entendida en términos analíticos. La
sociedad no es una “tabula rasa” y tampoco es un lugar físico; por el contrario, los
conflictos y la potencialidad de su solución, revierte en evolución social según lo
que se viene manifestando.
La anulación de las tensiones al interior de una formación social aparece a
primera vista como un objeto utópico a conseguir y es complejo reflexionar al
contrario de lo que nos indicaría el sentido común pero, como bien sabemos, rara
vez el sentido común nos sirve para los análisis sociológicos11. Lo que se quiere
expresar es que, de esta manera, la Tensión Social confirma su poder dinamizador,
su capacidad de vehiculizar y hasta de proponer.
La Tensión Social no significa ruptura del lazo social. En los procesos
históricos críticos, aquellos que terminan en una revolución o en cambios
profundos, podemos notar que si bien la Tensión Social aparece como tiñendo todo
el espectro social, no lo anula sino que lo dinamiza. Al mismo tiempo que tiende a
destruir algunos lazos sociales, fortalece otros nuevos que surgen en virtud de esa
energía dinamizadora que mencionáramos. Un ejemplo: la esclavitud supuso un
aumento de la Tensión Social toda vez que aquella era sostenida por el poder más
descarado. Esta Tensión no destruyó los lazos sociales que vinculaban a amos y
esclavos o esclavos y esclavos. La profundización de esta Tensión significó la
maduración de ella que trajo consigo, junto con las contradicciones dentro de la
sociedad, la abolición de la misma construyendo nuevos lazos sociales que
sustituyeron los antiguos. La relación amo-esclavo dio lugar a la relación patronempleado. Podemos notar que el nuevo lazo social no hizo desaparecer la Tensión
sino que la transformó en una nueva y que esta evolución no la hizo desaparecer.
Los conflictos que trajo aparejado la nueva forma del lazo social, son diferentes de
aquellos que les dieron origen.
Un ejemplo; en la primer relación mencionada, no hay mención ni
construcción de derechos políticos ni civiles. Un esclavo solo tenía derecho a vivir
en las condiciones que su amo le imponía y también tenía el derecho de recibir la fe
cristiana. Eso significaba, al menos, un tipo de protección. Con el advenimiento de
9
Este autor, relaciona la desigualdad social en virtud de la posición que ocupa el individuo en la división
social del trabajo. Esta división estaría en el origen de la desigualdad entre los hombres. Obviamente, no
podemos dejar de mencionar a Karl Marx y sus estudios con relación a este tema e incluso a Adam Smith y
David Ricardo.
10
Como se puede apreciar, seguimos siendo inspirados por el pensamiento de Pierre Bourdieu.
11
Aunque debemos admitir que el sentido común, no como “common sense” sino como especie de instinto,
debe estar presente en política por que el excesivo academicismo e intelectualismo puede producir efectos
negativos sobre la sociedad. El sentido común, en su apreciación mas estricta, debería advertirnos sobre las
falacias de algunos programas políticos que proponen soluciones casi “mágicas” a cuestiones sociales
profundamente arraigadas. Me refiero explícitamente a algunos programas implementados desde la óptica
neoliberal que, sin una evaluación previa sobre su eficacia, se aplicaron a contrario del sentido común.
