Cuerpo de Bomberos del INS CAPÍTULO I CUERPO DE BOMBEROS DE COSTA RICA 1. ANTECENDENTES Recrear la trayectoria del Cuerpo de Bomberos es una tarea apasionante y difícil, pues gran cantidad de documentos históricos referidos a ellos se han extraviado; o más bien, la sencillez y humildad de quienes han integrado esta organización les impidió perpetuarse en el tiempo a través de papeles; para el bombero, lo más importante son sus actos y por ellos desea ser recordado. El Cuerpo de Bomberos está conformado por servidores y servidoras de la comunidad, que se caracterizan por su alto espíritu de abnegación y sacrificio, y que actúan inspirados por sentimientos altruistas, quienes si es el caso, no dudan en exponer sus vidas para salvar la de sus semejantes y defender los intereses ajenos en momentos de peligro. La madrugada del 26 de mayo de 1864, la sencilla y aldeana ciudad de San José se despertó sobresaltada ante el toque angustioso de las campanas de las iglesias y al son de las trompetas del cuartel. En medio de la zozobra general, los josefinos corriendo hasta el actual Parque Central, donde a escasas dos cuadras, se había desatado un furioso incendio. Las llamas intensas y vivas consumían la amplia casa –aún sin terminarpropiedad de don Francisco María Iglesias. La casa del señor Iglesias, según opinión general, iba a ser una de las más elegantes y mejores de la capital, y en la única parte terminada de la casa vivía con su familia el Presidente de la República, Don Jesús Jiménez, quién residía en San José por razones de su cargo. 1 Cuerpo de Bomberos del INS El incendio causó sensación, no solo por lo voraz, sino porque era poco frecuente este tipo de sucesos en la capital. Las crónicas de la época aseguran que diez mil personas llegaron a presenciarlo. Estos fueron solo testigos imponentes, porque San José carecía de cañería, el agua que llegaba a la ciudad provenía de una acequia y peor aún, no había un Cuerpo de Bomberos organizado. Para acabar con el fuego los vecinos acudieron con baldes y recipientes diversos, pero no pudieron traer mucho agua, pues el caudal de la acequia estaba escaso. Debido a ello, optaron por evitar que el incendio se extendiera a otras casas. La labor fue ardua, y aquel incendio que había comenzado a la una de la mañana, no terminó hasta las cuatro y media, cuando de la hermosa construcción de ladrillo y roble y en la que se habían invertido más de cien mil pesos, no quedaba más que las paredes. En los días posteriores no se habló en San José más que del terrible acontecimiento, y sobre todo, del hecho de que la ciudad se encontraba prácticamente indefensa para afrontar desgracias de esa clase. Era pues de necesidad imprescindible tomas algunas precauciones para el futuro. Así, el 15 de febrero siguiente, el regidor don Fernando Estreber propuso formalmente que se trajese de los Estados Unidos una bomba contra incendios; la moción fue aprobada y la Municipalidad dispuso contribuir con sus fondos hasta donde le fuese posible para proveer a la ciudad de un equipo tan necesario; al mismo tiempo, se acordó por medio del Gobernador de la provincia, José Antonio Pinto, solicitar al Supremo Gobierno que contribuyese con mil pesos para dicho objetivo. 2 Cuerpo de Bomberos del INS También, se integró una comisión para solicitar a los comerciantes y vecinos una contribución voluntaria. La comisión quedó formada por los regidores don Jesús Salazar, don Manuel Gutiérrez y don Mateo Mora, pero este último fue sustituido poco después, por el señor Estreber, principal impulsor del movimiento. En la sesión celebrada el 11 de mayo se volvió a hablar extensamente del asunto, y se detalló el plan en la siguiente forma: el Ayuntamiento contribuirá con mil pesos y al Gobierno se le solicitaría su cooperación económica para comprar la bomba, argumentándole que los edificios públicos necesitaban de ese auxilio. La Comisión nombrada para recoger la contribución voluntaria quedaba también autorizada para realizar todas las gestiones del caso y controlar con la entidad que le pareciese más conveniente la compra de la bomba, con la condición de que el valor de esta con todos sus útiles, no debía exceder de dos mil quinientos pesos. La suscripción voluntaria y particular que se levantó en San José, ascendió a la