Crisis política o terremoto en Túnez

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Crisis política o terremoto en Túnez
Rashid Sherif :: 22/02/2013
El plan imperial pretende imponernos, a través de Enahdha, un seudo “islam político
moderado”, gerente y garante de sus intereses en el país y en la región
“Soy de la raza de los guerreros. Pueden matarme pero jamás callarme. Prefiere morir
por mis ideas antes que por cansancio o vejez” –Chokri Belaid, mártir, 6 febrero 2013
Vivimos en Túnez un momento culminante de una crisis política crónica luego de las elecciones del
23 de octubre 2011, primeras elecciones desde la independencia formal de 1956 con cierto grado de
transparencia y participación espontanea aunque fuera cortado a mitad el número de electores. Hoy,
la crisis se intensifica al máximo a raíz del martirio del Compañero Choukri Belaid: su lucha heroica
se extendió aún después de su asesinato. El es de la raza de patriota con dignidad e integridad
personal, vive y vivirá siempre por la fortaleza encarnada de sus ideas. Sabía que su vida estaba en
peligro, recibió varias amenazas. Sin embargo dijo él mismo poco antes de la tragedia: “Pueden
matarme pero jamás callarme”. Veamos ahora en qué medida la crisis política continua se basa en
una desviación y engaño de la intención política de la mayoría de los votantes. El objetivo esencial y
declarado de aquellas elecciones era poner en pie una asamblea constituyente la cual debía nombrar
un gobierno provisional mientras esté redactando en el plazo máximo de un año la nueva
constitución y preparar las elecciones para la segunda república. Esto significaba administrar un
gobierno provisional a la vez mantener la unidad nacional surgida a raíz de la insurrección del 14 de
enero 2011 con sus objetivos fundamentales de: “Trabajo, libertad y dignidad nacional”. Sin
embargo, a los pocos días de la fiesta electoral, con la sorpresa y la indignación general, el
movimiento islamista Enahdha –ganador de una fuerte minoría y no mayoritario- irrumpió
brutalmente en la escena nacional con odio y violencia encargando sus milicias salafistas dividir al
pueblo tunecino entre “buenos” musulmanes, otros “malos” a reeducar con la “charia” y laicos a
liquidar! Su contraparte de la Hermandad Musulmana está realizando los mismos crímenes en
Egipto. A la vez, en Túnez, país con antigua tradición de tolerancia y convivencia, abierto al
conocimiento, el intercambio cultural y los idiomas, urbano en gran parte, se oyeron gritos
indecentes y hasta criminales por parte de esas milicias salafistas denigrando a “los judíos”,
nuestros compatriotas y parte de nuestro pueblo originario, a los “no-creyentes” y “laicos”, hasta tal
punto que nos preguntamos “¿de dónde sale ésta turba?” con sus largas barbas y su ridícula ropa
colgando al estilo seudo afgano, modalidades ajenas por completo a nuestra cultura y tradiciones. A
la vez, estos misóginos se lanzaron primero y con impunidad contra las mujeres para tapar su cuerpo
con velo, incluso a las niñas! Estas agresiones brutales y tempranas a poco tiempo de las elecciones
han sorprendido y casi traumatizado la población, la cual reaccionó en varias ocasiones con
protestas masivas en las calles y marchas a menudo atacadas también por esas milicias. En ausencia
de fuerzas populares organizadas --producto de varias décadas de represión férrea por décadas de
dictadura con desapariciones, encarcelamiento por varios años de la resistencia en filas de la
izquierda, destierro de miles de militantes, siendo entonces esa dictadura apoyada por gobiernos
occidentales--, el movimiento islamista Enahdha (inicialmente fomentado por la propio dictadura
como escudo contra la izquierda) había infiltrado sus células clandestinas en medio de las capas
populares pobres y más aún luego de la insurrección, con apoyo masivo técnico-financiero de las
fuerzas imperiales (EEUU/OTAN) así como autocracias del Medio Oriente (Qatar, Saudita). Este
movimiento religioso conservador travestido recientemente en “político moderado”, ha abusado de
