Dictámen de la Procuración General: La Cámara de Apelación del Departamento Judicial de Pergamino confirmó la sentencia recaída en la instancia de origen (fs. 556/566) por medio de la cual se hizo lugar –en lo principal- a la demanda incoada por Carlos Javier Bonacalza contra Fiore S.A. y Fiat Auto de Argentina S.A. consistente en la devolución oportunamente al oportunamente adquirido daños y comprar perjuicios el por del automóvil el derivados dinero marca accionante, de la abonado Alfa con Romeo más frustración de los la operación comercial (fs. 608/616vta. y aclaratoria de fs. 624 y vta.). Contra dicha forma de resolver se alza Fiat Auto de Argentina S.A., por apoderado, a través del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley de fs. 626/632, cuya vista se me confiere atento revestir la codemandada Fiore S.A. la condición de “ausente”, en cuya virtud se le diera oportuna intervención al Defensor Oficial. La impugnación está fundada en la violación y/o errónea aplicación de los arts. 699, 1197, 1199 y conc. del C.C.; 163 inc. 6 del C.P.C. también el quejoso y 171 de la Constitución quebranto de la provincial. Alega legal recaída en la causa C. 93.038 y lesión doctrina de los principios de defensa en juicio, debido proceso, bilateralidad e igualdad. Sus quejas son –básicamente- las siguientes: a) La ausencia de responsabilidad solidaria por parte de ambas codemandadas frente al actor, atribución contenida en sentencia que -a su juicio- “carece de todo sustento legal”. Con asidero en lo dispuesto por la letra del art. 699 del C.C., a lo que suma la opinión de calificada doctrina autoral, afirma que la solidaridad nunca se presume y que la misma -para existir- debe surgir de manera expresa por acuerdo de partes o bien de la ley, situaciones ambas que no se configuran en autos. b) La ajenidad de su parte –en tanto concedente en el contrato de concesión- en la relación entablada entre el concesionario (Fiore S.A.) y el cliente, circunstancia que lógicamente la responsabilidad obligaciones excluye a su propias en cuanto parte por y a la atribución incumplimiento exclusivas de la de de las concesionaria frente al actor, como es la de la entrega del vehículo -que se encontraba en poder de la agencia al momento de ser totalmente abonado- sin los papeles que garantizan su patentamiento. En este entendimiento, afirma que la Alzada, al interpretar el contrato de concesión, fuerza sus límites ya que en ninguna de sus cláusulas está estipulado que la concedente debe concesionaria, cumplir o obligaciones eventualmente propias responder de por la su incumplimiento. Y ello así en tanto, tomando conceptos vertidos por la doctrina autoral que cita, asimismo desarrollados en un fallo de la cámara nacional comercial que parcialmente transcribe, enfatiza que la concesionaria no representa a la fabricante sino que vende a su nombre y por su cuenta, vale decir que su titular, en el caso Fiore S.A., reviste la condición de empresario autónomo que comercia a su riesgo, resultando a todas luces injusto responsabilizar por sus actos a la concedente. Y para robustecer estos argumentos trae a colación el contenido de la doctrina legal -cuya violación alega- recaída in re “García, Manuel Emilio contra Hyundai Motor Argentina S.A. s/ resolución de contrato”, causa C. 93.038, sent. del 13/VI/2007. En efecto, sostiene que de su lectura pueden desprenderse –sin hesitación- ideas similares que permiten excluir en el caso a su parte de la condena. c) La indebida aplicación al caso del art. 1109 del C.C. que sorpresivamente efectúa la Alzada violando el principio de congruencia. En primer lugar, en tanto y en cuanto se debatió en el litigio que enfrenta a las partes desde la instancia de origen en un marco contractual, y luego porque la vigencia de este artículo presupone la comisión de un ilícito civil e implica una reunión de presupuestos (antijuridicidad, daño, relación causal y reproche subjetivo como factor de atribución) que no aparecen configurados en autos con relación a su parte. En efecto, no quedó probado en estas actuaciones que el daño alegado por el actor en cuanto a la imposibilidad de patentar el automóvil que adquiriera en la concesionaria, haya sido causado por un obrar antijurídico de la concedente que le fuera imputable a título de culpa, motivo más que suficiente para propiciar se lo excluya de responsabilidad con sustento en esta manda legal. Y, por otro lado, arguye que la pretensa atribución de responsabilidad con sustento de la ley de defensa del consumidor, tampoco merece prosperar ya que no se trata aquí de la discusión por una supuesta garantía legal por defecto de fábrica o vicios de la cosa que habilitaría su procedencia. Íntimamente recurrente que manifiesta al conectada la con sentencia transcribir, por esta idea, incurre en un lado denuncia la arbitrariedad y hacer suyos criterios doctrinarios, jurisprudenciales, e inclusive la doctrina