IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales “La Multifuncionalidad de los Espacio Rurales de la Península Ibérica” Santiago de Compostela 7-8 de Junio de 2001. TÍTULO: LA DIVERSIFICACIÓN DE ACTIVIDADES EN EL MEDIO RURAL: LA EXPERIENCIA DESDE ANDALUCÍA. AUTORES: Melchor Guzmán Guerrero, Encarnación Martínez Navarro y Mª Antonia Cobacho Vargas. Empresa Pública para el Desarrollo Agrario y Pesquero de Andalucía, (D•a•p). RESUMEN La agricultura andaluza ha sido un sector estratégico en Andalucía, tanto por el nivel de población que ocupa como por su aportación al PIB regional. Sin embargo en la última década ha experimentado profundos cambios como respuesta a la evolución de la Política Agraria Comunitaria, la apertura a los mercados mundiales y las nuevas demandas de la sociedad. Entender que el sector agrario ya no puede seguir cumpliendo las funciones que históricamente se le han atribuido, ha impulsado una nueva estrategia de desarrollo en el medio rural. Esta estrategia utiliza la diversidad de recursos naturales, métodos de producción, niveles de competitividad e ingresos y tradiciones, para generar y recuperar actividades complementarias o suplementarias a la actividad agraria, contando con la participación de las fuerzas sociales que articulan el territorio. Dado el alcance que han tenido en la última década los programas de desarrollo rural (Iniciativa Comunitaria LEADER), caracterizados por utilizar como escala territorial de actuación la comarca, y como enfoque de desarrollo, los procesos ascendentes, es interesante conocer sus principales resultados y su contribución al proceso de diversificación socioeconómica en el medio rural en Andalucía. PALABRAS CLAVE: desarrollo rural, LEADER, diversificación económica, multifuncionalidad. 1 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales 1.- INTRODUCCIÓN En las dos últimas décadas se han producido importantes cambios en el papel que la agricultura juega en el medio rural y la sociedad en su conjunto. Por un lado ha avanzado el proceso progresivo de pérdida de importancia relativa de la actividad agraria respecto a otros sectores económicos; y por otro, se ha producido una apuesta por la diversificación de actividades económicas en el medio rural, aprovechando la multifuncionalidad de las actividades agrarias en sentido amplio. Esto ha hecho que emerjan nuevos grupos sociales en el medio rural, donde los agricultores habían sido tradicionalmente el grupo mayoritario. Este proceso de cambio del medio rural es visto de forma diferente por distintos expertos en la materia y por los propios actores protagonistas. Para algunos autores como Hervieu, es causa de una profunda crisis de identidad del colectivo de agricultores, a partir de la que se cuestiona la pervivencia de la sociedad rural. Sin embargo, otras opiniones, aún reconociendo su carácter traumático, apuntan hacia las nuevas oportunidades que la sociedad rural, como segmento diferenciado de la sociedad urbana, tiene en el proceso de resurgimiento del medio rural en el siglo XXI (García Sanz, 1999). Es decir, el nuevo concepto de ruralidad lleva también asociado un cambio de contenido de lo rural de como ha sido entendido tradicionalmente. La población rural, y especialmente la no agrícola, ha manifestado cierta necesidad ascendente de poner en valor los recursos locales del medio rural como un espacio de producción, transformación, servicios, autogobierno y convivencia, lo que está permitiendo reconstruir una identidad y una cultura más activa, a veces coincidente con ciertas demandas de la cultura moderna. Esto no significa que aquellos territorios que históricamente han tenido una fuerte vocación agraria tengan que renunciar a ella. Para el caso de Andalucía, tal y como puntualiza García Sanz en su análisis de la sociedad española, existen elementos importantes que van a ser definitivos en el futuro: en primer lugar la población rural es todavía muy numerosa (24% de la población en municipios menores de 10.000 hab.) y ejerce un papel importante en la configuración de nuestra realidad social; y en segundo, es la Comunidad Autónoma con mayor porcentaje de actividad agraria en municipios rurales, siendo ésta todavía una fuente importante de identidad local. Y dada la 2 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales importancia del sector primario, es lógico pensar que la emergencia de nuevas actividades en el medio rural va a tener un efecto sustitutivo y complementario de determinadas agriculturas menos rentables. Sin embargo, este proceso de diversificación, debe de potenciar y contribuir a la modernización de la agricultura más competitiva, poniendo a su disposición los servicios y medio auxiliares necesarios. En el futuro deberán coexistir dos tipos de agricultura, una más especializada, con capacidad de competir en los mercados abiertos, que todavía necesita de un esfuerzo intenso de modernización; y otra de grandes deficiencias estructuras y difícil supervivencia en el contexto global, que debe diversificarse y complementarse mediante la producción de nuevos bienes y servicios. En el debate europeo el Grupo de Brugges también contempla esta doble función de la agricultura como dos líneas diferentes de diversificación. La agricultura competitiva debe mejorar cada vez más la calidad de sus producciones tradicionales a través de la certificación de calidad y desarrollar nuevas orientaciones como la agricultura ecológica, la producción integrada o las producciones no agroalimentarias (energía, productos farmacéuticos y cosméticos,...). Y la agricultura menos competitiva debe aprovechar su potencialidad en la producción de bienes que podríamos considerar no materiales: la cultura; la salud; el turismo; la educación y formación de los niños; la producción de naturaleza; de paisaje; de medioambiente; de agua y de equilibrio territorial, como patrimonio que ha de ser conservado y transmitido a generaciones futuras. Este planteamiento ha sido incorporado a la agenda política por la Comisión como “modelo europeo de agricultura”, basado en la multifuncionalidad agraria o capacidad de la agricultura para garantizar el cumplimiento simultáneo de las exigencias de competitividad, conservación del medio, protección del territorio, gestión pública simple y transparente, y legitimidad social. Lo que ha conducido, más recientemente, a definir un modelo rural europeo que establece un vínculo estrecho entre multifuncionalidad de la agricultura y desarrollo rural. Diversidad y multifuncionalidad son los dos aspectos que definen nuestro medio rural. Las múltiples actividades y recursos, así como las diferentes agriculturas que conviven en el territorio, son la base sobre la que se sustenta su multifuncionalidad. Por otro lado, la diversificación de actividades es la estrategia seguida por su población para la puesta en valor de los recursos del territorio. 