una supuesta imagen de gente religiosa y “limpia” en contraste con los desprestigiados y corruptos
agentes de los dos regímenes anteriores, para atraer el voto de un 20% (1 de cada 5) del electorado,
siendo la mitad del electorado ausente por no haber sido inscrito a tiempo. En definitiva, los
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votantes a favor de Enahdha provienen en una mínima parte de algunos empresarios y burócratas
oportunistas pero en su mayoría de las capas más pobres en periferias urbanas y regiones
abandonadas (entre convencidos y otros traídos en camiones y buses, con soborno de dinero y
promesas milagrosas). Hoy muchos de ellos perdieron sus ilusiones. Entre estos votantes, los
marginalizados por regímenes anteriores viven en un país donde precisamente uno de cada cinco
ciudadanos es analfabeto. Por eso, la base de Enahdha se ha extendido en esa población
marginalizada, analfabeta. Enahdha no ha hecho esfuerzo alguno para alfabetizar a estos seguidores
ciegos, precisamente para seguir aprovechándose de su ceguera. Enahdha ha sido incapaz de
aglutinar fuerzas sociales de los trabajadores organizados, de la inmensa mayoría del estudiantado,
de las mujeres y la juventud despiertas y de la clase media capitalina y regional. Este voto relativo
sin embargo permitió a Enahdha ganar 89 de los 217 escaños en la asamblea constituyente (AC).
Luego, con el apoyo de dos menores formaciones políticas oportunistas “socialdemócratas”,
Enahdha pretendió dominar el juego político con una mayoría ficticia parlamentaria. Esta burda
falsificación de la intención del voto popular, hoy se paga con un desprestigio de Enahdha. De hecho,
repetimos, éste pueblo no había entregado un mandato por delegación para un juego de tipo
parlamentario europeo con la relación de fuerza entre una mayoría islamista dominante en la AC,
encargada del gobierno y una minoría opositora sin dientes. Esta maniobra partidista y politiquera
barata está en la raíz de la crisis política continua en Túnez. Es así también como la población se ha
cansado del espectáculo lamentable de la AC y de los partidos en general. Cansada pero no
desmovilizada, diría más bien está todavía más politizada aún. Más preocupada todavía por el
destino de la Patria. Hoy, como ayer en Argentina, se oye de nuevo un lema de la insurrección: “Que
se vayan todos!” Partiendo de una posición de fuerza con sus apoyos occidentales y orientales,
Enahdha pretendió recuperar y apropiarse de los frutos de una insurrección popular pacifica y
victoriosa sin haber participado en ningún momento a la misma. De hecho Enahdha ha secuestrado
el poder y declara con arrogancia que no dejará el poder. En un año y medio en el gobierno
provisional sin límite de tiempo para su mandato, algo totalmente inusitado en regímenes
parlamentarios, sus ministros han fallado, demostrando una obvia incompetencia y una ausencia del
sentido del Estado. Los bloqueos en la AC en estériles discusiones parlamentaristas sin fin,
provocados por el bloque islamista y sus aliados, al demorar adrede la redacción de la nueva
constitución, le estaba dando tiempo a Enahdha para infiltrarse desde arriba hacia abajo del aparato
del Estado y las empresas estatales a través de todo el país. Mientras tanto, sus brazos armados
salafistas y una nueva agrupación de delincuentes autonombrados abusivamente “Liga de defensa de
la revolución”, a los cuales se le ha otorgado una licencia oficial de ¡ONG! no han dejado de crear
disturbios, agresiones físicas contra mujeres, periodistas, intelectuales, artistas, universitarios,
estudiantes, oficinas y sitios de la UGTT y sus miembros, personalidades públicas democráticas,
manifestantes hombres y mujeres en marchas multitudinarias en las ciudades. A la vez, se han
lanzado a destruir mausoleos de gran respeto del pueblo (zaouya), vandalizando más de 80 antiguas
tumbas de personas venerables de gran dignidad entre el pueblo, algo así como santos –al igual que
