LA RECUPERACIÓN NO ESTÁ CONSOLIDADA... Todo depende de las elecciones...

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LA RECUPERACIÓN NO ESTÁ CONSOLIDADA...
Todo depende de las elecciones...
Freemarket Corporate Intelligence
Julio 2015
ÍNDICE
I.
Ni era imposible ni ha sido un milagro ..................................................................... 3
II. ¿Por qué la Recuperación no está consolidada? ........................................................ 7
III. Crisis Financieras y Desigualdad: El paro estúpido... ............................................. 16
IV. Previsiones para 2015 y 2016.................................................................................. 27
2
I.
Ni era imposible ni ha sido un milagro
En 2015, la economía española anotará una tasa de crecimiento del PIB muy superior a la
proyectada por el consenso de los analistas y por la mayoría de los organismos
internacionales al inicio del presente ejercicio. Ambos han subestimado de manera
sistemática la intensidad de la recuperación como antes lo hicieron con la profundidad y
la duración de la fase recesiva. Desde la salida de la Gran Recesión, la evolución
económica de España está resultando mejor de lo previsto y, en buena medida, su
comportamiento constituye una refutación de la tesis según la cual las post-crisis
financieras se ven seguidas, de manera inexorable, por un dilatado período de bajo
crecimiento y de débil creación de empleo. Si bien ésta es la situación en la mayoría de
las economías de la Unión Europea, la coyuntura española muestra un extraordinario
dinamismo en los primeros compases del ciclo expansivo iniciado en el cuarto trimestre
de 2013. A finales del presente ejercicio, el incremento del PIB doblará el registrado por
la media de la UEM y de la UE y se habrán creado más de un millón de nuevos puestos
de trabajo.
La combinación de un acusado descenso de los precios del crudo con la depreciación del
euro y con la política monetaria desplegada por el BCE han ayudado a avivar el
crecimiento, pero esos mismos factores han afectado y afectan también al resto de las
economías continentales y, sin embargo, no han tenido el mismo o similar impacto
expansivo sobre ellas. En consecuencia, el vigor de la economía española, su rasgo
distintivo respecto a la continental ha de buscarse en fenómenos de naturaleza endógena
que le han permitido maximizar o aprovechar mejor que a los demás estados
continentales la existencia de unas condiciones externas favorables. Esta reflexión cobra
relevancia en un contexto definido por una pérdida de impulso en el proceso de
reanimación de la actividad económica global y por los recientes episodios acaecidos en
la Eurozona.
El “NO” griego y la incertidumbre de las negociaciones entre Grecia y la Troika, incluida
una potencial default griega e incluso su salida del euro, puede generar un breve período
3
de turbulencias y de volatilidad en los mercados pero no resulta probable que se
desencadene una reacción similar a la experimentada a raíz de la crisis de deuda helena
en 2010 y 2012. El 22 de enero de este año, el BCE anunció la puesta en marcha de un
programa de compra de bonos mucho mayor, en términos relativos, que los desplegados
por EE.UU., Gran Bretaña y Japón. A partir de ese momento, el instituto emisor europeo
puede imprimir dinero en cantidades ilimitadas para asegurar la solvencia de los banca y
de los gobiernos lo que reduce el riesgo de contagio a la insignificancia. Así pues, una
default o la retirada griega del euro se reduciría a la quiebra de todos sus bancos y a la
pérdida por sus ciudadanos de los ahorros que no tengan fuera del país. Dicho esto, los
ahorradores o los inversores pueden sobre reaccionar y sacar sus euros de otros países,
léase, de la periferia europea. ¿Qué sucedería en este caso?
En el extremo, el precio de los bonos de los Estados deudores se desplomaría y arrastraría
al sistema bancario de los estados afectados por una masiva salida de capitales. Sin
embargo, la materialización de esta hipótesis es inverosímil en tanto el BCE esté
dispuesto a comprar esa deuda y lo está. De igual modo, si los ahorradores, atemorizados
por el posible contagio de una default griega, sacasen su dinero de las entidades
financieras de algunos estados de la periferia europea, el BCE reciclaría esa fuga de
divisas de vuelta a ellos a través de depósitos interbancarios. De nuevo no hay límites a
una operación de esa índole. En otras palabras, el armazón institucional existente en
Europa hace inviable o, mejor, tiene capacidad de esterilizar la extensión de una eventual
bancarrota helena al resto de la zona euro. Esta es la diferencia radical con el escenario
existente en 2010 y en 2012.
El renacimiento de la economía española estriba en una causa básica: el restablecimiento
de la confianza de las familias, de las empresas y de los inversores internacionales. Esta
mejora de percepción ha tenido y tiene su origen en la existencia de estabilidad política,
garantizada por un Gobierno con mayoría absoluta, en el desarrollo por éste de una
estrategia destinada a corregir los desequilibrios macroeconómicos y en la introducción
de reformas estructurales en el plano microeconómico. Ello ha contribuido a sentar las
bases de la presente reactivación. En perspectiva y con la mirada puesta en los
4
turbulentos comienzos de la Legislatura, el escenario económico de 2015 era
inimaginable para cualquier observador objetivo. Entonces las únicas opciones parecían
ser la suspensión de pagos o la petición de un rescate.
Desde 2011, España ha acometido un proceso de devaluación interna o desinflación
competitiva sin parangón en una economía del tamaño de la española. Esto no ha sido
una consecuencia de la crisis, sino de la reforma laboral aprobada en 2012 que rompió la
rigidez a la baja de los salarios. Dicha rigidez fue el hecho determinante de la masiva
destrucción de puestos de trabajo durante todas las recesiones hispánicas desde la
restauración de la democracia, entre ellos incluido el período 2008-2012, y de la erosión
de la competitividad sufrida desde la entrada en el euro. En esta Legislatura, la caída de
los costes laborales unitarios inducida por la liberalización del mercado de trabajo ha
eliminado la pérdida de competitividad acumulada desde 1999 y ha recortado de manera
sustancial el aumento del PIB necesario para crear empleo.
Evolución de los Costes Laborales Unitarios
Tasa de variación interanual
8
Alemania.
