El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial Samuel Phillips Huntington (1927), es un politólogo estadounidense que ejerció de profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Harvard. La obra que ha puesto Huntington en la lista de los investigadores actuales más influyentes es "El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial", de 1996. Este libro está basado, y así lo hace saber S. P. Huntington, en un influyente artículo que "ha configurado la totalidad de los debates políticos de estos últimos años" (Foreign Policy), donde presenta un informe incisivo y profético, en la línea del Francis Fukuyama, quien en su obra cumbre “El fin de la historia y el último hombre”, también analizaba las distintas formas adoptadas por la política mundial tras la caída del Muro de Berlín. En ese artículo, nuestro autor defendía que “La política mundial está entrando en una nueva fase en la que la fuente fundamental de conflictos no será ideológica ni económica; las grandes divisiones de la humanidad y las principales fuentes de conflictos serán culturales, entre naciones y grupos de civilizaciones diferentes." (Samuel P. Huntignton: "El Choque de Civilizaciones", artículo publicado en "Foreign Affairs"). El libro está compuesto por cinco secciones en las cuales presenta su análisis de la situación actual: 1. Analiza la confrontación entre las culturas, como nunca antes se había dado en la historia. 2. Discute los diferentes equilibrios que se han dado en el pasado entre las civilizaciones, especialmente la cristiana y la musulmana: los procesos cambiantes, los resurgimientos y crepúsculos a los cuales se ven sometidas en las diferentes eras de la historia. 3. Presenta la evolución de las culturas emergentes. 4. Las confrontaciones entre las civilizaciones, en especial entre la Occidental y la Islámica y sus manifestaciones más sobresalientes: Afganistán, la guerra del Golfo Pérsico, China, Norteamérica y sus efectos en los derechos humanos, la economía y la política. 5. Analiza el futuro de las civilizaciones, para concluir en una renovación de la occidental, basado en los atributos comunes de las civilizaciones, procurando establecer un nuevo orden mundial. Samuel Huntington inicia su texto presentando como durante las décadas de la guerra fría, los conflictos mundiales tenían raíces de orden ideológico y económico; pues inicialmente el planeta estaba configurado en dos bloques: el occidental o capitalista y el bloque comunista o socialista; y posteriormente, se formó un tercer bloque, el de los denominados “países no alineados”. Con la caída del bloque socialista era de esperarse que el bloque occidental se impusiese plenamente, pero no ha sido así del todo, sino que, contrariamente, ha emergido un mundo plural, un mundo de civilizaciones. La fuente fundamental de conflictos en el universo posterior a la guerra fría, según Huntington, no tiene raíces ideológicas o económicas, sino más bien culturales: “El choque de civilizaciones dominará la política a escala mundial; las líneas divisorias entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro". Y, a medida que la gente se vaya definiendo por su etnia o su religión, Occidente se encontrará más y más enfrentado con civilizaciones no occidentales que rechazarán frontalmente sus más característicos ideales: la democracia, los derechos humanos, la libertad, la soberanía de la ley y la separación entre la Iglesia y el Estado. Así, Samuel Huntington -al tiempo que presenta un futuro lleno de conflictos, gobernado por unas relaciones internacionales abiertamente "desoccidentalizadas"- acaba recomendando un más sólido conocimiento de las civilizaciones no occidentales, con el fin, paradójicamente, de potenciar al máximo la influencia occidental, ya sea a través del fortalecimiento de las relaciones entre Rusia y Japón, del aprovechamiento de las diferencias existentes entre los estados islámicos o del mantenimiento de la superioridad militar en el este y el sudeste asiáticos. ¿Cuáles son las civilizaciones emergentes que resalta Huntington? Él plantea que es evidente que se constata el resurgir islámico (muchos países que en las décadas de la guerra fría asumían el marxismo-leninismo o que formaban parte de los países no alineados, actualmente -nos dice- encuentran su identidad y esperanza en el Islam), la civilización china (la milenaria China recupera el confucionismo, la concepción de la vida del maestro Confucio, del siglo VI antes de Cristo), la civilización japonesa o nipona (formada a partir de la China pero con tradiciones propias), la civilización hindú (que tiene un núcleo