legal señalada más arriba, y luego entender que esos razonamientos –que conducen a la liberación de responsabilidad de la concedente frente a daños causados al cliente por incumplimientos propios de la concesionaria- no resultan aplicables al sub lite contexto en el que se consumó la entrega del rodado al damnificado quien, a su vez, lo abonó en forma íntegra. d) La falta de consideración de la conducta del actor, elemento que de haber sido analizado hubiera conducido a otra solución cual es la de responsabilizarlo, al menos parcialmente, en función de haber obrado cuanto menos con torpeza por abonar de contado e íntegramente un automóvil sin que se encuentren a su disposición los documentos necesarios para el retiro del mismo de la agencia y su posterior afirma, su patentamiento; actividad máxime habitual si, esa como la el mismo lo intermediación en operaciones de compra y venta de automóviles por la zona; todo de conformidad con lo dispuesto por el art. 902 del C.C. A tu turno, la Cámara -exclusivamente a los fines que aquí importan- comenzó el tratamiento de la temática concerniente a la responsabilidad de Fiat Auto de Argentina S.A. –que abordara controvertido a sus estrados en función de los agravios expresados justamente por este último- sentando la separación regla que responsabilidad general consistente en la corresponde hacer de entre parte concedente la las nítida áreas de y la concesionaria frente al reclamo de un particular, criterio unánimemente consagrado por la doctrina de autores que se referencia en sentencia, así como la doctrina legal que se individualiza y la jurisprudencia de la cámara comercial que se refiere e incluso parcialmente se transcribe en los considerandos del decisorio (fs. 609vta./611). Más no obstante ello, entiende el a quo que la situación configurada en esta litis amerita un apartamiento de la sentada regla general, recordando –además- que la mentada doctrina legal se dictó para resolver un caso diferente al que aquí se discute cual era la falta de entrega del vehículo concesionaria, precedente y que principios a su comprador no corresponde con alcance por parte extraer general, de de la dicho útiles para resolver, por ejemplo, este juicio. En efecto, en el sub examine, y de acuerdo a lo alegado concordantemente y sin controversia por las partes demandante y codemandada presente, previo pago del precio total al contado que el actor hizo a la agencia, medió efectiva entrega por parte de ésta del rodado a su comprador, quien con posterioridad se vio imposibilitado de registrar dominialmente el vehículo por no contar con la documentación requerida al efecto. Y, a juicio del a quo, el hecho de que se haya consumado la entrega material de la cosa a su comprador justifica el señalado apartamiento de las reglas jurídicas generales que normalmente rigen la responsabilidad de los concedentes y concesionarios frente al cliente. Más fáctica no de obstante la documentación cosa, haberse la respectiva, misma hecho no fue verdaderos esta transferencia acompañada accesorios de de la la misma, lo que autoriza a los jueces a sostener que, de alguna manera, ello puede –en los hechos- equipararse a la no entrega del vehículo. Desde otro costado, entendió el tribunal que no resulta aplicable a este juicio del régimen especial de responsabilidad solidaria que en su art. 40 consagra la ley 24.240 para el productor, fabricante, importador, distribuidor, poseedor o vendedor si el daño resulta al consumidor del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, sino que sin perjuicio de ello, la contienda debe estar regida –de acuerdo a la doctrina legal que se cita- por el sistema genérico de responsabilidad que por prevalecer sobre el específico, no puede verse por éste desplazado. En ese entendimiento, no obstante recordar la total ajenidad de la concedente en cuanto al contrato celebrado entre la agencia y la parte actora (fs. 612), consideró que la aquí recurrente debe ser responsabilizada en autos por haber incumplido con su obligación genérica de no dañar al otro, sustentada –en este juicio- en el art. 1109 del C.C. Y en dicho marco, apontocó la existencia del factor de atribución subjetivo a su parte en la defección del deber de vigilancia que debía ejercer sobre el concesionario –a quien había entregado el vehículo- y en la actitud asumida frente al tercero adquirente de buena fe una vez consumada la compra, por haberse negado a entregar la documentación que obraba en su poder destinada a gestionar la inscripción del rodado; todo entre consideraciones generales acerca de la existencia en cabeza de la concedente de una suerte de deber de cuidado sobre sus concesionarios por poseer la primera un ostensible poderío económico y una indiscutida solvencia que atrae a los clientes quienes, razonablemente, están afectados por la creencia, formada por la publicidad y la ambientación uniforme que exhiben las agencias que comercializan