UNA BOMBA EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA Fue, sin duda, una noticia bomba. Y tan grande fue su onda expansiva, que cruzó el Atlántico y llegó hasta la UM enseguida: ¿cómo íbamos a estar tranquilos si en la Universidad de Navarra están estudiando carreras de grado cuatro alumnos de la UM y otros cuatro cursan allí sus doctorados? (*) Pero gracias a la protección de la Virgen, Madre del Amor Hermoso, que cuida de todos los que allí estudian y trabajan desde el 8 de diciembre de 1966, cuando llegó al campus universitario como regalo de San Josemaría Escrivá de Balaguer, sólo hubo algunos heridos leves. Al día siguiente, una delegación de alumnos fue a la ermita donde se encuentra la imagen de la Virgen para llevarle flores y rezar esta oración: Madre del Amor Hermoso, ayúdanos a ver siempre, hasta en el clima, la mano del Padre dirigiéndonos. Gracias a que estaba lloviendo no hubo ningún estudiante muerto por caminar casualmente cerca del lugar del atentado. Todos estaban resguardándose de la lluvia. Madre del Amor Hermoso, ayúdanos a ver con ojos de eternidad, a aceptar todos los pequeños retrasos, contratiempos; en fin, todo lo que no “está en nuestro plan”. Gracias a que el aparcamiento estaba lleno no hubo ningún conductor estacionando en el momento de la explosión ni nadie en los coches aledaños. Madre del Amor Hermoso, haz nuestra fe tan fuerte como el edificio Central que, construido de piedra maciza, toleró la explosión y el incendio sin ceder un ápice. Al igual que la fortaleza del edificio Central salvó las vidas de quienes trabajaban en Oficinas Generales, que nuestra fortaleza salve almas. Madre del Amor Hermoso, que aprendamos a asumir cada crisis siempre con la serenidad de ser hijos de Dios, al igual que los empleados del edificio Central exhortaban a la calma en el momento de desalojar las oficinas administrativas y a los estudiantes que estaban en el momento de la explosión asistiendo a clase en el edificio Central. Madre del Amor Hermoso, gracias por guardar la vida de todos cuando pudo haber muerto tanta gente. Asimismo, guarda nuestras almas, nuestras ilusiones y nuestros estudios para que podamos ser mejores ciudadanos. Así, el día de mañana podremos con nuestro ejemplo y con nuestra profesión sembrar más luz en un mundo donde cada vez más personas se pierden por caminos errados al no haber tenido una mano amiga que les guiara en momentos de oscuridad y haber decidido seguir un ideal de un modo equivocado. Madre del Amor Hermoso, tal vez muchos de nosotros nos hemos planteado hoy acercarnos más a Ti viendo lo efímero que puede ser el mundo, que nuestra vida puede acabar con un “¡Bum!”, que lo importante es encontrarnos contigo después. Así como hemos decidido convertirnos hoy un poco más, así como esta circunstancia nos ha acercado un poco más a nuestro Padre, así como nos acercamos a tu ermita para agradecer que nos cubras con tu mando, acerca también a las almas que fueron capaces de atentar contra vidas inocentes. Que puedan palpar el inmenso Amor de Padre que les tiene Dios a cada uno. Conviérteles, Madre. Que nuestro sincero perdón hacia estas personas, ¡almas!, sea una plegaria incesante al Cielo por su conversión, porque encuentren una auténtica felicidad. Madre del Amor Hermoso, Madre de todos nosotros, gracias por tu amparo y protección. Con cariño, tus hijos, Los estudiantes de la Universidad de Navarra (*) Santiago Ramos, Lucila Arboleya, Alejandro Valla y Florencia Tarabal. Miguel Casanova y su esposa, Verónica Cousillas; Martín Tanco y su esposa, Lucía Vanrell; Mar Argenti. ¿QUÉ HACEMOS CON LA LAICIDAD? La laicidad. ¡Se habla tanto de la laicidad!... Con el deseo de cooperar al entendimiento de esta nota tan propia de la convivencia en democracia, reproducimos una entrevista a CARLOS DÍVAR (Revista Alba, 24-IX-08) que desde el 28 de septiembre pasado ocupa el cargo de Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo español. Su nombre, que ha sonado mucho en los telediarios y los informativos también lo hace entre sus hermanos de la Adoración Nocturna, realidad eclesial dentro de la cual es “adorador veterano constante”. Tantas horas de oración se le notan en lo pausado de sus modales y en lo meditadísimo de sus respuestas. El nuevo presidente del gobierno de los jueces españoles no es partidario de dejar sus creencias en casa: "El amor de Dios, que es el que ha dirigido toda mi vida, nunca puede quedarse en casa", afirma. -Ustedes, los adoradores nocturnos, rezan cuando todos duermen. -Es que, como dice el apóstol