3 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales En la presente comunicación se pretende reflejar las implicaciones de la multifuncionalidad de los espacios rurales en Andalucía, analizando el proceso de diversificación resultado de la puesta en marcha de la Iniciativa Comunitaria LEADER, lo que en definitiva contribuirá a enriquecer el conocimiento sobre las implicaciones de la multifuncionalidad de los espacios rurales al Sur de Europa. En primer lugar, se hace una revisión de la Evolución de la PAC en la última década. Se analizan las sucesivas reformas por las que ha pasado y que han determinado que pase de ser una política sectorial a una política de carácter territorial, con especial mención a las aportaciones de la Agenda 2000. En segundo lugar, se compara la aplicación de los programas de Desarrollo Rural entre España (Andalucía) y el resto de los Estados miembros, describiendo los aspectos fundamentales de la Política de Desarrollo Rural en Andalucía. A continuación se describen las medidas de diversificación en los programas de Desarrollo Rural, tanto en su vertiente productiva como no productiva. También se analizan los sectores que han actuado como motor de arrastre de este proceso de diversificación y los vínculos establecidos entre sectores socioeconómicos. Por último se destacan los cambios producidos por este proceso de diversificación en el medio rural, comparando la realidad socioeconómica de Andalucía antes y después de los programas. Y para concluir se hace una reflexión sobre el grado de eficacia de estos programas en el cumplimiento de los objetivos con que fueron puestos en marcha y su contribución como punto de partida en los programas de desarrollo rural del nuevo periodo de programación comunitaria 2000-2006. 2.- EVOLUCIÓN DE LA PAC: DE LAS POLÍTICAS SECTORIALES A LAS MULTIFUNCIONALES. La Política Agraria Común ha evolucionado en las últimas décadas pasando de ser una política sectorial centrada en la modernización de la agricultura a una política de carácter territorial orientada al desarrollo de la sociedad rural en su conjunto. Es lo que se ha venido llamando en diferentes foros de debate un cambio de paradigma, del “agrarismo” al “ruralismo”, producto de la pérdida de legitimidad de la PAC ante los ciudadanos, una vez que esta ya ha conseguido los objetivos para los que fue creada y han emergido nuevas demandas de la sociedad relacionadas con el mantenimiento de un medio rural vivo y dinámico. A lo que ha sido esta percepción interna del consumidor 4 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales se han unido factores externos como la presión de la OMC y la ampliación de la Comunidad a los Países del Este, que han propiciado sucesivas reformas. La primera Reforma de la PAC tiene lugar en 1988, con la modificación de los Fondos Estructurales para contribuir a la cohesión económica y social de la Comunidad, y reducir las diferencias existentes entre regiones. En 1992 se lleva a cabo su reformulación, acordándose que el gasto financiero debería concentrarse en los Estados miembros menos prósperos, en las regiones periféricas y en las zonas rurales. A pesar de que en estas reformas se da un impulso importante al desarrollo rural, se sigue salvaguardando el principio básico de protección del bienestar y la renta del agricultor, introduciéndose sólo medidas para evitar los excesos de producción permanentes. Estos cambios estuvieron lejos de constituir una reforma profunda, permaneciendo la vertiente intervencionista y proteccionista existente desde sus inicios a voluntad de todos los países de la UE, y el alto consenso para mantener estos principios (Daugbjerg, 1997). La PAC ha sido una muestra de la fortaleza y capacidad de una comunidad política fuertemente cohesionada. Sin embargo, la evolución seguida es vista de forma diferente entre los propios países, pues si bien se consigue mantener la renta del agricultor se compromete a dar respuesta a otras demandas procedentes de otros sectores de la sociedad europea y de la comunidad internacional. Cada vez son más frecuentes los desacuerdos entre los miembros de la Comisión, entre los Estados, entre organizaciones profesionales de productores; como consecuencia de las desigualdades que lleva consigo ciertos aspectos de la actual PAC. La regionalización, el establecimiento de cuotas a la producción, la fijación de una cantidad máxima garantizada a distribuir entre países productores en cada OCM, y la modulación de ayudas, están ocasionando diferencias entre países de una comunidad política que durante más de cuatro décadas ha resistido todo tipo de presiones. Las declaraciones de la Conferencia de Cork y diferentes informes emitidos por grupos de expertos (Buckwell, Grupo de Brugges...), dan algunas orientaciones de como debería ser la futura Política Agraria y de Desarrollo Rural. Se coincide en que se debería asegurar una agricultura económicamente eficiente y medioambientalmente sostenible y estimular el desarrollo integrado de todas las zonas rurales de la Unión Europea. Así por ejemplo, la estabilización de los mercados podría conseguirse 5 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales reduciendo los precios de mercado en cada OCM, a medida que lo hicieran los niveles del mercado mundial. Las ayudas agroambientales y la política estructuras que acompañan a la PAC, se debería transformar paulatinamente en pagos de conservación medioambiental y los paisajes culturales e incentivos al desarrollo rural respectivamente; en beneficio de éstos, los pagos compensatorios derivarían en una Asistencia de Ajuste Estructural progresivamente reducida (Buckwell, 1997). Es decir, se podrían mantener una parte de las ayudas ligadas a la actividad agraria de las explotaciones y otras ligadas a criterios no productivos en función de los bienes y servicios aportados por el medio rural (Grupo de Brugges, 1999). Este tipo de soluciones supondría cierto avance en el entorno internacional y europeo, mejorando la propuesta europea en próximas reuniones de la OMC (“Ronda del Milenio”). Por un lado, se contribuiría a defender el modelo de agricultura europea, y por otro, se atendería a los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Marraquech, donde la agricultura entra a formar parte del proceso de liberalización económica. Sin embargo, en las últimas negociaciones de la PAC, en el marco de la Agenda 2000, la Comisión ha mostrado cierta incapacidad para cambiar la tendencia continuista de los Estados miembros, definiéndose un marco financiero en el que la política de cohesión económica y social pierde peso relativo con respecto al anterior periodo de programación, comprometiéndose las adhesiones de los Países del Este y Centro de Europa en los próximos años y el modelo de agricultura europea. Incluso esto lleva a pensar que antes del 2006 sea necesario abordar una nueva reforma de la PAC (Massot, 1999). Todo apunta a que se ha definido el continente pero no el contenido, pues en el discurso político comunitario el desarrollo rural está contemplado como segundo pilar de la PAC, definiendo la “multifuncionalidad de la agricultura” como elemento estratégico, pero dejándolo a expensas de la capacidad de respuesta de los Estados miembros. Aunque estratégicamente este pueda ser un argumento que encuentre adeptos en el contexto de la negociación de la Ronda del Milenio, está aún lejos de constituir una solución a la viabilidad de la PAC y por tanto de legitimación de una nueva Política Comunitaria. Se corre el riesgo, ante la austeridad presupuestaria que caracteriza el nuevo marco financiero 2000-2006, de que no se consigan los objetivos definidos para este periodo (Massot, 2000). 