suma de 569 pesos con 4 reales. En vista de la facultad otorgada, la Comisión informó a la Municipalidad, el 17 de mayo, que había celebrado un contrato con don Guillermo Nanne, dueño de una acreditada casa comercial de la capital, para importar de los Estados Unidos una bomba contra incendios junto con 4000 yardas de tubo para enfrentar las dificultades que pudiese presentarse en aquellos puntos de la ciudad en donde el agua no estuviese disponible. Una copia de este contrato fue enviada al Ministerio de Gobernación y más tarde, en la sesión del 1º de julio, la Municipalidad conoció el detalle de los gastos ocasionados por la compra de la bomba, y que indicaba un sobrante de 46 pesos con 5 reales. 3 Cuerpo de Bomberos del INS En enero de 1865 llegó las bomba a Puntarenas, por lo que la Municipalidad solicitó al gobierno se permitiera su introducción libre de impuestos; sin embargo, y por motivos desconocidos, permaneció en el puerto por casi otros seis meses, pues fue hasta el 20 de junio siguiente en que el Gobernador Pinto informó que la bomba había llegado ya a San José. Para guardarla se arrendó un local propiedad del licenciado Máximo Jeréz, donde se procedió a limpiar todas sus partes y armarla inmediatamente; asimismo se construyeron algunas escaleras apropiadas para usarlas en los casos requeridos. Una vez instalada la bomba fue necesario organizar un grupo de personas, para que en forma adecuada y eficiente pudiese actuar en casos de incendio y también para enseñarle el manejo de aquel aparato en que se cifraban tantas esperanzas. En la sesión celebrada por el ayuntamiento el 20 de junio de 1865 se hizo ver la necesidad de organizar un Cuerpo de Bomberos, y de formar el Reglamento correspondiente, para lo cual se integró una Comisión constituida por los Regidores Mora y Estreber, y por dos ciudadanos que se consideraban entendidos en esos asuntos: don Guillermo Nanne y don Alfredo García. La Comisión trabajó con verdadero entusiasmo, y bien pronto tuvo listo el reglamento. En la sesión celebrada del 25 de julio presentaron el plan para organizar el Cuerpo de Bomberos, y también el proyecto de Reglamento, todo lo cual se discutió y aprobó, por lo que el Municipio dispuso hacerlo del conocimiento del Supremo Gobierno a fin de obtener su aprobación superior. El Poder Ejecutivo, con fecha 27 de julio de 1865, mostró su conformidad con los planes presentados, y aprobó el Reglamento del Cuerpo de Bomberos. De esta manera, nació tan entrañable institución, que durante 135 años ha puesto su espíritu generoso y su vida al servicio de los semejantes. 4 Cuerpo de Bomberos del INS En los días siguientes se formó la Primera Directiva del nuevo Cuerpo, de la cual fue Capitán don Alfredo García, Secretario don Fernando Estreber, y de Primer Teniente don Guillermo Nanne. Guardando fidelidad con las expectativas puestas en el nuevo aparato, el equipo contra incendio se llamó Bomba el Progreso y la sacaban a la calle sobre un carretón que tiraba una mula. Los vecinos salían a ver aquel aparato tan raro que producía un ruido característico y echaba humo, porque trabajaba a base de vapor e iba acompañado de una campana de bronce con la que anunciaba la alarma. 1.1 MÁS INCENDIOS A pesar del entusiasmo el Cuerpo de Bomberos fue perdiendo apoyo, al punto que con el correr de los años eran los miembros de la policía de orden y seguridad quienes prestaban sus servicios, ayudados por ciudadanos que espontáneamente venían a colaborar en tal empresa. En esas ocasiones, los bomberos voluntarios utilizaban la bomba a vapor y los demás implementos que poseían, lo mismo que otro aparato similar traído de Inglaterra. Siempre que ocurrían los siniestros la población era advertida por medio de toques continuos de las campanas de las iglesias, de manera que, en un momento, mucha gente se congregaba en el lugar de los hechos. A partir de 1880 los incendios se hicieron más frecuentes en la capital, lo cual también vino a aumentar la preocupación de los ciudadanos. Uno de los siniestros que causó mayor conmoción fue el ocurrido la noche del 30 de diciembre de 1880, cuando las llamas consumieron la valiosa casa del doctor Bruno Carranza; Expresidente de la República, que estaba situada en uno de los puntos más céntricos de la ciudad. 