Las “otras” heridas por asta de toro.... Dr. Miguel Fernández Ruiz, Especialista en Cirugía General y Digestiva. Cirujano Jefe de la Enfermería de las Plazas de Toros de Logroño, Haro y Calahorra Los festejos taurinos producen cada año en España uno o dos muertos, entre 20 y 25 lesionados graves con secuelas y un elevado número de heridas, contusiones y lesiones de variada importancia, con ingresos en centros hospitalarios e intervenciones quirúrgicas de urgencia. Mientras que las lesiones que afectan a profesionales, se producen en las plazas de toros y son atendidas en primera instancia por los equipos quirúrgicos de las propias enfermerías de dichas plazas, existen un número creciente de lesiones por asta de toro, producidas en festejos de segundo orden (capeas, encierros, recortadores, etc...) que afectan sobre todo a aficionados y a semiprofesionales, y cuya asistencia inicial, tras un traslado más o menos correcto, corresponde a un centro hospitalario. La mayor parte de los lesionados son atendidos “in situ” y otros precisan traslado a un centro sanitario. Este tipo de lesiones tienen el denominador común del mecanismo de producción, la embestida del toro, pero reúnen características propias Las heridas por asta de toro pueden producir daños tan graves que toda persona que las sufre debe ser considerada como politraumatizada. Sería lógico pensar que estas lesiones se presentaran en el ámbito profesional, como serían toreros, banderilleros, matarifes, vaqueros, etc., pero existen muchos lugares en España, exceptuando la Comunidad Canaria, donde se celebran encierros o suelta de toros, provocando heridas o lesiones por asta de toros en aficionados. Si son conocidas, por el impacto mediático las lesiones que acontecen a los “profesionales del toreo”, son desconocidas las que ocurren a los aficionados; no hemos de olvidar la cantidad de festejos populares, con gran numero de contusiones, heridas e incluso grandes traumatismos y muertes que se desarrollan en nuestra geografía. Este mismo verano, y en pueblos limítrofes con nuestra región se pueden recoger dos muertes por lesiones producidos durante estos festejos catalogados de “menores”. Mecanismos de lesión: Por muy pequeña que sea la vaquilla, novillo o eral, su peso, fuerza y velocidad hace que la lesión que produce tenga un mecanismo de altísima energía, lo que se traduce en lesiones más importantes. En un tiempo increíblemente corto, el animal es capaz de producir varios movimientos de cabeza que hacen que las lesiones sean varias y en partes de nuestro cuerpo diferentes, aunque sólo haya penetrado el cuerno por un sitio. Ni que decir tiene que cuando el festejo “menor” se celebra con “verdaderos toros”, en puntas y en la mayoría de las ocasiones con mucho “sentido”, el peligro se incrementa; todos tenemos en la retina las imágenes de hace unos días en la que se veía la espectacular cogida de un recordador de toros con sus consecuencias inmediatas. Es muy importante saber, en contra de lo que se cree, que los traumatismos "cerrados" (los que no tienen una herida de entrada, por ejemplo si el animal te golpea con el entrecejo, o con un cuerno que no produce herida de entrada) son igual e incluso más graves que los traumatismos “abiertos" . Tipos de lesión: Existen una variedad muy completa de lesiones: desde la mínima contusión, varetazo, puntazo, puntazo “corrido” hasta la verdadera cornada. Las lesiones más típicas ocurren en las extremidades inferiores, sobre todo en la parte posterior, al correr delante de los astados, siendo muy típicas las lesiones por empalamiento que son las que afectan a la región anal y perineal, de evolución incierta y con secuelas relacionadas con la continencia. Las heridas con sangrado son las más aparatosas y las que más asustan, ya que la herida arterial o venosa de un vaso importante puede provocar una muerte si no se controla. El mejor método de controlar un sangrado activo, durante el transcurso del traslado al centro hospitalario es por medio de un taponamiento, bien sea con un paquete de gasas estériles bien sea por compresión o la aplicación del “puño” sobre la herida sangrante. Es preciso tener mucho cuidado con la colocación de un torniquete, evitando en principio su colocación. A este respecto he de comentar ante situaciones en la plaza de toros en las que ha habido una cornada en le raíz del muslo y el banderillero se apresura a colocar