cultural de más de tres mil quinientos años), la civilización ortodoxa (emparentada con la Occidental pero que subraya las diferencias), también la civilización budista y, con futuro impreciso, la civilización africana y la latinoamericana. El politólogo norteamericano, se centra en el análisis de los conflictos que se iniciaron en Europa Oriental entre grupos religiosos y etnias representativas de culturas diferentes a los predominantes en Occidente, verbigracia, en la antigua Yugoslavia, y en el conflicto entre Turquía y el pueblo Kurdo. Dentro de sus planteamientos, el autor estudia las características de las ocho culturas que define en su libro, diferentes a la Occidental y dentro de las cuales incluye la latinoamericana, como un medio para comprender su evolución durante la guerra fría, durante el cual estas culturas estuvieron contenidas, y propone medios para el fortalecimiento de las relaciones políticas y económicas Occidente-Oriente para potenciar las vías de comprensión y aceptación de las diferencias y así lograr desarrollar un proceso de convivencia dentro de un nuevo orden mundial. Este nuevo orden, según S. P. Huntington, tiene sus riesgos. Las civilizaciones emergentes se consideran superiores a la de Occidente, con valores morales más auténticos. Por eso él prevé que, por vía del desafío demográfico (el 2025 más del 25% poblacional mundial será musulmana) o por vía del crecimiento económico (el 2025 Asia incluirá siete de las doce economías más fuertes del planeta) o por vía de la militancia creando inestabilidad, el poder y los controles de la civilización occidental se desplazarán hacia las civilizaciones no occidentales. Así, un choque de civilizaciones, de estas civilizaciones arraigadas a religiones, dominará la política a escala global: en las fronteras entre civilizaciones se producirán las batallas del futuro. Por eso, Huntington dirá que “estamos asistiendo «al final de una era de progreso» dominada por las ideologías occidentales, y estamos entrando en una era en la que civilizaciones múltiples y diversas interaccionarán, competirán, convivirán y se acomodarán unas a otras". El retorno a las culturas autóctonas o indigenización dificulta hablar de principios éticos y valores universales. Para muchos chinos y para muchos musulmanes la democracia y la misma Declaración Universal de Derechos Humanos son creaciones occidentales, no universales. Ante esta tensa situación, si se quiere evitar peligrosos enfrentamientos, es urgente buscar los atributos comunes en todas las civilizaciones, es decir, tenemos que perseguir, aceptando la diversidad y la moralidad mínima que se deriva de la común condición humana. La secuencia sería: grandes peligros por la expansión no occidental, pero enorme capacidad de respuesta de Occidente, conquistando nuevos espacios planetarios. Huntington usa términos tales como: "interés nacional", "valores de Estados Unidos", "intereses de Estados Unidos" y expresiones similares, todas ellas concentradas en los resultados, casi siempre favorables, a las perspectivas de Estados Unidos, pues todas las definiciones de lo no occidental suelen ser tácitas o expresamente críticas. Por ejemplo al referirse a Japón dice que son de los más rápidos para ceder ante force majeur (en francés en el original) y cooperar con lo que entienden moralmente superiores y los más rápidos para rechazar el abuso de una hegemonía en retirada, moralmente débil, le califica de oportunistas, y para desmarcarse, más oportunistas todavía. Huntington concede un papel medular a las religiones en las formaciones civilizaciones. Hablando de América Latina festeja el avance protestante arrebatando territorios a los cultos tradicionales católicos; lo cual interpreta como una aproximación de "la civilización latinoamericana" a la modernidad; no a Estados Unidos, desde donde proviene el grueso de las misiones protestantes que transitan desde hace algunas décadas los países vecinos. El autor fundamenta muy bien estas tesis de origen cultural, religioso, civilizatorio que dejan de lado casi por completo los postulados económicos y políticos como explicación a la reestructuración del orden mundial, de manera que uno puede ser conducido implícitamente a aceptar los criterios de Huntington sin vacilaciones. La convicción de Huntington de que es necesario que las diferencias existan y preexistan (ya que abogar por la integración de gente culturalmente distinta, llevaría a una guerra de civilizaciones para dirimir cuál de ellas es la mejor, terminando todo en la dominación y sometimiento de una sobre otra) puede levantar llagas morales, pero eso, no nos engañemos, es lo magnífico de este tipo de obras: que uno puede discrepar con un autor, aún teniendo éste grandes tesis que lo respalden. Leer "El Choque De Civilizaciones" es un estupendo ejercicio para revisar nuestras estructuras mentales ante la vida y la sociedad en la que vivimos. Es cierto que a Huntington se le podrá criticar, pero nunca ignorar. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha proclamado recientemente en la ONU la necesidad de “Una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán. Cayó un muro dijo-. Debemos evitar ahora que el odio y la incomprensión levanten otro". Ojalá y esta propuesta no sea vana retórica, ni esnobismo de un conveniente talante. Creo que éste es el camino, no el de la imposición y la guerra, la fuerza y el desacato internacional. Para F. Fukuyama el hecho verdaderamente importante a señalar es que la democracia liberal puede constituir el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y, como tal, el Fin de la historia y el hombre, pues la caída del comunismo y el triunfo de las democracias liberales marcaban el comienzo de la "etapa final" en la que no había más lugar para largas batallas ideológicas. S. P. Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidós, Barcelona 1997. La política internacional tras la caída del muro de Berlín, está entrando en una nueva fase. Algunos intelectuales vaticinan el fin de la historia, incluso el declive del estado nacional. Sin embargo, Huntington considera que la fuente principal del conflicto va a dejar de ser ideológica y económica. Hasta la caída del muro, en 1989, los conflictos habían sido ideológicos y económicos, y ahora se van a producir otros, relacionados sobretodo con la cultura (comprendida como conjunto de valores, creencias, ideologías y fundamentos de tipo religioso). Los principales conflictos serán los que surjan entre civilizaciones diferentes. Las fracturas entre ellas serán las batallas del futuro (Balcanes, Magreb, Oriente Próximo…). Siguiendo la evolución histórica, Huntington considera que los conflictos en el mundo moderno fueron entre monarcas a causa de la expansión de los imperios. Desde la Revolución Francesa las líneas de conflicto se producen entre naciones hasta la 1ª Guerra Mundial. Y desde ella, sobretodo con la Revolución Rusa, se dio paso al conflicto entre ideologías (ej.: el Comunismo frente a la ideología liberal). Huntington considera también que todos estos conflictos fueron guerras civiles occidentales (por Occidente, él entiende la civilización cristiana: Norteamérica y Europa). Con el fin de la Guerra Fría, la política de naciones sale de su fase occidental y se convierte en pieza clave de la dinámica política internacional. La naturaleza de las civilizaciones (cuestionable, porque es de una gran simplificación). Considera que durante la Guerra Fría el mundo se dividió en 3 partes, “que ahora mismo son irrelevantes”. Ahora tiene más sentido agrupar no en términos políticos, económicos, si no en función de su cultura y civilización (establece un vínculo entre ambas) Huntington asume la CIVILIZACIÓN como la máxima entidad cultural que puede asumir un individuo, en una escala gradual, en la que se encontrarían también los estadios correspondientes a pueblos, regiones o países. Una civilización se deja definir por elementos comunes: lenguaje, historia, instituciones, costumbres, religión, y por la auto identificación subjetiva de los propios individuos. Considera que la civilización es lo que más engloba, el ámbito más comprensivo. Y define al individuo en base a grados de identidad. El cambio en la identidad se manifiesta sobretodo en la lengua, pero también en otras cosas, como las cuestiones del cambio por el mestizaje cultural. Las fronteras entre civilizaciones nunca son nítidas, pueden involucrar a un gran número de personas (caso de China), o pequeño. Puede englobar a varias naciones. Huntington perfila dos grandes variantes dentro de la civilización occidental: Europea y Norteamericana. Las civilizaciones también son dinámicas: Se encumbran y caen, se separan, se mezclan, o desaparecen. ¿Por qué se produce el choque? Huntington destaca las siguientes civilizaciones: - Occidental (judeo-cristiana, aunque con valores también del campo laico, etc.) - Confuciana - Japonesa - Islámica - Hindú - Eslavo-ortodoxa - Latinoamericana - Africana (Y Africana-Subsahariana) 1 – De acuerdo con su teoría, las batallas más serias del futuro se librarán a lo largo de las líneas de fractura culturales que separan a estas civilizaciones. Por una parte, porque las diferencias entre civilizaciones son BÁSICAS (las plantea como algo casi biológico). 