6 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Aunque las conclusiones de la Conferencia de Cork sobre la futura política integral de desarrollo rural apuntaban que las nuevas funciones atribuidas al medio rural y la nueva realidad social dejan claro la necesidad de avanzar en un desarrollo normativo que desemboque en una nueva política rural, al día de hoy solo se dispone de un Reglamento Comunitario de Desarrollo Rural que es una mezcla de medidas y con escaso respaldo financiero y una tercera generación de programas de desarrollo rural que repiten el escenario de los Marcos Comunitarios de Apoyo anteriores. Sólo las intervenciones de los Estados miembros en el ámbito nacional dan muestras de una mayor o menor sensibilidad para poner en marcha una verdadera política integrada de desarrollo rural. En algunos países como España, en los que la Iniciativa Comunitaria LEADER ha tenido un gran efecto demostrativo, ha sido el elemento que ha inspirado nuevos programas nacionales de desarrollo a través de los Programas Operativos, e incluso de desarrollo regional. Sin embargo se está todavía lejos de conseguir una política nacional o regional similar a la “Ley de Orientación” francesa, primer ejemplo de política territorial en la que la agricultura tiene un papel vertebrador del territorio. 3.- LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO RURAL EN LA UE Y EN ANDALUCÍA. La Iniciativa Comunitaria LEADER I surge a raíz de la reforma de los Fondos Estructurales en 1988, como una acción piloto para buscar nuevas vías o soluciones innovadoras que propicien el desarrollo del medio rural, complementaria a las políticas nacionales diseñadas a través de los Marcos Comunitarios de Apoyo. Su puesta en marcha se realizó mediante programas de desarrollo local, gestionados por entidades locales, a través de la movilización de la población y el aprovechamiento de los recursos endógenos infrautilizados. El diseño de estrategias de desarrollo local con enfoque ascendente, específicas para cada territorio, trataba de mejorar la eficacia de las políticas públicas, es decir, se pretendía hacer un desarrollo desde abajo con fondos públicos. En Europa se aprobaron 217 Iniciativas, de las cuales 52 se ubicaron en España y 9 en Andalucía. 7 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Posteriormente, en el periodo 1994-1999 se aprobaría la Iniciativa LEADER II, con unas características similares a LEADER I, aunque si bien éste tuvo por objetivo la experimentación; en el segundo, fue prioridad conseguir la diversificación vía innovación en las actividades de desarrollo rural. En total 968 Iniciativas en la UE, de las cuales 133 estuvieron en España y 22 en Andalucía. El efecto demostrativo de este programa en España y las expectativas generadas entre la población del medio rural supuso, dentro del Marco Comunitario de Apoyo 1994-1999, definir el Programa de Desarrollo y Diversificación Económica de las Zonas Rurales (PRODER), extensibles a todas las zonas rurales de las regiones Objetivo 1, lo que supuso casi una cobertura total del territorio andaluz con 27 nuevos Programas. Sin embargo la transferencia a otros ámbitos de la política pública del valor añadido conseguido con LEADER no ha producido de forma similar en los distintos Estados miembros. Tres factores fundamentales han contribuido a estas diferencias: el contexto histórico en el que se encuentran los territorios rurales y la población encargada de gestionar el programa, el contexto político y las prácticas nacionales que ya existían a principio de los años 90 y la sensibilidad a la cuestión rural (AEIDL, 1999). En primer lugar, la receptividad a LEADER ha sido experimentada por la población en función de su estabilidad económica, demográfica y social. En países como Francia o Dinamarca, donde las reestructuraciones del medio rural se iniciaron a mediados del siglo pasado y hoy ya disfrutan de cierta estabilidad, el impacto de la Iniciativa LEADER ha sido moderado. En cambio, otros países como España o Finlandia, en los que el medio rural se ha enfrentado recientemente a profundas crisis (aumento de paro, éxodo, reducción del número de explotaciones, etc.), LEADER ha supuesto para su población un nuevo marco de oportunidades de desarrollo, en el que se han depositado grandes expectativas. En segundo lugar, el contexto político y la experiencia ha venido dado por la existencia previa de alguna política rural nacional o regional, el grado de descentralización y la existencia de prácticas de concierto institucional. Ante la existencia de una política rural consolidada con múltiples instrumentos, el programa LEADER ha sido un elemento más que se ha tenido que abrir camino o bien ha sido utilizado de forma especializada para inversiones inmateriales (Francia, Austria, Luxemburgo, Suecia...). Por el 8 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales contrario, para los países que han carecido de ella, LEADER ha supuesto una de las primeras oportunidades para hacer desarrollo local, siendo la concertación públicoprivada el principal resultado de las cooperaciones establecidas. En estos casos, algunos países han mostrado la intención de aumentar las funciones de los Grupos de Desarrollo Rural en la aplicación de otros programas. También la sensibilidad hacia el mundo rural ha determinado en gran medida el impacto de LEADER, ya que este ha estado dirigido a desarrollar las capacidades de los que en él habitan. Aquellos países en los que este medio ocupa una parte importante del territorio y la situación de crisis afecta a un porcentaje considerable de población, han reaccionado poniendo en marcha un mayor número de programas. De esta forma la generalización de las estrategias de desarrollo local ha sido un primer intento de generar una política de desarrollo rural (han sido ejemplo de esta situación, España, Irlanda, Francia, Portugal, Italia y Finlandia). La Comunidad Autónoma Andaluza, en base a sus plenas competencias en materia de agricultura, ha desarrollado una política de desarrollo rural integral con muchos puntos en común con el enfoque LEADER. La definición en 1992 del Plan de Desarrollo Rural de Andalucía (PDRA), fruto de un amplio proceso de concertación social, sentó las bases de una política rural dirigida al desarrollo equilibrado del territorio y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. El éxito de la puesta en marcha de los 9 Grupos de Acción Local en el marco del programa LEADER I contribuyó a la decisión de cubrir prácticamente todo el territorio con este tipo de iniciativas: LEADER II y el Programa Operativo de Desarrollo y Diversificación Rural (PRODER). Como instrumentos principales de esta política están los Grupos de Desarrollo Rural y los Planes Estratégicos elaborados por los propios Grupos, lo que ha permitido la consolidación de una red de 50 Grupos, en Andalucía, en torno a los cuales se articula el 89% del territorio, 660 municipios y casi una población de 3 millones de personas. 9 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Hoy en Andalucía se puede hablar de la existencia de un modelo de desarrollo rural centrado en el territorio y sus actores sociales, y en el aprovechamiento de sus recursos y el enfoque ascendente, con resultados que apuntan hacia la revitalización del medio rural. Algunos elementos de este modelo son la conformación de estrategias de desarrollo que han generado nuevas expectativas de futuro y una estructura en red, que partiendo del entramado local se integra en redes territoriales más amplias. Actualmente el fortalecimiento de este modelo pasa por el aprendizaje sobre lo vivido y la transferencia de las buenas prácticas, o lo que se ha denominado “tercera generación”. En esta fase los Grupos de Desarrollo Rural deberán mostrar más autonomía por ampliación de sus competencias, ampliación del partenariado local e incorporación a nuevas redes de carácter regional e internacional. 