san Pablo, hay que orar sin descanso. Por otra parte, Pío XII definía la oración como“ la respiración del alma”, y todos sabemos que ni dormidos podemos dejar de respirar. -¿Se reza mejor de noche? -El silencio es más profundo, nadie te interrumpe, te concentras más. Esto hace que Dios te hable más de cerca al corazón. No hay que olvidar que Jesús gustaba de orar por la noche. -¿Y más? ¿Se reza más? -Aunque nunca se ora lo suficiente, hay que hacer horas extras: por los que no rezan, por los que no creen, por los que no le conocen... -¿Qué les diría a éstos? -Que llorarían de alegría si supieran cómo nos ama Jesús. Muchos de los que no aman a Dios es porque no le conocen. -Tantos años en la Adoración Nocturna... ¿qué le han enseñado? -Que lo verdaderamente importante en la vida es Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Es decir, Jesús en cuerpo, sangre, alma y divinidad. Lo más importante. -También es congregante mariano. -Desde pequeño. Me eduqué en Bilbao y allí aprendí a dirigirme a Nuestra Señora bajo la advocación de la Virgen de Begoña. -Ser congregante mariano y adorador nocturno... -Aquí quedan reflejados los dos grandes amores de mi vida: la Santísima Virgen y la Eucaristía. -¿Qué papel tuvieron ahí sus padres? -Les debo mucho en cuestión de fe: crecí viéndolos hacer oración, rezar el rosario, ir a misa... El hogar como iglesia doméstica (así la definió el Concilio) es clave en la vida del cristiano. -¿También lo es la oración? -“Todo apostolado que no esté basado en la oración está destinado al fracaso”. Eso dijo Juan Pablo II en su primera visita a España. -Antes citaba a Pío XII para definir la oración. ¿Cómo la definiría usted? -Como la conversación con Dios, con Jesús. El trato íntimo con Dios. -Entonces, ¿se lo imagina como a un padre? -No es que me lo imagine, es que dentro de mi corazón lo siento como un padre que me ayuda, me aconseja y, sobre todo, perdona mis muchas faltas. Él es el que tiene la iniciativa de amor, no nosotros. -¿Y el Juicio Final? ¿Cómo se imagina el Juicio Final? - El Evangelio ya nos dice cómo tenemos que hacerlo. Allá vendrá Jesús para juzgar a vivos y muertos y dirá: ‘Venid, benditos de mi Padre. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber...’”. Será un juicio de caridad. -El Evangelio ya nos dice cómo tenemos que hacerlo: “Allá vendrá Jesús -¿Eso le reconforta? -Claro, porque no nos preguntarán por artículos o dogmas, sino si hemos pasado por el mundo haciendo el bien. Como dijo san Juan de la Cruz: “Al atardecer de la vida seremos juzgados por el Amor”. -No le veo nada partidario de dejar sus creencias en casa antes de ir al despacho. -El amor de Dios, que es el que ha dirigido toda mi vida, nunca puede quedarse en casa. -¿Y si se viera obligado a elegir? -Yo tengo que actuar conforme a mi conciencia. No puedo dejar de creer por tener un cargo público. Mi vida es una unidad. Antes de abandonar a Dios, abandonaría mi trabajo, sin hacer ningún ruido. -Hay hombres públicos a los que les da pudor hablar de Dios. A, usted, en cambio... -Dios está tanto en mi vida pública como en la privada y yo no puedo renunciar a Él ni en una ni en otra. Jesús dijo: “Quien se avergüence de mí yo me avergonzaré de él delante de mi Padre”. -Y usted, claro, no quiere que eso le pase. -No, no quiero. Además, ¿cómo voy a avergonzarme de Aquel al que amo sobre todas las cosas? SITIO RECOMENDADO: http://www.es.josemariaescriva.info/showdocuments.php?id=2172 VIDEO CLIP: SAN JOSEMARIA Y LA UNIVERSIDAD En 1920, el fundador del Opus Dei se inscribió en la facultad de Derecho de la universidad de Zaragoza. El ambiente académico le cautivó y desde entonces siempre se consideró universitario. Promovió con todas sus fuerzas la formación humana y cristiana en el mundo intelectual. "La Universidad no vive de espaldas a ninguna incertidumbre, a ninguna inquietud, a ninguna necesidad de los hombres. No es misión suya ofrecer soluciones inmediatas. Pero, al estudiar con profundidad científica los problemas, remueve también los corazones, espolea la pasividad, despierta fuerzas que dormitan, y forma ciudadanos dispuestos a construir una sociedad más justa. Contribuye así con su labor universal a quitar barreras que dificultan el entendimiento mutuo de los hombres, a aligerar el miedo ante un futuro incierto, a promover —con el amor a la verdad, a la justicia y a la libertad— la paz verdadera y la concordia de los espíritus y de las naciones." San Josemaría, discurso "La Universidad ante cualquier necesidad de los hombres", 7 de octubre de 1972