La Conservación y la Gestión del Patrimonio. el caso de HAGIA SOFIA en Estambul Por Mario Docci Director del Departamento de Levantamiento, Análisis y Dibujo del Ambiente y de la Arquitectura. Síntesis Las ciudades históricas del mundo occidental, sean ellas colocadas en Europa o en América, tienen en común la capacidad de ser caracterizadas por algunas obras arquitectónicas, que por su originalidad o por su valor arquitectónico, terminan por convertirse en un símbolo de éstas. Los símbolos como es conocido representan, sobretodo en la sociedad moderna, un elemento de identidad, de reconocimiento y de atracción, tales que pueden crear una relación particular entre edificio y ciudad, en un intercambio de interacciones que se exaltan recíprocamente. Esta peculiaridad suya, termina por hacer confluir sobre estos edificios la atención de miles de personas, que van más allá de su valor intrínseco, llegando a ser unos verdaderos polos de atracción, que necesitan ser conservados, protegidos y valorizados constituyendo un patrimonio del mundo occidental. Entendemos referirnos a edificios como el Coliseo y el Panteón en Roma, el Parlamento en Westminster o la White Tower en Londres, el Louvre o la Catedral de Notre-Dame en París, la Iglesia de Hagia Sofia en Constantinopla y pudiéramos continuar con otras ciudades. El problema de estos edificios históricos de particular significación, pero este discurso en gran medida puede ser extendido también a otros complejos históricos, sean ellos edificios individuales o enteras zonas urbanas, es el deber de mantener lo más posible en el tiempo su mensaje artístico y simbólico. Pues bien, nosotros consideramos que la conservación de estos edificios particulares, tiene que seguir un método riguroso, que pasa por un estudio histórico crítico, que permita recorrer la historia del edificio o de la ciudad, siguiendo todas sus trasformaciones, desde el momento de su ideación hasta su estado actual. Para alcanzar este objetivo, nosotros proponemos un método que por un lado es aquel tradicional de la Restauración así como ha sido definido por la Carta de Venecia y por sus sucesivos ajustes, por el otro el trayecto del levantamiento, de análisis, y redacción del proyecto de conservación, emplea las nuevísimas tecnologías informáticas, que permiten llegar al proyecto de restauración de manera rigurosa y con costos contenidos. Consideramos que este proceso pueda ejecutarse en todos los países sean ellos los europeos o de América. Al fin de hacer menos árida la exposición de nuestro pensamiento, hemos pensado presentar un reciente estudio para la Conservación de Hagia Sofia en Constantinopla, donde ha sido aplicado el método arriba descrito y han sido empleadas las tecnologías informáticas capaces de elaborar los análisis y ponerse como base para el proyecto. Los grandes proyectos siempre proponen varios objetivos a alcanzar y el de Hagia Sofía no es la excepción de la regla. Cuando en febrero del 532 después de Cristo, el emperador Justiniano decidió comenzar los trabajos de este gran monumento fue en realidad su fe en la nueva religión lo que lo impulsó, y la necesidad de demostrar su poder político a través de una obra que suscitara gran estupor. No cabe duda que Justiniano gastó en la realización de este monumento recursos enormes y energías personales. En primer lugar escogió con extrema cautela al proyectista, identificándolo en la persona de Antemio de Tralles, matemático y arquitecto griego, con quien colaborará como asistente Isidoro el Viejo de Mileto. En este extraordinario espacio arquitectónico se funden muchos temas desde el basilical al central. Sin embargo, se recogen, además, referencias a presencias típicas de la espacialidad arquitectónica romana como, por ejemplo, el llamado templo de Minerva médica de los “Orti Licini” en Roma, los edificios termales (y en especial el de las Termas de Diocleciano en Roma) además de edificios coetáneos como el de San Lorenzo en Milán. Hay que recordar que la cúpula sufrió un primer derrumbe en el 558 después de Cristo y fue completamente reconstruida en el 563. Un sucesivo derrumbe, después del terremoto del 989 d.C., afectó a la arcada oeste, situada a la entrada de la iglesia, y al correspondiente intradós de la cúpula central. Precisamente durante la ejecución de las obras de reconstrucción fueron realizados, cerca de los extremos de las fachadas norte y sur, los contrafuertes que aún hoy afean con su mole los dos frentes. Las señas de éstas y otras intervenciones efectuadas en el transcurso de los siglos continúan siendo visibles en el intradós de la cúpula, que muestra evidentes desniveles entre sus diversas porciones. El conocimiento de todos estos fenómenos de deformación es indispensable para comprender las causas que las han producido, evaluar el estado del monumento y poder entonces acometer las intervenciones que garanticen su seguridad y salvaguardia. Esta situación nos ha inducido a efectuar un levantamiento parcial de las superficies internas mediante escáner láser 3D, con el objetivo de analizar de modo puntual la geometría de las superficies de la cúpula y de los grandes arcos para poderla comparar con las superficies teóricas del proyecto. En conclusión podemos decir que el levantamiento con el escáner láser de las superficies internas de Hagia Sofia, como muestran los análisis que hemos llevado a cabo, ha proporcionado datos nuevos y de mayor precisión respecto al pasado, evidenciando puntualmente las deformaciones y las anomalías. Estos resultados, aunque de por sí muy significativos, no son suficientes para avanzar nuevas hipótesis sobre las causas que han determinado las deformaciones estructurales, sino que hacen entrever el resultado que podría obtenerse con un levantamiento global de Hagia Sofia, que incluyera tanto las superficies internas como las externas, realizado con instrumentación láser. Confiamos, por tanto, en poder llevar a cabo este trabajo para poder así presentar orgánicamente los resultados. Por el momento, los datos recogidos hasta aquí nos permiten orientar mejor las ulteriores investigaciones necesarias para llegar a un conocimiento profundo de la obra, que consienta delinear una intervención de consolidación y de restauración conservativa capaz de asegurar una larga vida al monumento más significativo del gran Justiniano.