CC. PRESIDENTE Y SECRETARIOS DE LA CÁMARA DE SENADORES

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CC. PRESIDENTE Y SECRETARIOS DE LA CÁMARA DE SENADORES
DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN,
P r e s e n t e s.
NORMA ESPARZA HERRERA, Senadora a la LXI Legislatura del Honorable Congreso de la
Unión e integrante del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, con
fundamento en lo dispuesto por los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 8 fracción I, 76 fracción I, 164 numerales 1. y 2., 169 y 172 del
Reglamento del Senado de la República, me permito someter a la consideración de esta H.
Asamblea la siguiente INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA
EL ARTÍCULO 215-A DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL, con arreglo a la siguiente:
Exposición de Motivos
La Iniciativa que se pone a consideración de esta Asamblea, deviene de la Sentencia emitida por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, en torno al Caso Radilla Pacheco Vs. el Estado
Mexicano [1], en la que se condenó entre otros aspectos al Estado Mexicano a adoptar, en un
plazo razonable, las reformas legislativas pertinentes para compatibilizar el artículo 215-A, del
Código Penal Federal, con los estándares internacionales en la materia y con la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, en el marco del paradigma internacional
en materia de derechos humanos y en alcance al recientemente reformado artículo 1°
constitucional.
De la conclusión a la que en coincidencia con la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
arribó nuestra Suprema Corte de Justicia, en torno a los efectos de dicha Sentencia, se desprende
el sentido de que frente a la eventual vulneración de derechos humanos que reviste el artículo 215A del Código Penal Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación con fecha 1° de junio
del 2001, es obligación del Estado, en el ámbito del Poder Legislativo, la consolidación de la
mencionada
actualización
al
ordenamiento
jurídico
en
comento.
Esto es así toda vez que de conformidad con el artículo de referencia, los actos constitutivos de
violaciones a los derechos humanos en torno al delito de desaparición forzada de personas, por
virtud de la reforma constitucional en comento, deben ser congruentes con lo preceptuado por la
Convención
Interamericana
sobre
Desaparición
Forzada
de
Personas.
En este orden de ideas, los Legisladores, tenemos la impostergable obligación de actualizar el
marco normativo en congruencia con las actuaciones de los Órganos Internacionales debidamente
integrados a nuestro derecho interno, particularmente y para el caso que nos ocupa, la adecuación
del
artículo
215-A
del
Código
Penal
Federal.
Con base en estos antecedentes, resulta evidente la necesidad de actualización de dicho numeral,
a fin de establecer en el mismo, la participación de servidores públicos, de conformidad con lo
preceptuado por el artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como de otros agentes que participan en la comisión de este delito, aún sin ser servidores
públicos, pero bajo sus instrucciones o aquiescencia como lo establece el artículo segundo de la
propia Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas [2], en la comisión de
este grave delito.
1
Asimismo se propone en la reforma, la incorporación de, en congruencia con lo establecido por el
artículo 16 constitucional, el irrestricto respeto a las garantías legales y procesales, y atender la
especificación del párrafo 344 de la sentencia invocada, por cuanto hace a que el artículo 215-A
del Código Penal Federal que sanciona el delito de desaparición forzada de personas no se
adecua plena y efectivamente a la normativa internacional vigente.
En efecto, es menester atender las determinaciones de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, para el caso que nos ocupa, adoptar, en un plazo razonable, las reformas legislativas
pertinentes para compatibilizar el artículo 215-A del Código Penal Federal, a los estándares
internacionales en la materia y con la Convención Americana sobre Derechos Humanos respecto
de las garantías judiciales.
La propuesta incorpora las garantías supra citadas y proyecta el espectro definitorio del artículo a
servidores públicos y no servidores públicos pero vinculados a éstos en la comisión del delito de
desaparición forzada de personas, incorpora también el concepto de privación de la libertad,
más ad hoc a la Convención, en sustitución de “detención legal o ilegal”; así como la característica
de delito permanente o continuado hasta el eventual conocimiento del destino o paradero de la
víctima.
Por lo antes expuesto, y de conformidad con lo prescrito por los artículos 1°, 16 y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como con los estándares
internacionales [3], toda vez que la importancia del sujeto pasivo de la eventual comisión del delito
de desaparición forzada de personas, se encuadra en la más pura expresión de violación a los
derechos humanos, se propone el siguiente:
Proyecto de Decreto
ÚNICO. Se reforma el Artículo 215-A del Código Penal Federal, para quedar como sigue:
Artículo 215-A.- Comete el delito de desaparición forzada de personas el servidor público,
que prive de la libertad a una o más personas bajo cualquiera forma que impida el ejercicio
de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes, en los términos del
artículo 16 de la constitución.
Se sancionará en los mismos términos a quien con igual propósito participe individual o
colectivamente, por instrucción de un servidor público, sin serlo.
Este delito será considerado como continuado mientras no se establezca el destino o
paradero de la víctima.
Artículo Transitorio
ÚNICO.- El presento decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial
de la Federación.
ATENTAMENTE
SEN. NORMA ESPARZA HERRERA
Dado en Salón de Sesiones de la Cámara de Senadores, a los 29 días del mes de marzo del 2012.
2
[1] 23 de noviembre del 2009, CIDH. Radilla Pacheco contra los Estados Unidos Mexicanos.
[2] Para los efectos de la presente Convención, se considera desaparición forzada la privación de la
libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por
personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado,
seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar
sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las
garantías procesales pertinentes.
[3] Artículos 2o. y 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
3
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