el “corbatín” a modo de torniquete, sin saber a ciencia cierta si la cornada afecta a una estructura arterial o venosa: en el caso de ser arterial el torniquete se situará proximalmente a la herida, pero si fuera venosa habría que colocarlo distalmente; por eso ante la duda es preferible la colocación de “un doble torniquete”. Imágenes gráficas de percances recientes han recogido estas situaciones de mala colocación del torniquete, comprobando que si el matador continua la lidia, se origina una gran mancha sanguínea en la zona próxima al inadecuado torniquete Ante estas situaciones de hemorragia externa, lo más importante es cohibir la hemorragia, estabilizar al paciente con maniobras de soporte vital básico y un correcto traslado a un centro hospitalario para el tratamiento definitivo. Otro tipo de lesiones son las heridas con lesión de órganos internos, como he referido en el mecanismo de producción, es decir traumatismos “cerrados” (potencialmente muy graves) y traumatismos o heridas abierta que son las más frecuentes y llamativas. Es obligatorio el traslado del paciente a un centro hospitalario aunque sólo exista la más mínima sospecha. Como una de las causas más frecuentes de gravedad por lesión de órganos internos es la hemorragia interna, si en el sitio donde se ha producido el evento se dispone de material para canalizar una vía intravenosa y ejercitar una estabilización y correcto traslado debe hacerse por el servicio médico básico que atiende este tipo de festejos y que corresponde generalmente a un médico con una ambulancia medicalizada Traumatismos craneoencefálicos. Al considerar las heridas por asta de toro como un verdadero politraumatismo, pueden existir traumatismos craneoencefálicos leves o graves, con y sin pérdida de conocimiento, que será preciso evaluar en una forma inicial y posteriormente en un centro hospitalario Lesiones que afectan a la columna vertebral. Muchas veces el animal simplemente da un “revolcón", que la mayoría de las veces se queda en un susto y nada más. Sin embargo, si tras dicho "revolcón" uno de los síntomas es dolor en el cuello (muy frecuente, por ejemplo, si el animal te tira contra las tablas o te da una voltereta), lo mejor es acudir al hospital para someterte a la correspondiente exploración clínica y radiográfica, para ver que la columna no ha sufrido ningún daño. Si para el traslado se dispone de un método de inmovilización tipo collarín, es mejor ponérselo de una manera supervisada. Si hay cualquier síntoma de que la columna ha podido sufrir algún daño (dolor intenso en el cuello, sensación de hormigueo en brazos y piernas, no poder mover brazos o piernas, dolor fuerte en la espalda,...) hay que movilizar al paciente con exquisito cuidado y siempre con supervisión médica Fracturas y luxaciones de extremidades, debidas a caídas al correr delante del toro o al intentar protegerse en vallados o similares Lesiones muy frecuentes son las debidas a “pisotón” del animal con sus pezuñas (Lesión típica en "vaquillas" y "encierros"). En este caso no suele haber herida externa, pero el peso del animal hace que tengamos que valorarlo adecuadamente. Si el pisotón acontece en cabeza, tórax o abdomen, habrá que tener cuidado pues podría tener lesionado algún órgano interno, debiendo ser remitido ante el menor síntoma a un centro hospitalario para su evaluación médica cuidadosa. Cuidado con el exceso de alcohol En numerosas ocasiones estos festejos se dan en el contexto de fiestas populares, habiendo muchas personas que salen a enfrentarse a estas vaquillas con una buena dosis de alcohol en el cuerpo, lo que produce disminución de reflejos que hace más probable el accidente, así como que el lesionado y los que le acompañan den menos importancia a los síntomas que pueda presentar el lesionado. Mucho cuidado a esta situación. Recuerde Ser prudentes y saber cuándo podemos y cuándo no, ponernos delante de un animal de estas características. Especial cuidado con niños y adolescente y personas de edad Si tenemos un accidente, nunca infravalorar las lesiones visibles y las no visibles que nos puede causar el animal. Ante la menor duda, proceder al traslado del paciente a un centro hospitalario. En caso de que únicamente haya pequeñas heridas en brazos, piernas, rasguños, etc.. lo mínimo es lavar exhaustivamente la herida, dar antibióticos, antisépticos locales y proceder a una correcta vacunación antitetánica.