las hordas de Al Qaeda en Mali. Estas acciones a diario a través del país se benefician de impunidad
por parte del gobierno islamista y la policía, y por supuesto van escalando. Sirven para desviar la
atención del pueblo de las evidentes carencias del gobierno provisional, creando artificiales
“eventos” diarios que tienden a difundir miedo e inseguridad, malos sociales de los cuales el pueblo
se había liberado con el triunfo de la insurrección cuando perdimos el miedo. Era como reactivar el
terror del pasado régimen. En las mezquitas, líderes religiosos salafistas llaman con total impunidad
a matar gente, con nombre y apellido, entre los cuales el nombre de nuestro compañero y hoy
mártir, Choukri Belaid. Subiendo la escala del crimen, las milicias fascistas, brazo armado de
Enahdha, pasaron al capítulo desconocido hasta ahora en Túnez: el asesinato político. Publican en
Facebook listas de personas por asesinar, indicando su dirección y teléfono. Este fenómeno no se
conocía en Túnez ni siquiera en tiempos de dictadura. Sólo hubo en 1954 antes de la independencia
el horrible asesinato del muy querido Farhat Hached, fundador del sindicato UGTT y luchador
patriota a favor de la independencia. Fue vil y cobardemente asesinado por una milicia fascista de la
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policía colonial francesa, “La main rouge”. Era en Túnez pero sangre tunecina derramada por
fuerzas coloniales extranjeras. Aquello quedó como un profundo trauma en la memoria y la
conciencia nacional. Hace pocos meses, en la ciudad sureña de Tataouine, las milicias de la “liga”
han linchado públicamente y mataron a golpe un dirigente político de una nueva agrupación, ‘Nidâ
Túnez”, de centro-derecha. Fue la primera baja. Contrariamente al informe de los médicos legistas
declarando la causa de muerte por instrumentos contundentes, el ministro del interior declaró que
ese militante murió por un infarto cardiaco! Recién, nos enteramos con mayor inquietud aún de la
presencia de una célula secreta en el seno del ministerio del interior organizada por un conocido
antiguo jefe terrorista islamista, célula al mando directo desde afuera del ministerio del jefe de
Enahdha, Ghanouchi. Existen fuertes presunciones y testimonios fidedignos de que ésta célula
terrorista estaría involucrada entre mandantes y ejecutores del vil asesinato de nuestro compañero
Choukri Belaid, dirigente de un partido marxista y co-fundador del frente unido de la izquierda, el
Frente Popular. Luego de casi dos semanas, el ministerio del interior no ha hecho aún declaración
inicial alguna en relación con la investigación conjunta en curso de la justicia y la policía, lo cual
acrecienta el resentimiento popular y la sospecha de borrar huellas. Hay más información acerca de
elementos con nombre propio y pasado terrorista de Enahdha infiltrados en varios ministerios. La
última noticia indica una verdadera desagregación del ministerio del interior entre al menos tres
partes en conflicto abierto: los del régimen derrocado, los nuevos leales a Enahdha y su ministro y
los “independientes” aglomerados en un nuevo sindicato a favor de la creación de una verdadera
policía republicana que obedece a la legalidad y no al dedo del gobierno de turno. Del mismo modo,
la tragedia del martirio de Choukri está provocando un terremoto con serias sacudidas repetidas
dentro de partidos políticos de derecha y del centro con deserciones, incluyendo una fractura en el
seno de Enahdha y sus raquíticos aliados socialdemócratas. La fecha del 6 de febrero último, día del
vil asesinato, sigue viva en la conciencia diaria del pueblo, a la vez persigue cual un terrible
fantasma a los enemigos de la Patria. Un millón y medio de ciudadan@s de todas edades
participaron en el sepelio en la capital, además de otros millones a través del país ocupando las
calles, simbólicamente, y otros tantos televidentes en su casa, siendo un día frio y lluvioso. En la