4.- MEDIDAS DE DIVERSIFICACIÓN EN LOS PROGRAMAS DE DESARROLLO RURAL. 4.1.- Diversificación según tipología de proyectos. 4.1.1.- Consideraciones metodológicas El siguiente análisis del proceso de diversificación experimentado por el medio rural andaluz ha sido realizado a partir de los proyectos certificados hasta finales del 2000 en los 22 Grupos LEADER de esta región (58% de un total de 3.973 proyectos). Esta información de carácter global y sin que se haga mención a ningún grupo concreto procede de la Consejería de Agricultura y Pesca. Para cada una de las medidas en que se subdivide la medida B del Programa de Innovación Rural (a excepción de la medida B1 destinada al funcionamiento del Grupo y B2 Formación y Ayuda al Empleo), se ha distinguido, por un lado, el carácter productivo o no productivo de los proyectos, y por otro, su pertenencia a una tipología temática que define el tipo de actividad al que se diversifica. Los resultados obtenidos son generalizables a la totalidad de los Grupos, con diferentes matizaciones que han venido dadas por su estrategia plasmada al inicio del programa. 10 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales 4.1.2.-El proceso de diversificación regional dentro de LEADER II. El Programa Regional LEADER II para cada Comunidad Autónoma, definía previamente el tipo de diversificación prevista a nivel regional, de acuerdo con las preferencias determinadas por los distintos territorios en el momento de su formulación. Para el caso de Andalucía, el principal sector a desarrollar sería el Turismo Rural, al que se destinaron el 30,8% de los fondos, seguido de la Industria Agroalimentaria y el sector de Pequeñas y Medianas empresas, artesanía y servicios, con un 23,3% y 24% del presupuesto global. La Formación y Ayuda a la contratación y la Conservación del Patrimonio rural, aparecían como medidas de carácter transversal a las medidas puramente productivas. Gráfico 1.- Relevancia financiera por medidas. 35,0% 31,1% 30,0% 23,3% 23,9% 25,0% 20,0% 15,0% 9,9% 7,8% 10,0% 3,9% 5,0% 0,0% MEDIDA B1 MEDIDA B2 MEDIDA B3 MEDIDA B4 MEDIDA B5 MEDIDA B6 Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Pesca B1: Apoyo Técnico al Desarrollo Rural; B2: Formación Profesional y Ayudas a la Contratación; B3: Turismo Rural; B4: Pequeñas Empresas, Artesanía y Servicios; B5: Valoración y Comercialización de la Producción; B6: Conservación Del Medio Ambiente. Desde el principio se definió el tipo de diversificación que se esperaba obtener, caracterizada por su carácter multisectorial. Los sectores productivos fueron el núcleo del programa, a partir de los cuales se originaría el proceso de diversificación bien hacia el sector secundario (de pymes y artesanía) o al sector terciario (servicios y turismo). 11 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales No obstante, los Programas de Innovación Rural Comarcales, pudieron definir el programa en función de sus necesidades, sin que la distribución financiera por medidas tuviese que corresponder con la del programa regional. A continuación se muestran las principales tendencias de diversificación dentro de cada una de las medidas del programa. (a) Diversificación en torno al turismo rural A esta medida corresponde casi un tercio del total destinado a la medida B para el conjunto de la región. Del total de proyectos estudiados (517) el 24% corresponden actuaciones no productivas y el 76% a aquellas de carácter productivo. Gráfico 2.- Tipología de actividades productivas en la Medida B3. (%) ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS 11% CENTRAL DE RESERVAS, CENTRO DE INICIATIVAS TURÍSTICAS 3% HOTEL, APARTAMENTOS, COMPLEJOS TURÍSTICOS 24% RESTAURANTE 21% CORTIJO, MOLINO, EDIFICIO SINGULAR 7% CAMPING-ALBERGUE 5% CASA RURAL 29% Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Pesca Prácticamente en todas las comarcas que han articulado el proceso de diversificación en torno al turismo rural han iniciado el proceso con la creación y modernización de la oferta turística tanto de alojamiento en todas sus variantes (hotel, casas rurales, camping, casas cueva, balnearios, refugios de montaña, casas forestales, villas turísticas, albergues, etc.), como de restauración (fondas, ventas, mesones, restaurantes, etc.). En 12 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales total, el 65% de los proyectos tienen como objeto la creación de alojamiento siendo las modalidades más frecuentes la casa rural y el hotel rural, aunque por el número de plazas y el colectivo al que se dirige, es significativo la creación de nuevos campingalbergues. La creación y modernización de restaurantes suponen el 21% de los proyectos, siendo lo más significativo en estos casos, el esfuerzo realizado para la recuperación de la gastronomía local, asociado al producto turístico. En una fase posterior ha tenido lugar la emergencia de una oferta complementaria (11% de los proyectos), entre los que se encuentran actividades deportivas de naturaleza (rutas a caballo, senderismo, espeleología, vuelo sin motor, aula de la naturaleza y actividades náuticas entre otras), la animación turística y actividades educativas en granjas escuela; y las propias del turismo cinegético. Entre las actividades no productivas han sido frecuentes los inventarios o estudios, la promoción y comercialización (ferias, folletos, catálogos y guías) y la creación de itinerarios y señalización de rutas. Las acciones de promoción y comercialización han constituido el 85% del total, a través de las cuales se ha conseguido la asistencia a Fitur de empresarios incluso con stands, la realización de campañas de promoción específicas, la edición de material promocional (mapas, guías de los Parques Naturales, folletos, guías de servicios turísticos, catálogos, inventario de avifauna, guía del buitre leonado, planos callejeros, guía turística y comercial, guía cartográfica, edición de material promocional de paralelo 40, guía histórico- artística...) También se han organizado encuentros y jornadas: feria regional del jamón, certamen de productos artesanos, jornadas micológicas, jornadas deportivas de cicloturismo y equitación, competiciones de parapente y ala delta, etc. Otras actuaciones han estado dirigidas a la creación y mejora de infraestructuras y equipamientos, incidiendo en aspectos como la señalización tanto de cascos urbanos como del entorno natural (embellecimiento de calles, aldeas y pueblos; rehabilitación de galerías mineras; jardines y adecuación de entornos urbanos; museos y salas temáticas; recuperaciones de espacios históricos y yacimientos, oficinas de turismo y puntos de información, etc. 13 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Por último destacar las actuaciones colectivas emprendidas por algunos grupos, tendentes a organizar la oferta e incrementar el valor añadido de los servicios turísticos como actuaciones de apoyo a la comercialización de alojamientos rurales (Centrales de Reserva), creación de Centros de Iniciativas Turísticas, creación y regulación de marca de calidad, inventarios de oferta e inventario de recursos. (b) Diversificación en torno a la Pyme, la artesanía y los servicios. A esta medida corresponde el 23% del total destinado a la medida B para el conjunto de la región. Sólo el 8% del total de proyectos han correspondido a actuaciones de carácter no productivo, entre las que destaca la comercialización y promoción de productos y servicios y las infraestructuras y servicios a empresas (polígonos industriales y viveros de empresas). Gráfico 3.