La industria andaluza

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La industria andaluza
La Industria en Andalucía históricamente ha tenido un escaso peso en la
economía y se ha caracterizado por su debilidad. Ha sido históricamente una
región poco industrializada, a pesar de haber participado, a principios del siglo
XIX, en el proceso de industrialización española. Su desarrollo industrial quedó
frenado posteriormente por la competencia de otras zonas de España, por el
agotamiento de las minas y por la falta de inversiones. No obstante en valores
absolutos la industria aportó en 2007 11.979 millones de Euros y asalarió a
más de 290.000 trabajadores, más de 5.000 empleos en la localidad
almeriense de Macael. El aporte de producción representa un 9,15%, muy por
debajo del 15,08% de la economía española.
En una comparativa con la economía española, este subsector agroalimentario
es prácticamente el único que tiene cierto peso en la economía nacional con el
16,16%. Muy por detrás se sitúa el sector de fabricación de materiales de
transporte que apenas rebasa el 10% de la economía española. Empresas
como Cruzcampo (Grupo Heineken), Puleva, Domecq, Renault Andalucía o
Santana Motor son exponentes de estos dos subsectores. Cabe destacar el
sector aeronáutico andaluz, que es el segundo a nivel nacional sólo por detrás
de Madrid y representa aproximadamente un 21% del total en términos de
facturación y empleo destacando empresas como Airbus, Airbus Military, o la
recientemente creada Alestis Aerospace. En el sentido contrario es muy
sintomático el poco peso de la economía andaluza en sectores tan importantes
como el textil o el electrónico en el ámbito nacional.
Evolución
En el proceso de industrialización que inició la economía española a finales de
los años cincuenta, Andalucía ocupó un papel subsidiario y dependiente, ya
que, mientras otras regiones se especializaban en la producción de
manufacturas, nuestra región se dedicó a potenciar sus recursos agrarios,
alimentarios, pesqueros y mineros, sin una adecuada planificación territorial o
sectorial
Surgieron industrias de carácter básico (química y petroquímica, fertilizantes,
construcción naval, material de transporte, papeleras...), con elevada utilización
de materias primas naturales, muy dependientes de energía derivada del
petróleo y altamente contaminantes.
Solo en los años más recientes el sector industrial detiene su caída para
convertirse en un protagonista significativo del crecimiento de la economía
andaluza. Aunque perviven notables deficiencias, hoy se observan signos de
modernización y de adecuación de las estructuras empresariales a marcos
competitivos más abiertos, que anticipan un esperanzador futuro. Destaca, en
este sentido, el importante papel que desempeñan los parques tecnológicos.
Ligados al estudio, desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías
(informática, electrónica, telecomunicaciones, biotecnología, medio ambiente,
etc.) y con la valiosa función de transferir las innovaciones a sus entornos
industriales, los parques tecnológicos son un destacado instrumento de
desarrollo regional. Esto es así no tanto por la creación directa de puestos de
trabajo, sino porque, a largo plazo, la mejora tecnológica lleva a mejores
condiciones de competitividad y ésta hace que se genere empleo.
Nuestra región cuenta con dos centros de este tipo: el Parque Tecnológico de
Andalucía (PTA), en Málaga, que pasa por ser uno de los proyectos más
vanguardistas del sur de Europa, y el de Sevilla Cartuja 93, instalado en la isla
de La Cartuja.
Características
No obstante, y con carácter general, hoy siguen siendo válidas las notas que
han caracterizado tradicionalmente a la industria andaluza:
- Excesiva especialización en ciertas actividades de carácter básico, muy
vinculadas a la base agraria o a los recursos naturales, destacando las ramas
de alimentación, energía, industrias extractivas e industria transformadora de
minerales no metálicos.
- Utilización de procedimientos tecnológicos poco complejos y despreocupación
por la innovación, que se manifiesta en un reducido esfuerzo en
investigación y desarrollo ( l + D ).
- Fruto de lo anterior es el predominio de una industria tradicional, donde
escasean los proyectos empresariales capaces de ser competitivos en una
economía abierta . La inexistencia en el interior de la región de una clase
empresarial moderna e innovadora ha actuado corno un freno para el
despegue del sector industrial en Andalucía.
- Dependencia, en cuanto a financiación y toma de decisiones del exterior,
de la región. Buena parte de las principales empresas han sido impulsadas por
los poderes públicos o por empresas de ámbito nacional o internacional.
- Escasa formación de la mano de obra. Las empresas industriales se
quejan, frecuentemente, de las dificultades para encontrar obreros
especialistas y personal cualificado.
- La dimensión inadecuada y la concentración espacial son otras
características que, por su importancia, se tratan detenidamente a
continuación.