España
6
Francia
4
2
0
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
-2
-4
-6
-8
-10
Fuente: OCDE
5
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Fuente: OCDE
Por su parte, el saneamiento y restructuración del sistema bancario ha restaurado su
solvencia y ha creado los cimientos para una reanudación de los flujos crediticios al
sector privado. En esa misma línea reformista, el desarrollo de la Ley de Unidad de
Mercado ha comenzado a suprimir algunos de los obstáculos para que las empresas
crezcan y eleven su productividad.
Esas políticas han modificado de forma radical las expectativas de los agentes
económicos domésticos e internacionales, lo que explica la espectacular mejora de los
indicadores de confianza, la reducción de la prima de riesgo, el retorno de la inversión
extranjera y el fuerte repunte del consumo y de la inversión privada, que se han sumado
al sector exterior como motores del crecimiento económico. A pesar del empuje de la
demanda interna, la balanza de pagos por cuenta corriente mantendrá en 2015 y en 2016
un saldo positivo y, si se mantiene la moderación salarial de estos años y el ritmo
exportador, la vuelta a los abultados déficit exteriores anotados en el pasado ciclo no se
6
materializará. Esto es fundamental para no impulsar una trayectoria ascendente de la
deuda externa, que genere dudas sobre su sostenibilidad.
Fuente: Contabilidad Nacional. Banco de España
II. ¿Por qué la Recuperación no está consolidada?
Ahora bien, ese rosado panorama no ha de enmascarar que la reanimación de la economía
española no está consolidada y es muy vulnerable a cualquier shock foráneo o doméstico
que modifique en sentido negativo el sentimiento de los mercados. Esta tesis está avalada
por los siguientes razonamientos:
En primer lugar, el endeudamiento del sector público es muy elevado. La reducción del
déficit de las AA.PP dibujada por el Gobierno para los próximos años descansa en el
aumento de los ingresos derivado de un mayor crecimiento del PIB. Sin embargo, a lo
largo de la Legislatura no se han adoptado recortes/reformas del gasto estructural que por
7
razones de distinta índole, por ejemplo, el envejecimiento de la población tiene una
imparable tendencia al alza. El principal instrumento utilizado por el Ejecutivo para
rebajar el gasto, la disminución del gasto corriente se ha frenado en este ejercicio y el otro
instrumento de ajuste, la inversión pública ha repuntado en los postreros trimestres. Por
otro lado, los desembolsos de las CC.AA. y de los Municipios volvieron a incrementarse
en los trimestres previos a los recientes comicios regionales y locales, y la Deuda Pública
mantiene una tendencia alcista rampante...España está pues lejos de asegurar la
sostenibilidad de sus cuentas pública y fía la disminución del déficit a la evolución del
ciclo económico.
Fuente: Banco de España
En segundo lugar, el desapalancamiento empresarial se ha producido sólo o
principalmente en la actividad inmobiliaria. El resto de la deuda corporativa apenas se ha
reducido y presentará una trayectoria creciente a medida que se reactiva la inversión y el
crédito resulte más barato y accesible. A su vez, la posición deudora de los hogares, si
bien ha descendido, sigue siendo muy alta, más del doble de su renta neta disponible y es
8
previsible que se estabilice o crezca conforme su demanda de crédito se eleve y la oferta
crediticia para ese segmento sea menos costosa y restrictiva. En este contexto, el sector
privado podría entrar en un nuevo ciclo de deuda sin haber reducido sustancialmente el
apalancamiento que traía incorporado antes de la crisis.
Fuente: Banco de España
En tercer lugar, la Posición Financiera Internacional Neta, a pesar de los superávit
arrojados por la balanza de pagos por cuenta corriente, ha aumentado, lo que hace a
España muy sensible a cualquier evolución adversa de los tipos de interés, de las primas
de riesgo y del apetito inversor de activos nacionales. Por añadidura, la sostenibilidad de
la deuda externa está ligada no sólo a la marcha de la economía real, de los precios del
petróleo o de las tasas de interés, sino también a las expectativas sobre su
9
comportamiento en el corto y medio plazo, que están ligadas al tipo de política
económica que se aplique después de las elecciones generales.
Fuente: Banco de España
En cuarto lugar, la reforma laboral de 2012 ha perfeccionado el funcionamiento del
mercado de trabajo, ha estimulado la creación de empleo y la reducción del paro pero
tendrá rendimientos decrecientes sin la corrección de algunas deficiencias que se han
puesto de manifiesto en su instrumentación. Persisten obstáculos regulatorios y legales
para realizar convenios de empresa y para descolgarse de los de ámbito superior. El coste
de prescindir de los trabajadores fijos es todavía mucho más elevado que el de los
temporales, lo que incentiva la persistencia de una excesiva dualidad. Las condiciones
objetivas establecidas en la reforma para sustanciar los despidos dejan un amplio margen
de interpretación a los jueces de lo laboral...Remover esas restricciones es básico para
mantener los aumentos salariales en línea con la productividad, con la competitividad y
para sostener la creación de puestos de trabajo.
10
Fuente: EPA- INE
En quinto lugar, la actual estructura presupuestaria, fiscal y financiera de las autonomías
y de los municipios es pro-gasto y pro-endeudamiento. Durante la crisis, las comunidades
autónomas no han puesto en marcha las medidas y reformas precisas para garantizar la
estabilidad de sus finanzas. La ausencia de una efectiva corresponsabilidad fiscal
constituye una barrera extraordinaria para garantizar una gestión eficiente de los recursos
en manos de las administraciones subcentrales y un escollo extraordinario para que éstas
contribuyan a la estabilidad financiera del conjunto de las AA.PP. En un entorno de
gobiernos regionales y municipales regidos por grupos con un escaso entusiasmo por la
ortodoxia fiscal y presupuestaria esta situación transmite una pésima señal para los
mercados. Hay que tener en cuenta que la deuda acumulada de las autonomías es el 22,5
por 100 del PIB nacional y supone el 180 por 100 de sus recursos tributarios.