- Tipología de actividades productivas en la Medida B4. (%) MUEBLES 11% COMERCIALIZACIÓN Y SERVICIOS 6% AGROALIMENTARIA 25% ARTESANÍA 16% INDUSTRIA TEXTIL 10% INDUSTRIA AUXILIAR 11% MINERÍA Y CANTERÍA 10% EMPRESAS FORESTALES 8% SERVICIOS: 3ª EDAD, GUARDERÍAS 1% NUEVAS TECNOLOGÍAS 2% Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Pesca Las actuaciones de carácter productivo se han dirigido fundamentalmente a tres campos: artesanía, industrias de transformación y empresas de servicios con especial incidencia en servicios de acercamiento a la población. 14 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales La artesanía ha supuesto el 16% de los proyectos analizados, con una extensa gama de actividades que reproducen oficios tradicionales, e incluso otros ya olvidados. Entre ellos cabe destacar la cerámica, la forja, la carpintería de madera, la repostería, los telares, el vidrio, el tejar rústico, la alfarería, la orfebrería, el latón, etc. Otras actividades artesanales han estado a caballo con la pequeña industria de transformación, entre la que se encuentra la industria textil, el calzado y el cuero (10%), la industria del mueble (11%) y la actividad extractiva de mármoles y granitos (10%). Otro sector en auge es el de la industria auxiliar (11%) y de servicios auxiliares y comercialización (41%). Dentro del primer grupo se encuentran: aquellas empresas que fabrican maquinaria para el sector agrario o agroalimentario, las de fabricación de elementos auxiliares a la construcción (carpintería de madera y metálica, talleres, componentes, etc.); y en el segundo, las empresas de nuevas tecnologías (informática, telecomunicaciones, televenta...), de consultoría y artes gráficas (comercialización, publicidad, diseño, asesoría, ingeniería, etc.), de servicios forestales, agrarios y medioambientales, y las de servicios agroalimentarios y productos naturales. Dentro de las empresas de servicios de acercamiento a la población destacamos las siguientes: residencias geriátricas, servicio comarcal de urgencias médicas permanentes, servicios veterinarios, residencia para minusválidos, gimnasios, academia informática, óptica, laboratorio de análisis clínicos, adaptación de taxi para minusválidos y empresas multiservicios. Se han apoyado asimismo Infraestructuras de servicios a empresas, tales como: polígonos industriales, centros de servicios avanzados, estudios de viabilidad sectorial, centros de servicios a empresas, viveros de empresas. (c) Diversificación en torno a la valorización y comercialización de la producción. A esta medida corresponde el 24% del total destinado a la medida B para el conjunto de la región. Del total de actuaciones el 17% han sido de carácter no productivo y el 83% de carácter productivo. 15 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Gráfico 4.- Tipología de actividades productivas en la Medida B5 (%) ACUICULTURA 1% GRANJAS CINEGÉTICAS 13% ENVASADORA COMERCIALIZADORA 1% PRODUCTOS DEL MONTE 14% LABORATORIO 10% MATADERO 25% ELABORACIÓN DE VINOS 27% SERVICIOS AGRARIOS 2% ALMAZARA 2% INDUSTRIA LÁCTEA 4% INDUSTRIA CÁRNICA 1% Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por la Consejería de Agricultura y Pesca Las actuaciones de carácter productivo están dirigidas fundamentalmente a la transformación de los productos agroalimentarios tradicionales (50% de los proyectos), con una importante componente de ampliación y modernización, que ha supuesto en algunos casos el traslado de la industria a polígonos industriales y la homologación según normativa vigente. Entre los subsectores más importantes se encuentran: Industria cárnica (despiece, chacinas, embutidos, jamones, etc.), Industria quesera, almazaras y envasadoras de aceite, elaboración y envasado de vinos y transformación de productos de monte (corcho, miel, setas, frutos silvestres). En todos estos productos la obtención de calidad ha sido uno de los principales objetivos, que en numerosas ocasiones, como ocurre en el sector del aceite o el vino, ha concluido con las Denominaciones de Origen o conversión a producción ecológica. Los servicios auxiliares a la industria agroalimentaria han sido un importante segmento en expansión creándose una oferta antes inexistentes que completan el proceso productivo, incidiendo sobre todo en el valor añadido que queda en el medio rural. El 36% de los proyectos han tenido este fin: mataderos, laboratorios agroalimentarios y envasadoras, y comercializadoras de productos agrarios. 16 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Entre los nuevos productos y servicios (14%) introducidos destacan los derivados de la acuicultura (alevines de doradas, truchas, esturiones), nuevas modalidades de producción en granja (cinegéticas, avestruces, helicicultura, etc.), los de cultivos energéticos, y cultivos con fines medicinales o cosméticos, entre otros. Los proyectos de promoción y comercialización intersectorial (ferias, folletos, catálogos, guías) se han centrado en el aceite de oliva, queso y otros productos locales como la pasa y la miel. Se han realizado estudios específicos sobre productos locales que van dirigidos especialmente a la mejora de la calidad de las producciones. (d) Diversificación en torno a la puesta en valor del patrimonio rural. A esta medida correspondía el 8% del total destinado a la medida B para el conjunto de la región. El tipo de actuaciones ha sido muy diverso, estando dirigidas tanto a la reducción de impacto medioambiental de actividades industriales como a la recuperación o puesta en valor del patrimonio rural. Su efecto ha sido en gran medida testimonial, pero en estrecha conexión con el fortalecimiento de la identidad territorial. Dentro de las actuaciones de reducción de impacto ambiental se encuentran: mejora medioambiental de plantas de áridos, aprovechamiento de aguas residuales, adecuación de la ubicación de vertederos, aplicación de medidas correctoras en diferentes fábricas, entre otras actuaciones. Dada la envergadura de los proyectos de conservación y mejora del patrimonio artístico, el número de proyectos ejecutados ha sido escaso, sólo se contabilizan actuaciones puntuales de intervenciones parciales en elementos históricos o culturales del territorio. Sin embargo, han sido más frecuentes las actuaciones de mejora del entorno en los municipios, como es el embellecimiento de calles, recuperación de parques, rehabilitación de kiosko para actividades culturales, recuperación del entorno de los municipios, creación y mejora de zonas de acampada, etc. (e) Vínculos establecidos entre sectores e integración sectorial. El motor de arrastre del proceso de diversificación ha sido el turismo, en aquellos territorios que han evolucionado hacia el sector terciario; y