una marca de vehículos determinada, que el verdadero dueño de la unidad es la concedente y no la concesionaria a punto tal que, para el comprador, existe una total identificación entre una y otra lo que naturalmente debe conducir a consagrar su responsabilidad conjunta. Efectuada esta breve síntesis de lo resuelto, desde mi punto de vista, cabe hacer lugar al recurso en los términos que a continuación paso a detallar por entender que le asiste razón al quejoso en cuanto a los agravios sintetizados en esta pieza bajo los ítems “b” y “c”. En efecto, en función de lo que alegaron –y probaronlas partes en estos actuados no cabe duda alguna acerca de la ajenidad de la concedente e importadora del vehículo en cuestión en lo concerniente al incumplimiento frente al actor de lo relativo a la entrega de la documentación hechos efectuado propia del automóvil. Del relato de los por las contendientes razonablemente surge que no puede imputársele a Fiat Auto de Argentina S.A. el incumplimiento de una obligación de entrega de la documentación cuando medió en el negocio la presencia de la concesionaria –persona jurídica que conforme la doctrina legal vigente existente sobre el tema no actúa en representación de la concedente sino que desempeña sus funciones con autonomía, a su cuenta y riesgo- que fue la que entregó el rodado y a cambió recibió el pago del precio del vehículo. Y al respecto, pese a la objeción formulada por los camaristas, entiendo que es dable extraer de la doctrina legal referida, recaída in re “García, Manuel Emilio c/ Hyundai Motor Argentina S.A. s/ resolución de contrato”, causa C. 93.038, principios generales aplicables al sub lite; ello, sin desconocer que los hechos ventilados en dicho precedente acontecido, difieren manteniéndose en en grado lo leve de esencial lo una aquí disputa similar en cuanto a clarificar los supuestos en los que debe responsabilizarse a la firma concedente de automotores frente al cliente que compró su vehículo a una concesionaria de aquélla. Y dichas reglas generales sentadas en derredor del contrato de concesión (atípico, en tanto carente de regulación normativa, pero de uso frecuente y por ello con tipicidad social), afirman dos ideas claves para la resolución de esta litis, cuales son: que el concesionario es un comerciante con clientela propia (aunque ésta se halle conectada a la fama y prestigio de los productos fabricados por la concedente) que compra para revender por cuenta también propia, obteniendo como remuneración el beneficio de la reventa y no una comisión. A mi juicio, dichos razonamientos resultan hábiles e idóneos para dirimir la contienda aquí planteada. Máxime cuanto en el mismo fallo, esa Corte remarca que este tipo de contratos vinculaciones: de de concesión un “da lado, origen una a dos relación tipos entre de los otorgantes del contrato concedente y concesionario, regida en principio por la autonomía y respeto a la voluntad expresada en el convenio, y del otro, un vínculo entre el concesionario y sus clientes, respecto del cual el concedente en principio resulta ajeno, no respondiendo por los incumplimientos concesionario, ya en que que no pudiera es este haber su incurrido mandatario” el (conf. consid. 3 c. i) puntualizando luego en forma general, y con una precisión meridiana para zanjar esta controversia, que “la circunstancia de que los fabricantes o, en su caso, los importadores de automotores seleccionen a sus concesionarias y la existencia de un vínculo contractual entre ellos no autoriza a condenar al concedente si no ha mediado una conducta antijurídica imputable a ella” (conf. consid. 3 c. ii), la que no logro –conforme lo alegado y probado por las partes- advertir configurada en estos actuados. Y por ello mismo, considero que no es correcta la subsunción que se efectúa en el sub examine de los hechos en las previsiones del art. 1109 del C.C., en tanto y en cuanto no ha atribución de sido acreditado responsabilidad el factor imputable a subjetivo de Fiat de Auto Argentina S.A., vale decir la culpa o negligencia en su acción u omisión que en su condición de “conducta antijurídica” -nexo causal mediante- haya causado el daño que la actora aduce haber sufrido en su escrito de demanda y continuar sufriendo actualmente. Por otro lado, no comparto el razonamiento de la Cámara por el que, para resolver la inclusión de la empresa concedente en la condena, se aparta concienzudamente de las conclusiones que ella misma sostiene pueden extraerse no sólo de la doctrina legal vigente sino también de la doctrina autoral que cita y jurisprudencia que refiere. Y con fundamento en que en la especie media un hecho decisivo que autorizaría dicho desliz: la efectiva entrega del rodado. Nótese que para el a quo existen reglas generales que, por un lado, permitirían exonerar de responsabilidad a la Fiat Auto de Argentina S.A., pero que –paradójicamente- en el caso no se aplican porque se consumó