11
Deuda de los distintos niveles de la Administración
Según el protocolo de Déficit Excesivo
25
84.6
Comunidades Autónomas
79.9
Corporaciones Locales
22.4
Administraciones de la Seguridad Social
20
85
22.5
80
72.2
Deuda Admnistración Central (Eje derecho)
70
20
17.9
58.1
15
% del PIB pm
90
60
51
48.7
45.1
42.9
39.9
50
13.5
45.2
11.4
38.5
40
35.7
10
33
32.4
8.6
30
29.5
6.6
5
6.1
3.1
2.9
6.2
2.9
2.7
6.2
6.1
6
6.2
2.9
2.9
2.8
2.7
2.5
2.3
2.1
2
2004
2005
5.9
20
5.7
4.2
3.2
2.7
2.7
2.8
1.8
1.6
1.5
1.6
2006
2007
2008
2009
3.3
4
3.4
3.6
3.6
10
1.6
1.6
1.6
1.6
1.6
2010
2011
2012
2013
2014
1.6
0
0
2000
2001
2002
2003
2015
Fuente: Banco de España
En sexto lugar, el acusado descenso de la inflación y su entrada en tasas negativas de
incremento no es sólo ni principalmente el efecto de la caída de la demanda agregada sino
de la instrumentación hasta 2012, por el BCE, de una actuación monetaria demasiado
restrictiva para la posición cíclica de la economía española. La contracción de la cantidad
de dinero en circulación registrada en España1 se tradujo de manera inexorable en un
marcado descenso del nivel general de precios. El resultado ha sido una ganancia de
competitividad de la economía, esto es, una depreciación del tipo de cambio real medido
por el diferencial del IPC armonizado español respecto al de los demás estados de la
UEM. Ahora existe el riesgo de que el aumento de liquidez derivado de la relajación de
las condiciones monetarias en la zona euro termine por trasladarse al nivel general de
precios a medida que la actividad económica reafirme su reactivación. En este escenario,
la desindexación de los salarios y la intensificación de la competencia en los mercados de
bienes y servicios vital para evitar una evolución de los precios que dañe la
competitividad.
1
Se ha utilizado como proxy a la cantidad de dinero en circulación la evolución del crédito al sector
privado.
12
Al establecer una correlación entre la proxy elegida a la cantidad de dinero en circulación
y el nivel de precios se puede observar que el Crédito al Sector Privado, con un lag de 18
meses, explica en casi un 80 por 100 la variación del nivel general de precios, datos todos
del Banco de España y del Instituto Nacional de Estadística. Para mayor claridad:
13
Sin duda existen otros ejemplos que servirían para ilustrar la vulnerabilidad de la
economía española y, por tanto, la fragilidad de su reactivación. También quedan fuera de
este análisis de coyuntura cuáles han de ser los cambios precisos para elevar su potencial
de crecimiento y su productividad en el largo plazo, pero los expuestos en los párrafos
anteriores ilustran las amenazas que se ciernen de inmediato sobre el momento
económico español. El proceso de ajuste y de reformas es incompleto y, por tanto, la
permanencia del ciclo expansivo iniciado a finales de 2013 no está garantizada. Además
existen probabilidades de que algunos de los shocks externos positivos presentes hasta la
fecha –bajos tipos de interés, debilidad del euro y petróleo barato- cambien de signo o
empeoren a lo largo de 2016. A la vez emergen potenciales perturbaciones meta
económicos que contribuyen a ensombrecer la escena.
Por lo que se refiere a las sombras ajenas a la economía strictu sensu, la Política
desempeñará un papel esencial en la continuidad o no de la recuperación económica de
España. Si la presencia de un gobierno estable comprometido con la corrección de los
desequilibrios y con la aplicación de reformas estructurales ha sido determinante para
superar la Gran Recesión, el acceso al poder de gabinetes sin mayoría suficiente o,
aunque dispongan de ella, reacios a proseguir el ajuste de las cuentas públicas o
dispuestos a postergar ese objetivo en el tiempo, y partidarios de paralizar o revertir las
reformas introducidas desde 2011 generaría incertidumbre y pondría en un serio peligro
la recuperación. Quizá el principal pero a la estrategia económica desplegada por el
Gobierno Rajoy es el no haber sido lo ambiciosa que exigían y permitían las
circunstancias. Ha pecado por defecto, no por exceso. Esta afirmación es de una
importancia capital para no emitir un diagnóstico erróneo de la coyuntura y para no
emprender un camino equivocado.
Para recobrar los niveles de vida y de empleo anteriores a la crisis, la economía española
precisa apuntar durante los próximos cuatro años tasas de crecimiento del PIB entre el 2,5
por 100 y el 3 por 100 del PIB. Ello exige profundizar en la agenda reformista y de
recorte del déficit iniciada en 2011, así como convertir la estrategia de devaluación
interna, esto es, un incremento de costes y salarios domésticos inferior al del núcleo duro
14
de la zona euro en un hecho estructural. No existe margen para experimentos de otra
naturaleza ni para aplicar programas con una filosofía diferente. Por eso, la impaciencia,
la búsqueda de atajos o de vías intermedias para crecer, crear empleo y elevar el PIB per
cápita de los españoles sólo conduciría a desperdiciar los esfuerzos realizados por todos
los ciudadanos a lo largo de la crisis. Este diagnóstico cobra mayor relevancia en un
escenario europeo de extrema complejidad político-económica. En este contexto, la
inestabilidad y el aventurismo pasarán una elevada factura a quienes los practiquen. Los
agentes económicos toman sus decisiones conforme a las expectativas y una de las
variables que contribuyen a forjarlas, quizá la fundamental, es la orientación de las
políticas gubernamentales.
España ha salido con vigor de la Gran Recesión pero la recuperación no está asegurada.
La corrección de los desequilibrios macroeconómicos señalados está sin finalizar y el
entorno político venidero no parece ser el mejor para asentar unas expectativas
favorables. Por eso hay que conjurar el riesgo de convertir la reactivación es un fenómeno
coyuntural de corto alcance si no se mantiene y se profundiza en la actuación económica
iniciada en 2011. De hecho, la incertidumbre sobre quién y con qué mayoría gobierne
España tras las próximas elecciones legislativas se traducirá en una ralentización del
ritmo de crecimiento del PIB en el cuarto trimestre de 2015 a causa de la desaceleración
de la inversión extranjera y doméstica.
