CONTRATOS Noción de contrato: (Art. 1137 Código Civil) El artículo 1137 del Código Civil dice que: “Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos”. Tipicidad Contractual: causa, buena fe. Si bien tanto en el código de comercio como en el código civil hay normas relativas a los contratos, es en este último donde se desarrolla la teoría general de los contratos, pues el código de comercio trae pocos artículos sobre ello (desde el 207 hasta el 220). En consecuencia resulta lógico, que las disposiciones del código civil se apliquen supletoriamente a los contratos comerciales y que el propio código de comercio así lo disponga: - En los casos que no estén regidos por este código, se aplicaran las disposiciones del código civil (regla 1ª de c.com) - El derecho civil, en cuanto no esté modificada por este código, es aplicable a las materias y negocios comerciales. (Art 207 del c.com) Formación de los Contratos: Al igual que en los contratos civiles, los mercantiles se perfeccionan por el consentimiento de las partes. El consentimiento debe manifestarse por ofertas y propuestas de una de las partes y aceptarse por la otra. El consentimiento lo exterioriza quien tiene la iniciativa del negocio, mediante la oferta o propuesta para celebrar el contrato, y la otra parte mediante la aceptación. Condiciones de la Propuesta: (de la propuesta y oferta al público) puede ser verbal o escrita. 1) Completa y precisa (no debe dar lugar a dudas). 2) Dirigida a personas determinadas o indeterminadas. 3) Que se haga con el propósito de obligarse, para el caso de ser aceptada. 4) Que el comprador o aceptante, tenga conocimiento de la oferta. Para el Código de Comercio las ofertas de venta hechas en remate público, son validas. - caducidad: el art. 1149 del CC establece que la oferta quedara sin efecto si una de las partes falleciere o perdiere su capacidad para contratar antes de haber sabido de la aceptación y la otra antes de haber aceptado. Aceptación: Es una declaración de voluntad unilateral, recepticia, dirigida al ofertante. Requisitos: Ser aceptada por la misma persona a la cual se dirigió la oferta. Hacerse con el propósito de obligarse (una vez que manifestó la aceptación y no cumple, se resolverá la obligación por daños y perjuicios). Debe ser análoga y sobre el mismo objeto a que se refirió la propuesta. La Propuesta y La Aceptación: pueden ser expresa o tacita, pueden estar sujetas a condición y a plazo. Perfección del Contrato: Mientras el contrato no sea perfecto la propuesta y la aceptación son revocables, pero aunque la revocación impide el perfeccionamiento del contrato, si llega a noticia de la otra parte después que estaba comenzando la ejecución el revocante deberá indemnizar los daños que la revocación apareja. Cuando la aceptación coincide con la oferta, existe acuerdo de voluntades, con lo cual queda perfeccionado el contrato. Si se trata de un contrato real se perfecciona con la entrega de cosa o prestación. El consentimiento puede manifestarse por ofertas o propuestas y aceptaciones ya sea entre presentes o bien entre ausentes. Entre presentes rige el Art 1151 del CC, la oferta o propuesta hecha verbalmente no se juzgara aceptada si no fuese inmediatamente. Entre ausente se requiere que transcurra el tiempo necesario para que llegue la respuesta por correo de retorno y durante esa espera el proponente estará ligado. El contrato entre ausentes aunque no en forma absoluta supone 2 requisitos el tiempo y el espacio. En el caso de contratantes a través de fax u ordenadores conectados a líneas telefónicas por medio de modems, entendemos que los medios mecánicos consignados, solo constituyen el vehículo de las declaraciones de voluntad y que si existe un intervalo de tiempo entre la emisión de la oferta y su aceptación el contrato debe considerarse entre ausente. Art. 1198 CC. (Buena Fe): “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender obrando con cuidado y previsión”. Forma de los Contratos: rige el principio de libertad en la elección de la forma. En doctrina, se acostumbra a clasificar a las formas en: Solemnes: es aquel para cuya validez la ley exige determinada formas o solemnidades. No Solemnes o Ad Probationem: son aquellos que obligan sin formas taxativas para perfección. Contrato plurilateral: lo que determina a este tipo de contrato es: 1- la posibilidad de que intervengan más de 2 personas, en estos contratos las prestaciones no son reciprocas sino que todas ellas tienden a concordarse a la realización de un objeto común, cada parte adquiere derechos y obligaciones no respecto de la otra sino respecto de todas las demás. 