la entrega del rodado al cliente, tradición o traspaso material que, de acuerdo a lo alegado y probado, no le es imputado a ésta sino que resulta, concesionaria lisa (Fiore y S.A.) llanamente, de cuyos atribuible a la incumplimientos la primera –de acuerdo a lo reseñado ut supra- no tiene por qué responder. De lo expuesto, fácil resulta concluir –a mi modo de ver- que las premisas sobre las que la Alzada asienta su fallo a la hora de responsabilizar a la parte recurrente, en función de todo lo señalado, no son coherentes ni responden a una correcta aplicación del derecho a los que me expida con supuestos fácticos alegados y debatidos. Por relación ello, al y sin resto de necesidad los de agravios planteados, entiendo resulta de toda justicia desvincular a la Fiat Auto de Argentina S.A. de la condena dispuesta en autos motivo por el que propicio ante V.E., tal como lo adelantara, se haga lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto (conf. art. 289 del C.P.C.). Así lo dictamino. La Plata, 19 de agosto de 2010 - Carlos Arturo Altuve A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 2 de mayo de 2013, habiéndose dispuesto siguiente en el establecido, Acuerdo orden de 2078, votación: de que conformidad deberá doctores con observarse Soria, lo el Genoud, Hitters, Negri, Kogan, de Lázzari, Domínguez, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 105.173, "Bonacalza, Carlos Javier contra Fiat Auto de Argentina S.A. y otro. Cobro de pesos por daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La entonces Cámara de Apelación Civil, Comercial y Judicial de instancia de Garantías Pergamino que hizo en lo confirmó lugar a la Penal el del Departamento fallo demanda de primera entablada (fs. 608/616). Se interpuso, por Fiat Auto de Argentina S.A., recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 626/632). Oído el representante del Ministerio Público, dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. confirmó el La Cámara pronunciamiento de que Apelación condenó a interviniente Fiat Auto de Argentina S.A. -en su carácter de concedente- y Fiore S.A. -en su condición de concesionaria- a la restitución de la suma pagada por el actor, en concepto de precio por el contrato de compra venta de un automotor, que fue rescindido. Asimismo, ratificó que la mencionada obligación debe ser pesificada en los términos fijados por el juez de primera instancia y que el daño indemnizatorio por lucro cesante procede por la suma de ocho mil pesos ($ 8.000; fs. 608/616). Para así decidir, en lo que interesa destacar, señaló inicialmente la regla general aplicable a las relaciones estableciendo entre que responsabilidad. el concesionario existe El una primero y separación actúa por el concedente, de nombre áreas y de riesgo propio, soportando las pérdidas, incumplimientos frente a terceros adquirentes del producto, deudas laborales, etcétera. El segundo, ante los clientes, no es responsable contractualmente por los incumplimientos de la vendedora, por cuanto resulta ser un tercero ajeno a lo convenido con la concesionaria (fs. 609 vta./611). Sin embargo consideró que esta doctrina no es aplicable al caso, toda vez que la situación planteada es sustancialmente diferente a lo decidido por esta Corte en la causa C. 93.038 (sent. de 13-VI-2007), pues, en ese litigio, no se efectuó la entrega del automotor vendido a quien lo hubo adquirido y abonado su precio (fs. 611). Puntualizó "subsumible" 24.240, como en las que previsiones sostiene la el caso del art. actora, por tampoco 40 de la aplicación es ley del criterio sentado por este Tribunal en la causa Ac. 90.501 (sent. de 9-XI-2005): más allá de la vigencia del estatuto especial del consumidor, no desplaza el régimen genérico de responsabilidad consagrado en el Código Civil (fs. 612). Luego, dañar que rige extracontractual partiendo en el y del de ámbito la de deber obligación la de de no responsabilidad vigilancia del desenvolvimiento de la concesionaria (fs. 612/614), juzgó que el comprador concesionaria tercero puede en la relación reclamar concedente- contra quien injustificadamente -la codemandada Fiat- se ha negado a entregar la documentación necesaria que obraba en su poder para efectivizar la transferencia de dominio del automotor (fs. 614/vta.). Enfatizó que es decisivo que la agencia hubiera podido contar con el vehículo en tanto que la operación no se hubiese realizado, al menos en idénticas condiciones, sin la disponibilidad material del rodado. II. El apoderado de Fiat Auto de Argentina S.A. interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley contra ese pronunciamiento (fs. 626/632), en el que denuncia infracción de los arts. 699, 1197 y 1199 del Código Civil; 171 de la Constitución provincial; 163 inc. 6 del Código Procesal Civil y Comercial; y de la doctrina legal emanada de la causa C. 93.038 (sent. de 13-VI-2007; fs. 626/vta.). Formula reserva de caso federal. Se