misma tarde de ese fatídico día 6, estando el país en duelo nacional, el Primer Ministro Hamadi Jbalí,
anunció con tono dramático su decisión para reorganizar en profundidad su gobierno en base a
elementos independientes de todo partido político, lo que llamó un gobierno de tecnócratas. Dijo que
decidió solo sin consultar su partido Enahdha, el cual desencadenó públicamente una fuerte
reprobación en contra de Jbali. Desde entonces, Enahdha por boca de su jefe Ghanouchi no ha
dejado de oponerse a Jbali, siendo éste ultimo secretario general de Enahdha, atacándolo en
discursos, en nombre de una “legitimidad” de los islamistas a través de las urnas –obviando el hecho
de que había caducado el mandato de un año del pueblo desde el 23 de octubre pasado, sin que se
haya producido la nueva constitución y tampoco se han preparado las elecciones. Todavía fuerte de
una mayoría relativa en la AC, Enahdha ha tratado de mantener la iniciativa del juego político, lo
que en otros términos evidencia su responsabilidad en la parálisis política, la crisis continua y por
ende el secuestro del país. De hecho, la decisión de Jbali lo sitúa como elemento moderado dentro de
su partido sino incluso marginal o hasta como jugador político independiente al darse una misión de
“salvador” del país. En realidad, nos encontramos con un país más dividido aún, con una
polarización de fuerzas por una parte entre una extrema derecha islamista sin futuro, en plena
bancarrota y con desprendimiento de su ala moderada; por otra parte una fuerza al centro que está
aglutinando cada día más seguidores con afán de salir de la crisis y volver a ver el país con su
imagen tradicional, tolerante y pacifica buscando la línea mediana para sobrevivir y superar la
tormenta. A la izquierda, se sitúa desde hace poco el conjunto de pequeñas fuerzas duramente
reprimidas en el pasado bajo la dictadura y que han sido unificadas en el Frente Popular, en gran
parte gracias a los valerosos esfuerzos del Compañero Choukri Belaid. Con todo, el grueso de las
fuerzas populares está buscando el “centro” como refugio contra Enahdha y su caos. Con las
perspectivas electorales, lo mejor que pudiera hacer el Frente Popular seria entrar en alianza
electoral con el centro. Esto sería una comprobación más de la división del tiempo histórico entre
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antes y después del 6 de febrero. De esta forma, se esclarece el paisaje político más aún con un polo
patriótico versus Enahdha y su quimera de califato. Perspectivas Aparentemente, Jbali también fue
sacudido por el vil asesinato político de Belaid y se distanció de inmediato de Enahdha acusada
como mandante sino incluso ejecutora del crimen. Nada será igual después del 6 de febrero. El país
entero está profundamente traumatizado y hasta en cierta ruptura con la clase política en su
conjunto. Sin embargo, el Frente Popular ha ganado más afiliados y simpatizantes; a la vez, mujeres
y jóvenes activos protagonistas de la insurrección popular están en plena faena para organizarse en
el seno de nuevos movimientos sociales. Son verdaderamente el amanecer y la esperanza de un
futuro político alternativo. Fuera de las negociaciones politiqueras actuales para formar un nuevo
gobierno provisional “mixto” (políticos y tecnócratas), con o sin Jbali a la cabeza, volvemos al punto
de partida con las tareas prioritarias que siguen siendo las mismas desde las elecciones del 23 de
octubre 2011, las cuales constituyen un objetivo continuamente defendido por el Frente Popular y
ahora con el consenso general, menos del lado islamista: - Foro nacional inclusivo de todos los
partidos y mayores organizaciones sociales para con urgencia y en pocos días alcanzar un
denominador común en vista de una hoja de ruta (programa mínimo de prioridades para la salvación
nacional) y un nuevo gobierno provisional de crisis. Esta idea había sido ya elaborada hace pocos
meses por la Central de Trabajadores (UGTT) pero fue saboteada por Enahdha. - 12 mayores puntos
socioeconómicos y políticos de la hoja de ruta:
* 1- Determinar por la justicia quienes fueron ejecutores y mandantes del asesinato del
patriota Choukri Belaid. * 2- Luchar con eficiencia y transparencia contra la violencia
política, disolver la célula terrorista del Ministerio del Interior, las milicias fascistas (Liga
& Salafistas), controlar los lideres islamistas en las mezquitas (predicadores de la
violencia). * 3- Darle atención médica gratuita y apoyo social a los heridos por balas
durante la insurrección (abandonados desde hace dos años ya). * 4-Aportar soluciones en
cierta medida con urgencia al 20% de desempleados (un tercio de los cuales jóvenes con
altos grados académicos). * 5- Renegociar (al modo ecuatoriano) la deuda externa con un
moratorio. * 6- Luchar contra el alza abusiva de los precios de la canasta básica, el
desabastecimiento producto del acaparamiento y también de la exportación ilegal hacia la
frontera. * 7- Facilitar a los campesinos pequeños créditos bancarios y abono (con precio
casi inalcanzable en un país mayor productor de fosfato de alta calidad!). * 8- Acelerar la
redacción de la nueva constitución con fecha precisa de entrega final para votación de los
¾ de l@s asambleístas y/o vía referéndum popular. * 9- Restablecer la Comisión Nacional
Electoral (abusivamente disuelta por los islamistas!), la cual ésta vez debe facilitar la
inscripción a tiempo de todos los electores y decidir de la fecha para las nuevas
elecciones. * 10- Revisar los nombramientos abusivos e impopulares de más de mil
cuadros unos afilados otros simpatizantes de Enahdha impuestos en las empresas y
ramificaciones del aparato del Estado. * 11- Revisar las entregas solapadas de bienes
nacionales (empresas, tierras) a El Qatar y otros socios internacionales de Enahdha. * 12Organizar en un plazo no mayor de 15 días un nuevo gobierno provisional de crisis que
beneficia del consenso nacional, en el cual los cargos de ministerios del interior, defensa,
justicia, exterior y asuntos religiosos no estén en manos de los islamistas de Enahdha sino
personalidades competentes independientes.
La UGTT, el empresariado nacional y el conjunto de las fuerzas patrióticas con sus diferentes
tendencias políticas están a favor de esta hoja mínima de ruta. Enahdha se opone. Todo deja pensar
que los islamistas más conservadores (en abrumadora mayoría dentro de Enahdha) harán el máximo
para no perder la iniciativa y para imponer sus intereses por encima a los del país. Está más que
demostrada la rigidez de Enahdha, su arrogancia fortalecida por sus apoyos extranjeros y su
tendencia al extremo suicida, por su pasado violento de terrorismo reactivado hoy, más aún cuando
la mayoría del pueblo se está distanciando de ella. Todo indica que el movimiento de Enahdha ha
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fallado a la vez como dirigente de gobierno, gerente administrativo y fuerza política. La divisa de
Enahdha es “Nosotros o el caos”. Una divisa suicida. Han elegido el caos porque con el terror y la
violencia social y política pretenden aferrarse en el poder cueste lo que cueste, con el sueño muy
quimérico de un día crear su “califato” en el seno de un amplio Gran Medio Oriente –obviando o a
despecho del hecho de que Túnez es un país africano! Y como es de conocimiento general, ese Gran
Medio Oriente es precisamente el plan imperial. Esto nos lleva a la conclusión también de que a la
luz de los últimos sucesos en Túnez, la cobarde agresión de la OTAN contra el pueblo libio, el
reciente ataque contra Argelia, la doble agresión contra Mali, por integristas fascistas y tropas
neocoloniales francesas, nuestros pueblos africanos en lucha están decididos a derrumbar este plan
imperial que pretende imponernos un seudo “islam político moderado” gerente y garante de sus
intereses en el país y en la región.
Entrevista con el Dr. Rashid Sherif www.masvoces.org Audio: * Patriota tunecino, militante
internacionalista www.shaahidun.wordpress.com
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