5 Cuerpo de Bomberos del INS El incendio tuvo su origen al caer, sobre un portal navideño, una lámpara con canfín. Las llamas pronto adquirieron grandes proporciones y fueron dominadas tres horas más tarde, gracias a los esfuerzos de la guarnición del Cuartes Principal y de los músicos de las Bandas Militares de las Provincias que estaban alojados en dicho cuartel con motivo de las fiestas populares del fin de año, quienes evitaron que el fuego se propagase a las casas vecinas. Poco después el 30 de abril de 1881, otro gran incendio destruyó la importante Botica del doctor Charles R. Lordly. A raíz de tales acontecimientos, y de otros incendios menores que se presentaron, muchos vecinos de San José comenzaron a pensar en la necesidad de asegurar propiedades, como en efecto lo hicieron, por lo que vinieron a establecerse en la capital nuevas agencias de casas extranjeras de seguros contra incendios. El 20 de febrero de 1884, el Ministro de Gobernación, don Bernardo Soto, dirigió una carta al Obispo Thiel en la que le solicitaba que en los casos de incendios se tocase únicamente de un modo acompasado la campana grande de la Catedral, y le sugería que por ser estos cada vez más frecuentes procurase que el campanero estuviera siempre listo a dar alarma. El canónigo don Carlos María Ulloa contestó que el prelado estaba de acuerdo con la solicitud, y había dispuesto que el sacristán de la Catedral, al ser informado de un incendio, diera con la campana mayor toques que se llaman de agonía, a fin de avisar al pueblo el peligro que se corría y llamarlo a prestar su ayuda. Más tarde, se hizo costumbre que los policías que estaban de servicio en la vía pública en el momento de iniciarse un incendio, tocasen repetidamente su silbato y que el inspector de policía, que siempre efectuaba su roda a caballo 6 Cuerpo de Bomberos del INS corriera veloz al cuartel a dar aviso y hacer que se movilizara el grupo de guardas requerido para manejar las bombas y luchar contra el incendio. Entre los incendios más famosos de esos años, destaca el que estalló en la madrugada del 23 de junio de 1892, y destruyó totalmente el almacén de don Isidro Levkowics, uno de los mejores de la capital situado media cuadra al norte de la esquina noroeste del Parque Central. La policía y los vecinos, con hachas y cuchillos, estuvieron solícitos a prestar su cooperación. Al principio no fue posible organizar bien el servicio de bombas, y el agua hubo que traerla en baldes. Entre los participantes que se distinguieron por sus actuaciones se menciona en las crónicas a una mujer del pueblo quien, subida en el techo de una de las casas que se quemaban, pedía a grandes voces agua y animaba a los demás a combatir el voraz elemento. Uno de los errores que más frecuentemente se cometían en aquellos tiempos, era no apagar totalmente las brazas de los escombros y así estos permanecían a veces echando humo durante varios días. En el caso citado, una noche se produjo una gran alarma, porque a pesar de haber transcurrido tres días del incendio, las llamas se levantaron otra vez de los escombros, a causa de la fuerte brisa que corría y hubo que movilizar nuevamente a la policía para acabar con ellas. También se presentó en la noche del 4 de junio de 1894 otro incendio que causó sensación en la capital y que consumió un establecimiento comercial lo mismo que una casa de habitación. Este suceso fue el comentario obligatorio en los días siguientes, y el periódico La República se mostró entonces muy interesado en que se mejorara en hasta donde fuese posible los servicios para combatir los incendios. 7 Cuerpo de Bomberos del INS En los primeros años del siglo XX fueron designadas de una a tres o más personas para que en forma permanente estuvieran listas a atender, con la ayuda del Cuerpo de Policías, los siniestros que se presentasen. Tales personas estaban atentas y tenían la obligación de mantener en orden todos los enseres relativos al Cuerpo de Bomberos, y que eran, además de las dos bombas a vapor, los carretones, las mangueras, baldes, sacos de arena para pesas, hachas, picos, palas, etc. En varios de los Anexos de las Memorias del Ministerio de Guerra aparecen los inventarios de varios de esos enseres, debido a que ese equipo se guardaba en uno de los cuarteles de la capital para