agravió por considerar que la sentencia modifica en forma arbitraria el marco legal por el que había sido demandada -Ley de Defensa del Consumidor-, condenándola por la supuesta comisión de un hecho ilícito, con fundamento respecto en sostuvo garantías de el que debido art. se 1109 han proceso, del afectado Código los Civil. Al principios y igualdad y bilateralidad, defensa en juicio (fs. 627 vta. y 630 vta.). Afirmó que no se ha dado tratamiento a la cuestión relacionada con la solidaridad entre su representada y Fiore S.A., planteada oportunamente en la expresión de agravios, la que a su criterio carece de todo sustento legal (fs. cit.). Adujo que el fallo extiende las obligaciones de su parte como concedente, más allá de los límites del contrato. Dijo que no existe legalmente el deber de cumplir las prestaciones que el concesionario incumple: en el caso, la entrega de la documentación necesaria para inscribir el vehículo vendido en el Registro de la Propiedad Automotor (fs. 628). Con apoyo en la doctrina de la causa C. 93.038 citada, manifestó que no se ha acreditado la conducta antijurídica de su mandante en la operación comercial que motiva el reclamo y de la cual resulta ajena, por lo que estima inaplicable el art. 1109 del Código Civil (fs. 628 vta.). Expuso que el art. 1109 ha sido introducido por la Cámara, excediendo la pretensión de la accionante (fs. 630 vta.). Finalmente, arguyó que no se ha valorado la conducta comercial del actor en los términos del art. 902 del Código Civil, ya que, por su experiencia en el negocio de automóviles, no se puede excusar su negligencia de pagar el precio del automotor sin recibir la documentación necesaria para la inscripción (fs. 631/vta.). III. El recurso prospera. a. En primer lugar, entiendo que es de recibo el agravio planteado en relación a la violación del principio de congruencia, en tanto que la decisión recurrida modificó la causa de la pretensión entablada, afectando el ejercicio del derecho de defensa en juicio por parte del quejoso. El actor demandó a Fiat Auto de Argentina S.A. -en su carácter de concedente- y a Fiore S.A. -en su condición de concesionaria- afirmando que adquirió un automóvil en la concesionaria oficial mencionada, pagó la totalidad del precio y no recibió la documentación necesaria para efectuar la inscripción registral. Adujo que ante ello procedió a rescindir el contrato y a deducir la acción reclamando la devolución del precio pagado y los daños sufridos. Al relatar los antecedentes del caso, el accionante trascribe las misivas dirigidas al concedente donde niega que Fiat Auto de Argentina S.A. sea ajena a la operación de compraventa, en tanto que "lo cierto es que Uds. son fabricantes e importadores de vehículos que comercializan a través de concesionarias oficiales" (fs. 29 vta./30). Finalmente, al fundar la responsabilidad de los demandados sostuvo que "tal como lo dispone el capítulo VI de la ley 24.240 de Defensa del Consumidor (cosas muebles no consumibles) y en especial su art. 13, los aquí accionados son solidariamente responsables frente al actor, no sólo del otorgamiento sino del cumplimiento de la garantía legal por los defectos o vicios que como en el caso, afecten la identidad entre lo ofrecido y lo entregado; mientras que por el art. 40 (t.o. ley 24.999) son igualmente responsables frente al suscripto y en forma solidaria por el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados" (fs. 31). En estrategia la defensiva contestación de la de aquí la demanda, recurrente la giró, básicamente, en la naturaleza del contrato de concesión, en su condición de ajena al convenio celebrado entre el señor Bonacalza y Fiore S.A., y en la falta de solidaridad entre el concedente y el concesionario en atención a su falta de previsión legal y/o contractual. El juez de primera instancia hizo lugar a la acción entablada en atención a la doctrina de los contratos conexos y en función a la relación de subordinación que -entendió- se genera entre ambos codemandados. Adujo, en lo que interesa destacar, que en virtud de la relación contractual habida entre estos últimos, ellos configuran una unidad inescindible frente al comprador. En el mismo sentido, al apelar dicha decisión, Fiat Auto de Argentina S.A. insistió en la falta de solidaridad prevista legal y/o contractualmente y sostuvo que la interpretación del contrato de concesión fue abusiva en tanto el mismo no dispone la responsabilidad del otorgante frente al cliente y ello atenta contra la naturaleza del convenio, por el cual Fiore S.A. actuaba a su cuenta y riesgo. El tribunal a quo, tras reconocer que asistía razón al apelante en relación a su condición de ajeno al contrato celebrado entre la parte actora y la agencia, condenó al demandado por una causa distinta a la invocada en la demanda (la obligación genérica de obrar sin dañar prevista en el art. 1109, Cód. Civil), que no requiere la existencia de un contrato, y