La crisis griega es una muestra de los elevados costes derivados de la configuración de
gobiernos con programas económicos incompatibles con la estabilidad macroeconómica
y contrarios a emprender reformas estructurales. En 2014, el PIB de Grecia experimentó
un crecimiento positivo por vez primera desde 2007 impulsado por el consumo, la
inversión privada y las exportaciones. Esa situación se vio acompañada por un superávit
primario de las cuentas públicas. Seis meses después del triunfo de Syriza, en enero de
2015, la economía ha retornado a la recesión, el superávit se volatilizó y Grecia está al
borde del colapso. La política ejecutada por la coalición gobernante y las expectativas
sobre su desarrollo y resultados acabaron con la incipiente reactivación de la economía
helena.
15
Sin duda España no es Grecia pero la propia experiencia española ilustra los peligros de
la incertidumbre. En los meses siguientes al acceso al poder del Partido Popular salieron
de España unos 250.000 millones de euros, alrededor del 25 por 100 del PIB. La mayoría
absoluta obtenida por el gabinete del centro-derecha y su compromiso con las políticas de
ajuste y liberalización no bastaron para restaurar de inmediato la credibilidad perdida por
la economía nacional ante los mercados. Desde esta perspectiva, cualquier Ejecutivo
débil sería un drama pero si además ese Gobierno débil no está comprometido con el
proceso de consolidación fiscal en curso y con la profundización de las reformas o que
elimine algunas de las adoptadas sería una tragedia y haría reposar toda la financiación
de la economía en manos del BCE. Por eso, en estos momentos, el principal problema
económico de España es de índole política.
III. Crisis Financieras y Desigualdad: El paro estúpido...
Uno de los argumentos que se utilizan de manera persistente para cuestionar la presente
expansión de la economía nacional es que no llega a la mayoría de los ciudadanos y que
además está provocando un aumento de la desigualdad. En conjunto, la aceptación de
ambas críticas supone asumir que los beneficios del nuevo ciclo expansivo están siendo
absorbidos por las rentas medias altas y altas a expensas del resto de la población. La
aceptación de esta tesis permitiría extraer dos conclusiones; una de carácter normativo, el
tipo de crecimiento en curso es injusto y otra de naturaleza positiva, lastra potencia a la
recuperación porque son los colectivos con ingresos medios y bajos los que presentan una
mayor propensión a consumir.
De entrada, la experiencia enseña que todas las grandes crisis financieras que se han
producido desde la II Guerra Mundial han llevado a un incremento de la desigualdad
durante ellas y, en los primeros compases, de su superación. Esta afirmación se aplica por
igual a las bancarias, a las cambiarias y a aquellas en las que ambos episodios críticos han
coincidido. La evidencia empírica disponible enseña también que la desigualdad creció
16
más en los países emergentes golpeados por ellas que en los desarrollados2. ¿Cuáles son
los canales a través de los cuales las crisis financieras alteran la distribución de la renta?
En términos de ingresos antes de impuestos, la causa determinante de la escalada de la
desigualdad es la pérdida de empleo y, por tanto, el descenso de la renta disponible de los
individuos y de las familias ante la irrupción de una crisis bancaria. Esta induce una
fuerte caída de la actividad económica y, su corolario, una elevación del paro que, si bien
afecta a todos, impacta con mayor intensidad en la mano de obra con menor cualificación
y con una concentración de sus fuentes de renta en las remuneraciones del trabajo. En el
largo plazo, el capital humano de los trabajadores es un factor determinante de su
productividad y, por tanto, de su nivel de ingresos; en el corto condiciona cómo se ajusta
el mercado laboral a un entorno recesivo: mediante un descenso de sus salarios o
mediante el desempleo. En cualquiera de esos dos escenarios, los ingresos de los
“ajustados” disminuyen y, si todo lo demás permanece constante, la desigualdad crece
por definición.
La posición de las personas con ingresos y rentas altas tiende a sufrir un menor
quebranto. Por un lado, su cualificación profesional y su experiencia laboral suelen ser
mayores lo que hace que ese colectivo tenga menores probabilidades de perder su puesto
de trabajo. Por otro, su riqueza financiera e inmobiliaria es, ceteris paribus, superior a la
de los quintiles inferiores de la pirámide de renta. Por último, los individuos con ingresos
y riqueza por encima de la media tienen mayores posibilidades de diversificar riesgos de
manera que las fluctuaciones económico-financieras ejercen un choque negativo menor
sobre sus flujos de renta y sobre su stock de riqueza. Sin duda habrá siempre gente
dispuesta a asumir riesgos excesivos y, en consecuencia, podrá perder una porción
sustancial o la totalidad de su renta-riqueza cuando la crisis se produce pero estos
supuestos son marginales a efectos estadísticos.
2
Una excelente síntesis de la literatura sobre la materia se encuentra en Michael D. Bordo and Christopher
M. Meisner, Do financial crises always raise inequality? Some Evidendence from History. Hoover
Institution, 9-3-2011.
17
Dicho esto, la identificación del aumento de la desigual distribución de la renta con un
modelo de crecimiento que contribuiría a consolidar e incluso a ampliar las desigualdades
es un error de análisis y, en cualquier caso, es una afirmación inapropiada cuando una
economía inicia su despegue después de haber surcado una larga fase recesiva causada
por un exceso de endeudamiento privado que ha desembocado en una crisis bancaria.
Esta es la actual coyuntura española. No cabe esperar una inmediata disminución de la
desigualdad en una España que acaba de salir de la Gran Recesión y que a lo largo de ella
ha protagonizado una masiva destrucción de empleo. Esto es sencillamente imposible.
Hace falta tiempo para que el paro se reduzca de manera significativa y para que los
salarios se eleven.
Índice de Gini
España
Area Euro
Francia
Alemania
Dinamarca
2005
32,2
29,3
27,7
26,1
23,9
2006
31,9
29,3
27,3
26,8
23,7
2007
31,9
30,0
26,6
30,4
25,2
2008
31,9
30,4
29,8
30,2
25,1
2009
32,9
30,2
29,9
29,1
26,9
2010
33,5
30,2
29,8
29,3
26,9
2011
34,0
30,5
30,8
29,0
27,8
2012
34,2
30,3
30,5
28,3
28,1
2013
33,7
30,6
30,1
29,7
27,5
1,5
1,3
2,4
3,6
3,6
4,66
4,43
8,66
13,79
15,25
Puntos variación
% variación
Fuente: Eurostat
Nota: El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini.