2 – Pone el acento en la religión: diferentes puntos de vista sobre las relaciones entre los hombres, y opiniones distintas sobre la relativa importancia de los derechos y las libertades. Estas diferencias son producto de siglos y son mucho más fundamentales. No significan conflicto, ni éste necesariamente implica violencia. Pero otras diferencias han sido las causantes de los conflictos más duraderos y más violentos. GLOBALIZACIÓN. Ha estimulado las interacciones entre pueblos, que ha intensificado la conciencia de las diferencias y los rasgos comunes dentro de la propia civilización. Incremento de la identidad cultural. Los individuos adquieren conciencia de civilización. 3 – El proceso de modernización económica ha despojado a las personas de sus antiguas identidades locales, ancladas en la tradición. Se da un aumento de la identidad en función de la religión. El crecimiento de esta conciencia es potenciado por el papel de Occidente, considerado por Huntington como una cima de poder que conduce a que las civilizaciones occidentales retornen a sus propias raíces. La condición postmoderna relativismo (ej: defensa de la libertad > libertad de la bomba). Supone una cuestión de base que diferencia a la civilización occidental de la islámica. 4 – Crecimiento de la conciencia sobre la civilización, potenciado por el papel dual de Occidente (“cima de poder”), tal vez por ello el discurso dual toma de conciencia civilizacional en otras civilizaciones. Por ejemplo, el discurso ilustrado (idea de razón, libertad, etc.), germina en el proceso histórico occidental, aunque durante mucho tiempo se consideró universal. La expansión de la ideología ilustrada se ha fundamentado en el imperialismo, el colonialismo, y la democracia “de la bomba”. En el pasado, considera Huntington, las ciudades no occidentales recibían una cultura occidental (educados en universidades europeas). Al mismo tiempo, la población de las naciones no occidentales permanecía anclada en una cultura tradicional. Ahora mismo se están desoccidentalizando las élites, mientras que el pueblo está adquiriendo hábitos propios de Occidente. Huntington apunta esta idea, pero no la razona. La búsqueda de la identidad vuelve a las raíces. 5 – Otra razón del choque son las diferencias culturales: mudables, y por tanto menos fácilmente resueltas que aquellas de índole económica y política. 6 – El regionalismo económico está aumentando. Por una parte, su éxito en cuanto a la exportación de la conciencia de civilización. Por otra, sólo podrá triunfar cuando se encuentre enraizado en una civilización común. Pone el ejemplo de la UE: el hecho de que coinciden el regionalismo económico, un proceso de integración económica y una situación de civilización común. Pero esto choca con la situación de globalización. Las decisiones en cuestiones religiosas crean un “nosotros” frente a un “ellos” distinción entre etnias. Las diferencias en cultura y religión crean diferencias en cuestiones políticas que afectan a todos los niveles. En la actualidad, en primer lugar prima la cuestión económica, y después la étnica o religiosa. La vecindad geográfica entre civilizaciones da lugar a conflictos (Bosnia, Sur de Rusia – antiguas repúblicas soviéticas, muchas de ellas musulmanas-, etc.). Los esfuerzos económicos por parte de las naciones occidentales por mantener sus intereses, han generado respuestas aversivas en otras civilizaciones. El choque tiene lugar a dos niveles: - A pequeña escala: pugna por el control del territorio y entre sí (Conflictos en las líneas de fractura). - A gran escala: control de instituciones internacionales y de otros países (Distintos países). Líneas de fractura Huntington considera que están desplazando las fronteras ideológicas y políticas de la Guerra Fría, como puntos álgidos de crisis. La desaparición de la división ideológica hizo que apareciera la división cultural entre cristianismo occidental, cristianismo ortodoxo e islamismo. Justifica esto con los sucesos de Yugoslavia. Líneas desarrolladas durante años (1300, concretamente), con la expansión, Islam, Cruzadas, conflictos otomanos, Norte de África). Iniciativa: Occidente ejerció el control. Empezó a batirse en retirada > desaparición de los territorios coloniales > surge el fundamentalismo. Situación de dependencia energética de Occidente respecto de países como el Golfo Pérsico. Huntington considera que la tendencia conflictiva es creciente. La Guerra del Golfo despertó en los árabes un sentimiento de orgullo, porque Saddam Hussein invadiera Israel y desafiado a Occidente, pero también aquel