las nuevas formas de relación social, dentro del marco de un Estado Moderno de
Derecho, bajo la forma de producción capitalista, surge la relación patronempleado garantizada esta por la política del Estado. Esta nueva relación no
necesariamente incluye algún tipo de protección tal cual nos mostrara Robert
Castel12. Como vemos, lo que ha quedado como producto histórico es la relación
patron-empleado, sujeta a derechos y definidora de una nueva forma de
organización social. Al interior de ella, vemos que sigue subsistiendo la Tensión
pero la forma de su solución ya no es la imposición del poder descarado, que se
materializaba con la caza de esclavos, sino una nueva forma de gestión social
basada en acuerdos entre individuos. Pero, no debemos dejar que el romanticismo
y lo superficial desplace lo que yace por debajo y esto es que el amo no podía
matar a su esclavo sin fundamento por mas que quisiera en cambio, en la nueva
relación que se establece, las obligaciones del patrón solo están regladas por la
posibilidad de obtener una renta. Uno de los polos de la relación, en este caso el
patrón, obtiene mayor poder que el que poseía el amo pues se desentiende de lo
que la relación propone de tal manera que, aunque parezca contradictorio, la
asignación de derechos, sino es vinculante políticamente y en forma material, solo
es discurso. En el espacio que va de la esclavitud al trabajo asalariado y al trabajo
no salariado, encontramos, digo, las claves para interpretar el devenir de la
sociedad desde la lectura de la Tensión Social y los conflictos. Mas adelante
volveremos sobre este tema.
La Tensión Social así entendida, acompaña la historia de la evolución de la
sociedad humana. Entonces, en toda formación social habrá siempre Tensión Social
y, como se dijo, ella es una especia de energía que posibilita la evolución de las
formas sociales históricamente conocidas. La sociedad utópica adolecería de esta
Tensión toda vez que esa utopía supone la desaparición total de las tensiones al
interior de una sociedad. La sociedad sin conflictos y perfectamente simétrica 13 es
una sociedad en donde la historia ya no tendría objeto. No estoy pregonando en
este lugar la desaparición de la historia ni nada semejante. Planteo que, en una
sociedad utópica, desaparecería la Tensión Social desapareciendo al mismo tiempo
la historia ya que esta, sería, desde esta óptica, el devenir de la Tensión Social. Con
el correr del texto, espero que estas consideraciones sean mejor comprendidas.
I.3 LA CUESTIÓN DE LAS CUESTIONES.
Cuando la imposición de un modo de producción se asentó en los territorios que
hoy llamamos Occidente en el Siglo XIX se comenzó a percibir que ese modo de
producción tenía efectos materiales sobre la vida de las personas. Estos efectos
materiales operaban negativamente sobre la vida de las personas en el sentido de
desprotección. El pretendido equilibrio regulador de la política del laissez faire no
era tal. Por el contrario, ese modo de producción solo beneficiaba a los titulares de
los derechos de propiedad en tanto los sujetos libres no propietarios no
encontraban marcos protectores que los defendieran de ciertos desequilibrios y
asimetrías que el propio modelo necesitaba para reproducirse. Estos sujetos libres
y abandonados a su propio destino, conscientes asimismo de que podían participar
de los beneficios que el modo de producción lograba, aprovechando la experiencia
histórica de las luchas de fines del Siglo XVIII y el XIX se organizaron y produjeron
revueltas que, si bien fueron sofocadas, algunas de manera sangrienta, lograron
imponer un cierto temor en las clases propietarias que vieron amenazados algunos
de sus privilegios. La historia de fin del siglo XVIII y mediados del XIX son un
ejemplo de lo manifestado. Hago referencia explícita de los acontecimientos
franceses de 1789 que culminarán con la fundación de la Primer República y con la
derrota de la Comuna de París en 1871 que posibilitaría, finalmente, el triunfo de
las posiciones burguesas y mercantilistas.
12
13
Cfr. Bibliografia.
Si se me permite el oximoron.
A este fenómeno descrito se lo definió como la “cuestión social” para
describir esas asimetrías que se cristalizaron en desigualdades principalmente
económicas que terminaron afectando la dimensión política derribando el mito de
igualdad que pregonaban las corrientes liberales en el poder.
La definición de la cuestión social paso a ejemplificarse principalmente con
la pobreza y el desempleo de las clases no propietarias que, como he manifestado,
comienzan a organizarse para obtener, por medio de la lucha social, el reclamo y
efectivización de sus derechos más elementales que fueran consagrados por los
Derechos del Hombre y los Ciudadanos. Los hechos de 1789 y sus ecos resonaban
en el pensamiento de estos sujetos que radicalizaban su conducta en la
prosecución de un ideal utópico quizás, pero muy movilizador.