Se utiliza para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y
1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1
se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El
índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en porcentaje y es igual al coeficiente de Gini
multiplicado por 100.
Las causas de la desigualdad son múltiples, por ejemplo el mediocre funcionamiento de
la educación pública, pero si se compara su evolución en España en relación con la
experimentada en las grandes economías europeas, se ve con meridiana claridad la
existencia de una robusta correlación entre el comportamiento de aquella variable y la
18
tasa de paro. La economía española es la que tiene un desempleo más elevado y es
también la que presenta un perfil más desequilibrado en la distribución de la renta. La
pérdida de más de cuatro millones y medio de puestos de trabajo durante la recesión ha
provocado de modo inexorable una elevación de la desigualdad y, como es lógico, una
disminución de la participación del factor trabajo en la renta nacional, sobre todo, de los
quintiles de la población con remuneraciones medias bajas y bajas. Por último, la
desigualdad en España, como puede observarse en la tabla anterior, ha aumentado en
línea con la registrada en la zona euro y menos que en países “teóricamente” más
igualitarios como pueden ser Francia, Alemania o Dinamarca.
Tasas de desempleo
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Puntos variación
% variación
España
Area Euro
Francia
Alemania
Dinamarca
9,2
9,1
8,9
11,2
4,8
8,5
8,4
8,8
10,1
3,9
8,2
7,5
8,0
8,5
3,8
11,3
7,6
7,4
7,4
3,4
17,9
9,6
9,1
7,6
6,0
19,9
10,2
9,3
7,0
7,5
21,4
10,2
9,2
5,8
7,6
24,8
11,4
9,8
5,4
7,5
26,1
12,0
10,3
5,2
7,0
16,9
2,9
1,4
-6,0
2,2
183,70
31,87
15,73
-53,57
45,83
Fuente: Eurostat
En los datos europeos se observa que cuando ha aumentado la tasa de desempleo lo ha
hecho también el Índice de Gini. Lógicamente al quedar desempleados y ver reducidos
sus ingresos, la gente pierde nivel adquisitivo y aumenta la brecha de desigualdad entre
los que están trabajando y por tanto recibiendo una renta y los que no lo hacen. En el caso
español, teniendo en cuenta el porcentaje de desempleo de larga duración y se ha
realizado una regresión entre esta variable y el Índice de Gini asignado por Eurostat. Se
han tomado datos de los últimos 20 años para evitar una correlación espuria por el efecto
de la tendencia creciente de ambas series. Los resultados son espectaculares:
19
Relación entre la tasa de desempleo de larga duración
y el Indice de Desigualdad en España
35.5
35
y = 0.2727x + 31.158
R² = 0.7027
34.5
Indice de Gini
34
33.5
33
32.5
32
31.5
31
30.5
0
2
4
6
8
Tasa de Desempleo de larga duración
10
12
14
Fuente: Eurostat, INE
Según arroja la regresión anterior, la tasa de desempleo de larga duración explicaría en un
70,3 por 100 la desigualdad existente en la economía española. Es por tanto, la variable
explicativa principal del aumento de la desigualdad. A sensu contrario, cuando comience
a descender el desempleo de larga duración, empezará a caer el nivel de desigualdad
social en la economía española. Hay que tener en cuenta que el paro de larga duración
creció en España más del doble que en la Unión Europea entre 2010 y 2014. En el pico
más alto, en el primer trimestre de 2014 llegaron a ser 2.419.400 parados con más de dos
años de antigüedad. A lo largo del último año este tipo de desempleo representa entre un
40 y un 45 por 100 del total.
20
Tasa de paro anualizada e Indice de Gini con dos periodos de retraso
35
25
Tasa de paro (eje izquierdo)
34
Indice de Gini dos periodos de retraso (eje
derecho)
20
33
15
32
10
31
5
30
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Fuente: Eurostat
En el anterior gráfico se contrasta la evolución de la tasa de desempleo con Índice de Gini
que calcula Eurostat con dos periodos de retraso, esto es porque entre que alguien se
queda en paro y pasa a formar parte del desempleo de larga duración, que ya no recibe la
prestación por desempleo, transcurren dos años. Se puede observar que la evolución de
ambas variables es parecida.
La tesis según la cual la recuperación no está llegando a las familias o éstas no perciben
esa realidad es una repetición de la vieja y crónica letanía del divorcio entre la mejora de
los indicadores macroeconómicos y su traslado a la economía real. Sin embargo, este
planteamiento se compadece mal con el fuerte incremento del gasto de los hogares en
2014 -2,5 por 100 en promedio- y con la aceleración de ese indicador a lo largo de 2015.
Parece evidente que el despegue del consumo privado es incompatible con una visión de
unas clases medias y medias bajas empobrecidas y, por tanto, incapaces de aumentar sus
niveles de gasto. El contraste es aún mayor si se tiene en cuenta que el endeudamiento de
las familias es todavía muy alto. Si la posición económico-financiera de los hogares no
hubiese mejorado, el pago de la deuda absorbería la mayor parte de sus recursos y, en
21
consecuencia, su gasto en bienes y servicios se habría reducido, se habría estancado o
sería muy inferior al anotado desde 2014.
En términos agregados, el dinamismo del consumo privado en España obedece a un
aumento de la renta permanente3 de los individuos y de las familias.
Por un lado, la renta disponible real ha comenzado a aumentar por tres factores básicos:
primero, el incremento de los salarios derivado del dinamismo del empleo y de la mejora
de su poder adquisitivo causado por el descenso de la inflación; segundo, la riqueza
financiera se ha ido revalorizando de manera paulatina; tercero, el patrimonio
inmobiliario, por vez primera en seis años, dejó de perder valor a lo largo de 2014 y ha
empezado a experimentar una suave pulsación al alza en los últimos trimestres. Esto
significa que todos los componentes que determinan la función de consumo han
evolucionado de una manera positiva, lo que se ha traducido en un incremento de la renta
permanente de las familias.
Desde el año 2013 el salario real por trabajador ha vuelto a ganar poder adquisitivo, en
concreto ha ganado 1,5 puntos gracias al descenso del nivel general de precios.