al prescindir, por ende, de considerar para ello el vínculo negocial entre el concedente, el concesionario y el cliente, invocado por las partes y debatido en la causa, se aparta de la estructuración de la litis y afecta la garantía de defensa en juicio del impugnante (arts. 18, Const. nac.; 34 inc. 4 y 163 inc. 6, C.P.C.C.; conf. doct. C. 100.460, "Bustos", sent. de 4-IV-2012). La alzada fundó su decisión en la existencia de una obligación del concedente de "vigilar" y "controlar" el desenvolvimiento y, en particular, la solvencia técnica y financiera del concesionario, que no fue planteada en el escrito inicial y respecto del cual la codemandada no tuvo oportunidad de defenderse. b. apelación Luego, adhesiva, y en atención corresponde tratar al postulado las de restantes argumentaciones expuestas por el accionante como base de su acción, que fueron desestimados por la sentencia de Cámara (v. fs. 609/612). (i) Tal como expuse en la causa C. 93.038, "García, Manuel Emilio contra Hyundai Motor Argentina. S.A. Resolución de contrato y daños y perjuicios" (sent. de 13VI-2007), el contrato de concesión ha sido definido como aquel vínculo en virtud del cual un comerciante, llamado concesionario, pone su empresa de distribución al servicio de un comerciante o industrial llamado concedente para asegurar, exclusivamente, sobre un territorio determinado y bajo la vigilancia del concedente, la distribución de sus productos cuyo monopolio de reventa le es concedido (conf. Molas, Ana María, Contratos Comerciales atípicos, Dibisa S.A., Bs. As., 1983, p. 51). Su finalidad consiste, pues, en canalizar la producción hacia el consumidor final (C.N.Com., Sala E, in re "Sendin", sent. de 15-III-2005, LL online; íd. "Arabi", sent. de 26-IV-2004, ED, R.C. y S., 2004-IX-1990, in re "Esquerro", sent. de 16-X-1984, ED, 112-687; C.N.Com., Sala D, sent. de 23-XII-1996, in re "Microómnibus Saavedra c. Vázquez y ot., LL 1997-C-298; v. asimismo, Parry, Adolfo E., Los concesionarios como auxiliares del comercio, ED del 2-VI-1993). Pese a tratarse de un contrato atípico –y, por ende, tipicidad carente social, de regulación puesto que normativaen la goza de costumbre y jurisprudencia se encuentran elementos suficientes a fin de extraer las reglas de conducta para solucionar los diversos conflictos que se suscitan con motivo de su celebración (v. Lorenzetti, Ricardo Luis, Tratado de los contratos, Edit. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1999, t. I, pág. 646). Entre sus notas mencionarse las siguientes: comerciante con clientela a) características El propia, concesionario aunque ésta se suelen es un halle conectada a la fama y prestigio de los productos fabricados por el concedente; b) El concesionario compra para revender por cuenta propia, obteniendo como remuneración el beneficio de la reventa y no una comisión; c) Normalmente entre concedente y concesionario media una doble exclusiva, y en este sentido, la estatuida a favor del concesionario se distingue de la mera habilitación o autorización que se da a ciertos revendedores de marcas muy acreditadas que, sin embargo, no disfrutan de exclusividad (conf. Vítolo, Daniel Roque "Contratos comerciales", Ed. Ad-Hoc. S.R.L., Bs. As. 1993, pág. 630). De ahí que esta categoría de contratos se diferencie claramente de la figura del mandato, toda vez que el concesionario no obra por cuenta y nombre del concedente, sino que desempeña sus funciones con autonomía, no obstante existir cierta dependencia económica y técnica. (ii) El contrato de concesión da origen a dos tipos de vinculaciones: de un lado, una relación entre los otorgantes del contrato -concedente y concesionario-, regida en principio por la autonomía y respeto a la voluntad expresada en el convenio y, del otro, un vínculo entre el concesionario y sus clientes, respecto del cual el concedente -en principio- resulta ajeno, no respondiendo por los incumplimientos en que pudiera haber incurrido el concesionario, ya que no es éste su mandatario (conf. C.N.Com., Sala E, causas "Sendin", "Arabi" y "Esquerro", íd. sala D, in re "Microómnibus Saavedra", ya cit.). En lo que atañe al vínculo entre concedenteconcesionario la eventual responsabilidad entre las partes es de naturaleza contractual, teniendo por marco referente el contenido de la propia convención. Mas no participa de igual carácter la responsabilidad del concedente frente a los clientes, por cuanto -como ya anticipara- aquél resulta un tercero ajeno a lo convenido con el concesionario (art. 1195 del Cód. Civil), quien, en principio, no puede verse perjudicado por la conducta asumida por este último. En la venta directa, la concesionaria no reviste el carácter de representante del fabricante, sino que se trata de una persona que actúa en nombre y por cuenta propia, lo que por regla exime de responsabilidad al concedente por el incumplimiento de la vendedora. Tal conclusión se ve reforzada en la especie