Entonces, digo, surge la cuestión social tiñendo con este concepto, las luchas
posteriores y que aún hoy, a principios del Siglo XXI, continuamos escuchando sus
ecos.
Entonces, tenemos por un lado la existencia inevitable de una Tensión
entendida como “motor” de procesos sociales, una tensión original y que
acompaña a los hombres desde que estos se constituyen como seres sociales. Por el
otro lado vemos como esta Tensión obtiene la capacidad de transformarse en
cuestión, sin perder sus características tensionantes y conflictivas y como, la
cuestión, por el solo hecho de constituirse en tal, obtiene capacidad de agendarse
políticamente y, al mismo tiempo, obliga a los detentores del poder a elaborar
políticas tendientes a amortiguar los efectos que devienen de dicha Tensión y de la
emergencia de la cuestión.
Aprovechando el saber producido por las reflexiones sobre la cuestión
social, creo que se puede comenzar a pensar que hay una cuestión aún mayor y
que involucra a otras cuestiones. Es decir, si bien, como se ha dicho, hay un
surgimiento de una primera cuestión, que es la cuestión social, se puede advertir a
lo largo de la historia del siglo XIX y del XX, el surgimiento de varias cuestiones;
cuestión agraria y campesina, cuestión política, cuestión de la sexualidad (homo y
hetero), cuestión de género (la mujer), cuestión de la edad (niñez, juventud y
vejez), etc. El surgimiento de estas cuestiones estará definido por la capacidad de
agendar políticamente la
temática en el gobierno. Esta capacidad estará
determinada por la acumulación de poder, la conciencia colectiva, la capacidad de
movilización, la visibilidad de las mismas, etc. Toda cuestión, como toda
problemática, no tendrá una realidad ontológica y propia sino que será el producto
de una construcción social en un devenir histórico.
La Tensión Social devendrá en cuestiones sociales en virtud de los
procedimientos sociales que se establecerán en la dinámica social. Como podemos
apreciar, la Historia no es ajena en este proceso. Es mas, estudiando los procesos
históricos, estaremos en condiciones de ilustrar el surgimiento de las diferentes
cuestiones y la posible evolución de los mismos. En el punto II volveremos sobre
este tema.
I.4 SOLIDARIDAD VS COMPETENCIA.
Para la posición que intento sostener en este trabajo es la solidaridad, entendida
como una acción social estratégica para la obtención de recursos necesarios para la
vida y que incluye la participación del otro, lo que permitió a la sociedad
evolucionar en la historia. La competencia, si bien existe y forma parte de las
tensiones que se manifestara precedentemente, tiene su origen probable en
necesidades psíquicas de ostentación. Esta necesidad psíquica tiene su origen
probablemente en los procesos de constitución de identidad. La necesidad
propiamente humana de poseer identidad individual que nos diferencie del Otro
(y así saber quienes somos en un mundo colectivo y que ya está hecho cuando
nacemos) involucra actos de diferenciación. La ostentación estética o de saberes
necesarios aprendidos empíricamente (magia, meteorología empírica, agricultura,
astronomía, etc.) conducirá a un tipo especial de competencia que es la
competencia ostentatoria y que puede ejemplificarse en la elaboración de tocados
ornamentales, tatuajes, exteriorización de potencias individuales mágicas, etc. 14. La
competencia en el seno de un grupo comienza, entonces “... en la mayoría de los
casos, más allá de la esfera de la producción y apropiación de bienes de
subsistencia y no implica la pérdida de la existencia física sino del estatuto15social
de los individuos. Al excluir de la competencia entre sus miembros los problemas
de acceso a los medios de producción (la tierra) y a los bienes de subsistencia, la
comunidad primitiva garantiza su supervivencia y asegura su continuidad física,
mientras que, autorizando la competencia entre bienes escasos que dan acceso a las
mujeres y a la autoridad, se asegura su existencia en cuanto sociedad” (Godelier.