3
El consumo es una función que depende de la renta o ingreso permanente y no solo de su renta corriente,
entendiendo como renta permanente la que el consumidor espera obtener a lo largo de un conjunto amplio
de años.
22
Fuente: Bloomberg
El número de ocupados en España ha crecido paulatinamente desde el primer trimestre de
2013, durante los últimos nueve trimestres solo ha descendido en el primer trimestre de
2014.
23
Fuente: EPA. INE
La riqueza financiera neta de las familias españolas, que es la diferencia entre los ahorros
que poseen y los préstamos que deben, se elevó al cierre del pasado año hasta 1,170
billones de euros, un 13,4 por 100 más que un año antes como puede apreciarse en el
siguiente gráfico:
24
Fuente: Cuentas Financieras. Boletín Estadístico. Banco de España
Por último, la vitalidad del consumo privado está estrechamente ligada a la mejoría de la
posición relativa de las familias e individuos que más habían sufrido los efectos de la
crisis. En concreto, la creación de empleo y, su corolario, la reducción del paro ha
impulsado especialmente el gasto de un segmento de hogares cuyos miembros han salido
del desempleo y se caracterizan por tener una elevada propensión a consumir. Este hecho
cobra mayor relevancia a la hora de entender la fuerte respuesta del consumo de las
familias más endeudadas ante los incrementos de su renta disponible porque éstas se
vieron forzadas a reducir drásticamente su gasto por el descenso de sus ingresos
corrientes que no pudieron compensar con el recurso al ahorro acumulado ni con la
posibilidad de acceder al crédito.
25
Fuente: Encuesta Financiera de las Familias
Nota: La respuesta del consumo privado se pone en función de la ratio Deuda de la familia partido por la
renta de la misma.
En el gráfico anterior se aprecian las diferentes variaciones del consumo de las familias
ante variaciones de la renta en función de los distintos niveles de endeudamiento. Como
se puede observar, estos porcentajes son claramente mayores en el caso de los hogares
endeudados para los cuales el consumo depende más estrechamente de la evolución de
sus ingresos corrientes y menos de los posibles aumentos de su renta futura. Esta mayor
sensibilidad del consumo de los hogares a las rentas corrientes ayuda a explicar su
dinamismo que en un contexto de clara recuperación de sus ingresos y de aumento del
empleo
26
IV.
Previsiones para 2015 y 2016
La economía española crecerá en 2015 un 3,6 por 100 en términos interanuales y habrá
creado 1.100.000 puestos de trabajo desde el final de la recesión en el tercer trimestre de
2013, muy por encima de las previsiones realizadas por el consenso de los analistas y por
los organismos internacionales. El vigor de la recuperación se apoya en el fuerte repunte
del consumo y de la inversión privada y en el buen comportamiento de las exportaciones.
El dinamismo de la demanda nacional se ha sustentado en dos variables fundamentales.
Por un lado, con los matices que se quiera, la política económica ha gozado de una
considerable consistencia temporal en sus dos principales objetivos: reducir el déficit
público e introducir reformas estructurales. Ello ha dotado de credibilidad a la estrategia
gubernamental y ha mejorado de manera drástica las expectativas de las familias, de las
empresas y de los inversores respecto al futuro.
Por otro lado, el abaratamiento del crudo, la depreciación del euro y las condiciones
monetarias en la eurozona se han traducido en choques de oferta y de demanda positivos
que han contribuido a intensificar la recuperación. Estos factores externos han tenido un
efecto alcista sobre los principales indicadores de actividad, superior al previsto, por dos
razones: primera, porque las condiciones internas permitían aprovecharlos con mayor
intensidad que en otros estados de la UE-UEM; segunda, porque existía una demanda
latente de consumo y de inversión atenazada por largos años de recesión. Ello explica por
qué la salida de la crisis se ha producido con tasas de incremento del PIB y del empleo
mucho más altas que lo anticipado por la mayoría de los analistas.
Sin embargo, la continuidad del presente ciclo expansivo no es posible si no se prosigue y
se acentúa la senda de consolidación fiscal y presupuestaria y si no se profundiza en las
políticas de oferta iniciadas en la Legislatura que se encamina a su fin. Como se ha
observado a lo largo de este informe existen importantes desequilibrios que si no se
corrigen lastrarán la capacidad de crecer y crear puestos de trabajo. La acción del
Gobierno ha conseguido evitar el colapso económico-financiero y sacarla de la Gran
27
Recesión pero no ha logrado asentar sobre bases sólidas la expansión. En suma, el ajuste
y la reforma de la economía nacional está incompleto y ha de continuar durante al menos
una Legislatura más.
En este marco, las próximas elecciones generales serán decisivas. Si se tiene en cuenta
que las expectativas y el comportamiento de los consumidores, de los empresarios y de
los inversores están condicionadas por la política económica anunciada y ejecutada por
los gobiernos, un cambio en su orientación bien sea ralentizando el proceso de ajuste de
las cuentas públicas bien sea dando marcha atrás en algunas de las reformas introducidas
entre 2012 y 2014 truncaría el ciclo expansivo en curso. Esta situación se agravaría si el
resultado de los próximos comicios legislativos no permite constituir un gobierno estable
con un programa económico creíble articulado alrededor de tres grandes ejes: la
reducción del gasto público estructural, la profundización en la liberalización y reforma
de los mercados y la modernización del marco institucional en el que opera la economía
española. No existe margen de maniobra para una estrategia económica distinta a la
aplicada desde 2012.
Desde esa perspectiva, un Gobierno inestable comprometido con la ortodoxia
macroeconómica y con las reformas estructurales se enfrentaría a un problema de
credibilidad ante la imposibilidad o las dificultades para desarrollar su programa. Pero un
Gabinete débil articulado alrededor de políticas más laxas, dispuestas a satisfacer de
inmediato determinadas demandas sociales afectaría de manera rápida y negativa al
sentimiento de los mercados. En el primer supuesto, la recuperación económica se
debilitaría; en el segundo, existiría el serio peligro de una abrupta disminución del ritmo
de crecimiento del PIB y del empleo. Los consumidores, las compañías y los mercados de
capitales han dado un voto de confianza a España condicionado a que se prosiga la senda
emprendida en 2012.