mayor comodidad, ya que la policía era principalmente la que lo usaba. En 1912 se nombró a don Silvestre Solís y don Emilio Fournier Arguedas, para que tuvieran a su cargo todo lo relacionado con el ramo de Bomberos, e impartiesen la instrucción del caso a los miembros del cuerpo de policía y a los participantes que estuviesen interesados en recibirla. Al finalizar ese año el Cuerpo de Bomberos lo constituían tres permanentes que actuaban como jefes, y los del personal de policía de orden y seguridad, que recibían instrucciones dos veces por semana. En la Memoria de Guerra y Marina presentada al Congreso a principios de 1913 se manifestaba que las bombas contra incendios que se tenía no correspondían ya a las necesidades de la ciudad, y urgía pedir unas dos bombas modernas con sistema automotriz. Sugería que la Municipalidad debería preocuparse por la organización de un Cuerpo de Bomberos, dotado de un buen equipo, pues era reducido el número de policías disponibles en los casos de incendio, y estos no podían apagar el incendio y mantener a la vez el orden público, por lo que ambos servicios resultaban muy deficientes. 8 Cuerpo de Bomberos del INS En los primeros meses de 1913 se destruyeron por diferentes incendios edificios tan importantes como los ocupados por el Banco Anglo Costarricense, por los almacenes de Koberg, Echando, Knöhr y por otras casas comerciales más, el del templo Teosófico, los de las fábricas de cigarrillos de la Republic Tobaco Co. y de hielo, refrescos y cervezas de la Florida Ice and Farm Co. y desde luego, algunas casas ocupadas por familias, por ejemplo en una sola ocasión, se quemaron ocho por el barrio de La Soledad. A todo lo cual se agregaba, las casas que quedaron dañadas y la pérdida de enseres comerciales, mobiliarios, máquinas, documentos entre otros. 1.2 LLEGA LA PRIMERA BOMBA AUTOMOTRIZ La situación era tan grave que varios ciudadanos, lo mismo que los periódicos de la época, solicitaron a las autoridades que adquiriese una bomba moderna, lo cual era ya de una necesidad imprescindible, y también que se organizara en debida forma un Cuerpo de Bomberos. Fue así como se adquirió al fin la máquina para lo cual contribuyeron algunas casas comerciales con una suma que llegó a 5.000 colones. La bomba se compró en la afamada fábrica Knox de Springfiel, Massachussets, Estados Unidos, y su costo total fue de 25.537 colones. En junio de 1913 llegó la máquina a San José y el coronel don Samuel Montandón, Director de la Penitenciaría, se encargó de hacerla funcionar el 6 de julio, con magníficos resultados en presencial del Presidente de la República y de numeroso público. El coronel Montandón era Maestro Mecánico y conocía muy bien esa clase de bombas, por haber trabajado un tiempo con los bomberos de Panamá. 9 Cuerpo de Bomberos del INS Inmediatamente las autoridades acordaron la organización de un Cuerpo de Bomberos y en la sesión del 5 de julio de 1913, lo integró de la siguiente manera: Coronel Rudecindo Guardia, Primer Jefe; Capitán Juan Honorato Carrillo, Segundo Jefe; Mayor Manuel Rodríguez, Tercer Jefe; Juan R. Rodríguez, chofer de la bomba; Héctor Madrigal, ayudante de chofer; José Guardia e Ismael Villanes, encargados de la bomba; Nicolás Granados y José Naranjo, fontaneros; Rodolfo Cervantes, Miguel Rivero, Amadeo Coto, Francisco Camacho Vilches, Aníbal Hernández Alvarez y Vicente Sera, bomberos; número que aumentó poco después hasta cuarenta. Para guardar la bomba y alojar al Cuerpo de Bomberos se acondicionó provisionalmente un local en el edificio del Fondo Municipal, mientras se construía uno de dos plantas, a un costo de 33.437 colones. Se autorizó además al Gobernador de la Provincia para que procediese a hacer el pedido de máquinas, útiles uniformes, etc, de acuerdo con los reglamentos respectivos, todo lo cual llevó a efecto dicho funcionario, con un costo total de 9.469 colones. Las actuaciones de los bomberos fueron recibidas con los mayores elogios por el público, la prensa y quienes eran testigos del valor, la disciplina y el esfuerzo de estos funcionarios. La Crónica, uno de los periódicos de la época, al referirse a un incendio ocurrido el 22 de marzo de 1914, describió una de esas emergencias: “La voz de fuego se dio a las once horas veintidós minutos en punto de la noche. Soplaba a esa hora el viento del Norte, bastante fuerte, lo que hizo que el fuego tomara en pocos minutos, proporciones alarmantes… La policía tocaba alarma con los silbatos y repicaban las campanas. Tiempo después fue que se dio aviso del incendio al Cuerpo de Bomberos. Cincuenta minutos más tarde la bomba Knox, corría veloz por la calles de la cuidad, en dirección al teatro del acontecimiento. El estridente tañir de su campana que se tocada incesantemente por un bombero, alarmó a los vecinos de las calles que la bomba recorrió. 