1974. Pag 34). Un ejemplo de lo manifestado y que se observa en la cultura
occidental se patentiza por los rituales futboleros y roqueros. El uso de la camiseta
del equipo de fútbol, firmada por los jugadores o la remera negra con los signos
que identifican a las bandas de rock e incluso el icono del Che Guevara, pueden ser
entendidos como esta necesidad de ostentación colaboradora en los procesos de
construcción y constitución de identidad. Digo, esta es la competencia que nos
viene acompañando desde hace miles de años. No es una competencia por
productos sino por mostrar al otro quien es uno y, de esa manera, continuar con el
proceso social de construcción de identidad. Es ver quien tiene la cara del Che mas
grande, es ver que hinchada tiene más “aguante”, es saber quien sigue al grupo
mas “fierita” mas “stone”.
Si la distribución equitativa de productos materiales necesarios para la
reproducción de la vida está socialmente garantizada, el objeto de la competencia
será la obtención de productos simbólicos por lo que excederá el ámbito reducido
de la economía entendida esta como el intercambio de bienes materiales. Es
posible, analíticamente, pensar en una economía de bienes simbólicos y como
juega esta economía en la construcción de identidades sociales16.
La competencia, tal cual como se entiende hoy día y que se expresa
principalmente por el pensamiento liberal neoconservador, para nosotros responde
a una mala interpretación de la historia y a intencionalidades astutas de los
detentores de ese pensamiento. Esa intencionalidad se manifiesta cuando vemos
que los detentores del poder y los propietarios son los que más se benefician con
este tipo de competencia, que quiero resaltar, solo lo es en pos de recursos
materiales. La astucia se concreta al corroborar que estos competidores en realidad
no lo son tanto ya que poseen mayores recursos, expresados en poder material, que
los otros competidores de tal manera que, desde este análisis, se hace muy visible
el objetivo que persigue la defensa de este tipo de competencia. He ahí la
definición de intencionalidad astuta a la que me refiero17.
Entonces, no podemos asegurar que la competencia es el origen de la
evolución de las formas sociales. Según la posición sostenida en este escrito, no es
ella la que ha posibilitado nuestra evolución. Nos parece que el hombre debió
haber recurrido a otra estrategia para lograr reproducirse en el espacio y en el
tiempo y esta estrategia se concreta en la solidaridad. De hecho, creo que es posible
observar que hay mas hechos solidarios en la vida que hechos competitivos. Si la
competencia fuera la norma, se estaría en posibilidad de la dilución total de los
lazos sociales. Pero no es esto lo que sucede a nivel de la realidad social.
Al inicio, hemos definido a la solidaridad y que entendemos cuando
hablamos de ella. La solidaridad a la que apelamos, no tiene, en primera instancia,
una estrecha relación con la moral. Antes bien, entendemos a la solidaridad como
una estrategia eficaz en la consecución de determinados insumos materiales la
mayoría de ellos. La aplicación de esta acción social, significó sencillamente que el
trabajo humano fuera más eficaz. Si calculamos lo que puede hacer un hombre en
14
La etnografía nos indica en algunos rituales lo que se quiere manifestar. La competencia se puede dar en
quien salta mas alto en el baile, quien corre más rápido en la carrera, quien detenta el peinado o el arreglo
corporal mas bello, etc. Como se puede apreciar, la competencia a la que aludo, no significa la adaptación del
más fuerte ni el triunfo de la fuerza exterminadora.
15
En el original.
16
A esta economía la hemos llamado religión, magia e incluso ciencia.
17
Nuevamente, recurrimos a Bourdieu; dentro del “campo”, hay algunos competidores que están en posesión
del “código” del juego y este se les hace mas “fácil”. De tal manera que la competencia es desigual.
cinco horas de trabajo, seguro que será menor que si calculáramos cuanto
producen cinco hombres trabajando coordinadamente. Es así, entonces, que
podemos decir con cierto grado de certeza, que la solidaridad es mas productiva
que la competencia y que esta ha podido aparecer como una especie de energía que
dinamiza lo social y que empuja al desarrollo hacia delante en virtud de la
concreción de una ideología astuta y egoísta declamada por los detentores del
poder real y que se encuentran en mejores condiciones para competir.