de humillación y resentimiento en el mundo musulmán ante la presencia militar de Occidente y la incapacidad de los árabes para reaccionar ante la situación. Las relaciones se vieron complicadas por la demografía, sobretodo en Norteamérica, ha despertado la sensibilidad política occidental y aumentado la presencia del racismo y las políticas de control de inmigración, e incluso actos de violencia contra turcos y árabes. Huntington considera que el Islam históricamente ha entrado en conflicto con pueblos negros del África subsahariana, en proceso de cristianización. El resultado son guerras civiles, como Sudán. Conflictos entre árabes y africanos en Chad, distintas tensiones entre musulmanes y cristianos, por ejemplo en Nigeria. La modernización de África y la difusión del cristianismo propiciarán el aumento de la violencia de la civilización islámica, a lo largo de esta segunda línea de ruptura. En la frontera norte del Islam se han multiplicado igualmente los conflictos. Sobretodo en Bosnia y repúblicas soviéticas. Temores y miedos en Rusia respecto de sus fronteras del sur. Huntington considera que el mundo musulmán ha entrado en conflicto con otros países asiáticos. También considera que se ha producido una “lesión a la civilización”: Los grupos pertenecientes a una civilización en guerra tratan de obtener apoyo de otros miembros de su civilización. Las relaciones de cooperación y coaliciones tienden a afianzarse entre las civilizaciones (Cáucaso, Bosnia…). Estos alineamientos crecerán en el futuro. “Pocos estados musulmanes apoyaron abiertamente a Saddam, pero adquirió una gran popularidad en amplios sectores” > discutible. Los sucesos de Irak y Kuwait atrajeron la atención occidental, sin embargo, el enfrentamiento entre Bosnia y Croacia no suscitó la misma reacción. Occidente, afirmaban los musulmanes, usaba la doble norma, El mundo de civilizaciones en conflicto es inevitable. Esta doble moral se basa en la idea de que los pueblos aplican una a sus naciones hermanas y otra a los restantes países. “Síndrome de las naciones hermanas”. En lo que respecta al conflicto Yugoslavo, occidente mostró su simpatía y apoyo por los bosnios contra los serbios. Sin embargo, poca atención se prestó a los ataques croatas de los musulmanes y a su participación en el enfrentamiento de Bosnia. Si bien la opinión pública occidental se posicionó de lado de los musulmanes, sobretodo contra los serbios, omitió el hecho de que los croatas católicos cometieron el mismo tipo de masacres. De hecho, en el primer momento del levantamiento Yugoslavo, Alemania indujo a los otros países de la UE a reconocer a Eslovenia y a como países independientes. Se activó este mecanismo de la hermandad entre civilizaciones. Algo parecido pasó con el gobierno de Boris Yeltsin respecto de los Serbios. Los gobiernos y grupos islámicos castigaron a Occidente por no apoyar a los bosnios. Los líderes iraníes presionaron a los musulmanes para que apoyaran a Bosnia, violando el pacto de la ONU. Los conflictos ocurren también entre estados dentro de una misma civilización, pero su resolución es más pacífica. No suelen ser tan violentos ni tan extendidos. La adhesión entre civilizaciones, considera Huntington, también va en aumento. Relación de Occidente con el resto de civilizaciones Occidente ocupa una cima de poder. Quien la ostentaba en primer lugar, la URSS, ya no existe. No encuentra, pues, ningún desafío. Control de las instituciones, como el FMI. Las instituciones económicas mueven sus intereses. Cultura: También predomina > hábitos de consumo, productos culturales, etc. Ideas occidentales de individualismo, constitucionalismo, igualdad, libertad, etc. Los esfuerzos por su propagación producen una reafirmación de los valores autóctonos. La idea de civilización occidental choca con el particularismo de aquellas orientales. Ideas universales que nacen de la Ilustración son rechazadas por los orientales. Países escindidos Existe, en ocasiones, cierta alineación hacia los occidentales. Su situación es multicivilizacional o países que están en búsqueda de una reubicación. Hay otros que tienen un grado definido de homogeneidad cultural pero están divididos entre culturas. Por ejemplo, Turquía o México. Sus dirigentes adoptan estrategias de adhesión a Occidente, desde donde se les rechaza, por no considerarles países europeos. Desde finales del siglo XX se dan en Turquía movimientos de corte nacionalista, orientados a la conscripción de un estado moderno y secular. Ej: Mustafá Kemal Htatürk lleva a cabo la construcción de un estado moderno. Al mismo tiempo, ciertos movimientos han apoyado la