10 Cuerpo de Bomberos del INS Tras de la bomba una docena de bomberos corría precipitadamente tirando las carretillas de las mangueras; la sección de bomberos correspondientes a la Cruz Roja llevaba las camillas para el traslado de contusos o heridos, en caso de que hubieran. Durante la marcha de los bomberos que tomaron por la avenida central, en Dirección a Cuesta de Moras, no se oyó entre aquellas disciplinadas gentes un grito, ni una voz de desorden, ni nada absolutamente que llamara la atención. El mayor Rodríguez y el Capitán Carrillo iban en la bomba; el coronel Guardia no estaba en servicio esa noche, pero llegó a la hora del siniestro. Las maniobras bajo la dirección de estos señores fueron ejecutadas con precisión y orden completo. A un toque de clarín los bomberos entraron en funciones con una precisión admirable y a los dos minutos completos, las cajas de las cañerías estuvieron abiertas y conectadas las mangueras de la bomba; cinco minutos después, un “mundo” de agua salía de los pistones de la bomba con una potencia asombrosa, y caía sobre las techumbres de las casas que se quemaban. Sólo aplausos tenemos para esos abnegados servidores públicos. Fue en verdad admirable la disciplina observada esa noche por los señores bomberos quienes con una precisión que llamó la atención, obedecieron ciegamente las órdenes impartidas por los jefes por medio de toque de corneta”. Cerca de la entrada principal del cuartel quedaba estacionada la Knox, que los curiosos podían admirar desde la calle, y un poco más adentro, las antiguas bombas a vapor. Un ancho y extenso corredor con su piso cubierto de relucientes ladrillos eran el lugar donde los bomberos realizaban diariamente sus ejercicios. 11 Cuerpo de Bomberos del INS Después, seguía un amplio patio donde se encontraban, siempre listos para casos de incendio, todos los carretones destinados al transporte del material. En el segundo piso se encontraban los cuartos para oficiales, y el salón dormitorio para los bomberos. El coronel Rudecindo Guardia, formado en academias militares de Europa, dotó al Cuerpo de Bomberos de una organización esencialmente militar, y sin excepción alguna, todas las órdenes para realizar maniobras eran impartidas por toques de corneta. En aquel tiempo se dijo que no había uno similar, en cuanto a organización y disciplina, en todo el país. Tras la renuncia del coronal Guardia fue nombrado en su lugar el coronel Gerardo Zúñiga Montúfar, quién tomó posesión de su cargo el 19 de mayo en presencia del Gobernador de la Provincia. Poco tiempo después el Cuerpo de Bomberos dejó de pertenecer a la Municipalidad y pasó a ser dependencia del Estado y fue asignado a la Dirección de Policía. Junto con la bomba Knox y el resto de su equipo, se le instaló en el cuartel de Artillería que se encontraba ubicado donde hoy se levanta al edificio del Banco Central de Costa Rica. Para las emergencias, volvieron a usarse los servicios de los obreros de la policía de orden y seguridad. El 29 de enero de 1917 fue nombrado por el gobernador, como Jefe del Destacamento de Bomberos de San José, el teniente Juan Calsamiglia Arias. Al iniciarse la administración de don Julio Acosta (1920-1924) se trató de reorganizar, sin gran éxito, los servicios de los bomberos, y se nombró jefe al coronel Montandón. Por un documento oficial, del presupuesto de la Secretaría de Guerra, el Cuerpo de Bomberos al comenzar el año 1921, estaba integrado por un mecánico, un fontanero y su ayudante, un chofer, un bombero, el primero de los 12 Cuerpo de Bomberos del INS cuales tenía un sueldo de 100 colones al mes los demás de 75 colones, de manera que toda la planilla ascendía a la suma de 400 colones mensuales. 