la industria agroalimentaria, en aquellos otros que lo han hecho hacia el sector industrial. Sin embargo, el fenómeno 17 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales más frecuente ha sido el establecimiento de una fuerte interrelación entre turismo e industria agroalimentaria, como demandantes de numerosas actividades complementarias (servicios complementarios al turismo, o industrias auxiliares al sector agroalimentario). El turismo ha sido una importante vía para conseguir que el valor añadido de las producciones locales resida en sus zonas de origen, y sean valoradas como un producto distintivo de éstas. A su vez, la gastronomía y la industria artesanal local, han sido un importante reclamo turístico para el visitante. Dada la vocación de producción primaria de Andalucía, uno de los principales resultados del proceso de diversificación dentro de los Programa de Desarrollo Rural, son la integración vertical de numerosos sectores, en los que sólo se realizaba una primera transformación de la producción, sin llegar al producto acabado ni a su comercialización. Han experimentado importantes avances el sector cárnico, sector de aceite de oliva, sector quesero, sector vitivinícola, sector repostería, sector de la aceituna de mesa, sector cinegético, etc. Así por ejemplo, el sector cárnico ha asumido el proceso de homologación exigido por la normativa comunitaria, lo que ha supuesto un gran esfuerzo de modernización tecnológica y ampliación de sus instalaciones, ha diversificado la gama de productos y ha aumentado el periodo de transformación de sus producciones para la obtención de una mayor calidad. En algunos casos, se han conseguido Denominaciones de Origen que no sólo aumentan el valor añadido del producto sino que han sido un instrumento de vertebración del sector, lo que ha supuesto una mayor capacidad para situar las producciones en el mercado. 4.2.- Diversificación según territorios. El enfoque territorial de los Programas de Desarrollo ha permitido comprobar la importancia de la escala local en los procesos de organización económica. Todo proyecto económico supone en mayor o menor medida una forma de acción social, en cuanto que está situado socialmente dentro de un territorio, dentro de un sector y un colectivo social. Las propias instituciones resultantes del proceso de organización y vertebración de los sectores económicos, son una construcción social, producto de su 18 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales acción colectiva cuando deciden unirse para mejorar su situación o conseguir nuevos objetivos. La situación de partida del territorio, sus problemas socioeconómicos, sus fuerzas vivas, el nivel y capacidad de negociación institucional, condicionan el resultado del programa de desarrollo. Partiendo de este supuesto, y a través del análisis de las estrategias de desarrollo de los distintos territorios acogidos a los Programas de Desarrollo Rural (tanto a la Iniciativa Comunitaria LEADER II como al Programa Operativo de Diversificación y Desarrollo Rural, PRODER), se ha intentado profundizar en las principales líneas de diversificación territorial en Andalucía. Las áreas rurales de Andalucía presentan una gran heterogeneidad. A grandes rasgos podemos dividirlas en tres tipos de zonas: zonas de montaña, zonas agrícolas interiores y zonas de litoral, cada una de las cuales han presentado rasgos de diversificación diferentes. Las zonas de montaña, en función de su orientación productiva, han sido clasificadas en: áreas de vocación minera o extractiva, áreas bajo figuras de protección medioambiental, áreas de vocación agrosilvopastoral, áreas de monocultivo de olivar y áreas áridas o semiáridas. ZONAS DE VOCACIÓN MINERA O EXTRACTIVA Son zonas en crisis por abandono de la actividad minera, que han sufrido un fuerte impacto por la actividad extractiva y de transformación del paisaje. Pueden tener un gran atractivo paisajístico (llamativos colores, formaciones y estructuras) de gran atractivo turístico, pero han debido asumir grandes retos de readaptación de las infraestructuras y los medios existentes. Principales líneas de diversificación Readaptación, reciclaje y mejora de la cualificación profesional. Diversificación de la oferta turística: turismo rural, cinegético, ecoturismo... Recuperación del paisaje en antiguas minas y adecuación al turismo temático: rutas en ferrocarril, museo minero, etc. Creación y adaptación tecnológica de pequeñas empresas tradicionales. Vertebración de un nuevo tejido social sobre la base de nuevos colectivos emergentes. Acciones de promoción de productos artesanales: ferias, mercadillos, etc. Mejora de la comercialización del turismo local y las producciones locales. 19 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales ÁREAS BAJO FIGURAS DE PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL Son zonas pertenecientes a la red de Parques Naturales (17% superficie andaluza), que históricamente han estado aisladas orográficamente y alejadas de la actividad económica. Poseen un importante patrimonio natural y una gran biodiversidad, por lo que tienen un gran atractivo. Las opciones de desarrollo giran en torno al “ecodesarrollo” y el “desarrollo sostenible”. Principales líneas de diversificación Formación profesional y estudios relacionados con la conservación de la biodiversidad y los valores medioambientales. Fomento de la creación de empresas de turismo alternativo: ecoturismo, turismo de aventura, espeleología. Fomento de la creación de Pymes que aumenten el valor añadido de recursos locales: embotelladora de agua mineral, queserías, serrerías y carpinterías, etc. Fomento de creación de empresas auxiliares al sector forestal: viveros, trabajos selvícolas, descorche. Introducción de nuevos cultivos y técnicas: cultivo del champiñón, plantas aromáticas, extractoras de esencias, agricultura y ganadería ecológica, etc. Divulgación de patrimonio arquitectónico y natural: rutas de montaña, centros de interpretación de la naturaleza. ÁREAS DE VOCACIÓN AGROSILVOPASTORAL Son las superficies ocupadas por dehesa (780.000 has en Andalucía) de gran valor ecológico pero con importantes limitaciones físicas y estructurales (suelos pobres, inadecuada estructura de la propiedad, población envejecida...) que han dificultado la adaptación del sector agrario a las nuevas exigencias del mercado. La estrategia de desarrollo se centra en el aprovechamiento del potencial económico del bosque mediterráneo y su integración en el mercado nacional y comunitario. Principales líneas de diversificación Creación, modernización y homologación de empresas transformadoras de productos locales y tradicionales: mataderos, carne de caza, industrias cárnicas, queserías, industrias corcheras, etc. Reorientación de la producción hacia productos de calidad: etiquetado y envasado, control sanitario, denominaciones de origen. Vertebración del tejido empresarial: asociaciones sectoriales (ganaderos, industrias agroalimentarias y otras industrias de transformación) Realización de estudios de mercado y de los circuitos de distribución. Desarrollo de actividades complementarias realizadas en la propia explotación: agroturismo, turismo cinegético, senderismo, etc. Organización del sector turístico a través de la creación de Centros de Iniciativas Turísticas: oferta de un paquete turístico integral. 