Ante este panorama, las previsiones para 2016 han de ser formuladas con una enorme
cautela. La Política determinará el discurrir de la economía española el próximo año y no
existe una inercia suficiente para prolongar el ciclo expansivo sin medidas adicionales
28
que lo fortalezcan. Las expectativas del sector privado imponen restricciones a las
decisiones de política económica cuya vulneración tendría un alto coste para España. En
esta línea, las proyecciones sobre la trayectoria de las principales variables
macroeconómicas el año próximo han de partir de un ejercicio previo, a saber, qué tipo de
Gobierno emerge de las elecciones generales y cuál es la filosofía y las medidas que
inspirarán su acción.
Este informe plantea dos alternativas simples, partiendo de una hipótesis razonable, la
ausencia de mayorías absolutas en el próximo Parlamento: en primer lugar, una coalición
pro-estabilidad, entendida por tal la organizada alrededor del desarrollo del programa
aplicado por el Gobierno en la presente legislatura; en segundo lugar, otra integrada por
opciones partidarias de cambiar las líneas maestras de la política desplegada en estos
últimos tres años. En ninguna de esas dos fórmulas gubernamentales se incluye una
versión extrema o de máximos de la programación económica; es decir, la opción
continuista no emprendería una revolución liberal ni la abanderada del cambio una tipo
Syriza. También se descuenta el hecho de una reacción adversa de los mercados, en el
corto plazo, ante la emergencia de un Gobierno sin una mayoría clara y estable y se
asume que el nuevo gabinete podrá gobernar la legislatura entera o, al menos, la mayor
parte de ella.
La previsión de Freemarket para 2016 situaría el crecimiento del PIB entre el 3 por 100
para el escenario de un Gabinete Pro-Estabilidad (GpE). Ello se sustenta en un
incremento del gasto de los hogares del 3,5 por 100 propiciado por un aumento del
empleo, de la renta disponible y de la riqueza financiera de las familias algo inferior al
registrado en 2015. Esta sería la consecuencia de una reforma laboral que, sin
modificaciones, tenderá a perder potencia como elemento generador de empleo; de la
estabilización del incremento de las rentas del capital obtenidas por las familias y de los
salarios, así como por el estancamiento de la incipiente revalorización de sus activos
reales. A estos elementos cabe añadir el deterioro de los indicadores de confianza de los
consumidores producido por la incertidumbre ligada a las dudas sobre la estabilidad
gubernamental y a la capacidad del nuevo gabinete de emprender reformas y ajustes del
29
gasto más agresivos. Esto frenará el descenso de la tasa de ahorro de las familias por
motivo de precaución.
Por lo que se refiere a la inversión, la previsión incorpora también una pérdida de
dinamismo de esa variable, en especial, de la destinada a bienes de equipo. La
modernización del aparato productivo de las empresas de las empresas se debilitará ante
un entorno de incertidumbre, ante las perspectivas de una ralentización de la recuperación
y, con ella, ante la expectativa de estabilización o de suave descenso de los beneficios
empresariales. La inversión en construcción verá lastrado su dinamismo por la
incertidumbre generada en ese sector por los ayuntamientos con mayoría de izquierdas y
por el debilitamiento de la oferta y la demanda de crédito hipotecario por un evidente
efecto precaución. En su conjunto, la aportación de la demanda interna al crecimiento del
PIB será del orden del 3,4 por 100.
Por lo que respecta a la demanda externa, las exportaciones anotarán un incremento
similar al de 2015 por el mantenimiento de las ganancias de competitividad acumuladas,
por el mejor comportamiento relativo de la economía europea que todavía absorbe el 72
por 100 de las ventas de España al exterior y por la depreciación del euro frente al dólar.
Aunque el ritmo de reducción de los Clu´s se ha moderado, su subida en Francia, Italia y
Alemania permite sostener un diferencial de competitividad favorable a los bienes y
servicios españoles en sus principales mercados europeos. Lo mismo ocurre con las
economías emergentes que tienen mayor inflación e incrementos salariales que la
española. Las importaciones perderán dinamismo a causa de la menor expansión de la
demanda interna, sobre todo de la inversión en bienes de equipo. El resultado será una
aportación del sector exterior al PIB del orden del -0,4 por 100.
La balanza de pagos por cuenta corriente arrojará en 2016 un saldo positivo del 1,3 del
PIB como resultado de la buena marcha de las exportaciones, del menor vigor de las
importaciones y de los ingresos proporcionados por el turismo que serán históricos a
causa del hundimiento de la demanda turística en otros destinos, básicamente en el Norte
de África. En este marco es preciso señalar el fuerte crecimiento que están
30
experimentando las ventas al exterior de servicios no turísticos que suman alrededor del
6,5 por 100 del PIB y que se incrementarán entre el 5 y el 7 por 100 el año próximo.
Ahora bien, como se ha comentado al inicio de este informe, la deuda externa es enorme
y tardará años en volver a niveles sostenibles. Esta situación eleva la vulnerabilidad de la
economía nacional a cambios en el sentimiento de los mercados.
La reducción del déficit de las Administraciones Públicas descansa en el aumento de los
ingresos y el descenso de gastos –desempleo- ligado al crecimiento de la economía. En
2016, prevemos que ese desequilibrio se situará en el 3,4 por 100 del PIB, seis décimas
por encima de la proyección realizada por el Gobierno. Esto significa una brecha entre el
objetivo gubernamental y la evolución de ese indicador pronosticada por Freemarket de
unos 8.000 millones de euros para 2016. España seguirá sin alcanzar un superávit
primario hasta 2017 y la deuda superará el 100 por 100 del PIB el próximo ejercicio. Esto
significa que se está aún lejos de asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas y
existen factores estructurales, por ejemplo las pensiones, cuyo gasto presenta una
irreversible trayectoria alcista.
A lo largo de 2015 el empleo en España crecerá por encima del 3 por 100, la creación de
empleo de los últimos trimestres se consolidará y reforzará. La Ley de Okum en virtud de
la cual se creaba empleo con un crecimiento superior al 3 por 100 ha reducido su umbral
de manera sustancial. Esto significa que con crecimientos del PIB como los proyectados
habrá una mayor creación de puestos de trabajo. Sin embargo, el alcance de la reforma
laboral comenzará a tener rendimientos decrecientes en el próximo año si no se corrigen
las fallas que se han empezado a detectar en su aplicación y que se han señalado en el
primer epígrafe de este informe.