1.3 El Banco Nacional de Seguros asume los bomberos En la segunda década del siglo XX surgió un problema sumamente grave en el país, y que constituyó lo que algunos llamaron la época del incendiarismo. Varias compañías de seguros, todas extranjeras, actuaban en la capital por medio de agentes. Y sucedía que, para salvarse de una difícil situación o para hacer un negocio brillante o ambas cosas a la vez, personas inescrupulosas aseguraban por una buena sus empresas o negocios, y después les daban fuego para ir a cobrar sus pólizas. Estos incendios intencionales llegaron a ser cosa frecuente y hubo hasta oportunidades en que se predijeron con exactitud. Muchas gentes conocían los detalles, pero los autores del delito quedaban impunes. El gobierno de don Julio Acosta, deseoso primeramente de fiscalizar el negocio de los seguros, prohibió en 1921 la celebración de contratos con esas compañías sin la autorización de un funcionario gubernamental llamado Superintendente de Seguros. Poco tiempo después, el 2 de octubre de 1922, el mismo gobierno emitió una ley de Seguros cuyo propósito principal era terminar con el incendiarismo. En esta ley se estableció, artículo 43, que las compañías aseguradoras al pagar las pólizas retendrían un 10% de su valor el cual sería entregado al Municipio respectivo para formar un fondo destinado a carios objetos, uno de ellos “La adquisición de nuevos implementos para combatir los incendios”. Todas estas disposiciones ayudaron de manera eficaz a terminar con los incendios intencionales. 13 Cuerpo de Bomberos del INS Lo anterior vino a constituir el antecedente de la importante ley del 30 de octubre de 1924 que creó a favor del Estado el monopolio de seguros y estableció además el Banco Nacional de Seguros, llamado hoy Instituto Nacional de Seguros, y como una consecuencia de esta ley, por decreto No. 4 del 29 de mayo de 1925, el Cuerpo de Bomberos pasó a ser dependencia del Banco recién creado. Así, la fase más trascendental en la historia del Cuerpo de Bomberos comenzó con la decisión del Presidente Ricardo Jiménez, de colocarlo bajo la administración del actual instituto Nacional de Seguros. Dicho Cuerpo se encontraba integrado entonces por un escaso número de bomberos a las órdenes del coronel Montandón. El decreto dice en su parte resolutiva: Art. 1- El Cuerpo de Bomberos estará desde el primero de junio próximo, bajo la inmediata dependencia del Banco Nacional de Seguros con las dotaciones que marca el presupuesto. Art. 2- El Banco proveerá a dicho Cuerpo de los útiles necesarios, para su mayor eficiencia, corriendo de su cuenta los gastos, superiores al presupuesto, que demandan la reorganización y la compra de elementos. Art. 3- Queda facultado al Banco para organizar el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, en la capital y en las demás ciudades que juzgare conveniente. Art. 4- El Banco presentará a la aprobación de la Secretaría de Seguridad Pública el Reglamento de sus organizaciones. El nuevo Reglamento del Cuerpo de Bomberos se emitió por decreto No. 28 del 6 de octubre de 1925. 14 Cuerpo de Bomberos del INS Con singular visión, los directores del Banco Nacional de Seguros comprendieron la urgencia de organizar un eficiente servicio de lucha contra los incendios, fundamentalmente basados en un Cuerpo de Bomberos adiestrado técnicamente y dotado del equipo adecuado y moderno que requería tan delicada labor. Bajo su influencia y apoyo la Compañía de Bomberos de San José cobró nueva vida y se convirtió en el respetado y querido Cuerpo de Bomberos de Costa Rica con sus dos secciones: Permanentes y Voluntarios. Con la asesoría debida el Banco Nacional de Seguros (actual INS) dotó al Cuerpo de Bomberos del más completo equipo de máquinas extinguidotas con todos los accesorios necesarios para dominar un incendio en el menor tiempo posible, y aumentó el número de miembros del Cuerpo. El primer paso fue organizar la Estación Central, que fue instalada en un local en la esquina formada por la avenida 10 y la calle 5, hasta 1932 en que el Banco terminó de construir un local, contiguo a sus propias oficinas, en la esquina formada por la avenida segunda y calle 10. Finalmente, la Estación Central de Bomberos fue trasladada a su nuevo edificio, construido especialmente para ese objeto, situado en la calle central entre las avenidas 8 y 10. La nueva estación constaba de tres pisos, con todas las comodidades del caso, y fue inaugurada el 22 de febrero de 1950. 