en vista del contenido del contrato de concesión celebrado entre los codemandados, en cuyo capítulo III, punto 6, se señala que el concesionario actúa en todos los casos como comerciante independiente y autónomo, en nombre propio y por su cuenta y riesgo, sin ninguna dependencia y subordinación, dejándose constancia de que el otorgamiento de la concesión no implica mandato o representación legal de índole alguna (v. fs. 150). (iii) En este contexto, el hecho de que el recurrente haya cumplimiento del entregado contrato el de automóvil concesión a Fiore S.A. celebrado en entre ellos no modifica el carácter de ajeno del concedente en relación a cliente, por lo lo convenido que aquél por no el concesionario puede ser, en con el principio, perjudicado por el obrar de este último. (iv) Por otra parte, la circunstancia de que los fabricantes automotores existencia en su caso, seleccionen a sus de -o, un vínculo los importadores- concesionarias contractual entre y ellos de la no autoriza a condenar al concedente si no ha mediado una conducta antijurídica imputable a ella (conf. C.N.Com., Sala D, in re "Carbajo", sent. de 24-IX-1996; íd. causas "Microómnibus Saavedra", "Arabi" y "Sendin", ya cits.; íd. Sala C, in re "Serra", sent. de 29-III-1996, LL, 1997-E1012). En el caso, Fiat Auto de Argentina S.A. fundó su negativa a entregar los documentos necesarios para la inscripción del automotor en la falta de pago del precio por parte de Fiore S.A., lo que se encuentra corroborado a fs. 199. En la demanda, la accionante no le atribuyó a la impugnante restantes otro obrar antijurídico, presupuestos de ni la acreditó los responsabilidad extracontractual. (v) Por lo demás, la pretensión resarcitoria articulada con basamento en lo normado por los arts. 11, 12 y 40 de la ley 24.240 no puede ser receptada. La contemplados daños garantía legal y servicio en los citados preceptos se irrogados por vicios, defectos o vincula riesgos técnico a los de los bienes comercializados, siendo que en el sub examine el reclamo indemnizatorio no obedece citada causa a ninguna de estas causales. En la "García", estimé que resulta evidente el error en que incurriera el tribunal de grado al asimilar la pretendida responsabilidad de la empresa concedente por el incumplimiento del concesionario de la entrega de unidades de la que le cabe como fabricante por la calidad de sus productos. IV. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley y rechazar la acción entablada. Voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores Genoud e Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. adecuadamente Remito por el a colega los que antecedentes abre el relatados acuerdo, por cuestión de brevedad. 2. El recurso no prospera. a. En lo que respecta a la modificación que el recurrente tilda de arbitraria del marco legal del caso (fs. 627 vta.), tal como lo expresara en la causa "Bustos" (C. 100.460, sent. del 4-IV-2012): según el principio receptado desde antigua iura novit curia, la aplicación de las normas y principios jurídicos queda, más allá de las alegaciones de las partes, reservada al juez como custodio del mismo y guardián de sus significados éticos profundos. Es decir, que los magistrados pueden enmendar el derecho mal invocado y suplir el omitido, sin infracción al principio de congruencia, puesto que es a los jueces a quienes corresponde calificar jurídicamente las circunstancias sent. del derivada fácticas 21-V-2002); de la falta acreditadas en el de caso, entrega (conf. la del Ac. 63.379, responsabilidad certificado de importación, el formulario 01 de inscripción inicial y el formulario 145/1.8 12 TS, respecto cuya del vehículo importadora es la Alfa firma Romeo Fiat modelo Auto de Argentina S.A. (v. fs. 28 vta.; art. 163 inc. 5, C.P.C.C.). Es necesario puntualizar que sobre el particular la impugnante no ha invocado el vicio de absurdo (y menos, aún demostrado), circunstancia que obsta el análisis de la cuestión planteada. En efecto, la interpretación de los escritos constitutivos términos en del que proceso quedó y el trabada establecimiento la litis, de los constituyen facultades privativas de los jueces de grado, las que no pueden ser abordadas en la instancia extraordinaria, salvo que a su respecto se invoque y demuestre que el tribunal ha incurrido en absurdo o violación al principio de congruencia (conf. causas Ac. 83.804, sent. del 24-V-2006; C. 92.626, sent. del 11-IV-2007; C. 95.939, sent. del 13II-2008; C. 99.169, sent. del 10-XII-2008; C. 94.046, sent. del 20-V-2009; C. 101.378, sent. del 28-V-2010). b. En lo atinente al agravio relacionado con la omisión de tratamiento de cuestiones: la solidaridad pasiva establecida en el fallo recurrido (fs. 627 vta.), así como la vulneración a lo dispuesto por el art. 171 de la, Constitución provincial (fs. 626 in fine), constituyen temas ajenos al medio de impugnación intentado (art. 161 inc. 3, ap. "b", Const. prov.); los