El desempleo es el “talón de Aquiles” de la economía española. Si todo evoluciona bien
la tasa de paro del próximo año llegará a ser del 20 por 100, seis puntos menos que hace
tres años. Es muy importante este descenso ya que si esta tendencia continuase otros tres
años se podría acabar con estás tasas que son tres o cuatro veces superiores a las de los
países de nuestro entorno y suponen un lastre definitivo para España.
31
Si España pasa a ser gobernada por un Gobierno pro Cambio (GpC) con las
características señaladas al inicio de este epígrafe, la consolidación de la reactivación será
una tarea imposible y el peligro de una acusada desaceleración del PIB es una conjetura
con altas probabilidades de materializarse. Aunque un gabinete de esa naturaleza
modificase su estrategia una vez llegado al poder, se enfrentaría a un problema de
credibilidad difícilmente superable no sólo por la composición de quienes forman la
alianza que le sustenta sino también porque la erosión de la confianza generada
inicialmente tardaría mucho tiempo en restaurarse. Con una economía apoyada en unos
cimientos inestables, la inconsistencia temporal de la política económica pasaría una
elevada factura. Grecia es un caso extremo pero ilustrativo de una oferta de cambio
incompatible con la realidad.
En este contexto es básico recordar que el efecto de las políticas económicas sobre el
sector privado depende de las expectativas de los consumidores, de las empresas y de los
inversores. Esto es esencial para entender los efectos de un cambio de régimen
económico. Si los mercados y los agentes privados sospechan o perciben que se va a
producir una alteración de las líneas maestras de la política económica, los resultados de
éstas serán radicalmente distintos a los esperados porque su reacción anticipa ese cambio.
En otras palabras, la evolución económica del pasado es una débil guía para valorar las
consecuencias futuras de la estrategia adoptada por un nuevo gobierno.
En conclusión, la tarea del próximo Gobierno de España es aplicar la estrategia
económica necesaria para consolidar la recuperación y hacerlo en unas condiciones
parlamentarias, a priori, peores que las existentes entre 2011 y 2015. Será imposible
estabilizar las finanzas públicas sin acometer reformas sustanciales en programas del
Estado del Bienestar como las pensiones, sin modificar de manera radical el marco fiscal,
presupuestario y financiero de las CC.AA. Será problemático sostener un ritmo vigoroso
de creación de empleo sin corregir las insuficiencias que la reforma laboral de 2012 ha
mostrado en su aplicación. Será complicado moderar la inflación y aumentar la
productividad sin introducir más competencia en los mercados. Eso sin contar con las
32
asignaturas pendientes que a largo plazo determinan el crecimiento económico, léase la
reforma del sistema educativo o la del judicial por citar dos casos emblemáticos. El error
de diagnóstico es dar por cerrado el proceso de ajuste de las cuentas públicas y la agenda
de reformas estructurales. Se ha avanzado en esa dirección pero de modo insuficiente
para garantizar la pervivencia del actual ciclo expansivo.
Y para terminar, el único problema que Grecia representaría para la economía española
sería que los ciudadanos eligiesen una coalición de gobierno de corte “Syriziano”.
33
PREVISIONES ECONÓMICAS PARA ESPAÑA
Previsiones
Freemarket 2016
DATOS OBSERVADOS
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015P
2016
GpE
2016
GpC
PIB Y AGREGADOS (%variación real)
PIB, pm
4,0
3,8
1,1
-3,6
0,0
-0,6
-2,1
-1,2
1,4
3,6
3,0
1,6
-Hogares
3,8
3,3
-0,7
-3,6
0,3
-2,0
-2,9
-2,3
2,4
4,0
3,5
2,2
-Administraciones
públicas
4,6
6,2
5,9
4,1
1,5
-0,3
-3,7
-2,9
0,1
1,1
0,8
3,6
Formación bruta de
capital fijo
7,2
4,4
-3,9
-16,9
-4,9
-6,3
-8,1
-3,8
3,4
6,0
5,6
3,0
-Bienes de equipo
9,9
10,4
-2,5
-24,5
2,8
2,5
-2,6
1,7
9,7
7,6
7,0
5,3
-Construcción
6,0
3,2
-5,9
-11,9
-9,8
-9,0
-9,7
-9,6
-3,1
3,4
2,8
-0,3
Exportación de bienes y
Servicios
6,7
8,3
-0,8
-11,0
9,4
7,4
1,2
4,3
4,2
5,7
5,9
3,1
Importación de bienes y
servicios
10,2
8,6
-5,6
-18,3
6,9
-0,8
-6,3
-0,5
7,6
6,3
7,2
6,0
Demanda nacional (a)
5,2
4,4
-0,4
-6,4
-0,5
-2,7
-4,3
-2,7
2,2
4,0
3,4
2,6
Saldo exterior (a)
-1,5
-0,6
1,6
2,8
0,5
2,1
2,2
1,4
-0,8
-0,4
-0,4
-1,0
3,2
2,5
2,9
2,8
3,6
3,7
3,2
0,2
1,2
3,1
2,5
1,5
8,5
8,2
11,3
17,9
19,9
21,4
24,8
26,1
24,4
22,1
20,2
21,3
INFLACIÓN
3,5
2,8
4,1
-0,3
1,8
3,2
2,4
1,4
-0,2
-0,4
0,9
1,2
SALDO DE LAS
AAPP (% del PIB)
2,4
1,9
-4,5
-11,2
-9,7
-9,4
-10,6
-6,8
-5,8
-4,6
-3,4
-4,6
Gasto en consumo de:
Empleo total (puestos
ETC, Contabilidad
Nacional)
Tasa de paro
(%población activa,
EPA)
Nota: Para los datos de 2015 de los que todavía no se conoce un resultado definitivo, se han hecho previsiones propias.
Nota2: se contemplan dos escenarios:

2016 GpE: Gabinete Pro-Estabilidad

2016 GpC: Gobierno Pro-Cambio (ya explicado en el texto)
Fuentes: INE, BCE y BE
34
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