20 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales ÁREAS DE MONOCULTIVO DE OLIVAR El olivar ocupa el 19% de la superficie cultivable en Andalucía, y en las zonas de montaña pese a su escasa productividad, tiene un gran valor paisajístico y medioambiental, y una excelente calidad del aceite de oliva. El desarrollo de estas zonas pasa por la diversificación del sector primario hacia productos especializados de calidad. Principales líneas de diversificación. Diversificación de la producción agraria hacia producciones de calidad a través de pequeñas empresas artesanales que aumenten el nivel de transformación: aceite de oliva, aceituna de aderezo, carne de ovino, madera de olivo, hortícolas, miel, etc. Introducción de técnicas de agricultura y ganadería ecológica. Creación de una marca de calidad como distintivo de los productos y aplicación de nuevas técnicas de comercialización y marketing: comercio electrónico, venta por catálogo. Aprovechamiento de recursos turísticos infrautilizados: señalización, divulgación y creación de itinerarios temáticos. Desarrollo de una oferta turística que incluya paquetes integrados con actividades complementarias. ÁREAS ÁRIDAS O SEMIÁRIDAS En Andalucía tienen su mejor representación en el sudeste y están caracterizadas por la extremidad de sus condiciones tanto de temperatura como de precipitaciones. Poseen gran biodiversidad y valor ecológico, pero son zonas escasamente pobladas, sometidas a fuertes procesos de emigración, sobre todo de los más jóvenes. Predomina una economía de subsistencia, con rendimientos muy bajos de las tierras de cultivo y predominio de tierras no labradas. Principales líneas de diversificación Capacitación para inserción laboral de jóvenes y mujeres: actividades turísticas, técnicas de tratamiento de frutales de secano, etc. Apoyo a jóvenes emprendedores. Fomento de producciones alternativas: introducción de nuevos cultivos y variedades mediante la técnica de invernaderos, reorientación de los frutales de secano ya existentes en agricultura ecológica (almendro y olivo). Selección y mejora de la cabaña ganadera autóctona: cabra, cordero... Ampliación de los canales de comercialización de los productos agroalimentarios: centrales hortofrutícolas. Recuperación de oficios tradicionales artesanales: confitería, cerámica, forja, etc. Creación de una oferta de turismo de interior. Las zonas agrícolas interiores de Andalucía han sido definidas, para su análisis, como zonas de campiña interior y las vegas fluviales. 21 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales ÁREAS DE LAS CAMPIÑAS INTERIORES Las campiñas interiores de Andalucía constituyen una unidad territorial relativamente homogénea, orientada a cultivos herbáceos de secano (cereal y girasol) y al olivar. La agricultura es el principal recurso económico, lo que en el proceso de desarrollo se ha traducido en una floreciente industria agroalimentaria y el arrastre de un importante sector de pymes. No obstante, estas comarcas también suelen padecer situaciones de desequilibrio territorial, presentando zonas de baja densidad de población y reducido dinamismo económico. Principales líneas de diversificación. Implantación de nuevas actividades que permitan generar rentas complementarias a la actividad principal. Adaptación de la formación a las nuevas exigencias del mercado: nuevas tecnologías, procesos de calidad, marketing, comercialización... Modernización del sector agroindustrial y de industrias auxiliares, así como potenciación del sector artesanal. Creación de nuevos yacimientos de empleo: servicios de proximidad, servicios a domicilio, etc. Dotación de áreas de desarrollo industrial: polígonos industriales, micropolígonos, viveros de empresas, escuelas de empresas, etc. ÁREAS DE LAS VEGAS FLUVIALES Las vegas fluviales de Andalucía se asientan la mayor parte de los cultivos de regadío de extensivo o semi-extensivo (maíz, girasol, algodón) y la fruticultura. Son zonas de suelos muy fértiles, cuya ocupación principal es la agricultura. Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado un importante cambio en la estructura económica y poblacional como consecuencia de la aplicación de la PAC (aparición de mano de obra excedentaria que se ha visto obligada a emigrar o bien se ha mantenido vía subsidios). Los objetivos de desarrollo se han dirigido a diversificar el sector agrario mediante el fomento de iniciativas complementarias. Principales líneas de diversificación Mejora de la cualificación profesional de trabajadores y empresarios. Incorporación de las mujeres y los jóvenes al mercado laboral: nuevos yacimientos de empleo, servicios socioculturales, animadores, etc. Adaptación de las actividades productivas existentes a la demanda del mercado: nuevas tecnologías de la información y comunicación, modernización productiva, participación en redes empresariales. Creación de servicios especializados para industrias agroalimentarias: control sanitario, diseño de productos, uso de energías alternativas... Modernización de pymes: mejora de la red de comunicaciones, de energía, infraestructura y equipamiento industrial. Incorporación a nuevos canales de comercialización y distribución: ventas por Internet, sistemas de franquicias, etc. 22 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Por último, los Programas de Desarrollo han intervenido en áreas rurales de zonas costeras de interior, que también han definido una estrategia de diversificación. ÁREAS RURALES DE LAS ZONAS DEL LITORAL En las zonas rurales del litoral (Atlántico y mediterráneo) son fuente de numerosos recursos (clima, suelo, agua, etc.) y en ellas coexisten las actividades turísticas con las nuevas formas de agricultura. Tradicionalmente la agricultura y la pesca han sido los dos pilares básicos de la economía litoral, ante cuya crisis, el sector turístico se ha desarrollado como una actividad emergente. Su rápido crecimiento, sin una buena planificación, puede provocar desequilibrios demográficos, alto índice de paro estacional y excesiva dependencia de los municipios de la costa. Principales líneas de diversificación Modernización de la agricultura y la ganadería, orientándola a la producción ecológica y de calidad. Mejora en el aprovechamiento y distribución del agua. Mejora de la comercialización agrícola: estudios de mercado, normalización, concentración y promoción de productos agroalimentarios. Introducción de innovaciones tecnológicas en las empresas a fin de aumentar su productividad, competitividad y calidad. Fomento del agroturismo y turismo de interior, con especial incidencia en la diversificación de la oferta que genera un flujo de visitantes estable durante todo el año. Creación de empresas de servicios relacionadas con el aprovechamiento del patrimonio histórico, artístico y etnográfico: servicios de guías, centrales de reservas... 5.