que deben ser canalizados a través del recurso extraordinario de nulidad (art. 296, C.P.C.C.). Al respecto esta Corte tiene dicho que la supuesta preterición de cuestiones solamente puede alegarse por vía del recurso extraordinario de nulidad, siendo su tratamiento ajeno al ámbito del de inaplicabilidad de ley (conf. causas C. 91.087, sent. del 4-VI-2008; C. 99.859, sent. del 17-XII-2008; v. también entre otras C. 102.209, sent. del 25-II-2009; C. 102.830, sent. del 16-IX-2009). Lo mismo ocurre con la presunta conculcación del art. 171 de la Constitución provincial (cfr. causas L. 57.035, sent. del 23-V-1995; L. 88.674, sent. del 7-II-2007; v. también C. 102.702, sent. del 18-XI-2009; C. 106.845, sent. del 19-V- 2010). c. Con relación a la responsabilidad atribuida a la concedente en virtud de lo dispuesto por el art. 1109 del Código Civil y la vulneración de la doctrina legal de la causa C. 93.038 (sent. del 13-VI-2007), no advierto que la recurrente haya demostrado las infracciones denunciadas (art. 279, C.P.C.C.); respuesta sobre el punto se da supra respecto del encuadramiento legal del caso. Sin perjuicio de ello es necesario mencionar que no puede alegarse la violación de doctrina legal elaborada sobre la base de hechos distintos al del caso en que se invoca (Ac. 94.644, sent. del 12-VII-2006; C. 97.478, sent. del 26-VIII-2009), en tanto que en la causa C. 93.038 se trató -como bien destacó la alzada- de la falta de entrega del vehículo, mientras que en estos actuados estamos ante la tradición del rodado pero sin los accesorios: la inscripción documentación registral, disponibilidad del bien y necesaria obtener el importado por para realizar pleno Fiat goce (fs. la y 611 vta./614). En la sentencia expresamente se indicó que la doctrina de la causa C. 93.038 (la concesionaria no es representante del fabricante o importador, sino que se trata de una persona que actúa en nombre y por cuenta propia, situación que por regla exime de responsabilidad al concedente por incumplimiento de la vendedora) "... [ha] enfocado situaciones que difieren sustancialmente del sub examen" (fs. 611). Aclaró en este sentido que si bien en todos los casos se trata de supuestos en los que no hubo entrega del vehículo vendido, la Suprema Corte provincial se encargó de cuidar de no otorgar valor a dicho criterio como "principio general" (fs. cit.). "[E]n el caso, la compraventa tuvo un mayor despliegue porque contra entrega del dinero correspondiente al valor del vehículo, la concesionaria hizo lo propio con éste al ponerlo en manos del comprador, quien recibe además una factura de venta y copia del boleto suscripto por ambas partes" (fs. 611/vta.). "Pero nunca se le entregó la documentación habilitante"; constituyen "... que, verdaderos fundamentales para en rigor accesorios que el según de adquirente la es obvio, cosa pueda y son gozar del derecho transmitido. Es que la falta de tal documentación habilitante impide al comprador del automóvil su cabal disponibilidad, por las limitaciones y restricciones de uso que importa el impedimento de patentarlo a nombre propio" (fs. 611 vta.). Y efectos si bien "[e]n la falta prácticos, documentación resulta cierta equiparable de a manera, entrega la no por de sus dicha entrega del vehículo" (fs. cit.). "... las similitudes se limitan a ese sólo aspecto porque las consecuencias que se derivan de uno y otro caso consecuencia, [...] ello difieren sustancialmente determina la y, en inaplicabilidad del criterio que informa al fallo arriba citado" (ídem). Sin juzgar el acierto o error de la decisión arribada, no habiéndose cuestionado la base fáctica a partir de la cual el juzgador postuló la responsabilidad extracontractual subjetiva atribuida a la parte recurrente (la no mediante entrega la de la invocación documentación y demostración antes del referida), supuesto de absurdo, la vía intentada carece de sustento (art. 279 y su doct., C.P.C.C.). 3. Por todo lo expuesto, oído el representante del Ministerio Público, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley; con costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Kogan y de Lázzari, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Negri, votaron también por la negativa. El mismos señor fundamentos Juez del señor doctor Juez Domínguez, doctor por Soria, los votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de conformidad General, con por y, dictaminado mayoría, extraordinario impugnada lo se interpuesto, en hace se consecuencia, por lugar revoca se la Procuración al la rechaza recurso sentencia la demanda promovida, con costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). El depósito previo efectuado (fs. 638 655), deberá restituirse al interesado. Regístrese, notifíquese y devuélvase. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA y JUAN CARLOS HITTERS HILDA KOGAN LUIS ESTEBAN GENOUD FEDERICO G. J. DOMINGUEZ CARLOS E. CAMPS Secretario