2. MISIÓN DEL CUERPO DE BOMBEROS Prevenir y mitigar los fenómenos que atentan contra la vida humana y el patrimonio social, antes, durante y después de un fenómeno natural o antrópico. 15 Cuerpo de Bomberos del INS 3. OBJETIVOS DEL CUERPO DE BOMBEROS Dar protección, prevención y auxilio a todas las personas y bienes afectados por una emergencia. Mantener la excelencia en el servicio mediante la satisfacción de necesidades de sus clientes. Desarrollar la investigación en todos sus campos. 16 Cuerpo de Bomberos del INS CAPÍTULO II RECEPCIÓN DE EMERGENCIAS 1. SISTEMA 911 Es un servicio conjunto que brindan las instituciones de respuesta inmediata para resolver emergencias, utilizando un solo número telefónico. 1.1 OBJETIVO Canalizar interinstitucionalmente, en el menor tiempo posible, la solicitud de ayuda y la presentación de la misma a través de las instituciones competentes. 2. TIPOS DE EMERGENCIAS Accidentes de tránsito Incendios Emergencias médicas Tobos, asaltos, drogas, suicidios, homicidios Emergencias con materiales peligrosos Accidentes aéreos Desastres naturales: inundaciones, temblor, terremoto Violencia intra y extra familiar Niños, niñas y adolescentes en riesgo 3. INSTITUCIONES INVOLUCRADAS EN LA ATENCIÓN DE EMERGENCIAS Caja Costarricense de Seguro Social Centro Nacional de Intoxicaciones Cuerpo de Bomberos Cruz Roja Ministerio de Seguridad Pública Organismo de Investigación Judicial 17 Cuerpo de Bomberos del INS Policía de Tránsito Patronato Nacional de la Infancia Instituto Nacional de las Mujeres 18 Cuerpo de Bomberos del INS CAPÍTULO III TEORÍA DE LA COMBUSTIÓN 1. EL FUEGO Es un proceso químico en el que el oxígeno se combina con un material combustible en presencia de calor. 1.1 ELEMENTOS DEL FUEGO El combustible, calor, oxígeno y reacción química en cadena forman el fuego. 1.1.1 El combustible Es el material que puede quemarse. Existen algunos materiales que ofrecen mayor resistencia al fuego. Así el calor puede afectar en forma diferente a los materiales. Por ejemplo la madera resiste al calor mejor que el papel y el concreto resiste al calor mejor que la madera. El hierro y el acero se incendian cuando se utiliza una llama producida por la mezcla de oxígeno y acetileno. 19 Cuerpo de Bomberos del INS Los líquidos los dividimos en dos grandes grupos: inflamables y combustibles. La diferencia entre estos líquidos es que los inflamables emiten vapores a temperaturas inferiores a 38ºC, mientras que los combustibles emiten vapores a temperaturas superiores a 38ºC. 1.1.2 El calor Para lograr combustionar cualquier material, debemos de aplicarle calor para que su estado cambie, y por la emisión de vapores se inicie el fuego. Algunas fuentes de calor son: fricción, llama abierta, chispas (pueden venir desde un corto circuito, soldadura eléctrica, soldadura autógena, corte de metal), rayos solares, reacción química. 1.1.3 Oxígeno La atmósfera que nos rodea está compuesta de un 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y 1% de gases nobles. El fuego al igual que el ser humano necesita de los mismos porcentajes de oxígeno: 21% como normal y 16% como mínimo; fuera de esos límites el fuego no existiría. 1.1.4 Reacción Química en Cadena Una vez que se ha presentado la combustión, o se ha iniciado el fuego, se presenta el cuarto factor. La reacción química en cadena es una reacción de auto-sostén que produce energía o productos que pueden causar reacciones ulteriores de la misma clase. 20 Cuerpo de Bomberos del INS 2. MÉTODOS DE PROPAGACIÓN DEL FUEGO 2.1 CONDUCCIÓN O CONTACTO DIRECTO Es la transmisión del calor a través de un conductor o del contacto directo de los cuerpos envueltos en la conducción. 2.2 CONVECCIÓN Al presentarse un incendio, existen gases o humos productos de la combustión. Tales gases tienen la característica de ser más livianos que el aire y por tanto fluirán a las partes más elevadas, llevándose consigo las grandes temperaturas emitidas por los procesos de la combustión y así propagando el fuego. 