2- son contratos abiertos: cualquier sujeto puede integrar o adherirse al contrato, los adherentes ulteriores no son considerados como terceros sino como partes del mismo. 3- no tiene que haber una exacta equivalencia entre prestaciones y contraprestaciones. 4- hay atipicidad de las prestaciones de las partes. 5- el tener por finalidad organizar grupos o categorías, sociedades, sindicatos, etc. Que mantiene una existencia más o menos duradera de la colectividad de los asociados. Forma de contratación: el contrato tipo y contrato de adhesión. El contrato tipo: Es aquel cuyo contenido se encuentra predeterminado por normas o reglamentos estatales o por disposiciones de asociaciones u otras organizaciones de manera que las partes no tienen que agregar nada más que su firma, adhesiones o modificaciones pueden hacerse pero no son indispensables para que pueda haber lugar a la estipulación del contrato. El contrato tipo determina un contenido uniforme de toda una serie más o menos numerosa de contratos individuales. El contrato de adhesión: El contenido resulta predeterminado por 1 de las partes, en tanto que a las otras u otras no les queda más alternativas que aceptarlo como ha sido redactado. Prueba de los Contratos: (Art. 208 Código de Comercio) La enumeración es enunciativa. Art. 208 C.Com.: “Los contratos comerciales pueden justificarse por: 1) Instrumentos públicos. 2) Notas de los corredores y certificaciones extraídas de sus libros. 3) Documentos privados firmados por las partes o algún testigo, a su riesgo y en su nombre. 4) Correspondencia epistolar y telegráfica. 5) Libros de comerciantes y las facturas aceptadas. 6) Confesiones de parte y por juramento. 7) Testigos (solo es admisible en los contrato cuyo valor no exceda de $10000). Tratándose de pruebas de contratos de mayor cuantía solo será admitida existiendo principio de prueba por escrito. 8) Presunciones de la ley. Instrumento Público: hacen plena fe respecto de terceros sobre los actos realizados con intervención del oficial publico. Instrumento Privado: extendidos por las partes, sin intervención del oficial público. Sirven como base probatoria de un contrato comercial. El C.C. es el que regula la materia. El Art. 1012 establece que la firma de las partes es una condición esencial para la existencia de todo acto bajo forma privada; pero el Art. 1190 dice que los contratos se prueban por el modo que dispongan los códigos de procedimientos de las provincias federadas: por instrumentos públicos, por instrumentos privados firmados o no firmados, por juramento judicial, etc. Entonces, ante ésta oposición, es factible probar un contrato comercial por un instrumento privado no firmado. Facturas: La factura es el documento que expide el vendedor en el cual constan los datos de ambas partes, el objeto o bien que se vende y el precio del mismo. Si la factura o el remito es firmado por el comprador se dice que la factura esta aceptada en forma expresa. Esta aceptada tácitamente cuando recibida la factura el comprador no se expide durante los 10 primeros días, remito, orden de compra, etc. Son documentos que hacen a la prueba de los contratos comerciales. INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS: No se requiere interpretación cuando las partes coinciden en la voluntad. Se interpreta cuando a pesar de la intención común las partes no coinciden o concuerdan en lo mismo y esta interpretación está a cargo de un árbitro o un juez. El Código da diversas reglas sobre la interpretación de los contratos comerciales: El fin que busca el interpretador es la intención subjetiva, tener en cuenta la voluntad de las partes, que es lo que ellas quisieron: Art. 