- CONCLUSIONES Tras diez años de aplicación de políticas de diversificación de actividades en el medio rural, a través de iniciativas comunitarias (LEADER I y II), y de Programas Operativos (PRODER); y a falta de un análisis más exhaustivo en el que estamos en estos momentos, podemos afirmar que el medio rural de los países de la Unión Europea, y especialmente el de Andalucía ha experimentado profundos cambios en la última década. Las reflexiones, a modo de conclusiones, que podemos extraer de este proceso de cambios los podemos referir, en primer lugar, a aquellos aspectos cuantitativos que tienen que ver con el número y la naturaleza de las actividades puestas en marcha en los 23 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales programas de desarrollo. Pero no seríamos justos con la propia esencia de las iniciativas llevadas a cabo si solo nos limitásemos a estos aspectos cuantitativos. Más allá del impacto que los nuevos proyectos han producido en el medio rural, hay que considerar los elementos intangibles que conllevan los programas, tales como: cohesión e identidad territorial, aumento de la participación de los actores sociales en el proceso de desarrollo, sinergia entre lo público y lo privado, aumento del vínculo entre acciones para conseguir un desarrollo integrador, cambio de mentalidad de los actores tradicionales incrementando la creencia en sus propias fuerzas, aumento sobre la conciencia del valor de los recursos que hay en los territorios propios... Este segundo aspecto es, sin duda, fundamental a la hora de valorar el mantenimiento y la sostenibilidad del proceso de diversificación emprendido. En cuanto a los elementos más destacables por medidas se encuentra la capacidad de arrastre que tienen los sectores de turismo de interior y el agroalimentario, y la fuerte sinergia establecida entre ambos. Ambos sectores generan en su área de influencia una importante demanda de servicios e industrias auxiliares que han encontrado en el medio rural un interesante mercado en alza. Además, estas actividades auxiliares requieren recursos humanos formados y especializados, hoy incorporados al abanico de profesiones demandadas en el medio rural. Esto nos permite afirmar que la diversidad de nuestro territorio no sólo ha tenido un impacto importante sobre la multifuncionalidad de la agricultura y del espacio en general, sino también sobre la pluralidad de nuestra sociedad rural. Los principales resultados obtenidos fruto del proceso de diversificación en el sector turismo son los siguientes: una oferta de alojamientos consolidada y de calidad (especialmente casas rurales, hoteles rurales y apartamentos), la emergencia de un nuevo subsector de actividades complementarias que viene a satisfacer las necesidades de ocio de la demanda urbana y la creación de una infraestructura básica de comercialización. Estos resultados han estado acompañados de un intenso proceso de identificación, estructuración y organización sectorial visualizado en la realización de numerosos estudios e inventarios, la creación de Centros de Iniciativas Turísticas y Asociaciones de Empresarios de Turismo, y la constitución de Centrales de Reservas Turísticas y Marcas Sectoriales. 24 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales La valorización de la producción agraria ha sido también uno de los principales sectores de diversificación, beneficiándose casi de un cuarto de las iniciativas emprendidas. Diferentes subsectores (vinos, aceite de oliva, industrias cárnicas, cinegética, etc.) han experimentado un importante proceso de integración vertical, estando hoy en los mercados internacionales con distintivos de calidad asociados a su territorio de origen. Como consecuencia de las demandas del sector agroalimentario y del turismo, se ha ubicado en el medio rural una importante industria auxiliar, resultado de la consolidación y modernización de industrias ya existentes que hace unos años presentaban dificultades de viabilidad futura. Entre ellas se encuentra la industria textil, la industria del cuero, la carpintería de madera, la industria del mueble, etc. Destacar también en el contexto del desarrollo local, y por tanto fruto de la sinérgica pública-privada, la importancia de la emergencia de un nuevo sector de servicios de proximidad, como respuesta a los servicios sociales demandados por la población al sector público local. En la evolución de los Programas de Desarrollo, el papel de la Administración local ha evolucionado desde el inicio de los mismos, momento en el que asumieron un importante papel de dinamización y movilización de la población, a la propia ejecución, en la que han liderado otro tipo de proyectos de carácter comarcal o en busca del beneficio general de la población. Especialmente significativos han sido los proyectos de creación de nuevos servicios comunitarios (como guarderías, residencias geriátricas, servicios de información, servicios de transporte) o aquellos relacionados con la valorización del patrimonio local (recuperación de costumbres y tradiciones, restauración de patrimonio arquitectónico y ejecución de pequeñas infraestructuras). Dada la incidencia que los proyectos de recuperación o puesta en valor del patrimonio rural han tenido sobre el fortalecimiento de la identidad territorial, cabe pensar que el futuro del desarrollo de nuestros territorios, será sostenible en la medida que contemple la conservación de nuestros recursos locales. Esto nos lleva a reconocer la especificidad de nuestros territorios: por una lado, las zonas de montaña, de gran fragilidad medioambiental por la riqueza de recursos y biodiversidad que encierran; y por otro, los territorios de vocación agraria, herederas de una importante tradición productiva, que han asumido la transformación de esta producción en un proceso de integración vertical que debe conducir a la competitividad territorial sobre la base de la calidad certificada de los alimentos. 25 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales Por último, las diferencias observadas entre países, apuntan a que algunos como España, que han carecido de una política integral de desarrollo rural, tienen en estos programas una nueva oportunidad para definirla. En Andalucía esta tendencia está acentuada, además, por la importancia del medio rural tanto en el conjunto del territorio como de la población que lo habita, y por la enérgica respuesta de los actores sociales a participar en el proceso de desarrollo. Los logros que, sin duda, se han conseguido en la última década de cohesión, equilibrio y articulación territorial gracias a la puesta en marcha de los Programas de Desarrollo Rural no son suficientes para garantizar el desarrollo sostenible del Medio Rural andaluz, pero sí son un punto de arranque imprescindible para las nuevas estrategias de desarrollo del período 2000/2006. Durante los próximos años, en los que está garantizada financieramente, por parte de la UE y los Estados Miembros, la continuidad de los Grupos de Acción Local en el territorio, el reto fundamental será la consolidación del modelo de desarrollo puesto en marcha, aumentando la participación de los actores sociales, ganando en autonomía de los propios Grupos de Desarrollo y definiendo el papel de las instituciones. 26 IV Coloquio Hispano-Portugués de Estudios Rurales 6.- BIBLIOGRAFÍA | BUCKWEEL, A. (1997) Towards a Common Agricultural and Rural Policy for Europe. Report of an Expert Group. D.G. VI/A1. European Comisión. | COMISIÓN EUROPEA (1998). The CAP reform. A policy for the future, COM(98) 158 final. | COMISIÓN EUROPEA (1997). Agenda 2000. Por una Unión más fuerte y más amplia, COM (97) 2000 final. | EMPRESA PÚBLICA PARA EL DESARROLLO AGRARIO Y PESQUERO DE ANDALUCÍA, (D•a•p) (1999) Evaluación Intermedia LEADER II. Informe Regional. Sevilla. 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