Arrendamiento de terreno para instalar antena de telefonía móvil

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DIPUTACIÓN DE VALLADOLID
Servicio de Asistencia
y Asesoramiento a Municipios
Por el Sr. Alcalde del Ayuntamiento de _________ se solicita de este servicio informe
jurídico sobre la posibilidad de formalizar un contrato de arrendamiento de una finca municipal por
20 años sin acudir a concurso público con la empresa ________ para la instalación de una base de
telefonía móvil, o si cabría la posibilidad de formalizar un contrato con dicha empresa por un
periodo inferior a 5 años e ir prorrogando el mismo por periodos sucesivos.
El Ayuntamiento manifiesta que sobre esta finca municipal, que es un bien patrimonial, ya
hay ubicado un repetidor para dar señal de TDT a todo el municipio, y además en dicha finca se
encuentra ubicado el depósito de agua municipal.
La legislación estatal y autonómica que regula la posibilidad de instalar estaciones base y
antenas de telefonía móvil es, entre otra, la Ley 32/2003, de 3 de noviembre, General de
Telecomunicaciones, el Real Decreto 424/2005, de 15 de abril, que lo desarrolla y el Decreto
267/2001, de 29 de noviembre, relativo a la instalación de Infraestructuras de Radiocomunicación
en Castilla y León, legislación que se puede completar mediante ordenanza local. Por su parte, la
empresa _______ es concesionaria del uso privativo del dominio público radioeléctrico para la
prestación del servicio de telefonía móvil automática GSM en la banda 900 MHz.
El capítulo II, Título III de la Ley General de Telecomunicaciones, reconoce a los operadores
el derecho a la ocupación del dominio público y de la propiedad privada para la instalación de redes
de comunicaciones electrónicas, pudiendo incluso, cuando ello resulte estrictamente necesario para
la instalación de la red y siempre que no existan otras alternativas económicamente viables, tener
derecho a la ocupación de la propiedad privada, ya sea a través de su expropiación forzosa, ya sea
mediante la declaración de servidumbre forzosa de paso.
No obstante lo anterior, el reconocimiento de este derecho de ocupación por parte de la ley,
no es óbice para la aplicación de la legislación patrimonial de las administraciones públicas cuando
las infraestructuras se pretenden instalar en bienes de titularidad municipal.
El Ayuntamiento indica en su solicitud de informe que se trata de un bien patrimonial, y por
tanto su explotación podrá efectuarse a través de cualquier negocio jurídico típico o atípico. La
regulación de los contratos privados patrimoniales, han quedado excluidos del ámbito de aplicación
de la Ley 30/2007 de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público por así establecerlo su artículo
4.1 p).
La legislación aplicable al régimen jurídico de la explotación de los bienes patrimoniales está
constituida por los artículos de aplicación básica de la Ley 33/2003 de Patrimonio de las
Administraciones Públicas (en adelante LPAP), por la Ley 7/1985 de 2 de abril, reguladora de las
bases de régimen local (en adelante LBRL), por el Real Decreto Legislativo 781/1986 de 18 de
abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Disposiciones Legales vigentes en materia de
de Régimen Local (en adelante TRRL), y por el Real Decreto 1372/1986 de 13 de junio, por el que
se aprueba el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales (en adelante RBEL).
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En primer lugar, no cabe la cesión gratuita del bien fuera de la excepción recogida en el
artículo 109.2 del RBEL, excepción que como tal ha de interpretarse de modo estricto y que limita
la posibilidad de efectuar este tipo de cesiones no solo desde una perspectiva objetiva y finalista
“para fines que redunden en beneficio de los habitantes del término municipal”, sino también
subjetiva, ya que sólo podrá efectuarse a favor de Entidades públicas o bien privadas pero, en
cuanto a éstas, siempre que sean “de interés público sin ánimo de lucro”, condición que no concurre
en una empresa privada.
El Ayuntamiento, en cambio, sí podrá acudir a una cesión de uso mediante precio, o a
cualquier otro negocio jurídico no gratuito.
Por lo que respecta al procedimiento de adjudicación, será de aplicación, en primer lugar el
artículo 107.1 de la LPAP, por ser básico y por tanto de aplicación a todas las administraciones
públicas.
Dicho precepto establece el concurso como regla general en los procedimientos de
adjudicación de los contratos de arrendamiento o de explotación de bienes y derechos
patrimoniales, salvo que por circunstancias excepcionales previstas en ese mismo artículo pueda
acudirse a la adjudicación directa del contrato. Este artículo desplaza al artículo 92 del RBEL que
establecía la obligación de realizar subasta siempre que la duración de la cesión fuera superior a
cinco años o el precio estipulado excediera del 5% de los recursos ordinarios del presupuesto.
Las excepciones a la regla general del concurso que se recogen en el mencionado artículo
107.1 de la LPAP son: las peculiaridades del bien, la limitación de la demanda, la urgencia
resultante de acontecimientos imprevisibles o la singularidad de la operación. Todos estos, son
conceptos jurídicamente indeterminados, de tal modo que las circunstancias determinantes de la
adjudicación directa deben quedar suficientemente acreditadas, justificadas y motivadas en el
expediente.