1198 CC.: “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe, y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión”. Ante la ausencia en el Código Civil de otras normas sobre interpretación, y dado que el artículo 16 autoriza aplicar las “leyes análogas”, es posible recurrir al Código Comercial el cual trae diversas reglas de interpretación. Regla: Interpretación Subjetiva: El Código da pautas de interpretación en el artículo 218 inciso 1, 2, 4. Si el interpretador logra desentrañar el sentido del contrato, la tarea esta cumplida. Art. 218: “Siendo necesario interpretar la cláusula de un contrato, servirán para la interpretación las bases siguientes: 1) Debe buscarse más bien la Intención común de las partes en el sentido literal de los términos. 2) Las cláusulas equívocas o ambiguas deben interpretarse por medio de los términos claros y precisos empleados en otra parte del mismo escrito, no dar tanto el significado que en general les pudiera convenir, cuanto el que corresponda por el contexto general. 3) Las cláusulas susceptibles de dos sentidos, resultando de uno la validez, y del otro la nulidad del acto, deben entenderse en el primero. Si ambos dieran la validez debe tomarse la que más convenga a la naturaleza del contrato y la regla de la equidad. 4) Debe tomarse en cuenta las actuaciones posteriores de las partes siguientes al contrato. 5) La Onerosidad de los actos de comercio (nunca se presumen gratuitos). 6) Usos y costumbres del lugar de ejecución (prevalecerán sobre cualquier inteligencia en contrario que se pretenda dar a las palabras). 7) A favor del deudor (en los casos dudosos, las cláusulas ambiguas deben interpretarse siempre a favor del deudor, en el sentido de su liberación). Fecha Cierta: En materia comercial, la fecha cierta se prueba por cualquier medio de prueba, sin atenerse a las limitaciones del Art. 1035 CC. La certificación notarial de las firmas de un documento privado, no otorga a este fecha cierta, si la certificación carece del lugar y fecha en que se efectuó. La fecha de un documento o contrato comercial puede ser probada por cualquier medio y especialmente por los libros de comercio. Pluralidad de Ejemplares: Vélez, estableció en el Art. 1021 C.C., que los actos que contengan convenciones perfectamente bilaterales, deben ser redactadas en tantos ejemplares como partes haya con un interés distinto. El Código de Comercio no exige la pluralidad de ejemplares para la validez de los contratos comerciales perfectamente bilaterales. Se debe considerar valido, aquel que se ha hecho en un solo ejemplar. RESOLUCIÓN DE LOS CONTRATOS: ART. 216 La ley 16.478 sustituyó el texto del Art. 216, por el siguiente: “En los contratos con prestaciones reciprocas se entiende implícita la facultad de resolver las obligaciones emergentes de ellos en caso de que uno de los contratantes no cumpliera su compromiso. Más en los contratos en que se hubiese cumplido parte de las prestaciones, las que se hayan cumplido quedarán firmes y producirán, en cuanto a ellas, los efectos correspondientes. No ejecutada la prestación, el acreedor podrá requerir al incumplidor el cumplimiento de su obligación en un plazo no inferior a 15 días, salvo que los usos o un pacto expreso establecieran uno menor, con los daños y perjuicios derivados de la demora; transcurrido el plazo sin que la prestación, haya sido cumplida, quedarán resueltas, sin más, las obligaciones emergentes del contrato con derecho para el acreedor al resarcimiento de los daños y perjuicios. Las partes podrán pactar expresamente que la resolución se produzca en caso de que alguna obligación no sea cumplida con las modalidades convenidas; en este supuesto la resolución se producirá de pleno derecho y surtirá efectos desde que la parte interesada comunique a la incumplidora, en forma fehaciente, su voluntad de resolver. La parte que haya cumplido podrá optar por exigir a la incumplidora la ejecución de sus obligaciones con daños y perjuicios. La resolución podrá pedirse aunque se hubiese demandado el cumplimiento del contrato; pero no podrá solicitarse el cumplimiento cuando se hubiese demandado por resolución.”