La solidaridad encontrará en las políticas aseguradoras, de base solidaria y
equitativa, una forma concreta de aplicación. Los sistemas jubilatorios, el seguro de
salud, el subsidio al desempleo, etc., son políticas sociales aseguradoras y que
protegen a las personas de algunas vicisitudes que acontecen en la vida. En el
ejemplo manifestado, reside su mayor eficacia. Los ajustes implementados a partir
del mal llamado “consenso” de Washington, han intentado desarmar la estructura
de protección solidaria construida en la posguerra. En algunos países, como el
nuestro, ese desarme tuvo mayor éxito que en países en donde la tradición
protectora, de origen social, ha sido mas profunda. En los inicios del Siglo XXI,
podemos notar los estragos, en términos de pauperismo, vulnerabilidad social,
abandono, etc., que ha producido la idea de la competencia.
En otro orden, el pensamiento liberal más recalcitrante, postula que la
competencia, no solo es inherente al hombre, sino que es una energía, una fuerza
que posibilita los “saltos hacia delante” en términos evolutivos. Si no existiera la
competencia, postulan, la sociedad no se movería “hacia delante” en la historia.
Pues bien, nada hay que pueda probar este postulado ya que, los productos de la
competencia, generalmente son productos ostentatorios y muchos de ellos
superfluos18.
El “salto hacia delante” debe provenir, según mi opinión, de la ciencia
entendiendo a esta como una forma probada de producción de conocimientos
buscados u orientados por un consenso. De nada vale descubrir saberes inútiles.
De lo que se trata es de que la ciencia orientada por la búsqueda del Bien Común,
produzca los saberes necesarios para que este se fortalezca. Es la ciencia, a mi
juicio, la acción social que debiera prevalecer y que debiera ser fortalecida por el
conjunto de acciones sociales.
I.4 ALIANZAS, CONCERTACIÓN Y NEGOCIACIÓN: LA POLÍTICA.
El “lugar”19 en donde se dirimirán las cuestiones sociales anteriormente
planteadas, será la política, entendida esta, como una dimensión más del “Big
Bang” mencionado en el inicio. Es en el ámbito político donde los problemas
juegan sus juegos. Y el método para ello serán las alianzas, la concertación y la
negociación permanente si es que se quiere preservar el espacio social.
Habíamos dicho al principio que, en el origen de la sociedad, existía una
capacidad de adaptación que propició la evolución social. La negociación
permanente y la posibilidad concreta de realizar alianzas y concertar con los
diferentes actores involucrados, son tres elementos centrales que propiciaron el
surgimiento del Estado y la solución de estos conflictos.
Entendemos por negociar, la capacidad de intercambiar no solo mercancías
sino tambien servicios, significaciones sociales, etc. Por concertación, se entiende la
capacidad de acercar posiciones para llegar a acuerdos comunes legitimados por el
consenso y hacer alianzas es convocar a otros antagónicos en pos de un bien
común a ambos.
Lo positivo de estas tres formas de gestionar el conflicto es que tanto las
alianzas, como las concertaciones y las negociaciones suponen siempre, la
incorporación del otro. Es otro significante con el que nos aliamos, negociamos y
concertamos. Esta consideración, tiene una gran potencialidad integradora y
fortalece el vínculo social. Para poder negociar, concertar y hacer alianzas, hay que
tener una gran capacidad de resignación de posiciones. No es la lógica de la
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Hago referencia a aquellos productos que fortalecen el consumismo mas vacío de contenido.
Si se me permite la metáfora.
guerra la que funciona sino la lógica de la política. Se debe retroceder dos pasos
para poder avanzar tres y esto es lo que ha venido haciendo la humanidad desde
hace muchos miles de años.