En el supuesto planteado por el Ayuntamiento de_____________, la adjudicación directa
del contrato de arrendamiento a la empresa _______ para la instalación de una base de telefonía
móvil en una finca de titularidad municipal sobre la que ya hay ubicado un repetidor de TDT, puede
incardinarse en la excepción que el artículo 107.1 de la LPAP denomina “singularidad de la
operación” ya que la empresa ________ es un operador de telefonía móvil, concesionario (junto a
otros operadores) del uso privativo del dominio público radioeléctrico, que va a prestar un servicio
que es considerado de interés público Además, esta adjudicación directa no conculcaría la libre
concurrencia, ya que si otro operador solicitara instalarse en el mismo terreno municipal, el
Ayuntamiento podría proceder a otra adjudicación directa al nuevo operador para fomentar así el
uso compartido de infraestructuras de tal modo que todos los operadores se instalasen donde ya
existieran infraestructuras establecidas.
En este sentido, el artículo 30 de la Ley General de Telecomunicaciones indica que las
administraciones públicas fomentarán la celebración de acuerdos voluntarios entre operadores para
la ubicación compartida y el uso compartido de infraestructuras situadas en bienes de titularidad
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pública o privada, pudiendo en determinadas ocasiones por razones de medio ambiente salud
pública, u ordenación urbana o territorial la administración competente en dichas materias acordar
la utilización compartida articulándose mediante acuerdos entre operadores y a falta de acuerdo, el
uso compartido podría establecerse mediante resolución de la Comisión del Mercado de las
Telecomunicaciones.
Con el mismo espíritu de evitar la proliferación incontrolada de nuevas infraestructuras de
radiocomunicación que atenten de manera excesiva contra la calidad del paisaje rural y urbano, el
Decreto 267/2001, de 29 de noviembre que regula la instalación de infraestructuras de
radiocomunicación en Castilla y León, establece la necesidad de fomentar la utilización compartida
de las infraestructuras. En concreto, y con el objeto de que pueda plantearse esta utilización
compartida, el artículo 5.4 del mencionado Decreto establece que en la elección del emplazamiento
se deberá dar prioridad, por parte de los operadores, a su instalación en terrenos de titularidad
pública.
La prestación de este servicio de interés público, la no vulneración del principio de libre
concurrencia, y el hecho de que sobre el terreno de titularidad municipal exista ya un repetidor de
TDT, justifican la singularidad de la operación que permite adjudicar de modo directo el contrato de
arrendamiento de una finca municipal para la instalación de una antena de telefonía móvil,
fomentándose así, por parte del Ayuntamiento, el uso compartido de infraestructuras de
telecomunicaciones y de radiocomunicación.
Por lo que respecta a la duración del contrato, el artículo 92 del RBEL no establece
regulación alguna. Por su parte, el art. 106.3 de la LPAP (que no es de aplicación básica) establece
que los contratos para la explotación de bienes o derechos patrimoniales no podrán tener una
duración superior a 20 años, incluidas las prórrogas, salvo causas excepcionales debidamente
justificadas.
A pesar de que este artículo 106.3 de la LPAP no tiene carácter básico, podemos entender
que es de aplicación supletoria a las entidades locales, por no estar regulada la duración máxima de
estos contratos en la legislación de régimen local. Por tanto el Ayuntamiento podría firmar un
contrato de arrendamiento con una duración superior a 5 años sin superar los 20 años que establece
la LPAP, amparándonos en el carácter supletorio de este artículo para las entidades locales.
Por último, y aunque son cuestiones que no plantea el Ayuntamiento, a continuación vamos a
hacer una referencia a algunos aspectos que pueden ser de interés para la Entidad Local a la hora de
llevar a cabo el contrato de arrendamiento.
Por lo que se refiere al precio del contrato de arrendamiento, el artículo 92.2 del RBEL señala
que el canon que debe satisfacer el usuario no puede ser inferior al 6% del valor en venta de los
bienes. Además, es necesario dejar perfectamente delimitada la finca o parte de la finca objeto de
explotación, sin que quepa el arrendamiento parcial cuando el resto de finca quede infrautilizada o
no sea susceptible de aprovechamiento independiente.
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Por otra parte el mencionado Decreto 267/2001, de 29 de noviembre, de
radiotelecomunicación de Castilla y León, establece las licencias o autorizaciones a las que se
sujetan este tipo de instalaciones, siendo necesaria la obtención de licencia ambiental, y licencia
urbanística. Además si la finca está en suelo rústico, será necesario tramitar la autorización de uso
excepcional en suelo rústico. Estas licencias y autorizaciones en ningún caso pueden ser objeto de
pacto o contrato, sino que su otorgamiento deberá sujetarse al procedimiento legalmente
establecido.
En conclusión, el Ayuntamiento podrá llevar a cabo un contrato de arrendamiento con la
empresa por un periodo máximo de 20 años, incluidas las prórrogas, mediante adjudicación directa,
sin acudir al concurso público, por tratarse de una operación singular en la que queda acreditado el
interés público de prestar el servicio de telefonía móvil y fomentar el uso compartido de
infraestructuras entre los operadores de radiotelecomunicaciones, lo que implicaría que cualquier
operador de telefonía móvil interesado pudiera instalarse en los mismos terrenos municipales por
existir ya la infraestructura necesaria, de tal modo que el principio de libre concurrencia no se viera
nunca conculcado. También el Ayuntamiento podrá, si así lo prefiere, llevar a cabo el mismo
contrato por 5 años e ir prorrogándolo sin superar el límite de los 20 años máximos de duración.
Se emite el presente informe sin perjuicio de otro mejor fundado en derecho.
En Valladolid, a 26 de enero de 2011
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