2.3 RADIACIÓN A través de la radiación el fuego se propaga en línea recta, por lo que al presentarse un fuego, el calor generado rápidamente alcanzará a los elementos que se encuentran en las cercanías, elevándoles la temperatura hasta producir la combustión en éstos y por ende hacer más grande el fuego. 21 Cuerpo de Bomberos del INS CAPÍTULO IV LÍQUIDOS INFLAMABLES Y COMBUSTIBLES En sentido estricto, los líquidos inflamables y combustibles no son causa de incendio. Son simplemente factores que contribuyen al incendio; una chispa o alguna fuente menos de ignición es lo que causa el incendio o la explosión en presencia de vapores inflamables. Lo que arde o hace explosión es el vapor de los líquidos cuando están expuestos al aire o al calor, y no el propio líquido; siempre que dicho vapor se encuentre mezclado con el aire en ciertas proporciones y en presencia de una fuente de ignición. Los líquidos inflamables son aquellos que tienen punto de inflamación por debajo de los 38ºC. Los líquido combustibles son aquellos que su punto de inflamación es igual o superior a los 38ºC. BODEGA PARA EL ALMACENAMIENTO DE LÍQUIDOS La construcción de la bodega para almacenar los líquidos inflamables y/o combustibles debe de cumplir los siguientes requisitos: Aislada de las instalaciones, con suficientes dimensiones para tener capacidad de almacenamiento de recipientes (estañones) ordenados en filas de no más de dos unidades, uno encima de otro, contando con pasillos y separaciones con respecto a las paredes, no inferiores a un metro con fines de poder realizar inspecciones. Construida con paredes de bloques de concreto tipo barda inclinada a fin de aprovechar las corrientes de aire, con una resistencia al fuego de una 22 Cuerpo de Bomberos del INS hora (F-60), lo mismo que las puertas y ventanas. El techo será del tipo resistente al fuego con fácil liberación de presión. La puerta debe ser metálica y del tipo deslizante. Piso de concreto con drenaje de emergencia para remover rápidamente cualquier derrame de líquido. El drenaje no se debe canalizar hacia los sistemas de agua pluviales o alcantarillados, ni a vías públicas, siendo preferible dirigirlos a un tanque o foso separador. El gradiente del piso hacia el drenaje será de un uno por ciento (1%) como mínimo como lo recomienda la NORMA 30 DE LA N.F.P.A y la colocación de dicho drenaje en forma que no pase por debajo de los recipientes almacenados. Los recipientes (estañones) deben almacenarse de acuerdo a su género y grado de peligrosidad; éstos deben ser metálicos y herméticos, los que están en uso deben estar provistos de llaves de cierre automático (del tipo de acción positiva) y debidamente conectados a tierra. LA BODEGA DEBE CONTAR CON LA SEÑALIZACIÓN APROPIADA Y EQUIPO DE EXTINCIÓN ADECUADO DE ACUERDO A SU CONTENIDO. La instalación eléctrica será entubada y con dispositivos (apagadores, lámparas, panel de distribución u otros) a prueba de explosión, según las recomendaciones del Código Eléctrico Nacional. Puede considerarse la utilización de materiales como la malla del tipo “CICLON” para mejorar las condiciones de ventilación. La acción de la ventilación debe dirigirse principalmente a los niveles inferiores por cuanto los vapores de los líquidos por almacenar se concentran en las partes bajas de la bodega. Por ser más pesados que el aire. 23 Cuerpo de Bomberos del INS CAPÍTULO V GASES El término gas, aquí empleado se refiere a las sustancias que existen en presiones normales. Los gases se clasifican según sus propiedades químicas en: Gases inflamables: cualquier gas que pueda arder en concentraciones normales de oxígeno, y arden en el aire igual que los vapores de los líquidos inflamables, es decir, cualquier gas entrará en combustión sólo dentro de unos ciertos límites de la composición gas-aire. Gases no inflamables: son los que no arden en ninguna concentración de aire o de oxígeno. Algunos de estos gases pueden mantener la combustión de otras materias, mientas que otros tienden a sofocarla. Los gases que mantienen la combustión se llaman oxidantes y se trata generalmente del oxígeno. Gases reactivos: son aquellos gases que reaccionan con otras materias o consigo mismo. Gases tóxicos: ciertos gases pueden presentar un serio riesgo para las personas si se liberan en la atmósfera. Resultan venenosos o irritantes al inhalarlos o al entrar en contacto con la piel (cloro, sulfuro de hidrógeno, dióxido de azufre, etc.). 24