reafirmación islámica. La élite nunca ha definido a su país como occidental, se niega a aceptarlo. “No será miembro de la Unión Europea por su condición musulmana”. México Desde los ’80 hasta prácticamente hoy en día, han mantenido una posición ambigua respecto de EEUU. Ha dejado de definirse por oposición a este país, para pasar a identificarse con él. Los líderes se han esforzado en intentar redefinir la condición mexicana. Huntington considera que importantes sectores de la sociedad se niegan a esto. Rusia Triunfo del comunismo importó una ideología occidental, adaptándola a las condiciones rosas. El dominio del comunismo cortó el debate sobre la occidentalización. Con su desaparición, se vuelve a plantear esta cuestión. Yeltsin se enfrenta a numerosos grupos, de la opinión de que debía darse prioridad a cuestiones de seguridad, refuerzo de las relaciones con Turquía… en definitiva, orientarse hacia Asia en lugar de hacia Occidente. Hay también una crítica por emprender reformas políticas y económicas hacia la reapertura. Algunos grupos también abogan porque Rusia estreche lazos con China y otros países asiáticos. Esto produce una división en el país. Se da un conflicto entre ideologías, que aún así compartían ideales (Comunismo y Marxismo). Huntington encuentra casi imposible el acuerdo de Occidente con la Rusia tradicionalista y autoritaria. IDEAS BÁSICAS: - Intentó elaborar una serie de hipótesis sobre las diferencias entre civilizaciones y destacar su importancia. - Conciencia de “Civilización” en aumento. - Conflicto entre civilizaciones, suplantará las guerras civiles. - Relaciones internacionales serán ideológicas, crecientemente desoccidentalizadas. - Las civilizaciones no occidentales serán agentes importantes, no simples objetos de cambio como lo fueron las colonias. - Las instituciones económicas políticas y sociales tendrán éxito si se hacen dentro de las civilizaciones: La ONU, por ejemplo, sería inviable, por agrupar a varias. - Los conflictos entre civilizaciones diferentes serán cada vez más frecuentes. - Estos conflictos aumentarán de manera peligrosa, incluso llegando a desarrollarse auténticas guerras mundiales. - El punto clave será la relación de Occidente con el resto del mundo - Los dirigentes en algunos países no occidentales tratarán a veces de convertirse en occidentales, lo que supondrá conflictos. - El conflicto fundamental entre civilizaciones será entre aquellas occidentales y los estados islámicos. Indicaciones orientadas a los políticos occidentales para intentar capear esta situación (…): División de la estrategia occidental: A Corto plazo - El interés de Occidente está en promover una mayor cooperación y unidad en el seno de la civilización, sobretodo entre europeos y norteamericanos. Las relaciones de cooperación con Rusia y Japón se han de basar en intentar impedir que los conflictos locales se conviertan en conflictos entre civilizaciones. Se debe intentar mantener los conflictos como algo puntual, como choques limitados. - Es imposible para Occidente limitar la expansión del poder militar de los estados confucianos e islámicos. - Es necesario moderar la reducción de la capacidad militar occidental (mantenerla); para ello, Huntington apunta algunas medidas importantes, como la NO firma de acuerdos. - Asimismo, Occidente debe ser capaz de explotar las diferencias entre las civilizaciones orientales y la propia Con esta afirmación, Huntington está justificando el dominio occidental), así como las diferencias entre los mismos países musulmanes. - Apoyo a otros países que simpaticen con los valores occidentales. - Fortalecer las instituciones que reflejen, legitimen y defiendan los intereses de Occidente en otros países (FMI, ONU, etc.). A Medio/Largo plazo - Intentar reforzar la civilización occidental. - Las civilizaciones orientales continuarán intentando adquirir riqueza, tecnología, sabiduría, armamento, etc. modernas, occidentales. - Su poder económico y militar, en relación con Occidente irá en aumento, lo cual requiere que Occidente mantenga su poder militar y económico. - Desarrollo de una actitud más profunda respecto de los fundamentos filosóficos e ideológicos de otras civilizaciones. Identificar elementos comunes entre las civilizaciones occidentales y no occidentales. Como podemos ver, lejos de la creación de una civilización universal, lo que Huntington propone es que se dé una COEXISTENCIA entre civilizaciones. Aún así, respecto del texto, debemos resaltar: Su condición de macroexplicación. Explicación etnocentrista. Surge al calor de la Guerra de Irak y los sucesos de Yugoslavia – no es objetiva.