Estos tres procesos son extremadamente eficaces en la morigeración de
conflictos y poseen un alto grado de positividad en lo referente a las relaciones
sociales y son una muestra de que no solo la competencia es lo que prima en estas
relaciones.
No es, según mi análisis, el espíritu de competencia lo que posibilitó el
desarrollo de la sociedad. Por el contrario, es la solidaridad y la necesidad de
avanzar en la evolución lo que esta en la base de esta. Cuando la sociedad llegó a
tener un numero considerable de miembros, que debieron ser alimentados, ya no
sirvió la caza individual de animales pequeños. Para cazar al elefante o animales
de portes mayores, se necesitó la colaboración en forma solidaria de varios
individuos que proveían a un fin común; la matanza de la presa que luego se
transformaría en alimento y abrigo. Una vez cazada esta presa, se procedía a la
socialización de la misma, generalmente sancionada a través de rituales de
pertenencia o similares. Todos los cazadores que habían participado de la
expedición y habían tenido éxito en la empresa podían participar del reparto de
ella. Si bien es cierto que en este reparto o distribución existían jerarquías sociales,
por ejemplo; el “dueño” (generalmente el fabricante) de las armas podía pedir los
mejores cortes y vísceras del animal cazado, al constructor de la canoa que se llevo
en la expedición de pesca le podía corresponder mas piezas que al que arrojo la
red, etc., esto no significaba explotación laboral ni extracción de plusvalía. Si la
empresa era una acción colectiva, el reparto colectivo de los bienes era el hecho
social más común. En el origen, entonces, vemos que había mucho margen para el
desarrollo de formas solidarias antes que competitivas.
La extrema individualidad que pregonan las corrientes liberales, el excesivo
culto al sujeto como detentor de derechos, propenden a extremar las tendencias
egoístas que, fortalecidas por el concepto de lo “privado”, minan las propensiones
gregarias y colectivas. Como podemos apreciar, estas tendencias fortalecen la
Tensión Social en sus aspectos negativos obstaculizando la emergencia de la
solidaridad.
CONCLUSIÓN.
Hemos visto a lo largo de esta presentación, un esbozo de Teoría Social que funda en el
concepto de Tensión Social y del conflicto, una dinámica social de raíz histórica y que se
presenta como universal. Desde el mismo principio de la sociedad, la Tensión Social la
viene acompañando. Y es así, de tal manera, que podríamos decir que la historia de la
humanidad puede ser entendida también como la historia de sus conflictos y de su
resolución. Por que la otra cara de la Tensión Social la patentiza la solución a ella.
Los caminos que el hombre ha encontrado para que la Tensión Social no destruya la
organización social se han concretado en la capacidad combinada de negociar, concertar y
hacer alianzas. La profundización de estos métodos de resolución de conflictos, amortigua
la Tensión Social propiciando la evolución de la organización social.
La propia génesis descripta nos advierte que este proceso constitutivo tensionante
produjo, por si mismo, un espacio de emergencia y de resolución que hemos llamado
política. Este es el lugar donde los conflictos emergen y donde hallan soluciones. De tal
manera que, a contrario de una tendencia intelectual demasiado expandida ya, la propuesta
final de este escrito es entender a la política como la mediación universal y necesaria para
la resolución de los conflictos que existen en todas las formaciones sociales históricamente
determinadas. La negación de la política, tan cara a las escuelas economicistas, no puede
evitar ni la emergencia de los conflictos ni tampoco propone soluciones duraderas. De lo
que se trata entonces, es de entender a la política, conocerla en sus actuaciones mas
profundas para así poder controlarla y evitar la posibilidad de la concentración de poder
que, en definitiva, también anularía la sociedad.
Para finalizar este escrito, me gustaría mencionar a un intelectual de fuste como
Michel Foucault quien, acertadamente, nos llama a “Defender la Sociedad” antes los
embates conservadores y negadores de sociabilidad.
No es el conflicto ni la Tensión Social lo que nos debe preocupar sino la
incapacidad de resolverlos.
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