Su distribución espacial es desigual. La mayor parte de las actividades
industriales se concentran en Andalucía Occidental, especialmente en Sevilla,
Cádiz, Algeciras y Huelva.
Las principales industrias son agroalimentarias y están repartidas por todo el
territorio andaluz y emplean a una tercera parte de los trabajadores
industriales. Le siguen en importancia la industria de loa automóviles, en
Linares; la aeronáutica, en Sevilla, y la industria química de Huelva y la bahía
de Algeciras.
El bajo nivel tecnológico es otra característica de la industria andaluza, que
en gran medida explica su especialización en actividades industriales de
transformación de materias primas agrarias y minerales. La gran mayoría de
las empresas son de tamaño muy reducido y sólo las empresas de
participación pública o de capital extranjero son capaces de desarrollar grandes
estructuras empresariales.
La mayoría de las empresas industriales son de pequeño tamaño, ya que las
grandes empresas siderúrgicas, textiles o de construcción naval han
desaparecido o se han reducido considerablemente. Esto les hace ser poco
competitivas, al tener dificultades para incorporar modernos sistemas de
producción e innovaciones tecnológicas.
La población ocupada en el sector industrial es escasa. Sólo el 10,2% de la
población activa empleada lo hace en la industria, frente al 17% de la media
española.
Principales áreas y focos industriales
La industria andaluza se concentra en las grandes ciudades del valle del
Guadalquivir, principalmente en el triángulo formado por Sevilla, Huelva y
Cádiz; en algunas zonas litorales, y en las capitales provinciales, pero
constituyendo focos industriales aislados.
Sobresale el núcleo industrial formado por Sevilla y las poblaciones de su área
metropolitana, donde se localizan industrias agroalimentarias, metalúrgicas, de
material de transporte, electrónicas y de aeronáutica. También son importantes
Cádiz y las poblaciones de su bahía, con un destacado sector naval, aunque
hoy sujeto a recortes, y la cercana Jerez de la Frontera, con su industria
vinícola. En Huelva sobresalen las industrias químicas, concentradas
principalmente junto a la ría onubense. El resto del territorio es prácticamente
un vacío industrial.
El sector aeronáutico andaluz
Andalucía se ha convertido en los últimos años en uno de los tres polos
aeronáuticos más importantes de Europa, con una fuerte tradición en el
sector. La comunidad ha adquirido un papel protagonista en grandes proyectos
europeos como el Airbus 380, el mayor avión comercial del mundo, o el nuevo
avión de transporte militar A400M, cuyo ensamblaje se lleva a cabo en el
aeropuerto de San Pablo en Sevilla y se suma a la planta de montaje de los
modelos C-212, C-235 y C-295 de EADS CASA.
El sector aeronáutico es una prioridad para la Junta de Andalucía y, por ello, se
impulsan los dos parques tecnológicos especializados con que cuenta la
comunidad: Aerópolis en Sevilla y Tecnobahía en Cádiz. Ambos están
permitiendo a las empresas ubicadas en ellos incrementar su eficacia y
competitividad y están atrayendo a un importante número de firmas
aeronáuticas extranjeras, lo que a su vez genera oportunidades únicas para las
empresas locales, a través de la colaboración como fabricantes, integradores
de componentes o como soporte logístico.
La comunidad andaluza es, junto a Toulouse y Hamburgo, el tercer polo
aeronáutico de Europa. Entre enero y septiembre de 2010, las exportaciones
registradas por las 44 empresas del sector han tenido un valor de 654,9
millones de euros, que han supuesto un crecimiento de un 17,2% con respecto
al mismo periodo del año anterior. Asimismo, han aumentado más del doble
que la media nacional, con lo que Andalucía se sitúa como la segunda
comunidad más exportadora tras Madrid.
Los principales mercados de destino son, en la actualidad, Francia (20,5%),
México (18,2%), Estados Unidos (13,8%), Alemania (11%) y República Checa
(9%). En cuanto a los datos por provincia, las exportaciones del sector
aeronáutico en la comunidad se reparten entre Sevilla, que copa casi todas las
ventas con un 71%, y Cádiz con un 28,5%. Por detrás sólo se encuentran
Málaga y Córdoba.
Este crecimiento del sector se empezó a manifestar durante 2009, ya que, a
pesar de ser un año de contracción, las exportaciones aeronáuticas crecieron
un 72% hasta alcanzar los 806,2 millones de euros, que representaban el 6%
del total de las exportaciones andaluzas y el mejor resultado nacional. Por su
parte, las 145 compañías del sector en 2009 alcanzaron una facturación de
1.541,2 millones de euros, un 9% más que en 2008, con 8.786 empleos
directos y 25.000 inducidos.
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